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¿Cómo pueden negar nuestro desarrollo?

¿Cómo pueden negar nuestro desarrollo?

Según el INEI, en su publicación: Mapa de pobreza provincial y distrital del Perú, de setiembre 2015, Curgos, en el departamento de La Libertad, es el “distrito más pobre a nivel nacional”. En Lampadia, el siete de octubre pasado, conocedores de la dinámica social y económica del país, publicamos nuestro análisis del informe del INEI como: El crecimiento económico sigue siendo el protagonista en la reducción de la pobreza – El Mapa de la Riqueza del Perú.

Ahora, nos encontramos con el muy significativo artículo de Richard Webb titulado: Oh, Curgos querido (El Comercio, 19 de octubre, 2015), en el que describe cómo los estudiosos de Cuanto viajaron inmediatamente a Curgos, para medir su realidad. El reporte de los especialistas, comentado por Webb, es impresionante: el distrito más pobre del Perú tiene una dinámica social y económica que dificilmente podría llevarnos a calificarlo como el más pobre del país. Veamos el artículo: 

Presentación en PDF: Oh, Curgos querido

En nuestra publicación sobre el ‘Mapa de la Riqueza del Perú’, el INEI indicaba que el crecimiento acumulado del PBI entre el 2009 y 2013 fue de 29.4% y que la incidencia de pobreza cayó en 9.6% a nivel nacional, con 5.2% y 18.7%, a nivel urbano y rural, respectivamente. “Los resultados objetivos de la evolución socio-económica del Perú son muy alentadores y, nos hacen ver este mapa, más que uno referido a la pobreza, como uno indicativo de la riqueza”.

El informe del INEI permite confirmar que el crecimiento favoreció más a los segmentos pobres, creando un modelo que algunos especialistas han denominado anteriormente como “pro-pobre” y “pro-clase media”. La relación positiva entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza ya ha sido ampliamente documentada, sin embargo, en la prédica anti liberal y anti capitalista y, en muchos medios, se sigue cuestionando esta realidad.

Durante dicha década, el crecimiento sostenido, impulsado mayormente por la inversión privada, la apertura de mercados y la disciplina macroeconómica, logró reducir la pobreza en 43% y la pobreza extrema en 60%. (Ver en Lampadia: Al menos 80% de la reducción de la pobreza es por el crecimiento). El Mapa de Pobreza del INEI sustenta el argumento pro-inversión y pro-crecimiento.

Ya anteriormente, el estudioso Richard Webb, nos ha ilustrado sobre la realidad de inclusión en el Perú rural andino con su libro: ‘Conexión y despegue rural’, en el que nos muestra como se incrementó el ingreso de su población desde 1994. Ver el siguiente gráfico:

La verdad pues, como se demuestra una y otra vez, el Perú ha tenido un proceso de desarrollo pro-pobre y pro-clase media que ha llegado a la mayor parte de la población. Cuando se dice que en el país tuvimos crecimiento con reducción de pobreza y desigualdad, se está dando un testimonio extraordinario de inclusión.

Con tanta evidencia en el sentido de los avances sociales y económicos, solo queda concluir que los ‘negacionistas’, aquellos que niegan el progreso, aquellos que dicen que: “En nuestro país el crecimiento económico ha servido para poco (para pocos, para ser más específico)”, como el aprendiz de gurú, Carlos Meléndez en El Comercio. Estos, sufren de una ceguera profunda o de una mala intención que debemos denunciar y que, por supuesto, terminan siendo comparsa de nuestros políticos de la izquierda tradicional, que están en un juego de poder antes que en uno de desarrollo.

Como dijo Christine Lagarde en la reciente reunión del BM y del FMI en Lima: “hermanos, hay mucho por hacer” (parafraseando a Vallejo), pero de ahí a negar lo avanzado, como hizo el Humalismo para llegar al poder e interrumpir nuestro desarrollo, hay un paso con el que nadie debería coquetear. (Ver en Lampadia: Punto de inflexión).

Muchas veces, la conjugación de nuestro proceso de desarrollo se presenta como la expresión de un ‘Vaso medio vacío’, cuando, si somos serios, debemos presentarlo como ‘Un vaso medio lleno’. Lampadia