1

ANÁLISIS FORD DEL PERÚ

ANÁLISIS FORD DEL PERÚ

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas; Senior Advisor Spencer Stuart
Para Lampadia

El análisis FORD (o FODA) es un ejercicio simple pero muy útil que suelen hacer las empresas, como base de su proceso de planeamiento estratégico. Esta metodología se comenzó a utilizar a partir de un estudio dirigido por el profesor Albert Humphrey del Stanford Research Institute, a fines de los años 60. Como parte de este, el SWOT Analysis fue aplicado a las empresas mas importantes de USA (Fortune 500) y posteriormente publicado. El SWOT (o FORD como se conoce en español) fue inmediatamente adoptado por las principales consultoras de management y a través de ellas, por las principales empresas del mundo. Hoy 50 años después, sigue siendo práctica habitual en casi todas las empresas formales que elaboran periódicamente un Plan Estratégico.

Normalmente este proceso se inicia definiendo (o reafirmando) el Propósito de la empresa y luego continua con el FORD. Ambos elementos componen la base que sirve para definir las estrategias, tácticas y planes de acción, que en su conjunto conforman el Plan Estratégico.

El análisis consiste en hacer una revisión cándida y profunda de las Fortalezas, Oportunidades, Riesgos y Debilidades de la empresa y determinar que es lo principal en cada una de estas categorías. Este es un ejercicio colectivo y por lo tanto debe contar con la participación de los mas importantes ejecutivos de la empresa. El proceso resultará mas efectivo aún si es facilitado por un especialista, para que guíe al grupo con neutralidad y consiga llegar a un consenso.   

Es aconsejable que el número de ítems en cada categoría sean lo mínimo posible (3 es lo ideal). De esta manera el grupo se obliga a enfocar en lo mas importante. Si no se limita, se corre el riesgo de crear un documento muy largo que no será ejecutable. Enfoque, veracidad y consenso son claves para que el ejercicio sea eficaz.

El análisis FORD, no solo es aplicable a empresas. También se usa para cualquier tipo de institución pública o privada, grande o pequeña, proyectos, nuevos negocios o productos y hasta para temas personales.

¿Entonces, por qué no usarlo para analizar a nuestro complicado país y así tener las bases para un plan nacional? Vamos a intentarlo.

Como vimos, el primer paso es definir el Propósito. Esto, en el caso de un país es mas sencillo y no es necesario inventar la pólvora. Solo basta revisar cual es el que tienen los países mas exitosos del mundo y este es: ¨Bienestar para la población y progreso para el país¨. Esta frase sintetiza lo que cualquier gobernante con buenas intenciones, debería tratar de conseguir para su país.

Una vez definido esto iniciamos el análisis. Obviamente no pretendo hacerlo solo, ya que lo recomendable es que sea colectivo y consensuado. Lo que haré es referir dos o tres ítems que, a mi parecer, son los principales en cada categoría. Esto les podrá servir de base para elaborar las suyas.

En cuanto a Fortalezas, nuestro país tiene muchas y muy importantes. No tengo dudas que la principal es su gran riqueza en recursos naturales, tanto en la tierra como en el mar. En este frente el Perú podría ser líder mundial en minería, pesquería, agroindustria y en las industrias complementarias a estos frentes. Sin embargo, debido a temas políticos, sociales, medio ambientales, de informalidad o de corrupción, se han desaprovechado grandes oportunidades y nunca hemos logrado la estabilidad. Esto a pesar de haber existido siempre un gran interés de inversionistas de todo el mundo. El resultado: muchos puestos de trabajo e ingresos de divisas desperdiciados.

Otra gran fortaleza es nuestra geografía (costa, sierra y selva), con grandes bellezas naturales y también nuestra excelente ubicación geográfica, cerca de la línea ecuatorial y con mas de 2200 kilómetros de costa. Al igual que la anterior esta fortaleza está mal aprovechada, pudiendo tener una industria de turismo muchísimo mas desarrollada, así como ser el hub regional y la puerta de entrada y salida del comercio regional con Asia. Nuevamente, muchos puestos de trabajo y muchas divisas desperdiciadas, en este caso por nuestra limitada y precaria infraestructura.

Finalmente considero que las sólidas condiciones macroeconómicas del país, forjadas con mucho esfuerzo en los últimos 20 años, es (o era) otra fortaleza reconocida como una de las mas sólidas del continente. Sin embargo, esta fortaleza lamentablemente está en altísimo riesgo de perderse debido a las irresponsables acciones políticas populistas y también por la pandemia que enfrentamos actualmente.

En cuanto a Debilidades, lamentablemente tenemos muchas y muy complicadas y seguramente llenaríamos varias hojas con ellas. Sin embargo, si queremos enfocar en las que mas daño nos hacen, yo pondría como número uno a la corrupción. Mal de males, enquistado en todos los frentes y niveles, que además es aliado de la burocracia y la informalidad.

La segunda es la irresponsable y vergonzosa inestabilidad política, jurídica y legal. Ésta, además de ser la gasolina para la corrupción, ahuyenta las inversiones locales e internacionales.

Finalmente, en esta categoría se encuentra también la precaria infraestructura que tenemos a nivel nacional. Esto, incluye carreteras, trenes, puertos, aeropuertos, agua y saneamiento, red de salud pública, colegios, vivienda popular y redes digitales.

El reconocimiento de nuestras fortalezas y debilidades genera la tercera categoría, que son las Oportunidades y que en nuestro caso son enormes. Lamentablemente esto tampoco lo aprovechamos. Una legislación simple, clara y de apoyo a nuestras fortalezas, como la minería, la pesquería, el turismo y el agro, no solo nos consolidaría como líder global en la explotación y exportación mundial en esos campos, sino que generaría trabajo y bienestar a la población de las zonas donde se ejecutarían estos proyectos, además del un gran incremento de divisas. ¿Que se hace hoy? Todo lo contrario, trabas legales, normas y reglas confusas anti-negocio y un encubierto apoyo a la informalidad y a la corrupción.

La segunda gran oportunidad es el diseño y ejecución de un plan nacional de infraestructura. Si esto se enfoca y ejecuta profesional y limpiamente, no solo se conseguiría bienestar para la población y progreso para el país, sino que generaría una gran cantidad de puestos de trabajo y serviría de eje para el desarrollo de todas nuestras fortalezas. El actual gobierno hace unos meses dio un primer paso, al lanzar el plan nacional de infraestructura. Sin embargo, planes tenemos muchos, lo que nos falta es la gestión y ejecución profesional y limpia y eso lamentablemente es muy escaso.

En todos los frentes que hemos descrito en los párrafos anteriores, se tendría un gran incremento en puestos de trabajo, esto nos genera la tercera gran Oportunidad, que es poder balancear de manera mas efectiva la fuerza laboral del país. Si se incrementan las posiciones laborales en todos estos frentes y proyectos, se podrá reducir el tremendo exceso que existe actualmente en la planilla del sector público y que nos cuesta a todos los que pagamos impuestos.

Finalmente, en cuanto a los Riesgos, el mas peligroso a mi parecer es el combo de populismo barato, irresponsabilidad política y lucha de poderes, que están destrozando todo lo que con mucho trabajo se venía consiguiendo.

Luego está el riesgo del deterioro macroeconómico, como resultado de la pandemia y sus efectos en la microeconomía, así como también el posible colapso del precario sistema nacional de salud.

Este es mi rápido análisis FORD del Perú, pero como comenté antes se trata de un ejercicio colectivo, por eso los invito a que tomen este como base, hagan el ejercicio individual y me lo envíen al correo (mas abajo), así lo podré consolidar en un solo Análisis FORD del Perú, para posteriormente publicarlo.

analisisfordperu@gmail.com

Lampadia




El reacomodo de las grandes multinacionales

El 2017 será también un año de gran incertidumbre para las empresas multinacionales. En un claro ejemplo de autoritarismo y de una conducta digna de dictador de un ‘Banana Country’, el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viene amenazando a las empresas multinacionales con aplicarles aranceles fronterizos más altos si continúan funcionando fuera de EEUU.  Esta es solo una más de sus amenazas proteccionistas con la intención de frenar la inversión de las empresas fuera de EEUU.

Uno de los países más atacados es México. A través de Twitter, Trump afirma que “México se ha aprovechado de Estados Unidos por mucho tiempo”, haciendo referencia a los déficits  comerciales. La principal medida que ha anunciado para impedir que las empresas sigan teniendo sede en México, o en algún otro país que no sea EEUU, es endurecer su política fiscal, implementando un 20 % de impuesto a las importaciones de productos mexicanos en Estados Unidos.

Un ejemplo de esto es que Trump ha amenazado a Toyota con aplicarle aranceles fronterizos más altos si cumple su plan de construir una planta en Baja California, México. “Toyota Motor dice que construirá una nueva planta en Baja, México, para fabricar autos modelo Corolla que se venden en Estados Unidos. De ninguna manera, construyan la planta en Estados Unidos, o pagarán más aranceles”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.

Sin embargo, según The Economist (ver artículo líneas abajo), el regreso de las multinacionales a sus países de origen, ya se está dando, sin conexión con los aprontes de Trump. La razón de este proceso es que las operaciones globales ya no pueden beneficiarse de arbitrajes laborales y tributarios, como hasta hace poco, pues el terreno se ha ido aplanando y las operaciones globales están llegando a ser más pesadas y menos rentables que las locales. The Economist llega a plantear la eventual necesidad de los monstruos globales de subdividirse en operaciones más eficientes.

Este proceso de ‘retorno’, más las reacciones apuradas a las amenazas y cambios de reglas por parte del autoritario y caprichoso Trump, como la vergonzosa cancelación de la nueva planta  de Ford en México, llegan a constituir decisiones disfuncionales con costos sociales, por ahora difíciles de ponderar. Sin lugar a dudas, en el corto plazo, el costo de estas disrupciones pesará sobre las economías emergentes, empezando por México. Lampadia

En retirada

Las empresas multinacionales están en problemas

Las empresas globales son sorprendentemente vulnerables a los ataques

The Economist
28 de Enero de 2017
Traducido y glosado por
Lampadia​

http://cdn.static-economist.com/sites/default/files/imagecache/full-width/images/print-edition/20170128_LDD001_0.jpg

Entre muchas de las cosas que no le gustan a Donald Trump son las grandes empresas globales. Sin rostro y sin raíces, se les acusa de desencadenar “la carnicería” en los estadounidenses ordinarios mediante el envío de empleos y fábricas al extranjero. Su respuesta es domesticar a estas multinacionales. El imponer impuestos más bajos atraerá efectivo a casa, los cargos fronterizos afectarán sus cadenas de suministro transfronterizas y los acuerdos comerciales que les ayudarán a hacer negocios serán reescritos. Para evitar un procedimiento punitivo, “todo lo que tienes que hacer es quedarte”, dijo a los CEOS  estadounidenses esta semana.

Trump es inusual en su tono agresivamente proteccionista. Pero en muchos sentidos está atrasado en el tiempo. Las empresas multinacionales, los agentes detrás de la integración global, ya estaban en retirada mucho antes de las revueltas populistas de 2016. Su desempeño financiero ha disminuido y ya no superan a las empresas locales. Muchos parecen haber agotado su capacidad de recortar costos e impuestos y de superar a sus competidores locales. Los anuncios de Trump están dirigidos a empresas que son sorprendentemente vulnerables y, en muchos casos, ya se dirigen a casa. El impacto en el comercio mundial será profundo.

El final del arbitraje

Las empresas multinacionales (las que realizan una gran parte de su negocio fuera de su región de origen) emplean sólo uno de cada 50 trabajadores del mundo. Pero importan. Unos cuantos miles de empresas influyen en lo que miles de millones de personas observan, usan y comen. Empresas como IBM, McDonald’s, Ford, H & M, Infosys, Lenovo y Honda han sido el punto de referencia para los gerentes. Ellos coordinan las cadenas de suministro que representan más del 50% de todo el comercio. Representan un tercio del valor de los mercados de valores del mundo y poseen la mayor parte de su propiedad intelectual, desde diseños de lencería hasta software de realidad virtual y medicamentos para la diabetes.

Ellos florecieron a principios de los 90, cuando China y el antiguo bloque soviético se abrieron y Europa se integró. A los inversores les gustaban las economías de escala y eficiencia de las empresas globales. En lugar de funcionar como feudos nacionales, las empresas desagregaron sus funciones. Una fábrica china podría utilizar herramientas de Alemania, tener propietarios en Estados Unidos, pagar impuestos en Luxemburgo y vender a Japón. Los gobiernos de los países ricos soñaban con que sus campeones nacionales se convirtieran en campeones del mundo. Los gobiernos de los países emergentes dieron la bienvenida a los empleos, las exportaciones y la tecnología que trajeron las empresas mundiales. Fue una era de oro.

Uno de los argumentos centrales para el surgimiento de las empresas globales fue su afirmación de ser una ‘máquina de ganar dinero’. Esa afirmación ha sido destruida. En los últimos cinco años, los beneficios de las multinacionales han disminuido en un 25%. Los rendimientos del capital han caído a su nivel más bajo en dos décadas. Un dólar fuerte y un bajo precio del petróleo explican parte del descenso. Las superestrellas tecnológicas y las firmas consumidoras con marcas fuertes siguen prosperando. Pero la caída se ha extendido y prolongado demasiado para ser descartada como un ‘blip’. Alrededor del 40% de todas las multinacionales obtienen una rentabilidad sobre el patrimonio inferior al 10%, un indicador bastante alarmante. La mayoría de las industrias están creciendo más lentamente y son menos rentables que las empresas locales que se quedaron en su ‘patio trasero’. La participación de las multinacionales en las ganancias globales ha caído del 35% hace una década al 30% ahora. Para muchas empresas industriales, manufactureras, financieras, de recursos naturales, medios de comunicación y telecomunicaciones, el alcance global se ha convertido en una carga, no una ventaja.

Esto se debe a que se está cerrando una ventana de 30 años de arbitraje. Se han reducido las facturas de impuestos de las firmas tan bajo como se puede; los salarios de los trabajadores de fábrica de China están aumentando. Las empresas locales se han vuelto más sofisticadas. Pueden robar, copiar o desplazar las innovaciones de las empresas globales sin construir costosas oficinas y fábricas en el extranjero. Desde la industria ‘shale’ de Estados Unidos hasta la banca brasileña, desde el comercio electrónico chino hasta las telecomunicaciones indias, las empresas de vanguardia son locales y no globales.

El cambiante panorama político está haciendo las cosas aún más difíciles para los gigantes. Trump es la manifestación más reciente y estridente de un cambio mundial para captar más valor de las multinacionales. China quiere que las firmas globales ubiquen no sólo sus cadenas de suministro, sino también sus actividades más inteligentes como la investigación y el desarrollo. El año pasado, Europa y Estados Unidos lucharon por quién obtendría los 13,000 millones de dólares de impuestos que Apple y Pfizer pagan anualmente. De Alemania a Indonesia, las normas sobre adquisiciones, antimonopolio y datos se están endureciendo.

La llegada de Trump sólo acelerará un proceso sangriento de reestructuración. Muchas empresas son simplemente demasiado grandes: tendrán que reducir sus imperios. Otros están echando raíces más profundas en los mercados donde operan. General Electric y Siemens están “localizando” cadenas de suministro, producción, empleos e impuestos en unidades regionales o nacionales. Otra estrategia es convertirse en “intangible”. Las estrellas de Silicon Valley, de Uber a Google, siguen expandiéndose en el extranjero. Las empresas de comida rápida y las cadenas hoteleras están cambiando de lanzar hamburguesas y hacer camas a vender derechos de marca. Pero esas multinacionales virtuales también son vulnerables al populismo porque crean pocos empleos directos, pagan poco impuestos y no están protegidos por normas comerciales diseñadas para bienes físicos.

Retirando el control

El retroceso de las firmas globales dará a los políticos un sentimiento de mayor control ya que las empresas se comprometen a cumplir sus promesas. Pero no todos los países pueden obtener una mayor participación en la producción, los empleos y los impuestos de las mismas empresas. Y un rápido desenvolvimiento de la forma dominante de hacer negocios de los últimos 20 años podría ser caótico. Muchos países con déficits comerciales (incluyendo “Gran Bretaña”) dependen del flujo de capital que traen las multinacionales. Si los beneficios de las empresas caen más, el valor de los mercados de valores probablemente caerá.

¿Qué pasará con los consumidores y los votantes? Ellos tocan pantallas, usan ropa y se mantienen sanos con productos de empresas que no les gustan, que las consideran inmorales, explotadoras y distantes. La edad de oro de las empresas globales también ha sido una edad de oro para la elección y la eficiencia del consumidor. Su desaparición puede hacer que el mundo parezca más justo. Pero el retiro de la multinacional no puede traer de vuelta todos los trabajos que promete Trump. Y significará el aumento de los precios, la disminución de la competencia y la desaceleración de la innovación. Con el tiempo, millones de pequeñas empresas que comercian a través de las fronteras podrían reemplazar a las grandes empresas como transmisoras de ideas y capital. Pero su peso es pequeño. La gente todavía puede mirar hacia atrás a la época en que las empresas globales gobernaron el mundo de los negocios, y lamentar que se hayan ido. Lampadia