1

Inspiremos a nuestros niños a pensar en grande

Inspiremos a nuestros niños a pensar en grande

En estos tiempos aciagos de nuestra vida nacional, en que parece que hemos olvidado que el gran fin de la educación es el futuro de nuestros niños y jóvenes, queremos hacer un paréntesis de la deprimente y destructiva coyuntura para imaginar y soñar –‘imasoñar’– cómo podríamos ayudar a nuestros niños.

Si bien la incertidumbre y el constante cambio de nuestras vidas ya es problemático para muchos, para las generaciones futuras es aún más incierto. Por eso, es importante que entendamos que en un período de cambio de paradigmas y de acelerada incorporación de nuevas tecnologías, el enfoque de la educación se convierte en algo muy difícil de manejar y resulta clave para permitir que nuestros niños tengan vidas plenas en un mundo que no sabemos cómo será. Pero resulta obvio que parte del reto es dotarlos de capacidades para que ellos mismos puedan ir aprendiendo y adaptándose en un proceso continuo, más allá de su paso por las escuelas.

Además de las capacidades cognitivas, debemos ayudarlos a desarrollar pensamiento crítico, trabajo en equipo, valores y a imaginar su propio futuro, permitiéndoles incluso imaginar y soñar su propio espacio de vida. A ‘imasoñar’, la palabra que hemos creado para expresar cómo soñar despierto sobre tu vida con una mente libre, te permite perseguir aquello que viene de tu imaginación. Cómo decía Einstein, la imaginación es más importante que el conocimiento.

¿Cómo los preparamos para un futuro que no podemos prever? Ante todo, potenciando sus habilidades de imaginar y soñar. Esto implica mantener en la mira la visión de una vida mejor, de éxito y auto realización.

Fuente: servingjoy.com

Sin embargo, todos soñamos de manera diferente. No siempre nos aferramos a nuestros sueños. La verdad es que muchos de nosotros renunciamos a nuestros sueños, especialmente cuando las cosas se ponen difíciles. Los abandonamos en lugar de persistir en la adversidad y en los continuos fracasos, en vez de lograr las ideas que habíamos imaginado y deseado para nosotros mismos.

Pero ser un soñado y tener objetivos grandes, en realidad nos proporciona una plataforma para el crecimiento y el éxito. Eso es justamente lo que resalta Bill Gates en su última publicación (leer líneas abajo) sobre una conversación que mantuvo con Camille Jones, la Maestra del Año de 2017 en el estado de Washington, EEUU. Ella trabaja en un colegio de más de 400 alumnos y visita cada clase alrededor de 15 veces al año para identificar a los estudiantes más prometedores que se beneficiarían pasando más tiempo con ella, los que luego serían los mejores abogados para incentivar a los demás niños a hacer mayores esfuerzos.

“Estoy buscando niños que se beneficiarían de ser empujados un poco más. (…) Veo a niños que se les complican las clases pero que aceptan la idea de que deben seguir intentando realizar las cosas que son difíciles. Y los niños que tienen éxito se convierten en mejores defensores del trabajo que es más desafiante. Cuando haces algo difícil y nuevo, tu cerebro crece. Cambia tu actitud y tu perspectiva sobre el resto de tu educación”, afirmó en su conversación con Bill Gates.

Lo más interesante del método de enseñanza de Camille es que ella busca introducir los temas de STEAM [steam significa vapor y se presenta como acrónimo para: Science, Technology, Engineering, Arts and Math] (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas) en proyectos prácticos. De esta manera, lo que busca es que los chicos no se encasillen en lo que ven en su día a día, sino que abran sus mentes más allá de los sueños tradicionales y vayan más allá de lo predecible.

Si fomentamos la creatividad, la curiosidad y ayudamos a nuestros futuros líderes a relacionarse mediante relaciones y empatía, entonces empoderamos a los niños para que sean autosuficientes. Serán adaptables al cambio en un mundo que todavía no podemos prever.

El futuro es más incierto que nunca, pero necesitamos hacer que nuestros hijos estén preparados para prosperar en él. Todo comienza con ‘imasoñar’. Lampadia 

Un maestro pionero

“Quiero que los estudiantes vean muchos futuros diferentes”

Por Bill Gates
GatesNotes
21 de agosto de 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

Envidio a personas que son buenas trabajando con sus manos. Por mucho que me gustan las computadoras, nunca llegué a armarlas o desarmarlas como lo hacen muchos aficionados. Escribir código es una cosa -me divertía hacer eso-, pero soldar placas de circuitos es completamente diferente.

Mucho de eso se debía a mi aptitud personal. Pero tal vez las cosas hubieran sido diferentes si hubiera tenido una profesora como Camille Jones, la Maestra del Año de 2017 en mi estado natal de Washington. Camille enseña STEAM [steam significa vapor y se presenta como acrónimo para: Science, Technology, Endineering, Arts and Math],-Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas-y como vi cuando visitó mi oficina a principios de este año, ella tiene una habilidad nata para despertar la imaginación con proyectos prácticos.

Aquí hay un video de nuestra reunión. No te pierdas la historia al final sobre el chico con un talento oculto para hacer puentes:

Camille enseña en Pioneer Elementary en Quincy, una pequeña ciudad agrícola en el centro de Washington. Ella ve a todos los niños en la escuela, lo que significa que algunos de sus estudiantes tienen sólo 5 años de edad. Me sorprendió que hablara con esos niños pequeños sobre STEAM. Creo que es genial, pero aparentemente no todo el mundo está de acuerdo: Camille ha escuchado el argumento de que sólo es apropiado para los estudiantes mayores.

“Me rompe el corazón escuchar eso”, me dijo. “Cuando los estudiantes llegan al quinto grado, muchas veces ya tienen ideas clara sobre en qué son buenos y qué les gusta hacer. Yo quiero proponer que el STEAM empiece desde el jardín de infancia. Debemos mostrarles todas las oportunidades en el mundo de hoy”.

Entonces, ¿cómo exactamente le hablas a un niño de 5 años de edad sobre ingeniería? Camille me mostró una lección inteligente usando unas cuantas tarjetas y un puñado de peniques.

También me preguntaba cómo Camille llegaba a cada niño en una escuela con más de 400 estudiantes. Ella organiza su trabajo como un bibliotecario o profesor de gimnasia, pero con un enfoque diferente. Ella visita cada clase alrededor de 15 veces al año y, de esas clases, sus colegas y ella identifican a los estudiantes prometedores que se beneficiarían de pasar más tiempo con ella. Y de ese grupo, eligen a unos pocos estudiantes para una atención aún más focalizada. Este modelo es bastante inusual, incluso algunos de los educadores en el comité de selección del profesor del año no habían oído hablar de él.

“Estoy buscando niños que se beneficiarían de ser empujados un poco más”, me dijo. “Veo a niños que se les complican las clases pero que aceptan la idea de que deben seguir intentando realizar las cosas que son difíciles. Y los niños que tienen éxito se convierten en mejores abogados de un trabajo más desafiante. Cuando haces algo difícil y nuevo, tu cerebro crece. Cambia tu actitud y tu perspectiva sobre el resto de tu educación”.

Es un enfoque fantástico para cualquier escuela y especialmente para aquellos de ‘alta necesidad’ como Pioneer, donde muchos estudiantes aprenden inglés como segundo idioma y hay un alto número de indocumentados. En los tres años que Camille ha venido desarrollando este rol, la matrícula en sus clases se ha disparado y sigue creciendo.

Para Camille, se trata de darles a los niños la oportunidad de aprovechar al máximo sus talentos. “Quiero que los estudiantes vean muchos futuros diferentes para ellos mismos”, dice. Después de conocer a Camille, no tengo ninguna duda de que está ayudando a todos sus estudiantes a soñar en grande. Lampadia