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¿En Guerra por Guerrero?

Por el Honor, no por la Guerra

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Lo sucedido con Paolo Guerrero y la Selección Nacional de Futbol, por la exclusión del capitán de la gran contienda mundial, es muy lamentable para todos los peruanos y para el deporte de las multitudes. Pero hoy, a casi un mes del inicio del mundial, tenemos que actuar con sensatez y ponderación.

Por un lado, una vez cumplidas todas las instancias normales en el proceso, a un mes del campeonato, la selección tiene que prepararse con lo que tiene para ponerse al frente. No es conveniente que se mantenga la posibilidad de un esquema distinto de juego, en función de una eventual incorporación, a la hora undécima, de Guerrero. Los jugadores y todo el equipo tienen que mentalizarse en la gesta que tienen que emprender, sin dejar sitio para incertidumbres y angustias.

Por otro lado, desde la perspectiva del país, no podemos alterar nuestra vida, y desenfocarnos de tantas cosas importantes y urgentes, que no alcanzamos a resolver, para volcarnos a una suerte de ‘Guerra por Guerrero’. Nos estamos dejando idiotizar por el escándalo farandulero y mediático alrededor de este evento, por más injusto que pueda ser.

No es aceptable que los familiares de Guerrero llamen a un levantamiento de la población, tanto por la desproporción del llamado, como por dar la apariencia de un doble lenguaje del propio Guerrero.

Tampoco es aceptable que nos victimicemos y fabriquemos mitos de abusos por parte de instituciones, empresas, deportistas, dirigentes, etc., etc., calentando la sangre de los peruanos para llevarnos al resentimiento, la frustración y la revancha.

Paolo Guerrero, sus abogados y la Federación de Futbol, han tenido todo el tiempo del mundo para enfrentar las acusaciones contra el capitán.

Ahora debemos dar por terminada su eventual participación en el mundial y dar tranquilidad al equipo. Lo que sí se puede perseguir, y en ello podemos apoyar a Guerrero, es perseguir cualquier instancia de una eventual rectificación de la sanción, por el honor de nuestro jugador. Paolo debe ser el primero en salir adelante, a agradecer el apoyo del gobierno, y de tantos hinchas cariñosos, pero debe anunciar su retiro de la selección.

Estos días deben ser de alegría, de entusiasmo y de unión de los peruanos, detrás de nuestra pasión futbolera. No ensuciemos nuestra fiesta con penas, resentimientos, y mucho menos con nuevos odios.

¡Arriba Perú! Lampadia