1

Mauricio Macri gana una elección histórica

Mauricio Macri gana una elección histórica

El candidato liberal de la oposición, Mauricio Macri ganó las elecciones presidenciales de Argentina el domingo pasado después de prometer un programa de reformas para impulsar mayor inversión y un manejo racional de la economía. El ente electoral argentino confirmó que Macri obtuvo el 51.4% de los votos y Scioli 48.6%, logrando una ventaja de 700,000 mil votos. “Este es el comienzo de una nueva era que nos tiene que llevar hacia las oportunidades que necesitamos para crecer y progresar”, afirmó Macri a sus partidarios en su cuartel general.

En una señal de cansancio por parte de los argentinos con una economía debilitada, aumento de la delincuencia y desborde de la corrupción, Macri entró en la segunda vuelta, una elección que le otorgaba el favoritismo a Scioli, el candidato gobiernista, después de una campaña sucia que pretendió aterrorizar a los argentinos. (Ver en Lampadia: Sorpresivas elecciones argentinas)

Macri promete recuperar la tercera economía más grande de América Latina en línea con el mercado libre después de 12 años de kirchnerismo de izquierda bajo el mandato de Cristina Fernández y su difunto esposo y antecesor, Néstor Kirchner.

Scioli, en cambio, no logró ganarse a los votantes a pesar de intentar esconderse de la sombra de Fernández durante la campaña electoral e intentar tomar un papel más moderado. Su charla de mantener los programas de bienestar social y las generosas subvenciones a la energía (“yo les garantizo los subsidios” dijo en el último debate electoral), pero sin ofrecer cambios en los controles de capital y comerciales que han estancado la economía argentina, fueron los principales motivos por los que no obtuvo la victoria. “Scioli no logró diferenciarse de Fernández y, por lo tanto, la gente dejó de verlo como un cambio y se acercó a Macri”, dijo el analista político Mariel Fornoni.

El cambio en el poder en la Argentina puede reverberar a través de América del Sur, donde otros gobiernos de izquierda, como Venezuela y Brasil, también sufren de acusaciones de mala gestión de gobierno y de inmensos escándalos de corrupción. En Argentina, el asesinato del fiscal Alberto Nisman y las acusaciones a la actual presidenta, Cristina Fernández y su familia, están a flor de piel.

“Los inversores extranjeros lograron cumplir sus deseos. La victoria de Macri señala una ruptura decisiva del legado de Kirchner-Fernández de confrontación con los acreedores y de una mala gestión económica “, dijo el analista de mercados emergentes, Gary Kleiman.

El alcalde saliente de Buenos Aires y futuro presidente de Argentina afrontará ahora duras batallas como líder del país, empezando por lo económico. Ha repetido en más de una ocasión que no podía ampliar el detalle de sus planes económicos hasta que fuera capaz de determinar exactamente cuán crítica es la situación (la actual administración ha sido acusada repetidamente de ocultar las estadísticas económicas como la tasa de inflación o exactamente cuántas reservas líquidas se encuentran en las arcas del Banco Central).

La corrección de estas anomalías y la introducción de medidas para restablecer la confianza internacional en la economía argentina serán, probablemente, algunas de las primeras medidas de Mauricio Macri cuando asuma la presidencia el 10 de diciembre. Por ejemplo, en lugar de nombrar a un solo ministro de economía, ha anunciado la formación de un equipo de no menos de seis ministros responsables.

Otro tema importante que deberá afrontar es en lo social. No se puede olvidar que el 48.6% de la población votó por Scioli, por lo que mientas que muchos votaron por un clima económico más liberal, otros votaron por una administración que proteja los programas asistencialistas introducidos por el gobierno de los Kirchner.

Al respecto, Macri ha prometido ser un “presidente de todos los argentinos”, a sabiendas de que los poderosos sindicatos y movimientos juveniles peronistas saldrán a las calles si la “reforma” económica resulta en cortes radicales. Por lo tanto, irá reduciendo lentamente las subvenciones a las tarifas de electricidad y gas. Afirma que: “Las corregiré gradualmente. Mi tarea es cuidar a la gente. Voy a cuidar los subsidios para aquellos que los necesitan. Me comprometí a un sistema de tarifas justo”.

Según un reciente artículo publicado en El País de España, “el plan de Macri es quitar los subsidios para la clase media y alta y dejarlos para los más pobres. En la actualidad, el 93% de los usuarios de Buenos Aires recibe la subvención a la electricidad, incluyendo a ricos y pobres. La luz en la capital cuesta cinco veces menos que en Córdoba, la segunda ciudad más poblada de Argentina, un país en el que el 21% es pobre”.

Macri tiene muchos retos por delante, sobre todo porque tiene que gobernar una nación dividida. El PRO y sus aliados siguen siendo una minoría en el Congreso, donde el partido ‘Frente para la Victoria’  (alianza electoral argentina de orientación peronista-kirchnerista) sigue siendo fuerte. En el Senado todavía tiene la mayoría. Tendrá que diseñar una estrategia parlamentaria para mantener la alianza Cambiemos intacta frente a la presión de la oposición.

Sin embargo, la victoria de Macri marca un cambio decisivo hacia el centro-derecha y es probable que tenga repercusiones a través de los gobiernos de izquierda de Latinoamérica. Por ejemplo ha anunciado que pedirá el retiro de Venezuela del Mercosur. En su discurso de agradecimiento por la victoria hizo una excelente presentación, poco política y muy de estadista. Abrió los brazos a todos los argentinos, dijo que no era un mago con las soluciones para todos los problemas de Argentina e invitó a todos a poner el hombro para recuperar la salud del país. Tuvo una excelente frase que describe la filosofía de lo que será su gobierno: “Mi tarea es ayudar a todos los argentinos a encontrar su camino de prosperidad”. Lampadia