1

¿Subsisten los refugios para las inversiones?

En el segundo semestre del 2018 aumentó la volatilidad y se corrigieron los mercados de capitales.

Ningún índice bursátil de las economías más importantes del globo se salvó de registrar ajustes por lo menos en algunos de esos meses y, como era de esperarse, las razones que explicaban estas caídas no distaban mucho entre sí para todos los países: incertidumbre sobre la guerra comercial EEUU- China,  alta expectativa de alzas de tasas de interés por parte de la FED, Brexit, una zona euro con desaceleración económica y tensiones políticas, entre otras.

Un reciente artículo escrito por Benjamin J. Cohen, profesor de Economía Política Internacional en la Universidad de California, Santa Bárbara, y autor del libro “Currency Power: Understanding Monetary Rivalry”, explica con brillantez y simpleza las implicancias que ha tenido la volatilidad de los mercados financieros sobre el apetito por riesgo de los inversionistas y la actual encrucijada en la que se encuentran: la imposibilidad de encontrar refugios para sus inversiones.

Como bien señala el referido autor, producto de la volatilidad de los mercados financieros, la aversión al riesgo de los inversionistas ha aumentado sobremanera, lo cual los ha volcado a la búsqueda de activos más “seguros”.

Al respecto, señala que es muy complicado encontrar esta clase de activos hoy en día, puesto que aquellos que lideraron este segmento por muchísimos años–inclusive en épocas críticas como la crisis financiera del 2008- , los bonos del tesoro de EEUU, han perdido su atractivo. Esto porque se tiene la expectativa de que la calificación crediticia de EEUU empeore con el tiempo dada la aparente falta de responsabilidad fiscal por parte del presidente Trump.

En este contexto, ¿Qué alternativas de inversión seguras o por lo menos, seguras comparadas a la deuda de EEUU, pueden ser tomadas en cuenta como referencia?

Entre las alternativas que Cohen analiza para este tipo de inversiones están los mercados de deuda de la zona euro, Suiza, la Japón y China

Al respecto, podría parecer que los bonos de países de la zona euro serían los candidatos inmediatos a superar la deuda en dólares como refugio de las inversiones, sin embargo, debe tenerse en mente ciertos procesos políticos que están aconteciendo en esta región del mundo como la actual “fragmentación” de la política [Veáse Lampadia¿Fragmentación política en Europa?] o el Brexit, factores que podrían determinar el pago de la deuda futura de estos países.

Por otro lado, si bien China es considerada el tercer mercado de deuda pública más grande del mundo, su excesiva regulación puede hacerla poco atractiva como inversión “segura”. Otro mercado de bonos que ofrece una amplia variedad de productos es Japón. Sin embargo, su excesivo endeudamiento público y poco crecimiento económico son factores que le juegan en contra.

En todo caso, lo que puede deducirse del análisis del autor es que no existe un refugio amplio y seguro para las inversiones, como existían hace una década. Lampadia

Para ver más detalle acerca del análisis realizado por el Prof. Benjamin J. Cohen sobre el tema ver líneas abajo:

¿Dónde han ido todos los paraísos seguros?

7 de Enero, 2019 
BENJAMIN J. COHEN
Traducido y glosado por Lampadia

Incluso en el apogeo de la crisis financiera mundial del 2008, que se originó en los Estados Unidos, los inversionistas globales vieron al Tesoro de los Estados Unidos como el activo más seguro disponible. Pero con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, minando la fe en el dólar, los gestores de cartera se encuentran en mares agitados sin un puerto de escala que pueda ofrecer refugio contra la tormenta.

Con la caída de las acciones, el aumento de la volatilidad del tipo de cambio y la intensificación de los riesgos políticos, los mercados financieros de todo el mundo se han visto afectados. En momentos como estos, los inversionistas internacionales generalmente se vuelven cautelosos y priorizan la seguridad sobre los retornos, por lo que el dinero huye a “refugios seguros” que pueden proporcionar activos seguros, con grado de inversión, en una escala suficientemente grande. Pero no hay refugios evidentes hoy en día. Por primera vez en la memoria viva, los inversores carecen de un puerto tranquilo donde puedan refugiarse de la tormenta.

Históricamente, el refugio seguro por excelencia fue EEUU, en forma de los bonos del Tesoro respaldados por la “plena fe y crédito” del gobierno de los EEUU. Como lo dijo un estratega de inversiones en 2012, “cuando la gente está preocupada, todo camino conduce a los bonos del Tesoro”.

El estallido de la burbuja inmobiliaria de EEUU en el 2007 ofrece un ejemplo. Nadie dudó de que Estados Unidos fuera el epicentro de la crisis financiera mundial. Pero en lugar de huir de los EEUU, el capital lo inundó. En los últimos tres meses de 2008, las compras netas de activos alcanzaron medio trillón de dólares, tres veces más que la suma de los nueve meses anteriores.

Sin duda, algunas de estas reclamaciones en dólares se debieron al hecho de que los bancos extranjeros y los inversionistas institucionales necesitaban billetes verdes para cubrir sus necesidades de financiamiento después de que los mercados interbancarios y otros mercados mayoristas de corto plazo se apoderaran. Pero esa no fue la única razón por la que los gestores de cartera se apilaron en los EEUU. Gran parte del aumento de la demanda se debió a puro miedo. En un momento en el que nadie sabía lo mal que se podían poner las cosas, se consideraba que EEUU era la apuesta más segura.

Pero esto fue antes de la llegada del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien logró socavar la confianza en el dólar en un grado sin precedentes. Además de abandonar cualquier noción de responsabilidad fiscal, Trump ha pasado sus primeros dos años en el cargo atacando a instituciones internacionales y luchando contra aliados de Estados Unidos.

Sin duda, incluso antes de Trump, la confianza en el dólar sufrió un revés en 2011, cuando Standard & Poor rebajó los títulos del Tesoro en una muesca en respuesta a un casi cierre del gobierno de EEUU. Ese episodio fue provocado por un enfrentamiento entre el entonces presidente Barack Obama y los congresistas republicanos por una propuesta de rutina para elevar el techo de la deuda federal.

Hoy, sin embargo, los inversores tienen aún más razones para preocuparse por la calificación crediticia del gobierno de los EEUU. Solo en 2018, el gobierno fue cerrado tres veces, y continúa en un cierre parcial hasta el día de hoy, debido a la demanda de Trump de fondos para construir un muro “grande y hermoso” en la frontera con México.

¿A dónde pueden ir los inversionistas si no es a los Estados Unidos?

  • La eurozona puede parecer una alternativa lógica. Después del dólar, el euro es la moneda más utilizada en el mundo. Y, en conjunto, los mercados de capital de los 19 estados miembros de la eurozona tienen un tamaño similar al del mercado estadounidense. Pero Europa tiene sus propios problemas. El crecimiento económico se está desacelerando, especialmente en Alemania, y el riesgo de una crisis bancaria en Italia, la cuarta economía más grande de la eurozona, se vislumbra en el horizonte.

Peor aún es la incertidumbre sobre el Brexit, que podría resultar altamente perjudicial si el Reino Unido se estrella fuera de la Unión Europea sin un acuerdo de divorcio. No hace falta decir que también se puede descartar a Gran Bretaña como un refugio seguro, al menos hasta que se resuelva el fiasco del Brexit.

  • ¿Qué pasa con el franco suizo? Aunque sus atractivos son obvios, los mercados financieros de Suiza son simplemente demasiado pequeños para servir como un sustituto adecuado para los Estados Unidos.
  • Eso deja a Japón. Con su abundante oferta de bonos del gobierno, es el mayor mercado único de deuda pública fuera de los Estados Unidos. Sin embargo, la pregunta para los gestores de cartera es si es realmente seguro invertir en un país donde la deuda pública supera el 230% del PIB.

En comparación, la relación deuda pública / PBI en los EEUU. es de alrededor del 88%; e incluso en la problemática de Italia, no es más del 130%. Es cierto que el mercado de deuda del gobierno japonés es más estable que la mayoría, debido al hecho de que gran parte de él está en manos de ahorradores nacionales (es decir, está bien escondido debajo del colchón). Pero Japón es un país envejecido con una economía que se ha mantenido casi estancada durante un cuarto de siglo. Los inversores tendrían razón si se preguntan dónde encontrarán los recursos para continuar con el servicio de su enorme deuda.

  • Y luego está China, con el tercer mercado nacional de deuda pública más grande del mundo. Ciertamente, la oferta de activos en China es amplia. Pero el mercado chino está tan estrechamente controlado que es esencialmente lo opuesto a un refugio seguro. Pasará mucho tiempo antes de que los inversionistas globales consideren confiar en los valores chinos.

Con la escasez de puertos seguros, los inversionistas se pondrán cada vez más nerviosos. Estarán inclinados a mover fondos ante la menor señal de peligro, lo que aumentará sustancialmente la volatilidad del mercado. La mala racha de hoy probablemente esté aquí para quedarse. Lampadia

Benjamin J. Cohen es profesor de Economía Política Internacional en la Universidad de California, Santa Bárbara, y es autor de Currency Power: Understanding Monetary Rivalry.




¿Fragmentación política en Europa?

¿Fragmentación política en Europa?

El riesgo de una fragmentación política en Europa se acrecienta con el pasar de los meses y puede hacerse realidad en mayo del 2019, fecha en la que se realizará la votación para elegir al nuevo Parlamento Europeo.

Como se observa en el Gráfico 1, hay una clara decadencia generalizada del bipartidismo en la Unión Europea (UE) en los últimos años, medido por el porcentaje de votos totales a favor de los dos partidos tradicionales en las elecciones generales de cada país. Por ejemplo, mientras que el bipartidismo ascendía al 51% en Holanda previo al período 2017-2018, este porcentaje hoy en día asciende al 27%.

Ello ha conllevado a una mayor preferencia, cada vez más notoria, de una gran proporción de votantes europeos hacia partidos tanto de extrema derecha como de extrema izquierda y del centro, cuyos representantes concentran más del 50% de los escaños en el Parlamento.

Varios factores explican el éxito relativo de estos partidos, pero en resumen, la razón principal es que la mayoría de ellos, en particular los de extrema derecha, han sabido canalizar y satisfacer las necesidades de la población de sus países, que incluyen la incertidumbre económica y social en torno a la globalización y la disrupción tecnológica y el creciente predominio del factor sociocultural. Así, han abordado estas problemáticas con políticas que refuerzan la identidad nacional y que desincentivan la inmigración e integración con la Unión Europea (los llamados “euroescépticos”).

Sin embargo, se debe señalar que la creciente presencia de euroescépticos en el parlamento no representa una amenaza para el proyecto europeo principalmente porque muchos de estos partidos se han alejado del absoluto rechazo del euro.

Otro elemento importante que incrementaría la probabilidad de una fragmentación política en Europa es la salida de Angela Merkel del Partido Demócrata Cristiano (CDU),  que como indica The Economist, “podría traer cierta incertidumbre al bloque a corto plazo”. Como ya hemos indicado anteriormente, [Ver en Lampadia: Una salida a la crisis social de Francia] Merkel junto a Macron, representan los últimos bastiones europeos con claras políticas pro-globalización y de libre comercio, esenciales para el Perú,  y que están sustentadas en la Unión Europea, en un contexto global de mayor proteccionismo y antiinmigración.

Sin embargo, coincidimos con The Economist en que esta incertidumbre se diluirá con el tiempo ya que los posibles sucesores de Merkel comparten su misma visión, en particular, sobre el camino que debe seguir Alemania de cara a la UE.

Estas tres tendencias o fuerzas políticas han coexistido en un contexto económico de supuesta “desaceleración” en la zona euro que vale la pena analizar. Como se observa en el Gráfico 3, desde mediados del 2017, el PBI de la zona euro viene creciendo cada vez a tasas menores, lo cual ha despertado cierta preocupación en los policy-makers.

Sin embargo, este comportamiento obedece más a un shock temporal relacionado a condiciones climatológicas, tensiones comerciales mundiales, entre otros sucesos por lo que se espera será reversado en el 2019. Lamentablemente la preocupación está ahí y con ella, el descontento de la gente hacia los partidos tradicionales podría también acelerar la “fragmentación” política.

En relación a la política monetaria que sostiene la UE a través del BCE, tampoco habría un riesgo de un cambio radical en la posición de política puesto que, como indica The Economist, “aún una posición menos moderada no querría dañar la credibilidad que el BCE ha desarrollado bajo Draghi en términos de voluntad de apoyar una recuperación con una política monetaria fácil”.

Como conclusión, y recogiendo el contexto económico de desaceleración actual de Europa, un giro político es altamente probable, pero no diríamos que se trataría de una “fragmentación”, dado que, si bien coexistirán múltiples partidos de distintas ideologías, consideramos que el proyecto europeo continuará. En esta línea, esperamos que esta mayor competencia de partidos políticos pueda darles solución a las manifestaciones de descontento de los ciudadanos europeos. Lampadia

Una nueva fase política para Europa

En mayo de 2019 se elegirá un nuevo Parlamento Europeo y, con él, un nuevo presidente de la Comisión Europea. Mientras tanto, la economía de la zona euro parece haber perdido impulso.

The Economist Intelligence Unit
2018
Traducido y glosado por
 Lampadia

Parte 1: un parlamento europeo fragmentado

En mayo de 2019, veintisiete países acudirán a las urnas para elegir un nuevo Parlamento Europeo. Esta elección será histórica de varias maneras.

  • Primero, después del Brexit en marzo, será la primera elección que se realizará después de que un estado miembro haya dejado el bloque.
  • Segundo, estas elecciones seguirán una serie de resultados de elecciones nacionales en todos los estados miembros en los que los partidos euroescépticos de extrema derecha han registrado sus mejores resultados en el registro.
  • En tercer lugar, las encuestas se llevarán a cabo después de un año de intenso debate sobre la dirección futura del proyecto europeo, que ha destacado las divisiones dentro del bloque.

Creemos que el resultado de la elección será una mayor fragmentación política, confirmando la tendencia registrada en la región en los últimos años. Desde la carrera presidencial de Francia en abril de 2017 hasta la votación de Suecia en septiembre de 2018, los resultados de las elecciones han simbolizado el declive del sistema bipartidista y el aumento del apoyo a los partidos en ambos extremos del espectro político.

Varios factores han alimentado esta tendencia: la disminución en la votación de clase; el predominio creciente de las cuestiones socioculturales sobre las cuestiones socioeconómicas; el cambio de los partidos tradicionales hacia el centro (dejando un vacío de poder en los extremos); y una creciente sensación de ansiedad, provocada por los cambios económicos y sociales asociados con la interrupción tecnológica y la globalización. Los partidos de extrema derecha han experimentado un aumento en su apoyo en Francia, los Países Bajos, Alemania, Italia y Suecia. Algunos han existido durante mucho tiempo en la escena política de sus respectivos países, mientras que otros solo han hecho recientemente su primera ruptura en el parlamento. Todos estos partidos han presionado a la clase política dominante para abordar los problemas de identidad nacional, migración e integración.

Por otra parte, el aumento en el apoyo a los partidos euroescépticos ha significado que la elección podría representar una prueba para la supervivencia del proyecto europeo. Sin embargo, la mayor presencia de tales partidos en el Parlamento Europeo no supondrá tal amenaza. De hecho, el tono combativo de las fuerzas euroescépticas disminuyó significativamente en los últimos cuatro años, y los partidos se alejaron del absoluto rechazo del euro. Además, el espacio para diseñar una agenda migratoria más agresiva será limitado, especialmente porque el consenso político a lo largo del bloque se está desplazando gradualmente hacia una postura más conservadora desde la crisis de refugiados de 2015.

Con respecto a los partidos centristas, el porcentaje de votantes hacia ellos se verá impulsado por las ganancias obtenidas por los movimientos socialmente liberales en las recientes elecciones nacionales. Liderados por La República en marzo (LRM), el partido del presidente francés, Emmanuel Macron, estos movimientos están preparados para desafiar a los dos grupos tradicionalmente más grandes en Parlamento Europeo. Este cambio podría complicar la nominación del nuevo presidente de la Comisión y conducir a nuevas dinámicas en el parlamento.

En general, un panorama político más fragmentado complicará la formación de la coalición y la formulación de políticas, lo que se reflejará en una actividad legislativa más débil y podría ser crucial para la aprobación oportuna del presupuesto de la UE para 2021-27.

Parte 2: Europa sin Merkel

A lo largo de noviembre de 2018, los estados miembros se reunieron para finalizar las propuestas de reforma de la zona euro, en un intento de capitalizar el impulso existente para alcanzar el consenso.

La decisión de Merkel de no postularse para el liderazgo del Partido Demócrata Cristiano (CDU) en el congreso del partido de diciembre generó preocupaciones sobre cómo cambiará Europa después de su partida. Merkel es la líder gubernamental de más larga duración en la UE, después de varias crisis, desde la crisis de la deuda soberana de la zona euro hasta la reacción pública de la crisis de refugiados y la tendencia hacia la democracia ilegal en Polonia y Hungría.

La partida de Merkel, y con ello la salida de su apoyo diplomático, podría traer cierta incertidumbre al bloque a corto plazo. Sin embargo, la postura de Alemania en la UE probablemente se mantendrá sin cambios dado que sus principales contendientes representan rutas ligeramente diferentes para el partido, pero no para Europa.

Parte 3: ¿Se realiza el trabajo del BCE?

El crecimiento anual real del PBI de la zona euro está en camino de alcanzar el 2% en 2018, alcanzando un máximo de 2.5% en 2017, la expansión más fuerte en una década. Sin embargo, esperamos que la tasa de crecimiento anual se deslice aún más en 2019, hasta el 1.8%. En este sentido, ha aumentado la preocupación sobre la fuerza de la actividad subyacente en la zona del euro y si el crecimiento es sostenible.

En nuestra opinión, y por dos razones, tales preocupaciones son exageradas. Primero, parte de la desaceleración observada en 2018, particularmente a principios de año, puede verse como una moderación natural del crecimiento económico desde niveles insosteniblemente altos a fines de 2017. En segundo lugar, desde principios de 2018, los factores temporales e impulsados ​​por eventos, incluidos las condiciones climáticas adversas, las huelgas ferroviarias extensas en Francia, la inestabilidad política relacionada con las elecciones generales en Italia y la escalada de las tensiones del comercio mundial, han afectado el ritmo del crecimiento.

En relación al BCE, consideramos que de darse cambios de personal, este no querría dañar la credibilidad que el BCE ha desarrollado bajo Draghi en términos de voluntad de apoyar una recuperación con una política monetaria expansiva. Sin embargo, la inestabilidad política en Italia este año ha puesto de relieve que los mercados de bonos y divisas siguen siendo vulnerables a los cambios en el sentimiento de los inversores provocados por problemas en los miembros más débiles del bloque. El sucesor de Draghi puede querer permanecer vigilante a este respecto. Lampadia




Se confirma reversión de la tendencia a la fragmentación política

Se confirma reversión de la tendencia a la fragmentación política

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Algo importante ha ocurrido en estas elecciones municipales: se ha revertido la tendencia a la fragmentación política creciente que el país venía experimentando desde los años 90. Es algo que ya vaticinábamos en un artículo anterior (ver Lampadia Se revierte la tendencia a la fragmentación política), cuando descubrimos que por primera vez desde el 2002 descendía el número de candidatos al gobierno regional presentados por los movimientos regionales y subía el de los partidos. Ya producidas las elecciones, podemos ver en el siguiente gráfico cómo el porcentaje de alcaldes provinciales electos pertenecientes a partidos políticos nacionales recupera terreno luego de haber venido cayendo ininterrumpidamente desde el 2002. Pasa de un exiguo 23% el 2014 a un 43% el 2018. Lo inverso ocurre con los alcaldes pertenecientes a movimientos regionales, que habían llegado a ser el 77% el 2014 y bajan a un 57% el 2018. Las cifras del 2018 podrían variar en uno o dos puntos, porque podría haber algunas impugnaciones, pero la tendencia es clara.

El problema es que la relativa recuperación de los partidos tiene poco sentido si ella ha sido la consecuencia simplemente de un cambio normativo que eliminó los movimientos locales y puso más exigencias a la inscripción de los movimientos regionales, y no de la acción política de partidos sólidos que formen parte de un sistema partidario reconstituido. Porque tampoco se trata de tener 23 organizaciones partidarias en el territorio, la mayor parte de ellas simulacros de partido. Lo ideal es que los partidos políticos que tengan alcaldes sean los que están en el Congreso, para que haya comunicación entre los alcaldes y sus representantes parlamentarios y facilitar así la representación y solución de los problemas.

La pregunta, entonces, es cómo hacer para que este cambio positivo se convierta en una inflexión real que lleve en pocas elecciones más no sólo a una presencia efectiva de los partidos en todas las provincias y distritos, a fin de reconstruir los canales de representación e integración vertical que el país necesita para ser gobernable, sino también cómo hacemos ahora para dar inicio a una segunda tendencia tan importante como la anterior: la reducción del número absurdamente grande (23) de falsos partidos que hoy tenemos, de modo de pasar a un sistema de unos pocos que funcionen realmente como tales, dejando atrás los partidos cascarón.

¿Qué clase de partidos ganó?

¿Qué clase de partidos alcanzaron las 83 alcaldías provinciales (43%) que han ganado? Son 15 y son los siguientes:

Lo deseable hubiese sido que partidos que sí tenían cierta consistencia hubieren aprovechado este espacio recuperado para consolidarse. Pero vemos que ello no ha ocurrido en tres casos lamentables: Fuerza Popular, el APRA y el PPC, que no gana –este último- alcaldía provincial alguna. El caso de Fuerza Popular es particularmente penoso porque se trata del único esfuerzo persistente de construcción partidaria en los últimos 15 años.

Se confirmó, sin embargo, un fenómeno casi milagroso, considerando que los partidos en el Perú no suelen sobrevivir a sus fundadores: el reverdecimiento de Acción Popular (que además fue, luego de Alianza para el Progreso, el partido que más candidatos presentó a nivel nacional). Acción Popular tiene un grado de institucionalidad, pero básicamente aprovecha un logo no contaminado por la corrupción para atraer candidatos.

Del lado de la izquierda, llama la atención la desaparición electoral de Juntos por el Perú, dentro del cual participaron, entre otros, los candidatos de Nuevo Perú de Verónika Mendoza. El Frente Amplio de Arana consigue apenas 4 municipalidades provinciales, aunque una de ellas en una provincia minera importante como es Chumbivilcas. Más alcaldes (8) puso Democracia Directa, el partido de los fonavistas, en el que Gregorio Santos (ex Patria Roja) colocó varios candidatos antes de que fuera retirado de esa organización. Uno de ellos ganó en Espinar, otra provincia minera importante.  

El gran triunfador de este proceso ha sido Alianza para el Progreso, de Cesar Acuña. No cabe duda que Acuña tiene una organización, tributaria del apoyo financiero y logístico de sus universidades. Pero es una organización de tipo clientelista, que aún tiene por delante la tarea de convertirse en un partido político serio. 

No sabemos qué partidos finalmente quedarían si estableciéramos incentivos para ir hacia un sistema de pocos partidos relativamente estables. ¿Somos Perú es muy diferente de Acción Popular? ¿Las izquierdas se unificarían? ¿Fuerza Popular sobreviviría?

Reglas para reducir el número de partidos y fortalecerlos

Es imposible predecir. Lo que sí podemos hacer es poner reglas que lleven a reducir el número de partidos. Estas son de dos tipos:

  1. Incentivos positivos: sistema electoral basado en distritos electorales pequeños, uninominales o binominales, para que las agrupaciones pequeñas tengan que juntarse con otras si quieren ganar en un distrito.
  2. Reglas restrictivas:
    1. Restablecer la pérdida de inscripción si el partido no presenta candidatos a la presidencia y al Congreso, y si no pone candidatos municipales por lo menos en la mitad de las municipalidades
    2. Subir la valla electoral para las alianzas, que se han convertido en una manera de burlar la valla del 5%.

Al mismo tiempo debería bajarse la barrera de entrada, pues el número de firmas necesario para inscribir un partido es demasiado alto. No debe reprimirse la emergencia de corrientes renovadoras. Lo ideal es tener barreras de entrada relativamente bajas y barreras de permanencia altas.

Luego hace falta reglas para favorecer el fortalecimiento de los partidos. Serían tres:

  1. Eliminar el voto preferencial
  2. Obligar a que las elecciones internas sean organizadas por la ONPE, sobre todo si no se reducen las barreras de entrada para la inscripción de partidos, a fin de darles garantías a los ciudadanos que deseen ingresar a un partido para participar en la vida política.
  3. Permitir que las empresas puedan financiar, de manera pública y transparente, a los partidos políticos, y crear el mecanismo de “impuestos por partidos” para que las que las empresas puedan financiar con sus impuestos think tanks en los partidos políticos. Esto será más importante aún en la medida en que se apruebe, en el referéndum, la no reelección de los parlamentarios, como un lugar de refugio intelectual y programático para los periodos sabáticos.

Y a fin de seguir reduciendo el número de movimientos regionales, lo que debe hacerse es endurecer los requisitos para su inscripción y para su permanencia. Es algo que se hizo en alguna medida para las últimas elecciones y por eso tuvimos una disminución del número de candidatos presentados por movimientos regionales. Hay que profundizar paulatinamente ese proceso. Una medida podría ser la obligación de presentar candidatos en más de un departamento. 

Conclusión

En resumen, deberíamos concentrarnos en dar las medidas necesarias para consolidar y darle contenido positivo real a esta reversión de la tendencia a la fragmentación política que se ha producido en la última elección sub nacional.

Las siguientes metas deberían ser:

  • Reducir el número de partidos,
  • Eliminar los partidos cascarón,
  • Fortalecer los partidos que vayan quedando y
  • Consolidar la tendencia a la reducción de la cantidad de movimientos regionales.

Tener un número relativamente pequeño de partidos reales presentes en todo el territorio nacional, es fundamental para integrar políticamente al país y darle gobernabilidad. Lampadia




¿Se revierte la tendencia a la fragmentación política?

¿Se revierte la tendencia a la fragmentación política?

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Hay un dato interesante en las cifras de candidatos en estas elecciones regionales y municipales que podría ser el punto de inflexión de una tendencia si es que se consolida con reformas políticas que habría que introducir. Nos referimos al hecho de que por primera vez luego de varios procesos electorales, el número de candidatos a gobernador regional presentados por movimientos regionales se reduce, mientras aumenta significativamente el número de candidatos presentado por los partidos nacionales.

Por supuesto, todavía hay que esperar los resultados electorales, para ver si esa inflexión se expresa también claramente en el número de candidatos de partidos políticos nacionales electos. La tendencia hasta ahora ha sido la siguiente:

Fuente: JNE, elaboración propia

El incremento de un gobernador regional puesto por los partidos el 2014 no expresa todavía una tendencia clara. Vamos a ver qué ocurre en esta elección. No tenemos la evolución del número de candidatos a las alcaldías provinciales presentados por partidos y movimientos regionales, pero los resultados electorales han registrado una tendencia clara:

Fuente: JNE, elaboración propia

Frente a esto, la novedad que trae el presente proceso electoral es un punto de inflexión en el número de listas al gobierno regional que presentan partidos nacionales y movimientos regionales. (no tenemos el dato para las municipalidades provinciales y distritales). Veamos:

Esto obedece al hecho de que se introdujo legislación que prohibió los movimientos locales (provinciales o distritales) y estableció requisitos de inscripción para los movimientos regionales algo más fuertes, similares a los exigidos a los partidos nacionales, agregando la obligación de presentar candidatos en toda la región. Requisitos, la verdad, mínimos, que deberían ser endurecidos crecientemente a fin de convertir esta inflexión que vemos en una tendencia clara en el futuro. Porque la idea es que los partidos nacionales recuperen presencia nacional. Y eso es lo que, al parecer, empieza también a ocurrir, por lo menos en cuanto al número de candidaturas, si vemos el siguiente cuadro, donde el salto importante se da en las presentes elecciones:

Recuperar la presencia de los partidos en el territorio es fundamental para la gobernabilidad, para recuperar la autoridad central en el país y restablecer los canales de representación que han sido cortados desde que los alcaldes y gobernadores no pertenecen a partidos que están en el Congreso. En ausencia de esos canales no hay manera de adelantarse a los problemas ni resolver los conflictos latentes.

La ausencia de partidos nacionales en las regiones es más grave en la medida en que el único cambio estructural que se ha producido en el Perú ha sido una descentralización muy fuerte de las funciones y de la obra pública, pero sin que el gobierno central conserve capacidades de monitoreo, control e intervención. Mucho dinero sin control produce corrupción y alimenta a las mafias, que se multiplican. Miremos en el siguiente cuadro la manera explosiva como se ha redistribuido la obra pública en las últimas décadas:

Fuente: BCRP, elaboración propia

Reducir el número de partidos y fortalecerlos

Suponiendo que en las elecciones venideras veamos una cierta recuperación del terreno regional y provincial por parte de los partidos políticos, quedan pendientes las reformas necesarias no solo acelerar esa recuperación sino para fortalecer los partidos y reducir su número. Es decir, para reconstruir un sistema de pocos partidos estables y verdaderamente nacionales. 

Porque no podemos seguir con 23 partidos políticos. Esa cifra tiene que reducirse drásticamente. En estas presentes elecciones regionales y municipales participan de la siguiente manera:

Hemos eliminado algunos, a favor de la claridad. Notemos que Alianza para el Progreso (APP) de Acuña, y Acción Popular, tienen muchos más candidatos que Fuerza Popular y que el APRA, cuya participación de ha reducido casi al mínimo. No sorprende el número de candidatos que presenta APP, pues Acuña ha logrado montar, con la presencia y recursos de sus universidades, una estructura clientelista que le permite apoyar candidatos en muchas partes del país. ¿Tiene potencial APP para convertirse en un partido serio? No lo sabemos.

Sorprende, sí, la vitalidad de Acción Popular (AP), un partido que luego de la desaparición de Fernando Belaunde nadie pensaba que sobreviviría mucho tiempo. Probablemente atrae candidatos no por el apoyo financiero que pueda ofrecerles, del que probablemente carece, sino porque la imagen del partido conserva todavía un halo de honestidad y desarrollo que puede ser la base para un desarrollo partidario posterior consistente. En todo caso, hasta ahora ha pasado la prueba del tiempo.

En cambio, sorprende la pequeña cantidad de candidatos del APRA –casi la cuarta parte de los de AP-, el partido histórico más importante del país. Es una lástima. Quizá el estigma de los narco-indultos y la crisis de identidad ideológica generada por el contraste entre los dos gobiernos de Alan García, haya afectado la capacidad de atraer o conservar candidatos apristas. Pero es un partido que debería tener potencial para reconvertirse. El anuncio de Alan García de regresar a la vida activa partidaria no sabemos si es una buena noticia para ese fin.  

Fuerza Popular atraviesa una situación complicada, que puede comprometer su futuro. Si aprovechara los ingresos que recibe del financiamiento público para desarrollar debate interno y capacidad propositiva, y para revisar su experiencia histórica para extraer de ella lecciones y propuestas positivas que le permitan entroncar su futuro en su pasado, podría empezar a darle forma a una militancia que sin duda existe. Es claro que Keiko Fujimori ha desperdiciado el poder convocante que pudo tener.  

En las izquierdas, sorprende también la escasa participación de Juntos por el Cambio, iniciativa de Yehude Simon en la que se agolpan Patria Roja, el Partido Comunista, Fuerza Social, Ciudadanos por el cambio y otros, y al que se plegó la agrupación sin inscripción de Verónika Mendoza (Nuevo Perú) para colocar candidatos en las elecciones internas para este proceso, sin mayor éxito.

Quien sí tiene más presencia es el Frente Amplio de Marco Arana, con candidatos fuertes en el corredor minero y en el valle del Tambo, cuya misión será, de llegar al poder local, seguramente entorpecer la inversión minera. Pero este partido sí tendría posibilidades de fortalecerse, en la medida en que posee una ideología definida.

EL PPC, por su lado, otro partido con cierta ideología e institucionalidad interna, lamentablemente ha sido afectado por sus pasadas luchas intestinas, y presenta ahora pocos candidatos, la mayor parte en Lima. Sin duda tiene potencial de recuperación.

Reformas

  • La propuesta de distritos binominales para elegir a diputados, dentro de la reforma que se está planteando, puede ayudar a reducir el número de partidos.
  • Debe eliminarse también la facilidad que se dio de conservar la inscripción si no se presenta candidato presidencial.
  • La valla para las alianzas debe subirse dos puntos por cada nuevo integrante de la alianza, para evitar que las alianzas sean medios para burlas la valla electoral.
  • Se debe mejorar la política de financiamiento público de los partidos, permitir que las empresas formales puedan donar, e incluir la propuesta de Carlos Meléndez de “impuestos por partidos” dirigida específicamente a que las empresas puedan financiar con sus impuestos think tanks en los partidos políticos, entre otras medidas tales como las que obliguen a que las elección es internas sean organizadas por la ONPE a fin de darle garantías a los ciudadanos que deseen ingresar a un partido para participar en la vida política.

En resumen, para consolidar y acelerar la aparente inflexión de la tendencia a la fragmentación política que observamos en estas elecciones regionales y municipales y aprovecharla para reconstruir un sistema de partidos con presencia nacional, es necesario endurecer crecientemente los requisitos para la inscripción y funcionamiento de movimientos regionales y aprobar reformas que lleven a fortalecer y reducir sustancialmente el número de partidos políticos. Lampadia




Avances en la reforma política y electoral

Avances en la reforma política y electoral

Jaime de Althaus

Para Lampadia

Necesitamos definir primero el marco orgánico general y desprender de allí las normas electorales

Vale la pena resaltar la noticia de que el Congreso viene avanzando los trabajos para una reforma política y electoral. Cuando se conformó, dentro de la comisión de Constitución, el sub grupo de reforma electoral presidido por Patricia Donayre, surgió el temor de que dicha Comisión se abocara solo a la reforma electoral y no a la reforma política, que es la que realmente importa. Pero el discurso pronunciado por el presidente de la Comisión de Constitución, Miguel Torres, en la Audiencia Pública que se convocó el viernes 11 sobre reforma electoral, despejó todas las dudas: “Quiero poner de relieve que estamos ante una tarea de corto, mediano y largo plazo, que implica no solo modificar normas de cara a los próximos procesos electorales, sino de afirmar las bases para posibilitar las reformas institucionales, que produzcan un cambio significativo en nuestro sistema político, desde el diseño institucional, el sistema de partidos políticos  y la cultura política del país”. Y agregó: “…tenemos instituciones poco representativas y partidos políticos muy débiles, con una aguda y creciente fragmentación política”. Resumió así los temas que se vienen planteando y sobre los que la comisión deberá debatir:

  • Un “shock institucional” o una revolución institucional
  • La democracia interna de los partidos políticos y su institucionalización
  • El control del financiamiento privado en las campañas electorales
  • El rediseño de los distritos electorales y la creación del distrito electoral para los peruanos residentes en el extranjero
  • La promoción de partidos “light” o el “sistema de partidos por impuestos”
  • Las reformas necesarias a realizarse para los comicios electorales más próximos

Patricia Donayre, por su lado, informó que en la primera quincena de diciembre presentará a debate en la Comisión de Constitución el proyecto de Código Electoral que contiene los derechos y deberes de la ciudadanía, los candidatos y los partidos políticos. Pero solicitará a la Comisión de Constitución del Congreso una ampliación de 120 días para concluir con el conjunto de reformas que permitirán al país contar con un adecuado sistema de elecciones. Ese conjunto de reformas incluye posibles cambios constitucionales en los siguientes temas:

  • Bicameralidad
  • Voto preferencial
  • Voto voluntario
  • Renovación por mitades o tercios
  • Circunscripciones electorales (distritos uni o bi nominales)
  • Reelección  municipal y regional 

Hay, sin embargo, en esta secuencia un problema metodológico que no podemos soslayar. Por razones de calendario se está avanzando primero con las reformas electorales, pues se quiere tener listo el nuevo ordenamiento para las elecciones regionales y municipales del 2018. Pero desde un punto de vista ontológico, primero es la reforma política y de ella se deriva la reforma electoral. Habría que tener claro primero el sistema orgánico político-electoral que queremos, para desprender de allí la normatividad electoral. De lo contrario, podemos caer en el mismo vicio de siempre: dar medidas aisladas e incoherentes con el conjunto orgánico.

La definición del sistema orgánico depende, a su vez, de definir bien los objetivos que queremos con la reforma política y electoral. A juicio nuestro, esos objetos son:

  1. Construir un sistema de pocos partidos estables, superando la altísima fragmentación y volatilidad actual
  2. Construir adecuados sistemas de representación, es decir, canales eficientes de relación y comunicación entre representantes y representados, de modo los ciudadanos puedan canalizar adecuadamente demandas y preocupaciones.
  3. Mejorar las relaciones entre Ejecutivo y Legislativo a fin de afianzar la gobernabilidad

Es cierto que el debate del sistema orgánico es complejo y requiere tiempo. Quizá se pueda avanzar la normatividad indispensable para ordenar mejor el proceso electoral mismo del 2018. Pero vemos que el proyecto de código electoral que se está elaborando es muy comprehensivo. Incluye lo que ahora es la propia ley de partidos, por ejemplo.

Y así debe ser, pero, repetimos, eso requiere definir previamente el esquema general. Por ejemplo, tenemos que emitir normas para las elecciones venideras, pero si lo que queremos es fortalecer el sistema de partidos, debemos tomar decisiones acerca de los movimientos regionales o locales, que en cada elección han venido creciendo a costa de los partidos. Decisiones acerca de endurecer los requisitos para su inscripción, o la exigencia de que participen en varias regiones, por ejemplo. Sobre esto no parece haber nada en el proyecto de código electoral elaborado. 

Sobre los partidos, debemos definir si queremos poner las barreras en el número de firmas para su inscripción o en el número de comités físicos activos, o más bien en que presenten candidatos a un mínimo de circunscripciones, por ejemplo. 

De otro lado, los capítulos del proyecto de código electoral sobre los candidatos al Congreso y sobre los procesos electorales, suponen una definición previa acerca de la circunscripción electoral, es decir, si vamos a ir a un sistema de distritos uni o bi nominales por ejemplo, lo que podría requerir una modificación constitucional previa. Las propias cuotas de género o de comunidades dependen de esa definición.

En suma, sin dejar de avanzar las normas electorales indispensables para el próximo proceso, es indispensable concentrarse desde ahora en la discusión mayor acerca del sistema político-electoral que queremos, que es un sistema orgánico, para tener las definiciones necesarias que nos permitan desprender luego las reformas específicamente electorales. Pero eso requiere compromiso. Requiere que los partidos políticos presentes en el Congreso realmente tomen este asunto en serio y realicen discusiones internas sobre la base de propuestas bien elaboradas. Todos, comenzando por Fuerza Popular, cuyo aporte a la construcción institucional sería bien recibido.  

Lampadia 

 




La fragmentación política favorece ineficacia y corrupción

La fragmentación política favorece ineficacia y corrupción

Como hemos señalado anteriormente en Lampadia, la fragmentación del país impide la buena gestión pública y dificulta la relación del Estado con los ciudadanos y empresas. Hace ilusoria la coordinación de las distintas instancias de gobierno, el desarrollo de los proyectos más importantes, que no necesariamente están confinados en las demarcaciones políticas, la efectividad del gasto público con los atributos de las democracias modernas que requieren de pesos y contrapesos y de la doble instancia, para evitar la creación de feudos independentistas en un país unitario. La estructura del país con 24 departamentos, bajo el gobierno absolutista de los llamados presidentes regionales, 196 provincias y 1,846 distritos es prácticamente imposible administrar eficiente y eficazmente, pues traba el desarrollo del país.

La discrecionalidad y autonomías absolutas de las instancias de gobierno, más allá del gobierno central, junto con la abundancia de recursos provenientes de los cánones y regalías generadas por las inversiones privadas, así como la debilidad de sistemas de control; han generado gestiones inefectivas y muchas veces corruptas. Inefectivas, porque puede que gasten todo el presupuesto(eficiencia)pero adoleciendo de despropósitos en el uso de los recursos, baja calidad y/o corrupción abierta.

No vamos a enumerar los gastos absurdos como los hechos en monumentos ridículos, la cementación de las plazas o las mega-piscinas, o la falta de inversión en saneamiento o caminos porque la corrupción sobrepasa todo nivel de tolerancia.

Las cifras de corrupción subnacional son de escándalo: 22 de 25 presidentes regionales tienen serias acusaciones por actos de corrupción. Nada menos que168 procesos judiciales se acumulan en contra de estos funcionarios, los cuáles son acusados por peculado, colusión, negociación incompatible y malversación de fondos. Cinco de ellos recibieron órdenes de prisión preventiva: César Álvarez de Ancash, Gregorio Santos de Cajamarca y Kléver Meléndez de Pasco, encarcelados, Gerardo Viñas de Tumbes, prófugo desde hace tres meses e Iván Vásquez de Iquitos, investigado como reo libre.

El panorama es igual o peor en las municipalidades. De acuerdo a la Procuraduría Anticorrupción, el 92% de los de los actuales alcaldes están siendo investigados por peculado, malversación de fondos, negociación incompatible y/o colusión. Es decir, 1,699 autoridades de las 1,841 existentes.

“Son 454 alcaldes provinciales y 1,245 distritales que estarían inmersos en actos de corrupción. También hay 429 ex alcaldes provinciales y 1,326 ex alcaldes distritales que son investigados por los mismos delitos”, se señala en un informe de la Procuraduría.

Los departamentos con mayor cantidad de casos son: Ancash (46 alcaldes provinciales y 146 distritales), La Libertad (42 provinciales y 80 distritales), Cusco (41 provinciales y 96 distritales), Puno (37 provinciales y 51 distritales) y Junín (34 provinciales y 116 distritales).

La corrupción, según la PCM, produce un forado importante en las arcas públicas. Como reveló recientemente el Premier, Ana Jara, “el Estado pierde aproximadamente S/. 10 mil  millones al año, lo cual representa aproximadamente el 2% del producto bruto interno (PBI) (…). Con esta suma se pudo haber construido 72 hospitales o 360 modernos colegios o crear más de 200 mil puestos de trabajo”.

Además de la corrupción, también tenemos ahora la continua y creciente penetración del crimen organizado en las instituciones políticas y de gobierno. En estos tiempos en que las mafias (narcotraficantes, taladores y mineros ilegales, contrabandistas, extorsionadores, mafias de construcción civil y el sicariato, entre otros) consolidan “territorios libres” y capturan los gobiernos locales con suma facilidad para operar con impunidad.

Como señala el estudioso costarricense, Kevin Casas Zamora “La descentralización política, cualesquiera sean sus virtudes, crea un problema complicado… para un mafioso es mucho más barato y menos visible comprar a un alcalde que comprar a una autoridad nacional”.

Todos estos problemas son el riesgo que corrimos y que hoy pagamos hasta con sangre, al haber llevado a cabo una regionalizaciónapresurada, irresponsable y politiquera. El gran culpable de estas decisiones disfuncionales es el ex presidente Toledo y todo el Congreso que acompañó su gestión. Pero no puede dejar de reconocerse que el proceso fue agravado, por las mismas razones, durante el segundo gobierno de Alan García.

Peor aún, luego se fue facilitando la formación de movimientos regionales “independientes”, sin estructuras partidarias ni la debida organización, o que solo representan grupos de interésy mafias para que puedan postular y copar las presidencias regionales y municipios. (Ver en Lampadia (L): Un poco de humildad, es el momento para la reforma política).

No se trata de dar marcha atrás, ni es una mirada limeña, es hora de efectuar una reforma que impida la corrupción y la captura de los gobiernos locales por aventureros o mafiosos. Lo que debiera hacerse primero, como se ha planteado aquí, es reducir sustancialmente el número de regiones e incluso provincias y distritos. Esa es la manera más adecuada de efectuar controles más efectivos y que el gasto sea más adecuado.

Asimismo, dado que el país se define como unitario, los partidos políticos o movimientos que postulen en elecciones de gobiernos locales tendrían que ser de alcance nacional o vincularse a ellos. Si este gobierno no corrige, aunque sea lo más evidente, entrará a la galería de culpables del fracaso de la regionalización, esta vez por inacción.

Por otro lado, queremos recordar que es importante no confundir regionalización con descentralización. La regionalización es de carácter político y la descentralización, económica y social, que en el Perú ha producido grandes avances. (Ver en L: Descentralización y Regionalización – Cara y Sello del nuevo Perú).

Dada esta situación reiteramos nuestra invocación a los políticos para que con humildad atiendan el clamor nacional. “En la situación en que se encuentran, desprestigiados según todas las encuestas y con el peso que se acaban de poner a sus espaldas, ya no pueden seguir manteniendo las estructuras políticas y los sistemas electorales que favorecen sus intereses de grupo. Ahora deberían viabilizar las reformas reclamadas por la ciudadanía y puntualizadas por diferentes especialistas en múltiples ocasiones”. Lampadia