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Descifrando el Perú

Descifrando el Perú

EDITORIAL DE LAMPADIA

Todas las izquierdas y con mayor desparpajo el gobierno de Perú Libre, han construido sus narrativas sobre la base de desinformación, medias verdades y mentiras abiertas. Así es como se viene atacando a nuestra economía social de mercado que, si bien no tuvo tiempo de resolver todos nuestros problemas sociales, generó grandes mejoras para la mayor parte de los peruanos.

En junio pasado publicamos en Lampadia: La prosperidad sin precedentes del Perú, reproduciendo el trabajo de Iván Alonso e Ian Vásquez, del CATO INSTITUTE, que en 38 gráficos:

“Demuestran una notable mejoría del bienestar en amplios sectores de la población. La prosperidad ha aumentado, la desigualdad ha caído y los pobres han visto elevar su nivel de vida. Y, a diferencia de otros episodios de crecimiento en la historia del Perú, el progreso no ha estado limitado geográficamente; más bien, el sector rural, tanto como el sector urbano, se ha beneficiado, como lo ha hecho la mayor parte del interior del país, además de Lima y las ciudades de la costa”.

Esta información contradice factualmente todas las narrativas anti sistema difundidas en el Perú durante los últimos 10 años, con las que se pretende instalar nuevamente la ideología de las izquierdas retrógradas que ya fracasaron en el Perú y el resto del mundo.

Los peruanos que defendemos la democracia y la economía de mercado, necesitamos información veraz sobre nuestra realidad. Con este propósito estamos llevando el artículo citado a infografías. Hoy presentamos la primera:

Sugerimos apreciar y compartir el gráfico. Lampadia
 

 




Dios los cría y el diablo los junta

Dios los cría y el diablo los junta

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Todas las izquierdas peruanas acaban de perder una nueva oportunidad de dar un paso adelante y sumarse a los ejemplos de las izquierdas modernas de Europa, y de Nueva Zelanda, un país más parecido al Perú, del que debiera ser más fácil aprovechar lecciones de desarrollo.

Efectivamente, durante el reciente proceso electoral, todas las izquierdas, sin ninguna excepción, siguieron alejándose de la economía social de mercado, a la que califican peyorativamente de neoliberalismo.

Peor aún, durante la segunda vuelta se han sumado, sin vergüenza alguna, a la propuesta política más radical jamás planteada a los ciudadanos.

Con tal de acceder a una cuota de poder, han guardado sus idearios y han suscrito los del partido Perú Libre de Castillo-Cerrón, que no son otra cosa que un conjunto de ideas para establecer el comunismo en el país, amenazando con destruir nuestras instituciones y nuestra incipiente economía de mercado, basados en sembrar el odio entre los peruanos.

Las cúpulas de todos estos partidos, son incapaces de entender que no hay un solo país en la historia de la humanidad, que haya sido exitoso con el comunismo o el socialismo decimonónico.

No pueden entender la miseria en que viven los cubanos, esclavizados por un régimen corrupto y abusivo.

No pueden entender la tragedia de los venezolanos, que ahora viven en la miseria con 96% de pobreza y 79% de pobreza extrema.

En Venezuela ya no hay clase media, solo quedan los pobres (96%) y 4% de ricos, los jerarcas del chavismo, las cúpulas militares y los narcotraficantes.

No pueden entender la tragedia de Argentina, que hasta mediados del siglo XX lucían un nivel de vida que estaba entre los mejores del mundo, para venirse cuesta abajo durante 70 años, y convertirse en un país muy pobre con el socialismo peronista.

Estas cúpulas, que con sus ideas le dan la espalda a los pobres que dicen defender, quieren destruir nuestra economía social de mercado. No pueden entender el ejemplo de Alemania, que después de la segunda guerra mundial, absolutamente destruida, adoptó la economía social de mercado, para convertirse en una de las mayores potencias globales, con una calidad de vida extraordinaria para toda su población, como explicó Luis Nunes hace pocos días en un programa televisivo.

Inclusive, con este sistema político que las izquierdas peruanas desprecian, han sido capaces de rescatar de la pobreza y del socialismo, a toda la población de la fracasada República Democrática Alemana y emparejar la calidad de vida para todos los alemanes.

Para el Perú es muy costoso no tener una izquierda moderna. La mejor manera de reorientar una economía hacia políticas sensibles y sostenibles, es con la participación y liderazgo de izquierdas inteligentes, como la del laborismo de Nueva Zelanda, que desarrolló reformas de mercado y, en pocos años, llevó a ese bello país, a ser un ejemplo de bienestar general.

Los peruanos estamos hartos de perder todas nuestras oportunidades de desarrollo por la pobreza de nuestra clase política. Nada, excepto la torpeza de nuestros políticos, justifica que no seamos un país rico. Ya es hora que optemos por un camino sostenible al desarrollo integral.

Lamentablemente, la coyuntura de las múltiples crisis que nos afectan, la sanitaria, económica, social y política, nublan nuestra razón y confunden nuestros sentimientos. Nos hacen perder la sensación de futuro y dificultan que distingamos lo bueno de lo malo.

Por ello, los que tenemos la suerte de no haber perdido nuestros empleos, tenemos la obligación de comunicarnos con los demás ciudadanos y transmitirles información, esperanza y confianza en la capacidad de los peruanos para superar cualquier crisis, sin destruir las bases de nuestro desarrollo.

Rechacemos el socialismo y luchemos por una economía social de mercado que nos de mejores oportunidades a todos los peruanos. Lampadia




BOLIVIANO: Si no los une el amor, que los una el espanto

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

Bolivia y el Perú son dos países medianos de América Latina que ocupan el 8° y 6° lugar, respectivamente, en cuanto a superficie y el 8° y 4° lugar, en población.

Según los datos comparativos de ambos países (https://datosmacro.expansion.com/paises/comparar/peru/bolivia) existen diferencias sustanciales entre ambos países en indicadores de desempeño económico y social que podrían llevarnos a pensar que el Perú le lleva ventaja a Bolivia:

  • PBI PERU  6 veces el PBI Bolivia (190 MM Euros vs 34 MM Euros).
  • PBI per cápita PERU es el doble del boliviano (5,965 Euros versus 3,000 Euros)
  • DEUDA EXTERNA per cápita PERU similar al boliviano pese a que tenemos una deuda externa 3 veces más grande.
  • PERU EXPORTA 6 veces lo que exporta BOLIVIA (40 MM Euros vs 6 MM Euros)
  • En PERU el GASTO PUBLICO solo es el 21% de un PBI más grande. En BOLIVIA es el 38.60 % de un PBI MENOR. Producen menos y gastan más.
  • EL PERU ha avanzado y tiene 20.5% de pobres. BOLIVIA tiene 35.2%, según datos de CEPAL.
Existen por cierto algunos indicadores en los que el desempeño boliviano es mejor: desempleo y homicidios, sin embargo, la superioridad de las cifras del Perú es nítida.

Podemos decir entonces que se trata de dos países medianos, uno de los cuales ha tenido un mejor desempeño económico que el otro. Sin embargo, esta superioridad es relativa si nos comparamos con Brasil, México, Colombia o Argentina que tienen extensiones mayores a las nuestras o con Chile, Uruguay o Panamá, que, siendo países más pequeños, tienen un mejor desempeño que nuestros dos países.

¿Que puede explicar entonces la diferencia sustancial en el desempeño de estos dos países medianos de América Latina?

El Perú, desde 1993, optó por una economía social de mercado sin intervencionismos estatales, de deshizo de empresas públicas que en el quinquenio 85-89 le habían generado un déficit que, a valor presente representaría 3,500 millones de dólares (Lampadia Justicia en déficit), se abrió al mundo, atrajo inversión privada externa y nacional y movilizó al sector privado para empujar la economía. Este modelo, algunos de cuyos datos hemos reseñado en esta comparación, se mantiene ralentizado y mediatizado pero vigente.

En Bolivia, al mismo tiempo, entre 1993 y 1997, Gonzalo Sánchez de Lozada dio un paso similar y llevó a cabo unas reformas económicas y un ajuste estructural que le hubieran permitido avanzar sin contratiempos a una economía de libre mercado y abierta al mundo.

En el Perú, el modelo no cambio pese a los intentos denodados de la izquierda de torcerlo hacia un modelo boliviano.  En Bolivia, en cambio, el modelo sólo duró unos años y aunque Sánchez de Lozada volvió al poder el 2002, tuvo que renunciar sitiado por el autoritarismo callejero de Evo Morales que elaboró un explosivo cocktail social compuesto de cocaleros, campesinos, sindicatos, asesores cubanos y petro dólares enviados por su mentor Hugo Chávez. A causa de esto, Morales tomó el poder tiempo después y estatizó los recursos naturales, las  idroeléctricas, las pensiones y aunque no fue tan estúpido como Maduro de destruir la macroeconomía, ahuyentó la inversión privada y convirtió al Estado en nuevo protagonista de la economía boliviana.

La respuesta es muy sencilla. El mejor desempeño económico peruano tiene que ver con la funcionalidad de nuestro modelo económico y su carácter pro pobre (redujo en 30% pobreza), que las cifras confirman, pero que el relato izquierdista quiere desconocer. Ese mismo relato, azuzado desde La Habana y financiado desde Caracas, exporta la idea del milagro económico boliviano a pesar de que las cifras comparativas (que son las que importan) nos muestran un pobre desempeño del modelo boliviano. Lo grave es que ese modelo, pese a ser dispendioso en recurso públicos, no ha reducido la pobreza, sino que la ha incrementado. Todo un espanto.

¿Como se explica entonces que Evo Morales pueda ser reelecto este 20 de octubre, si ni las cifras, ni la voluntad ciudadana lo acompaña, ya que el 51.3% de la población le dijo no a la Reelección?

Aquí algunas razones:

  • La voluntad del pueblo solo sirve cuando es favorable al autócrata. Cuando le es esquiva buscan la ley, o su interpretación forzada como ocurrió en este caso a través de una cuestionable sentencia del Tribunal Constitucional Boliviano que habilita la cuarta postulación del autócrata boliviano.
  • Los relatos pueden construir realidades paralelas. Pueden convertir un desempeño económico pobre en un milagro, si sirve para mantener la “moral revolucionaria”. Además de los cuentistas que inventan relatos interesados, las sociedades (y Bolivia no es la excepción) requieren “clases medias” y “políticos funcionales” que no advierten el peligro y sea con su indiferencia o su egoísmo, permiten que las cosas sucedan. Finalmente, esto es posible porque hay mayorías que pierden la capacidad de tal y dejan que su voluntad sea desconocida.

Los BOLIVIANOS están más cerca que nunca de cambiar su destino. Pueden seguir creyendo en su relato y despertar algunas décadas después, tan medianos como hoy, cuando al autócrata le hayan salido barbas y algunos jóvenes ingenuos lo lleven estampado en el pecho en las calles de Bruselas o Madrid sin saber a que revolución o genocidio pertenecen.

También pueden despertar hoy y darse cuenta en bien despiertos, mirando el mundo de al Lado, en vigilia, que su relato no los ha hecho mejores y cambiar su destino.

Ojalá que (como dijo Borges), si no los une el amor, los una el espanto por una autocracia sin fin que quiere Evo Morales y sus aliados extranjeros y se unan para derrotarlo en las ánforas. Lampadia