1

Gloria Álvarez: Deshagámonos del populismo

Gloria Álvarez: Deshagámonos del populismo

Extraordinaria presentación de una joven guatemalteca sobre la necesidad de deshacernos del populismo en la región.

Intervención de Gloria Álvarez (Movimiento Cívico Nacional) en el 1er Parlamento Iberoamericano de la Juventud. Organizado por Red Iberoamérica LIDER que se llevó a cabo entre el 17 y 19 de setiembre del 2014 en Zaragoza, España.

Transcripción:

Muchísimas gracias a todo el comité organizador, a todas las instituciones de Zaragoza que nos han recibido aquí.

Queridos amigos y compañeros latinoamericanos creo que los retos que se nos viene en este Primer Parlamento Iberoamericano son bastante grandes y la propuesta que yo quiero hacer, específicamente, retomando la cátedra que nos acaba de dar el doctor Florentino es que desmantelemos el populismo a través de la tecnología, y les voy a explicar por qué.

Ya el debate de izquierdas y derechos, de hecho, es más utilizado por los populistas que por las personas que estamos tratando de rescatar las instituciones. El populismo platicando con las personas que hemos platicado y compartiendo lo que hemos compartido a lo primero que se encarga es a desmantelar instituciones poco a poco, a reescribir constituciones para poderlas acomodar a los antojos de los diferentes lideres corruptos que tenemos en Latinoamérica.

El populismo  sin embargo, no ha llegado ahí por pura causalidad. Y también es parte nuestra no sólo denunciar las atrocidades que el populismo comete contra nuestras instituciones, sino también reconocer el pésimo trabajo de los sistemas gubernamentales que precedieron y que llevaron a la absoluta crisis a las personas y a las poblaciones que en desesperación recurrieron a estos líderes. A veces por vías democráticas y que por lo mismo justifican su permanencia en el poder.

Por eso mismo, creo  que la batalla más entre izquierdas y derechas, las personas que estamos en contra del populismo, debemos de hablar de populismo versus república, porque es la república la que realmente garantiza la institucionalidad del Estado.

Desde los tiempos ancestrales de los griegos, filósofos como Sócrates y Aristóteles, vieron los defectos de la democracia y, ¿por qué los vieron? Porque hay tres derechos fundamentales e inalienables a cada uno de nosotros, nuestra vida a través de la cual podemos ejercer nuestros proyectos, nuestra libertad, a través de la cual  nos podemos expresar, podemos comerciar, podemos trabajar, podemos movilizarnos, acogernos a la creencia que sea de nuestra preferencia y poder expresar así también nuestros sistemas políticos y lo que buscamos de un gobierno y por último nuestra propiedad privada y nuestra propiedad empieza por nuestro cuerpo, por nuestra integridad, nuestra propiedad es el cumulo de todas las cosas, desde el día que nacemos hasta el día que morimos que nosotros podemos lograr.

Estos tres derechos, sin embargo, pueden existir en cada uno de nosotros sin impedir esos derechos en alguien más. Ahora qué pasa con otros derechos, como por ejemplo, derecho a la salud, a la educación, a la vestimenta y a una serie de derechos que han sido exigidos por poblaciones en cada uno de nuestros países y que no han sido atendidos.

El problema con esos derechos y que los griegos lo reconocieron desde ese entonces es que necesitan una renuncia previa del derecho de propiedad de alguien más para poder ser otorgado y ahí es donde nuestros gobiernos han fallado, porque si bien hablamos de que todas las poblaciones tienen derecho a estas cosas nunca queda estipulado quién debe renunciar a ciertos derechos para otorgar esos otros y de ese malestar es que nuestras poblaciones han decidido recurrir a los regímenes totalitarios y populistas que hoy vemos.

Independientemente de nuestra ideología política seamos liberales o seamos socialdemócratas debemos recordar que eso es un debate que la región debe tomar. Si vamos a hablar de derechos de dónde los vamos a sacar y con qué recursos se van a pagar porque si eso no queda establecido nuestras poblaciones van a seguir interminablemente viendo en estos líderes la respuesta y la solución.

Me gustaría retomar lo que dijo el señor Florentino a cerca de su definición de populismo. Cuando él dijo que es el atajo por el cual jugamos con las pasiones, ilusiones e ideales de la gente para prometer lo que es imposible, aprovechándose de la miseria de la gente dejando fuera absolutamente toda la razón y la lógica en la toma de decisiones. Juega con la necesidad para sencillamente imponer una dictadura. Juega con la necesidad de nuestros pueblos y eso fue  algo que los griegos previeron desde que dijeron hay tres tipos de gobierno, o te gobierna uno que se llama monarquía y se puede generar en dictadura, o te gobierna un grupo que se llama aristocracia y se degenera en una oligarquía, y eso lo conocemos nosotros en Latinoamérica porque nuestras aristocracias y nuestras élites se degeneraron en oligarquías, o  tienes una democracia donde todos gobiernan que se genera en una demagogia que es también algo que nosotros conocemos.

Cuando los griegos vieron estas tres formas de gobierno se dieron cuenta que la República era la respuesta porque la República daba estas tres institucionalidades, el monarca en la forma del presidente, la aristocracia en la forma de un parlamento, y la democracia como el vehículo y la vía de la comunicación. Es por eso que la república anula los vicios de una de las tres formas de gobierno para agrupar los tres y formar la institucionalidad  que el populismo hoy está destruyendo.

Por eso el llamado que yo quiero proponerles es que desmantelemos el populismo a través de la tecnología y, ¿por qué a través de la tecnología? Porque hoy mismo hablamos que los cambios que están surgiendo en nuestros países y que están surgiendo con la tecnología no van acompañados de la educación necesaria. Y qué pasa si yo empiezo a recibir nuevos insumos, nuevas formas tecnológicas de comunicarme con el mundo, pero al mismo tiempo no me educo, no tengo prioridades claras.

Y por eso en nuestros parlamentos ya no se intercambian ideas, ya la razón y la lógica han perdido la importancia que deberían de tener, ya no hay un respeto por el argumento, por dejar afuera las falacias, y nuestros lideres populistas anulan toda la razón y toda la lógica de su argumento levantando pasiones.

Nosotros también tenemos que levantar una pasión, una pasión por la educación, una pasión por el intercambio de ideas, una pasión por el conocimiento, por querer ser personas e individuos empoderados, porque la otra cosa que hace el populismo es que le anula la dignidad a las personas, hace sentir a las personas que esa persona no es capaz, ni digna de gobernar su propia vida, y que necesita de un líder que le maneje absolutamente todo para poder salir adelante.

La definición de Florentino también va acotada a algo que en el movimiento nosotros decimos: el populismo ama tanto a los pobres que los multiplica, porque lo que busca es esa multiplicación de miseria para seguir recibiendo voto a través de cualquier objeto material que en ese momento la gente necesita.

¿Cuál es el reto? Cómo hacemos que una población cuya Pirámide de Maslow está en lo más bajo, vea en la república la respuesta institucional que necesitan las futuras generaciones para seguir con esos ciclos de pobreza. La admiración que hay en países como el mío por el régimen cubano, por el régimen venezolano es absurda. Esa admiración no va guiada por esa razón y ese conocimiento. Muy pocos son los guatemaltecos, por ejemplo, que de repente, reconocen que en cuba un ingeniero civil prefiere trabajar de taxista. Muy pocos son los guatemaltecos, los centroamericanos y los latinoamericanos en general, que ven, en el régimen chavista, las atrocidades y las violaciones a los derechos que se están cometiendo porque todo lo que pueden ver es: “allá hay educación gratis, allá hay salud gratis”. Nada es gratis. Todo viene pagado de algo y, cuando no hay institucionalidad, es cuando empieza la corrupción y cuando empieza entonces, todo un sistema que va degenerando esas virtudes.

En el caso de Guatemala tenemos elecciones el próximo año, y desgraciadamente las tres personas que probablemente van a llegar a la presidencia, los tres candidatos que mejor se perfilan, van por la vía populista. Sean de izquierda o sean de derecha, porque otra cosa que tenemos que reconocer es que el populismo se ha impregnado en todas las ideologías.

El mecanismo que los populistas usan es seguir con ese discurso: tú estás mal porque alguien está bien. Y nosotros lo que tenemos que rescatar es que todos podemos estar bien, que el hecho de que una persona acumule riqueza no le impida a otra acumularla. Pero para eso se necesita instituciones, se necesita seguridad jurídica, se necesita un estado de derecho y, sobre todo, rescatar en nuestros parlamentos el respeto y la admiración por el debate de ideas con argumentos razón y lógica.

Pero una población que no tiene educación no va a exigir de sus políticos un debate con lógica y con razón y con argumentos y se va a manipular fácilmente a través de las pasiones. Las herramientas que nos proporciona la era del conocimiento son la clave. Utilizar las redes sociales, la tecnología y la facilidad de comunicación que tenemos con tan solo un clic entre todo nuestro continente, donde compartimos idioma, compartimos cultura, compartamos ahora un intercambio de ideas para llevar y empezar a exponer y desmantelar el populismo como lo que es una postergación de la pobreza, de la ignorancia y de mantener a los pueblos sometidos bajo la ilusión de que solo los bienes materiales son lo que importan a la hora de votar.

Es por eso que amigos que yo les propongo  que el día de mañana cuando firmemos  la declaración de Zaragoza, todos como líderes latinoamericanos que somos, nos comprometamos a desmantelar el populismo utilizando la tecnología y usando como herramienta la república, que es el único sistema que realmente rescata a las instituciones, basados en la razón, en la lógica y en los argumentos y el intercambio de ideas. Muchas gracias.