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El desarrollo institucional de las empresas extractivas

El desarrollo institucional de las empresas extractivas

Como todos sabemos la actividad minera y las empresas extractivas vienen siendo sujeto de un proceso de cuestionamiento que ha descarrilado las políticas públicas que permitieron su desarrollo y su consiguiente aporte (múltiple) a la mejora de nuestros indicadores económicos y sociales durante los últimos 25 años. Por ejemplo, las regulaciones con las que se impulsó el crecimiento del sector minero en los años 90 han sido multiplicadas, literalmente, por 100. Otro ejemplo, ningún gobierno estableció, en la conciencia de la opinión pública, las relaciones causa-efecto entre las operaciones extractivas y el canon con que se multiplicaron los recursos de las regiones. Tan es así, que en algún momento, poblaciones vinculadas al sector minero marcharon coreando: “Canon sí, minería no”.

Las empresas extractivas, en todo el mundo y en el Perú, se han caracterizado por enfoques de gestión de un corte ingenieril. Esto no ha impedido que hagan los mayores esfuerzos por desarrollar operaciones que respeten el ambiente y las relaciones con los pueblos y comunidades de sus áreas de influencia. Estas empresas gastan cientos de millones de dólares durante décadas para evaluar y entender los aspectos geológicos y técnicos del desarrollo de sus proyectos y también en temas ambientales y sociales, pero no han sido capaces de desarrollar una visión igualmente sofisticada sobre los factores políticos, sociales y económicos que dan forma a los países en los que operan.

Esto tiene que cambiar. Obtener y conservar el acceso a los recursos naturales a largo plazo es uno de los aspectos más críticos para las empresas extractivas. Por esta razón, en Lampadia recogemos en este análisis las medidas más importantes sugeridas en el informe de McKinsey Global Institute (MGI) titulado “Invirtiendo la maldición: Maximizando el potencial de las economías impulsadas por los recursos“. Medidas que debieran tomar las empresas extractivas para lograr una mejor inserción en el imaginario social de los países donde operan. (La semana pasada hicimos un primer análisis más general de dicho informe, ver: Aprovechando la bendición de los recursos naturales).

Desarrollar un entendimiento detallado del contexto del país

Según McKinsey, los ejecutivos de las empresas extractivas necesitan entender completamente las diez dimensiones más importantes que determinan la naturaleza de los países en que operan. Éstas varían de país en país y el entendimiento de cada caso es esencial para que adapten sus enfoques empresariales. Ver el detalle en el siguiente cuadro:

Una dimensión importante es el tamaño del país. En los países con poblaciones relativamente pequeñas, la industria extractiva puede ser mucho más importante para el desarrollo económico que en los países más grandes que son propensos a tener una economía más diversa y mercados internos más grandes. Como resultado, es probable que en los gobiernos de los países más pequeños, la industria extractiva sea objeto de un escrutinio mucho más detallado.

Otro aspecto importante es el grado de desarrollo económico de un país. Los gobiernos de los países con economías menos desarrolladas tienen más probabilidades de depender de los ingresos procedentes de la extracción de recursos. Probablemente también dependan de las empresas privadas desempeñen funciones más amplias dentro de la economía, como prestar servicios sociales a la comunidad o desarrollar las infraestructuras. Las empresas también pueden enfrentarse a un imperativo más fuerte para contribuir a un mayor desarrollo económico.

Evaluar rigurosamente las contribuciones actuales de la empresa y compararlas con las expectativas

Las empresas necesitan mejorar su comprensión del impacto de sus actividades y cómo podrían responder más eficazmente a las expectativas de los países anfitriones. La mayoría de las empresas extractivas hacen contribuciones sustanciales a los países en los que operan, ya sea una importante contribución fiscal, dividendos y obligaciones patrimoniales.

Pero no solo contribuyen de esta manera. También lo hacen mediante la creación de empleo y el desarrollo de habilidades de los empleados a través del desarrollo de sus propias fuerzas de trabajo y las cadenas de suministro, así como a través del desarrollo industrial, producto de encadenamientos sectoriales muy importantes, como ha sido en el Perú. Invierten en infraestructuras y en la creación de beneficios sociales más amplios. Sus actividades pueden beneficiar a las comunidades locales a través de contribuciones en las áreas de salud, educación, seguridad, rehabilitación ambiental y la sostenibilidad económica. Y, por último, pueden desempeñar un papel importante para minimizar la contaminación del aire, la tierra y el agua, así como en la conservación de la biodiversidad.

En contra de lo afirmado por los grupos anti extractivistas, la mayoría de las empresas consideran todas estas áreas. Sin embargo, una encuesta que realizó McKinsey a 22 líderes de algunas de las compañías mineras más grandes del mundo muestra algo interesante: “Cuando se le preguntó cómo pensaban que los representantes del gobierno enumerarían en orden de importancia las diferentes áreas de desarrollo social y económico, la inversión en infraestructuras fue vista como una de las áreas más importantes. Sin embargo, las infraestructuras también fueron consideradas por estos mismos ejecutivos como una de sus áreas de peor desempeño. Por el contrario, el impacto ambiental se considera un área en la que sus empresas se desempeñaron relativamente bien, pero fue visto por los ejecutivos mineros como una prioridad muy baja para los gobiernos.”

Para entender mejor este tema, McKinsey desarrolló una herramienta que le permite a las empresas evaluar su performance en las distintas áreas de interés y comparar sus expectativas con las de los otros interesados (gobiernos, países, instituciones, etc.). Ver diagrama inferior:

Contribuciones en desarrollo local

En el diagrama, se evalúa el potencial de las actividades de desarrollo económico a nivel de activos y proyectos. McKinsey identificó 90 medidas en cinco dimensiones: (1) contribución fiscal; (2) creación de empleo y desarrollo de habilidades; (3) inversión en infraestructuras; (4) beneficios sociales y comunitarios; y (5) preservación del medio ambiente. A estas se les suma un conjunto de medidas de rendimiento de la empresa en la gestión de accionistas/inversionistas y los esfuerzos de comunicación interna, lo cual es importante si las contribuciones de la empresa han de tener el impacto deseado.

Esta herramienta clarifica la contribución de una empresa al desarrollo económico mediante la evaluación de qué tan bien coinciden las prioridades de la empresa con las de las ‘partes interesadas’; compara el rendimiento de las mejores prácticas con las expectativas de los interesados e identifica las áreas en las que se puede mejorar, ya sea mediante el fortalecimiento del desempeño en áreas específicas o reasignación de gastos.

Las principales conclusiones de McKinsey después de utilizar esta herramienta fueron:

  • Las prioridades de las empresas extractivas normalmente no coinciden con las de los stakeholders locales.
  • Las prioridades y sus performances pueden variar significativamente dentro de la misma empresa.
  • La performance no es valorada adecuadamente por los stakeholders locales.

A medida que el mundo en desarrollo capta una participación cada vez mayor de la exploración y producción de recursos naturales, es cada vez más importante para las empresas adoptar un enfoque más cuantitativo y basado en el rol que desempeñan en el desarrollo económico de los países receptores.

En países como el Perú, en donde el aventurerismo político asume, en muchas ocasiones, la forma de movimientos anti-mineros, estos temas no pueden dejarse a la improvisación o al ensayo y error. Mientras las empresas no tomen los cuidados necesarios, los anti-mineros tendrán amplias facilidades para desarrollar sus acciones hostiles. La responsabilidad sobre la recuperación de la legitimidad y buena imagen del sector, está en manos de los gobiernos (nacionales y regionales), de las mismas empresas extractivas, de los gremios empresariales y el periodismo.

Para lograr este cometido es imperioso organizar una gesta nacional para asociar, en la mente de nuestros ciudadanos, las relaciones causa-efecto entre la operaciones extractivas y el crecimiento, empleo, ingresos fiscales, infraestructuras, encadenamientos sectoriales, mejoras sociales, valor agregado y mejoras del medio ambiente. Algo muy difícil, pero no por el esfuerzo requerido, sino por la esquiva decisión política por parte de los actores vinculados al sector, para emprender la gesta por transformar los recursos naturales en una bendición para sus pueblos.  

Lampadia




EL MODELO SÍ FUNCIONA: Es pro pobre y llega hasta la Sierra Rural

En Lampadia hemos presentado innumerables publicaciones que demuestran que desde la aprobación popular y promulgación de la Constitución de 1993, con la que regresa la inversión privada al Perú después de 30 años de proscripción, la economía y los indicadores sociales de los peruanos mejoraron sustancialmente. Ver:

También hemos desatacado todo lo que falta por hacer en desarrollo económico y social, y con especial énfasis, en desarrollo institucional. Para relievar este último aspecto, hemos creado una biblioteca virtual especializada en las grandes reformas institucionales que debemos desarrollar. Ver: Estado del Siglo XXI.

En esta ocasión presentamos una animación que refleja los indicadores más saltantes del excelente libro de investigación de Richard Webb: Conexión y Despegue Rural. Entre los indicadores que presenta Webb, están el aumento del jornal, el mayor valor de los predios rurales, la disminución de los tiempos de viaje hacia los mercados por la mayor conectividad y la positiva evolución de los ingresos del sector rural, después de estar estancados por 100 años.

Como explica Webb, desde el año 1900 hasta 1994 los ingresos de los habitantes del Perú rural crecieron solo en 1.4% anual promedio. Sin embargo, desde 1994 empezaron a crecer a un ritmo de 7.2% por año.

Ver nuestra primera animación sobre: Los Testimonios de la Prosperidad

Desde los albores del nuevo siglo, en que se consolidó nuestro proceso de crecimiento, las realizaciones del Perú, nuestro sorprendente volteretazo económico y social, y de alguna manera el ‘modelo’ que supuestamente lo representa, ha sido bombardeado y negado por todas las izquierdas. Ver en Lampadia: Realidad vs. Negacionismo, Mentiras y Complacencia. Así fue que el 2011, después de haber tenido una década de crecimiento con inclusión, en que crecimos más que todos los países de la región y de buena parte del mundo, elegimos un gobierno que negaba nuestros desarrollos ofreciendo un proyecto de inclusión.

Como todos sabemos ahora, lo que nos dieron fue

‘Cinco años sin crecimiento y sin inclusión’.

Hoy, en la campaña electoral, los mismos personajes que negaron todo, y sorprendentemente, algunos más, con la colaboración de alguna encuestadora como GFK, y medios de comunicación como La República y el diario Gestión, están ‘dale que dale’ al San Benito de que el ‘modelo’ terminó, que no produjo bienestar y que tenemos que reemprender las políticas públicas que nos hicieron pobres y retardatarios. Incluso algunos candidatos han revivido la monserga del cambio de Constitución, que lo único que aportaría, sería dos años de parálisis y seguramente los cambios que nos llevarían a sus visiones decimonónicas.

No sorprende, que todas las izquierdas fueran las que, en conjunto, sin excepción alguna, firmaran y presentaran, en agosto del 2012, al Presidente de la República, su mamotreto: ‘Una nueva minería’. Este documento es una propuesta para que el Perú adopte los planteamientos del ‘pos-extractivismo’. (Ver en Lampadia: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento). Unas ideas anti modernas y anti desarrollo, que proponen disminuir la producción de bienes y servicios a la mínima expresión posible, solo lo necesario para sobrevivir en una suerte de Edad Media, en la que nuestros amos, o señores feudales, serían las cúpulas de las despistadas y confundidas izquierdas tradicionales. (Lamentablemente, todavía no tenemos ninguna izquierda moderna que entienda el mundo en que vivimos).

Esta estrambótica teoría promovida por un par de aventureros europeos y un uruguayo, pretende por ejemplo: que no exportemos alimentos, que sembremos solo lo que necesitamos para comer y, quien sabe para algunos de nuestros vecinos, si se suman al mismo ‘pensamiento’ neo-ludista. Ver en Lampadia: “Fuera de la ideología todo es ilusión” (I).

El negacionismo de las izquierdas pasó por cuestionar el crecimiento, la reducción de la pobreza, la disminución de la desigualdad y, entre otras aseveraciones, el aislamiento del sector rural. La verdad es todo lo contrario, en resumen podemos afirmar, como en su momento lo hizo el BID, que nuestro crecimiento ha sido pro-pobre, pro-clase media y, como demuestra Webb, también pro-sector rural.

Cuando los peruanos ponemos nuestra cabeza en la almohada, nos apartamos del lenguaje social, de lo políticamente correcto y de la vocación por el reclamo y la queja. Solos, todos sabemos lo que necesitamos para tener vidas prósperas, así como las realizaciones de los últimos 25 años. Nuestros jóvenes sabían lo que necesitaban, cuando pensaban migrar a economías de mercado como las de EEUU, España e Italia antes de la crisis y Chile antes de Bachelet 2. Hoy en su patria, con sus familias, con sus amigos y su comida, saben lo que necesitan, que no es otra cosa que lo que imaginaron conseguir, mediante su sacrificio y entrega personal, en el exterior. Ahora pueden obtener todo ello y más en el Perú. Solo tienen que votar con la sabiduría y el espíritu de sus propias almohadas. Lampadia




Mayor bienestar con malas noticias

Mayor bienestar con malas noticias

Desde el nacimiento de Lampadia hemos hecho hincapié en mostrar, con cifras y fuentes, la evolución de los indicadores sociales y económicos del Perú desde la promulgación de la Constitución de 1993 y, especialmente de los diez años previos al gobierno del nacionalismo que nos regaló un ominoso punto de inflexión. Ver: Cifras de la Prosperidad y Punto de Inflexión.

Nuestro enfoque contradecía permanentemente el negativismo y ‘negacionismo’ con el que una buena parte del establishment político y académico calificaba nuestra realidad. Además, nuestras notas de análisis e información contrastaban notoriamente con el ambiente mediático, cargado de malas noticias, escándalos y hasta distorsiones con los que se sigue alimentando, día a día, la formación del sentido común de los peruanos.

De tiempo en tiempo, leemos en boca de ciertos analistas quejas sobre esta situación negativa del clima mediático. Se habla de que lo que se busca es el rating, de la morbosidad del público y a veces de la lejanía de los dueños de los medios y sus periodistas, con el sentido de misión y vocación que todavía algunos esperamos de la prensa.

En esta nota queremos compartir con nuestros lectores un brillante análisis de Matt Ridley, de su reciente libro: The Evolution of Everything (La evolución de todo), en el que nos dice: “No puedo reconciliar en mi mente esta extraña yuxtaposición de optimismo y pesimismo. En un mundo que nos da una oferta inagotable de malas noticias, las vidas de las personas mejoran y mejoran”.

En nuestra opinión, una de las más importantes responsabilidades de los líderes de opinión y de los medios de comunicación es promover la formación de ciudadanos empoderados y comprometidos, sobre todo en un país, que como el nuestro, está todavía en construcción.

Podemos entender los espacios de la inmediatez informativa en que se desenvuelve el mundo mediático, pero no debemos dejar de lado el eco de los grandes procesos históricos y el fomento de una mejor educación cívica.

Revisemos algunos pasajes de la magnífica obra de Ridley. (Traducido y glosado por Lampadia):

La Evolución de Todo

“Hay dos maneras de contar la historia del Siglo XX. Puedes describir una serie de guerras, revoluciones, crisis, epidemias y calamidades financieras. O puedes apuntar a la gentil pero inexorable mejora de la calidad de vida de casi todos en el planeta: el aumento de los ingresos, la conquista de las enfermedades, la desaparición de los parásitos, la creciente persistencia de la paz, la mayor duración de la vida, los avances de la tecnología. Escribí un libro sobre esto último. Estaba glorioso de que el mundo fuera un muy mejor lugar de lo que jamás había sido. Sin embargo, lee los periódicos y pensarás que habíamos sido sacudidos de desastre en desastre, y que nos esperaba un inevitable futuro de más desastres. No puedo reconciliar en mi mente esta extraña yuxtaposición de optimismo y pesimismo. En un mundo que nos da una oferta inagotable de malas noticias, las vidas de las personas mejoran y mejoran”.

“Creo que ahora ya entendí: Las malas noticias son hechas por el hombre ‘top-down’ (de arriba a abajo) deliberadamente, impuestas a la historia. Las buenas noticias son accidentales, no planeadas, emergentes, evolucionan gradualmente”.

“Las cosas que van bien son largamente  no intencionales; las que van mal son mayormente intencionales. Dos ejemplos:

Uno: La Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, el Tratado de Versalles, la Gran Depresión, el Régimen Nazi, la Segunda Guerra Mundial, la Revolución China, la Crisis Financiera del 2008; cada uno de estos eventos fue el resultado de decisiones ‘top-down’ hechas por, relativamente, un pequeño número de personas que trataban de imponer sus planes, ya sea por políticos, banqueros centrales o revolucionarios.

Dos: El crecimiento del ingreso global, la desaparición de enfermedades infecciosas, la alimentación de siete mil millones de personas, la limpieza de ríos y del aire, la reforestación de gran parte del mundo desarrollado, la Internet, el uso de telefonía celular para operaciones financieras, el uso de la genética individual para condenar a los criminales y liberar a los inocentes; cada uno de estos eventos fue serendípico, un fenómeno inesperado ofrecido por millones de personas que no tenían la intención de causar estos grandes cambios. Todas las cosas interesantes son incrementales, dice el filósofo Sir David Butler, y “solo muy pocos de los grandes cambios en las estadísticas de los estándares de vida de los seres humanos de los últimos cincuenta años, fueron el resultado de acciones de gobierno”.

“Dejar que las cosas buenas evolucionen, mientras hacen daño, ha sido el tema dominante de la historia. Por eso es que las noticias están solo llenas de cosas malas, pero una vez que suceden, encontramos que el gran bien ha sucedido sin anuncios. Las cosas buenas son graduales, las malas repentinas. Las cosas buenas evolucionan”.

“Equiparar ‘orden y control’ sigue teniendo un atractivo intuitivo, dice Brink Lindsey. ‘A pesar del obvio éxito de los mercados no planeados, a pesar del espectacular desarrollo del orden descentralizado de Internet, y a pesar de la muy publicitada nueva ciencia de la complejidad y del estudio de los sistemas auto-organizados, todavía es ampliamente asumido que la única alternativa a la autoridad central es el caos’”.

“El ‘volante’ (timón) de la historia es el cambio incremental a través de ‘prueba-y-error’, con la innovación dirigida por recombinaciones y esto pertenece a muchas más cosas que solamente a aquellas que tienen genes. (Le debo esta noción a Richard Webb, un experto en evolución e innovación).”

“Una buena apuesta sobre el Siglo XXI es decir que estará mayormente dominado por shocks de malas noticias, pero que experimentará un casi invisible progreso de buenas cosas. Incrementales, inexorables, inevitables cambios nos traerán mejoras materiales y espirituales que harán la vida de nuestros nietos más ricas, sanas, felices, inteligentes, limpias amables, libres y más pacíficas y más iguales –casi todo serendípicamente, como producto de la evolución cultural. Pero las personas con grandes planes causarán dolor y sufrimiento en el camino”.

“Démosle un poco menos de crédito a los creacionistas y alentemos y celebremos la evolución de todo”.

En Lampadia seguiremos tercamente difundiendo información sobre los grandes procesos de la humanidad desde una perspectiva del ‘vaso medio lleno’, mirando hacia adelante y promoviendo una mayor participación de los ciudadanos en la vida del país. ¡Ojalá podamos comprometernos con un mejor y más balaceado clima de ideas! Lampadia      




Recursos Naturales y Desarrollo

Recursos Naturales y Desarrollo

Durante los últimos años, Perú ha desdibujado su relación entre el aprovechamiento de sus recursos naturales (RRNN) y sus líneas de desarrollo. Lo que es más, se ha llegado a contraponer, en el discurso, la explotación de los recursos naturales con el crecimiento, la diversificación de la producción y la inclusión. Además se le ha imputado al sector de RRNN características negativas con las comunidades y el medio ambiente.

La verdad es que desde la promulgación de la nueva Constitución de 1993, en la cual se viabilizó el regreso de la inversión privada al país, el sector que se dinamizó más rápido y con mayor profundidad fue el sector minero. En buena medida, la espectacular reconversión del Perú, desde un país empobrecido, sin inversión y sin confianza en el futuro; hacia un país brioso, que por más de una década superó el crecimiento de los demás países de la región y del mundo en su conjunto, que bajó la pobreza a menos de la mitad, disminuyó la desigualdad y mejoró todos los indicadores sociales con un crecimiento “pro-pobre y pro-clase media”; se debe, en gran parte, al crecimiento de la inversión privada, (en la cual la inversión minera es un componente importante) , sus encadenamientos sectoriales y su oferta de recursos fiscales que, por primera vez en nuestra historia, permitió que el Perú financiara el incremento del gasto público sin incurrir en déficits fiscales.

Sin embargo, de la mano del gobierno del ‘nacionalismo’ desde la campaña electoral hostil a la inversión de Ollanta Humala, su primer gabinete dirigido por Salomón Lerner G., la crítica de los luego ministros de la Producción y de Transportes y Comunicaciones, Ghezzi y Gallardo, con su libro y la impronta por forzar una diversificación productiva en busca de ‘nuevos motores de crecimiento’, la falta de activismo pro-minero de los líderes de opinión y de los gremios empresariales, más la claudicación del gobierno ante las afrentas de los conflictos anti inversión llamados ‘conflictos sociales’ (mediante actos de violencia y difusión de ideologías como la del pos-extractivismo, la debilidad conceptual y la vocación por el escándalo y la noticia fácil de muchos medios de comunicación); el Perú, a diferencia de sus competidores mineros, como Canadá, Australia y Chile, ha abandonado su principal palanca financiera para su desarrollo.

En Lampadia, conscientes de la debilidad conceptual y la falta de participación cívica sobre la temática de la explotación de nuestros RRNN, hemos creado una nueva Biblioteca Virtual especializada en los “Recursos Naturales y el Desarrollo”, con el propósito de fomentar un mayor y mejor debate sobre estos temas de gran impacto para la vida nacional.

Esta sección tendrá cinco partes con la siguiente estructura:

Minería y Desarrollo

Análisis, documentos y opiniones que buscan explicar la relación entre la actividad minera y el desarrollo económico y social, tanto en su espacio de influencia directa como para el país en conjunto, identificando los potenciales de sinergias intersectoriales o encadenamientos productivos.  Para ello se mostrarán evidencias empíricas –sustentadas en datos tangibles– contrastándolas con los enfoques más ideológicos.

Minería y Medio Ambiente

Análisis, documentos y opiniones que explican como la tecnológica moderna, los estándares nacionales e internacionales y la supervisión de los reguladores y de la sociedad, determinan que la minería moderna sea ambientalmente sostenible. Busca mostrar también como el potencial técnico y financiero del sector minero puede incrementar el acceso de la población de su entorno a mayores y mejores servicios ambientales.

Conflictividad

Análisis, documentos y opiniones que buscan rescatar la experiencia local e internacional en el manejo de los conflictos ligados a los recursos naturales; analizando los enfoques vigentes, sus fortalezas y limitaciones. Su propósito es contribuir a que el Estado y el sector extractivo dispongan de marcos conceptuales y metodológicos para evitar la deslegitimación de sus actividades.

Pos-Extractivismo

Análisis, documentos y opiniones que buscan explicar la filosofía, los objetivos, las herramientas y los procedimientos de la principal corriente ideológica hostil a la minería: el pos-extractivismo.  Se busca visibilizar las implicancias que esta ideología tiene para el desarrollo social, económico e institucional del país, especialmente en las regiones donde se encuentran los recursos naturales.

Otras Industrias Extractivas

Análisis, documentos y opiniones relacionados a otras industrias extractivas diferentes a la del sector minero: hidrocarburos, hidroeléctricas, energías no convencionales, forestaría, etc. Se busca visibilizar el gran  potencial de desarrollo que estos sectores ofrecen al país.

Colaboradores

La biblioteca virtual de Recursos Naturales y Desarrollo contará con los aportes y colaboraciones de los especialistas en estrategia de desarrollo de RRNN, los directores del Centro Wiñaq, organización dedicada a fortalecer la institucionalidad democrática y la sostenibilidad del desarrollo social y económico:

Sebastiao Mendonça Ferreira

Autor, investigador y consultor internacional en planeamiento estratégico, finanzas y gestión del conocimiento. Profesor visitante del (MIT) Massachusetts Institute of Technology 2006-2011. Presidente del Centro Wiñaq.

Camilo Ferreira

Economista de la Universidad San Ignacio de Loyola, Perú. Investigador del Instituto Acción y de Soluciones Empresariales a la Pobreza, asesor en planeamiento estratégico en el sector publico y privado: tecnología, medios, minería, etc. Consultor sénior y fundador del Centro Wiñaq, Perú.

Franco Olcese

Ingeniero Industrial de la PUCP, con postgrado en la Universidad de Paris en Gestión en Países en Desarrollo. Experiencia en consultoría en Perú y Francia, en el sector financiero, de consumo masivo y minero. Consultor sénior y fundador del Centro Wiñaq, Perú.

Invitamos a nuestros lectores a aprovechar este espacio de reflexión y a participar en los debates que iremos proponiendo. Lampadia

 

 




Ahora el gobierno esconde la cabeza como el avestruz

Ahora el gobierno esconde la cabeza como el avestruz

El Perú sigue cayendo en el ranking del ‘Doing Business’ desde su pico en el puesto 35 hasta su caída en el puesto 50 este año. Esta vez, en el último año caímos 5 puestos, retrocediendo en 6 de los 10 indicadores usados por el Banco Mundial (BM) y estamos en el puesto 50 de los 189 países evaluados.

Increíblemente, el gobierno peruano pretende esconder la cabeza en la tierra cual avestruz. Tanto Angélica Matsuda, Directora Ejecutiva del Consejo Nacional de Competitividad, como el Ministro de Economía y Finanzas, Alonso (In)Segura, niegan el retroceso amparándose en el cambio de metodología del ranking. Nos quieren hacer tontitos, ocultando que el indicador del BM es una curva donde se compara a un país con todos los demás y, evidentemente, el cambio de metodología afecta a todos los países por igual. Una vergüenza, viniendo de una de las supuestas islas de excelencia del Estado peruano.

La caída solo es otra confirmación de la inflexión de nuestra economía e indicadores sociales producida desde el inicio del actual gobierno, desde el 2011. Ver en Lampadia: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo.

Este 27 de octubre, el Banco Mundial publicó su último informe: ‘Doing Business 2016’. El informe de 348 páginas evalúa la facilidad para hacer negocios en 189 países de todo el mundo a través de 11 factores: obtener electricidad (en términos de fiabilidad, precios y transparencia), manejo de permisos de construcción, comercio transfronterizo, pago de impuestos, protección de los inversionistas minoritarios, registro de propiedades, obtención de crédito, resolución de insolvencia, cumplimiento de contratos, regulación del mercado laboral y requisitos para comenzar un negocio.

Desde el año pasado, 151 de los países encuestados hicieron algunas mejoras y muchos países que progresaron en su puntuación general, cayeron en el ranking ya que fueron superados por las mejoras de otros. En otras palabras, no es suficiente que un país haga algunas mejoras teóricas en su clima de negocios; tiene que mejorar con respecto a los demás. Sus reformas deben superar a los otros países, es una suerte de competencia.

Cabe destacar que en el informe ‘Doing Business 2016’ ha habido un cambio en la metodología para evaluar el desempeño de un país en el cumplimiento de los contratos. Mientras que el tiempo y el costo de los litigios siguen siendo los índices para evaluar el desempeño de un país y su clasificación, la nueva metodología ha introducido un nuevo índice de la calidad del proceso judicial, que se evalúa sobre la base de la adopción de buenas prácticas que promuevan la calidad y la eficiencia del sistema judicial de un país. Un componente de este nuevo índice es la resolución de conflictos por medios alternativos, en particular con el arbitraje, la mediación voluntaria y la conciliación.

En su conjunto, América Latina y el Caribe tuvieron la menor cantidad de reformas regulatorias que cualquiera de las siete regiones del resto del planeta. Además, la región está calificada particularmente mal en las áreas de registro de propiedad y el pago de impuestos (un proceso que le toma a un empresario local 361 horas preparar, presentar y pagar impuestos, en comparación con 177 horas en otras regiones.

México mantuvo su lugar como el mejor clasificado para hacer negocios en América Latina, con Chile, Perú y Colombia un poco más atrás y todos se encuentran entre las 60 mejores economías de los países encuestados. Mientras tanto, los gigantes Brasil y Argentina se mantuvieron muy por detrás, en los puestos 116 y 121, respectivamente. Bolivia y Venezuela se mantienen en el tercio inferior de las economías evaluadas en los vergonzosos puestos 157 y 186 respectivamente.

Desde el informe del año pasado, el Perú ha caído cinco posiciones en el ranking mundial de “Doing Business” del BM. Está tercero en América Latina después de México y Chile, lo que significa que bajamos del segundo al tercer lugar entre los cuatro países de la Alianza del Pacífico.

Con 71.33 puntos, el Perú se ubica por encima del promedio de la región (59.07), comparado con México (73.72) y Chile (71.49). Sí superamos en la facilidad para hacer negocios a Colombia, Panamá, Brasil, Argentina, Bolivia y Venezuela.

El Perú ha estado trabajando supuestamente, para reformar algunos procesos principales:  facilitar los negocios, conseguir créditos y simplificar el pago de impuestos. Hemos mejorado el sistema de información de crédito con la aplicación de una nueva ley de protección de datos personales.

En la tabla inferior se puede observar el score de Perú en cada uno de los pilares de este ranking:

Ver el ranking completo en nuestro ‘Repositorium’ de Índices, Estadísticas y Rankings: Índice de Doing Business 2016. Y el cuadro anterior en:  http://www.doingbusiness.org/data/exploreeconomies/peru/#close

¿Qué se necesita para iniciar un negocio en el Perú? A nivel mundial, el Perú se sitúa en el puesto 97 en el ranking de 189 economías (ha caído ocho posiciones). Abrir un negocio en el Perú puede demorar hasta cinco veces más que en los países miembros de la Alianza del Pacífico. Según los datos recogidos por Doing Business, iniciar un negocio requiere de 6 procedimientos, toma 26 días y cuesta 9.8% del ingreso per cápita. En Chile la demora promedio es de 5.5 días, en México es de 6.3 días y en Colombia 11 días. Esto se puede observar más claramente en el gráfico inferior:

No olvidemos el ejemplo de híper regulación que presentó el Presidente del Banco Central de Reserva, Julio Velarde en Perumin sobre el sector minero. Ver gráfico:

Queda claro que tenemos muchas reformas por delante si queremos mejorar esta situación. No es solo una cuestión de que ha cambiado la metodología, sino que no hemos avanzado tan rápido en las mejoras como las demás economías y en muchos casos seguimos retrocediendo.

El ministro de Economía, Alonso (In)Segura insiste en negar la realidad: “No hemos hecho nada mal, lo que ha habido es, y el Banco Mundial también lo afirma, que han cambiado la metodología, son 10 indicadores los que miden, han cambiado dos o  tres el año pasado y han cambiado más este año, por tanto no son comparables los puestos“. Esta es una afirmación del ministro que supuestamente era el destrabador de los grandes proyectos. No ha destrabado ninguno y además a prácticamente paralizado las APP (Asociaciones Público Privadas) y las Iniciativas Privadas. No le hizo caso a Lampadia, que en agosto del 2014, hizo la propuesta de una estrategia para sacar adelante los grandes proyectos que debían sustentar el crecimiento de nuestra economía. Ver: Destrabemos megaproyectos para recuperar el crecimiento

No se puede seguir viviendo bajo excusas y mentiras. Seguimos malogrando nuestras oportunidades de desarrollo e inclusión. Lampadia




El rol del Comercio en la Eliminación de la Pobreza

El rol del Comercio en la Eliminación de la Pobreza

El Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) acaban de publicar en conjunto el documento: “The Role of Trade in ending Poverty” (El rol de comercio en la eliminación de la pobreza).

Las experiencias del Perú, alejado del comercio internacional hasta los años 80 y la más reciente, integrados comercialmente al mundo global desde mediados de los años 90 y, después de haber desarrollado tratados de comercio con el 90% de nuestros socios comerciales durante la primera década del siglo XXI, debería ser suficientemente aleccionadora e ilustrativa para los peruanos.

Las relaciones causa-efecto del alejamiento del comercio internacional con el empobrecimiento generalizado del país hasta 1990 y la gran recuperación de la economía, una vez integrados al comercio, son nítidas y contundentes: nuestra apertura comercial ha ido de la mano con un crecimiento y diversificación espectaculares de nuestras exportaciones, un crecimiento alto y sostenido de la economía, una acelerada reducción de la pobreza y la desigualdad y de muchos otros indicadores sociales. (Ver en Lampadia: Las cifras de la prosperidad).

El año 90 exportamos por todo concepto US$ 3,320 millones. El año 2014 exportamos US$ 39,252 millones, de los cuales US$ 4,205 millones fueron en agroexportaciones, US$ 1,800 millones en textiles, US$ 1,515 millones en productos químicos, US$ 77 millones en maquinaria  y equipo industrial, US$ 1,155 millones en productos pesqueros y US$ 20,410 millones en productos mineros, entre otros.

Lamentablemente, en el Perú, en algunos círculos académicos, intelectuales y políticos, se sigue cuestionando el rol del comercio internacional. Por ello esta publicación del BM y de la OMC es tan oportuna y relevante. Sobre todo a luces del próximo proceso electoral, en el que los peruanos deberemos elegir nuevas autoridades con la mejor información posible sobre las principales políticas públicas. Y la apertura comercial es una de ellas.

Líneas abajo presentamos los aspectos más importantes del resumen ejecutivo de la publicación indicada, el enlace a nuestra traducción de dicho resumen y el enlace a la publicación completa en ingles. Próximamente seguiremos analizando los distintos aportes de este importante trabajo.

Resumen Ejecutivo: El rol de comercio en la eliminación de la pobreza

Traducido y glosado por Lampadia

La expansión del comercio internacional ha sido esencial para el desarrollo y la reducción de la pobreza. La economía actual es incuestionablemente global. El comercio como proporción del PBI mundial se ha duplicado desde 1975. Los mercados de bienes y servicios se han integrado cada vez más a través de una caída de las barreras comerciales, con la ayudade la tecnología en la reducción de los costos del comercio. Pero este no es un fin en sí mismo. La gente mide el valor del comercio en la medida en que ofrezca mejores condiciones de vida, mayores ingresos, mejores posibilidades de elección, y un futuro más sostenible, entre otros beneficios. Para los pobres extremos que viven con menos de 1.25 dólares al día, el valor central del comercio está en su potencial para ayudar a transformar sus vidas y las de sus familias. De esta manera, no hay duda de que la integración de los mercados globales a través de la apertura comercial ha brindado una contribución fundamental para la reducción de la pobreza. El número de personas que viven en la pobreza extrema en todo el mundo se ha reducido en alrededor de mil millones desde 1990. Sin una mayor participación de los países en desarrollo en el comercio internacional y los sostenidos esfuerzos para reducir las barreras a la integración de los mercados, habría sido muy difícil lograr esta reducción.

El comercio puede seguir desempeñando un papel clave en la reducción de la pobreza.

En 2011 (el año más reciente del que se tienen datos completos), alrededor de mil millones de personas permanecían en la pobreza extrema – un poco menos de 15 % de la población mundial. El Grupo del Banco Mundial ha adoptado la meta de reducir esta cifra a menos del 3 %al 2030, y es prominente en las discusiones de este año sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible post-2015.

Este informe tiene tres mensajes clave:

  1. Un esfuerzo sostenido para enfatizar que la integración económica y una mayor reducción de los costos del comercio son esenciales para acabar con la pobreza. Se necesitará un fuerte crecimiento en los países en desarrollo para lograr erradicar la pobreza, y el comercio es un elemento fundamental del crecimiento.
     
  2. La reducción de las barreras arancelarias y no arancelarias entre los países son elementos esenciales de este programa, pero esto debe formar parte de un enfoque más amplio que reconozca las limitaciones que sufre la extrema pobreza (y para muchos, su desconexión de los mercados) si quieren beneficiarse del comercio. Esto incluye los desafíos que enfrentan las mujeres, los campesinos pobres, los que pertenecen a la economía informal, y aquellos de estados en conflictos.
     
  3. La OMC y del BM han hecho contribuciones sustanciales al comercio y la reducción de la pobreza. Sin embargo, queda mucho más por hacer para poner fin a la pobreza.

El comercio puede reducir la pobreza aumentando el crecimiento. A pesar de que las causas de la pobreza son multidimensionales, el requisito básico para la reducción sostenida de la pobreza es el crecimiento económico. La apertura al comercio aumenta el PBI de un país, ya que le permite utilizar sus recursos de la manera más eficiente mediante la especialización en la producción de los bienes y servicios que se puede producir de forma más barata, e importando los demás.

La mayor integración de la economía mundial ha sido un factor fundamental detrás de la reducción de la pobreza lograda hasta ahora. Y la integración será tan (si no más) importante en el camino hacia 2030. Un mensaje clave de este informe es la necesidad de aumentar los esfuerzos para mantener el comercio mundial abierto y hacer más para reducir los costos del comercio, mediante la integración de los mercados.

Sin embargo, el crecimiento por sí solo puede no ser suficiente para lograr el fin de la pobreza para el año 2030. Según las últimas proyecciones del Banco Mundial,del crecimiento global al 2030, es poco probable que el crecimiento sea lo suficientemente alto en todos los países en desarrollo como para reducir la pobreza al objetivodel 2030.Los países en desarrollo tendrían que crecer a un promedio de 4% anual – una tasa de crecimiento aún más alta que durante la década de 2000 y muy superior a la de los años 1980 y 1990.

Los pobres extremos enfrentan numerosas limitaciones que dificultan su capacidad para beneficiarse de ganancias económicas más amplias. Una característica novedosa de este informe es el vínculo establecido entre los retos que enfrentan las personas que viven en la pobreza extrema y su capacidad de beneficiarse del comercio, un motor clave del crecimiento. El informe describe cuatro características principales de los pobres que tienen un impacto particularmente fuerte en su capacidad para extraer todos los beneficios potenciales del comercio: la pobreza rural; la fragilidad y conflicto; la informalidad; y el género.

Cada una de estas cuatro características moldea el entorno en que viven los pobres extremos, y constriñe que se beneficien de las oportunidades comerciales. La pobreza en muchas partes del mundo (sobre todo en el África subsahariana, donde el reto de acabar con la pobreza extrema es mayor) es un fenómeno sorprendentemente rural.

Los riesgos que enfrentan los pobres también afectan su capacidad para beneficiarse de las oportunidades comerciales. Los principales riesgos que enfrentan los pobres a través de cada una de las cuatro dimensiones de la pobreza incluyen cambios económicos, ajustes del mercado laboral y la vulnerabilidad a los fenómenos meteorológicos y el cambio climático. Al mismo tiempo, los pobres a menudo carecen de acceso a los instrumentos y el apoyo necesario para mitigar estos riesgos (cosas que las personas en los países avanzados dan por sentado, como los seguros y seguridad social). Cuando los pobres se enfrentan a riesgos, pueden ser incapaces de adoptar estrategias que les permitan aprovechar al máximo las oportunidades de comercio, incluso cuando estas estrategias serían beneficiosas. 

Si bien los desafíos y riesgos que enfrentan los pobres extremos son considerables, las oportunidades son grandes. El comercio transfronterizo aumenta los ingresos de los productores agrícolas y comerciantes de los países pobres.

El mayor impacto en la reducción de la pobreza vendrá a través de un enfoque coherente que reduzca los costos del comercio de una manera que maximice los beneficios para los pobres extremos. Las políticas que se centran en la reducción de las barreras arancelarias y no arancelarias entre los países son elementos esenciales, pero deben formar parte de un enfoque más amplio. Sólo un enfoque holístico, que también incorpore una serie de medidas específicas localizadas, puede entregar las ganancias necesarias para poner fin a la pobreza mundial.

Este informe ofrece cinco áreas inter-relacionadas y complementarias de políticas que pueden ser consideradas por los países y la comunidad internacional en la aplicación de este enfoque:

  • La reducción de los costos comerciales para una mayor integración de los mercados.

  • Mejorar el entorno. Para lograr esto se requiere una mayor cooperación entre los sectores, una mejor coordinación entre los ministerios y agencias gubernamentales, y que una gama más amplia de partes interesadas en trabajar juntos de manera efectiva.
  • Intensificar el impacto de las políticas de integración en la pobreza. Traer un mayor enfoque en la lucha contra la lejanía de los mercados a nivel sub-nacional, y facilitar las actividades de los comerciantes pobres y pequeños, puede ayudar a mejorar los beneficios para los pobres, especialmente en las zonas rurales.
  • Gestionar y mitigar los riesgos que enfrentan los pobres. Es necesario enfocarse más en la gestión de los riesgos existentes que los pobres enfrentan. La gestión eficaz del riesgo puede ser un poderoso instrumento para el desarrollo, a través de la construcción de la capacidad de recuperación de los pobres a los efectos de los eventos adversos.
  • Mejorarla data y el análisis para las medidas políticas. Se requiere una mejor información para el diseño e implementación de políticas efectivas para maximizar los beneficios de reducción de la pobreza con el comercio.
 
 
 



La exacerbación política está creando otra discontinuidad

La exacerbación política está creando otra discontinuidad

Hacia el 2011 habíamos superado en buena medida el empobrecimiento de las décadas perdidas de los años 60, 70 y 80. Habíamos superado la ruptura de la cadena de pagos y la recesión de 1998. Y también habíamos superado la crisis del 2008. Nuestra confianza en el futuro estaba a todo vapor, crecíamos alto reduciendo aceleradamente la pobreza, disminuyendo la desigualdad y mejorado la mayoría de los indicadores sociales.

Sin embargo, optamos por un gobierno que cuestionaba todas las realizaciones. Luego de un período extraordinario de inclusión, nos casamos con un movimiento que planteaba la buscarla con las políticas públicas que ya nos habían empobrecido y habían sido abandonadas por todos los países que estaban saliendo de la pobreza. Ver en Lampadia: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo.

Los resultados se hicieron esperar pocos años, pero indefectiblemente terminamos por desandar el camino de la prosperidad que el sector privado había forjado, a pesar de nuestras limitaciones institucionales, sociales (educación y salud) y de infraestructuras. Ver en Lampadia: ¡Qué “Calato”… ni que ocho cuartos!

¿Cómo fue que los peruanos, en vez de dar otro paso adelante, tomamos el camino de regreso a las épocas en que los empresarios y el sector privado eran mirados con desconfianza, en vez de ser vistos como la palanca para el desarrollo integral?

 

Veamos cual era el sentir de los peruanos hacia fines del año 2010 y hacia marzo del 2011, en que se diluyó nuestra confianza en el futuro y optamos por una discontinuidad:

1. Sensación de felicidad

Según Apoyo Opinión y Mercado, en mayo del 2010, el 70% de los peruanos decía que: “Casi siempre me siento feliz o me siento feliz la mayor parte del tiempo”. Ver la siguiente tabla:

 

 

2. Apreciaciones sobre la vida familiar: optimismo y regresión

En diciembre del 2010, Apoyo O y M, registró un cambio significativo estadísticamente en comparación con diciembre del año anterior. Los ciudadanos que decían que su situación familiar con respecto a ‘Hace 12 meses’ y ‘Dentro de 12 meses’, era ‘Peor o Mucho Peor’, había bajado notoriamente, corroborando la sensación de felicidad que mostraba el cuadro anterior.

Evidentemente, los peruanos se sentían mejor y expresaban una mucho mayor confianza en el futuro, sin embargo, solo tres meses después, en marzo del 2011, después de la terrible campaña política para las elecciones, no solo regresaron a los indicadores del 2009, acusaron una situación aun peor que entonces. Esto se aprecia en el siguiente cuadro para Lima. (Las cifras para el resto del Perú no eran tan pronunciadas, pero mantenían la misma tendencia).

 

 

El siguiente gráfico confirma esta información, pero además, muestra la evolución histórica de estos indicadores. La curva de los que acusaban una mejor situación superó a los que sentían lo contrario. El contraste es especialmente notorio en el gráfico inferior, en el que se realiza una proyección de los años siguientes:

 

 

Algo importante tenía que haber sucedido para que en marzo del 2011, se produjera una reversión tan dramática del sentir ciudadano.

 

 

3. De cómo el clima político trastocó nuestras sensaciones

En nuestra opinión, los siguientes tres cuadros muestran y nos recuerdan el clima político y mediático que vivimos en el verano del 2011. La guerra fue a muerte. Todos los candidatos se descalificaron mutuamente y el tono de sus críticas fue tal, que se creó la sensación de que: “Todos están mal” y que “Todo está mal”. Muy parecido a lo que está sucediendo estos días.

Esto fue aderezado y alimentado por los medios, incluso por el que debía ser el más serio de todos, el diario de especializado en negocios, Gestión, que llegó a mentir descaradamente sobre unas afirmaciones del Banco Mundial. Ojo que en los cuadros referidos no se puede apreciar lo que sucedió en provincias, especialmente en las radios, que nos brindaron una feria de falsas catarsis.

El tercer cuadro muestra que el triunfalismo del Presidente García (justificado o no). Este, solo agudizó las contradicciones y abonó el terreno de la híper-crítica que nos llevó a: ‘mueran Sansón y los filisteos’.

También hay que mencionar que durante esos meses, como sucede todos los veranos por las lluvias de la sierra, subieron algunos precios básicos y el petróleo, que no hacían sino darle una manito al falso diagnóstico de que ‘todo estaba mal’. Veamos:

 

 

 

 

4. El giro de 180 grados

En tan solo tres meses los peruanos nos pasamos del ‘Vaso Medio Lleno’ al ‘Vaso Medio Vacío’. Evidentemente, no se habían resuelto todos los problemas del país, ni mucho menos, especialmente los remanentes de pobreza y los temas institucionales, pero el proceso en marcha y su reconocimiento por la población, no dejaban dudas de que antes dela campaña electoral estábamos en el camino de la prosperidad. Ver en Lampadia: Las cifras de la Prosperidad.

 

 

¿Por qué queremos recordar ahora esta información?

Pues por algo que ya nos es evidente a todos: hoy día, lejos aún del próximo proceso electoral, la clase política está embarcada en el mismo proceso autodestructivo y descalificador. Peor aún, ahora se produce esta trampa, en medio del enfriamiento de la economía y, a diferencia del 2011, en medio de una objetiva crisis de corrupción.

Parece que la clase política y muchos otros personajes, que terminan siendo una suerte de ‘tontos útiles’ del ‘todos contra todos’ y, ‘contra todo’, no se dan cuenta que la sensación de ‘tierra arrasada’ a la que estamos conduciendo el Perú, está abriendo las puertas del ‘infierno’.

Tenemos que parar la mano. No podemos seguir como vamos. Si no paramos este festín, es fácil imaginar que para marzo del próximo año, llegaremos exhaustos, hartos y dispuestos a tirarnos por cualquier barranco.

En momentos como estos es que una nación necesita la voz y el golpe en la mesa de los viejos de la tribu. De los hombres y mujeres que están más allá del bien y del mal. Si no escuchamos sus voces, tendremos que afinar el oído para escuchar el reclamo de las mayorías silenciosas, que durante sus esforzadas jornadas siguen produciendo riqueza y reclamando en voz baja: ¡BASTA!  Lampadia

 




Jugando con fuego

Jugando con fuego

Los peruanos hemos malogrado nuestra economía. Todos: gobierno, oposición, gremios, académicos, medios y por supuesto, los radicales anti-prosperidad. Unos por acción y otros por omisión. Unos por tomar decisiones equivocadas, otros por elegir autoridades inadecuadas y/o permitir que el país se encamine por la senda del error sin participar de la vida nacional y otros, notoriamente, por propiciar el descalabro detrás de sus ‘ideas muertas’.

Nuestro ‘ciclo virtuoso de crecimiento’ con reducción de la pobreza, la desigualdad y la mejora de todos los indicadores sociales, ya terminó (por ahora). Es muy difícil que en lo que queda de este gobierno se puedan enmendar entuertos y recuperar la confianza en las autoridades, recuperar el crecimiento y mejorar el ambiente político. Esa parece ser la batalla que habrá que desarrollar después del 28 de julio de 2016.

Ahora ha surgido una más urgente e importante: salvar a nuestra democracia del mismo descalabro que hemos labrado en la economía.

 

 

Es casi increíble ver cómo todos los días, desde el propio gobierno y, suicidamente desde la oposición de los partidos políticos tradicionales, desde la prédica y acción política de las izquierdas decididas a imponernos el pos-extractivismo y desde la opinión de muchas ‘gentes desconcertadas’, se está socavando la democracia.

Seguramente algunos lo hacen adrede, pero muchos otros no parecen darse cuenta del momento que vivimos. Hasta los agentes venezolanos, como la indeseable Virly Torres (ex aliada de Humala), están atacando al Presidente de la República, vendiendo la posibilidad de una vacancia presidencial o de un gobierno de transición y, en el camino, propiciando otra vertiente de la interrupción de nuestra democracia, una reacción defensiva u ofensiva, del propio Presidente de la República y/o de algunos de los halcones de su entorno.

El éxito del Perú solo puede basarse en la conjugación de una democracia sólida y una economía de mercado que termine de  igualarnos con los países más avanzados. La ‘Democracia y Mercado’, es nuestro camino a la prosperidad y bienestar general, como ya ha sido para muchos otros países.

La batalla por mantener una economía de mercado briosa, que continúe trayendo modernidad y progreso ha entrado involuntariamente para la gran mayoría de peruanos, en una fase de hibernación. Mientras tanto no podemos alentar ni permitir la destrucción de la democracia, venga de donde venga.

Eso no significa que no debemos seguir criticando los errores, o persiguiendo la corrupción, pero no podemos ser los tontos útiles de quienes tienen una agenda distinta ala del binomio de la prosperidad: Democracia y Mercado.

Estamos a tiempo de reflexionar, no volvamos a cometer los errores de la vieja política que solo busca llegar al poder, sin importar los medios. El fin no justifica los medios.

 

 

Propiciemos las siguientes acciones:

  1. Compromiso absoluto por defender la democracia. Cuidemos que el cambio de posta se de sin contratiempos el 28 de julio de 2016.
  2. Aprovechemos este período para tomar conciencia de la realidad global: de las políticas que han permitido que mil millones de personas hayan salido de la pobreza durante los últimos 30 años, de la tercera revolución industrial que con sus tecnologías exponenciales se presenta como disruptiva del empleo y la industrialización y, de la necesidad de construir una nueva gobernanza global, en la que no podemos dejar de participar.
  3. Evaluemos nuestra evolución económica, social e institucional de los últimos 25 años, sustentemos nuestro análisis en cifras serias y tratemos de establecer las relaciones causa-efecto de las políticas públicas que favorecieron y debilitaron los grandes objetivos nacionales, vinculados a la reducción de la pobreza y la desigualdad, la disminución de la mortalidad infantil y la desnutrición, la inversión y el crecimiento de la economía, la mejora de la educación y la salud, el desarrollo de nuestras infraestructuras e instituciones, nuestras capacidades productivas y de generación de empleo y, la necesidad de contar con un Estado meritocrático, eficiente y alejado de la corrupción.
  4. Comuniquemos a los ciudadanos las evaluaciones y análisis y promovamos debates serios sobre nuestras posibilidades de desarrollo integral y sostenible.
  5. Revaloremos los beneficios que nos ofrece el binomio de la prosperidad: Democracia y Mercado.

Somos muchos los ciudadanos que estamos observando los acontecimientos, solo falta que levantemos la voz para exigir un mejor liderazgo en medio de las aguas turbulentas que hemos querido atravesar. Este no es un momento para la pequeñez. ¡Es un momento para la Grandeza! Lampadia