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ESPERANZA

ESPERANZA

Jaime Spak
Para Lampadia

Soy una persona muy aficionada a la música y la escucho tanto cuando trabajo como cuando estoy escribiendo mis columnas.

También lo hago todas las mañanas que salgo a caminar muy temprano, siempre me acompañan melodías de todos los ritmos y cantantes que hacen de mis caminatas un momento muy placentero.

Hace unos días mientras caminaba acompañado de las canciones de Charles Aznavour me llamó poderosamente la atención que la canción Esperanza, un cha cha cha que la hizo súper popular en la década de los 60 el cantante español Pedrito Rico, era una creación de este gran compositor francés.

Esa canción me dio pie para que escriba este artículo y lo asocie con la precaria esperanza que tenemos en estos días, que la situación política pueda cambiar.

No solo tenemos poca esperanza, sino que esto se asocia a la poca indignación popular, tal como lo mencionó el director de Lampadia. 

No abrigo ninguna esperanza de cambio del gobierno de Castillo y no solo porque lo he manifestado en múltiples oportunidades que no tiene la mínima preparación, sino porque el mismo secretario general de Perú Libre confesó que no pensaban ganar las elecciones, porque no estaban preparados.

Si hacemos un poco de memoria, solo al inicio de este año las encuestas para presidente las lideraba Lescano de Acción Popular y nos producía un gran temor de lo que podría hacer un político mediocre al frente de la presidencia del país. Al final su candidatura decayó y acabó en quinto lugar con un magro 9%. Nos dejó de herencia a un grupo heterogéneo de congresistas que nunca se ponen de acuerdo para apoyar alguna moción.

Quién sabe si Lescano hubiera sido menos malo que Castillo.

Estamos concluyendo el año 2021 con una incertidumbre tremenda y con una molestia generalizada por la incompetencia de nuestro presidente.

Nunca se ha visto que la fiscalía ingrese a Palacio de Gobierno para indagar sobre posibles hechos delictuosos en el que está involucrado todo el gobierno.

Castillo tiene el descaro de no permitir el ingreso de los fiscales a la oficina de la secretaria, donde hace unas semanas se descubrió en el baño US$ 20,000 sin que hasta ahora haya una respuesta lógica del porque el exsecretario lo guardaba allí.

Es obvio que ese dinero es producto de la corrupción.

Nunca se ha visto que lobistas que mas parecen ladronzuelos de 7 suelas, ingresen al palacio o a la casa de Breña a negociar contratos millonarios.

Tampoco se ha visto un cinismo tan grande como el del presidente que invita a 5 periodistas a decirle que a partir de enero dará entrevistas.

Es como la persona que desea ponerse a dieta y siempre dice: el lunes empiezo, y nunca lo hace.

Castillo nunca dará una entrevista porque no tiene la mínima capacidad de contestar preguntas espontáneas. 

Como lo dijo Bellido: “Castillo es un sindicalista elemental”.

Si nos acordamos de la entrevista al paso, que le hizo un periodista en Washington sobre qué seguridad le iba a dar a los inversionistas extranjeros y contestó: que la policía le iba a dar toda la seguridad (plop como decía Condorito).

¿Tendrá una idea que Las Bambas es el proyecto mas grande de Perú y uno de los 5 más grandes del mundo, y que representa el 1% del PBI, y del dinero que deja de recaudar el Estado por cada día de paralización?

Si nos ponemos a enumerar todas las barbaridades que ha hecho Castillo en estos primeros 4 meses, la indignación sería aún más grande.

El gobierno de Castillo se podría definir como una ineptocracia, que según el filósofo francés Jean D’Ormesson, es el sistema de gobierno en el que los menos preparados para gobernar son elegidos por los menos preparados para producir y que solo esperan que el gobierno les de bonos y dádivas que consigue en base a impuestos que pagan los que sí producen.

El himno del Estado de Israel “Hatikva “significa esperanza, un país que se independizó hace 72 años y hoy ya pertenece al primer mundo. El himno de Perú “Somos Libres “y después de 200 años no somos libres de la corrupción ni de los malos gobernantes y seguimos siendo parte del tercer mundo.

El Perú tiene recursos, gente capaz y la gran mayoría son muy trabajadores. ¿Si eso no nos da esperanza, entonces qué?

La esperanza es lo último que se pierde y que esto no sea un autoengaño, sino que en un momento de lucidez Castillo entienda que es hijo del azar y que por el bien del país renuncie, pues la vacancia de parte del congreso lo veo muy improbable.

Tiene que renunciar de inmediato pues la indignación del pueblo está creciendo como la espuma y que no espere a que sucedan hechos lamentables que lo hagan dejar el poder.

Deseo que el año 2022 sea diferente……. no nos merecemos esto. Lampadia




¿Qué pueden perder los que creen que no perderán nada?

¿Qué pueden perder los que creen que no perderán nada?

Fernando Ruiz Caro
Desde Cusco
Para Lampadia

En este punto de la campaña electoral, en el que desborda la emocionalidad y las posiciones fundamentalistas a ultranza, muchos ciudadanos de los sectores con menos ingresos del país, creen que realmente no tienen nada que perder; y por ello se ven atraídos por el discurso radical y de cambio destructivo que infunde el señor Castillo y su partido; ¿Si nada tenemos, que podríamos perder? …Sin embargo, aquí algunas reflexiones que nos muestran que si se puede perder y mucho.

No diré que perderemos la libertad (que para muchos de nosotros es sin duda el bien y valor más importante), porque puede sonar bastante subjetivo y daría lugar a que muchos digan que la libertad no se come, o que, con la libertad no se pagan las deudas, etc., etc. Por eso me referiré a la emigración de millones de venezolanos a todos sus países vecinos, la cual es (junto a la de Siria por causa de la guerra civil) la más dramática del planeta en el siglo XXI; y tiene como causa principal la devastadora pobreza que el régimen bolivariano viene produciendo en el país con mayores reservas petrolíferas del mundo.

Tan angustiante es ese nivel de pobreza, que empuja a millones de venezolanos a dejar sus hogares y buscar suerte en países como el nuestro, en los que ciertamente vienen a vivir también como pobres, pero en una pobreza infinitamente más humana, que les permite incluso enviar un poco del dinero que logran obtener a sus familiares que tuvieron que quedarse en Venezuela; quienes sin ese apoyo padecerían del hambre y miseria más humillante que uno pueda imaginar.

Desde otra mirada, en los últimos 30 años el Perú, tuvo un cambio fundamental, que se inició con el ordenamiento de la economía y la victoria frente al terrorismo genocida que asesinaba comunidades campesinas y a cualquiera que estuviera en contra de su ideología y sus métodos para capturar el poder, destrozando a su paso la infraestructura nacional. Este gran cambio que se inicia a partir de 1,990 sucedió cuando nos reconocimos como un país de emprendedores, quienes decidimos forjarnos un futuro diferente para nosotros y nuestras familias, sabiendo que podíamos esperar poco o nada de un estado que nunca estuvo a la altura de las necesidades de nuestro pueblo.

Mi experiencia en el sector micro financiero del Perú, específicamente en el de las Cajas Municipales (reconocido como el más exitoso del mundo), me permite dar testimonio en que, posiblemente un emprendedor que hace 10 años se prestó 300 o 500 soles, hoy posiblemente tenga una pequeña empresa, cuya línea de crédito sea varias veces mayor a la que tenía hace 10 años; y esté dando trabajo por lo menos a 5 personas. Y si ese crédito se dio hace 20 o 30 años, posiblemente algunos ya sean grandes empresarios y estén dando trabajo a miles de compatriotas e incluso hayan extendido sus empresas fuera de nuestras fronteras.

Ese fenómeno se llama “movilidad social”; el cual se halla ausente en muchas sociedades, las cuales intentan infundir ese espíritu emprendedor en sus ciudadanos a través de la educación. Desgraciadamente en el Perú eso dejó de suceder hace mucho tiempo y fue el emprendedurismo como práctica consuetudinaria el que generó esa movilidad social, que a su vez permitió que las nuevas generaciones de esos emprendedores puedan ascender en la escala social, accediendo a la educación a la que ellos no pudieron aspirar en su momento. Es tan virtuoso este modelo que, si consideramos la mora histórica de las cajas municipales, (+/- 7%) esta movilidad social la logran 9 de cada 10 emprendedores en mayor o menor medida, sin interesar la actividad a la que se dediquen.

Lo que nos plantea el partido del Sr. Castillo es ni más ni menos la destrucción de esta movilidad social, que es la que ha permitido generar riqueza descentralizada en todo el país; poniendo nuevamente como centro de toda iniciativa y actividad empresarial al estado, que ya demostró que no lo puede hacer; y peor aún, que demostró que los países que aplicaron esta receta estatista, solo generaron más pobreza y miseria incluso para los más pobres.

Si crees realmente que no tienes nada que perder, piénsalo bien; porque quizás hoy seas pobre, pero no creo que quieras que tus hijos y tus nietos también lo sean por siempre como sucede en Cuba y Venezuela (países que inspiran las ideas del Sr. Castillo). No pierdas la esperanza de que mientras exista un país con libertad y libre mercado, algún día y quizás muy pronto con esfuerzo y trabajo dejarás atrás esa pobreza…

…No condenes el futuro de tu familia, solo porque sientes que necesitamos un cambio, yo también quiero un cambio, pero no un cambio al vacío sino un cambio con esperanza. Lampadia




La clave del éxito de Juan Guaidó

La repentina aparición de Juan Guaidó en la escena política venezolana ha generado múltiples reacciones de los principales líderes políticos en nuestra región y en el ámbito internacional.

Desde que se autoproclamara presidente de Venezuela el pasado 23 de enero, en su condición de jefe de la Asamblea Nacional, 41 países que incluyen a importantes miembros de la UE (Alemania, Francia, España, entre otros), EEUU, Canadá, y la gran mayoría de los países latinoamericanos, incluido el Perú, han reconocido su legitimidad como auténtico líder de su país.

Fuente: Elaboración de 20minutos.es más Lampadia

A esto se ha sumado un reciente aval y llamado del Parlamento Europeo el pasado 31 de enero, que insta a los demás países de la UE a que se sumen al reconocimiento de Guaidó, por lo que se espera que su apoyo crezca aún más en los próximos días.

Este apoyo es relevante ya que Guaidó ha despertado las esperanzas de millones de venezolanos que han vivido y siguen sufriendo en carne propia la miseria generada por la perversa dictadura del chavismo liderado por Nicolás Maduro, el cual pretende enquistarse en el poder por 6 años más tras obtener la victoria en unas elecciones presidenciales fraudulentas y altamente cuestionables de mayo pasado. (ver LampadiaDándole la estocada final a la crisis venezolana)

Un desplome del PBI per cápita y del poder adquisitivo del bolívar, un aumento desenfrenado de la mortalidad infantil, una explosión de las solicitudes de asilo y de la inmigración hacia varios países de la región, son algunos de los indicadores que reflejan la gravedad de la crisis económica, política y social que enfrenta nuestro país vecino, Venezuela. Ver algunos indicadores:

En este contexto, Guaidó se presenta como una alternativa de cambio, que, de presentarse la renuncia de Maduro, asumiría plenamente la presidencia interina y se convocarían a nuevas elecciones, facilitando un proceso democrático y libre de violencia. Este es el camino que la comunidad internacional que avala a Guaidó espera y consideramos que es el adecuado, de cara una vez más a la larga crisis que ha enfrentado nuestro país vecino.

Sin embargo, como indicó recientemente un artículo de The Economist, aún cuando Guaidó pueda aglutinar mayor apoyo diplomático de más países a nivel internacional, su principal reto seguirá siendo el de calar en las fuerzas del ejército venezolano, ya que este apoyo presionará aún más a Maduro a renunciar al poder tiránico que detenta.

Consideramos que el internalizar este problema y abordarlo con una debida persuasión por parte de Guidó hacia las fuerzas militares, será clave para el éxito de una eventual salida de la crisis humanitaria de Venezuela.

No podemos dejar de poner el acento en la dificultad de la situación política, con unas Fuerzas Armadas corrompidas en gran medida, la presencia del narcotráfico internacional y la presencia y el soporte de todos los recursos de inteligencia del régimen cubano.

Líneas abajo reproducimos parte del pronunciamiento del Grupo de Lima en Canadá:

DECLARACIÓN DEL GRUPO de LIMA 4 de FEBRERO 2019

Los Gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú, miembros del Grupo de Lima, expresan lo siguiente:

1.  Reconocer y respaldar a Juan Guaidó

2.  Acoger a Venezuela en el Grupo de Lima.

3. Reconocer a los representantes designados por Guaidó.

4. Observar que las iniciativas de diálogo propiciadas por diversos actores internacionales fueron manipuladas por el régimen de Maduro.

5. Llamado al restablecimiento inmediato de la democracia.

6. Condenar las serias violaciones a los derechos humanos.

7. Urgir el restablecimiento de la plena libertad de prensa.

9. Preocupación por la situación de los presos políticos.

10. Profunda preocupación por la grave situación humanitaria.

11. Llamado a la Fuerza Armada de Venezuela para que manifieste su lealtad al Presidente Encargado.

12. Reiteran su preocupación por el éxodo provocado por la crisis política, económica y social en Venezuela.

(…) Siguen otros puntos (Ver en CNN)

DECLARACIÓN de OTTAWA POR VENEZUELA
OTTAWA, 4 de FEBRERO 2019

A continuación, compartimos el mencionado artículo de The Economist que brinda mayores detalles acerca de la figura política de Juan Guaidó y el principal reto que enfrentará en los próximos días, para darle punto final a la dictadura de Nicolás Maduro. Lampadia

Una república, dos presidentes
Juan Guaidó gana reconocimiento diplomático como presidente de Venezuela

Pero Nicolás Maduro todavía controla el ejército

The Economist
26 de Enero, 2019
Caracas
Traducido y glosado por Lampadia

La multitud lo instó a seguir. “¡Juramente! ¡Juramente!”, Gritaban. Y luego lo hizo. Juan Guaidó, el político larguirucho de 35 años, desconocido para la mayoría de los venezolanos hace un mes, levantó su mano derecha y se declaró a sí mismo como presidente en funciones de la República. Decenas de miles de personas, reunidas en Caracas el 23 de enero como parte de una manifestación nacional contra el desastroso régimen de Nicolás Maduro, ahora considerado un usurpador, lanzaron un grito de alegría.

Al final de la tarde, el hombre que Maduro y sus amigos intentaron despedir como un “niño pequeño” había sido reconocido internacionalmente como el líder legítimo de un país con algunas de las reservas de petróleo más grandes del mundo. El presidente Donald Trump fue el primero en respaldarlo; Canadá y todas las principales economías de América del Sur siguieron.

El ascenso de Guaidó a la prominencia ha sido espectacular. El 5 de enero fue elegido como jefe de la Asamblea Nacional de Venezuela como parte de un acuerdo para compartir el poder entre los principales partidos de oposición. Parecía casi el presidente accidental, seleccionado en gran parte debido a la falta de otras opciones. De los dos candidatos más obvios en su partido, Voluntad Popular, uno está bajo arresto domiciliario y el otro se refugió en la embajada chilena. La asamblea ha estado inactiva desde 2016. Después de que la oposición ganó la mayoría en la cámara el año anterior, Maduro la neutralizó, reemplazándola por un seudo parlamento que obedece sus órdenes.

Pero Guaidó ha usado hábilmente su posición como un recién llegado con aparentemente pocos enemigos para suspender las disputas internas dentro de la oposición y revitalizar las esperanzas de todos aquellos que quieren ver el fin del gobierno de Maduro. Su aparición se produce en un momento en que los vecinos de Venezuela, incluido Estados Unidos, buscan urgentemente una solución a la crisis del país. La incompetencia de Maduro ha empobrecido a los venezolanos, obligando a alrededor de una décima parte de la población a emigrar. El año pasado, celebró elecciones fraudulentas y se otorgó un período adicional de seis años, que comenzó el 10 de enero. La constitución venezolana dice que, si el puesto del presidente está vacante, como afirma la oposición, el jefe de la Asamblea Nacional debería asumir el cargo.

De una familia de clase media en el estado costero de Vargas, Guaidó, un ex estudiante de ingeniería, no tiene ninguno de los aires elitistas de la generación mayor de líderes de la oposición. Él y su familia perdieron su hogar en un desastre catastrófico en 1999, que mató a decenas de miles de personas. Esa experiencia, y el mal manejo de las consecuencias por parte del gobierno de Hugo Chávez, el mentor de Maduro, lo llevaron a la política. Se unió a Voluntad Popular cuando fue fundado en 2009 por Leopoldo López (quien sigue siendo el líder del partido, pero está bajo arresto domiciliario). Se ha centrado en rastrear los miles de millones de bolívares robados bajo las administraciones de Maduro y Chávez.

Guaidó se negó repetidamente a declararse presidente, diciendo que necesitaba el apoyo tanto de la gente como de las fuerzas armadas. Las crecientes protestas son evidencia de que cuenta con el respaldo de la gran mayoría de los venezolanos, incluso de los barrios pobres de Caracas, donde el hambre y la ira han vencido el temor del régimen. Pero Guaidó todavía no puede afirmar que cuenta con el apoyo del ejército. Hubo pequeñas revueltas militares, recientemente el 21 de enero, cuando 27 guardias nacionales robaron armas y se declararon en rebelión antes de ser arrestados. Los líderes militares, que controlan áreas clave de la economía, desde el petróleo hasta la minería y la distribución de alimentos, permanecen leales a Maduro.

Guaidó está ofreciendo amnistías a quienes desertan. Sin embargo, hasta que eso suceda, Venezuela tendrá dos presidentes: uno con la legitimidad y el otro con las armas. Lampadia




Justicia de papel

La reforma integral del sistema de justicia del país es una tarea histórica pendiente.

Publicado por Gestión
17 de julio de 2018
Adrián Simons Pino
Abogado procesalista y profesor universitario
Glosado por Lampadia

Cada vez que ocurre un escándalo como el que ahora ocupa la atención de todos los medios, nos acordamos de una tarea histórica pendiente: la reforma integral del sistema de justicia. ¿Será más de lo mismo? ¿Seguiremos siendo víctimas de los mismos discursos prometiendo reformas? ¿Veremos las mismas fintas disfrazadas de reformas parciales mediocres? ¿Para que todo siga igual, hasta que surja un nuevo escándalo? Como todavía hay quienes no perdemos la esperanza de que nuestros gobernantes asuman por primera vez, con valentía y responsabilidad, la difícil tarea de hacer una reforma en serio, haré un breve diagnóstico de la situación y algunas propuestas radicales para intentar cambiar las cosas.

1. Nombramiento de jueces y fiscales. De acuerdo con nuestra Constitución, el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) tiene esa función. Ese sistema ha fracasado. También como sociedad hemos fracasado. Lo más grave es que los miembros del CNM que han sido cuestionados, su designación fue responsabilidad del sector privado: colegios profesionales, universidades privadas y Colegio de Abogados de Lima. Hemos sido incapaces de nombrar personas con trayectoria académica e intachable hoja de vida. Ha llegado la hora de hacer algo diferente: reformemos urgentemente la Constitución para fundar un nuevo sistema de elección de jueces y fiscales y de control de los mismos. ¿Qué propongo? Crear una Escuela Judicial encargada de seleccionar a los futuros magistrados. Pero para evitar que la ignorancia organizada se infiltre nuevamente, es preciso crear un blindaje académico. Para que eso funcione lo ideal es recurrir a la cooperación internacional, de modo tal que el nombramiento sea fruto de los méritos académicos y no de favores gestionados bajo la mesa. Ser juez debe ser un honor y no la última alternativa. Los jueces deciden si una norma es constitucional, deciden sobre nuestra propiedad, sobre nuestra libertad. No puede estar esa función en manos de cualquier persona. Un juez debe ser alguien especial. La carrera judicial no debe ser vista como la última opción a falta de trabajo.

2. Nuevo sistema de control. Es una realidad histórica que los órganos de control, sean del Poder Judicial o de la Fiscalía, no hayan funcionado. Se requiere crear un órgano constitucional autónomo ajeno a los jueces y fiscales, que tenga a su cargo la fiscalización, investigación y sanción. Tal órgano podría denominarse Contraloría de la Magistratura, el cual estaría a cargo de personas de diversas especialidades y ajenas por completo a la labor de juzgar.

3. Nueva Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ). Tenemos una LOPJ que va a cumplir 30 años y, como veremos, está absolutamente desfasada con nuestra realidad. Necesitamos urgente una nueva LOPJ que contenga una estructura funcional del sistema judicial. Por ejemplo, que la gerencia del mismo esté a cargo de una organización altamente especializada. Los jueces no deben perder su tiempo en administrar el funcionamiento del sistema. Los jueces deben dedicarse por entero a la labor que les hemos encomendado: resolver los casos de manera eficiente y rápida.

4. Nueva Corte Suprema. La vieja y vetusta LOPJ determina la cantidad de jueces supremos en un número de 20, de los cuales solo 15 tienen la labor de juzgar a través de tres salas supremas (civil, penal y constitucional). Sin embargo, la realidad ha sobrepasado cualquier límite. ¡Nuestra Corte Suprema ha colapsado!

A diciembre del 2017 nuestra actual Corte Suprema tiene más de 60,000 casos. Quien lea esto diría: ¡esto es humanamente imposible! Que 15 hombres soporten tamaña cantidad de procesos para resolver. Bueno, como en el Perú lo provisorio se convierte en eterno, se decidió hacer clones de las salas supremas y crear salas transitorias. Hoy tenemos nueve salas supremas que hacen un total de 45 jueces supremos. Y, ¿quiénes integran las salas clones?, ¿si solo tenemos 15 jueces titulares? Pues, se convoca a jueces superiores o de segundo grado, para que durante un tiempo indeterminado ejerzan el cargo de jueces supremos provisionales. Esta es una situación inédita en la región. Ningún país con una justicia medianamente decente tiene una Corte Suprema que funcione de esta manera.

Bajo esta triste realidad, es imposible tener una Corte Suprema que cumpla con su rol esencial: crear derecho, generar confianza y predictibilidad en sus decisiones. Debemos afrontar el problema no solo con reformas constitucionales y legislativas; también debemos diseñar un nuevo perfil de juez para nuestro país.

Si no reaccionamos ahora, lo que he descrito será peor, y nuestros jueces supremos seguirán haciendo lo que hacen hasta hoy: luchar contra el reloj de la historia y perder en el intento. Lampadia




La economía global mejora y nos trae oportunidades

La economía global mejora y nos trae oportunidades

La economía mundial está disfrutando de una “recuperación sincronizada” según Martin Wolf, del Financial Times. El resultado de la economía mundial en 2017 fue significativamente mejor que el año anterior. Según las previsiones del Banco Mundial, es probable que el crecimiento económico mundial alcance el 3.6 % en 2017, ya que las economías de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón mostraron claros signos de mejora en el tercer trimestre con una tasa de crecimiento del 2.5 %, 2 % y casi 2 %, respectivamente.

Impulsado por la recuperación económica de los países desarrollados, el comercio y la inversión mundial han entrado en una nueva fase y la Organización Mundial del Comercio espera que la tasa de crecimiento del comercio mundial alcance el 3.2 % en 2017.

Pero aun cuando la economía mundial muestra todos los signos de una recuperación, la antiglobalización y el proteccionismo comercial siguen siendo las dos principales amenazas que causan gran preocupación y tienen el potencial de dañar el desarrollo de la economía y el comercio mundiales.

Por otro lado, una visión un poco optimista de Wolf afirma que: “Uno podría tener esperanzas de que, a medida que la economía mundial se recupere y que el optimismo acerca del futuro se arraigue, la destemplanza de la política en tantos países comience a sanar. Esto también podría comenzar a restablecer la confianza en las élites políticas y económicas. Eso podría hacer que la política fuera menos belicosa y más consensuada. También podría alejar el debate de los extremos más salvajes del populismo.”

El mayor crecimiento económico global es, sin embargo, una oportunidad para los países emergentes y en desarrollo, que actualmente están sufriendo por una desaceleración en la tasa potencial de crecimiento, principalmente debido a un debilitamiento en el crecimiento de la productividad.

Ya hemos comentado (En busca del tiempo perdido – ¡Ahora!) la tragedia que significa para el Perú, estar perdiendo estos años tan propicios para afirmar un desarrollo integral y sostenible. El siguiente artículo de Wolf debe ayudarnos a rteaccionar. No podemos seguir en esta suerte de inercia mazamorrera. Lampadia

Aunque la política no ayuda, la economía mundial mejora

Aun así continúa siendo vulnerable a las crisis financieras, a los choques inflacionarios y a la guerra

Martin Wolf
Financial Times
9 de enero, 2018
Traducido y glosado por
Lampadia

Con el inicio de 2018, el mundo presenta un contraste entre su deprimente política y la mejora de la economía. ¿Es probable que esta divergencia se mantenga indefinidamente? ¿O es probable que la una abrume a la otra? Y, de ser así, ¿la mala política arruinará la economía o una buena economía curará la mala política?

Podemos identificar varias amenazas al orden político global cooperativo. La presidencia de Donald Trump, un nacionalista belicoso con limitado compromiso con las normas de la democracia liberal, pone en peligro la coherencia de Occidente. El autoritarismo está resurgiendo y la confianza en las instituciones democráticas disminuye en casi todas partes. Mientras tanto, gestionar un mundo interdependiente exige la cooperación entre los países poderosos, en particular EEUU y China. Lo peor de todo es que los riesgos de un conflicto abierto entre estas dos superpotencias son reales.

Y, sin embargo, la economía mundial hierve, al menos comparado con los estándares de la última década. Según las previsiones de consenso, el optimismo sobre las perspectivas de crecimiento de este año ha mejorado sustancialmente para EE.UU., para la eurozona, para Japón y para Rusia. El consenso también pronostica un crecimiento global, de 3,2% el próximo año (a precios de mercado), levemente por encima de la elevada tasas de 2017.

El economista Gavyn Davies es aún más optimista. Según su opinión, el consenso todavía está rezagado en relación con los números trimestrales excepcionalmente sólidos identificados en los nowcasts (pronósticos a corto plazo). Él anticipa revisiones al alza de los pronósticos. E incluso argumenta que la actividad mundial actualmente está creciendo a una tasa anualizada de alrededor del 5% (medida a paridad del poder adquisitivo, lo cual eleva las tasas del crecimiento mundial en cerca de medio punto porcentual por encima de la expansión a precios de mercado).

Esto también representaría más de un punto porcentual por encima del crecimiento tendencial. En vista de ello, esta tasa es insostenible. Una respuesta optimista podría ser que los pronosticadores subestimaron la tendencia. Más importante aún, la inversión está desempeñando un destacado papel en la generación de una demanda más fuerte, particularmente en la eurozona. A su vez, una demanda más fuerte impulsa una mayor inversión. En la segunda mitad de 2017, señala el Davies, la inversión en EE.UU., en la eurozona y en Japón aumentó a tasas reales anualizadas trimestrales de entre 8% y 10%, un resultado mucho mejor a lo observado desde 2010. Definitivamente es concebible un círculo virtuoso de crecimiento rápido que impulse un crecimiento potencial más rápido.

Si esta tasa de crecimiento resulta insostenible, la pregunta es si llegará a su fin sin problemas o con contratiempos. Los riesgos de los contratiempos son importantes, dados los elevados niveles de deuda y los altos precios de los activos, especialmente el de las acciones estadounidenses.

Mientras tanto, felizmente, la inflación continúa siendo moderada, y las tasas de interés reales y nominales bajas. Por el momento, estas últimas condiciones hacen que la deuda sea más soportable y que los elevados precios de los activos sean más razonables. Sin embargo, la interrupción podría fácilmente llegar, quizá por una inflación más elevada o por dudas acerca de la solvencia de los grandes deudores. También podría surgir del colapso de los precios de los activos sobrevalorados o de la agitación en los sobrecargados mercados de deuda. Si las economías comenzaran a desacelerarse sustancialmente, el margen para maniobrar en asuntos de política monetaria o fiscal de los países de altos ingresos parecería pequeño.

Sin embargo, tal como lo argumenté hace un año, estas disrupciones económicas tan grandes son eventos raros. Sorprendentemente, la economía mundial ha crecido cada año desde principios de la década de 1950. Además, se ha expandido por menos del 2% (medido a paridad del poder adquisitivo) durante sólo cinco años desde entonces: 1975, 1981, 1982, 1991 y 2009.

¿Qué ha creado desaceleraciones agudas (y generalmente inesperadas)? La respuesta es: las crisis financieras, los shocks inflacionarios y las guerras. La guerra es el mayor riesgo político para la economía. A principios del siglo XX, pocos europeos se imaginaban la devastación económica y social que les esperaba en el futuro. Una guerra nuclear podría ser dos órdenes de magnitud más destructiva.

Las guerras entre los productores de petróleo también han sido extremadamente disruptivas: consideremos las dos crisis petroleras de la década de 1970. Una guerra entre Irán y Arabia Saudita podría ser realmente devastadora. La política, y por lo tanto las políticas, también desempeñan un papel dominante en la generación de inflación y de los consiguientes shocks de desinflación. La política también impulsa el proteccionismo y la liberalización financiera irresponsable. En general, los riesgos de las políticas disruptivas podrían ser mayores actualmente de lo que han sido en décadas.

La política también moldea las políticas a más largo plazo que determinan el desempeño de las economías. Sabemos que las políticas a menudo están lejos de ser todo lo favorables al crecimiento compartido y sostenible que podrían serlo. Ni la idea de la derecha de que lo único necesario es reducir los impuestos y las regulaciones, ni la opinión de la izquierda de que un Estado más intervencionista resolvería todo tiene sentido. Reavivar el dinamismo representa un desafío.

Sin embargo, también es posible tener una perspectiva más optimista. La mala política de hoy en día es el resultado, en gran parte, de la mala economía del pasado, particularmente del malestar de la poscrisis en los países de altos ingresos y del impacto del colapso subsiguiente del precio de las materias primas en numerosos países emergentes y en desarrollo. Uno podría tener esperanzas de que, a medida que la economía mundial se recupere y que el optimismo acerca del futuro se arraigue, la destemplanza de la política en tantos países comience a sanar. Esto también podría comenzar a restablecer la confianza en las élites políticas y económicas. Eso podría hacer que la política fuera menos belicosa y más consensuada. También podría alejar el debate de los extremos más salvajes del populismo.

Por algún tiempo, entonces, la economía y la política pueden ir por caminos separados. Sin embargo, a largo plazo las preguntas deben ser si la economía fracasará por sí sola, si la política terminará arruinando a la economía o, si la economía curará a la política. Esperemos que la respuesta sea la última. Ésa es una opción por la que vale la pena luchar. Lampadia




Malala, Premio Nobel de la Paz: Un regalo

Malala, Premio Nobel de la Paz: Un regalo

Objetivamente hablando, a diferencia de tantas otras épocas de la historia, el mundo carece de líderes que tengan un impacto global, especialmente entre las nuevas generaciones, que se refugian en sus propias capacidades individuales y vienen perdiendo la confianza en líderes, instituciones y el futuro. Ya no tenemos con nosotros a un Winston Churchill, Nelson Mandela, Lady Di o a Juan Pablo II, la Madre Teresa de Calcuta y Margaret Thatcher.

En los últimos años, líderes mundiales como Barak Obama, que despertó grandes ilusiones hace solo cinco años, han defeccionado más rápido de lo que ascendieron. La revista Time ha nombrado a Vladimir Putin como el Hombre del año 2014, formado en la KGB, un nacionalista extremo que pretende rehacer el imperio ruso. El dicho popular señala “que si no hay pan, buenas son tortas”, pero cuidado con los líderes del “lado oscuro de la fuerza”. (Ver en Lampadia: La caída de nuestros líderes es una tragedia).

Esta situación viene creando una creciente desconfianza en la política y sus representantes, y un rechazo a las entidades públicas y financieras. Por ejemplo, según el banco UBS, el 52% de los jóvenes norteamericanos de 21 a 36 años mantienen sus ahorros fuera del sistema financiero, a diferencia de los mayores que lo hacen en 23% (una desintermediación financiera inimaginable). (Ver en L: Generación Y: ¿Aliado o Enemigo?)

Sin embargo, están surgiendo unos rayos de esperanza: Malala Yousafzai, una joven luchadora por la educación de las niñas en Pakistán, que acaba de recibir el Premio Nobel de la Paz; María Corina Machado, la valiente opositora de la dictadura venezolana y defensora de la democracia latinoamericana y Aung San Suu Kyi, la activista birmana que en 1991 obtuvo el Premio Nobel de la Paz, pero la Junta Militar de su país no la dejó salir al exterior hasta el 2012 en que recién pudo recibirlo. También hay algunos nuevos líderes entre los hombres, como el Papa Francisco, Joshua Wong, de 18 años, que desafió a China en Hong Kong y, Jack Ma, fundador de Alibaba, el gigante retailer de internet chino. 

 “Yo soy Malala”, una semblanza

Malala Yousafzai nació el 12 de julio del 1997 en el valle de Swat, Pakistán. Se sumergió en el activismo desde muy joven influenciada por su padre, también un defensor del derecho a la educación. A sus 11 años se hizo conocida: mientras acompañaba a su padre en una conferencia de prensa en Peshawar, denunció a los talibanes por la destrucción de escuelas.

Bajo el régimen talibán, ella siguió este caminoutilizando el seudónimo de Gul Makai en un blog publicado por la BBC. Cuando su identidad se dio a conocer a los pocos meses, continuó su lucha a pesar de las amenazas de muerte que recibió. En diciembre de 2011, fue galardonada con el Premio Nacional de la Juventud de la Paz, otorgado por el Primer Ministro de Pakistán.

Lamentablemente el 9 de octubre del 2012, con solo 15 años, Malala fue víctima de un atentado  talibán. Camino a la escuela, unos enmascarados detuvieron el autobús escolar y le  dispararon un tiro en la cabeza. Milagrosamente, tras cuatro meses en el hospital, se  recuperó completamente. Desde entonces, ella y su familia tienen que vivir en Birmingham, Inglaterra.

La niña se convirtió en una heroína, en el ícono de la lucha por el derecho a la educación. Desde el 2011 ha recibido numerosas distinciones:el Premio Internacional de los Niños por la Paz, el Premio Simone de Beauvoir por la Libertad de las Mujeres, el Premio de Anna Politkovskaya por “Llegar a Todas las Mujeres en la Guerra”y el Premio Sajarov del Parlamento Europeo.

En diciembre del 2012, la Unesco y Pakistán crearon el Fondo Malala, para apoyar a la educación de las niñas, con un aporte de diez millones de dólares. En abril del mismo año, la revista Time la incluyó en su lista de las cien personas más influyentes del mundo.

En julio del 2013, en su cumpleaños número 16, dio un discurso para la ONU, un llamado de atención a la “educación para todos los niños.” “Nuestros libros y bolígrafos son nuestras armas más poderosas. Un maestro, un libro, una pluma pueden cambiar el mundo”, afirmó Malala.

El pasado 10 de octubre (2014), Malala y Kailash Satyarthi (activista indio por los derechos de los niños), recibieron el Premio Nobel de la Paz “por su lucha contra la opresión de los niños y jóvenes y para el derecho de todos los niños a la educación”. Malala ahora aspira a una carrera política para “cambiar el futuro” de Pakistán. “Yo voy a ser un político más adelante. Quiero cambiar el futuro de mi país y hacer obligatoria la educación”.

La importancia de Malala para el mundo

Malala ha demostrado que no se necesitan armas, ni poder político, ni fortaleza física, ni alzar la voz, para ejercer un liderazgo comprometido que altere las fuerzas gravitatorias que dañan el desarrollo armonioso e inclusivo de los seres humanos. Sin conocer el mundo llenó el vacío de liderazgo e inspiró la necesidad de una mejor gobernanza global.

Nos ha recordado que existen graves injusticias ocurriendo más allá de nuestras narices y que existe un mundo diferente en el que los derechos básicos son un lujo y en el que se vive bajo opresión. Ha iniciado un diálogo sobre la educación de los niños en todo el mundo. Actualmente hay 57 millones de niños que no tienen acceso a la educación. Vuk Jeremic, presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, declaró en respuesta al conmovedor discurso de Malala: “Hoy estamos unidos con los jóvenes de casi un centenar de países para tratar de asegurar que ningún niño sea excluido de asistir a la escuela. Estamos convencidos de que factores como geografía, género, discapacidad, idioma, riqueza y origen étnico, no deben ser vistos como impedimentos para este logro”.

El mundo necesita más Malalas. Necesitamos nuevos líderes. Estemos muy atentos para descubrirlos y apoyarlos, pues en su mayoría, nacen de la adversidad y de las carencias. Lampadia