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Su problema no es social, racial o cultural… es moral

Su problema no es social, racial o cultural… es moral

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 7 de enero de 2022
Para Lampadia

Que no se haga la víctima. Y menos, el santurrón. Su credibilidad está por los suelos. El cuento del humilde maestro de escuela primaria de Chota, ha quedado totalmente desvirtuado. Resulta que hacía tiempo, Castillo había dejado de enseñar para dedicarse a tiempo completo – y con sueldo pagado por el Estado – al sindicalismo radical y a la política activa. Y el cuento del valiente y abnegado rondero cajamarquino, igual. De rondero, Castillo no tenía nada. – Nunca fue rondero – sostienen indignados los mismos ronderos cajamarquinos.

Incluso, su pasado campesino también resultó ser falso. La torpeza en el manejo del arado jalado por aquella yunta de bueyes que le pusieron para la foto, lo dejó en ridículo. Castillo se la quiso dar de campesino labrador, pero no le ligó. Los bueyes hicieron de las suyas, mientras que el campesino presidente no ataba ni desataba. El show reveló que Castillo jamás había agarrado un arado en su vida. 

Otra mentira. ¡Con qué imaginación salió con el cuento del terrateniente con quien él – siendo niño – tenía que compartir la cosecha de la parcela de su padre! Pues resulta que Castillo nació en 1969. Es decir, cuando la Reforma Agraria de Velazco expropiaba las tierras de todos los terratenientes del país. ¡Plancha quemada! Jamás existió la cosecha compartida entre el niño Castillo y el terrateniente abusivo. Más bien, lo que sí existió fue la mentira presidencial en mención… una más.   

El hecho es que con tantas falsedades de por medio, la “palabra de maestro” ha quedado hecha añicos; y la figura del presidente humilde, provinciano, mestizo, y que se viste a la usanza rural – con su sombrero más – resultó ser un descarado montaje teatral. Puro show. Un show politiquero de la peor especie. Un show montado ex profesamente para esconder una gran mañosería, propia de un tipo muy corrupto y cínico. Tan corrupto y cínico como los peores personajes de la política peruana. Tanto como su mentor Vladimir Cerrón y la mafia coimera y chantajista de los Dinámicos del Centro del Gobierno Regional de Junín.

Como bien escribió Dante Bobadilla en una nota que no sé cómo llegó a mis manos, Pedro Castillo resultó ser otro pillo y de los peores. Su silencio frente a tantos ampayes, lo delata. Reuniones nocturnas con gente de mal vivir, cambio de sombrero por gorra para pretender pasar inadvertido ante la prensa, miles de dólares en efectivo escondidos en un baño de Palacio de Gobierno, bolsas que entran llenas y salen vacías de la casa del Pasaje Sarratea en Breña, mensajes descaradamente comprometedores desde su WhatsApp personal, reuniones palaciegas con proveedores del Estado que luego ganan millonarias licitaciones como únicos postores, adulteraciones del Registro de Visitas a Palacio de Gobierno…  

¿Una más? La lobista sinvergüenza y de cascos ligeros, que organiza y paga una fiesta infantil – con show y todo – en el mismísimo Palacio de Gobierno por el onomástico de la hija del presidente. ¿Qué tal?

Eso – y mucho más – en cuanto a los delitos flagrantes cometidos por el presidente Castillo. Pero igual de grave – o peor – es el desgobierno y caos que reina en todos los ámbitos de la vida de los peruanos: carreteras bloqueadas; equipos y vehículos quemados; instalaciones productivas destrozadas; narcotraficantes, terroristas y gente mafiosa ocupando altos cargos gubernamentales; delincuencia y criminalidad desbocadas… ¿y el Gobierno? No pasa nada. ¿Y el presidente Castillo? No se oye padre.

El hecho es que las repercusiones económicas de tanta podredumbre palaciega son como son: inflación y devaluación aceleradas, desempleo e informalidad crecientes, quiebra de miles de micro y pequeñas empresas, caída estrepitosa del valor bursátil de las empresas peruanas, degradación de la calificación crediticia internacional del país, fuga de capitales y talentos…

Efectivamente, se estima que US$ 15,000 millones – y hasta más – han salido del país, de cuentas de ahorros de miles de personas que desconfían del presidente Castillo y su Gobierno. Asimismo, cada vez más jóvenes peruanos – talentosos y trabajadores – están yéndose a otros países para vérselas como puedan, ya que el Perú – su país de origen – no tiene nada qué ofrecerles. 

Así están las cosas, señores. Y ojo al piojo… ¡vamos de mal en peor! ¿Qué hacer? Pues tomar al toro por las astas. Comprarnos el pleito de la vacancia presidencial. No queda otra. Actuar como corresponde ante la podredumbre moral del presidente Castillo. Apoyemos masivamente al Congreso de la República, a la Procuraduría General del Estado, al Ministerio Público, a las Fuerzas Armadas y Policiales, y a aquellos periodistas y ciudadanos valientes que están en la línea de la vacancia presidencial, para que procedan en tal sentido. 

No seamos ingenuos. Parafraseando al Congresista Bermejo: dejémonos de pelotudeces democráticas. El problema del presidente Castillo no es social, racial o cultural… su problema es moral. Lampadia




Perú: El país más empresario del mundo

Perú: El país más empresario del mundo

Pablo Bustamante Pardo
Director de 
Lampadia

Rolando Arellano es un investigador social que lleva años estudiando a los peruanos, sus características, sus costumbres y sus inclinaciones. El ha volcado sus innovadores hallazgos en múltiples libros, leídos en todo el país.

Su penúltimo libro, que presentamos en esta nota, nos muestra como empresarios, aunque no nos reconozcamos así. Lamentablemente, la guerra ideológica de las izquierdas continentales que nos bombardea hace quince años, ha llevado su lucha de clases al mundo de las empresas, dividiéndonos entre emprendedores y empresarios, entre chicos y grandes, buenos y malos.

Pero la realidad de nuestra naturaleza está marcada en la conciencia de todos los peruanos, solo hay que sacarla a la luz y mostrarla, como hace Arellano.

Esta realidad nacional nos describe muy diferentes a las poblaciones de nuestros países vecinos. Nuestro ‘espacio-tiempo-histórico’ nos ha hecho resilientes y luchadores, y ante el fracaso de muchos de nuestros gobiernos que no han estado a la altura de la gobernanza, hemos desarrollado una fuerte confianza en nosotros mismos. 

Arellano describe estas características nuestras, con una forma de comunicación sencilla, pero todo debidamente sustentado en datos públicos.

Un primer tema que queremos destacar, es que al 2019 la tasa de desempleo en Perú fue de 3.3% (5.6 en el mundo y 8.1 en América Latina). Y que el 88% de los empleos asalariados provienen de las empresas privadas.

En el siguiente gráfico, Arellano muestra un dato importantísimo, una alta correlación entre el crecimiento del PBI per cápita y la creación de empresas.

Pero no nos denominamos como empresarios.

Según Arellano, queremos a las empresas, pero …

Un buen consejo de Arellano es que debemos evitar la contradicción entre el progreso económico y el desarrollo social, ambos son parte de los mismo y uno no se puede dar sin el otro.

El siguiente cuadro muestra que el Perú tiene más empresas que EEUU, Colombia y Chile, en proporción a nuestra población. Asimismo, muestra que el 73% de la población prefiere tener un negocio propio, y que nuestro emprendimiento se da por necesidad, deseo y oportunidad.

También podemos ver que el crecimiento económico ha reducido la pobreza de manera muy importante; que los niveles socio-económicos intermedios son los que más han crecido, y que sin embargo, la recaudación tributaria descansa en el 0.16% de los contribuyentes.

Así es como los empresarios peruanos se auto definen.

Ver el libro completo en el siguiente enlace: 

https://www.lampadia.com/assets/uploads_librosdigitales/17234-peru-el-pais-mas-empresario-del-mundo_rolando-arellano.pdf

Lampadia

 



¿100 días no te parece suficiente?

¿100 días no te parece suficiente?

Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia

Después de 100 días el Perú puede ver el daño que las ideas de izquierda nos están causando: inflación, devaluación, falta de inversión, desempleo, más corrupción, impunidad para los amigos, incapacidad clamorosa, desconfianza y desgobierno. Sin embargo, todavía quedan algunos para quienes, por ignorancia, necedad o interés, todo lo vivido no les parece suficiente.

Para todos ellos, conviene hacer una proyección, lo más fría posible, de lo que puede suceder en otros 100 días de desgobierno socialista, solamente siguiendo la tendencia actual:

A esto podemos agregar:

  • Contracción dramática de la inversión privada. El propio gobierno en el Marco Macroeconómico Multianual, estima que apenas crecerá en 5% el año 2022, cifra que podría pasar a ser negativa si se consuman las amenazas de nuevos impuestos, regulaciones y estatizaciones de empresas.
  • En minería, más minas sitiadas por el chantaje social impulsado por las propias facciones del gobierno y menos ingresos fiscales.
  • Deuda pública bordeando el 40% del PBI, luego de haber llegado a estar en 19% en la década anterior.
  • Calificación crediticia del Perú deteriorada
  • Riesgo País en crecimiento
  • Corrupción regional y municipal multiplicada para sostener políticamente al gobierno
  • Reparto de bonos, dádivas y programas sociales para asegurar la clientela electoral
  • Intento de cambio constitucional para mantenerse en el poder indefinidamente
  • Captura de las fuerzas armadas, policía nacional, instituciones públicas y organismos reguladores.

Para quienes enfrentamos el reto de mantener a nuestras familias con nuestro trabajo, emprendiendo día a día, poniendo en riesgo nuestros pequeños capitales y sobre todo nuestra fuerza de trabajo y empeño, estos 100 días si han sido más que suficientes.  100 días más de destrucción macroeconómica y de crisis institucional no son soportables. La aventura izquierdista avalada por el odio de algunos sectores de nuestras clases medias debe terminar. Otros 100 días, son demasiado para los peruanos. Lampadia




El verdadero perfil del pueblo peruano

El verdadero perfil del pueblo peruano

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas
Para Lampadia

Nos queda muy claro que el partido que ganó las elecciones tiene un objetivo central: convocar, a como de lugar, a una asamblea constituyente. Con ello pretenden hacerse del poder absoluto de inmediato y cambiar la actual Constitución para poder perpetuarse en el poder, a la imagen y semejanza de los demás países activos del foro de Sao Paulo.

Esto no es ninguna especulación, es lo que vienen predicando abiertamente y sin tapujos desde que iniciaron su campaña. Como esto no es legalmente posible, según la nueva constitución, tienen un plan para conseguirlo y lo basan en la premisa ¨eso es lo que quiere el pueblo¨ y que para eso los han elegido.

¿Pero a quien se refieren los ilustres líderes del gobierno actual cuando dicen ¨eso es lo que quiere el pueblo¨? ¿Quién es el pueblo?

¿Se referirán a un perfil de la mayoría de los peruanos o sólo a un grupo élite como se hacía en el imperio incaico o como se hace en los gobiernos totalitarios?

La respuesta políticamente correcta debería ser: ¨el pueblo¨ está definido por el perfil de la mayoría de los peruanos. Sin embargo, hay muchas razones para sospechar que este no será el caso.

También predican que el imperio incaico fue un gran ejemplo de virtudes y que fueron los conquistadores los que lo echaron a perder, maltratando, explotando y abusando del pueblo para robarse sus riquezas.

Basta revisar un poco la historia para enterarnos que eso es falso. El imperio incaico no fue la civilización ejemplar que nos pintan, al menos no lo era en el campo de la gobernanza.

Según la conocida historiadora María Rostworowski de Diez Canseco, el Tahuantinsuyu fue un imperio militarista, elitista, divisionista y semi esclavista. Ella apuntó que ¨La tan ponderada abundancia y justicia solo existía para la casta real; el resto, el pueblo llano y las etnias conquistadas, vivían en pésimas condiciones, sometidas a continuas guerras y a una explotación inhumana¨.

¨Por eso los cañaris, los chachapoyas, los huaylas, los huancas odiaban a los incas. El odio fue el elemento principal, el disolvente, que impidió que las diferentes culturas se cohesionaran en una sola nación. Y ese odio persiste hasta ahora¨.

Esto nos lo cuenta el escritor peruano Fernando Cueto Chavarría, ganador del premio COPE, en un artículo que publicó recientemente.

El imperio milenario y grandioso tuvo una caída estrepitosa e inmediato desmembramiento, con la llegada de los españoles. La conquista fue relativamente fácil debido al divisionismo y odio existente entre las etnias y culturas conquistadas a la fuerza por los incas, así como por la crisis política existente en ese momento, debido a la lucha por la sucesión del poder.

Así se dio paso al virreinato, que duro tres siglos bajo el dominio del reino español. En esos trescientos años se forjó una nueva identidad nacional. Se rescató algo del pasado incaico y se fusionó con las costumbres que trajeron los españoles, entre ellas la religión y el idioma castellano.

Además, las etnias indígenas se mezclaron con las españolas, generándose un gran mestizaje. Esto se dio primero entre los españoles y la elite incaica, pero luego se generalizó y multiplicó.

Esta nueva identidad de ¨todas las sangres¨ son los verdaderos peruanos originarios. Ellos se agruparon y comenzaron a conspirar y luchar por su independencia, hasta que la consiguieron. Así se fundó la República del Perú.

Hoy, doscientos años después, y gracias a los censos nacionales, a las encuestas y las estadísticas, es muy fácil determinar el perfil promedio de la población peruana (la mayoría). Este perfil es la representación mas fiel de lo que se puede llamar ¨el pueblo peruano¨, en vez del que convenientemente se refieren los políticos de turno, para justificar sus decisiones partidarias.

Aquí resumo las principales características que definen el perfil:

  • Según el último gran censo nacional, que se llevó a cabo en el 2017, el 60% de la población se considera así misma de raza mestiza y sólo el 30% como indígena (CN2017).
  • Otro dato importante es que la gran mayoría de peruanos viven actualmente en zonas urbanas y sólo el 20% viven en zonas rurales (CN2017).
  • En cuanto al idioma, el 82% de la población peruana tiene como primera lengua al castellano y sólo el 14% al quechua (CN2017). Esta es casi la misma proporción que los hispanos parlantes tienen en USA (13%).
  • La religión católica es profesada por el 60% de peruanos, 14% son protestantes / evangélicos y 25% no profesa ninguna (CIA World Factbook 2021).
  • En cuanto a los apellidos, la gran mayoría de peruanos tienen actualmente apellidos de origen español. Sólo tres de los treinta apellidos mas comunes en el Perú son de origen indígena, el resto son españoles (Heráldica Peruana DePeru.com).
  • En el frente político, es importante anotar que sólo una minoría se considera de izquierda o de derecha. La gran mayoría, mas del 70%, se considera de centro (Ipsos 2020). Esto quedó muy claro en la última elección, en dónde el partido ganador, que representaba a la izquierda radical, obtuvo solo el 10.7%.
  • En el frente social, la pobreza que era 20% antes de la pandemia, es hoy 30%. Sin embargo, la clase media (NSE C y D) supera el 50% (IPSOS y otras fuentes).
  • En cuanto a las necesidades que la población espera que el nuevo gobierno les resuelva, se destacan la salud pública y el combate a la pandemia (44%), la economía y el desempleo (41%), la educación (37%) y el orden público / justicia (25%) (Ipsos y otras fuentes).
  • Otro dato muy importante es que solo el 20% considera necesario el cambio de constitución (vía asamblea constituyente), mientras que un abrumador 77% cree que no es necesario el cambio o que sólo requiere de reformas aisladas (Datum y otras fuentes).
  • Por último, es importante anotar que la mayoría de los peruanos está de acuerdo con la economía de libre mercado y por lo tanto, en contra del estatismo. Están de acuerdo con las importaciones (69%), con el mantenimiento de los tratados de libre comercio (78%) y no quieren control de precios (67%) (Datum).

En resumen, se puede concluir que el perfil de la mayoría de la población peruana (o sea del pueblo peruano) es una mezcla variopinta de razas cuya gran mayoría es mestiza, su primera lengua es el castellano, es católico, tiene apellido de origen español, vive en zonas urbanas, es de clase media, se considera políticamente de centro y no es partidario del grupo político que ganó la última elección.

Además, la gran mayoría no quiere el cambio de constitución, prefiere la economía de libre mercado y espera que el nuevo gobierno les solucione prioritariamente los temas de salud, desempleo, educación y orden público / justicia.

¡Este es el verdadero perfil del pueblo peruano y no el que subrepticiamente se quiere utilizar para conseguir otros fines! Lampadia




¿Estatismo o economía de mercado?

¿Estatismo o economía de mercado?

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El gobierno de Castilla-Cerrón encarna las confusiones conceptuales que se han venido sembrando en la opinión pública, sobre el rol del Estado y del sector privado en la economía.

Para facilitar el entendimiento de este tema tan importante para la opinión pública y para el propio gobierno, presentamos en esta nota, en base a información del Banco Mundial, evidencias de que los países que promueven economías de mercado, donde la responsabilidad de invertir y crear empresas es fundamentalmente del sector privado, logran mucho mejores resultados económicos y sociales.

Como muestran los siguientes gráficos, los países donde las empresas son privadas, tienen mayores PBI per cápita, salarios mínimos más altos, menos corrupción y menor desempleo.

Es muy importante que entendamos de una vez por todas, como lo explicó Deng Xiaoping en China: “No importa de que color sea el gato, mientras cace ratones”.

Deng Xiaoping condujo la transformación de la economía China, que bajo Mao era un país muy pobre, ridiculizando el eslogan de la Revolución Cultural de los años 60: “es mejor ser pobres bajo el socialismo, que ricos bajo el capitalismo”. Hoy día, gracias al pragmatismo pos Mao, la China está en camino de convertirse en la mayor potencia económica global, habiendo sacado de la pobreza a 900 millones de chinos.

El cuadro anterior muestra que los países que tienen los mejores resultados en este conjunto de indicadores son Singapur y Nueva Zelanda.

  • Singapur pasó de ser un territorio abandonado a líder de bienestar, de la mano de Lee Kuan Yew, quién además fue el inspirador de Deng Xiaoping en políticas de desarrollo.
  • Pero el caso de Nueva Zelanda es aún más aleccionador. Tuvieron la suerte de tener una izquierda moderna que a mediados de los años 80 estableció lineamientos de desarrollo de una economía de mercado. Con ella, se reconvirtieron en un país desarrollado con altos estándares de bienestar. Ver en Lampadia: Legado de una izquierda moderna y liberal – Reformas de Nueva Zelanda 25 años después.

Lamentablemente, el Perú está ahora gobernado por una izquierda que profesa todo lo contrario de lo que podemos ver en los países más exitosos en eliminar la pobreza y en generar altos niveles de vida.

El Perú necesita con urgencia una izquierda moderna. Desgraciadamente, hoy estamos dando un costosísimo salto atrás.

Ojalá un gobierno tan ideologizado como el de Castillo-Cerrón, logre entender que el crecimiento de la economía y el bienestar social, no tienen color. Y si no logran hacerlo, tendremos que ser los ciudadanos quienes forcemos al gobierno a promover la inversión privada y el crecimiento, rechazando aventuras empresariales con los escasos recursos del Estado. Lampadia




El cuento de la asamblea constituyente

El cuento de la asamblea constituyente

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

Entre todos los cuentos y relatos construidos en nuestra política reciente, la necesidad de una asamblea constitucional es el más artero. Busca que el ciudadano crea que esa es la salida a los graves problemas sanitarios, económicos y morales que aquejan a nuestra nación.

Decimos que es un cuento artero por lo siguiente:

  • Una Asamblea Constituyente y una nueva Constitución no resolverán esos problemas. Convocar a un centenar de peruanos a redactar una nueva Constitución les dará empleo y figuración a esos compatriotas, pero no acelerará la vacunación, no incrementará camas UCI, ni hará que un estado ineficiente que no construyó hospitales ni compró pruebas pese a tener recursos lo haga más rápido. Una asamblea constituyente, a la chilena, lejos de resolver la crisis económica originada por el mal manejo de la crisis sanitaria, ahondará la inestabilidad económica, ahuyentará la inversión y agravará el desempleo. Una asamblea constituyente y una nueva constitución no hará que el peruano que no acata las reglas sanitarias lo haga, no convertirá al peruano pilló en un prohombre, ni hará que nuestros alcaldes, regidores, gobernadores, funcionarios y congresistas corruptos se vuelvan unos ángeles. Quien crea ese relato es además de ingenuo, limitado.
  • Para hacer algunas reformas políticas a nuestra Constitución no necesitamos de una asamblea paralela al Congreso. Basta que se presente una iniciativa de reforma constitucional al Congreso y que éste la debata conforme al artículo 206 de la Constitución. El Congreso podrá aprobarla por mayoría absoluta y luego someterla a Referéndum o aprobarla por mayoría calificada de más de 87 votos en dos legislaturas ordinarias.  Esa reforma, como está dicho en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional (STC 014-2002/PI/TC, STC 50-2004-AI/TC, entre otras), deberá respetar los límites formales (personas legitimadas, mecanismos, quórums, votaciones, etc.)  y materiales (las cláusulas peteras o intangibles de nuestra Constitución que son inmodificables como la separación de poderes, el gobierno republicano, los derechos fundamentales, el estado de derecho, el régimen político, la libertad o dignidad de las personas, el derecho a la vida, entre otros) y, sobre todo, no puede alterar el propio procedimiento de reforma.
  • Una asamblea constituyente y una nueva constitución surgida de ella son inviables desde el punto de vista constitucional. La Constitución de 1993, al igual que la carta de 1979, tienen un procedimiento de reforma. Sustituirlo por el procedimiento que le antoje al político de turno o al criterio de sus asesores rentados es una violación abierta a la Constitución, un golpe de Estado. Ya sabemos, por lo demás, donde terminan aquellos que dejan de lado la Constitución para imponer sus propias reglas.
  • La propuesta de convocar a una asamblea constituyente y de redactar una constitución por esa vía tiene en realidad otros propósitos políticos subalternos y protervos.  Es parte de un libreto autoritario como el seguido en Bolivia, Venezuela, Ecuador y otros países, donde lo que se busca es en primer lugar crear un poder paralelo al Congreso para debilitarlo o deslegitimarlo y, en segundo término, acomodar las reglas políticas y económicas del país a la medida de los intereses políticos del régimen, de su clientelismo y sobre todo de su reelección permanente. La asamblea constituyente será el camino para lograr que quien lo proponga se mantenga en el poder ad infinitum.

Por todo lo anterior, proponer el 28 de julio una asamblea constituyente inconveniente, innecesaria, inconstitucional y con un fin político protervo y subalterno, no es solamente un despropósito político, sino que sería la evidencia escrita y documentada de una infracción a la constitución. Si quien lo plantea es el presidente de la República, sería una clara muestra de su incapacidad moral permanente para continuar al frente del país, una justificación constitucional para su vacancia inmediata y para su procesamiento y enjuiciamiento por infracción a la Constitución. La historia peruana nos muestra cual es el fin de presidentes como Leguía, Velasco o Fujimori que siguieron el camino de pisotear la Constitución.

El cuento de la asamblea constituyente no es por lo tanto un cuento con final feliz. Se trata de un relato que no conduce a nada bueno al país, que mina la gobernabilidad inmediata de estos momentos y que podría ser el camino más corto para la vacancia, el procesamiento y la prisión de quien lo proponga. Destruir las reglas de juego de la Constitución no puede ser algo de lo cual se quede impune y sin sanción. Lampadia




La recesión económica en nuestra región

La recesión económica en nuestra región

Como comentamos en Lampadia: La ayuda internacional en la pandemia, nuestra región no sólo sigue siendo por lejos la más afectada económica y sanitariamente por la pandemia a nivel mundial, sino que sus perspectivas de crecimiento en el corto plazo están muy por debajo de las reportadas para el mundo desarrollado (se estima que este año, EEUU crecerá hasta 7%), cuando más necesitan crecer para mejorar sus cifras de desempleo y pobreza que han escalado a niveles alarmantes.

¿Qué falló en la política pública de los gobiernos el año pasado para haber llegado a una situación tan dramática?

Un reciente artículo publicado por The Economist que compartimos líneas abajo titulado “Por qué la economía de América Latina se ha visto tan afectada por el covid-19” da algunos indicios para responder esta pregunta. Destaca por ejemplo la imposición de feroces cuarentenas, de las cuales el Perú brilló por su duración y su alcance que abarcó prácticamente a todas las actividades económicas. Un sinsentido que por supuesto nosotros en su momento criticamos pues supuso el quiebre de miles de empresas y pérdida de empleos que no se encontraban con las condiciones para afrontar un paro y menos realizar trabajo a distancia. Algo que dicho sea de paso no mejoró la situación sanitaria; por el contrario terminamos encabezando la lista de países con exceso de muertes por millón al cierre del año pasado (ver Lampadia: Perú encabeza exceso de muertes por millón).

Ahora bien, The Economist también resalta el persistente incremento de contagios por las nuevas cepas, en especial la brasilera, que ha hecho retroceder a los gobiernos latinoamericanos en la liberalización de actividades el presente año. Al respecto, cabe resaltar que en nuestro país no sólo se retornó a una cuarentena que ya había sido probada como ineficaz, sino que se persistieron en medidas absurdas como toques de queda en horas punta (6 p.m.) e inmovilización permanente los domingos, lo cual generó aglomeraciones e incremento de contagios innecesariamente inducidos. Ahora que la segunda ola ha empezado a menguar y el gobierno se encuentra próximo a culminar la vacunación en adultos mayores esperemos que no se vuelvan a cometer errores tan terribles como en semanas pasadas.

En todo caso, lo que se debe rescatar de las reflexiones de The Economist es que la imposición de cuarentenas totales ya no debe ser una opción, sino que por el contrario, debe seguir explorándose la reapertura de las actividades que se han visto más afectadas por la crisis, comos son los servicios, restaurantes y el turismo, en espacios abiertos pero acompañándolos también de extensiones del toque de queda, siendo el actual a las 9 pm insuficiente. Esto mejoraría las perspectivas de empleo pues se trata de sectores que son intensivos en mano de obra.

Por el lado de la inversión, se debe seguir avanzando con el cumplimiento de las metas de la inversión pública en todos los niveles de gobierno, pero sobretodo se debe acelerar la inversión privada a través del destrabe de megaproyectos de infraestructura y mineros, que a pesar de ya contar con todos los trámites en regla y de su enorme potencial para la generación de empleo en las regiones, no se desencadenan por falta de decisión política. Y finalmente, avanzar firmemente con la vacunación y el permanente cierre de nuevos contratos conforme se avancen con las negociaciones.

Esperemos que este y el próximo gobierno tomen en cuenta estas recomendaciones y se ponga a hacer el trabajo lo más rápido posible. Lampadia

 

Un largo camino de caída
Por qué se afectó tanto la economía de América Latina con el covid-19

El PBI mundial se contrajo un 3% el año pasado, pero el de América Latina y el Caribe cayó un 7% [y el Perú, cayó 11%]

The Economist
13 de mayo, 2021
Traducida y comentada por Lampadia

Antes de que estallara la pandemia, Jaime Alirio Pinilla, un hombre de 45 años de Bogotá, la capital de Colombia, trabajaba como obrero de la construcción. “Pero por esta mierda perdí mi trabajo y ahora trabajo en la calle”, dice, de pie detrás de un carro de acero desde el que vende jugo de naranja, dulces, cigarrillos y café. Colombia ya ha tenido uno de los bloqueos más prolongados del mundo; ahora también enfrenta enfrentamientos diarios entre manifestantes y fuerzas de seguridad, ya que los disturbios por la situación económica continúan durante una tercera semana. “Hemos estado encerrados durante más de un año y no podemos soportar esto más”, dice Pinilla. “La economía está arruinada, sobrevivimos, no vivimos”.

La pandemia del covid-19 provocó la recesión mundial más profunda desde la Segunda Guerra Mundial. Pero a una región le ha ido peor económicamente que a cualquier otra, y por un buen trecho. El PBI mundial se contrajo un 3% el año pasado, pero en América Latina y el Caribe la producción cayó un 7%, el peor de todas las regiones analizadas por el FMI (aunque India, casi una región en sí misma, lo hizo peor). En 2020, las personas en América Latina trabajaron un 16% menos de horas, casi el doble de la pérdida a nivel mundial. Varios países de la región lo han hecho extraordinariamente mal: el PBI de Perú, por ejemplo, cayó un 11% el año pasado. Y mientras que algunas economías ahora están retrocediendo a medida que se levantan las restricciones, en América Latina el estado de ánimo se está oscureciendo.

La explicación más simple del terrible desempeño de la región se relaciona con la salud pública. El modelo de exceso de muertes de The Economist estima que América Latina y el Caribe tiene el mayor número de muertes en exceso en la pandemia, en relación con la población, de las regiones del mundo. A medida que las vacunas en otras partes del mundo reducen la propagación de la enfermedad y el daño que causa, en muchas partes de América Latina el coronavirus se propaga sin control. En Brasil, donde el presidente populista, Jair Bolsonaro, se ha negado a usar mascarilla o vacunarse, la cifra oficial diaria de muertos en un momento superó los 4,000 por día (ahora es de unos 2,000). Incluso los países que anteriormente habían hecho un buen trabajo en el control de la pandemia, como Uruguay, están luchando con un número creciente de casos.

La propagación de la enfermedad impulsó a algunos gobiernos de la región a implementar las cuarentenas más duras del mundo. Una medida cuantitativa producida por Goldman Sachs, un banco, asigna un puntaje de cero a 100 para evaluar la severidad de las reglas de un país sobre el encierro, el grado de adherencia a tales restricciones y cualquier distanciamiento social voluntario (ver gráfico). Ninguna región ha tenido un año más en casa que América Latina, con un movimiento un 70% más restringido que en América del Norte.

Argentina y Chile han sido el segundo y el cuarto países más restringidos del mundo, respectivamente. Perú encabeza la lista. Allí, el bloqueo inicial se sintió como vivir los días más oscuros de la guerra contra los insurgentes maoístas a principios de la década de 1990. A nadie se le permitía salir de casa excepto para comprar víveres. Los agentes de policía y los soldados hicieron cumplir estrictamente el toque de queda. Bloqueos tan duros hacen imposible gran parte de la actividad económica, incluso si muchas de las personas más pobres de la región no tienen más remedio que desafiar las órdenes de quedarse en casa en un intento por llegar a fin de mes.

Además de la gravedad del brote de América Latina y los bloqueos asociados, otros dos factores han contribuido a la dolorosa contracción económica de la región: la estructura de las economías locales y la escala y el diseño del estímulo fiscal. Considere la estructura económica primero. Una variedad de evidencia sugiere que la región es especialmente vulnerable a las cuarentenas. Muchos países de América Latina y el Caribe dependen en gran medida de los ingresos de los turistas internacionales. Aruba, una isla holandesa en el Caribe que depende especialmente de los visitantes, vio caer el PBI en un 25% en 2020.

Investigaciones recientes del FMI encuentran que el empleo en lo que llama “sectores intensivos en contacto” —del tipo en el que es imposible realizar un trabajo sin estar en proximidad física de otros— es especialmente importante en América Latina y el Caribe. Los trabajos en industrias como restaurantes, tiendas o transporte público representan el 43% del empleo total, en comparación con el 30% en los mercados emergentes en su conjunto.

Una región con una gran desigualdad, América Latina tiene una proporción inusualmente grande de personas que trabajan como personal doméstico para las personas más ricas, lo que inherentemente implica la mezcla de hogares. Para un artículo reciente, Louisa Acciari de University College London y sus colegas encuestaron a trabajadoras del hogar en varios países y encontraron historias de equipos de protección personal inadecuados y violaciones de sus derechos. De hecho, la primera muerte oficial del covid-19 en Río de Janeiro en marzo pasado fue una criada que había sido infectada por su empleador, según funcionarios estatales; la mujer había estado en Italia y, según alegan, no se molestó en enviar a su criada a casa una vez que se enfermó.

El factor final detrás del terrible desempeño económico de la región es la política fiscal. Una forma de medir si la respuesta fiscal de un país a la pandemia ha sido lo suficientemente grande implica comparar dos cosas: el cambio en el déficit presupuestario general de un país y su producción perdida durante la pandemia. Tomando prestada una metodología desarrollada en un artículo de investigación de Goldman Sachs, The Economist calculó la idoneidad del estímulo inducido por una pandemia para 193 países. Muchos gobiernos de todo el mundo, por cada dólar de producción perdida, han aumentado su gasto en un dólar. Algunos, como EEUU y Australia, han sido sustancialmente más generosos. América Latina, aunque implementó un estímulo fiscal más generoso que en recesiones pasadas, ha sido tacaño incluso en relación con otros mercados emergentes, con el país medio agregando solo 28 centavos de gasto deficitario adicional por cada dólar de producción perdida.

El diseño del estímulo también tiene deficiencias. Los países con los planes más exitosos han enviado grandes cantidades de dinero directamente a las personas. Eso ha ayudado a romper el vínculo entre la pérdida de empleos y los recortes en el gasto de los hogares, lo que respalda la economía. América Latina, por el contrario, ha centrado principalmente sus recursos en otros lugares, incluso en la creación de sistemas de atención de la salud con financiación insuficiente.

No todos los países de América Latina han tomado esta ruta. En Brasil, el gasto del gobierno de Bolsonaro ha compensado la pérdida de producción casi por completo. Esto ayudó a reducir la incidencia de la pobreza extrema incluso cuando la pandemia se apoderó del país, aunque el nivel de ayuda de emergencia a los hogares pobres ha disminuido recientemente y el hambre y otras formas de privación están aumentando nuevamente.

Sin embargo, algunos gobiernos han sido sorprendentemente austeros. En ningún lugar esto es más cierto que en México, liderado por el autoproclamado de izquierda Andrés Manuel López Obrador. El insignificante programa de estímulo de México (de 17 centavos por dólar de gasto perdido) se deriva de la sensibilidad monástica y autárquica de López Obrador, que lo hace instintivamente receloso de la deuda, pero especialmente cuando está financiada por financieros extranjeros. En Colombia, las protestas fueron provocadas por el intento del 28 de abril por parte del gobierno de Iván Duque de impulsar una reforma tributaria, pero se han convertido en algo mucho más grande. Gran parte del descontento se debe a la percepción de una respuesta inadecuada o equivocada al covid-19, que ha permitido que 2.8 millones de personas caigan en la pobreza extrema.

La carnicería económica no durará para siempre. Pero el crecimiento anual en el PBI de 3-4% que puede esperar América Latina y el Caribe, una vez que se levanten las restricciones de manera segura, permanece algo por debajo de las tasas que EEUU y algunos otros países están a punto de ver. Un aumento reciente de los precios de las materias primas ayudará a menos de lo que muchos piensan: un índice de los precios mundiales de las materias primas se mantiene por debajo de donde estuvo durante gran parte del período transcurrido desde la crisis financiera mundial. Y debido al estímulo débil, los hogares no han acumulado grandes cantidades de ahorros, como lo han hecho en muchos países más ricos, por lo que no habrá un exceso de gasto posterior al cierre. Como muestran los disturbios en Colombia, la región más afectada por la pandemia enfrenta aún más problemas. Lampadia




La ola populista

La ola populista

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

La última propuesta de Verónika Mendoza es nacionalizar el gas de Camisea, con lo cual liquidaría las posibilidades de inversión privada en hidrocarburos. De hecho, las trabas burocráticas y los conflictos sociales ya han disminuido sensiblemente la exploración y, como en ocasiones anteriores, la riqueza sigue bajo tierra sin que nadie la aproveche, mientras millones de peruanos caen en el desempleo y la pobreza.

Y es precisamente Mendoza, la heredera y continuadora de los grupos de izquierda que en la década de 1980 impidieron la explotación del gas de Camisea, la que tiene la desfachatez de insistir en su fracasada fórmula.

Como recordé en otro artículo (“Campañas de divulgación y política”, Lampadia, 4/2/21), en el primer gobierno de Alan García, las izquierdas que eran muy fuertes en el Parlamento realizaron una feroz campaña para impedir que la empresa Shell, una de las más grandes e importantes del mundo, que había descubierto los yacimientos de Camisea luego de invertir muchos millones [400 millones de dólares] de dólares, lo explotara.

Triunfaron y perjudicaron al país, pues recién el 2001, en el gobierno de Alejandro Toledo, y gracias al empuje de los ministros Jaime Quijandría y Pedro Pablo Kuczynski, el proyecto se reinició y en solo tres años se puso en marcha, se construyó el gasoducto y se empezó a producir electricidad abundante y barata que fue fundamental para posibilitar el espectacular crecimiento de más de una década que tuvo el Perú.

No es casualidad que uno de los líderes que destruyó la posibilidad de explotar Camisea en la década de 1980, Manuel Dammert, diputado de la Izquierda Unida en esa época, fue congresista de Ollanta Humala durante su gobierno -su lema fue “balón de gas a 12 soles”-, y después en el grupo de Verónika Mendoza el 2016.

Ni que decir del compromiso de Mendoza para impedir el desarrollo de Tía María e indultar a los lentejeros que han sido sentenciados por el Poder Judicial.

En suma, los mismos que causaron un enorme daño al país paralizando la posibilidad de explotar el gas y deteniendo el desarrollo de la economía, hoy, cuando gracias a que el Estado permitió que la iniciativa privada realizara una obra que ha beneficiado largamente a los peruanos, vuelven a tratar de destruir y arruinar lo que se ha avanzado debido a la colaboración pública-privada.

Y desgraciadamente los que se presentan abiertamente como izquierdistas y estatistas no son los únicos. Yonhy Lescano, de Acción Popular, que encabeza las encuestas, también pretende volver a una variante de nacionalización de la minería y, por supuesto, quiere una nueva Constitución, señal que identifica claramente a los populistas de izquierda.

George Forsyth también cree haber descubierto una mina de votos en este tema y dice “que se revisarán los contratos de mineras”. (“Gestión”, 16/3/21).

El asunto es que la ola populista izquierdista está creciendo y cada vez más candidatos se suben a ella. Si alguien cree que esa ola amainará el día de las elecciones y que en un posible gobierno populista no harían lo que ahora anuncian, se están equivocando. Serían probablemente peores. Lampadia




Peor que antes

Peor que antes

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

Era difícil imaginar que pudiéramos caer más después del desastroso gobierno de Martín Vizcarra, pero Francisco Sagasti nos ha demostrado que sí nos podemos seguir despeñando por el abismo. La absurda cuarentena total que ha impuesto en Lima y varias regiones, y semi inmovilización en el resto del país tendrá efectos devastadores.

El punto es que esa medida no evitará la propagación del virus, como ocurrió el año pasado. Desde mediados de marzo, cuando la pandemia recién se iniciaba, se impuso la durísima cuarentena, aplaudida frenéticamente por la coalición vizcarrista, que arruinó la economía y arrojó al desempleo a millones de personas. El resultado fue que el Perú tuvo la mayor proporción de muertos por habitante en el mundo. Es decir, el peor de los escenarios.

Lo razonable era antes y es ahora, tomar medidas intermedias, impidiendo las aglomeraciones –y no propiciándolas como hizo Vizcarra y hace ahora Sagasti-, difundiendo medidas preventivas y mejorando la precaria situación de los establecimientos de salud del Estado.

Porque en un país con 70% de informalidad (que ahora debe ser más) es imposible establecer una cuarentena rígida que funcione adecuadamente.

La nueva cuarentena será un golpe demoledor para la maltrecha economía, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas y, por supuesto, para los millones de peruanos que viven al día. Muchos de los pequeños negocios que habían sobrevivido a duras penas y otros que se crearon en los últimos meses sufrirán un garrotazo mortal.

Mientras tanto, los ineptos que gobiernan son incapaces de traer las vacunas de China. Se han visto obligados a aceptar esta vez la ayuda de la empresa privada para traerlas, pero siguen resistiendo en otros ámbitos la participación privada.

La ideología izquierdista y estatista es aún más fuerte que sus propias necesidades políticas, porque es obvio que su desempeño mejoraría si accedieran a recibir la colaboración que se les ofrece.

Y, por supuesto, no es casualidad que todos los políticos izquierdistas clamen por una cuarentena total e indefinida.

Finalmente, si con Sagasti seguimos cayendo al abismo, es claro que si cualquiera de los varios candidatos izquierdistas triunfa en las elecciones, sumirá al Perú en una catástrofe de proporciones inimaginables. Ollanta Humala y Martín Vizcarra gobernaron un país todavía boyante, con una economía en crecimiento y lo dejaron peor de lo que lo encontraron. Esta vez, con una situación precaria, una economía en crisis, millones de desempleados y millones en pobreza extrema, déficit fiscal y deuda creciendo, no cabe duda que aplicarían las políticas populistas que ya están anunciando y nos hundirían en un hueco negro.

Hay que impedirlo. Lampadia




Paralización de la descentralización

Paralización de la descentralización

Alejandra Benavides
Para Lampadia

En estas últimas semanas se han hecho conocidos los importantes resultados de una ley agraria que generó riqueza y bienestar para todos (especialmente para los de su área de influencia), y que hace un mes fue derogada producto de violencia y extorsión, y el aprovechamiento político de congresistas anti-peruanos. Hoy se deberá discutir en el pleno del congreso el nuevo proyecto de ley propuesto por la Comisión de Economía. Este proyecto decantará en la paralización de la inversión en el agro, así como en mayor desempleo e informalidad. Sin embargo, un impacto que no se ha tocado, es la descentralización, producto del crecimiento de actividades como la agroexportación, que son realizadas en distintos departamentos del Perú, impulsando a más personas fuera de la congestionada Lima.

Entre los años 2012-2017, Ica es el tercer departamento con migración positiva neta entre solamente 8 departamentos de 24, con migración positiva neta de 10,200 personas en ese período (identificadas formalmente, informalmente deben ser más). Esto significa que más personas han visto una oportunidad en este departamento, que no sólo ofrece trabajo todo el año y mayores ingresos, sino que ofrece una calidad de vida mejor en lo educativo, acceso a bienes y servicios, vivienda e infraestructura.

Hoy, la región Ica cuenta con más de 100 colegios, con 2 colegios Innova Schools y con tres universidades operando con licencia de SUNEDU, y una universidad en proceso de construcción, Universidad Tecnológica del Perú (UTP) del Grupo Interbank, también licenciada. Esto permite que ingenieros, técnicos y gente de otras profesiones (inclusive sin profesión) vean más atractivo migrar a Ica y tener la tranquilidad de poder dar a sus hijos una educación buena y un futuro mejor. Por otro lado, hace que el departamento sea más atractivo para profesionales de la educación, fomenta mayor competencia y mejora el estándar general.

En cuanto al acceso a bienes y servicios, hoy, el departamento de Ica alberga grandes supermercados (más de 10 supermercados de distintas marcas: Tottus, Plaza Vea, Metro, Makro, Maxi), cadenas ferreteras (Promart, Sodimac, Maestro), tiendas por departamento (Oeschle, Falabella, Estilos), y otros lugares de recreación (Plaza del Sol, Coneypark, entre otros), que permiten dinamizar la economía del departamento. Esto, no sólo por la inversión que significa construir dichos establecimientos y los recursos necesarios para su operación, sino que genera miles de puestos de trabajo, y acceso a mejores productos y servicios (y precios) para quienes viven en la región.

Por otro lado, en Ica es donde ha habido mayor oferta de vivienda social, que permite que las personas puedan cumplir el sueño del hogar propio. De la oferta de modalidad Vivienda Nueva a nivel nacional, Ica concentra 30% (más de 5,300 viviendas) de la oferta de viviendas, seguido por Lambayeque y La Libertad. Esto permite que las personas puedan tener una casa propia pagando desde S/.200 al mes, alineado a sus ingresos. El resultado no es sólo una casa propia, sino un activo propio y una futura herencia. 

Esperemos que los congresistas que realmente quieren a sus departamentos, entiendan que una ley como la que proponen hoy – además de violar las bases de un modelo de libre mercado, significará más pobreza y el retroceso de un proceso de descentralización tan necesario en nuestro país. Lampadia
Referencias

https://www.inei.gob.pe/estadisticas/indice-tematico/poblacion-y-vivienda/

https://gestion.pe/economia/fondo-mivivienda-alcanzo-su-pico-de-desembolsos-de-creditos-en-noviembre-noticia/




La pandemia vulnera la clase media en América Latina

La pandemia vulnera la clase media en América Latina

Las terribles secuelas económicas y sociales que está dejando la pandemia son especialmente acuciantes para América Latina por los agudos retrocesos que se encuentra infringiendo en su vasta clase media – cimentada gracias al vigoroso crecimiento económico que había experimentado en la década de los 2000 (ver Lampadia: ¿Una década perdida en América Latina?). Si bien no hay proyecciones para la región, en el caso peruano la caída de la clase media sería de hasta 7 puntos porcentuales – pasando del 47 a 40% –  que implican 2.2 millones de peruanos menos en este segmento socioeconómico, según estimados por Macroconsult (ver Lampadia: Se empobrece la clase media en el Perú).

Ello porque, si bien el virus ha empezado a ceder en buena parte de la región – salvo algunos países como Argentina – y los gobiernos continúan con la liberalización de las actividades, varios emprendimientos que eran el sostén de estas familias han quebrado o han visto reducir dramáticamente sus ventas ante la caída de los niveles de gasto de los consumidores en buena parte de los sectores que operan como comercio y servicios, producto del incremento del desempleo y la caída de los ingresos. Por citar sólo una cifra dramática, la CEPAL estima que el 19% de firmas (2.7 millones) de la región podría cerrar antes de finales de 2020, siendo la caída de las microempresas del orden del 21% y de las medianas del 7.3%. En términos de pérdida de empleo esta quiebra de empresas implicaría una pérdida de más 8.5 millones de empleos.

Fuente: Mypimes y el COVID-19 – CEPAL (2020)

La caída de la clase media también guarda consonancia con las proyecciones del BID que hablan de un incremento de por lo menos 7 puntos porcentuales de pobres latinos (45 millones nuevos pobres), efecto que se exacerba en el Perú con un incremento de casi 10 p.p. (3 millones de nuevos pobres), como han comentado algunos analistas económicos locales. De cumplirse este pronóstico, estaríamos hablando de un retroceso de una década en materia social, período en el que gracias a la apertura de nuestra economía y el impulso de la inversión privada, pudimos reducir sostenidamente este índice, aunque con menor reciedumbre desde el 2014 (ver gráfico líneas abajo).

Fuente: Covid-19, pobreza monetaria y desigualdad – Pablo Lavado & César Liendo (2020)

Como comenta The Economist en un breve artículo que compartimos líneas abajo, estos incrementos de la pobreza se están observando en toda la región y se explican mayoritariamente por el segmento más vulnerable de la clase media. Asimismo, ilustra cómo algunos países de la región vienen paliando este problema, con aciertos y desaciertos. Dado por supuesto que el golpe de la pandemia está afectando en mayor proporción a este estrato medio de la población, The Economist concluye que la desigualdad también se incrementaría, lo cual conllevaría mayores riesgos políticos en países que están cercanos a procesos electores como el nuestro. Este escenario, como hemos comentado antes (ver Lampadia: Un peligroso populismo se cierne en el Perú), suscita suficiente caldo de cultivo para que candidatos populistas vendan gato por liebre, prometiendo bienestar a la población con medidas trasnochadas y cortoplacistas que a la larga perjudicarían a los más pobres.

Pero así como hay riesgos también hemos comentado que hay oportunidades pues prevalece la posibilidad de contrarrestar este populismo, con uno de las libertades económicas (ver Lampadia: Un populismo de las libertades económicas). Este discurso, cuya principal base se sostendría en proponer medidas audaces que permitan eximir a los pequeños y medianos emprendimientos de la asfixiante carga laboral y tributaria que les impone el Estado para reactivarse en el plazo inmediato, podría calar en el electorado peruano cuya mayoría labora en la economía informal y cuyo sustento de vida ha sido claramente deteriorado en esta pandemia. Si bien hay candidatos que ya estarían alineados ideológicamente a estas propuestas (ver Lampadia: Las posiciones neutrales o de centro (en lo económico) , tendrán menos votos), consideramos que deben hacerse alianzas entre ellos para alinear la multiplicidad de sus planes, de manera que la población pueda deliberar con mayor facilidad sus ideas, acaparando más votos. Si es que esta suerte coalición liberal llega a tener buen puerto podría contribuir a que el Perú retome aquel camino que le permitió hacer las cosas bien – el que lo volvió una estrella internacional en la región en el siglo XXI desde los escombros en los que se encontraba en los años 80. Ello es fundamental para que el Perú siga consolidando esa clase media emergente que ha sido uno de sus principales sostenes de su economía. Lampadia

Los nuevos pobres de América Latina
La pandemia está revirtiendo años de progreso en pobreza y desigualdad

The Economist
10 de octubre, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Cuando la pandemia golpeó a Piura, una ciudad en el norte de Perú, Daniel Zapata tenía un trabajo a tiempo parcial en una empresa de investigación de mercado. Los 250 soles (70 dólares) que ganaba cada mes pagaban sus cuotas por un curso de tres años en administración de empresas. La recesión del covid-19 puso fin a todo eso. La firma cerró y Zapata, que tiene 20 años y vive con sus padres y una hermana, abandonó sus estudios. La familia recibió 760 soles en ayuda de emergencia del gobierno de Perú. Con el cierre terminado, ahora deben depender de los ingresos de su hermana como maestra y de la pensión de su padre por los años que trabajó en una fábrica textil. Habiendo vivido en el nivel más bajo de la clase media, Zapata está mirando hacia el abismo de la pobreza. Espera poco de las elecciones generales del próximo abril. Los políticos “simplemente se pelean en lugar de trabajar”, dice.

La recesión del covid-19 está acabando con años de progreso en América Latina en la reducción de la pobreza y la desigualdad. Los economistas están empezando a trazar un mapa de cuán grande es el impacto social de la pandemia. Muchos gobiernos impusieron bloqueos prolongados. Estos afectan especialmente a la mitad de los latinoamericanos que trabajan en la economía informal. Muchos países, como Perú, compensan parte de la pérdida de ingresos ampliando los programas de ayuda para los pobres. Eso ha ayudado, pero no lo suficiente, y es posible que el esfuerzo no sea sostenible.

Se prevé que la economía de la región se contraiga un 9,1% este año, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas. [Con el Perú liderando la caída]. Dice que esto significa que 45 millones de personas volverán a caer en la pobreza (llevando el total al 37% de la población). La tasa de desempleo ha aumentado 2.2 puntos porcentuales hasta el 11% en nueve países para los que se dispone de datos, informa la Organización Internacional del Trabajo. Los ingresos por salarios en América Latina han caído un 19.3%, en comparación con un promedio mundial del 10.7%.

Estas estimaciones asumen que todos pierden un porcentaje similar de sus ingresos. Nora Lustig, economista argentina, y su equipo de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans han utilizado encuestas de hogares para determinar qué grupos perdieron más ingresos y recibieron más del gobierno en Brasil, México, Colombia y áreas urbanas de Argentina, que en conjunto representan dos tercios de la población total de América Latina. Piensan que los mayores perdedores serán las clases medias bajas de la región, porque los programas de asistencia social proporcionan un piso de ingresos para muchos de los pobres. Aunque las mujeres, los afrodescendientes y los pueblos indígenas tienen más probabilidades de perder ingresos, reciben más ayuda del gobierno.

Lustig cree que el año puede terminar con hasta 21 millones de nuevos pobres en esos cuatro países. El impacto es mucho mayor en México que en Brasil, debido a las políticas gubernamentales contrastantes. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dice ser de izquierda y su lema de campaña fue “Primero, los pobres”. Sin embargo, ha hecho poco para ayudar a los más pobres. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, es de extrema derecha. Pero su gobierno ha realizado un pago de emergencia de 107 dólares al mes durante cinco meses, del que se han beneficiado 53 millones de personas. El pago se ha extendido, aunque por un monto menor. La pobreza podría incluso disminuir levemente en Brasil, mientras que en México habrá al menos 10 millones de nuevos pobres.

El daño durará. A pesar de que la pandemia finalmente está comenzando a menguar en la región, al menos por ahora, y muchas economías se han abierto nuevamente, la demanda seguirá deprimida porque las empresas y los trabajadores son más pobres. Investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo han descubierto que, en recesiones pasadas, cuando el PBI se contraía un 5% o más, el desempleo tardaba un promedio de nueve años en volver a su nivel anterior.

Si la recesión inducida por la pandemia es como las anteriores, revertirá gran parte del progreso reciente de América Latina en la reducción de la desigualdad. Las causas de ese progreso incluyeron la expansión de la educación y una mayor demanda de trabajadores no calificados en las empresas de servicios. Es mucho menos probable que las personas en dificultades puedan trabajar de forma remota. Los muchos trabajadores poco calificados cuyos trabajos requieren contacto personal (camareros, peluqueros, etc.) pueden ver caer sus salarios.

Incluso antes de la pandemia, América Latina era muy desigual. La frustración por el lento crecimiento económico, la falta de oportunidades y una clase política desacreditada se manifestó en la elección de presidentes populistas y en las protestas callejeras en varios países. Las decenas de millones de nuevos pobres tienen motivos de resentimiento. Puede que no acepten su destino en silencio. Es probable que eso dé forma a la política de la región en los próximos años. Lampadia




Propuesta para Aliviar el Problema del Desempleo

Propuesta para Aliviar el Problema del Desempleo

Jorge Baca Campodónico
Para Lampadia

El colapso del sector informal, el cierre de empresas y la desaparición de más de 7 millones de empleos, generados por la prolongada cuarentena, configuran un escenario que más se asemeja a la depresión económica de 1929 que a las recesiones de 1998 o de 2008.  El gobierno se equivoca al pensar que las políticas monetarias y fiscales anticíclicas, por más significativas que sean, serán suficientes para salir de la recesión en la que nos encontramos. Hemos entrado a un “agujero negro” que nos viene arrastrando a una depresión económica de imprevisibles consecuencias.

La reducción del empleo reduce el menor nivel de ingresos y, por ende, la demanda de los consumidores, lo que se traduce en menores ventas para las empresas. Tanto consumidores como empresas encuentran crecientes dificultades para pagar sus préstamos, obligando a los bancos a reducir su intermediación. La caída de la demanda agregada generará una nueva ola de cierre de empresas o despidos de trabajadores formales, iniciándose de esta manera un círculo vicioso, que como un agujero negro nos podría arrastrar a una depresión económica si no se toman las medidas correctivas a tiempo.

A diferencia de países desarrollados, el Perú no cuenta con un seguro de desempleo. Los programas Reactiva, los bonos distribuidos a raíz de esta crisis por el gobierno, juntamente con la liberación parcial de CTS y fondos individuales en las AFPs, son esquemas temporales y no cubren, ni por asomo, el ingreso mensual que percibían estos trabajadores antes de quedar desempleados. Este menor ingreso, juntamente con los menores ingresos por exportaciones y menor nivel de inversión del sector privado generará una caída en la demanda agregada que será similar a la caída inicial de la producción generada por la cuarentena.

¿Qué hacer en estas circunstancias? Lo que se necesita es una solución similar al “New Deal” de Franklin D. Roosevelt aplicada en EUA, no para cambiar el modelo económico sino para perfeccionarlo eliminando la falla de mercado que se viene dando en el área laboral. De otra manera corremos el riesgo de que la ola de populismo arrase con el modelo económico consagrado en la Constitución de 1993.

El 31 de diciembre de 1933 el economista John Maynard Keynes dirigió una carta abierta a Franklin Roosevelt poco tiempo antes de su primera investidura presidencial y en plena depresión económica, desatada por el desplome de la bolsa americana en 1929. En esa extensa carta de 2,600 palabras, el reconocido economista hizo una lista de recomendaciones de política monetaria, fiscal y cambiaria que reflejan el pensamiento del creador de la escuela “keynesiana” de economía y que años más tarde, en 1936, sería volcado en su libro “Teoría General del Empleo, Interés y el Dinero”.

¿Qué le recomendó Keynes a Roosevelt? “… Usted se enfrenta a una doble tarea, Recuperación y Reforma; recuperación de la depresión y la aprobación de las reformas económicas y sociales que debieron haber sido introducidas hace mucho tiempo. Para la primera, la velocidad y los resultados rápidos son esenciales. Para la segunda, que también puede ser urgente, la prisa será perjudicial. Una solución sabia de largo plazo es más necesaria que el logro inmediato. Será a través de elevar el prestigio de su administración por el éxito en la recuperación de corto plazo, que tendrá la fuerza motriz necesaria para lograr la reforma de largo alcance. Por otro lado, incluso una reforma sabia y necesaria puede, en algunos aspectos, obstaculizar y complicar la recuperación. Porque alterará la confianza del mundo de los negocios y debilitará su motivación, antes de que haya tenido tiempo para la recuperación…”.

Refiriéndose a cómo lograr la recuperación, Keynes escribe: “El objetivo de la recuperación es aumentar la producción nacional y poner a más hombres a trabajar …  el volumen de producción depende de la cantidad de poder adquisitivo…  Por lo tanto, un aumento de la producción no puede ocurrir a menos que se den uno u otro de tres factores. Que las personas sean inducidas a gastar más de sus ingresos existentes; que los empresarios sean inducidos, ya sea por una mayor confianza en las perspectivas o por una tasa de interés más baja, a crear ingresos adicionales en manos de sus empleados, que es lo que sucede cuando se aumenta el capital fijo de un país o se contratan más trabajadores; o que el gobierno cree ingresos corrientes adicionales a través del gasto de dinero prestado o impreso. En los malos momentos no se puede esperar que el primer factor funcione a una escala suficiente. El segundo factor llegará cuando la segunda ola de ataque a la depresión se dé, una vez que la marea haya sido cambiada por los gastos del gobierno. Por lo tanto, sólo a partir del tercer factor podemos esperar el impulso mayor inicial. …  en una depresión económica el gasto gubernamental proveniente de préstamos es el único medio seguro de asegurar rápidamente un aumento de la producción… Es por eso que una guerra siempre ha causado una intensa actividad industrial. En el pasado, la teoría económica ortodoxa ha considerado una guerra como la única excusa legítima para crear empleo a través de gastos gubernamentales. Usted, señor presidente, después de desechar tales grilletes, será libre de utilizar, por el interés en la paz y la prosperidad, la técnica que hasta ahora sólo se ha permitido utilizar para los propósitos de la guerra…”.

¿Siguió Roosevelt los consejos de Keynes? Existe controversia sobre si Roosevelt siguió la receta keynesiana. Lo cierto es que Keynes y Roosevelt se reunieron en mayo de 1934. Roosevelt le dijo a su ministra de trabajo Frances Perkins, “Vi a tu amigo Keynes. Dejó un rollo entero de cuadros y gráficos. Debe ser un matemático más que un economista político”. Por su parte, Keynes repitió su admiración por las acciones que Roosevelt había tomado, pero dijo con cautela que había “supuesto que el presidente era más instruido, económicamente hablando”.

Keynes exageró su posición con afirmaciones como: “Sin dinero no hay economía”, “Se puede enterrar dinero y dejar que los trabajadores suden para encontrarlo”, “Lo importante es que el dinero debe estar disponible sin importar el cómo, o se tendrá disturbios y caos.”

Keynes no entendió las preocupaciones de Roosevelt. Para el presidente, si el dinero no se ganaba como producto del trabajo, no tenía valor. No generaba autoestima, y por lo tanto no podía ayudar a la economía. El presidente decidió que, en lugar de regalar dinero, como lo proponía Keynes, el gobierno directamente crearía puestos de trabajo productivo. Durante su periodo como gobernador de New York (1929 – 1932), previo a su elección como presidente de los EUA, como respuesta al aumento del desempleo, Roosevelt había iniciado el programa “Temporary Emergency Relief Administration” (TERA) para reforestar grandes áreas del estado de New York. Luego, como presidente, basado en su experiencia con el TERA, propuso al Congreso un programa a escala nacional al que denominó Civilian Conservation Corps (CCC).

El CCC fue un programa voluntario de empleo que operó entre 1933 y 1942 y dio trabajo a hombres desempleados y solteros de 17 a 25 años. A lo largo de sus nueve años de funcionamiento, 3 millones de jóvenes participaron en el CCC, obteniendo alojamiento, ropa y alimentos, además de un salario de US$ 30.00 (equivalente a US$ 590.00 a precios de 2019) por mes. El CCC fue el más popular de todos los programas de New Deal. Una encuesta de Gallup del 18 de abril de 1936 preguntó: ¿Estás a favor de los campamentos del CCC?; el 82% de los encuestados dijo que sí, incluyendo el 92% de los demócratas y el 67% de los republicanos.  Un objetivo implícito del CCC fue restaurar la moral de la población en una época en la que el desempleo superaba el 25% y con tasas mucho más altas para los adolescentes con poca educación.

La organización y administración de la CCC fue responsabilidad conjunta de cuatro ministerios: Trabajo, que reclutó a los jóvenes, Ejército, que operaba los campamentos, y Agricultura e Interior, que proponían, organizaban y supervisaban los proyectos de trabajo. Un Consejo Asesor del CCC estaba compuesto por un representante de cada uno de los departamentos supervisores. El general Douglas MacArthur fue puesto a cargo del programa para operar los campamentos y oficiales retirados del ejército estuvieron al mando de los campamentos.

La implementación del programa se produjo con bastante rapidez. Roosevelt presentó la legislación al Congreso el 21 de marzo de 1933 y el Congreso la aprobó, por unanimidad, el 31 de marzo. Roosevelt promulgó la ley el mismo día y emitió una orden ejecutiva el 5 de abril creando la agencia, nombrando a su director y asignando comandantes del Ejército para comenzar la inscripción. El primer trabajador inscrito en el CCC fue seleccionado el 8 de abril y las listas subsiguientes de hombres desempleados fueron suministradas por los organismos estatales y locales de bienestar y socorro, para su inscripción inmediata. El 17 de abril, se estableció el primer campamento, en el Parque Nacional George Washington en Virginia. El 18 de junio se inauguraron los primeros 161 campamentos de control de la erosión del suelo, en Alabama. Para el 1 de julio de 1933 había 1,463 campamentos de trabajo con 250,000 inscritos. 

¿Puede hacerse algo similar en el Perú en las actuales circunstancias? Por lo que se sabe, el gobierno ha propuesto el programa Arranca Perú, pero este programa es una simple reasignación de los presupuestos de mantenimiento de otros programas que se ha ensamblado a la ligera sin ningún tipo de planificación. Las responsabilidades estarán compartidas por una serie de autoridades de todo nivel (gobierno central, mi vivienda, alcaldes, gobernadores, ministerios, etc.) lo que implica una carencia de liderazgo y estructuración del programa.  Por su falta de planificación y estructuración, el programa Arranca Perú va en camino a ser un desastre como lo ha sido la Reconstrucción con Cambios.

Arranca Perú será un botadero de plata que será utilizado por los gobiernos locales para crear trabajo temporal en actividades poco productivas con fines electorales. Y lo peor es que este tipo de programas, por su naturaleza temporal, no nos sacará de la depresión económica a la que vamos encaminados por las continuas medidas populistas del Congreso y el Ejecutivo.

La clave para aplicar un programa similar al propuesto por Roosevelt consiste en reconocer que el principal problema de nuestra economía es la falta de empleo adecuado y su baja productividad. La informalidad es nada menos que desempleo camuflado, un desempleo oculto. Este problema viene antes de la pandemia. El COVID solo ha desnudado un problema estructural, agravado por la falta de flexibilidad laboral, adecuada legislación laboral y la falta de un adecuado sistema de salud y pensiones. El bajo nivel de la deuda pública y el elevado nivel de reservas internacionales está logrando encubrir el problema estructural temporalmente, pero eso será insostenible en el largo plazo.

La solución al problema entonces pasa por la generación de empleo formal productivo en forma masiva e inmediata. La población quiere trabajar, no recibir bonos o subsidios. Esto debe hacerse rápidamente. Los niveles de desempleo son tan elevados que un estallido social puede ocurrir en cualquier momento. Se ha producido una falla de mercado en el área laboral y, para restablecer el equilibrio, se requieren medidas no convencionales.

¿Existe una alternativa al programa Arranca Perú? Si existe. Basta hurgar en el pasado para saber que se hizo en circunstancias similares cuando países tuvieron que enfrentar una depresión económica y elevados niveles de desempleo. Lo que se tiene que hacer es lo que hizo Roosevelt con su programa Civil Conservation Corps durante el New Deal y adaptarlo a las circunstancias peruanas. Un programa estructurado con participación de toda la sociedad.  Por la urgencia de su puesta en marcha se requiere la ayuda de las fuerzas armadas y el apoyo de las universidades, Defensa Civil, iglesias y el sector privado.  Hay que reconocer que una gran parte de las constructoras se encuentran impedidas de contratar con el Estado y por lo tanto no están en condiciones de movilizar la capacidad necesaria para una obra de gran envergadura. En este momento las fuerzas armadas son las únicas que tienen la capacidad organizacional para movilizar un ejército de empleados de 2 millones de personas en el corto plazo.

Un aspecto clave en la implementación de este tipo de propuestas es la adecuada y oportuna planificación de cada una de las reformas para que la propuesta de la agencia de empleo voluntario funcione. El gobierno, desde ya, debería plantear una agenda legislativa para la aprobación de las reformas requeridas para la formación de la agencia de empleo mencionada. Lo importante es poder contar con una infraestructura legal y administrativa consensuada con todos los sectores de la población para que las elecciones que se avecinan sean el sello aprobatorio de la propuesta. De esta manera el nuevo gobierno podría dedicarse de lleno a su implementación.

El marco legal deberá ser acompañado de una reforma tributaria que priorice la generación de empleo formal. Los sectores de mayor absorción de empleo son el sector agrícola y el sector construcción. Para movilizar la creación de empleo formal, el gobierno, al igual que en el New Deal, debe crear una agencia gubernamental que fomente la creación de empleo formal en el ámbito rural y en el ámbito urbano.

Para el caso presente, se propone la creación de La Agencia Civil de Empleo para la Reactivación (ACER), se plantea que se organice tipo servicio militar voluntario por 4 años como se hizo en el New Deal. Las personas en forma voluntaria (de preferencia jóvenes entre 18 y 25) se presentan en su distrito en el que viven y las fuerzas armadas los organiza como si fuera un servicio militar voluntario. Los ubica en un campamento habilitado especialmente para este fin. Si no hay cuartel en el distrito, se hace un campamento provisional al mando de oficiales retirados de las fuerzas armadas.

Los empleados voluntarios vivirían en los campamentos para asegurar su sanidad y contagio contra el COVID. Tendrían salidas programas de visita a sus casas cada 3 meses. Su estadía en los campamentos serviría para entrenarlos en diferentes profesiones y para educarlos e inculcarles disciplina para asegurar su incorporación al mercado laboral formal al término de su contrato.

Los distintos cuerpos de las fuerzas armadas cubrirían la logística necesaria proporcionando uniformes, comida y lugar donde pernoctar. Los movilizados reciben un salario mínimo mensual con sus beneficios sociales (Esalud y previsión social ONP), es decir son empleos formales con un régimen laboral especial. Si son universitarios se paga dos salarios mínimos. La duración del contrato de trabajo sería 2 años renovables. Los campamentos serían además centros de formación profesional. Después de sus jornadas laborales, los jóvenes tendrían oportunidad en los campamentos de recibir entrenamiento en múltiples oficios que le permitirían al término de sus contratos ejercer sus habilidades adquiridas.

Los dos millones de personas que llegaría a tener el programa ACER serían incorporadas progresivamente, la idea sería tener un campamento en cada distrito, (dos mil cuarteles de mil personas cada uno) tomando en cuenta la capacidad logística de las fuerzas armadas.

ACER se estructuraría como una corporación independiente con directorio formado por miembros de las Fuerzas Armadas, Sector Privado, Gremios, Universidades, Defensa Civil, y Gobiernos Locales. Tendría dos áreas de actuación: (i) ámbito rural; y (ii) ámbito urbano.

En el ámbito rural las actividades a desarrollarse serían labores de forestación, construcción de reservorios, canales, riego tecnificado, siembra y cosecha de agua. Para su implementación se utilizaría la experiencia ganada con el esquema de Sierra Productiva, que es un programa privado pero que ha sido recogido parcialmente en el programa Haku Wiñay de Foncodes. Consiste en construir micro reservorios familiares para con ellos instalar riego por aspersión o tecnificado en las chacras incluso de minifundistas muy pequeños. En 400 o 500 m2 de pastos que sólo crecen 1 cm y están verdes sólo tres meses al año, se puede pasar a tener pastos cultivados que crecen 1 m y admiten cinco cortes al año. Es decir, se podría lograr incrementos de la productividad superiores al 500%. Esto permitiría que los beneficiados puedan pasar de tener una vaquita famélica que apenas produce unos litros de leche a tener dos o tres de mejor calidad que le permitan tener un mejor nivel de vida, demandar productos manufacturados que reactivarán la economía y estar en condiciones de formalizar sus actividades teniendo acceso al seguro de salud y al sistema de pensiones.

Lo más interesante de este tipo de programas en el ámbito rural, es su potencial de masificación que permitirían transformar la agricultura serrana, a través de un salto de productividad extraordinario que se podría concretar en muy poco tiempo. La ubicación de los campamentos de ACER en cada distrito de la sierra permitiría que el contingente de jóvenes de la misma zona realice las mejoras y de esta forma asegurar que los cambios tecnológicos sean permanentes.

La agencia ACER utilizaría la fuerza laboral de cada campamento para hacer contratos con comunidades, gobiernos locales o propietarios para realizar las obras de reforestación, construcción de reservorios y canales, siembra y cosecha de agua, riego tecnificado más adecuadas a la zona.

En el ámbito urbano, las actividades a desarrollarse serían labores asociadas a la reconstrucción de millones de viviendas precarias en el ámbito urbano, especialmente ciudades grandes, obras de agua y desagüe, postas de salud, escuelas y parques zonales.  Al igual que el ámbito rural, los campamentos se instalarían en los distritos donde se realizarían las obras asegurando de esta manera que el contingente de jóvenes movilizados pertenezca a la misma zona. La participación de Defensa Civil en el directorio de ACER permitiría asegurar que las obras de reconstrucción de las viviendas precarias se hagan de acuerdo con las normas técnicas necesarias para evitar una catástrofe en caso de un terremoto.  

Con una estructura organizacional como la de ACER, se evitarían los interminables procesos de licitación, contratación y ejecución de los proyectos y la corrupción asociada a ellos. Las obras se realizarían con contratos tipo Mi Vivienda para reconstrucción de viviendas precarias con los propietarios de los lotes a ser beneficiados. Las obras de agua y desagüe, postas de salud, escuelas y parques zonales se harían con contratos tipo Mi Vivienda con las autoridades locales de los distritos donde se realizan las obras.

¿Como se financiaría?, con un fondo tipo “Mi Vivienda” que daría préstamos a largo plazo, con bajas tasas de interés, a los agricultores beneficiados con los reservorios o forestación y a los moradores de las viviendas precarias. Con la participación de las fuerzas armadas se tendría no solo fuentes de trabajo sino una fuerza laboral disciplinada, apolítica y que aprendería oficios en los campamentos.

¿Qué se requiere para poner en marcha ACER? Una ley del Congreso que autorice la creación de la agencia civil ACER con su régimen laboral especial. Una reasignación presupuestal de diferentes ministerios encargados de programas similares para financiar las actividades logísticas de las fuerzas armadas para el mantenimiento de los campamentos, maquinaria necesaria para el desempeño de sus funciones y de la fuerza laboral de voluntarios. Los salarios de los jóvenes incorporados saldrían del financiamiento de las obras a ejecutar que serían otorgados como préstamos a los beneficiarios (propietarios de las tierras beneficiadas y lotes precarios a ser reconstruidos). Estos préstamos se otorgarían siguiendo esquemas similares a los de Mi Vivienda, con plazos de 30 años y con tasas de interés muy bajas.

En ambos casos, las agencias gubernamentales generarían puestos de trabajo productivo bajo esquemas similares a “Mi Vivienda” respaldado por los derechos de propiedad de las tierras en el caso de los proyectos rurales y de los lotes de vivienda en el caso de los proyectos urbanos. Lampadia