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Amenazas a la inversión en el aire

Amenazas a la inversión en el aire

Claudia Navas
Analista de riesgos para Perú de la consultora Control Risks
Para Lampadia

Los inversionistas necesitan claridad por parte del gobierno del Presidente Pedro Castillo. El daño que hizo el ex primer ministro Guido Bellido a la confianza inversionista está hecho y sus amenazas permanecen en el aire, sobre todo por el rehúso de Castillo a contradecirlas de manera tajante. La confianza inversionista no solo se lastimó con las amenazas de Bellido a proyectos de importancia nacional, como la de nacionalizar el proyecto gasífero de Camisea si el consorcio se negaba a renegociar las utilidades del proyecto a favor del estado (cuando aún ni siquiera el consorcio había manifestado su posición frente a la propuesta de renegociar). También por su tono amenazante a la institucionalidad, a la estabilidad política y a las bases democráticas del Perú.

Si bien el 6 de octubre la administración de Castillo marcó un giro con la salida de Bellido y el cambio de figuras radicales de su gabinete por unas más moderadas, son necesarias medidas más contundentes para enmendar la confianza inversionista. Es necesario que Castillo plantee una hoja de ruta clara sobre cómo implementará su plan de gobierno, o manifestar si es que su gobierno cambiará de rumbo para adoptar políticas más moderadas pero que se desarrollarán en el marco de la agenda social ambiciosa (tal como fue el tono de su campaña). En la definición de esta hoja de ruta, debe también demostrarse un nuevo tipo de liderazgo por parte de Castillo, en el que se evidencie que él da la pauta sobre las políticas de gobierno y que ningún miembro del gabinete operará como una rueda suelta.

También Castillo deberá demostrar su capacidad de dialogar con líderes de las diferentes fuerzas del espectro político (incluyendo la oposición), así como también con el sector empresarial y con organizaciones de la sociedad civil. Al generar unos consensos mínimos sobre los pilares de su gobierno, Castillo podría esquivar los obstáculos que le ponga el Congreso, y generar los cambios sociales que el país necesita. Esto les permitiría a los inversionistas tomar decisiones con más certeza y a los empresarios alinearse de mejor manera con las apuestas sociales y económicas que el gobierno trace.

El anuncio de la nueva primera ministra Mirtha Vásquez sobre su invitación a las principales fuerzas políticas del Congreso a dialogar sobre la agenda de gobierno en materia de educación, salud y reducción de la pobreza podría ser una primera señal en esta dirección. No obstante, hay pocas razones para ser optimistas teniendo en cuenta el alto nivel de fragmentación política del Legislativo y la débil cohesión ideológica y programática. Es entonces probable que las relaciones entre el Ejecutivo y Legislativo se sigan enmarcando en una lucha de poder, donde los momentos de inestabilidad política se sigan perpetuando. Mientras tanto habrá una ciudadanía a la espera y crecientemente desesperada porque el sistema político dé respuesta a sus necesidades.

Algunos inversionistas adversos al riesgo, probablemente continuarán temerosos de apostarle al Perú en medio de la incertidumbre y volatilidad política y a la falta de una hoja de ruta clara ante un gobierno que no ha perdido su tono populista. No obstante, si Castillo quiere pasar a la historia como el líder de origen popular que logró que Perú dé saltos cualitativos en reducir las brechas políticas, sociales y económicas del país, es necesario que se disipe de manera pronta y contundente la amenazas a la inversión que permanecen en el aire luego de estos primeros tres meses de gobierno.

Claudia Navas es politóloga, Máster en Estudios Internacionales de Paz, con amplia experiencia en análisis de los riesgos políticos, regulatorios, sociales y de seguridad que puedan afectar las grandes inversiones en Perú. Asesoró a la Presidencia de Colombia con la formulación de políticas para la implementación del acuerdo de paz entre el gobierno y la ex guerrilla de las FARC.

Lampadia




No escabullir la elección

No escabullir la elección

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Leo el discursivo artículo de Salvador del Solar y me pregunto si ha reparado en el reporte del INEI que confirma que la pobreza se incrementó en 10 puntos el 2020 y hemos retrocedido 11 años, al 2010. Es en esas circunstancias, agudizadas por una pandemia que mata sin contemplaciones, en las que se da este proceso electoral, alimentando una opción bastante más radical que las que hemos tenido en elecciones anteriores y cuyas recetas son precisamente lo contrario de lo que se requiere para reconstruir la economía del país, rescatar a las personas de la pobreza y devolverles futuro.

No es posible entonces escabullir la elección con el argumento de que tenemos un problema de estabilidad política que no se va a resolver solo con el crecimiento económico, para no regresar una y otra vez a la misma situación. Por supuesto que no se va a resolver solo con el crecimiento, pero es condición necesaria. Sin ello y, al contrario, con políticas económicas destructivas, condenamos a los peruanos a la pobreza, al hambre, la anarquía o la dictadura.

Pedirles a los candidatos que en plena confrontación electoral inviten al otro a conformar un gobierno con espíritu de unidad, es iluso, lo cual no impide hacer todo lo posible, una vez resuelta la elección, por convocar a los partidos de la otra orilla a un gobierno de unidad nacional, si fuera posible. De hecho, Keiko Fujimori se ha adelantado y ya lo ha hecho en alguna medida, aunque no sabemos si del Solar lo considerará suficiente.[1]

Pero un llamado al otro candidato y a los partidos que lo apoyan será retórico y su éxito probablemente nulo por la sencilla razón de que no hay compatibilidad programática y porque la raíz de la división está en el encono ideológico, que a su vez radica en que no existe un consenso mínimo acerca del valor del mercado como propulsor económico y de que el problema que tenemos es un Estado que no ha sido capaz de redistribuir los dividendos del crecimiento económico. De modo que lo que hay que cambiar profundamente no es el capítulo económico de la Constitución, sino el Estado y las reglas de la política.

Pedir un “espíritu de unidad” sin haber avanzado algo en ese consenso básico, es voluntarismo puro y coartada perfecta para no asumir la tarea precisamente de argumentar y persuadir para generar ese consenso, que permita construir la unidad.

Lo lamentable de todo esto es que el sector más ilustrado de la izquierda, el grupo que lidera Verónika Mendoza, que podría haber tenido el potencial de evolucionar hacia una posición social demócrata, al aliarse con Perú Libre   ha regresionado violentamente a las posiciones más arcaicas de la izquierda.

Salvador del Solar es un hombre inteligente y un gran comunicador. Podría ayudar a explicar que, en el fondo, no hay contradicción entre mercado y Estado, ni entre mercado y redistribución, porque un mercado potente genera más ingresos para que el Estado pueda crear igualdad de oportunidades para todos. Pero para eso se necesita un Estado moderno y meritocrático. Esa es la gran revolución. Lampadia

[1] Ver, por ejemplo, diario Correo: 

En su gobierno de ancha base ¿tomará en cuenta a la izquierda pese a las discrepancias?

Nosotros no vamos a vetar a nadie. Además, recordemos, por ejemplo, que en la plancha del año 2016 me acompañó Vladimiro Huaroc…

https://diariocorreo.pe/politica/keiko-fujimori-si-gana-castillo-gobernaran-cerron-y-el-movadef-fuerza-popular-elecciones-2021-peru-noticia/




La irrepresentatividad política no es cosa de juego

La irrepresentatividad política no es cosa de juego

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco

Exclusivo para Lampadia

Las cifras sobre la representatividad de nuestra política son de cuidado y no están, ni estaban para jugar con ellas.

En el 2011, la suma de ausentismo, votos en blanco y votos nulos para las elecciones presidenciales fue de 5.3 millones de electores. En el 2016, esta misma suma se incrementó a 8.1 millones, conforme puede verse en el cuadro adjunto. En términos porcentuales, el índice que denominaremos “INDICE DE IRREPRESENTATIVIDAD“ para las elecciones presidenciales  subió del 26.58 % al 35.76 %. 

Este índice fue más serio en los resultados de las elecciones congresales del 2016.

Según las proyecciones del simulacro de urna de IPSOS (19.01) la cifra de votos viciados y blancos estaría cerca del 43%. Según las cifras de CIT – Opinión Pública, publicadas por el diario EXPRESO estas cifras bordean el 63%. Tomando en cuenta estas cifras y manteniendo el mismo nivel de ausentismo que en el 2016 (lo cual es poco probable ya que la ausencia de elección presidencial le quita interés a estas elecciones), podríamos llegar a unos INDICES DE IRREPRESENTATIVIDAD mucho más peligrosos.

Podríamos tener, este lunes después de las elecciones parlamentarias, un INDICE DE IRREPRESENTATIVIDAD POLITICA que supere el 50 % del padrón electoral, nada común en nuestra historia política y muy peligroso para la estabilidad política del país.

Este  análisis se efectúa en el plano político y no en el plano legal, ya que la Constitución solo prevé la anulación de las elecciones si los votos nulos y blancos superan las 2/3 partes de los votos emitidos, es decir, sin considerar a los ausentes. Dicho de otro modo, el INDICE DE IRRESPRESENTATIVIDAD no tendrá efectos legales es estas elecciones del 26 de enero, sin embargo, sí tendrá consecuencias políticas. ¿Cuáles son estas?

  • La primera es la poca legitimidad del Congreso ante la opinión pública.
  • Sigue su vulnerabilidad frente al Poder Ejecutivo, los demás poderes y órganos constitucionales y los poderes fácticos como la prensa
  • Su incapacidad de agencia política, es decir su incapacidad de actuar en el ejercicio de sus funciones como instancia de control de poder, de direccionalidad política y de fiscalización.

Surgen a continuación de estas obvias consecuencias de la poca representatividad del futuro Congreso, otras preguntas.

  • ¿Desconocía el señor Vizcarra esta tendencia en el momento en que disolvió el Congreso o más bien, la aprovechó para llevar a cabo la disolución inconstitucional porque no iba a ser resistida?
  • ¿Era saludable para el país propiciar una nueva elección parlamentaria que, por las circunstancias perentorias en las que se dan, iba a incrementar el INDICE de  IRREPRESENTATIVIDAD de los que resulten elegidos, cualquiera que sea el color político de los que resulten elegidos?
  • ¿Es casual que en este proceso electoral el gobierno no haya presentado una bancada parlamentaria propia? Ver Lampadia Atomización política, gobierno sin bancada e inexperiencia. ¿No es más bien un síntoma de que el gobierno busca deliberadamente gobernar sin el CONGRESO?
  • ¿Es políticamente ético fomentar la IRREPRESENTATIVIDAD del CONGRESO para no tener un contra peso político en el ejercicio de poder y gobernar con poderes fácticos provenientes de la prensa, ONGs y grupos de presión?
  • ¿No resulta temerario para el sistema constitucional propiciar la IRREPRESENTATIVIDAD     POLITICA del CONGRESO cuando el propio Poder Ejecutivo tiene un índice igualmente bajo y quien gobierna ni siquiera lo tiene por gestión propia, sino por herencia política?
  • ¿Que hacer en este escenario?

Ir a votar.

Quienes hemos resistido la disolución del Congreso, al mismo tiempo que discrepamos con la decisión de la mayoría del Tribunal Constitucional que ha blanqueado ese golpe de estado, somos igualmente conscientes que tal decisión jurisdiccional se debe acatar y que queda el camino electoral para recomponer el equilibrio de poderes y reinstalar un CONGRESO que controle el ejercicio del poder de los otros poderes y que fiscalice. Por ello, la solución frente a la IRREPRESENTATIVIDAD de nuestra política es VOTAR.

Los que creen en el estado antes que en el ciudadano, creen que el progreso es una dádiva del gobernante y no una responsabilidad propia, creen que el estado debe generar el empleo y no las empresas y la iniciativa privada y creen que hay que tomar los bienes de los demás para distribuirlos, buscarán sus opciones y deben votar. En el 2016 sólo lograron 2,2 millones de votos para el Congreso, el 10% del padrón electoral de ese año. VEREMOS en cuanto los ha multiplicado el gobierno de Vizcarra, su caballo de troya.

Los que no creemos en el Estado y más bien buscamos reducirlo y hacerlo eficiente, creemos que el progreso y bienestar de nuestras familias es nuestra responsabilidad y nuestro mérito, creemos que el Estado no debe ser el gran empleador sino el árbitro para que las empresas compitan en igualdad de condiciones y provean de empleo y oportunidades a los peruanos y aporten tributos y tecnología, los que no queremos que el Estado nos quite nuestros ingresos antes de que nuestros emprendimientos hayan comenzado a andar, también buscaremos nuestras opciones. En las elecciones congresales del 2016 fuimos 10,1 millones, casi 5 veces más que los otros.  No creo que hayamos desaparecido, lo que parece estar sucediendo es que no encontramos opciones en la oferta electoral disponible. NOS será difícil encontrar a quienes defiendan nuestras ideas y valores, ya que el grado de contaminación política impulsado por el gobierno ha reducido el quehacer parlamentario a la tan manida “lucha contra la corrupción” que todos los candidatos y partidos solo hablan de ella, incluyendo en esta grita a sentenciados, evasores, abusadores y otras joyas. Ni siquiera las fuerzas políticas tradicionalmente defensoras de estas ideas hoy las reivindican, poniendo en evidencia que en este lado del espacio político, al cual podemos llamar sin temor la derecha, habrá sitio después de estas elecciones para el partido que sin miedo ni lenguaje políticamente correcto, pero también sin cucufatería ni arcaísmos, reivindique estas ideas de libertad que han permitido el crecimiento y desarrollo del país desde el 2013 hasta el 2018.

Votar es el remedio.

A más votos habrá menor IRREPRESENTANTIVIDAD POLITICA, más legitimidad para el nuevo CONGRESO, mayor control y fiscalización y mejor funcionamiento de nuestra democracia.

Lampadia




Salvemos el ‘Proceso’

Salvemos el ‘Proceso’

Editorial

El día de ayer, el Presidente Kuczynski tuvo que suspender sus actividades y sostener largas conversaciones en su residencia personal, con su Primera Ministra y otros miembros de su entorno político, con miras a enfrentar una crisis política gravísima, desatada luego de las revelaciones de la Comisión del Lava Jato, que lo implican muy delicadamente.

Como dijimos ayer, una crisis de estas proporciones, requiere la mayor tranquilidad y cordura posibles. (Ver: A mayor crisis, mayor tranquilidad). Felizmente, el día estuvo más signado por la angustia que por el ruido político. Todo el país estuvo en vilo esperando el pronunciamiento del Presidente, sobre su eventual renuncia. La duda se despejo recién a altas horas de la noche, pasadas las 11pm.

Efectivamente, después de un largo Consejo de Ministros en Palacio, el Presidente salió, con el respaldo físico de sus colaboradores, a afirmar su inocencia y a enfatizar que no tiene la menor intención de renunciar.

Para esto, un buen número de partidos políticos, entre los que no se encontraba Fuerza Popular (FP), adelantaron su intención de plantear el proceso de vacancia presidencial por ‘incapacidad moral’. Por su lado FP se inclinó por pedir la renuncia del Presidente.

La vacancia presidencial es un proceso que solo puede ser destructivo, y que seguramente llevaría las conciliaciones de los congresistas a niveles que solo terminarían de dar un puntillazo en la imagen del Congreso.

Para que se lleve a cabo, la vacancia tiene que pasar por tres números:

26 – 52 – 87

  • 26 votos para presentar la moción
  • 52 votos para admitirla a trámite, y
  • 87 votos para sancionarla

En el caso de que dentro del proceso de vacancia, el Presidente opte por insistir en su inocencia, a lo que tiene todo el derecho, también se debe hacer lo posible por que el proceso sea respetuoso y se resguarde la institución presidencial.

A diferencia de la vacancia, una eventual renuncia del Presidente lleva a los siguientes posibles escenarios:

  • Asume la presidencia en las mismas condiciones que el titular, el Primer Vicepresidente, y completa el mandato hasta el 2021.
  • De renunciar a asumir la presidencia el Primer Vicepresidente, asume, en las mismas condiciones, el Segundo Vicepresidente.
  • De renunciar a asumir la residencia, el Segundo Vicepresidente, toma el poder el Presidente del Congreso, y debe convocar elecciones generales en un plazo máximo de un año.

Como puede verse, los acontecimientos que se definan en los próximos días pueden llevarnos a procesos políticos complejos que necesariamente, alterarán gravemente, la vida de nuestra sociedad y la recuperación de la economía.

Por todo esto, es que queremos enfatizar, que, a pesar de estar en medio de una tremenda crisis política, debemos hacer lo posible por ser impecables en cumplir todos los preceptos constitucionales, y manejar el ‘proceso’ de la mejor manera.

Esto incluye, por supuesto, la alternativa de que el Presidente opte por la renuncia, y se evite, y nos evite, a todos, días de excesos y agravios. Por lo demás, el dijo desde antes de llegar al sillón presidencial, que si algo le pasaba, teníamos a ‘Martincito y Mechita’.

Como dijimos ayer:

Los momentos difíciles de una nación deben llamar a las reservas de grandeza que todos tenemos. En un momento de crisis, especialmente, en la política, se deben prender luces y no buscar réditos propios.

Lampadia

 




PPK puede ser el Presidente más Débil de la Historia

El pasado 11 de abril propusimos en Lampadia (El 67% de los peruanos votaron por construir sobre lo avanzado) que en la segunda vuelta electoral aprovechemos la extraordinaria oportunidad de vivir unos días de civismo, un período de aprendizaje y reflexión sobre propuestas serias que nos permitan a los ciudadanos ponderar las políticas públicas que pueden llevarnos al desarrollo integral, revisando las agendas de gobierno con énfasis en los cómos.

Así se evitarían los tradicionales enfrentamientos politiqueros y se recogería el mandato popular que optó por dos fuerzas pro economía de mercado que están supuestas a seguir construyendo sobre lo avanzado.

Lamentablemente, las cosas parecen ir por otro lado. PPK y PPK, en vez de desarrollar una compulsa constructiva con Fuerza Popular (FP), parecen preferir un autodestructivo acercamiento con la izquierda tradicional con gestos y frases que solo pueden ser calificadas como un despropósito.

Por ejemplo, en la mañana del 11 de abril, al día siguiente de las elecciones, sin haber felicitado a Keiko por el resultado de la votación, PPK deslizó la posibilidad de visitar a Santos en la cárcel, para terminar desairado por el líder de Democracia Directa. Además, Martín Vizcarra, el candidato a la primera vicepresidencia, declaró a los pocos días que “con Marco Arana coincidimos plenamente en lo que queremos como resultado para la pobreza” (Arana, el ex cura anti minero, no ha hecho nunca una propuesta para superar la pobreza). Mercedes Araoz y Juan Sheput hicieron invocaciones parecidas. Esta es una estrategia de alianzas destructiva para el país, pues, conociendo a nuestras izquierdas, no durará siquiera dos meses, porque para ellos el voto por PPK sería un componente de su estrategia anti-sistema, terminarían atacando PPK, aún antes de que asuma su eventual gobierno.

Consideramos que el enfoque de PPK para la segunda vuelta es un error grave no solo para su colectivo político, sino, especialmente, para el Perú, porque para convocar el respaldo de la opinión pública a las medidas de reactivación económica y a las reformas que necesita el país, o sea para neutralizar la izquierda radical, que contará  con una bancada agresiva y numerosa, se va a necesitar un gobierno sólido y con una postura política coherente.

La incoherencia de PPK es grave, considerando sus debilidades políticas estructurales. Veamos:

  • Ningún otro presidente electo habría sacado menos votos en la primera vuelta. PPK logró apenas  21% de los votos válidos. El 2006, Alan García sacó 24.3%.
  • No hay que olvidar que parte de estos votos fueron una opción táctica de terceros  que votaron para impedir que el Frente Amplio llegue a la segunda vuelta, y otra parte ha sido producto de la exclusión de Guzmán y Acuña. ¿Cuantos fueron los votos propios de PPK? ¿Cuántos son los peruanos que lo defenderán en una situación de dificultad?
  • Ningún otro presidente, en muchas décadas, tendría una bancada más reducida en el Congreso, pues tan solo el 18% de los congresistas ingresarán por su agrupación. En el inconcluso primer gobierno de Belaúnde, la bancada oficialista llegó al 28% del congreso, 10% más que PPK. Además, no debemos olvidar el antecedente de que de los 18 congresistas que ingresaron con PPK el 2011, ninguno siguió vinculado a él cinco años más tarde. Tampoco hay que olvidar que, su capacidad de comando y control sobre su propia organización política (PPK) se muestra muy limitada. El manejo del conflicto con Heresi no habla bien de su capacidad política.
  • Ningún otro presidente seria electo al cargo con una edad más avanzada. Belaúnde, en 1980, representa el máximo histórico con 68 años.
  • Ningún otro presidente obtuvo en primera vuelta una representación geográfica y poblacional tan reducida. Solo ganó en una región, en tres de 196 provincias (perdió en 98.5% de las provincias). En la mayoría de ellas ha quedado en 3º o en 4º puesto. Los  conflictos sociales surgen principalmente en las regiones donde PPK tiene muy escaso respaldo político.
  • Ningún otro presidente llegaría al poder apoyado por una coalición o convergencia política con tantos intereses contrapuestos y hostilidades profundas.
  • La izquierda que hoy lo apoya, lo hace por oposición al Fujimorismo, y se volverá su más radical opositor, para posicionarse como alternativa para el 2021.
  • Además, en este proceso, habría generado brechas complicadas con FP.

Consecuencias:

  • Si mantiene dicha estrategia (inconsistente), con las debilidades indicadas, el eventual gobierno de PPK no tendría capacidad de hacer mucho, sería muy vulnerable para la izquierda anti-sistema.
  • Su capacidad para resolver algún conflicto como Tía María o Conga, cuando los  genere la izquierda anti-sistema, sería muy reducida, abriendo el camino para que esos conflictos se escalen o multipliquen.
  • Su capacidad de hacer reformas dependerá del apoyo de FP para pasar cualquier iniciativa en el Congreso, pero ¿Qué razones tendría el FP para asumir los costos políticos de las reformas en defensa del gobierno de PPK? ¿Qué podría ofrecer PPK a FP desde una situación de debilidad? FP ya ha anunciado que su eventual estrategia pasaría por otorgar facultades legislativas en vez de aprobar las normas en el Congreso.
  • La imagen de estabilidad política ganada por el Perú en la primera vuelta, se deterioraría rápidamente por las inestabilidades e inconsistencias del gobierno de PPK.
  • La mediatizada y desarticulada colaboración con FP, que no sería la de una acción de gobierno consistente que produzca resultados claros, facilitaría que la izquierda desprestigie las políticas públicas ‘pro-modelo’, beneficiándose de una confrontación esencialmente política que propicie espacios al populismo.

Esperamos que PPK y PPK entiendan el callejón sin salida al que parecen estar entrando. Sus aprontes hacia las izquierdas pueden ser una táctica electoral políticamente entendible, pero son al mismo tiempo una traición al mandato popular que rechazó el tener en la segunda vuelta una alternativa anti-mercado. Lampadia




Clase Media y crecimiento en el Perú

Clase Media y crecimiento en el Perú

Comentario de Lampadia

 

Fidel Jaramillo, un ecuatoriano brillante que ha desarrollado su labor en el Perú con mucho profesionalismo y calidad humana, entregando todo su cariño a nuestro país, acaba de terminar sus funciones en el Perú para asumirlas ahora en Panamá.

Como despedida del Perú, Jaramillo se ha presentado en diversos medios como RPP, El Comercio y Perú21. En esta ocasión reproducimos algunos pasajes de las entrevistas con dichos diarios.

 

 

1. “La clase media en el Perú sería como el 50,6% de la población”

Por Santiago Dávila Philippon, El Comercio – Portafolio, 31 de Mayo 2015

 

¿Qué entienden ustedes por clase media?

Nuestro enfoque es el de seguridad económica, que lo ha propuesto el Banco Mundial, que básicamente utiliza ciertos niveles de ingresos en un modelo probabilístico que implica que la clase media tenga un nivel de ingresos estable y que pueda resistir a ciertos embates económicos.

De acuerdo con esta metodología y utilizando el dato más reciente, la clase media en el Perú sería como el 50,6%. Esto es entre 10 y 50 dólares per cápita, a nivel de paridad de compra.

Según Ipsos, las clases medias han pasado de ser 21% de la población nacional en el 2005 a constituir 35% en el 2014, pero en ningún caso llegarían a ser el 50,6%.

Encontramos que hay muchas diferencias y hay un debate en cuanto a la definición y cuantificación de la llamada clase media.

Pero más allá de estas controversias, encontramos un consenso bastante generalizado de que la clase media está asociada a mayores niveles de educación, de inversión, de emprendedurismo e inclusive de estabilidad política. También una clase media grande y significativa reduce las inequidades; las sociedades son más equitativas y menos desiguales.

De este 50,6% de peruanos de clase media, ¿cuántos son vulnerables de retroceder a una situación de pobreza?

Este 50,6% está por encima de lo que el Banco Mundial llama una clase vulnerable, que estaría más bien entre los 10 y 40 dólares.

Sin embargo, en el BID insistimos en que no puede haber autocomplacencia.

¿Qué hace que la clase media peruana sea frágil?

Es una clase media muy informal.

¿Qué otras características tiene nuestra clase media?

La distribución del ingreso de la clase media está muy concentrada alrededor de los umbrales que definen pobreza y vulnerabilidad.

La clase media es muy sensible al crecimiento económico. En el 2014, la clase media solo creció a una tasa de 2,7%. La clase media siguió expandiéndose, aunque cada vez menos.

¿Qué se puede hacer para evitar que la nueva clase media retorne a una situación de pobreza?

Hacer de ella una clase media de propietarios; (…) En segundo lugar, yo creo que es clave la articulación del mercado laboral con el sistema educativo y la formación laboral.

¿No cree que existe un riesgo de que las nuevas clases medias presionen al gobernante de turno y reciban a cambio respuestas de corte populista?

Hay el riesgo de una tentación a adoptar medidas demagógicas que, de alguna manera, satisfagan las expectativas de este nuevo estrato social. Como contraparte, yo veo que esta nueva clase media tiene una vocación de emprendimiento. Es decir, nunca esperó del Estado mucho para salir adelante.

Son clases medias autoforjadas, producto de la inversión privada y del crecimiento económico.

Creo que esto podría limitar la tentación demagógica que tú me mencionas.

 

2. “El Perú tiene bases sólidas para seguir creciendo”

“Una de las transformaciones estructurales en el Perú es el desarrollo de la nueva clase media. Es importante mantener el crecimiento para mejorar el bienestar de los peruanos”.

Por Giovanna Prialé, Perú 21, 30 de Mayo 2015

 

¿Cuáles cree que son los tres logros más significativos en este período?

He sido testigo de una significativa expansión económica en un contexto de estabilidad macroeconómica y progreso social.

El Perú ha sido una de las economías de América Latina que más ha crecido en la última década y es uno de los líderes en reducción de pobreza.

Un segundo logro ha sido el progreso en áreas sociales, especialmente las que están enfocadas en la reducción de la pobreza y cobertura de la población más vulnerable.

¿Qué tan relevante es el régimen político?

Nuestra visión de largo plazo en el Perú es más bien favorable.

La decisión de inversión es de mediano y largo plazo y va más allá de la coyuntura política.

(…) es necesario mantener sólidos esos fundamentos macroeconómicos y, además, promover el acceso a los bienes públicos claves (infraestructura y financiamiento) para desarrollar proyectos de inversión.

¿Qué políticas públicas deben seguir y cómo garantizar su continuidad?

(…) consensos en áreas como manejo económico, programas sociales, inversión en educación, innovación, sostenibilidad ambiental, adaptación al cambio climático y la dinamización de la inversión público-privada en infraestructura; todo esto para procurar la disminución de la brecha.

Luego de vivir cinco años en el Perú, ¿qué cree que necesitamos para ser un país desarrollado?

(…) reformas que permitan reducir los niveles de informalidad que afectan la productividad general de la economía.

Seguir construyendo un país conectado y articulado a los mercados, esto tiene gran impacto en términos de la calidad de vida de los peruanos en las áreas más aisladas.

Y seguir trabajando en el potencial de emprendimiento que tiene el Perú y que ha sido un importante hallazgo durante estos años, especialmente de los jóvenes que apuestan por nuevas actividades económicas y por el futuro.