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Campodónico no aprendió contabilidad en la UNI

Campodónico no aprendió contabilidad en la UNI

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Mi amigo Humberto Campodónico, compañero de estudios de ingeniería en la UNI, ha tenido el triste privilegio de impulsar uno de los peores desperdicios de recursos fiscales de nuestra historia con la mal habida refinería de Talara, en la que estamos terminando de enterrar unos US$ 6,000 millones de todos los peruanos.

Campodónico y el diario La República llevaron de la nariz al presidente Humala para desarrollar una inversión absurda: 

  • la humanidad está saliendo de las inversiones petroleras; 

  • desestructurada, pues no tenemos petróleo para abastecerla; 

  • y carísima, pues con una fracción de lo invertido, menos del 10%, la refinería de la Pampilla reconvirtió sus instalaciones para producir refinados sin niveles perjudiciales de azufre. 

Ahora, mi amigo Campodónico se suma al coro de los antimineros, clamando por aumentar los impuestos a la minería, que es el camino para desalentar las inversiones y malograr nuestro gran potencial de crecimiento, máxime en el caso de una actividad que ofrece muchos beneficios económicos y sociales para sacar al país de la pobreza. Ver en Lampadia: La Pachamama nos regaló la minería.

Campodónico dice en su artículo ‘Sobreganancias mineras: segunda oportunidad’ en La República hace un par de días: 

Supongamos que una empresa minera, con precios “normales” del cobre tiene una utilidad antes de impuestos (UAI) de US$ 1,000 millones y el impuesto a la renta es 30%. El Estado recauda US$ 300 millones y las utilidades son US$ 700 millones. Si el precio del cobre se duplica, el año siguiente la UAI será US$ 2,000 millones: el Estado recauda US$ 600 millones y las utilidades serán US$ 1,400 millones.

Este es el quid de la cuestión. La empresa tiene utilidades adicionales de US$ 700 millones de los recursos naturales de la nación, producto de la “ganancia inesperada” por el alza de precios, lo que el impuesto a la renta no capta. 

Campodónico desinforma groseramente, tal como se suele hacer en La república, pues la minería peruana no tiene cargas de 30%, sino de 47%. 

Veamos las cargas fiscales peruanas y comparémoslas con los países mineros que compiten con nosotros.  Para ilustrar a nuestros lectores sobre la verdadera situación tributaria de la minería, voy a usar a continuación, los textos y cuadros del Semanario Minería y Petróleo, del 3 de enero, 2022, en el que se reseña una entrevista a Raúl Jacob, presidente de la SNMPE:

Como se puede ver, Australia, Chile y Canadá tienen cargas tributarias menores que las del Perú: Australia con 44.3%, Chile con 40.7% y Canadá con 35.5%.

En el Perú no solo se paga impuesto a la renta, sino que las empresas mineras deben responder por la suma de ocho conceptos distintos:

  1. Impuesto de tercera categoría, que es el impuesto a la renta empresarial, que hoy en día es del 29.5% 

  2. La regalía minera que va en una tasa creciente, de modo tal que conforme se incrementan las ganancias el pago es mayor. Si aumenta la utilidad la tasa también se incrementa. 

  3. El impuesto especial a la minería (IEM), que es también un impuesto con la misma estructura del anterior. 

  4. El gravamen especial a la minería (GEM) que tiene la misma estructura, pero este gravamen solo lo pagan las compañías con contratos de estabilidad tributaria. 

  5. Impuesto a los dividendos, equivalente al 5% de los dividendos. 

  6. El Fondo de jubilación minera, que está relacionado con la utilidad operativa. 

  7. Aporte por regulación a OEFA, Osinergmin y otros.

  8. Participación de los trabajadores, que tiene un tope, después del cual revierte al Estado a través del Fondo Empleo.

Justamente, gracias al régimen tributario progresivo existente, el año 2021 nos ha dado una recaudación record. 

En el año 2020 el Perú recibió del sector minero 4,073 millones de soles en impuestos

  • El 2021 se esperaba recibir 12,500 millones de soles

  • En realidad, se va a recibir alrededor de 14,000 millones de soles, en impuestos pagados por el sector minero.

Este resultado se debe, principalmente, al efecto combinado de los mayores precios, que han mejorado los resultados de las compañías mineras y a las tasas de impuestos crecientes, a medida que van aumentando las utilidades de las compañías mineras. 

Si se mantienen, durante los próximos cinco años, los precios a los niveles en que se encuentran hoy día –con el cobre a más de 4.30 dólares la libra, el oro casi a 1,800 dólares la onza troy, la plata a 24 o 25 dólares la onza troy y el zinc a más de 1.50 dólares la libra– tendríamos un récord de recaudación según la estimación de la SNMPE. 

Estimando un precio de US$ 3.90 por libra para el cobre, que es un poco menor al de US$ 4.30 que ha prevalecido en estas últimas semanas y de US$ 1,600 para el oro, tendríamos en el quinquenio que va desde el 2022 al 2026, una recaudación de 87,700 millones de soles, la cual sería mucho mayor a la que tuvimos entre el 2017 y el 2021 de 32,979 millones de soles.

Este esquema se hizo para poder capturar ese valor adicional que tiene la industria minera cuando los precios suben. Lo que Campodónico llama windfall profit tax.

En los 10 años que siguieron desde el 2011 hasta el año pasado, el sector minero ha invertido 60 mil millones de dólares.

En esos años se desarrollaron numerosos proyectos, lo cual permitió duplicar el PBI minero entre el año 2000 y el año 2019, lo que llevó a que la economía peruana creciera anualmente entre un 6 y 8% e incluso más en varios años.

Esto es lo que ha permitido, justamente, el que la producción minera del país vaya adelante y los ingresos tributarios mejoren.

Del total de la recaudación tributaria minera, más o menos la mitad viene de proyectos que han sido desarrollados en los últimos 10 años.

Entonces, competitividad tributaria minera es principalmente tener proyectos que se van ejecutando gracias a que el régimen tributario no ahoga a los inversionistas, sino al contrario, lo estimula a invertir como ocurrió en este caso.

En los últimos 10 años se invirtieron 60 mil millones de dólares. Ahora, ¿qué tenemos por delante? 53,168 millones de dólares en proyectos. De éstos en los próximos cinco años, casi 20 mil se podrían hacer relativamente a buen ritmo. 

En resumen, queda claro que la minería peruana ya paga un windfall profit tax, que nos lleva a contribuir 47% sobre la renta, una tasa fiscal mayor a la de los países mineros que compiten con el Perú, Canadá, Chile y Australia.

También queda claro que la campaña del gobierno y las izquierdas anti inversión, para aumentar los impuestos a las empresas mineras, está basada en desinformación, distorsiones y graves errores de política, pues, en vez de promover el crecimiento del mayor motor de nuestra economía, se está pretendiendo apagarlo.

El desarrollo de nuestros proyectos mineros puede darnos todos los recursos fiscales necesarios para hacer un salto cualitativo en los servicios de salud, educación, en infraestructuras y tecnología. Todo lo que necesitamos para derrotar la pobreza.

La minería es el camino para efectivamente hacer realidad el ‘no más pobres en un país rico’. Destruirla es una traición anti prosperidad. Lampadia




El espíritu emprendedor en el Perú y Latinoamérica

El espíritu emprendedor en el Perú y Latinoamérica

Actualmente, una gran mayoría de los jóvenes optan por convertirse en empresarios por una variedad de razones. De acuerdo con el Global Entrepreneurship Monitor, casi dos de cada tres empresarios latinoamericanos son impulsados por oportunidad y no por necesidad.

En el CADE Universitario 2014, más del 90% de los jóvenes afirmaron su deseo de ser empresarios. Sin embargo, la mayoría de los candidatos solo hablan de lo que puede o debe hacer el Estado. Sin privilegiar la consolidación de una economía de mercado y promover la inversión privada, los jóvenes no encontrarán el espacio para luchar por sus sueños. Por esa razón el voto debe ser una elección consiente y responsable más que una reacción emotiva a las propuestas populistas de candidatos que no entienden el Perú.

Desde hace muchos años, los peruanos han desarrollado actividades emprendedoras, probablemente como un refugio a la falta de empleo tradicional en el sector privado y en el sector público. El sector privado, minimizado y el sector público quebrado, desde los años 60 hasta inicios de los años 90, por el torpe estatismo socialista de la dictadura.

Así se consolidó el sector emergente, que alberga mucha informalidad y desarrolla sus actividades con una productividad muy baja. Por estas razones, mucho de su realidad no aparece en las estadísticas oficiales y no se incluye en las encuestas como la que comentamos líneas abajo.

Por ejemplo, la empresa Silicon Technology del clúster de ATEM en Los Olivos, desarrolló un simulador del rayo atmosférico para probar la resistencia de aisladores de alta tensión y transformadores que se producen en dicho clúster. este desarrollo acaba de ser reconocido por el establishment peruano y hace pocos días se ha anunciado la certificación de Silicon Technology como CITE de Energía.

La región de América Latina y el Caribe está evolucionando y tomando un papel más protagónico en las nuevas empresas lideradas por jóvenes. Ahora es la segunda región más emprendedora en el mundo. Cuatro de cada 10 jóvenes de América Latina tienen el deseo de convertirse en un empresario.

En toda América Latina hay un esfuerzo concertado para crear este tipo de cultura de emprendimiento. Endeavor Global, una iniciativa empresarial privada, ha estado tratando de establecer las bases para esto. Se ha reunido los líderes de negocios en conjunto de toda América Latina para formar una red de apoyo que ayude a las empresas a crecer y luego se hace un intercambio en el cual estas empresas ofrecen la misma ayuda a los nuevos emprendedores que comienzan sus propias empresas o start ups.

Según una reciente encuesta del Global Entrepreneurship Monitor, el 69.4% de los peruanos dicen tener las habilidades y experiencia para iniciar un negocio. Aún así, el 29.1% no emprenden una iniciativa de negocio por miedo a fracasar, a pesar de que el 62.3% de la población ve buenas oportunidades para iniciar un negocio en el lugar donde viven.

Las actitudes y percepciones hacia la iniciativa empresarial en el Perú se han incrementado y más del 80% lo ven como una buena elección de carrera. Sin embargo, a pesar de tener objetivos ambiciosos, los indicadores han sido bajos. Sólo el 7.3% de los empresarios tienen expectativas de crecimiento del empleo, el 14.5% propone una nueva combinación de producto / mercado y sólo el 0.49% planea invertir en los sectores de alta tecnología.

Intenciones Emprendedoras- Encuesta de 2015

Fuente: Global Entrepreneurship Monitor

Según los expertos entrevistados por GEM, los tres factores más importantes que influyen positivamente la iniciativa empresarial en el Perú son el clima económico, las normas culturales y sociales y el apoyo financiero.

El buen clima económico ha sido percibido como el principal impulsor de la iniciativa empresarial en el Perú. “Esto converge con una mayor difusión de la cultura empresarial en los medios de comunicación y espacios sociales. A su vez, la afluencia de fuentes más grandes y diversas de la financiación para los empresarios ha permitido la creación de nuevas empresas.”

Por otro lado, los factores principales que limitan el espíritu empresarial son las trabas políticas-burocráticas del gobierno, la falta de apoyo financiero por parte del gobierno y la falta de educación empresarial.

Durante 2014, los expertos señalaron que las políticas públicas, especialmente las relacionadas con la obtención de licencias y los impuestos siguen siendo los principales obstáculos para el dinamismo empresarial. Además, las fuentes de financiación suficientes para el capital inicial y las deficiencias en la educación básica no sólo impiden que las personas inicien negocios, sino también crean un impacto negativo en la performance de este tipo de empresas.

Según un blog del BID, En búsqueda del tesoro escondido: el potencial de las startups en América Latina, “el foco de una política pública orientada al modelo startup debe dirigirse a generar un espacio, un ecosistema de innovación y emprendimiento, en el que se encuentren las ideas, los inversores, los técnicos, y el mercado. A nivel mundial, Silicon Valley fue eso: un espacio geográfico de encuentro. A nivel regional el ejemplo más avanzado es el chileno, con el proyecto Startup Chile.”

En el Perú, las iniciativas recién están empezando. En 2014, el Ministerio de Educación puso en marcha el nuevo plan nacional de educación básica e incorporó la actividad empresarial como un tema fundamental. Esto permitirá que los niños de 3 años puedan empezar de manera temprana a desarrollar habilidades empresariales.

En julio de 2014, el gobierno emitió una ley que establece medidas fiscales, la simplificación de los procedimientos y permisos para la promoción y revitalización de la inversión en el país, fomentando la creación y crecimiento de nuevas empresas.

Además, noviembre fue declarado el “mes de la iniciativa empresarial” y con la participación de 53 instituciones del gobierno, se puso en marcha la iniciativa Emprende Perú, un calendario de actividades y eventos para crear conciencia y promover la cultura empresarial en la población, con más de 100 eventos en todo el país.

Todavía hay mucho por hacer en términos de aliviar la carga burocrática de los que empiezan un negocio. Hay un renovado impulso a la mejora de la calidad de la educación, pero todavía es insuficiente. El modelo educativo debe fomentar la creatividad y la innovación, pero sobre todo, promover el desarrollo de una mentalidad empresarial.

Según The Entrepreneurship Ecosystem Strategy as a New Paradigm for Economic Policy: Principles for Cultivating Entrepreneurship, la estrategia de fomento al emprendimiento innovador debe contar con dos ingredientes: responder y ajustarse a la forma cómo piensan y trabajan los emprendedores innovadores y apoyar el desarrollo del marco institucional público y privado requerido para ello.

A nivel regional, todavía estamos atrasados. Un Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico (ICSEd) realizado por el Programa de Desarrollo Emprendedor (Prodem, programa pionero sobre desarrollo emprendedor e innovación en América Latina) afirma que la ´Copa América’ del emprendimiento se la lleva Chile y que el podio de los Top 5 lo completan Costa Rica, Brasil, Argentina y Colombia. Pero, en palabras del Prodem, “ningún país de la región clasifica a la Copa del Mundo, porque se ubican de mitad de tabla para abajo.”

El panorama de condiciones sistémicas en la región ofrece contrapuntos. El desafío consiste en generar el momentum redoblando la apuesta por el emprendimiento y la innovación para dar un salto de calidad. Hay que tener en cuenta la realidad de cada país, dado que existen ecosistemas nacientes, infantes y adolescentes, así como otros que deben retomar su proceso madurativo. El ICSEd-Prodem es una herramienta que, además de identificar las grandes tendencias regionales, puede ser muy valiosa para trabajar en la construcción de hojas de ruta en cada país.

A medida que las economías basadas en recursos se vuelvan competitivas y avanzan en su desarrollo, y la productividad y los salarios se incrementan, transitarán hacia la eficiencia, mientras que las economías  basadas en eficiencia deben potenciar el emprendimiento por oportunidad para poder llegar a la fase de innovación.

Como hemos indicado líneas arriba, en el Perú tenemos muchos ciudadanos en el mundo emprendedor que no llegan a niveles de productividad que les permita acumular capital. Uno de los grandes retos vinculados a esta situación, es formalizar el empleo y el trabajo. Tenemos que tomar decisiones efectivas para ayudarlos a salir adelante. Lampadia