1

Inclusión Financiera: Foco en la demanda (necesidades y limitaciones)

Inclusión Financiera: Foco en la demanda (necesidades y limitaciones)

En el Perú se acaba de lanzar la billetera electrónica como un mecanismo de facilitación del acceso a los servicios financieros de las poblaciones no bancarizadas. A pesar de todos los avances del microcrédito en el Perú y de ser catalogado como uno de los países más avanzados en la calidad de la oferta de servicios financieros, desarrollados fundamentalmente por la iniciativa privada, aún estamos muy lejos de los estándares de acceso globales y regionales. Por ejemplo, según un análisis de inclusión financiera del BID, el índice de uso de tarjetas de crédito con respecto a la PEA muestra que el Perú tiene tan sólo 34% mientras que Chile llega a 172%.

La información que presentamos a continuación, sobre la base de una publicación de EY, ayuda a dar un marco técnico de enfoques y prioridades que deberían mejorar la implantación de soluciones tecnológicas para los servicios financieros.

Junta de gobernadores resalta avances de Perú en inclusión financiera (Andina)

Las soluciones digitales y las nuevas tecnologías ofrecen un gran potencial para superar los desafíos del desarrollo. Con 2,500 millones de personas en países emergentes privadas de acceso a los servicios financieros formales y más de 200 millones de pequeñas empresas sin acceso al crédito, ampliar la frontera de los servicios financieros sigue siendo un reto muy importante para consolidar un mundo de oportunidades para todos.

La prestación de servicios financieros a través de innovaciones tecnológicas, incluyendo el dinero móvil, puede ser un catalizador para el suministro y la masificación de un conjunto diverso de servicios financieros: incluyendo créditos, seguros, ahorros y educación financiera. Quienes ahora no tienen acceso a estas herramientas financieras podrían disfrutar de los servicios de transferencia de dinero, micro-préstamos y seguros.

El Centro Internacional de Finanzas y Regulación (CIFR), en una reciente conferencia en Australia, urgió a los reguladores a promover la demanda de un espacio digital de servicios financieros. Según CIFR, los esfuerzos para mejorar la inclusión financiera mediante servicios financieros digitales podrían ser desperdiciados si es que no se lllega a los consumidores. Se afirma que el problema es particularmente apremiante en los mercados emergentes, justamente en dónde los servicios financieros digitales tienen el mayor potencial para mejorar la inclusión financiera.

EY publicó recientemente un documento titulado “Who will disrupt the disruptors?” en el que incluyen un muy buen análisis del tema financiero “Building consumer demand for digital financial services – the new regulatory frontier” (La construcción de la demanda de servicios financieros digitales – la nueva frontera de la regulación). En este informe, se afirma que: “Los servicios financieros digitales (DFS) son promocionados como soluciones financieras clave para mejorar la inclusión financiera. Sin embargo, a menudo los usuarios finales ofrecen pocas oportunidades rentables en el camino y las fuerzas del mercado por sí solas no son suficientes como para garantizar el suministro de servicios y productos finales que coincidan con el poder adquisitivo, necesidades o deseos de los usuarios finales. Como resultado, los DFS en mercados emergentes pueden sufrir de limitada incorporación y utilización, lo que traería como consecuencia un efecto muy pequeño en la inclusión financiera. En los mercados emergentes, los reguladores financieros se han centrado en apoyar el éxito de los DFS en gran medida a través de esfuerzos de marco institucional y normativo. En este artículo se argumenta que los reguladores financieros deben trabajar primero en entender y construir la demanda de DFS en lugar de centrarse puramente en el desarrollo. Esto requiere un cambio de mentalidad de los reguladores financieros, que están más familiarizados con la promoción de estabilidad financiera, seguridad y eficiencia. En este artículo se analiza la evolución del rol de los reguladores financieros. Recomendamos que los reguladores se centren particularmente en el aumento de la demanda del consumidor a través de la promoción de colaboración entre instituciones en los DFS como medio de promoción de inclusión financiera. Destacamos que estas colaboraciones introducen riesgos y aumentan los riesgos de consumo; por lo que requeriría que los reguladores ajusten los marcos reguladores para asegurar que estos riesgos sean identificados y mitigados”

Justamente por eso es que uno de los objetivos más importantes debe ser la construcción de la demanda en vez de sólo centrarse en apoyar el éxito de los servicios financieros digitales. Deben trabajar para entender y construir la demanda del consumidor.

Para destacar algunos hallazgos de este artículo publicado por EY, el investigador principal, el profesor Ross Buckley de University of New South Wales, dijo que los reguladores deben trabajar para minimizar la brecha entre los servicios digitales que están siendo proporcionados por las instituciones financieras y los presupuestos y necesidades de los usuarios finales. “La regulación de los servicios financieros digitales, y el dinero móvil en particular, ha sido un importante foco de discusión y de debate “, dijo.

En el África, donde las dificultades para inclusión financiera son mucho mayores que en América Latina, se están haciendo desarrollos muy importantes donde lo que buscan crear cadenas de valor de bienes y servicios que permiten que los costos operativos de los servicios financieros no sean trasladados a las poblaciones pobres, sino mas bien absorbidos en dichas cadenas de valor. En una próxima oportunidad vamos a compartir más información sobre los importantes desarrollos que se están dando en el continente africano.

El informe hace varias recomendaciones sugiriendo a los reguladores financieros cómo crear demanda e influir en el desarrollo de servicios financieros digitales exitosos. Éstas incluyen:

  • Desplazar los pagos por los servicios estatales a los canales electrónicos
  • Mejorar la educación y promover una mayor confianza en los servicios financieros y nuevos métodos de pago
  • Impulsar el desarrollo de sistemas abiertos, interoperables e interconectados

El documento también recomienda que los reguladores se centren en aumentar la demanda del consumidor a través de la promoción de asociaciones de servicios financieros digitales como medio de promoción de la inclusión financiera. 

Los colaboradores principales deben incluir a los bancos, instituciones de microfinanzas y a los operadores de redes móviles. La colaboración entre estas entidades puede fortalecer los productos y servicios disponibles y, a su vez, fortalecer los sistemas financieros en términos más generales. Sin embargo, los sistemas deben tener una clara gobernanza, .

Según el documento de EY, mientras que las recomendaciones del informe abogan por un rol más importante por parte de los reguladores financieros, en realidad lo que se busca es ayudarlos a mejorar la inclusión financiera, como el objetivo expreso del nuevo desarrollo. Esto es un medio importante para reducir la pobreza y promover un desarrollo económico de mayor alcance en la sociedad.

La inclusión financiera es un desafío enorme y requiere que los reguladores balanceen adecuadamente  la innovación y la estabilidad financiera, así como la protección de los consumidores. Al mismo tiempo, los reguladores deben adoptar nuevas tecnologías e innovaciones, para que lo cual se deben abrir las puertas a los aportes del sector privado. Lampadia




La FED estaría a punto de cometer un gran error

La FED estaría a punto de cometer un gran error

Comentario de Lampadia:

El ajuste de las tasas de interés por parte de la FED está en el tablero desde hace más de un año y, en buena medida, los mercados vienen incorporando esta posibilidad. Sin embargo, dados los demás acontecimientos de la economía global, especialmente el reciente ajuste de la economía China, que está causando reacciones muy importantes en todos los mercados, ricos y emergentes, la reducción de los tipos de interés de la reserva estadounidense, podría terminar siendo gasolina en la hoguera.

El siguiente artículo de ayer de Larry Summers, uno de los economistas más informados de EEUU, pone el tema en perspectiva y alerta sobre los efectos negativos de seguir adelante con esta medida.

Por Lawrence Summers (profesor de la Universidad de Harvard y ex secretario del Tesoro de EEUU) 

Publicado en el Financial Times el 23 de agosto de 2015

Traducido por Lampadia

El aumento de las tasas de este año es una amenaza para todos los principales objetivos del banco central estadounidense.

En la reunión de la Reserva Federal (FED – Banco de Reserva de EEUU) de setiembre, ¿subirán por primera vez las tasas de interés desde 2006? Las autoridades han mantenido la posibilidad que si podría suceder y han sugerido que (salvo por algún acontecimiento imprevisto) probablemente se incrementen las tasas al final del año. Las condiciones podrían cambiar, por lo que la Fed ha tenido mucho cuidado de evitar compromisos firmes. Pero una evaluación razonable de las condiciones actuales sugiere que el aumento de las tasas en el futuro cercano sería un grave error que amenazaría los tres principales objetivos de la FED: la estabilidad de los precios, el pleno empleo y la estabilidad financiera.

Al igual que la mayoría de los grandes bancos centrales, la FED ha puesto su objetivo de estabilidad de precios a la práctica mediante la adopción de un objetivo de inflación del 2 por ciento. El mayor riesgo es que la inflación será menor que este, un riesgo que se vería agravado por el endurecimiento de la política. Más de la mitad de los componentes del índice de precios al consumo han disminuido en los últimos seis meses, la primera vez en más de una década. La inflación del IPC, que excluye los precios de energía y alimentos volátiles y vivienda que son difíciles de medir, es inferior al 1 por ciento. Las medidas basadas en el mercado de las expectativas sugieren que, en los próximos 10 años, la inflación estará muy por debajo del 2 por ciento. Si la moneda China y otros mercados emergentes se deprecian más, la inflación de Estados Unidos será aún más tenue.

La política de ajuste afectará negativamente los niveles de empleo, porque las tasas de interés más altas volverán más atractivo el aferrarse al dinero que invertirlo. Las mayores tasas de interés también aumentarán el valor del dólar, por lo que los productores estadounidenses serán menos competitivos y presionarán a las economías de nuestros socios comerciales.

Esto es especialmente preocupante en un momento de aumento de la desigualdad. Los estudios de los períodos de los mercados de trabajo difíciles, como a finales de los años 1990 y 1960, dejan claro que el mejor programa social para los trabajadores desfavorecidos es una economía donde los empleadores están luchando por llenar las vacantes.

Puede que haya habido un caso de estabilidad financiera para elevar las tasas hace seis o nueve meses, ya que las bajas tasas de interés alentaron a los inversores a tomar más riesgos y las empresas a pedir dinero prestado y participar en la ingeniería financiera. En ese momento, yo creía que los costos económicos de un aumento de tarifas superaban los beneficios de estabilidad financiera, pero había motivos de preocupación. Ese debate es ahora discutible. Con el crédito cada vez más caro, las perspectivas de la economía china nubladas en el mejor de los casos, los mercados emergentes en proceso de sumergirse, el mercado de valores de Estados Unidos en una corrección, una preocupación generalizada por la liquidez y una volatilidad aumentando a un ritmo casi récord, los mercados solos están apaciguando cualquier euforia o exceso de confianza. La FED no tiene que hacer el trabajo. En este momento de fragilidad, elevar las tasas arriesga el balance del sistema financiero en dirección hacia una crisis, con resultados impredecibles y peligrosos.

¿Por qué, entonces, tantos creen que es necesario un aumento de las tasas? Dudo de que si las tasas estuviesen ahora en 4 por ciento, no habría tanta presión para criarlos. Esa presión proviene de la sensación de que la economía se ha normalizado sustancialmente durante los seis años de recuperación, por lo que el extraordinario estímulo de tasas de interés cero debe ser retirado. Se ha hablado mucho de los “vientos en contra” que requieren bajas tasas de interés ahora, pero esto se va a abatir en poco tiempo, lo que permitirá un crecimiento normal y tasas de interés normales.

Cualquiera que sea el mérito de este punto de vista hace unos años, es mucho menos plausible ahora que nos acercamos al séptimo aniversario de la quiebra de Lehman Brothers. Ya no es fácil pensar en condiciones económicas que puedan ser vistas como vientos en contra temporales. El arrastre fiscal ha terminado. Los bancos están bien capitalizados. Las corporaciones tienen mucha liquidez. Los balances de los hogares se están reparando sustancialmente.

Mucho más plausible es la opinión de que, por razones arraigadas en el cambio tecnológico y demográfico (y reforzado por una mayor regulación del sector financiero), la economía mundial tiene dificultades para generar demanda de todo lo que se puede producir. Este es el diagnóstico de “estancamiento secular”, o la idea muy similar que Ben Bernanke, el ex presidente de la Fed, ha instado de un “exceso de ahorro”. Si es que se puede lograr un crecimiento satisfactorio, requeriría tasas de interés muy bajas, las cuales históricamente sólo hemos visto durante las crisis económicas. Es por esto que los mercados de bonos de largo plazo nos están diciendo que se espera que las tasas de interés reales estén cerca de cero en los países industrializados durante la próxima década.

Las nuevas condiciones requerirán nuevas políticas. Es mucho lo que se debe hacer, como medidas para promover la inversión pública y privada con el fin de elevar el nivel de las tasas de interés reales en consonancia con el pleno empleo. A menos que se implementen estas nuevas políticas, la inflación se acelere bruscamente o estalle la euforia en los mercados, no hay ningún motivo para que la Fed ajuste las tasas de interés.