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Cuidado con volver a las cuarentenas generales

Cuidado con volver a las cuarentenas generales

Conforme la pandemia se desborda en casi todo Europa, varios gobiernos han empezado a retroceder en la liberalización de actividades, consintiendo el retorno de aforos máximos, restringiendo de plano algunos servicios y fortaleciendo las medidas de distanciamiento social.

Inclusive en algunos países ha vuelto a la discusión pública la idea del retorno a las cuarentenas generales por un corto período de tiempo para, según algunos expertos, “aplastar” de raíz este segundo brote que amenaza con ser peor que el primero.

Un breve artículo de The Economist que compartimos líneas abajo explora las implicancias sanitarias y económicas que tendría retomar una cuarentena general en Gran Bretaña, uno de los países más golpeados por esta segunda ola.

El análisis de The Economist pues va en línea de lo que venimos comentando en anteriores oportunidades sobre la imposibilidad al día de hoy de retomar estos bloqueos planos, algo que aplica tanto para países desarrollados como los europeos como para los que aún están en vías de desarrollo.

Retomar ello implica darle pie de nuevo a la falsa dicotomía de economía y salud la cual ha sido nefasta en donde se ha implementado y que en nuestro caso se extendió por casi 6 meses con terribles consecuencias económicas y sociales (ver Lampadia: La pandemia vulnera la clase media en América Latina). Además si bien una cuarentena general pudo haber estado justificada a inicios de la pandemia para ganar tiempo en lo que respectaba al desarrollo de pruebas y el fortalecimiento de la infraestructura hospitalaria, al día de hoy esto resulta hasta ingenuo en países más desarrollados porque además de que ya se avanzó en estos ámbitos, se conoce con mucha mayor profundidad al coronavirus, su forma de propagación y algunos tratamientos que ayudan a controlarlo en pacientes con mayor desarrollo de síntomas graves. Ello sin contar los sistemas de rastreo que se encuentran implementando estos países.

Nuestra idea más bien va en la línea de la estrategia sueca, que es la de desarrollar en la comunidad europea “la convivencia con el virus”, la cual incorpora todos los ámbitos de la vida, salud, economía y el plano mental, muy importante para personas de mayor edad que son una mayoría en los países europeos (ver Lampadia: La respuesta de Suecia al covid 19). No persistamos en medidas que son insostenibles para las sociedades. Esperemos que la advertencia de The Economist hacia Gran Bretaña también le sirva al Perú. Lampadia

Yendo al circuito completo
Gran Bretaña no debería recurrir a una nueva cuarentena nacional

Los costos superarían los beneficios

The Economist
17 de octubre, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

En cierto sentido, marca el regreso de la política como de costumbre; en otro, es un signo de una crisis que se avecina. El 13 de octubre, el opositor Partido Laborista británico se separó del gobierno y pidió un “cortacircuitos”, una parálisis nacional de dos o tres semanas para reducir la propagación del covid-19. Mientras Europa y EEUU luchan con un aumento en los casos, otros gobiernos también pueden verse presionados para hacer lo mismo. Sería un error. Los beneficios de una cuarentena nacional ya no justifican los costos. En esta etapa de la pandemia, los gobiernos deberían centrarse en las medidas locales.

El impulso de hacer algo es comprensible. Los nuevos casos diarios reportados en Gran Bretaña se encuentran en un promedio récord de siete días de más de 15,000 y se duplican cada dos semanas. Los líderes locales están enojados por las órdenes confusas de Whitehall. No es de extrañar que el Laborismo se haya aprovechado del desempeño vacilante de Boris Johnson.

Los partidarios de un bloqueo breve y agudo dicen que salvaría vidas, tal vez unas 7,000, según el modelo de los científicos que asesoran al gobierno. Al reducir la propagación del virus, el Servicio Nacional de Salud se salvaría del tipo de sobrecarga que causó tantas muertes en Italia a principios de año. Una vez que la epidemia se haya restablecido a un nivel más bajo, el sistema de rastreo podría hacer frente más rápidamente a la carga diaria de nuevos casos, ayudando a reducir la tasa de infecciones.

Un cierre nacional tiene sentido solo si un país está completamente abrumado y mal preparado, como al comienzo de la pandemia. Tampoco es cierto para Gran Bretaña hoy. Aunque el número registrado de casos en Gran Bretaña es más de tres veces su pico en abril, la comparación es engañosa. Para todas las fallas del sistema, el volumen diario de pruebas es más de 20 veces mayor que en ese entonces. Los casos leves que no se hubieran denunciado hace seis meses ahora se detectan. Esto ayuda a explicar por qué las muertes, alrededor de 450 la semana pasada, siguen siendo solo el 8% de lo que eran en abril. La tasa de letalidad aumentará porque va a la zaga de los casos entre tres y cuatro semanas. Pero mejores tratamientos también están salvando vidas. Al elegir actuar, las muertes son más importantes que los casos.

No está claro que un cortacircuitos nacional tenga beneficios duraderos. La enfermedad comenzaría a acelerarse nuevamente tan pronto como desapareciera. A medida que avanza el año, la gente pasará más tiempo en interiores, donde el virus se propaga fácilmente. La carga de la prueba recae en los defensores de un cortacircuitos para demostrar que las deficiencias bien documentadas del sistema de rastreo de Gran Bretaña podrían solucionarse mediante una reorganización de tres semanas o una carga de casos temporalmente menor. El cumplimiento también está en duda. Aunque las encuestas apoyan una acción dura, los británicos parecen hacer una excepción. Un artículo reciente encuentra que solo el 18% de los que deberían haberse aislado en el verano se apegaron estrictamente a las reglas. Si la gente las ignora, el cortacircuitos puede conservarse durante más de tres semanas, reduciendo aún más el cumplimiento.

También sería económicamente ruinoso. En abril, en el punto álgido del primer bloqueo, la producción británica fue una cuarta parte más baja que en febrero. El FMI sostiene que los bloqueos pueden valer la pena si crean una economía que pueda reabrirse por completo para los negocios. Pero nadie está sugiriendo que un cortocircuito podría suprimir el virus hasta ese punto. Y la compensación sería incluso menos valiosa si se tiene en cuenta el costo de la salud mental, el retraso en el tratamiento de otras enfermedades y los efectos en el empleo y la educación a largo plazo.

Para tener el covid-19 bajo control, Gran Bretaña debería enfocarse en medidas locales sostenibles: identificar grupos vulnerables, encontrar formas de protegerlos, identificar compensaciones, instigar pruebas locales y reclutar líderes para generar apoyo local. Un cortocircuito parece una solución científica a un problema fuera de control. La realidad sería un desastre costoso. Lampadia




Medidas de corto plazo para la reactivación económica

Medidas de corto plazo para la reactivación económica

Líneas abajo presentamos la propuesta desarrollada por IPAE con miras a rectivar la economía. Propuestas de este tipo toman especial relevancia ante la renuncia del gobierno a desarrollar una estrategia inteligente para controlar la pandemia y reactivar la economía.

Antes de la pandemia, el Perú tenía solidez macroeconómica y financiera marcada; sin embargo, también mostraba una desaceleración en su ritmo de crecimiento económico. Mantenía, además, problemas estructurales como la informalidad laboral y empresarial, la reducida base tributaria, la deficiente provisión de bienes y servicios públicos, y la alta vulnerabilidad de la clase media ante shocks adversos y, a pesar de una sostenida reducción de la pobreza y la pobreza extrema, alta desigualdad de ingresos y oportunidades.

A lo anterior se sumó una crisis económica por la pandemia y el distanciamiento social, que está lejos de terminar.

Se presentan 10 medidas de corto plazo para procurar que la recuperación de la economía sea lo más rápida y sostenible posible:

Ver la propuesta de IPAE:

https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/02991-ruta-ipae-reactivacion-economica.pdf




La hora de una estrategia conductual para formar hábitos

La hora de una estrategia conductual para formar hábitos

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Hoy se abren los conglomerados y centros comerciales y en 9 días más se levanta la cuarentena. Es obvio que la pandemia puede repuntar mortalmente si es que la población no ha interiorizado profundamente los comportamientos que permiten prevenir los contagios, sobre todo el distanciamiento social y el uso de la mascarilla. Es decir, si no los ha convertido en hábitos incluso inconscientes.

Para eso no basta con la adopción formal de protocolos o con las indicaciones del presidente o del gobierno. Hace falta una estrategia de cambio conductual orientada a inducir esos comportamientos para que se produzcan de manera automática, natural.

Esa estrategia existe. En el Perú ha sido diseñada por el economista conductual Enver Figueroa, sobre la base de intervenciones que en ese sentido se han realizado en Italia, China, Reino Unido, Suecia y Noruega, y de los resultados de la “Encuesta de respuestas COVID-19 para entender el comportamiento” (SCRUB) realizada por especialistas de ciencias del comportamiento de 50 países, liberada por BehaviorWorks de la Universidad de Monash de Australia.

Esa encuesta se ha realizado en tres momentos distintos y llega a conclusiones tales como que quienes cumplen menos las recomendaciones son los hombres menores de 30 años, que el cumplimiento se reduce con el tiempo, que influye mucho en el incumplimiento la norma social (si otros salen de su casa, yo también) y el rechazo a la imposición o a los mensajes coercitivos (crowding out), y el simple olvido (de no tocarse la cara o de ponerse la mascarilla, por ejemplo).

Enver Figueroa explica que los seres humanos toman 35 mil decisiones por día de las cuales el 99,7% son automáticas, y que toma muchos días desarrollar un hábito. Señala que el recuento diario de contagiados y fallecidos no forma hábitos, tampoco el culpar a los “indisciplinados”. 

Respecto de las reglas que debemos cumplir para no contagiarnos, hay algunas, como lavarse las manos y cubrirse al toser, que son antiguas, nos las han enseñado desde chicos y están en el plano inconsciente, aunque no necesariamente en toda la población. En cambio “quédate en casa”, “mantén 2 metros” y “no tocarse la cara”, son reglas nuevas que están en el plano consciente, que solo las aplicamos luego de un esfuerzo consciente. Se trata de convertirlas en hábitos inconscientes precisamente.

La idea entonces, explica Figueroa, “es inducir los comportamientos inconscientes, con mensajes no impositivos, que sean aceptados”. La herramienta clave acá es el celular, que permite mediante el chip GPS que tiene incorporado, identificar los patrones de desplazamiento de las personas y a partir de ellos enviarles mensajes de texto o WhatsApp que las induzcan a los comportamientos recomendados.  

Figueroa explica que así fue como Noruega atenuó considerablemente la propagación del COVID-19. Reino Unido envía 2 millones de SMS y MMS por semana. La empresa X-Mode de EEUU envía más de 60 millones por mes.

Figueroa tiene el apoyo de la Universidad de Monash y de especialistas de Reino Unido e Italia que aportarán su experiencia, y del BID. Pero requiere que el gobierno (Ministerio de Salud) acepte implementarla. Y hasta ahora no ha tenido éxito en ese cometido. No es de extrañar. Lo mismo ha ocurrido con propuestas relativas al seguimiento de contagiados y sus contactos, por ejemplo.

Requeriría entonces del apoyo de empresas privadas, comenzando con las de telecomunicaciones, que acepten llevar a cabo un estudio piloto para probar la efectividad de los mensajes, que se comprobaría si las personas receptoras salen menos a lugares concurridos y cuando están en ellos mantienen la distancia necesaria respecto de los demás.

Esta estrategia es absolutamente vital para que la apertura de la economía y el levantamiento de la cuarentena no produzcan un rebrote letal de la pandemia en el país, que tendría consecuencias aún más catastróficas para la vida y la economía de los peruanos. Tenemos que llevarla a cabo. Lampadia




Las reglas en el Perú y su cumplimiento

Las reglas en el Perú y su cumplimiento

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

En el Perú contamos por decenas de miles las normas dictadas desde el sector público, sean estas; leyes del Congreso, decretos ley, decretos de urgencia, DS, RS, RM y así, pasando por todo el escalafón existente en el ejecutivo y gobiernos regionales y municipales.

Ya todos tenemos claro que, como no hay alineamiento entre los distintos estamentos del Estado, todos se manejan de manera desconectada y en muchos casos, permitiendo que un estamento de menor nivel disponga de manera contraria a lo dispuesto por el de nivel superior.

No sólo eso, sino que desde los más altos estamentos del Estado se tiene la permanente propensión a perforar el marco legal debidamente analizado, debatido y promulgado con la aprobación de las mayorías, luego de serios estudios, consulta a especialistas y referencias internacionales. ¿Para qué toda la tarea de análisis, discusión y consenso, si después aparece un grupo de trasnochados, probablemente sin el nivel intelectual adecuado (me pregunto si el promedio intelectual IQ en el Congreso de la República de hoy es sub-normal), que dispondrá ir en contra del propósito y mandato de la ley? Otro tanto ocurre en el Ejecutivo y sus interpretaciones.

Lo que no está en la mente de aquellos que tienen la facultad de emitir normas legales, es que, con sus dispositivos, no sólo están autorizando, prohibiendo o induciendo algún comportamiento ciudadano. Sino que están forjando los criterios y actitudes de la ciudadanía (en el fondo está educando) respecto de la institucionalidad del País. Para que una Nación funcione, es fundamental que se respete la institucionalidad e institucionalidad no es otra cosa que las reglas establecidas y su estricta observancia y cumplimiento, donde la autoridad debe exigir su cumplimiento, pero sólo podrá hacerlo en la medida que haya EDUCADO a la ciudadanía en la fiel observancia del fondo y forma de tales normas.

Ejemplos de disonancia nos sobran en el Perú, verbigracia; la creación de la compensación por tiempo de servicio o “CTS”, aportación que se efectúa en favor de un trabajador para ser usado el día que se quede sin empleo por cualquier circunstancia. Pero no, a la primera de bastos y aunque la desvinculación no se haya producido, desde el poder se promueve la disposición y el retiro de esta, destruyendo el criterio de “fondo de protección” para el momento en que se desvincule del trabajo y quede temporalmente sin ingresos.

Otro tanto está ocurriendo con los fondos previsionales administrados por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs). Como el sistema público de pensiones fue y es un desastre y la estructura etaria del Perú está envejeciendo, se creó el sistema previsional privado con cuentas individuales. Ante la evidencia, es lógico buscar que se efectúe aportaciones a cuentas de propiedad individual en las AFP, para que las administren profesionalmente y en el largo plazo para constituir un fondo que permita cubrir una pensión digna para la vejez, evitando al jubilado una vida en la mendicidad, tal como ocurre con los pensionistas de la ONP. Pero quienes se acogieron a la ley de AFP ven hoy sacudidas sus expectativas porque los congresistas, que quieren notoriedad, “se han puesto creativos”. Otra vez pues, a “sacarle la vuelta” al criterio previsional y sus normas y a perforar por segunda vez el sistema. Antes fue retirando el 95.5% del monto acumulado y hoy retirando el 25% de lo acumulado. Lo más triste es que esto se les ocurre en el peor momento posible…

Igualmente, quienes promulgaron leyes laborales con el deseo de proteger en circunstancias críticas las fuentes de trabajo para las mayorías, con buen criterio introdujeron en la legislación el concepto de “Suspensión perfecta” para que, ante una condición inesperada y de “fuerza mayor” , que impida operar, se pueda suspender la relación laboral o dejar de pagar temporalmente a los trabajadores cuya actividad ha devenido en imposible de realizar. Pero no, ahora cuando tenemos la circunstancia exacta para la que se diseñó el mecanismo legal, el ministerio de trabajo quiere impedir su aplicación…

En esa línea de ideas y como producto de la improvisación, tenemos actualmente un caso de película. Se está dando disposiciones que se contraponen. Por un lado se decreta la inamovilidad de los ciudadanos para controlar la pandemia en que nos encontramos, sin duda lo más razonable, pero simultáneamente se dispone la distribución de un bono muy bien intencionado, pero muy mal planeado y peor gestionado. Esto ha traído como consecuencia que se genere grandes colas y aglomeraciones para tratar de conseguir el famoso bono que, aún después de tres semanas de dispuesto no lo recibe siquiera un tercio de la población objetivo. A la par se dispone el retiro de la CTS y finalmente se dispone ahora el retiro de fondos de las AFP. Como decía Condorito, ¡plop! ¡Exijo una explicación!

¿Como vamos a lograr “distanciamiento social” e inamovilidad de la población si a la vez le ponemos la zanahoria en las narices e impulsamos a salir a los bancos, pues si no la recogen, la pierden?

Esta es una nueva oportunidad para repetirle al presidente, a ver si escucha. El poder ejecutivo que, está constituido por el gobierno nacional, los gobiernos regionales y los municipios, está plagado de ineficiencia y delincuentes. No se puede estar repartiendo dinero a diestra y siniestra para que más de 4,000 unidades ejecutoras salgan de compras, “a su aire”, sin criterio uniforme y sin control… Ya a estas alturas tenemos; al alcalde distrital de Barranco llevándose las donaciones de alimentos a su casa, a una ex-funcionaria del gobierno regional de Ancash con 4.5 toneladas de abarrotes donados y sustraídos en vehículos del GR, compra de respiradores a más del doble del precio de mercado, volúmenes de mascarillas para la PNP al cuádruplo de su precio, alimentos para la PNP comprados a un distribuidor de llantas, sin certificado sanitario y a cuatro veces el valor de mercado, etc., etc.  Van 64 casos identificados y bajo investigación en sólo tres semanas. ¡Y esto es aquí no más!

¿Cómo vamos a lograr que la gente respete semáforos, horarios, cuarentenas, leyes y representantes del orden, entre otros, si la ciudadanía recibe de “sus autoridades” mensajes de este tipo y sabe que: “En el Perú todo está un poquito prohibido y un poquito permitido”? Lampadia