1

Cortar los rebrotes de raíz para que no se conviertan en segunda ola

Cortar los rebrotes de raíz para que no se conviertan en segunda ola

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Como podemos ver en el gráfico, la pandemia ha cedido considerablemente en nuestro país, pero no ha desaparecido. Abraham Levy nos lo pone así: “El SINADEF muestra una curva de fallecimientos que induce a pensar que la inmunidad colectiva ha contenido a la pandemia. Al término de octubre el decrecimiento del excedente de fallecidos se muestra marginal y con tendencia asintótica”.

Eso significa que el número de fallecidos se reduce cada semana, pero la reducción es cada vez menor. En la última semana que terminó el 31 de octubre, hubo 54 muertos por Covid en promedio según la sala situacional del MINSA, pero Levy advierte que según los partes del Sinadef, hubo 88 defunciones asociadas al Covid en promedio en los últimos 15 días hasta el 28 de octubre.

Para Farid Matuk, “estamos convergiendo a una nueva estabilidad, ligeramente superior por las mejoras en cobertura de SINADEF, a las cifras pre-epidemia Lo que no sabemos es si la inmunidad adquirida en 2020 es transitoria o no; éste es el mayor riesgo para el 2021”.

Claro, esa es la pregunta. El economista Waldo Mendoza cree que no habrá segunda ola. Calcula que “existirían en el Perú 14.6 millones de infectados, 46% de la población total. Debe ser el porcentaje más alto del mundo. Si la COVID-19 inmuniza a los infectados, estamos muy cerca o ya hemos alcanzado la inmunidad de rebaño. En consecuencia, no veremos una segunda ola en el Perú”.

Levy considera que el porcentaje de infectados no es tan alto. Como fuere, consultamos al Dr. Dante Cerso de Essalud si los distritos de Lima en los que se había reportado incrementos del número de contagiados dos semanas atrás habían vuelto a tener un aumento la última semana, y nos informó que hay 4 distritos en los que eso ha ocurrido, como puede verse en el siguiente cuadro:

Hubo incremento de casos en la semana 42 respecto de la 41 y luego en la 43 respecto de la 42. El porcentaje de incremento es el que corresponde a la última semana. A nivel agregado en Lima, sin embargo, hubo una disminución de 11%.

¿Significa que en esos distritos hay un rebrote? Según el Dr. Cerso, aún no se puede inferir tal cosa. ¿Cuántas semanas de incremento continuo tendrían que pasar para que estemos ante un rebrote? La repuesta no es clara, pero sin duda no deberíamos esperar una respuesta teórica: este es un caso en el que habría que intervenir con pruebas moleculares masivas para identificar y aislar a los infectados y sus contactos y abastecerlos de alimentos y medicamentos en sus casas a fin de impedir que estos rebrotes se conviertan en una segunda ola.

De eso se trata. El gobierno no puede descansar en la esperanza de que llegue la vacuna, que no sabemos realmente cuándo llegará ni en qué cantidades. Tiene que estar preparado para actuar cortando de raíz los rebrotes, algo que, aunque parezca increíble, hasta ahora no ha aprendido a hacer. Recién la Diresa de Ancash ha diseñado y está aplicando un modelo de intervención de este tipo, que el MINSA ha empezado a mirar para ver si lo adopta.

Hay un instrumento muy interesante que puede ayudar mucho. Después de larga demoras burocráticas, el equipo de Edward Málaga de la UPCH está iniciando estos días la validación de campo de la prueba molecular rápida que ha diseñado, y que debería estar produciéndose y comercializándose a fines de diciembre, cuando según algunos podrían darse amagos de una segunda ola o multiplicarse los rebrotes. O sea que saldría justo a tiempo.

La ventaja de esa prueba es que es mucho más rápida -pues da el resultado en 42 minutos-, es fácil de aplicar pues es como como una tira de embarazo –no requiere hisopado-, y es bastante más barata: 25 dólares por prueba, frente a los 100 dólares o más que cuesta la molecular normal. Y el gobierno no tendría el pretexto de no tener acceso a ello. Según el Dr. Cabezas, jefe del INS, esa institución posee ahora 408 mil pruebas moleculares normales, pero se sigue usando pruebas rápidas. También se puede importar pruebas moleculares rápidas más baratas desde ahora.

Con mayor disponibilidad de pruebas moleculares –normales o rápidas-, se trata entonces simplemente de darle más orientación estratégica y capacidad logística a la operación Tayta, que ha mejorado, pero todavía está lejos de poder atender (testear-aislar-abastecer) todos los casos que se presentan diariamente. Solo ha podido hacerlo con el 12% de los contagios que se han presentado desde el 1º de junio. En el siguiente cuadro tenemos sus números:

89,370 casos positivos son el 12% del total de casos que se dieron desde el 1º de junio. El ministerio de Defensa, que ejecuta ese programa, incomprensiblemente se resiste a aprovechar la capacidad logística de empresas privadas como Backus, Ransa, Alicorp y otras que ha sido ofrecida por la Sociedad Nacional de Industrias. Esa reticencia ha tenido y sigue teniendo consecuencias mortales. Lampadia




Una estrategia sanitaria potente y conjunta entre gobierno y sociedad civil

Pruebas moleculares masivas podrían llegar en 10 días
Entrevista de Jaime de Althaus en Lampadia

Omar Neyra explica en esta entrevista qué estrategia deben seguir el gobierno y la sociedad civil en conjunto para derrotar a la pandemia. Se trata de buscar e identificar a los infectados y a sus contactos, aislarlos y alimentarlos, para cortar la cadena de contagios, con la participación del empresariado para dar capacidad logística, y de las propias organizaciones vecinales o barriales que cumplirían varios roles (educación, control, ollas comunes, etc.), conectando a las empresas con esas organizaciones. Esto supone aplicar masivamente pruebas moleculares, que pueden estar en el Perú en 10 días. También se trata de lanzar una gran campaña de comunicación inteligente para orientar las conductas, usando incluso los celulares. Y anuncia una iniciativa de la sociedad civil con una central para recibir todas las ayudas y los aportes y canalizarlos donde se necesite.

Lampadia




Hay que revaluar la estrategia de testeo y aplicar contact tracing en distritos más contagiados

Lanza un semáforo epidemiológico a nivel distrital

Ragi Burhum acaba de publicar un segundo documento titulado “Un semáforo para el Huayno” (ver. https://bit.ly/3dIaM8R) en el que se pregunta si estamos en cuarentena antes que muchos, ¿por qué tenemos tantos casos infectados? Porque no se ha respondido bien a quién, por qué y dónde se aplican las pruebas, y porque no hay un programa formal de seguimiento rastreo de contactos. El semáforo epidemiológico sirve para aplicar mejor ambas estrategias, y otras, en función de la gravedad de la pandemia en cada distrito o región. La última versión está publicada en HuaynoData.com

Lampadia




Del “embudo aleatorio” a la “radiación controlada”

Del “embudo aleatorio” a la “radiación controlada”

David Belaunde Matossian
Para Lampadia

Desarrollar las capacidades de reparto a domicilio a gran escala es clave, y no haberlo hecho antes nos ha costado caro

A medida que aumenta el número de infectados oficiales en el Perú, es cada vez más plausible que el avance del COVID-19 sea difícil de detener, y que este solo llegue a su fin mediante inmunidad de manada, o a través de mutaciones que lo vuelvan menos letal, o una vacuna. No obstante, sigue siendo pertinente el objetivo de disminuir la velocidad de propagación, con el fin de impedir un desborde de servicios de salud aun peor del que vemos hoy en varios puntos del país.

 

En ese sentido, hay que seguir tratando de evitar aglomeraciones. La principal de estas se genera, desde hace varias semanas, en la actividad de realizar compras en mercados y supermercados. Son millones de personas que convergen aleatoriamente en un “embudo” y salen contagiadas. La solución lógica – aparte de “ampliar el embudo” mediante horarios extendidos que permiten menor concentración, lo opuesto de lo que el gobierno logró – es mayor reparto a domicilio (lógica de radiación controlada). ¿Qué recursos logísticos se necesita y qué impacto puede tener sobre la velocidad de propagación del virus?

El canal moderno

Tomemos el ejemplo de un supermercado, que es más fácil de analizar. Un supermercado promedio en Lima atiende a unas ~5000 – 6000 personas, y mide 1500m2 (promediando formatos muy variados). Unas 100 personas pueden entrar simultáneamente respetando buenas prácticas de distanciamiento. Cada persona va 2 veces por semana en este contexto. Digamos también que de las 6,000 personas “target” el 1%, o 60, está infectado con el coronavirus (nota: los casos que se registran hoy representan el 0.3% de la población, pero la realidad es probablemente un múltiplo de eso). Digamos finalmente que cada vez que uno va al supermercado, tiene contacto riesgoso con 2 personas (se acercan mucho, no usan bien la máscara, etc.).

Pongamos ahora, en vez de clientes, a 100 preparadores de pedidos en el súper, durante dos horas sin acceso al público, preparando – conservadoramente – 5 pedidos por hora. Con eso, y agregando a 8 camiones con 25m3 de capacidad y 16 personas de reparto – chofer y ayudante – calculamos que se cubren todas las necesidades de la clientela de ese establecimiento (6000 pedidos semanales, puesto que se puede manejar pedidos más grandes). Digamos que los preparadores tengan 2 contactos riesgosos cada hora, y que un individuo en el grupo esté infectado al comienzo – misma ratio que en el caso de los clientes.

¿Qué resultados obtenemos en cada caso? Si el cliente va a comprar, la probabilidad en un viaje de ser contagiado es baja. Sin embargo, a cabo de un mes, ya es de ~15% para cada cliente. En el caso de los preparadores, la probabilidad a cabo de un mes supera el 60%. Sin embargo, en números, estamos hablando de casi ~900 clientes infectados versus ~60 preparadores. Esto, claro, suponiendo que los protocolos de reparto sean muy estrictos, y que no se generen contactos entre repartidores y clientes. Si estas condiciones se cumplen, la fórmula de reparto a domicilio es mucho más segura en números absolutos (si no se cumplen la “radiación” se vuelve tóxica).

Otra ventaja importante: los infectados en el caso del equipo de preparadores son más fácilmente detectables, “traceables” que los clientes, y tienen un perfil de edad que los hace menos vulnerables que la población promedio de clientes. Al recuperarse, devienen en un “pool” inmune y la operación se vuelve cada vez más segura.

¿Se puede realizar esto a gran escala? Para cubrir los ~2.5 millones de clientes del canal moderno en Lima, necesitaríamos a 50,000 preparadores (tal vez el doble al comienzo puesto que al detectarse infecciones se pondría en cuarentena a los primeros equipos), 4,000 camiones medianos y 800 repartidores. No son cifras imposibles. Lo complejo es que: a) los supermercados no tienen los sistemas o protocolos o entrenamiento del personal necesarios para atender semejante volumen de pedidos y b) están acostumbrados a lidiar con transportistas en modalidad de “owner-operator” con tarifas bajísimas, en vez de empresas logísticas bien organizadas. Sin embargo, todo esto podría cambiar.

El canal tradicional

El canal “tradicional” (mercados, bodegas), ampliamente informal, es más complejo de abordar puesto que: a) los mercados son más difíciles de “navegar” y organizar, b) es un número aún mayor de personas a las que se abastece y c) tanto los comerciantes como los consumidores de este canal tienen menos acceso a los aplicativos digitales para formular y procesar pedidos. No obstante, no es absurdo pensar que se podría segmentar entre clientes que sí tienen acceso al canal digital y aquellos que no. Los que sí podrían realizar pedidos y ser atendidos a partir del canal moderno (ampliando aún más la capacidad de reparto) utilizando vouchers y los que no podrían recibir canastas familiares algo más discrecionales – tanto los vouchers como las canastas reemplazando en parte el bono de subsistencia.

El canal informal también podría prestarse por ejemplo a que se genere un sistema de “hubs and spokes” (redes radiales) en el cual cantidades suficientes de alimentos son direccionadas desde centros de abasto hacia mercados callejeros ad-hoc siguiendo normas de distanciamiento social, con mucho menor distancia, y mucho menor aglomeración.

Esto haría eco a los esfuerzos realizados por las autoridades de Wuhan para alimentar a la población durante la pandemia. El principio es simple: el comprador es ineficiente en sus desplazamientos – desordenado, realizando miles de viajes para cargas leves en cada ocasión. El delivery centralizado es eficiente, limitando el número de desplazamientos para todos. Además, la concentración del contacto en unos pocos permite mucho mayor trazabilidad, y con el tiempo se puede emplear casi exclusivamente personal inmunizado.

Corresponde a los sectores de retail y logística generar estas capacidades, puesto que hoy estamos lejos del nivel que necesitamos. Corresponde al Gobierno a) dar las facilidades a las iniciativas del sector privado en este campo y no entrampar a las mismas en regulaciones excesivamente meticulosas; b) generar soluciones en el caso del canal informal ya sea apoyándose en empresas privadas o temporalmente con medios propios (ej. utilizando a las fuerzas armadas). Otros puntos de apoyo posible: las ONG, la Iglesia católica y otras. La falta de colaboración con instituciones fuera del Estado ha sido una de las grandes debilidades en la reacción gubernamental esta pandemia.

Hubiera sido bueno hacerlo antes, pero no es demasiado tarde

Se dirá tal vez que la solución viene muy tarde, puesto que ya el problema se está trasladando a Gamarra, o al transporte público. Sin embargo, los mercados y supermercados seguirán siendo fuente de contagios. Además, las largas colas que los clientes deben realizar por la limitación del aforo generan serias pérdidas de productividad laboral e innecesarios niveles de estrés. En general, el reparto es más eficiente, ecológico, y sano. En esta fase crítica de la pandemia deberíamos tratar de probar esta solución a gran escala, ayudando a reducir la velocidad de propagación del virus. Para la “nueva normalidad” la solución debería subsistir. Y, para la próxima pandemia, estaremos mejor preparados. Lampadia




Sector privado y plataforma geo-localizadora para que funcione Te Cuido Perú

Sector privado y plataforma geo-localizadora para que funcione Te Cuido Perú

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Como sabemos, el cierre de la economía fue mucho más eficaz que la cuarentena. En el Perú la economía cayó en marzo -16.3%. En Brasil -1.5%, en Chile -3.5% y en Colombia -4.9%. Somos el país que más cerró su economía y el que más infectados tiene por millón de habitantes. El enorme sacrificio económico no tuvo un correlato sanitario.

La causa de esto último es conocida: la altísima informalidad, las aglomeraciones en los mercados, la falla en la distribución de víveres y bonos y la ausencia de una estrategia sanitaria inteligente. El problema es que la misma configuración estructural va a acompañar la reapertura de la economía y la salida de la cuarentena: mientras la economía formal se reabre por fases -cuando deberían abrir simultáneamente todas las empresas que puedan aplicar protocolos eficientes-, y con requisitos y exigencias excesivas, la informal se reabre de golpe a partir del 24 y sin protocolos.

Por lo tanto, si no se aplica estrategias sanitarias inteligentes, la pandemia puede rebrotar fácilmente.

Mercados

Se ha empezado, por fin, con mucho retraso, a intervenir algunos mercados. Los cierran y para reabrir deben cumplir condiciones de salubridad y aforo, al mismo tiempo que PRODUCE empadrona y formaliza a los comerciantes por medio del programa Tu Empresa, en coordinación con Sunat, Sunarp y el Colegio de Notarios. Eso está bien. Además, se pretende llevar a los ambulantes que circundan los mercados a otros espacios, formalizándolos, lo que ya está produciendo resistencia.

Si todo esto llega a funcionar relativamente bien, se reducirá en alguna medida la tasa de contagios, pero de todos modos la cantidad de gente que acude a los mercados hace muy difícil asegurar que se mantenga, por ejemplo, el distanciamiento necesario. Y de los 2,400 mercados están interviniendo sólo algo más de 30.

Te Cuido Perú muy lento

Por eso, se requiere ir más allá: ejecutar una estrategia transversal orientada a cortar las cadenas de contagios. Aislar a las familias de todos los contagiados de los últimos 14 días a nivel nacional, llevándoles alimentos a sus casas para que no salgan, y vigilando que no lo hagan. Es lo que están haciendo con los infectados de los mercados, pero debe ser general.

Para eso se creó “Te cuido Perú”, pero el jueves 14, exactamente un mes después de su lanzamiento, sólo había logrado abastecer a 6,353 familias con canastas de víveres y abarrotes, cuando los infectados de los últimos 14 días sumaban ese día 43,628. Es decir, muy lejos de la meta.

Sector privado, brigadas juveniles y plataforma geo-localizadora

Es obvio que el Indeci no tiene capacidad para avanzar a la velocidad necesaria. Está repartiendo alrededor de 600 canastas por día. Tendría que multiplicar por 10 esa velocidad para atender a los infectados restantes en un plazo de 6 días, por ejemplo. El gobierno debe solicitar el auxilio del sector privado. Grandes empresas de alimentos que tienen sistemas de distribución, lo harían mucho más eficientemente.

Y el alcance sería mucho más rápido aun si se entregara las canastas a brigadas juveniles, que a su vez las lleven a las casas, que tendrían que estar bien geo-localizadas. Una alternativa sería que los comerciantes de los mercados preparen y lleven canastas a las familias de los infectados. Como fuere, todo esto se puede manejar y monitorear perfectamente con una plataforma de geolocalización e interacción de datos que ha construido Leopoldo Monzón de Proesmín que Lampadia ha conocido y cuya presentación publicamos mañana.

Ese sistema puede ubicar a los contagiados y sus viviendas y a los jóvenes que integrarían las brigadas, por ejemplo. Podría decir cuántos jóvenes hay en la manzana o en un conjunto de manzanas, si son universitarios o profesionales y qué edad tienen. Puede monitorearlos por medio del celular, indicarles en qué viviendas tienen que entregar y saber dónde están cuando les toque entregar los productos. Y verificar si se entregaron. Lo mismo podría hacer con los comerciantes de ellos mercados, si ese fuere el caso.

Hábitos instintivos

La plataforma tiene también el registro de las organizaciones o juntas vecinales, que podrían seleccionar a los jóvenes. Puede, además, mediante mensajes de texto y WhatsApp enviados a los ciudadanos según la situación particular de cada uno, infundir e inyectar hábitos preventivos casi a nivel instintivo para que todos sean su propio policía y haya un control recíproco de las normas de distanciamiento, lavado de manos, etc. Esto es fundamental sobre todo para el sector informal y la pequeña y microempresa.

Cuarentenas focalizadas

Y debe servir luego cuando pasemos, acaso a partir del 24 de mayo, a una estrategia de cuarentenas regionales, distritales y barriales en las áreas de mayor tasa de contagio, para aislarlas y mantener a las personas en sus casas, llevándoles alimentos también, con este mismo sistema. Ricardo Fort y Álvaro Espinoza de Grade también tienen una aplicación para el manejo territorial.

Si no usamos este tipo de herramientas para que Te Cuido Perú y cuarentenas focalizadas funcionen, no vamos a ganar la batalla, y la pandemia puede recrudecer. Eso sería catastrófico. La economía formal tiene que abrirse más rápidamente y con menos profusión de requisitos y exigencias, pero la estrategia sanitaria tiene que ser mucho mas sofisticada y efectiva. Lampadia




La nociva burbuja gubernamental

La nociva burbuja gubernamental

David Belaunde Matossian
Para Lampadia

Pese a haber decretado relativamente temprano una de las cuarentenas más restrictivas, el Perú ocupaba al 12 de mayo el puesto 14 en el mundo en número de infectados, con más de 68mil casos.

Sin embargo, como el número absoluto de casos confirmados depende mucho del número de pruebas realizadas, es más relevante analizar la tendencia en el porcentaje de pruebas que dan positivo. En el Perú, ese porcentaje está en aumento, y eso es preocupante.

Como ya lo dijimos antes, el exceso de restricciones es muy probablemente directamente culpable de esto, al generar aglomeraciones en los momentos menos restringidos. Esto se sabe desde hace varias semanas, habiendo recibido amplia cobertura con ocasión de la brillantemente pensada “alternancia de género” y otras medidas absurdas.

La pregunta es: ante un manejo tan defectuoso, y mal conocedor de las diversas realidades sociales, ¿cómo es posible que el gobierno siga teniendo altas tasas de aprobación? Parte de ello es un efecto óptico (se “actuó” rápido) y de psicología social (la popularidad del líder en situaciones de amenaza común tienda a elevarse). Pero parte también se debe a que no hay cuestionamiento en vivo que desnude, a vista de todos, las debilidades del gobierno.

Mientras otros líderes mundiales deben rendir cuentas a una prensa independiente y a veces hostil, cara a cara, día a día, el nuestro parece intocable detrás del formato de preguntas leídas, o entrevistas a cargo de periodistas complacientes. Esto puede ser cómodo para el gobierno, pero es peligroso, ya que le permite a este evolucionar en una burbuja, en la que se juntan perfiles teóricos e ideólogos cuyas acciones son poco efectivas y a veces totalmente contraproducentes.

Con mayor cuestionamiento, tal vez se verían forzados a adaptar sus políticas a distintas realidades locales, a escuchar más al sector privado, diversificar los expertos, etc. A fin de cuentas, cambiar ese “chip” que huye de la crítica por uno que la utiliza para generar mejores procesos de decisión no sólo beneficiará a la población: hará también que la historia juzgue a estos gobernantes con mayor benevolencia. Lampadia




La búsqueda de una vacuna al coronavirus

La búsqueda de una vacuna al coronavirus

Las muertes en China, producto de la infección del coronavirus, ya bordean las 1,000 personas y los contagios abarcarían por lo menos a 42,000 chinos. Si bien aún no se han detectado gran cantidad de muertes fuera del gigante asiático – sólo 1 caso en Filipinas – los casos de contagio han aflorado en mayor y menor medida en por lo menos 25 países, que incluyen gran parte del mundo occidental.

En este escenario y ante la inminente posibilidad de que se suscite una pandemia por el rápido avance de las infecciones – según recientes investigaciones, el virus puede traspasarse entre organismos inclusive en plena etapa de incubación– se ha hecho imperativa y urgente una búsqueda eficaz de una vacuna.

Felizmente, gracias a las innovaciones tecnológicas en la industria médica y biológica, de las cuales la secuenciación genética de los virus forma parte, ahora es posible indagar en la composición del ADN de estos agentes infecciosos, crear versiones menos complejas y susceptibles de estudio para así crear posibles curas para combatirlos.

En un reciente artículo publicado por The Economist, que compartimos líneas abajo, se resume mediante estos métodos, las alianzas en torno a la lucha de epidemias globales, como lo fue en su momento el ébola en África Occidental, se encuentran lidiando con la rápida búsqueda de una vacuna hacia el llamado virus de Wuhan.

Como sugiere el presente artículo, más importante es, sin embargo, cómo el nacimiento del coronavirus ha visto resurgir estos esfuerzos que habían quedado apagados ante la nula aparición de amenazas de tal tipo, además de generar un debate de política pública en torno a la regulación de las vacunas que, al día de hoy, no permite difundirlas masivamente entre los países si es que no se recurre a argumentos en pos de la seguridad o defensa nacional. Lampadia

Corre, no camines
La carrera para producir una vacuna contra el último coronavirus

Incluso si los científicos llegan demasiado tarde a este brote, su trabajo no se desperdiciará

The Economist
6 de febrero, 2020
Traducido y comentado por Lampadia

En el mundo real, las vacunas más recientes han tardado años en desarrollarse. Algunas han tomado más de una década. Otros, como una vacuna para detener el VIH, el virus que causa el sida, aún elude a los científicos. Pero las innovaciones tecnológicas y un proceso de desarrollo más ágil podrían reducir drásticamente el tiempo que lleva producir una vacuna contra un nuevo patógeno que tiene el potencial de causar una epidemia.

El nuevo coronavirus que surgió en la ciudad china de Wuhan en diciembre presenta a los fabricantes de vacunas una prueba urgente. Hasta ahora ha matado a casi 600 personas e infectado a más de 28,000. Científicos en China publicaron la secuencia genética del virus Wuhan el 12 de enero, menos de una semana después de que aislaron el virus de un paciente que sufría una misteriosa infección respiratoria. A fines de enero, varios grupos de todo el mundo habían comenzado a trabajar en una vacuna utilizando estos datos genéticos. Las primeras pruebas clínicas en humanos, por seguridad, podrían comenzar a principios de abril. Con suerte, una vacuna podría estar lista dentro de un año. La próxima semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) convocará una reunión global para establecer una agenda de investigación. Acordará reglas o protocolos para ensayos y determinará qué avances médicos deben ser prioritarios.

Las personas se han apresurado a hacer nuevas vacunas antes. El brote de ébola en África occidental de 2013-16 probó el mundo de muchas maneras, pero particularmente en la necesidad de acelerar la entrega de nuevos tratamientos. Las organizaciones e instituciones que normalmente trabajan lentamente, y al alcance de la mano, se unieron para hacer el trabajo más rápido.

Incluso si una vacuna estuviera lista dentro de un año, sería demasiado tarde para detener la epidemia actual en China. Pero podría ayudar a otros países. Crecen los temores de que el virus de Wuhan se propague más ampliamente y se convierta en una enfermedad estacional establecida en todo el mundo, como la gripe común. Los esfuerzos extraordinarios de China para contener el virus, incluida la cuarentena de más de 50 millones de personas, pueden evitar epidemias en otros países hasta el próximo invierno. Es demasiado pronto para decir cuán mortal es el virus Wuhan. Pero si es al menos tan malo como la gripe estacional, será vital una vacuna para las personas con mayor riesgo. En 2017-18, más de 800,000 personas fueron hospitalizadas y alrededor de 60,000 murieron solo en EEUU como resultado de la influenza.

La prisa por desarrollar una vacuna contra el virus de Wuhan ha sido liderada por la Coalición para la Innovación en la Preparación de Epidemias (CEPI), un grupo creado en 2017 a raíz del brote de ébola en África occidental. El propósito del CEPI es prevenir al mundo contra futuros brotes de enfermedades, sin saber cuáles serán esas enfermedades. Su objetivo es tener una vacuna contra un patógeno previamente desconocido listo para probar en humanos dentro de las 16 semanas de su identificación. Con ese fin, algunos de los centros universitarios de investigación y las empresas de biotecnología que ha financiado han estado trabajando en el diseño de vacunas “plug-and-play” y en las tecnologías de fabricación que pueden utilizarse para una serie de patógenos. Esto permite que la secuencia genética de un patógeno particular se inserte en una plataforma molecular existente que forma la base de la vacuna.

En el pasado, el trabajo de laboratorio en una vacuna requería reservas del virus real. Sería tratado para hacerlo inofensivo pero capaz de hacerle cosquillas al sistema inmunitario para que produzca anticuerpos, proteínas que luchan contra el virus salvaje si ataca. Trabajar con un virus mortal es complicado, naturalmente. Requiere instalaciones especiales de contención y procedimientos exhaustivos para evitar que escape o infecte a los científicos.

La secuenciación de genes ha hecho que este proceso sea más rápido, seguro y fácil. Los investigadores pueden construir versiones sintéticas de partes de virus para trabajar en vacunas sin necesidad de muestras completas de los patógenos.

Los científicos han producido vacunas contra otros virus, incluidos el zika, el ébola y otros dos coronavirus (SARS (síndrome respiratorio agudo severo) y MERS (síndrome respiratorio del Medio Oriente), utilizando dicha tecnología. La investigación de la vacuna en estos dos primos del virus del Wuhan ha sido útil en las últimas semanas.

Volviéndose viral

Una vez que se ha desarrollado una vacuna en un laboratorio, se envía a una fábrica donde se convierte en una mezcla de vacuna estéril. Luego se coloca en viales y se prueba para garantizar que no esté contaminado antes de que se puedan realizar ensayos clínicos en humanos. Muchas de estas pruebas se realizan en placas de Petri; el proceso lleva varios meses. La secuenciación genética puede hacer el trabajo mucho más rápido. Al secuenciar el ADN de todo en un vial de vacuna y examinar el resultado, los científicos pueden detectar rastros de virus que no deberían estar presentes. Los grupos de investigación de vacunas en Gran Bretaña están en conversaciones con el regulador de medicamentos del país sobre un proceso de aprobación para tales métodos de prueba alternativos.

El desarrollo de una vacuna puede acelerarse si se eliminan los cuellos de botella en el proceso, dice Sarah Gilbert. Ella lidera un grupo en la Universidad de Oxford que está trabajando en una vacuna contra el virus de Wuhan. Su grupo ha desarrollado una plantilla para vacunas que se puede adaptar rápidamente para nuevos patógenos. Los investigadores pueden fabricar las primeras pequeñas cantidades de una nueva vacuna en solo seis a ocho semanas. En el pasado, el proceso habría llevado hasta un año. Los otros grupos que intentan idear una vacuna contra el virus de Wuhan están utilizando métodos similares que incluyen plantillas que ya han demostrado que funcionan.

La aprobación reguladora más rápida también puede acelerar las vacunas a través de ensayos clínicos. Incluso cuando comenzó a fabricar la vacuna, el grupo del Dr. Gilbert comenzó a preparar una solicitud para ensayos clínicos. El grupo planea solicitar una revisión ética y reglamentaria acelerada, que puede otorgarse en cuestión de días, como lo fue para los ensayos clínicos de la vacuna contra el ébola realizada en Gran Bretaña en 2014. Normalmente, el proceso lleva unos tres meses, dice el Dr. Gilbert.

Incluso si se desarrolla y aprueba una vacuna, el rápido aumento en los casos del virus de Wuhan en China y su propagación a otros países ha creado una nueva urgencia: planificar con anticipación formas de producir rápidamente cantidades masivas de una vacuna. No hay muchas fábricas que puedan producir vacunas en masa, por lo que las vacunas nuevas a menudo esperan en una larga cola. Consciente de este problema, el gobierno estadounidense ha construido instalaciones de fabricación dedicadas que pueden producir vacunas rápidamente para emergencias. Gran Bretaña está haciendo algo similar.

Incluso si una vacuna se puede producir en cantidades suficientes, llegar a las personas que la necesitan, independientemente de dónde vivan, puede ser un problema. En teoría, una vacuna contra el virus de Wuhan iría a aquellos que están en mayor riesgo, como los trabajadores de la salud, los ancianos y aquellos con afecciones que parecen hacer que el virus sea más letal, como los pacientes con deficiencias inmunes. El problema es que la política a menudo interviene durante una pandemia, y los gobiernos que albergan instalaciones para la fabricación de vacunas pueden requisar parte de ella para su propio uso, citando la defensa o la seguridad nacional.

Un pinchazo en la oscuridad

Los problemas que rodean cualquier vacuna potencial hacen preguntas sobre medicamentos para tratar a aquellos que se han enfermado gravemente, particularmente agudos. Actualmente no existen medicamentos con licencia para tratar los coronavirus, pero se están desarrollando medicamentos experimentales, con algunos datos iniciales sobre su uso. Uno que se ha destacado como prometedor se llama remdesivir, que está hecho por Gilead, una firma farmacéutica. Dos ensayos controlados aleatorios comenzarán a reclutar pacientes a mediados de febrero. Remdesivir fue desarrollado para tratar el Ébola, pero en pruebas de laboratorio se ha demostrado que es efectivo contra una variedad de virus. Una combinación de dos medicamentos que generalmente se usan en el tratamiento del VIH también parece prometedora y ya se está probando en pacientes, dice Vasee Moorthy, quien ayuda a establecer prioridades de investigación y desarrollo en las personas durante las epidemias.

Los ensayos aleatorios controlados, en los que algunas personas reciben el medicamento que se está probando y otras reciben un placebo, son el estándar de oro de la evidencia científica. Es probable que esto continúe en las próximas semanas cuando esté claro qué medicamentos parecen más prometedores. Los ensayos con pacientes hospitalizados probablemente involucrarán un brazo placebo. Todos en el ensayo recibirían cuidados intensivos, pero algunos también recibirían el medicamento que se está probando. Esto se debe a que todavía nadie sabe si los nuevos medicamentos, que pueden tener efectos secundarios, hacen más daño que bien. A los pacientes con enfermedades más graves también se les puede permitir probar drogas no probadas.

Solo se puede preparar tanta cantidad antes de una nueva enfermedad. La eficacia de un medicamento o vacuna solo se puede probar durante un brote. La urgencia detrás de la búsqueda de tratamientos para el virus de Wuhan es comprensible. Tales esfuerzos fueron efectivos en el caso del Ébola. Las personas están dispuestas a apresurar el uso de vacunas y medicamentos para una enfermedad con una tasa de mortalidad de alrededor del 70%, como lo fue el Ébola. El cálculo es diferente para uno que mata al 2% (o menos) de los infectados. Si las decisiones apresuradas conducen a productos que no son completamente seguros, la fe de las personas en las vacunas podría verse dañada. Si es así, el daño causado a la salud del mundo podría rivalizar con el más temido del virus de Wuhan. Lampadia