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El rol ciudadano en el éxito (o fracaso) de la gestión pública

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 2 de marzo de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

La epidemia de Dengue ha sido controlada en Ica. En lo que va del presente año tenemos 2 casos. El verano pasado tuvimos más de 1,500 y este año esperábamos muchos más. ¿Qué pasó? ¿Qué permitió controlar una epidemia que – de no haber sido por la decisiva intervención de la ciudadanía – habría afectado a decenas de miles de personas?

Se acabaron las colas alrededor de nuestros hospitales. Antes la gente tenía que pernoctar en las calles para aspirar a ser atendidos. ¿Qué pasó? ¿Cómo así – de buenas a primeras – desapareció el maltrato y la crueldad en salud?

Los tramitadores de licencias de conducir han desaparecido de los alrededores de la Dirección Regional de Transportes. ¿Qué pasó? Aparte del liderazgo y orden impuesto por la Directora Rossana Vera ¿qué rol jugó la ciudadanía para que la mafia de transportes desaparezca?

El Coro SINFÓNICA es un éxito total. Cerca de 700 angelitos cantan y encantan a todos los que asisten a sus conciertos. Ya sea en auditorios cerrados o al aire libre, la música coral vuela por los aires y se posa suavemente en el alma del público. ¿Qué pasó? ¿Qué función cumplen los padres de familia en la educación artística de sus hijos? 

Nuestros proyectos de Siembra y Cosecha de Agua son también un éxito total. Los viveros de pinitos, los reservorios que cosechan el agua de lluvias en lo alto de la cordillera, las tilapias, los bosques cuyos follajes se distinguen desde lejos… ¡todo es una maravilla! ¿Qué pasó? ¿Cómo intervinieron las comunidades campesinas en la realización de esa obra de arte majestuosa?

A lo que quiero llegar es que muchas responsabilidades del Gobierno Regional han tenido éxito gracias a la activa participación de la ciudadanía. Como que, sin el aporte de la gente, nuestra gestión de gobierno habría fracasado.

En el caso del Dengue, la campaña “Juntos Goleamos al Zancudo” no pudo ser mejor. La población escolar – más de 200 mil estudiantes – fueron instruidos en tareas tan sencillas como tapar los recipientes de agua de sus viviendas. Los deudos que asistían a los cementerios fueron instruidos para cambiar el agua de los floreros por arena mojada.

Después de sancionar a unos – pocos – médicos y servidores corruptos que maltrataban a los pacientes a más no poder, todo cambió. La atención hospitalaria mejoró notablemente, tanto en calidad como en calidez. Los pacientes y sus familiares fueron más puntuales en sus citas médicas y – con todo derecho – empezaron a exigir un mejor servicio.

Los conductores de vehículos que requerían licencias de conducir también entraron por el aro de la lucha anti corrupción. ¡Nada de coimas! ¡Nada de licencias sin exámenes de reglas de tránsito y de manejo! Excelente.

Los padres – y familiares – de los niños del Coro SINFÓNICA tienen tanto mérito como los maestros de música. Si no fuera por ellos, el coro habría fracasado. Están al lado de los niños en todo momento… en la escuela, en los conciertos, en los viajes. ¡Son maravillosos!

Los campesinos de la Sierra hicieron suyos nuestros proyectos de Siembra y Cosecha de Agua. El Director Regional de Agricultura – Ing. Néstor Mendoza – da la pauta, pero todo el trabajo lo hacen los campesinos. Sin ellos, jamás habríamos logrado construir tantos reservorios y – menos – plantado tantos bosques de pinos en la cordillera.

Siempre se habla de buenas o malas gestiones públicas. Sin embargo, de lo que no se habla – o en todo caso, se habla poco – es del rol de la ciudadanía en el éxito (o fracaso) de la gestión pública. 

A ese respecto, he llegado a la siguiente conclusión. El rol de la ciudadanía es clave para el éxito de la gestión pública. Y que cuando las cosas salen bien, el mérito se reparte así: 99% ciudadanía, 1% gestión pública. Lampadia