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El modelo chileno pierde cintura

El modelo chileno pierde cintura

A pesar de que Chile es visto por algunos como la economía más avanzada y abierta de Sudamérica y tiene la más alta calificación crediticia soberana (AA3 según Moody’s), la gigante productora de cobre estaría enfrentando problemas con la producción de nuevas minas. Además, su crecimiento económico se ha visto reducido continuamente a lo largo del año.

El Banco Central de Chile redujo su pronóstico de crecimiento para este año nuevamente, citando una desaceleración más profunda y más larga de lo esperado en la actividad y la demanda. El FMI recortó a 2% su proyección de crecimiento durante este año, a pesar de su anterior pronóstico de expansión de 3.2%. En agosto, el Indicador Mensual de Actividad Económica (IMACEC) aumentó tan solo 0.3% con respecto al mes pasado, un performance tan bajo que no ha sido visto desde el terremoto en Chile hace más de cuatro años.

Desde que Michelle Bachelet entró al gobierno, los inversionistas y los ciudadanos han venido perdiendo la confianza en su capacidad para gobernar el país. Muchas de las medidas que ha tomado son contraproducentes y le han restado a Chile la predictibilidad de la que ha gozado (raro ejemplo latinoamericano) durante las últimas décadas. Por el contrario, hoy los inversionistas están reticentes a invertir en un país que ahora legisla en contra de las empresas. 

Al parecer Bachelet, siguiendo la tradición de la izquierda latinoamericana, se ha contagiado del virus de la ‘refundación’. Se quiere transformar todo, hacer una nueva constitución. Todo esto afecta la tranquilidad del país, tal y como viene ocurriendo con las normas que se están aprobando.

Las reformas para incrementar el gasto en programas sociales de Bachelet han sido consideradas como populistas. Sin duda, la medida que mayores protestas ha generado ha sido la tributaria. (Ver en Lampadia (L): Resistencias a la reforma tributaria de Bachelet). 

Las PYMES y el sector empresarial en su conjunto llamaron la atención porque estas normas sería contraproducentes, pues debilitarían sustancialmente el clima de inversión chileno en un momento en que la economía se enfría y crece a sus niveles más bajos en los últimos cuatro años (2.7% el primer cuatrimestre). A pesar de que la reforma tributaria ha sido vendida como la única forma de obtener los 8,200 millones de dólares que se necesitarían para hacer gratuita la enseñanza (una demanda que tomó las calles durante el primer gobierno de Bachelet), no es muy bien vista entre los chilenos. Ver en L: Chile por el mal camino.

Actualmente, el gobierno chileno está tomando medidas para dinamizar nuevamente el crecimiento de su economía, poniendo en marcha un plan de inversiones en infraestructuras públicas. Hace unos días, el ministro de Obras Públicas anunció que se invertirá  US$ 28,000 millones, de los cuales 11,000 serán en régimen de concesiones públicas a empresas.

La minería, uno de los sectores más importantes del país, está enfrentando graves problemas. Se espera que Chile produzca un récord de 5.83 millones de toneladas de cobre este año, llegando a 6.23 millones el año que viene, afirma la Comisión Chilena del Cobre, Cochilco. Sin embargo, la estimación oficial de la producción en 2014 ya ha sido recortada dos veces, de 6.07 millones de toneladas, tras la suspensión de nuevos proyectos (como El Morro) y la caída de la producción en otros.

Sin embargo, uno de los principales problemas de las mineras chilenas es que su desventaja competitivas con otros países mineros es de 11.1%, según cifras del Consejo Minero. En los últimos cinco años, los costos de la minería del cobre habrían incrementado en 66%, indica. Se está convirtiendo en uno de los países más caros para la exploración y extracción minera.

De acuerdo a Cochilco, el costo de producir una libra de cobre aumentó de US$ 0.63 por libra en el 2004, que era la mitad del costo en África y muy por debajo del promedio mundial en el momento, a US$ 2.50 el año pasado. Esto significa que ahora cuesta alrededor de 3.5 veces más (350%) para producir una libra de cobre en Chile, comparándolo con hace una década, y la cifra es también superior a la media mundial de US$ 2.38 por libra registrado el año pasado.

Esto se debería, parcialmente, al alto precio de la energía (que significa alrededor del 20% de los costos de las empresas), lo que pone en peligro la competitividad de la industria de cobre del país y plantea un gran desafío para nuevos desarrollos. Según la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (ASIMET), el costo de la energía en Chile en la última década habría aumentado un 193%, mientras que el alza promedio mundial, durante los últimos diez años, fue de 111%.

Los altos salarios no ayudan a la situación. Los mineros chilenos producen menos de la mitad de sus contrapartes norteamericanas, pero tienen salarios más altos. El costo de mano de obra es entre 33 y 188% más alto que en otros países mineros.

Los costos de producción de minas chilenas podrían bajar, sin embargo, si los mineros recortan las expansiones planificadas debido a la caída de los precios del cobre y si los proveedores de energía se ven obligados a ofrecer precios más competitivos.

Otro de los motivos del aumento de los costos de minería del cobre es por el alza del dólar. El Ministerio de Hacienda hizo un llamado al sector privado al respecto, fomentando a que se invierta con fuerza en los sectores productivos que se vean beneficiados por una ventaja comparativa debido al tipo de cambio (como por ejemplo la exportación de alimentos, forestal y productos metálicos, que han tenido un alza de 14%, 10% y 20% respectivamente), y así poder sustituir el motor del crecimiento de los próximos años.

El economista chileno, Sebastián Edwards, explicó que “el ciclo de la mediocridad” estaría al acecho, lo cual implica una baja en la inversión, ahorro y productividad, todo lo cual ya está ocurriendo, señaló. También afirmó que el país se “ha quedado atrás en infraestructuras”, y que Chile “no es un país moderno y aspiramos a que se mueva hacia la modernidad”. También avisó de que un hipotético descenso en el precio de las commodities provocaría que “nuestro entorno se transforme en uno menos favorable”.

Otras medidas que habría que tomar en consideración sería hacer cambios en el gabinete, como afirma Edwards. Dice que, “en Chile, hasta ahora, no han existido defensores del capitalismo”, mostrando su preocupación por el clima social.

Se están tomando medidas para dinamizar la economía chilena, pero faltaría fortalecerla más. Esperemos que Chile logre su recuperación económica. A toda la región le haría mucho bien que Chile recupere su senda de crecimiento, su modernidad y su cintura. Sería muy bueno para todo Latinoamérica. Lampadia




Falta de inversión desacelera el crecimiento

Falta de inversión desacelera el crecimiento

Las economías de Chile y Perú están mostrando signos de desaceleración más fuertes de lo esperado este año, sin embargo nuestro vecino es quien está recibiendo el golpe más duro. En el último reporte de Bloomberg, a julio de este año, las proyecciones de crecimiento de Chile se han reducido en 2.1 %, mientras que las del Perú en 0.3%, según lo publicado por El Mercurio de Chile (6 de agosto 2014).

En junio, el Banco Central de Chile redujo sus expectativas de crecimiento para este año a un rango entre 2.5% y 3.5%, desde un rango previo de 3% a 4% en marzo. Por su lado, el Banco Central de Reserva del Perú, también redujo sus expectativas del PBI a 4.4% desde una estimación anterior de 5.5%.

La baja en la expectativa de Chile se debe al deterioro reflejado en el IMACEC (Indicador Mensual de Actividad Económica), que mostró una expansión mínima de 0.8% en junio. Esto es consecuencia, mayormente, del menor crecimiento de la industria, menores crecimientos de China y desaceleración del consumo interno, que afectan la economía. En los primeros seis meses del año, las importaciones tuvieron una caída del 8.2% y las exportaciones apenas subieron 0.5%.

Asimismo, parte del deterioro de su economía se debe a la incertidumbre causada por las reformas estructurales de la actual presidenta Michelle Bachelet (Ver en Lampadia (L): Chile: Limites al crecimiento), aunque ella asegura que “a mediados de nuestro gobierno esperamos estar nuevamente con la casa bien ordenada y creciendo establemente”. Sin embargo, actualmente, la incertidumbre e inestabilidad están causando graves problemas en la inversión, que se ha reducido considerablemente. El Director de Derco afirma que “el 80% de la desaceleración es por factores internos” y que es la falta de estabilidad en la economía y el trabajo lo que está afectando las expectativas de los consumidores, alimentados por “una avalancha de medidas, cambios, todos simultáneos y radicales, como si el mundo se fuese a acabar en pocos meses y que dan la sensación de que todo lo pasado estaba mal hecho. Existe un serio problema, además, de alineamiento entre las autoridades. Todo ello produce confusión.” (L: ¿Tropieza Chile?)

En el caso del Perú, nuestra economía también viene desacelerándose en los últimos meses. Durante el primer trimestre del año, el crecimiento del PBI fue de 4.9%, nivel inferior al esperado de 5.5%. Esta desaceleración se explica por un menor crecimiento de la inversión privada, que constituye entre el 80-85% de la inversión total y es uno de los principales motores de nuestro crecimiento.

La razón de esta reducción de la inversión es, al igual que Chile, un problema interno más que externo, mayormente causado por trabas del mismo gobierno mediante permisos y lentitudes burocráticas. El principal factor que nos está golpeando es la desaceleración de la inversión privada causada por el deterioro de la confianza, las expectativas y el clima de inversión. (L: ¡Es el Estado,… estimado!).

La disminución del ritmo de inversión privada en el Perú se da en los sectores vinculados a nuestros recursos naturales, pues hasta se puede entender que con la búsqueda de los llamados ´nuevos motores´ de crecimiento del PNDP (Plan Nacional de Diversificación Productiva), se están cambiando los motores en pleno vuelo. En nuestra opinión esto no solo es un error de interpretación de la realidad nacional y su potencial, sino también es como ´convertir un Jumbo en un bimotor´ (en el corto plazo), una temeridad.

Tal situación se debe a fallas sistémicas del gobierno a la hora de dar mensajes claros a la población, la falta de liderazgo del gobierno y las debilidades de nuestra burocracia para impulsar los grandes proyectos. (L: Otra vez La Parada (esta vez en la inversión.)

En general, en todo Latinoamérica se puede observar una reducción en las expectativas de crecimiento, inclusive en gigantes como Brasil, que está teniendo graves problemas primordialmente por masivas protestas ante los elevadísimos costos de vida, los deficientes servicios públicos, el estancamiento económico y la corrupción en la esfera política, que revelan el fracaso de la conducción de Rousseff y la urgente necesidad de profundas reformas (L: Brasil sin rumbo ni brújula).  Solo hace unos días reportamos un crecimiento de Brasil para este año de 1.5% (L: Brasil: Del optimismo de Lula a la frustración de Rousseff – La caída de un gigante crea incertidumbre en la región), ahora Bloomberg lo estaría reduciendo a 1.3% del PBI.

Además de Brasil, el resto de países que conforman los BRIC, quienes iban a ser los grandes impulsores de la economía global, han perdido velocidad y brillo. Por otro lado, para Colombia se estima un incremento adicional de 0.3% del PBI (L: Mientras Colombia crece, el Perú decrece y le echa la culpa al cobre, a China y a los malos vientos…). Polonia, en cambio, lleva un crecimiento galopante impulsado por profundas reformas a todo nivel: económicas, educativas e institucionales (L: Polonia: La nueva estrella europea).

No nos engañemos, ni nos dejemos engañar. En nuestro caso, la principal causa de esta disminución de crecimiento es por el desconocimiento de nuestra realidad, la falta de confianza y la inestabilidad política interna. No somos los únicos en sufrir estos embates políticos que ante diversos estímulos hacen que los gobernantes disparen a cualquier parte.El Perú, a diferencia de la mayoría de países, está desperdiciando grandes oportunidades de crecimiento (L: El Perú de espaldas a la minería). Debemos tomar acción y realizar medidas para crear un clima favorable a la inversión, y parar esta desaceleración, poniendo en valor nuestras potencialidades. Lampadia