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Los mercantilistas y la energía

Carlos E. Gálvez Pinillos
Ex presidente de la SNMP
Para Lampadia

Hoy en el Perú contamos con una potencia instalada de 14,800 MW, mientras la máxima demanda alcanza 6,500 MW.  El exceso de capacidad instalada tiene como origen la sobre oferta provocada durante el gobierno anterior, que no entendía las reglas del mercado (por pensar inocentemente) y promovió el desarrollo de proyectos de generación eléctrica con precios garantizados,  mientras al mismo tiempo, se produjo la paralización de los proyectos mineros que hoy estarían resolviendo los problemas de crecimiento económico del Perú. 

Para quien no esté familiarizado, las fuentes energéticas en el Perú de hoy son muy limpias; 46.5% hidroeléctrica, 45.4% gas natural, incluyendo “ciclo combinado”, 2.1% eólica y 0.5% fotovoltaica (solar), dejando solo para fines de reserva extrema, fuentes contaminantes (carbón, residual y diésel), por lo que pretender promover fuentes alternativas de generación eléctrica para sistemas interconectados, por razones ambientales, es una falacia.

Fuente: Estudio Jurídico MBG y Asociados

Bajo las circunstancias mencionadas, queda claro que,  quienes creyendo en la economía de mercado asumieron los riesgos empresariales  y optaron por invertir en generación para el bien del Perú, sin pedir nada al Estado, hoy sufren la competencia desleal de aquellos que, promovidos por el gobierno de Humala, recibieron garantía de precios en el largo plazo, obviamente pagada por la ciudadanía.

No contentos con eso, hoy  promueven en el Congreso leyes de corte mercantilista que fomentan más subastas de energía alternativa, ciertamente con precio garantizado, otra vez de cargo del ciudadano.

Ya basta de negociados, pues al paso que vamos nos sobrará energía por lo menos por una década (hasta el año 2028 según el COES) y siempre que tengamos un crecimiento económico de 5% por año de manera sostenida.

Igualmente, es tiempo de olvidarse de propuestas de ley, tales como la presentada el 5 de mayo para declarar de “interés nacional y necesidad pública la construcción de la Central Hidroeléctrica Santa María”, so pretexto que le falta energía eléctrica a la población de Apurímac, como si con el  sistema interconectado de transmisión eléctrica nacional, fuera necesario que cada departamento cuente con una central de generación eléctrica propia para que “le cueste más barato al consumidor local”. No deja de sorprender el número de congresistas que se suman a este concepto y firman tal proyecto, sin informarse de cómo funciona el mercado eléctrico.

En el Perú debemos permitir que el sector empresarial invierta, asumiendo sus riesgos empresariales y de mercado, sin más intervención estatal que la de garantizar el marco regulatorio y la estabilidad política y social, bajo el imperio y respeto  absoluto de la ley.

De su lado, el sector político debe comprender que el mercantilismo no es más que una muy importante, pero soterrada forma de corrupción, de la que el Perú está harto y tenemos la obligación de desterrar.  Pues gracias a esta intervención inapropiada, los mercantilistas aseguraron sus utilidades y los que invirtieron sin hacer lobby, hoy enfrentan serios riesgos empresariales, vendiendo  energía por debajo de los niveles de precios que permitan recuperar la inversión y sin que esos menores precios puedan beneficiar a la ciudadanía que paga el precio garantizado. Lampadia




“Crecimiento se tiene que basar en hidroeléctricas y ya no en centrales a gas”

“Crecimiento se tiene que basar en hidroeléctricas y ya no en centrales a gas”

Entrevista a César Butrón Fernández, presidente del directorio del COES

Por Luis Hidalgo

(Gestión, Martes, 27 de enero del 2015)

—El presidente del COES opina que la idea del Ejecutivo de subastar 1,200 MW en hidroeléctricas es buena pero cree en la necesidad de debatir el esquema bajo el cual se hace.

Según las proyecciones del Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES), la demanda de electricidad creció solo 5.3% en el 2014, la mitad de lo programado inicialmente. César Butrón nos muestra el panorama venidero.

¿Cuál es la situación del sector eléctrico nacional?

La primera conclusión que tenemos es que el sistema eléctrico interconectado del Perú está actualmente en una situación cómoda. Hemos salido de aquellos años en los que casi no teníamos reserva operativa, cuando estábamos al borde del corte de energía por cualquier motivo.

¿Y cómo se ha llegado a esta buena situación?

Se han producido una serie de inversiones en el sector, producto de muchos esquemas (de promoción) diferentes, además de las inversiones en transmisión, por lo que actualmente el sistema tiene capacidad para atender la demanda. Incluso tenemos una reserva de 23%. Y hay un programa de inversiones en plena ejecución de acá al 2018 (ver vinculada).

¿Podría crecer la demanda más que lo proyectado?

Sí, si se ponen en marcha inversiones mineras que han sido anunciadas pero que no se están ejecutando. Nuestras previsiones actuales no incluyen proyectos como Tía María, Conga entre otras, porque no tenemos fecha cierta de su ejecución.

¿Cuánto sería el crecimiento de la demanda de electricidad si ingresaran esos proyectos mineros ahora paralizados?

Con esos proyectos la demanda podría crecer a 12% o 13%. Aun así alcanzaríamos a atenderla, pero habría que adelantar algunas obras previstas para el 2019.

¿Cuáles, por ejemplo?

Habría que definir qué nuevas centrales de generación se adelantan porque hay mucho nombres pero se tendrían que concretar en estos días para lleguen a tiempo.

¿Hablamos de centrales térmicas?

Centrales térmicas ya no, la base tendría que ser de centrales hidroeléctricas, porque con las primeras ya hemos crecido, como es el caso del Nodo Energético del Sur, ahora hay que crecer con hidroeléctricas.

¿Y cuáles son las hidroeléctricas pendientes?

Las conocidas son Santa Rita, Molloco, Santa María, San Gabán I, III y IV, Santa Teresa II, Chavín, Santa Cruz, Curibamba, hay mucho proyectos que fácilmente suman 3,000 MW, pero no se pueden hacer todos y sí unos 1,500 MW.

¿Por qué no seguir instalando generadoras a gas natural?

Actualmente tenemos 51% de la potencia instalada a gas y 49% en hidroeléctricas. Con el potencial que tenemos de esta última fuente, deberíamos tener una distribución 70% y 30%, o 60% 40% entre térmicas a gas e hidroeléctricas.

La generación hidroeléctrica es renovable, no produce gases de efecto invernadero y tiene un costo variable (operación) muy pequeño. Entonces, lo racional y conveniente es basar el crecimiento del país en centrales hidroeléctricas, complementadas con generación a gas y energías renovables, y no al revés.

El titular del MEF ha anunciado que este año adjudicarán 1,200 MW en hidroeléctricas…

Es bueno que el Gobierno tenga esa iniciativa; la forma que lo está haciendo es a través de concursos lanzados por ProInversión mediante contratos de concesión, pero lo que hay que tener cuidado es de no adelantarse demasiado en el tiempo y ponerlos cuando se necesita (según nuestros cálculos se necesitan para después del 2022). Y ese es el gran problema a resolver.

¿Por qué?

Porque cuando ProInversión licita proyectos de este tipo (o de infraestructura) tiene que garantizar un ingreso a los concesionarios.

Una especie de garantía de red principal (GRP)…

Sí, pero más delimitada; el Nodo Energético del Sur se ha hecho así: poner en el peaje de transmisión una especie de GRP con lo cual a las empresas de este nodo se les va a pagar un cargo especial para garantizarles un ingreso. La pregunta es si en la siguiente subasta para hidroeléctricas le van a dar esa GRP, o qué, pero algo les tienen que dar para que sean rentables.

¿Y cuál es el problema?

Uno es que no es gratis, lo tiene que pagar el usuario vía las tarifas. No estoy diciendo que sea un mal esquema, pero habría que determinar si es el más apropiado.

¿Y cuál sería en su opinión el mejor esquema a aplicarse en este caso?

Lo importante es que tenga el impacto más eficiente en la tarifa. No hay que olvidar que no siempre la tarifa debe ser la más baja posible, sino que debe ser lo más justa posible, que remunere el capital y demás componentes de manera adecuada, y que la tarifa resultante (para el usuario) sea competitiva. El gran tema a debatir sería: cuál es el mecanismo más conveniente para el país que debe utilizar el Estado para promover la inversión en hidroeléctricas; todavía no está claro.

Oferta puede atender el crecimiento de demanda hasta el 2018

¿Hasta cuándo se sostendrá el actual estado de comodidad? Hasta el 2018, dice Butrón, porque por un lado hay un programa de inversiones en plena ejecución y se van a incorporar unos 4,800 MW nuevos de capacidad de generación de acá a esa fecha y, por otro lado, el crecimiento de la demanda de energía se ha desacelerado (por la disminución del ritmo de crecimiento de la economía).

Precisa que con las inversiones en generación eléctrica en marcha, las proyecciones del COES indican que se puede atender la demanda, si esta crece a tasas de 8% a 9% anual, hasta el 2018.

Refirió que en el 2013 el COES proyectaba que la demanda nacional de electricidad iba a crecer 10% en el 2014, pero “al final el año pasado terminó creciendo solo 5.3%”, debido al impacto de la desaceleración de la economía nacional (pasó de crecer 5.8% en el 2013 a 2.4% el año pasado, según la última cifra del BCR).