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Pregunta: ¿el Estado está luchando contra la corrupción?

Pregunta: ¿el Estado está luchando contra la corrupción?

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 2 de octubre de 2020
Para Lampadia

NO. En los hechos, el Estado NO está luchando contra la corrupción. A la corrupción hay que enfrentarla de hecho; no de palabra. Por ejemplo, haber nombrado oficialmente el 2019 Año de la Lucha Contra la Corrupción e Impunidad, no significó nada. Nada de nada. Asimismo, cada vez que el presidente Vizcarra dice que la prioridad de su gestión es la lucha contra la corrupción, miente. Los hechos lo desmienten.

Su participación en los casos de Richard Swing, y sus secretarias, y sus amigos, lo dice todo. El Poder Judicial, tampoco está luchando contra la corrupción. La igualdad ante la ley es una quimera en ese poder del Estado. La ley es para el que paga. El Congreso de la República, menos. Ni este, ni el anterior Congreso lucharon – en los hechos – contra la corrupción.

Por otro lado, la corrupción está encarnada en muchos alcaldes y gobernadores regionales. Incluso, la Policía también está metida en la colada. Repito – salvo honrosas y contadas excepciones – nuestras autoridades no están luchando contra la corrupción. Al contrario, la corrupción está enquistada en muchas de ellas.

Entonces ¿qué hacer? Me refiero a nosotros, los ciudadanos. Pues… ni modo. A tomar al toro por las astas y luchar contra la corrupción… desde la ciudadanía. No queda otra. Porque de parte del Estado – ya sabemos – no debemos esperar nada concreto a este respecto.

Entonces, dado que el Estado NO va a combatir la corrupción… ¡nosotros mismos somos! Nótese que no debemos recurrir a la Policía, a la Fiscalía, o al Poder Judicial. Lamentablemente, las instituciones supuestamente encargadas de prevenir y sancionar la corrupción no son de fiar. Ante ello, la lucha la debemos hacer – en conjunto – con la prensa. Los corruptos le tiemblan a la publicidad y al “qué dirán”. ¡Ahí está su punto débil!

  • Desenmascaremos pues – ante la prensa – a aquellos funcionarios que pretendan pagos indebidos… léase, coimas.
  • Desenmascaremos a los inspectores municipales que chantajeen a los ciudadanos… sobre todo a los microempresarios.
  • Desenmascaremos a los policías que exijan pagos por lo bajo a conductores de vehículos para dejarlos circular.
  • Desenmascaremos a los médicos de hospitales públicos que deriven a sus pacientes a consultorios particulares.
  • Desenmascaremos a los maestros que cobren a sus alumnos para aprobarlos en sus cursos.
  • Desenmascaremos a los corruptos – ante la prensa – vengan de donde vengan, y caiga quien caiga.

Por otro lado, debemos organizarnos – como sociedad civil – para planificar nuestra lucha contra la corrupción. Obviamente, debemos estar preparados para defendernos de los corruptos, porque – de hecho – van a contratacar. Para ello – para recabar denuncias ciudadanas por corrupción de funcionarios – existe la Asociación Cívica por el Perú (www.civica.pe), donde estamos integrando un sistema de denuncias en líneas. La idea – obviamente – es ser lo más objetivos posible. Ideal será aportar grabaciones o videos que sustenten las denuncias. Pero si no, bastará con describir bien las denuncias para darlas a conocer.

Como se dice coloquialmente… “es lo que hay”. Sí pues… qué mala suerte que tengamos que luchar contra la corrupción desde la ciudadanía – en vez de confrontarla desde el Estado – pero “es lo que hay”. En ese sentido, hay que hacernos la idea de que no sólo la lucha contra la corrupción tendrá que ser librada desde la ciudadanía, sino – también – otras luchas como la inoperancia del Estado y el sobredimensionamiento de este… y todo lo demás.

El hecho es que debemos rebelarnos frente al Estado corrupto y maltratador. Recordemos. El Estado existe en base a los tributos que pagamos los ciudadanos. En consecuencia, el Estado está para servirnos. No para servirse de la ciudadanía.

¡Llegó la hora de comprarnos este pleito! Lampadia




En La Libertad… el Estado está de espaldas a la realidad

En La Libertad… el Estado está de espaldas a la realidad

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 11 de octubre de 2019
Para Lampadia

Me salió un verso sin esfuerzo. Sin embargo – en el fondo – es verdad. Veamos. Todo parece indicar que el puente provisional de Virú – sobre la mismísima Carretera Panamericana Norte – quedará tal cual. Una vez más – por enésima vez – lo provisional, se convertirá en definitivo en nuestro país. Pareciera que las heridas del Niño Costero del 2017 quedarán sin curarse durante ¡sabe Dios cuántos años! El Plan de Reconstrucción con Cambios es un fracaso estrepitoso del Estado.

Las invasiones de tierras – como la de Chao… y otras más – también quedarán para siempre. Y tarde o temprano – o mejor dicho, más temprano que tarde – habrán más invasiones de tierras. Muchos alcaldes, regidores y traficantes de tierras seguirán medrando del legítimo sueño de la casa propia de nuestra población más pobre.

Lo mismo sucederá con el comercio informal. Calles, veredas y plazas públicas serán invadidas por comerciantes informales. Todo promovido por autoridades municipales corruptas. Obstaculizando así los accesos a los mercados formales.

La basura – sobre todo, el plástico y el Tecnopor – seguirá echándose en botaderos ilegales, a vista y paciencia de las autoridades. Previo pago de las consabidas coimas, la basura quedará a merced del viento norteño, hasta terminar incrustada las ramas de los pocos algarrobos que quedan en pie.

Gran parte de la población liberteña seguirá sin agua potable. Muchos agricultores seguirán sufriendo la escasez de agua en los estiajes. Y cualquier cantidad de agua seguirá perdiéndose en el mar – todos los años – durante los meses de avenida.

Los viejos – jubilados – seguirán pasándola mal. Las resoluciones que les asignan pensiones de S/. 1,700 mensuales quedarán en el olvido. Y tendrán que sobrevivir con menos de la mitad de lo que les corresponde.

Y paro de contar. La semana pasada estuve en La Libertad. Fui invitado a participar en el 30 Encuentro Empresarial del Norte. ¡Un éxito total! Además de Trujillo, estuve en las provincias Virú y Ascope. La semana anterior estuve en el 21 Encuentro de Líderes Escolares en Gran Chimú. Concretamente en Cascas. La Libertad es lo máximo. Me refiero a su gente. Sobre todo, a los jóvenes y a sus empresarios… grandes, medianos y pequeños.

La irrigación de Chavimochic es un éxito total… en lo social, cultural, económico, tecnológico, y político. La Libertad es – hoy por hoy – líder mundial en la producción de espárragos, paltas y arándanos. Miles de migrantes de todo el país trabajan – y viven – en La Libertad. Hombres y mujeres. Jóvenes y no tan jóvenes. Agrónomos, administradores, economistas, abogados, médicos, mecánicos…  profesionales de todas las disciplinas.

Como consecuencia de ello, miles de empresas de servicios han aparecido. Empresas de transportes, hoteles y restaurantes, universidades e institutos tecnológicos, centros comerciales… La Libertad está embalada.

El problema – ¡cuándo no! – es el Estado. La burocracia estatal en el Gobierno Central, en el Gobierno Regional, y en los Gobiernos Locales – salvo honrosas excepciones – es corrupta e indolente. Como en todo el país, el mayor enemigo de los liberteños es el Estado.

¿Qué hacer para librarnos de él? ¡Rebelarnos! ¡Desenmascarar a los corruptos y a los maltratadores! Caiga quien caiga. Y le duela a quien le duela. No queda otra. El Estado es nuestro peor enemigo. ¡Démosle de alma! Lampadia




¡No al Estado desintegrado, elefantiásico, inoperante… y corrupto!

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 11 de octubre de 2019
Para Lampadia

El Estado peruano ha crecido descontroladamente. El sistema de contrataciones de servicios personales se ha desnaturalizado por completo. Los contratos administrativos de servicios (CAS), los servicios de terceros, y las consultorías – entre otras formas de contratación de servicios personales – han crecido… y siguen creciendo sin control.

Las duplicidades de funciones están en todos los niveles del Estado. Los ministerios realizan funciones redundantes con las de los gobiernos regionales. En vez de descentralizar, la regionalización ha replicado la burocracia del Gobierno Central, en las 25 regiones del país. Y la articulación entre las múltiples dependencias del Estado es casi nula.

Tenemos alrededor de 1,800 distritos en todo el país. Somos uno de los países con más distritos per cápita a nivel mundial. Y todos los años se crean más distritos. Hasta antes de su reciente disolución, el Congreso estaba tramitando la creación de 120 nuevos distritos. Eso significa más alcaldes, más regidores, más burocracia, más plata… y “todo lo demás”.

Tenemos 19 ministerios que ocupan instalaciones enormes, muchas de ellas alquiladas en las zonas más lujosas de la Capital. Gastan una millonada… innecesariamente. Los ministerios – a su vez – tienen diversos Organismos Públicos Descentralizados (OPD´s), los cuales – también – cuentan con oficinas, dependencias, burocracia… y “todo lo demás”. A todo ello se suman decenas de Programas Sociales, los cuales – una vez más – tienen locales, dependencias, burocracia… y “todo lo demás”.

El problema es que ese “todo lo demás” se traduce – casi siempre – en maltrato a la ciudadanía… y corrupción. ¡Cómo no va a haber maltrato y corrupción! si la mayor parte de esa burocracia inoperante proviene – básicamente – del enfermizo clientelismo político que se ha enquistado en casi todas las instituciones del Estado.

La situación es de extrema gravedad. Una gran cantidad de burócratas están donde están porque – en su momento – militaron en los partidos de los gobiernos de turno, o porque fueron amigos o familiares de padrinos como congresistas, ministros, alcaldes, gobernadores, periodistas, regidores, etc. Ningún mérito académico o laboral los ampara. Incluso, muchos – ¡sabe Dios cuántos! – sustentaron sus hojas de vida con títulos académicos falsos. Y por ahí que muchos certificados de trabajo también son truchos. O sea, muchos funcionarios públicos no tienen ni los estudios ni la experiencia que dicen tener. ¡Son unos viles estafadores! Así las cosas ¡cómo no va a haber maltrato y corrupción en el Estado!

Depuremos al Estado de tantas burocracias – ineptas y corruptas – que nos cuestan un montón de plata a los peruanos. Eliminemos las duplicidades funcionales en el Estado. Si descentralizamos, eliminemos las burocracias ministeriales. Pero no nos quedemos con las burocracias ministeriales y regionales… ambas haciendo lo mismo.

Digitalicemos – al máximo – los procesos de compras y contrataciones del Estado. Digitalicemos – también – las emisiones de licencias y certificados. No hay derecho que nos hagan perder tanto tiempo y dinero – en colas interminables – por servicios que bien pueden gestionarse de manera virtual, a través de Internet.

Y a la corrupción… ¡démosle de alma! Y dado que los órganos de control no funcionan como debieran, la ciudadanía empoderada – con el apoyo de la prensa – debemos desenmascarar a los corruptos. Caiga quien caiga.

¡No al Estado desintegrado, elefantiásico, inoperante… y corrupto! ¡Sí al Estado unitario, eficiente, solidario… y honesto! Lampadia