1

Desarrollo integral en la sierra rural

Pachamama Raymi, al igual que el programa de Sierra Productiva (SP), ha desarrollado un programa muy exitoso orientado a mejorar la producción de los minifundios alto andinos, a insertar a los campesinos en los mercados regionales y, algo muy importante, al igual que el programa de SP, que hemos presentado en varias ocasiones, genera un significativo salto cualitativo en la autoestima de los campesinos y sus familias.

Este programa se difunde mediante relaciones ‘campesino-a-campesino’, que evitan la tradicional resistencia al cambio que se presenta en programas promovidos por expertos de la FAO, ONU, BID, Banco Mundial, ministerios, etc., etc. Al igual que con SP, este es uno de los grandes componentes del programa, que ya ha permitido una cobertura de 14,000 familias en diversas regiones.

Lamentablemente, nuestros gobiernos prefieren hacer sus propios programas, así sean menos efectivos, más costosos y muchas veces penetrados por la corrupción, antes de reconocer la capacidad de entidades civiles o privadas para hacerlo éxito.

El siguiente video de TED-x-Tukuy, presentado por el creador de Pachamama Raymi, el holandés Guillermo van Immerzeel, describe el programa en sus distintos aspectos:

Lampadia




¿Cómo alimentaremos a 10 mil millones de personas al 2050?

La gran mayoría de personas ya no sufren la preocupación de buscar y recolectar comida diariamente. Eso es cosa del pasado. La tecnología agrícola ha tenido un rol fundamental en la superación de la seguridad alimentaria. Específicamente, el siglo XX marcó un hito importante en la investigación científica y los avances tecnológicos que han contribuido al aumento histórico en la producción de alimentos. A medida que aumentaron los rendimientos, los agricultores adoptaron rápidamente estas tecnologías, lo que resultó en un aumento de la rentabilidad y los ingresos.

 

http://proprofs-cdn.s3.amazonaws.com/images/QM/user_images/1452023/8170343386.jpg

Sin embargo, la FAO, encargada de analizar este tema, publicó un informe que indica que en 2050 la producción agrícola tendrá que aumentar en un 70% para satisfacer la demanda proyectada. Dado que la mayoría de tierras aptas para la agricultura ya está cultivada, este crecimiento debe venir de mayores rendimientos. La agricultura ha llevado a cabo cambios que mejoraron el rendimiento en el pasado, incluyendo la mecanización antes de la segunda guerra mundial y la introducción de nuevas variedades de cultivos y productos químicos agrícolas en la revolución verde de los años 1950 y 1960. Sin embargo, los rendimientos de los cultivos importantes como el arroz y el trigo han dejado de subir en algunas zonas de agricultura intensiva del mundo, un fenómeno llamado estancamiento de rendimientos.

Es por eso que el reciente artículo de The Economist (que compartimos líneas abajo) sobre cómo una mayor difusión de las nuevas tecnologías puede traer mayores rendimientos es tan ilustrativo. De igual manera es importante difundir las mejores prácticas ya existentes. Esto último es especialmente relevante en los países menos desarrollados, los cuales tienen muchas trabas que limitan su producción y mantienen desperdicios muy altos.

http://www.jumpthecurve.net/wp-content/uploads/2012/09/agriculture.jpg

Según la WWF, los agricultores con mejor rendimiento del mundo son aproximadamente 100 veces más eficientes que los menos productivos, siendo los últimos responsables de la mitad del impacto ambiental. Los sistemas más eficientes y de alto rendimiento usan menos ‘inputs’ por kilogramo de producto final y generan menos emisiones. La cantidad de terreno utilizado es menor, dejando más espacio para la naturaleza, la urbanización y la recreación.

¿Cuál es la clave del éxito? Los avances tecnológicos. Es la única manera que la producción de alimentos pueda aumentar en un 70% para el año 2050, y esto tiene que ser logrado a pesar de la limitada disponibilidad de tierras cultivables, la creciente necesidad de agua dulce (la agricultura consume el 70% del suministro de agua dulce del mundo) y otros factores menos predecibles, tales como el impacto del cambio climático, que, según un informe reciente de la ONU, podría dar lugar, entre otras cosas, a cambios en los eventos de temporada y en el ciclo de vida de plantas y animales.

El otro gran tema mencionado por The Economist es la reducción de los desperdicios. Aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo se desperdician: hogares (42%), industria alimentaria (39%), restaurantes y servicios alimentarios (14%) y comercios y distribución (5%). Esto es teóricamente alrededor de cuatro veces la cantidad de alimentos necesarios para alimentar a más de 800 millones de personas. (Ver video sobre la gesta contra los desperdicios en: La agricultura en un mundo de 9,000 millones de personas).

Así que, la pregunta a reflexionar es, ¿cómo vamos a alimentar a tanta gente? Se trata de una cantidad de alimentos de enormes proporciones, pero el futuro de la agricultura es más brillante de lo que parece y la solución está en nuestras manos. The Economist no lo pudo expresar mejor: “[Estas preocupaciones] pueden ser superadas por dos cosas: la aplicación y difusión de la tecnología, y la implementación de políticas gubernamentales sensatas.”

Lampadia

Tecnología agrícola

Alimentando diez mil millones

Producir suficiente comida para las generaciones futuras será un reto. Aquí explicamos cómo lograrlo

Publicado por The Economist

11 de Junio de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

http://cdn.static-economist.com/sites/default/files/imagecache/full-width/images/print-edition/20160611_LDP004_0.jpg

Una de las cosas más extraordinarias del mundo moderno es que todos dan por sentado el acceso a la comida. Durante la mayor parte de la historia, la lucha por conseguir alimentos ha sido el foco principal de la actividad humana; y casi todas las personas eran agricultores o trabajadores agrícolas. El hambre era una amenaza permanente. Incluso en los mejores años era casi imposible producir excedentes que se pudieran guardar para épocas de escasez. En los peores años, solo los más poderosos y fuertes podían estar seguros de tener un estómago lleno.

Ahora la mayoría de personas en los países ricos no tienen que preocuparse nunca por la próxima comida. En 1900, dos de cada cinco trabajadores estadounidenses trabajaban en una granja; Ahora solo uno de cada 50. Incluso en lugares pobres como la India, donde la hambruna seguía golpeando fuertemente hasta la mitad del siglo 20, la suposición de que todo el mundo tendrá algo de comer se fue instalando cada vez más en el ritmo de vida.

Esta suposición, sin embargo, lleva a la complacencia. La hambruna ha terminado en gran parte del mundo, pero todavía acecha en partes de África -Etiopía, Mozambique y Zimbabwe, por nombrar solo tres, dependen de donaciones de alimentos. Y millones de personas sufren todavía de un mal relacionado a la hambre, la malnutrición. Según la FAO, cerca de 2 mil millones de las 7,300 millones de personas del mundo no tienen suficiente para comer. Por otra parte, en 2050, se prevé que la población aumente a casi 10 mil millones. Esto, más el aumento de la demanda de carne, pescado, leche y huevos, que nace de la prosperidad y que requiere más forraje para satisfacerse, se requerirá 70% más de alimentos en 2050 que lo  producido el 2009, el año en que la FAO hizo el cálculo. Esa es una tarea difícil. Pero no es imposible.

Cornucopia

Desde la época de Thomas Malthus, un economista que escribía hace más de 200 años, la gente se ha preocupado de que el crecimiento de la población sobrepasaría el suministro de alimentos. Hasta el momento, no ha pasado. Pero los neo-malthusianos encuentran señales preocupantes. Una de ellas es que en algunos lugares, la productividad de alimentos básicos como el arroz y el trigo ha alcanzado a su límite. Ni las nuevas cepas ni los agroquímicos están elevando los rendimientos.

Tampoco quedan muchas tierras adecuadas para nuevos cultivos. Los neo-malthusianos también se preocupan por el cambio climático y sugieren que, si las temperaturas globales continúan aumentando, algunos lugares se convertirán en no cultivables, particularmente en las regiones pobres y tropicales.

Estas son preocupaciones legítimas. Sin embargo, pueden ser superadas por dos cosas: la aplicación y difusión de tecnologías, y la implementación de políticas gubernamentales sensatas.

La tecnología agrícola está cambiando rápidamente. Gran parte de este cambio es provocado por los agricultores del mundo más rico y por los agricultores acomodados en lugares de ingresos medios como Brasil. Las técnicas desarrolladas en el Oeste, especialmente en la reproducción con base genómica que puede crear cultivos con propiedades especiales, están siendo adaptados para hacer cultivos tropicales más nutritivos, como la mandioca. Este tipo de cultivos inteligentes, de la mano con las nuevas técnicas de modificación genética, deben superar los platós de rendimientos. También se puede producir cultivos con resistencia a la sequía y al calor, que mitigarían los efectos del calentamiento global. El maíz resistente a la sequía, creado de esta manera, ya está en el mercado.

La tecnología es de poca utilidad, sin embargo, si no se adopta. En el mundo en desarrollo se aplican tanto las técnicas agrícolas existentes, como los últimos avances de la modificación genética. Los rendimientos estancados es un fenómeno en las partes más intensamente cultivadas del mundo. Si las mejores prácticas agrícolas actuales, como cuánto fertilizante aplicar y cuándo, se extendieran a los pequeños productores y agricultores locales de África y Asia, aumentarían los rendimientos, acercándonos al aumento requerido de 70%. También lo harían medidas como mejores carreteras, para permitir el transporte de los excedentes a los mercados. Esto estimularía el crecimiento de la productividad y reduciría los desperdicios.

De hecho, una mejor política del gobierno que reduzca los desperdicios haría una gran diferencia. La FAO dice que alrededor de un tercio de los alimentos se pierden durante o después de la cosecha. En los países ricos, gran parte la desechan los propios consumidores. En los países pobres, no llega a los consumidores. Las malas prácticas de cosecha, mal almacenamiento y el transporte lento causan que los alimentos se dañen, o se pierdan por las plagas. Cambiar esta situación, que es sobre todo una cuestión de construir cosas como mejores silos de granos a prueba de plagas y un mayor control de sus contenidos, podría dar otro gran empuje para llegar al aumento del 70%.

Los neo-malthusianos pueden desesperarse, pero consideremos esto: a pesar de todos los obstáculos aparentes, desde los platós de rendimientos hasta el cambio climático, en los seis años siguientes al análisis de la FAO, la producción de cereales creció en 11%. Si el crecimiento continúa de esa manera, no sólo será posible alimentar a los 10 mil millones de pobladores,  sino incluso alimentarlos bien.  Lampadia  




Un sector forestal completamente renovado

(Nota: No deje de ver  el video de una moderna empresa forestal integrada verticalmente)

El Perú ha desaprovechado por décadas la inmensa riqueza de sus bosques. Basta ver el mapa del Perú con cierto detenimiento para descubrir que el 58% de nuestro territorio está cubierto de bosques naturales (69 millones de hectáreas), de las cuales 10 millones de hectáreas son de bosques primarios maderables: 8 millones pueden ser concesionados y 2 millones de hectáreas pueden ser reforestadas. Además, somos el segundo país a nivel mundial con bosques amazónicos, el cuarto con bosques tropicales y el noveno con bosques en general. El desarrollo del sector forestal en el país permitirá incrementar un mínimo de 1 a 1.5 el PBI nacional, lo que redundará en mayores divisas, encadenamientos productivos y generación de empleo de calidad y formal, como decía nuestro gran Antonio Brack Egg “para toda la población de la selva y de la vertiente oriental de los Andes”.

Nuestra selva, históricamente una de las zonas más pobres y menos productivas del país, tienen una extensión del 52% de sus tierras aptas para la producción forestal, de los cuales el 32% corresponden a áreas protegidas y el 16 % a predios privados y bosques no categorizados.  Ver en Lampadia: Madera: Fabulosa reserva productiva.

Sin embargo, la actividad forestal solo está siendo explotada en un nivel mínimo de su potencial. Alrededor de las 2,500 especies de madera que se encuentran en Perú, solo han sido clasificadas 600 y utilizadas 195. Esto se refleja en la pobre contribución del sector forestal a la actividad económica en el Perú, que alcanza sólo el 1.1% del PBI (al 2014), en comparación a lo registrado en Chile (2.6%), Bolivia (2.7%) o Ecuador (2.3%), que tienen una menor extensión de bosques. Chile cuenta con 16.1 millones hectáreas (menos de la cuarta parte de la superficie peruana de bosques naturales).  Actualmente, Chile, que desarrolló su sector forestal en las últimas tres décadas, exporta productos forestales por unos US$ 7,000 millones anuales. El potencial del Perú, como hemos mencionado anteriormente, es por lo menos cinco veces el de Chile. Por lo tanto, nuestro maravilloso país podría exportar productos forestales por unos US$ 40,000 millones por año.

Recursos forestales de Chile

Más sorprendente aún, a pesar del enorme potencial que tiene el Perú para la producción de madera en bosques naturales, en el 2013 pasado tuvimos que importar 47,566 toneladas de madera aserrada, de las cuales 40,202 toneladas fueron compradas a Chile.

El mayor obstáculo para el crecimiento del sector ha sido el absurdo marco normativo vigente hasta hace muy poco, la falta de información, supervisión y el escaso control debilitaron la seguridad sobre los derechos forestales, lo que ha impedido desarrollar una industria competitiva orientada al largo plazo y ha fomentado la informalidad y la tala ilegal. Se calcula que el 90% de la venta maderera de Iquitos proviene de transacciones ilegales, lo que habría reducido sustancialmente las exportaciones loretanas al no poderse demostrar el origen legal de la madera. Además, la informalidad ha generado altos niveles de deforestación, habiéndose acumulado al 2012 unos 8 millones de hectáreas deforestadas.

Hasta antes de la reciente reforma, los bosques eran considerados propiedad del Estado, una herencia del desastroso velasquismo. Para trabajar una hectárea había que llenar 600 hojas en trámites. Hoy día, los recursos forestales son considerados un cultivo, tal como es en Noruega, Finlandia, Nueva Zelanda, Canadá, Chile, Brasil y todos los países que han sabido aprovechar esta importante riqueza.

Así como en su momento criticamos al Ministro de la Producción Piero Ghezzi por su gestión de la pesca y el enfoque anti minero e intervencionista del plan de diversificación productiva, hoy debemos celebrar su compromiso con el desarrollo del sector forestal que hemos destacado muchas veces como uno de los motores productivos más importantes de nuestro infinito país.

Efectivamente, uno de los mayores logros del Gobierno actual es haber promulgado los reglamentos que permiten la vigencia de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre N° 29763, que impulsará el sector forestal en los próximos años, acción política que celebramos por todo lo alto.

Vale la pena destacar los beneficios de esta normativa, que marca un hito histórico y nos impulsa hacia la multiplicación de nuestra riqueza. Lo más importante es notar que las nuevas normas permitirán impulsar la ‘activación’ del sector forestal que espera duplicar las exportaciones de productos maderables de US$150 millones a US$300 millones anuales en dos años. Además se espera reducir las importaciones en 50% al 2021. En 6 años se podrán cosechar los primeros cultivos. Asimismo, se espera que contribuyan a controlar la tala ilegal mediante el fomento del mercado de madera formal, así como el impulso a iniciativas como el Pacto Nacional por la Madera Legal. Ver en Lampadia: Una nueva gran riqueza productiva para los peruanos.

Además, el ministro de la Producción, Piero Ghezzi, desarrolló una Mesa Ejecutiva Forestal (en conjunto con el sector privado) con el fin de coordinar las acciones necesarias para impulsar los avances del sector mediante la simplificación de trámites. Estas mesas convocan a los representantes de todas las instituciones vinculadas al sector, lo cual permite acciones focalizadas y oportunas. Ver en la sección Documentos de Lampadia: Mesa Ejecutiva Forestal – Metodología y Logros:

De izquierda a derecha: Felipe Koechlin (CEO de Reforestadora Amazónica), Fabiola Muñoz (Directora Ejecutiva de Serfor), Piero Ghezzi (Ministro de la Producción), Carlos Paredes (Gerente de Negocios de COFIDE) y Enrique Díaz (presidente de Directorio de Agrobanco)

El Ministro Ghezzi informó que para el caso del sector forestal se identificaron 22 barreras con 35 problemas asociados a estas, de las cuales, a marzo de este año, se han solucionado 20 problemas y están en proceso de solución las otras 15. Afirmó que “las barreras están vinculadas a una regulación inadecuada, procesos engorrosos, difícil acceso a la titulación y registros de propiedad, escaso capital humano, limitado acceso al financiamiento, entre otros”.

Un ejemplo excelente del desarrollo de una empresa peruana que hace de reforestación sostenible es el de ‘Reforestadora Amazónica’, fundada en el 2007 con la finalidad de recuperar los bosques amazónicos. Ellos operan en Huánuco, Pasco, Ucayali y Madre de Dios, manejan 12,000 ha de tierras propias y administradas, ya tienen sembradas 4,000 hectáreas, mayormente de bolaina y capirona (variedades nativas de buena calidad) y han creado una integración vertical que, por ejemplo, ya les ha permitido ofrecer al mercado las maderas tratados con soluciones de cobre para la instalación de los sofisticados parronales usados en  los sembríos de uva, que antes teníamos que importar de Chile. Ver más información sobre su extraordinario desarrollo en el siguiente video:

Así como en los años 90, luego de la dación del nuevo código de minería atrajimos a los mayores y mejores operadores mineros globales y generamos un poderoso motor de desarrollo, en el tema forestal debemos invitar a las mejores empresas del mundo que hasta hoy no nos tienen en sus mapas. Debemos invitar a empresas de Finlandia, Noruega, Canadá, Brasil y Chile, haciéndoles conocer nuestro potencial. Por ejemplo: el Perú puede poner en el mercado madera de muy buena calidad en ocho años, mientras que a Chile le tomaría 23 años.

Es hora  que empecemos a desarrollar esta industria y que apuntemos a ser una potencia maderera. Como es el caso de la explotación de otros recursos naturales, este desarrollo permitiría múltiples encadenamientos con otros sectores, una gran demanda de empleo de calidad,  mayores exportaciones y recursos fiscales. Sigamos destrabando nuestro futuro con más medidas como esta. Lampadia




La agricultura en un mundo de 9,000 millones de personas

La agricultura en un mundo de 9,000 millones de personas

No sólo enfrentamos a una población mundial en rápido crecimiento (las Naciones Unidas predice que para el 2050 seremos 9 mil millones de personas), sino que también la esperanza de vida será mucho mayor. Este implica un importante crecimiento de la producción de alimentos. Los agricultores de todo el mundo se enfrentan a un gran reto: producir más con menos recursos y ser sostenibles. 

La producción de alimentos del mundo necesita duplicarse en los próximos 35 años, con un 50% menos de uso de tierra y recursos naturales. Según la WWF, los agricultores con mejor rendimiento del mundo son aproximadamente 100 veces más eficientes que los menos productivos, siendo los últimos responsables de la mitad del impacto ambiental. Los sistemas más eficientes y de alto rendimiento usan menos ‘inputs’ por kilogramo de producto final y generan menos emisiones. La cantidad de terreno utilizado es menor, dejando más espacio para la naturaleza, la urbanización y la recreación.

¿Cuál es la clave del éxito? Los avances tecnológicos. Es la única manera que la producción de alimentos pueda aumentar en un 70% para el año 2050 (meta trazada por la FAO para lograr abastecer la gran demanda de alimentos), y esto tiene que ser logrado a pesar de la limitada disponibilidad de tierras cultivables, la creciente necesidad de agua dulce (la agricultura consume el 70% del suministro de agua dulce del mundo) y otros factores menos predecibles, tales como el impacto del cambio climático, que, según un informe reciente de la ONU, podría dar lugar, entre otras cosas, a cambios en los eventos de temporada en el ciclo de vida de plantas y animales.

En las últimas décadas, ya hemos logrado avanzar en la producción de alimentos. Como se puede ver en los gráficos inferiores, hemos mejorado en nivel de nutrición adecuada y disminuido en desnutrición en los últimos quince años. Tenemos que continuar esta tendencia, pero ahora considerando un menor uso de tierra y una cantidad aún mayor de personas.

La mejor manera de abordar este dilema es aumentando la calidad y cantidad de la producción agrícola mediante el uso de tecnologías para hacer granjas más “inteligentes” y más conectadas a través de la llamada “agricultura de precisión”, también conocida como la “agricultura inteligente” (smart agriculture). Lo que necesita es un gran salto de productividad en el campo.

Es algo que ya está sucediendo. Empresas agrícolas recogen grandes cantidades de información de rendimiento de los cultivos, mapean los suelos, utilizan fertilizantes, datos meteorológicos, maquinaria, etc.

Sin embargo, en el futuro, la agricultura inteligente irá un poco más lejos. Desde máquinas de ordeño automático hasta drones para analizar la data, los observadores de la industria dicen que la tecnología está volviendo a la agricultura más precisa y eficiente. De acuerdo con Tractica (una empresa que se centra en el análisis de la interacción humana con la tecnología), el mercado mundial de robots agrícolas se incrementará de US$ 3 mil millones en 2015 hasta US$ 74 mil millones de dólares en 2024.

Y es que los robots están comenzando a transformar la agricultura en EEUU, arando y cortando los pastos autónomamente vía la llamada agricultura de precisión, un enfoque basado en los datos de los cultivos, siembras y cosecha. Según el último informe del Bank of America Merrill Lynch Global Research, en los próximos 10 años, los robots podrían convertirse en los principales granjeros.

En Japón, ya se está implementando la primera granja completamente robotizada del mundo y estará lista el próximo año. La cuarta revolución industrial permitirá que, pronto, una sola fábrica produzca más de 30,000 cabezas de lechuga todos los días, con 98% menos de agua, un 30% menos de energía y 50% menos participación de los seres humanos.

Esta granja, desarrollada por una empresa llamada Spread, será capaz de cosechar cultivos en cantidades nunca antes vistas. En el interior, utilizará lámparas LED en lugar de luz solar y almacenará las plantas en bastidores verticales, permitiendo que el crecimiento del cultivo sea más fácil de controlar y más productivo (con tecnologías similares a las de los cultivos hidropónicos). Con una automatización completa, la granja aumentará su producción de lechuga a 30,000 cabezas por día. La instalación también proporcionará beneficios ambientales como el reciclaje del agua utilizada y costes laborales reducidos. Spread espera exportar su tecnología a todo el mundo en un futuro próximo.

Un último punto, menos tecnológico pero igual de revolucionario, es un proyecto de ley en Francia (diciembre 2015) en el que se obliga a los supermercados de más de 400 metros cuadrados a donar la comida que descartan para bancos de alimentos, alimentación animal o abonos. El objetivo final es reducir la mitad de los desperdicios al 2025.

Aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo se desperdician: hogares (42%), industria alimentaria (39%), restaurantes y servicios alimentarios (14%) y comercios y distribución (5%). Esto es teóricamente alrededor de cuatro veces la cantidad de alimentos necesarios para alimentar a más de 800 millones de personas que sufren de hambre. (Ver video sobre la gesta contra los desperdicios)

En el caso del Perú, nos hemos convertido en una de los diez primeros países proveedores de alimentos en el mundo y nuestras agroexportaciones crecieron a un promedio de 16% anual entre 2005 y 2015 (ver gráfico inferior). Este sector se ha convertido en una de las principales actividades económicas que impulsan el desarrollo del país, acompañando a la minería en la generación de empleo formal rural y divisas para nuestro país. 

El desarrollo de la agricultura en el Perú es un segundo brazo de la revolución de la gastronomía, pues sin nuestros ingredientes locales, esta no podría haber llegado a generar una oferta tan singular y valiosa. Por eso, es importante apoyar a este sector que tiene tanto potencial. Además, se podrían aprovechar los avances tecnológicos que están cambiando la industria y las tendencias del futuro.

En el Perú, ya hay desarrollos empresariales que ofrecen sistemas de agricultura de precisión, lo que conllevará a la reducción de costos debido a una menor utilización de elementos químicos como fertilizantes. Esto podría ser el comienzo de un repotenciamiento del sector agrícola, reflejando una mayor competencia e innovación que el modelo de escala industrial que ha dominado durante décadas.

Sin embargo, aún subsisten millones de campesinos en la sierra rural que aún no han podido adoptar las tecnologías del siglo XX, como el riego tecnificado y, por lo tanto, su productividad sigue siendo muy baja. En esencia, un campesino de un minifundio alto-andino solo dispone del secano (la lluvia) para regar sus tierras. Ésta se produce en promedio durante tres meses del año y logra un pobrísimo crecimiento de los pastos naturales de solo 5 cm. anuales, con el que solo se puede alimentar a animales famélicos, con la consiguiente debilidad de su cadena productiva. A lo cual hay que agregar su imposibilidad de integrarse a los mercados que demandan productos de buena calidad, permaneciendo básicamente en una agricultura de subsistencia o teniendo que migrar temporalmente para trabajar fuera de sus tierras y completar sus ingresos.

Esta tragedia se resume en las siguientes palabras: Baja productividad agrícola.

Sierra Productiva

Sin embargo, por más que vaya a parecer increíble, en el Perú se han desarrollado programas privados como el de: ‘Sierra Productiva’ que permiten superar todas las debilidades explicadas líneas arriba: El programa aprovecha las diversas fuentes de agua que abundan en la sierra para cosecharla en reservorios familiares. Se apoya en las pendientes para generar presión de agua. Instala riego por aspersión. Reemplaza los pobres pastos naturales por cuatro variedades de pastos cultivados que, con el riego permanente, dan hasta cinco cosechas de un metro al año (pasando de 5 cm a 5 metros, hasta 100 veces más). Esto dispara la productividad del predio de forma extraordinaria y permite desarrollar todas las cadenas productivas aparentes para cada zona. La abundancia de productos de buena calidad facilita la integración comercial de los agricultores. Finalmente se logra un salto cualitativo en la calidad de vida de los campesinos y en su autoestima, algo tan importante como su mejora socio-económica. Además, los costos del programa son bastante reducidos.

¿La pregunta del millón es y por qué no se ha multiplicado este programa?

Pues por la irresponsabilidad de los gobiernos peruanos del nuevo siglo, período de desarrollo del Programa de Sierra Productiva (SP). Desde inicios de siglo, los gobiernos de Toledo, García y Humala, han ‘perdido’ la oportunidad de sumarse a esta iniciativa, que de manera privada ya ha llegado a más de 60,000 unidades familiares. Pero hay más de un millón de familias esperando desarrollos de este tipo, las que mientras tanto han sido incorporadas a programas asistencialistas de reparto de dinero, que además de todos sus vicios, destruye la dignidad de esta maravillosa gente, que cuando pasan al siglo XVI al siglo XX se convierten en los ciudadanos más sanos y entusiastas del país. En el gobierno actual se creó en el MIDIS, el programa Haku Wiñay (Mi Chacra Emprendedora), un remedo de SP de muy reducido impacto.

Como hemos visto, el futuro de la alimentación de los seres humanos depende del aumento de productividad que se pueda lograr aplicando nuevas tecnologías. Estas deben ser incorporadas a nuestra exitosa agricultura moderna. Pero además, debemos hacer el salto del siglo XVI al siglo XX para los campesinos alto-andinos con las tecnologías tradicionales de riego y otras completamente amaestradas. Esperamos que el próximo gobierno apoye el desarrollo del programa de Sierra Productiva, una excelente iniciativa que podría potenciarse en la modalidad de una APP (asociación público privada). Hasta ahora, solo el partido de Fuerza Popular ha anunciado su intención de desarrollarlo. Lampadia




Un nuevo impulso al sector forestal peruano

Un nuevo impulso al sector forestal peruano

Por Diego Díaz Pastor

(Gestión, 07 de Noviembre del 2014)

La devastación causada por la minería ilegal en zonas de la selva peruana como Madre de Dios, donde se deforestaron miles de hectáreas de bosques nativos y contaminaron gravemente los recursos hídricos y la deforestación asociada a la tala ilegal, son amenazas contra el medioambiente. Esto ya que los bosques cumplen un rol central en la conservación de la biodiversidad que alojan y en la captura de carbono, función relevante en el escenario actual de calentamiento global.

Esto ha implicado un mayor interés de parte del Estado por implementar políticas que promuevan el uso sostenible de los recursos naturales, una mayor fiscalización sobre las actividades ilegales que podrían poner en riesgo dichos recursos y la protección de áreas naturales. Al respecto, el sector forestal engloba a un conjunto de actividades con impacto directo en el uso sostenible de los bosques: la tala de árboles y la extracción de productos no maderables en bosques nativos y plantaciones forestales; por lo que la dirección que tome en los próximos años debe ser de especial interés.

A pesar de su gran potencial – contamos con la segunda mayor superficie de bosques naturales entre los países de América Latina y la número nueve a nivel mundial – este ha quedado relegado a la producción de bienes de bajo valor agregado y a un alto nivel de informalidad / ilegalidad en su cadena de valor. De acuerdo al Ministerio de Agricultura (Minagri), la producción maderable alcanzó los 7.9 millones de metros cúbicos en el 2012, de los cuales aproximadamente el 89% fueron destinados a leña.

Diversos factores han dificultado el desarrollo del sector forestal, entre ellos destacan la deficiente infraestructura de transporte entre los centros de producción maderera y los principales mercados, y las dificultades de financiamiento para los agentes del sector, lo cual permitiría realizar inversiones que otorguen valor agregado a su producción. Asimismo, el fraccionamiento de la política del Estado, que otorgó competencias a los gobiernos regionales en materia de planificación y promoción del uso sostenible de los bosques, lo cual, sumado al exceso de trámites burocráticos y la limitada capacidad de supervisión de los organismos nacionales, habría fomentado la expansión de actividades ilegales en el sector.

Afortunadamente, en los últimos meses el Minagri ha venido trabajando en el reglamento

de la Ley N° 29763 “Ley Forestal y de Fauna Silvestre”, la cual busca fortalecer la institucionalidad forestal y mitigar los cuellos de botella que dificultan el desarrollo del sector. Esto incluye, entre otros, otorgar un enfoque ecosistémico a las concesiones forestales, la creación del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y la simplificación de los procesos administrativos.

Si bien la iniciativa es adecuada, esta no sería suficiente para otorgar el impulso que el sector necesita para alcanzar las optimistas metas planteadas por el Minagri hacia el 2021: US$ 1,500 millones de producción de madera de concesiones forestales, US$ 3,000 millones anuales de inversión privada en plantaciones forestales y 100 mil puestos de trabajo al año. La experiencia internacional ha mostrado que una política forestal coherente y estable y un buen clima para las inversiones no son suficientes para darle el impulso necesario a la inversión privada en plantaciones forestales comerciales. ¿Hay una falla de mercado?

Debido a los riesgos inherentes a la actividad –son inversiones de largo plazo con un período de maduración de mínimo cinco años para su aprovechamiento comercial– es necesario que el Estado diseñe intervenciones eficientes que permitan un mayor interés de los inversionistas por esta alternativa de desarrollo del sector. Diferentes regiones cuentan aún con importantes extensiones de tierras aptas para reforestación, de acuerdo al Minagri estas ascenderían a 9.5 millones de hectáreas. Si consideramos que actualmente sólo se han desarrollado aproximadamente 30,000 ha de plantaciones, es claro que el potencial de crecimiento en esta actividad es altísimo.

De acuerdo a la FAO (2004), existen incentivos directos e indirectos que pueden impulsar la inversión en plantaciones. Entre los directos se cuentan diversas formas de subsidios estatales a los insumos utilizados (semillas, fertilizantes, etc.), reposición de parte de la inversión inicial (Chile, Colombia y Ecuador reponen el 75% de los costos de plantación), facilidades para el financiamiento de largo plazo, entre otros. Los incentivos indirectos pasan por asegurar los derechos de propiedad de los inversionistas, promover la creación de clústeres industriales en los que se dé valor agregado a la producción forestal (maderas, pulpas, no maderables, etc.), mejoramiento de la infraestructura de transporte y fomento de la investigación.

En este sentido, el nuevo esfuerzo del Estado por modernizar la política forestal debe otorgar especial atención a la promoción de la inversión privada en plantaciones forestales, actividad en la que nuestro país tiene un gran potencial y que ha permitido un crecimiento exponencial del sector en países de Latinoamérica que ya han implementado intervenciones como las mencionadas previamente. El impulso de esta actividad es positivo a nivel económico y ambiental, entre los beneficios destacan: creación de empleo en zonas rurales, crecimiento de las exportaciones, mejoras en el bienestar de la población de las áreas de influencia de las plantaciones, protección y rehabilitación de suelos, incremento de la captura de carbono, reducción de las presiones sobre los bosques nativos y uso sostenible de los bosques.




La Quinua lleva a la sierra a los mercados globales y al desarrollo

La Quinua lleva a la sierra a los mercados globales y al desarrollo

Durante miles de años, la quinua apenas salió de su origen en los Andes. Otros cultivos como la papa y el maiz y más recientemente el espárrago y la uva peruana han sido exportados a todo el mundo, pero a la quinua nunca le dimos la oportunidad. Ahora, sin embargo, la quinua ha sido  reconocida un “súper alimento” con renombre internacional y, el 2013, a instancias de la FAO,  fue declarado por la ONU: Año Internacional de la Quinua.

Los granos de la sierra peruana, como la kiwicha en el pasado reciente, no han tenido la misma suerte de la quinua. Pero con su éxito en todos los mercados internacionales, EEUU, Europa y el Asia, podemos usar su posicionamiento como una suerte de pasaporte para el acceso de los otros granos serranos a los mercados globales. Esto permitiría profundizar los lazos de la población serrana con los mercados de consumo más ricos y mejorar su calidad de vida.

Gracias a los avances en el conocimiento de los alimentos saludables, se viene destacando un aumento en la importancia de los granos enteros en la comida diaria. Esto se observa claramente en el cambio de laconocida “pirámide alimenticia”.El Departamento de Agricultura en Estados Unidos reemplazó en el 2011 a esta conocida figura por un icono de “Mi Plato” (My Plate) que insta a las personas a comer una dieta más saludable. De acuerdo con “Mi plato”, la mitad debe contener frutas y verduras y, la otra, proteínas magras y granos enteros. También se sugieren, en menor proporción, lácteos bajos en grasa.

Esto, junto con un activo fomento de parte de la Primera Dama, Nadine Heredia, y el gobierno boliviano, han llevado a la quinua a las grandes ligas internacionales de la comida saludable.

Satisface los antojos por comer carbohidratos, pero con una mayor cantidad de nutrientes, manteniendo una dieta balanceada. La quinua es rica en proteínas y fibra, y contiene grasas saludables, magnesio, potasio, calcio y ácido fólico. Comparada con otros granos, estecereal está siendo recomendado como reemplazo del arroz y el maíz. Adicionalmente, según estudios recientes, la quinua es el único cereal que además de estabilizar los niveles de grasa en el cuerpo humano, es capaz de reemplazar, en situaciones especiales, a la leche materna. Otro detalle importante es que, como es un producto libre de gluten, tiene gran utilidad para las personas diabéticas.

Por todos estos beneficios, la exportación de la quinua, según el MINAG, llegó a US$78.3 millones al cierre del 2013, lo que representa un crecimiento de 150.8% con respecto a lo vendido en el 2012. Este grano se cosecha en 15 regiones del Perú, mayormente en Puno (donde se da con mayores valores nutricionales), y fue exportado a 30 países en el último año (siendo el principal mercado,  EEUU con el 60% de participación). En el primer semestre de este año, las exportaciones a EEUU han crecido 239% con respecto al año anterior, alcanzando los US$ 50 millones.

Su gran acogida en Europa y en EEUU es principalmente por ser un producto saludable, algo muy apreciado en el primer mundo. Ahora que los beneficios de la quinua son mundialmente conocidos, tal vez se podrán promocionar otros granos andinos con gran potencial y valor nutricional que, hasta ahora, pudieron entrar a los mercados alimenticios.

Entre los otros granos andinos más nutritivos se encuentran la kiwicha (o amaranto), la qañiwa y el tarwi. Estos productos tienen un alto valor proteico, mayor al de los demás cereales, y un gran  potencial de popularizarse a nivel mundial.

La kiwicha, por ejemplo, ya está teniendo una mayor acogida a nivel internacional. Tras el boom de la quinua, su exportación ha aumentado en los últimos años.Se la considerada un posible sustituto del arroz o de otros cereales. A fines del 2013, su exportación aumentó en 33% con respecto al año anterior, y sigue su tendencia al alza.

En el caso de la qañiwa, aparte de tener un buen balance de proteínas, contiene fibra dietética, importante para el control y disminución de los niveles de colesterol, y hierro digestible, ideal para superar los problemas de anemia. Otro atributo importante es su alto contenido de calcio.

El tarwi, contiene proteínas muy superiores alas de la soya, menos carbohidratos y un contenido de grasa similar. Su principal ventaja es que puede disminuir las concentraciones elevadas de glucosa en pacientes con diabetes.

Todos estos productos son muy valiosos, sus cualidades han sido ignoradas por muchos años y su aprovechamiento, en el propio Perú y en los mercados internacionales, desperdiciado. Esto ha sido consecuencia de la mala reforma agraria que alejó la inversión privada del campo desde los años 60, con la consiguiente falta de acceso a la innovación y avances tecnológicos. A esto se sumó el efecto del terrorismo y el alejamiento del Perú oficial de nuestra rica y productiva sierra. Por fin estamos poniendo en valor los productos serranos, gracias a la promoción de la quinua. Debemos aprovechar esta oportunidad única para mostrarle al mundo que un país milenario como el Perú, tiene valiosos desarrollos genéticos y alimenticios como el de los granos andinos. Del mismo modo podremos promover más tarde las raíces andinas y otros productos, así como los conocimientos tradicionales de la sierra y la selva. Lampadia