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¡Qué pena!, La izquierda no cambia

¡Qué pena!, La izquierda no cambia

Con bombos y platillos fue presentada hace unos días Verónika Mendoza como la candidata presidencial por el Frente Amplio (Ex FRENAIZ). Casi como si se tratara de un triunfo de la democracia se señaló que Mendoza había ganado las elecciones ciudadanas (libres y abiertas que habían convocado) y que ese solo hecho la convertía en la más “pura y digna” de los postulantes al sillón de Pizarro. Los izquierdistas a los que les encanta apropiarse de la banderas cómo la de la democracia, la decencia, la sensibilidad social  (cuando en realidad están sumergidos en la corrupción, la dictadura y la violación de derechos humanos: ahí están sus íconos: Cuba y Venezuela para mayores señas). 

Ahora pretenden disfrazarse y quieren olvidar que en estas elecciones han hecho el ridículo y que de lo que han dado pruebas es de su escaso poder de convocatoria, su ineficiencia, malos hábitos, su poca preparación, sus ataduras con su pasado vergonzante y su lamentable falta de programas y equipos. Veamos:

Nula convocatoria. Según sus propias cifras, asistieron a votar solo 31,693 personas, es decir el 0.15% del electorado nacional compuesto de 21.3 millones de personas. Un ínfimo porcentaje de peruanos acudió a las urnas que esta agrupación dispuso a pesar de la inmensa campaña propagandística que desplegaron en redes sociales y al increíble despliegue que les proporcionaron los medios nacionales. Aún así, no consiguieron una movilización suficientemente representativa.

La candidata ganadora, entre siete candidatos, después de trifulca y media, se hizo con 12,130 votos, el 0.06% del electorado.

En provincias, dónde dicen tener más llegada (pues, supuestamente, están más cerca de los pobres que cautelan para que no dejen de serlo), demostraron que nadie los quiere. Así lo dejan ver las cifras de, por ejemplo, Cajamarca, la ciudad en la que se fundó Tierra y Libertad (TyL) y en la que ha desarrollado su vida política su conductor, el ex(pulsado) cura Marco Arana, el contendiente más serio de Verónika. Según el post de Rocío Silva, en dicha localidad hubo 1,515 electores. Mil quinientos en una ciudad de 300 mil habitantes (el 0.5% de la población). ¿Cuántos votos obtuvo el hombre que se hace llamar el “defensor del agua y el medioambiente” cajamarquino? A duras penas: 907 votos (el 0.3% de Cajamarca). Esa es pues la verdadera dimensión de Arana.

Ineficiencia. Su poca capacidad organizativa quedó también expuesta en estas elecciones. Se convocaron el 4 de octubre y los resultados se difundieron el 12 del presente. 8 días después de la votación, en la que se evidenciaron un sinfín de problemas e irregularidades. Contar 30 mil votos no es tan difícil y más aún con los sistemas de comunicación con los que contamos actualmente.

Malos hábitos. Como se denunció, el proceso estuvo cargado de una serie de vicios. Incluso se denunció que en Pomalca y otros distritos hubo fraudes o intentos de ello. ¿No era que representaban la pureza y la transparencia?

Falta de preparación. Si bien el esfuerzo de realizar una elección de este tipo es encomiable, lo menos que se esperaría de ella es que tuviera validez legal y les permitiera inscribir la candidatura de Mendoza sin problemas. Sin embargo, como ha revelado el especialista en temas electorales, Fernando Tuesta, estos comicios no son válidos para el JNE, pues según la ley electoral, los partidos políticos deben llevar a cabo elecciones internas entre el 13 de octubre y el 21 de diciembre. Como el FRENAIZ hizo sus elecciones el 4 de octubre, entonces “no pueden ser consideradas elecciones internas, en consecuencia el Frente Amplio (FRENAIZ) va a tener que hacer [nuevas] elecciones internas en los plazos que hemos señalado”, indicó Tuesta. Es decir, tanto despliegue y esfuerzo, para que ahora no puedan convalidarlas ante el JNE y tengan que hacer otras, es casi de risa.

Ataduras al pasado. Siguen defendiendo las ideas del pasado. Les es imposible reconocer que Venezuela es una dictadura, porque supuestamente hacen elecciones (amañadas). No entienden que la democracia es mucho más que eso. Es el respeto por lo que dice y piensa la minoría y el individuo, en la que se respeta la división de poderes y las instituciones. ¿Dónde está la auténtica defensa de los derechos humanos? ¿Se olvidan de los informes de Human Right Watch? ¿Acaso no saben que a esta ONG se le ha prohibido el ingreso a Venezuela?

Sus posturas anti-inversión son cavernarias. Pareciera que no se enteraran lo que está pasando en el mundo. En muy pocos países se rechaza la inversión privada. No entienden el proceso de China, mucho menos el de Vietnam. Tampoco se dan cuenta del camino que viene siguiendo Cuba, sí, la misma de las canciones de trova que tanto les gustan, cada día se acerca más a la liberalización de su economía. Con esa forma de pensar no vamos a ningún lado.

La candidata francesa propone cambiar la Constitución, con lo cual desconoce los avances sociales y económicos de nuestra población desde la dación de la Constitución del 93, amenazando así con impulsar al país por la borda del estancamiento y pobreza.

Sin programas, ni equipos, Mendoza repite la misma monserga: “Lo real es que la mano invisible del mercado no lo está resolviendo todo”, señaló. “La minería ha ocupado al 2% de la Población Económicamente Activa, la agricultura el 25%”, precisó para fundamentar la necesidad de la diversificación productiva y la necesidad de no enfocarnos única y casi exclusivamente en las actividades extractivas”. Está claro que no tiene idea de lo que es una buena gobernanza, no sabe que hacer para reactivar el país, no entiende la importancia de la inversión privada y no tiene un equipo mínimamente capaz.

Esta no es la renovación de la izquierda peruana, es la misma, con otro empaque. Los electores ya les están diciendo con toda claridad que no les gustan sus ideas, como se lo dijeron a Arana en Perumin. Lampadia