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Odebrecht generaba dinero negro fuera de Brasil

Según declaración de Marcelo Odebrecht, su empresa montó un sistema para generar fondos negros en su proyecto del extranjero, para pagar las coimas en Brasil. (Ver líneas abajo, artículo de Fohla, traducido y glosado por Lampadia).

Fuente: Folha de S.Paulo

Generaron varios instrumentos para generar dinero que no se contabilizaba en Brasil y que luego se aplicaba a sus tropelías en o desde el mismo Brasil.

El 7 de febrero pasado publicamos en Lampadia, ‘El negociazo del Gasoducto del Sur’, artículo en el que explicamos cómo se había planeado generar un importante beneficio extraordinario para Odebrecht, escondido en el uso de una tasa de interés que era mucho mayor al costo de oportunidad del concesionario. En otras palabras, al usar la tasa de 12% anual para el cálculo de la remuneración al contratista, en vez de un 7.5%, se generaba, sin que se haga explícito, a favor de Odebrecht, un sobre-pago de US$ 298 millones por año, durante los 34 años de la concesión. Un escándalo increíble. Ver el siguiente cuadro:​

El artículo de Fohla habla de que los esquemas de generación de fondos negros, estaban compartamentalizados, de modo que una unidad de Odebrecht no supiera lo que hacían las otras. Muy lógico, pues el sistema celular, usado por los grupos terroristas, permitía una operación más difícil de delatar e investigar. De esto también se podría colegir que difícilmente Odebrecht podría haber compartido sus malabares y fechorías con sus socios locales en los distintos países donde montaron su red criminal.

Fuente: El Definido

En Brasil es cada día más claro que el andamiaje organizado por Lula y sus brazos seudo-empresariales era para crear un ‘imperio del mal’, que sería gobernado por el PT de Brasil y las izquierdas locales de los distintos países, a quienes se les ayudaba a tomar y/o conservar el poder mediante el uso de dinero mal habido. Lampadia

Odebrecht cometía fraude en el extranjero para pagar sobornos

Letícia Casado
Bela Megale
Camila Mattoso
Fohla de Sao Paulo
3 de marzo, 2017
Traducido y glosado por Lampadia

Los testimonios de los ejecutivos de Odebrecht revelan que la empresa constructora   estableció un esquema de fraudes en los contratos del extranjero, llamado sector de “generación”, para abastecer un área de pagos ilícitos de las “operaciones  estructuradas” dentro y fuera de Brasil.

Según Folha, por personas cercanas a la investigación, más del 90% de los recursos asignados al departamento de sobornos, que movió US $ 3,390 millones entre 2006 y 2014, se generaron por medio de un modelo financiero vinculado a las obras ejecutadas en países extranjeros.

La estrategia se creó para evitar la operación y el seguimiento de los recursos desviados de los contratos firmados con los organismos gubernamentales en Brasil.

Tres ejecutivos de la compañía, entre ellos el heredero y ex presidente del grupo, Marcelo Odebrecht, dieron detalles de este esquema en un testimonio ante el ministro del Tribunal Superior de Justicia, Herman Benjamin, ponente del proceso de impugnación de Dilma-Temer en el TSE (Tribunal Supremo Electoral).

“Hemos creado un proceso en el cual la planificación fiscal -la mayor parte hecha fuera de Brasil, en países en los que se podía hacer este tipo de planificación, ya que no era un delito- era una fuente de generación de recursos”, dijo Marcelo Odebrecht.

“A continuación, estos fondos se colocaron en empresas de terceros. Y algunos ejecutivos de la organización podían utilizarlos para hacer pagos no contabilizados, incluyendo la caja 2, y todo. Y algunos de ellos lo usaron para hacer sobornos”, dijo.

Otro informante, Fernando Migliaccio, un ex funcionario del llamado Sector de Operaciones Estructuradas, dio detalles de la operación: “Esta área aprovechaba obras verdaderas de Odebrecht en todo el mundo, donde se generaban excedentes de operaciones oficiales”, dijo. “Estos excedentes se utilizaban para suministrar a nuestra área [de pago de sobornos]”.

Hilberto Mascarenhas, otro delator de Odebrecht, dio un ejemplo de cómo funcionaba este esquema con las obras del extranjero: “Cada vez que la empresa crecía, obtenía una obra;  en Angola, una hidroeléctrica allá tenía un bono.”

¿Qué era un bono? Mascarenhas explica: “Bono, no, tenía dos cajas allá.” Él dirigió el “Departamento de Sobornos” entre 2006 y 2015.

El responsable de este sector de “generación” era Marcos Grillo, uno de los 78 informantes del grupo de Bahía.

Según el esquema detallado por los fiscales, Odebrecht informó que este departamento llevaba a cabo la generación de contratos ficticios con proveedores de servicios externos que reducen el margen de beneficios y los impuestos a pagar. Por lo tanto, se creaban fondos excedentes que se suministraban al área de la corrupción en Brasil.

Mascarenhas, dijo que si bien este esquema era el principal, no era el único modus operandi.

“Yo sé que él [Marcos Grillo] tenía varias operaciones. Por ejemplo, las transacciones financieras para comprar un determinado papel, que se vendía a pérdida, no era real, dejaba algo de dinero fuera de la caja. Era otro flujo de la caja 2”, explicó.

El ex ejecutivo se refería a una transacción con derivados (instrumentos financieros derivados de otros valores).

En este caso, Odebrecht y otra empresa, en complicidad, simulaban una operación en la que el contratista perdía y el otro se beneficiaba.

El resultado se combinaba y parte de la ganancia suministraba al sector de generación.

Los expertos consultados por Folha dijeron que en algunos países las operaciones de control de los sistemas financieros son menos rígidas que en Brasil, lo que facilitaba este mecanismo.

De acuerdo con las pruebas presentadas, aparte de la caja 2, también se utilizaba  dinero para pagar servicios no declarados al fisco y reembolsos de empleados en el extranjero o bonificaciones de salarios altos.

A pesar de la conexión entre las dos áreas, estos sectores no trabajaban juntos.

“Todo esto fue construido de una manera en que había una ‘Muralla China’ enorme entre el área de generación y la nuestra”, dijo Migliaccio. Lampadia

Fuente: Folha de S.Paulo



El negociazo del Gasoducto del Sur

Gracias al artículo (análisis) de Jorge Peschiera Cassinelli, que reproducimos líneas abajo, hemos podido comprobar que uno de los grandes negociazos del Gasoducto del Sur está en la determinación de la tasa de interés contractual que se fija para calcular el monto mínimo de ingresos anuales, garantizados por el Estado.

El concesionario, entre inversión, operación y mantenimiento, aporta US$ 7,341 millones que recuperaría en 34 años. Pues bien, el Estado peruano reconoce una tasa de interés de 12% anual para calcular el pago garantizado. Esto supone varias cosas:

  • Que el costo de fondos del concesionario es de 12% anual – muy difícil de creer
  • Que el Estado, como muestra Peschiera, está dispuesto a tomar un financiamiento del concesionario a un costo de 12% anual, cuando su costo de oportunidad es de 5%

Si asumimos una tasa de interés más razonable de 7.5% a 10%, tenemos que concluir que el contrato esconde un sobrecosto de US$ 136 a US$ 298 millones de dólares anuales, durante 34 años. Veamos la siguiente tabla:

¿De donde salió esta famosa tasa de 12%, que también se incluyó en el contrato del aeropuerto de Chinchero? Hay pues, mucho pan que rebanar en los contratos con Odebrecht, el agente empresarial de Lula. Lampadia

Gasoducto del sur: un gran negocio financiero

No debemos regalar nuestro buen crédito externo

Jorge Peschiera Cassinelli
Diario Expreso
Jueves 2 de febrero del 2017​

aseoductodelsur Fuente:  www.americaeconomia.com

Según los términos del contrato del gasoducto del sur, el postor ganador sería aquel que ofreciera el menor “costo del servicio”, expresado en una sola cifra, que incluía tanto la inversión para diseñarlo y construirlo, como el costo de operarlo por todos los años de la concesión. La oferta ganadora fue por aproximadamente 7,300 millones de dólares.

La recuperación de la inversión debía provenir de los ingresos obtenidos por transportar el gas. El monto anual requerido para recuperar el mencionado costo de servicio se estimó en aproximadamente 900 millones de dólares al año por todo el plazo de la concesión. Esa cifra se utilizó para establecer el monto mínimo de ingresos anuales garantizados por el Estado.

¿Cómo se relaciona el “costo del servicio” de 7,300 millones con los 900 millones de dólares al año? La clave está en la tasa de descuento aplicada al flujo de pagos futuros. De acuerdo al contrato, esa tasa es 12 % al año. El flujo de 900 millones al año por 34 años, descontado a la tasa de 12 %, resulta en una cifra cercana a los 7,300 millones.

En la tabla se aprecia, en la segunda columna, el flujo de pagos de 900 millones al año y en la tercera se ve ese mismo flujo descontado a una tasa de 12 %. Por ejemplo, el valor descontado del pago del primer año es 804 millones, cifra que se obtiene dividiendo 900 entre 1.12. El pago del segundo año se valoriza en 717 millones, al dividir 900 entre 1.12 dos veces consecutivas. Y así sucesivamente por todo el plazo de la concesión. La pregunta más importante es: ¿por qué se usó una tasa de descuento de 12 %? Examinemos bien este tema. Si se trata de un flujo de pagos garantizados por el Estado, ¿cómo se justifica aplicar una tasa de descuento que refleja un riesgo mayor? ¿Por qué no usar la tasa de interés de mercado, aplicada al resto de las obligaciones del Estado?En junio de 2014, cuando se llevó a cabo la licitación del gasoducto, la tasa de interés de mercado, aplicada a la deuda externa de largo plazo del Perú, se encontraba por debajo de 5 %. Si usamos esa tasa de descuento, el valor descontado de los 900 millones al año, garantizados por el Estado es, aproximadamente, 14,600 millones. ¿Y esto a qué se debe? Sucede que cuanto menor es la tasa de descuento, mayor es el valor de los pagos que efectúa el Estado.

En junio de 2014, cuando se llevó a cabo la licitación del gasoducto, la tasa de interés de mercado, aplicada a la deuda externa de largo plazo del Perú, se encontraba por debajo de 5 %. Si usamos esa tasa de descuento, el valor descontado de los 900 millones al año, garantizados por el Estado es, aproximadamente, 14,600 millones. ¿Y esto a qué se debe? Sucede que cuanto menor es la tasa de descuento, mayor es el valor de los pagos que efectúa el Estado.

En la cuarta columna de la tabla se ve, por ejemplo, que en el primer año el pago se valoriza en 857 millones. Esta cifra, que se obtiene dividiendo 900 entre 1.05, es muy superior a los 804 millones obtenidos aplicando una tasa de 12 %. La diferencia aumenta exponencialmente conforme crece el plazo de los pagos.

Visto de otro modo, si en lugar de 12 % el contrato del gasoducto hubiera aplicado la tasa de 5 %, que era la tasa de interés a la cual el mercado estaba dispuesto a financiar al Estado, los pagos garantizados hubieran sido de 450 millones al año, en lugar de 900. En otras palabras, el Estado podría haber pagado al contado los 7,300 millones, tomando para ello un préstamo por el cual hubiera pagado solamente 450 millones al año, en lugar de 900.

Asumiendo que el “costo del servicio” del gasoducto ofertado por el concesionario en realidad reflejaba el monto de la inversión y operación del gasoducto, entonces este era un negocio principalmente financiero. Compra un proyecto en 7,300  millones y véndelo en 14,600 millones; duplicas tu plata solamente “arbitrando” la tasa de descuento.

Costó mucho trabajo recuperar el crédito externo en 1997 y, gracias a ello, el Perú puede obtener hoy financiamientos a tasas bajas. No debemos desperdiciar esa ventaja aceptando financiamientos disfrazados, donde se apliquen tasas de interés lesivas para el país, que otorgan ventajas descomunales a los inversionistas.

El Estado debe meditar muy bien si licitará nuevamente el proyecto y la forma como lo haría.  Cualquiera sea la decisión que se adopte, si para este proyecto, o para cualquier otro, se vuelve a usar una tasa de descuento para descontar flujos de pagos garantizados por el Estado, la tasa deberá ser cercana a la que paga actualmente el Estado por sus obligaciones externas de largo plazo.

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Lampadia