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¿Fragmentación política en Europa?

¿Fragmentación política en Europa?

El riesgo de una fragmentación política en Europa se acrecienta con el pasar de los meses y puede hacerse realidad en mayo del 2019, fecha en la que se realizará la votación para elegir al nuevo Parlamento Europeo.

Como se observa en el Gráfico 1, hay una clara decadencia generalizada del bipartidismo en la Unión Europea (UE) en los últimos años, medido por el porcentaje de votos totales a favor de los dos partidos tradicionales en las elecciones generales de cada país. Por ejemplo, mientras que el bipartidismo ascendía al 51% en Holanda previo al período 2017-2018, este porcentaje hoy en día asciende al 27%.

Ello ha conllevado a una mayor preferencia, cada vez más notoria, de una gran proporción de votantes europeos hacia partidos tanto de extrema derecha como de extrema izquierda y del centro, cuyos representantes concentran más del 50% de los escaños en el Parlamento.

Varios factores explican el éxito relativo de estos partidos, pero en resumen, la razón principal es que la mayoría de ellos, en particular los de extrema derecha, han sabido canalizar y satisfacer las necesidades de la población de sus países, que incluyen la incertidumbre económica y social en torno a la globalización y la disrupción tecnológica y el creciente predominio del factor sociocultural. Así, han abordado estas problemáticas con políticas que refuerzan la identidad nacional y que desincentivan la inmigración e integración con la Unión Europea (los llamados “euroescépticos”).

Sin embargo, se debe señalar que la creciente presencia de euroescépticos en el parlamento no representa una amenaza para el proyecto europeo principalmente porque muchos de estos partidos se han alejado del absoluto rechazo del euro.

Otro elemento importante que incrementaría la probabilidad de una fragmentación política en Europa es la salida de Angela Merkel del Partido Demócrata Cristiano (CDU),  que como indica The Economist, “podría traer cierta incertidumbre al bloque a corto plazo”. Como ya hemos indicado anteriormente, [Ver en Lampadia: Una salida a la crisis social de Francia] Merkel junto a Macron, representan los últimos bastiones europeos con claras políticas pro-globalización y de libre comercio, esenciales para el Perú,  y que están sustentadas en la Unión Europea, en un contexto global de mayor proteccionismo y antiinmigración.

Sin embargo, coincidimos con The Economist en que esta incertidumbre se diluirá con el tiempo ya que los posibles sucesores de Merkel comparten su misma visión, en particular, sobre el camino que debe seguir Alemania de cara a la UE.

Estas tres tendencias o fuerzas políticas han coexistido en un contexto económico de supuesta “desaceleración” en la zona euro que vale la pena analizar. Como se observa en el Gráfico 3, desde mediados del 2017, el PBI de la zona euro viene creciendo cada vez a tasas menores, lo cual ha despertado cierta preocupación en los policy-makers.

Sin embargo, este comportamiento obedece más a un shock temporal relacionado a condiciones climatológicas, tensiones comerciales mundiales, entre otros sucesos por lo que se espera será reversado en el 2019. Lamentablemente la preocupación está ahí y con ella, el descontento de la gente hacia los partidos tradicionales podría también acelerar la “fragmentación” política.

En relación a la política monetaria que sostiene la UE a través del BCE, tampoco habría un riesgo de un cambio radical en la posición de política puesto que, como indica The Economist, “aún una posición menos moderada no querría dañar la credibilidad que el BCE ha desarrollado bajo Draghi en términos de voluntad de apoyar una recuperación con una política monetaria fácil”.

Como conclusión, y recogiendo el contexto económico de desaceleración actual de Europa, un giro político es altamente probable, pero no diríamos que se trataría de una “fragmentación”, dado que, si bien coexistirán múltiples partidos de distintas ideologías, consideramos que el proyecto europeo continuará. En esta línea, esperamos que esta mayor competencia de partidos políticos pueda darles solución a las manifestaciones de descontento de los ciudadanos europeos. Lampadia

Una nueva fase política para Europa

En mayo de 2019 se elegirá un nuevo Parlamento Europeo y, con él, un nuevo presidente de la Comisión Europea. Mientras tanto, la economía de la zona euro parece haber perdido impulso.

The Economist Intelligence Unit
2018
Traducido y glosado por
 Lampadia

Parte 1: un parlamento europeo fragmentado

En mayo de 2019, veintisiete países acudirán a las urnas para elegir un nuevo Parlamento Europeo. Esta elección será histórica de varias maneras.

  • Primero, después del Brexit en marzo, será la primera elección que se realizará después de que un estado miembro haya dejado el bloque.
  • Segundo, estas elecciones seguirán una serie de resultados de elecciones nacionales en todos los estados miembros en los que los partidos euroescépticos de extrema derecha han registrado sus mejores resultados en el registro.
  • En tercer lugar, las encuestas se llevarán a cabo después de un año de intenso debate sobre la dirección futura del proyecto europeo, que ha destacado las divisiones dentro del bloque.

Creemos que el resultado de la elección será una mayor fragmentación política, confirmando la tendencia registrada en la región en los últimos años. Desde la carrera presidencial de Francia en abril de 2017 hasta la votación de Suecia en septiembre de 2018, los resultados de las elecciones han simbolizado el declive del sistema bipartidista y el aumento del apoyo a los partidos en ambos extremos del espectro político.

Varios factores han alimentado esta tendencia: la disminución en la votación de clase; el predominio creciente de las cuestiones socioculturales sobre las cuestiones socioeconómicas; el cambio de los partidos tradicionales hacia el centro (dejando un vacío de poder en los extremos); y una creciente sensación de ansiedad, provocada por los cambios económicos y sociales asociados con la interrupción tecnológica y la globalización. Los partidos de extrema derecha han experimentado un aumento en su apoyo en Francia, los Países Bajos, Alemania, Italia y Suecia. Algunos han existido durante mucho tiempo en la escena política de sus respectivos países, mientras que otros solo han hecho recientemente su primera ruptura en el parlamento. Todos estos partidos han presionado a la clase política dominante para abordar los problemas de identidad nacional, migración e integración.

Por otra parte, el aumento en el apoyo a los partidos euroescépticos ha significado que la elección podría representar una prueba para la supervivencia del proyecto europeo. Sin embargo, la mayor presencia de tales partidos en el Parlamento Europeo no supondrá tal amenaza. De hecho, el tono combativo de las fuerzas euroescépticas disminuyó significativamente en los últimos cuatro años, y los partidos se alejaron del absoluto rechazo del euro. Además, el espacio para diseñar una agenda migratoria más agresiva será limitado, especialmente porque el consenso político a lo largo del bloque se está desplazando gradualmente hacia una postura más conservadora desde la crisis de refugiados de 2015.

Con respecto a los partidos centristas, el porcentaje de votantes hacia ellos se verá impulsado por las ganancias obtenidas por los movimientos socialmente liberales en las recientes elecciones nacionales. Liderados por La República en marzo (LRM), el partido del presidente francés, Emmanuel Macron, estos movimientos están preparados para desafiar a los dos grupos tradicionalmente más grandes en Parlamento Europeo. Este cambio podría complicar la nominación del nuevo presidente de la Comisión y conducir a nuevas dinámicas en el parlamento.

En general, un panorama político más fragmentado complicará la formación de la coalición y la formulación de políticas, lo que se reflejará en una actividad legislativa más débil y podría ser crucial para la aprobación oportuna del presupuesto de la UE para 2021-27.

Parte 2: Europa sin Merkel

A lo largo de noviembre de 2018, los estados miembros se reunieron para finalizar las propuestas de reforma de la zona euro, en un intento de capitalizar el impulso existente para alcanzar el consenso.

La decisión de Merkel de no postularse para el liderazgo del Partido Demócrata Cristiano (CDU) en el congreso del partido de diciembre generó preocupaciones sobre cómo cambiará Europa después de su partida. Merkel es la líder gubernamental de más larga duración en la UE, después de varias crisis, desde la crisis de la deuda soberana de la zona euro hasta la reacción pública de la crisis de refugiados y la tendencia hacia la democracia ilegal en Polonia y Hungría.

La partida de Merkel, y con ello la salida de su apoyo diplomático, podría traer cierta incertidumbre al bloque a corto plazo. Sin embargo, la postura de Alemania en la UE probablemente se mantendrá sin cambios dado que sus principales contendientes representan rutas ligeramente diferentes para el partido, pero no para Europa.

Parte 3: ¿Se realiza el trabajo del BCE?

El crecimiento anual real del PBI de la zona euro está en camino de alcanzar el 2% en 2018, alcanzando un máximo de 2.5% en 2017, la expansión más fuerte en una década. Sin embargo, esperamos que la tasa de crecimiento anual se deslice aún más en 2019, hasta el 1.8%. En este sentido, ha aumentado la preocupación sobre la fuerza de la actividad subyacente en la zona del euro y si el crecimiento es sostenible.

En nuestra opinión, y por dos razones, tales preocupaciones son exageradas. Primero, parte de la desaceleración observada en 2018, particularmente a principios de año, puede verse como una moderación natural del crecimiento económico desde niveles insosteniblemente altos a fines de 2017. En segundo lugar, desde principios de 2018, los factores temporales e impulsados ​​por eventos, incluidos las condiciones climáticas adversas, las huelgas ferroviarias extensas en Francia, la inestabilidad política relacionada con las elecciones generales en Italia y la escalada de las tensiones del comercio mundial, han afectado el ritmo del crecimiento.

En relación al BCE, consideramos que de darse cambios de personal, este no querría dañar la credibilidad que el BCE ha desarrollado bajo Draghi en términos de voluntad de apoyar una recuperación con una política monetaria expansiva. Sin embargo, la inestabilidad política en Italia este año ha puesto de relieve que los mercados de bonos y divisas siguen siendo vulnerables a los cambios en el sentimiento de los inversores provocados por problemas en los miembros más débiles del bloque. El sucesor de Draghi puede querer permanecer vigilante a este respecto. Lampadia




La verdad sobre la concentración de la tierra

La verdad sobre la concentración de la tierra

Continuamente la izquierda peruana le cuelga al agro peruano el sambenito de que existe una concentración de la tierra en pocas manos. Nada más falso. Así lo demuestran repetidamente los censos agrarios. Los resultados del último censo entregan una serie de resultados interesantes sobre el sector: Un importante crecimiento del área agrícola y del volumen y diversificación de la producción, no están aumentando los minifundios, los propios minifundios no se empequeñecen y, por supuesto, no existe un proceso de concentración de la tierra.

La cruda realidad es que Perú es un país que se caracteriza por la fragmentación de la propiedad de la tierra. El promedio de extensión agraria es de 3.3 hectáreas (como se puede observar en el gráfico más abajo) por unidad agropecuaria, mientras que el promedio en Latinoamérica oscila entre 30 a 50 hectáreas. 

Nota sobre definiciones (según el INEI):
Unidad Agropecuaria: Se define como el terreno o conjunto de terrenos, utilizados total o parcialmente para la producción agropecuaria, conducido como una unidad económica por el productor agropecuario, sin considerar la extensión, régimen de tenencia y condición jurídica.
Parcela: Parte en que se divide un terreno agrícola o urbanizado en el campo.

El sector agropecuario ha venido creciendo sostenidamente con una tasa anual promedio de 4.0% entre el 2000 y 2013. Sin embargo, el sector no ha avanzado al mismo ritmo que la economía, que creció a una tasa promedio de 5.9% durante el mismo periodo

El 6% de la superficie total del Perú (7.1 millones de hectáreas) corresponde a tierras con capacidad para cultivos agrícolas, de las cuales sólo el 58% se encuentra cultivado (4.1 millones de hectáreas). Desde 1994 al 2012, período en el que se permitió el regreso de la inversión privada al campo, la superficie agrícola se incrementó en 30%.

El sector se caracteriza aún, en términos de unidades agrarias, por ser una economía de parceleros, donde el 91% del total de las unidades agropecuarias son parcelas de menos de 10 hectáreas. Como se muestra en el censo del INEI (ver tablas siguientes), las unidades que más han aumentado son las pequeñas (de hasta 5 Has).

El sector agropecuario contribuye con el 10% de las exportaciones totales del país en el 2013 (3% en 1995, 7% en el 2005), es la tercera fuente de divisas después de la minería e hidrocarburos,  impulsado principalmente por la comercialización de productos no tradicionales, los cuales crecieron en 21% en el 2013. Cabe señalar que las exportaciones agropecuarias están constituidas por una cartera diversificada de productos, tanto tradicionales como no tradicionales.  

El mayor crecimiento en el valor de la producción agraria se viene dando en los productos de exportación, como uvas, espárragos, palta, café, entre otros. Entre los productos que más han incrementado su participación en la producción agraria desde el 2003 hasta el 2013 están la uva (de 1.6% a 3.2%,) y los espárragos (de 2.4% a 3.3%); mientras que los productos que más caen en la contribución agraria están la alfalfa (de 10.2% a 8.6%) y el algodón (de 2.2% a 1.0%). 

La producción agrícola es muy diversificada geográficamente: la mitad de la producción agropecuaria está corresponde a siete departamentos (Lima, La Libertad, Arequipa, Cajamarca, Junín, Ica y Puno). 

Además, este sector ha permitido generar gran cantidad de empleo formal rural. Ica, uno de los departamentos con mayor producción agrícola, tiene pleno empleo. La sierra ha empezado su incorporación al boom agrícola un poco después, pero hay una serie de procesos positivos, como el de Sierra Productiva, que introduce el riego por aspersión y permite que las unidades productivas más pequeñas tengan importantes desarrollos (ver en Lampadia (L): Perfilemos una gesta por la educación y Sierra Productiva hace que las personas      sean libres. También debe destacarse que con la introducción de la quinua en los mercados internacionales, se ha abierto el camino para los demás granos serranos, ver en (L): La Sierra lleva a la quinua a los mercados globales y al desarrollo.

Otro desarrollo vinculado al campo es el aumento en los beneficios que recibe buena parte de su población mediante los programas sociales:

El sector agrícola peruano tiene un inmenso potencial de desarrollo, en la costa, sierra y selva. Lamentablemente, todavía se le sigue tratando, en gran medida, como un “sector social”, rehén de los políticos tradicionales, ONGs y gobiernos, que en su nombre, pretender crear plataformas políticas o fuentes de ingresos. El sector agrícola debe ser tratado como un “sector productivo”. Debemos facilitar sus conexiones a los mercados locales e internacionales y promover el desarrollo de las infraestructuras sociales y económicas  que permitan mejores condiciones productivas y de vida a sus poblaciones. Lampadia

 




El sistema electoral alienta regiones inefectivas, dispendiosas y corruptas

El sistema electoral alienta regiones inefectivas, dispendiosas y corruptas

Hace unos días el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) dispuso que la segunda vuelta para elegir a los presidentes regionales de 14 departamentos (dónde los candidatos no superaron el 30%) se realice el domingo 7 de diciembre. Así, de acuerdo al JNE, 7’635,475 electores deberán volver a las urnas para elegir a las máximas autoridades de Áncash, Apurímac, Arequipa, Cusco, Huánuco, Ica, Junín, Lima (provincias), Madre de Dios, Pasco, Puno, San Martín, Tacna y Tumbes.

En el 2009, se estipuló que los presidentes regionales debían ser elegidos con más del 30% de los votos. Para efectuar esta modificación se determinó que ya no se votaba por listas (como ocurre para las alcandías en que los regidores son nombrados bajo el sistema de cifra repartidora, en la que el partido del alcalde obtiene siempre la mayoría), sino por representación provincial. Es decir, se elige por separado a los consejeros regionales por provincia. Un sistema parecido al de la elección del Presidente de la República que requiere, en su caso, 50% más uno de los votos en primera vuelta para no ir al “balotaje” de la segunda. Motivo por el cual se genera un cierto divorcio político entre el Ejecutivo y el Congreso. 

Los resultados de esta mala decisión están a la vista: En 14 de 25 departamentos se tendrá que volver a votarpara elegir solo a los presidentes regionales, sin que necesariamente cuenten luego con consejeros regionales afines a sus planteamientos de gobierno.

La mayoría de estos Consejos Regionales quedará conformado tan fraccionadamente que, por un lado no le otorgan mayoría al presidente regional, y por otro, no permiten la formación de equipos de gobierno orientados en la misma dirección, más bien contrapuestos entre sí. Esto se agrava por la multiplicidad de postulantes, que al final logran dejar algún representante en los consejos.

Por ejemplo, en Arequipa, el nuevo Consejo Regional (CR) (2015-2019) tendrá representantes de seis organizaciones políticas. Este nuevo CR estará conformado por cuatro miembros del Movimiento Arequipa Renace, dos de Juntos por el Desarrollo de Arequipa, uno de Arequipa Tradición y Futuro,  uno de Acción Popular, uno de Siempre Unidos y uno por Vamos Perú.

Arequipa no es la excepción. Ni siquiera en los once departamentos que superaron la valla del 30%, obtuvieron mayoría simple en los CR, salvo en Amazonas, Cajamarca, El Callao, La Libertad y Lambayeque. De los que compiten en segunda vuelta, tan solo en tres casos, una de las candidaturas en competencia podría alcanzar esa mayoría en el Consejo Regional, de ser elegido como presidente quién ya tiene la mayoría de consejeros. Ante esto, los presidentes regionales, prácticamente incapacitados para formar equipos de gobierno coherentes, optan por cooptar, presionar u ofrecer privilegios a los consejeros que no son de su partido, cuando no, recurren a un reparto populista del presupuesto regional, señala Fernando Tuesta.

Es pues evidente que el sistema electoral de los gobiernos regionales ha logrado fortalecer la legitimidad del presidente, al conseguir una mayor representación en la segunda vuelta, pero con consejos cada vez más fraccionados, por lo tanto, ingobernables o manejados con malas artes, como se señala líneas arriba.

Estas instituciones, en las que se entronizan presidentes con poderes individuales casi feudales y desconectados del gobierno central, que asumen sus funciones sin limitarse a lo estipulado por ley, están, además, debilitadas en su estructura interna.

Por otro lado tenemos un gobierno central que, en muchos casos, “ha abdicado de sus propias funciones”, como lo señala Roberto Abusada, abandonando su presencia y gestión en los temas que le establecen las leyes de la regionalización. Además, a los gobiernos de las regiones, se les transfieren ingentes recursos, que creen que les caen del cielo, canon, regalías, etc., que las autoridades regionales asumen como propios, sin entender su origen, por ejemplo: la relación entre la inversión minera y el canon, que es el 50% del impuesto a la renta que pagan las empresas, o los libramientos del gobierno central. Recordemos que en algún momento, el grito de guerra en algunas regiones llegó a ser: “Canon Sí, Minería No”.

Sin equipos de gobierno adecuados y sin técnicos capacitados, como se ha demostrado una y otra vez, los recursos “administrados” por las regiones, son usados en obras intrascendentes pero efectistas, o se dejan sin usar y, lo que es peor, en otras ocasiones se canalizan a los amigotes y a la corrupción abierta y desmedida, que básicamente, no tiene control alguno. Muchas veces los pueblos no se benefician, por ejemplo, con sistemas sanitarios, o con carreteras, “sino” con piscinas gigantes como en Echarati, o monumentos absurdos y dispendiosos como en Huancayo, Tumbes y Cusco. 

Al fraccionamiento político del país, sin partidos políticos nacionales fuertes, se ha sumado la atomización regional. Un ridículo que lo único que hace es demostrar la necesidad de diseñar un sistema electoral nacional y regional que promueva una mejor GOBERNANZA.

Como todos los especialistas y hasta los “opinalistas” (gente que mezcla opinión y análisis) han reclamado, urge enfrentar una reforma de la regionalización que permita que el país se institucionalice, desaliente la corrupción, las actividades antidemocráticas y que genere los incentivos para una mayor coordinación política entre el gobierno central y las regiones, dentro de las propias regiones y, entre las autoridades y los ciudadanos y empresas, que son la fuente primigenia de los recursos fiscales de la nación. Lampadia