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Los riesgos de una nueva constitución en Chile

Los riesgos de una nueva constitución en Chile

A poco más de un mes del referéndum que decidirá la creación de una nueva constitución en Chile (ver Lampadia: ¿Una nueva constitución en Chile?), The Economist brinda interesantes reflexiones sobre la pertinencia de esta decisión, a la luz de los logros del tan criticado modelo chileno y las demandas de las protestas que han vuelto a sacudir a nuestro vecino del sur en los últimos días.

Cabe resaltar de este análisis, la referencia que hace el popular medio británico respecto a cómo históricamente las izquierdas en América Latina han aprovechado este tipo de descontentos, cuyos orígenes están lejos del denostado “neoliberalismo”, para arremeter con nuevas cartas magnas e instaurar modelos fallidos con políticas trasnochadas en sus países.

Venezuela es el caso más emblemático al respecto, puesto que pasó de ser uno de los países más ricos de la región a finales de los años 90, a exhibir los peores índices de desarrollo humano a nivel mundial en gran parte por la constitución juramentada por Hugo Chávez, la cual ha posibilitado todas las nefastas políticas del actual régimen en las últimas dos décadas.

Como también enfatiza The Economist, si Chile toma este camino no solo se jugará este riesgo, sino también la posibilidad de contar con un equipo incompetente y sin la pericia suficiente para el diseño de una constitución que pueda ser si quiera viable en términos económicos y que sobretodo tome en cuenta los incentivos de los chilenos en temas tan importantes como el mercado laboral, las pensiones y el sistema de salud pública.

Como hemos comentado anteriormente y rescatando este análisis, la solución de Chile no pasa por cambiar su constitución, puesto que gran parte de las demandas de su gente está concentrada en la mala provisión de los servicios públicos y no en los marcos institucionales que rigen su economía de mercado. Estos últimos, por más que lo nieguen las izquierdas más recalcitrantes, han permitido todo el desarrollo de Chile experimentado en los últimos 30 años, cimentándolo como el país con mejores indicares económicos y sociales de la región, y con una clase media que abarca a por lo menos el 65% de la población, según recientes estimaciones del think tank chile Libertad y Desarrollo.

En tal sentido, se deben fortalecer las labores que competen al Estado y que en la actual constitución ya están claramente delimitadas como el brindar seguridad y salud pública de calidad.

Dicho esto, esperamos que estas reflexiones puedan calar en el electorado que irá al referéndum a llevarse a cabo el próximo 26 de abril y sopesen una vez más la idea de crear una nueva constitución. Podrían estar más cerca del socialismo de siglo XXI de lo que Chile nunca estuvo alguna vez. Lampadia

Una estrella empañada
Cómo reformar Chile

Una nueva constitución ofrece al país un camino para salir de la ira y el desorden

The Economist
14 de marzo, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Durante gran parte de los últimos 30 años, Chile se ha destacado del resto de América Latina como un país que parecía estar haciendo la mayoría de las cosas bien. Combinaba una economía de mercado abierta con el estado de derecho, instituciones estables y una creciente provisión social. Las tasas de pobreza cayeron abruptamente y la mayoría de los chilenos se convirtieron en clase media por medidas oficiales. Por lo tanto, las protestas grandes, sostenidas y a veces violentas que han sacudido al país desde el pasado octubre han sido impactantes. Han cuestionado el éxito del “modelo chileno” y su futuro.

Lo que sucede ahora en Chile importa más allá de sus fronteras. Sus protestas, que se han reanudado este mes, son solo una manifestación del descontento que arrasa América Latina. Varios otros países también han visto protestas, aunque estas se han centrado principalmente más estrechamente. La elección de populistas contrastantes en Brasil y México en 2018 fue otra señal de ira. Así fueron las victorias de la oposición en las recientes elecciones presidenciales en toda la región.

No es difícil adivinar las causas de este descontento. América Latina ha experimentado un crecimiento económico escaso o nulo desde 2013. Sus nuevas clases medias temen tener menos oportunidades. La corrupción ha desacreditado a la clase política. Y existe una sensación generalizada de que la democracia no ha traído el mismo trato y el mismo acceso a los servicios básicos para todos los ciudadanos.

Varios de estos factores se aplican en Chile. La derecha identifica el problema como un crecimiento lento combinado con una clase media más exigente. Para la izquierda, las protestas son una rebelión contra la desigualdad y el “modelo neoliberal” impuesto por la dictadura del general Augusto Pinochet.

A primera vista, la queja de la izquierda es descabellada. Desde 1990, los gobiernos democráticos han hecho muchas reformas. Sin embargo, las principales quejas realmente se refieren a los legados de la dictadura: un sistema de pensiones privado que no ofrece seguridad en la vejez, un sistema de salud segregado y una sensación de impunidad para los ricos. Además, la violencia y el vandalismo han puesto en tela de juicio la capacidad del estado para mantener el orden público. La policía, una vez respetada y dejada para correr, se ha mostrado en los últimos años corrupta, brutal e incompetente. Necesitan ser completamente reformados.

En un esfuerzo por aplacar la ira popular, Sebastián Piñera, el presidente en conflicto, llegó a un acuerdo para celebrar un plebiscito el 26 de abril sobre si se debe organizar una asamblea para redactar una nueva constitución. Piñera, un ex empresario multimillonario, ha cambiado entre sonar duro y reconocer que Chile necesita grandes cambios. Como si estuviera regateando un acuerdo comercial, ofreció concesiones al margen en pensiones, subsidios de salud, etc. Se necesita un enfoque más audaz. Muchos chilenos quieren la promesa de un sistema de pensiones con una red de seguridad más fuerte y un sistema universal de salud pública. Eso significa permitir un seguro privado pero abolir los organismos de salud conocidos como Isapres, una invención de Pinochet, que drenan las contribuciones a un sistema privado de alto precio. También significa un compromiso para aumentar los impuestos, que son solo el 20% del PBI. Se deben pagar mejores servicios públicos.

¿Es esencial una nueva constitución para lograr estos cambios? Ha sido un mecanismo de la extrema izquierda en varios países latinoamericanos para tomar el control e imponer un modelo socialista (fallido). Pero a este respecto, Chile es diferente. Aunque muy enmendado, su constitución se califica de ilegítima por su origen bajo Pinochet. Las encuestas han demostrado durante mucho tiempo que dos tercios de los votantes están a favor de una nueva carta. La constitución existente es muy difícil de reformar. Las cuestiones de desacuerdo de rutina, como la atención médica y la educación, requieren una gran mayoría para cambiar.

Eso no es negar los riesgos. El 26 de abril, los chilenos votarán no solo sobre la creación de la convención constitucional, sino también sobre si esta debería ser totalmente elegida o compuesta en parte por legisladores existentes. El nuevo cuerpo puede sufrir de inexperiencia. Muchas constituciones latinoamericanas recientes han sido prolíficas y utópicas, repletas de “derechos” inasequibles y promesas de gastos. Pero Chile tiene salvaguardas. A menos que el nuevo documento sea aprobado por un voto de dos tercios de la asamblea y luego en un referéndum, la constitución existente permanecerá.

Sobre todo, la convención ofrece a Chile un camino para salir de su laberinto. La nueva constitución debería incorporar un nuevo contrato social. Debería eliminar los obstáculos para reformar la policía, brindar atención médica universal y regular las universidades privadas. Una población más sana y mejor educada sería más productiva. Una red de seguridad más fuerte alentaría a los trabajadores a ser más flexibles. Una nueva ley básica podría darle a Chile un nuevo comienzo, y a América Latina un nuevo modelo del cual aprender. Lampadia




Tres provincias en el área de influencia de Southern entre las cinco con mayor IDH en el Perú

Tres provincias en el área de influencia de Southern entre las cinco con mayor IDH en el Perú

Semanario Minas y Petróleo
2 – 9 de diciembre, 2019

Del análisis de los valores del Índice de Desarrollo Humano (IDH), dados a conocer el 21 de noviembre de este año por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se puede concluir que, en aquellas circunscripciones geográficas donde le es posible prosperar, la industria minera es un factor con un efecto preponderante en el desarrollo humano.

En efecto, de las 24 provincias con el mayor valor en este índice (ver el Cuadro Nº 1) 8 explican ese mayor valor, principalmente, por el desarrollo de la industria minera y/o la metalúrgica en su territorio (Mariscal Nieto, Ilo, Jorge Basadre, Tahuamanu, Yauli, Tambopata, Caravelí y Nazca); otra de ellas (Islay) por poseer el puerto minero con mayor volumen de exportación (Matarani), otra por dicho desarrollo minero y metalúrgico en una gran proporción (Arequipa);  y una última por la importante influencia indirecta, que incluye los pagos de la minería por canon y regalías (Tacna).

De las 13 provincias restantes, que también se ubican entre los 24 primeros lugares con mayor IDH del Cuadro Nº 1, seis se benefician de su posición geográfica, al pertenecer al departamento de Lima, la capital del país (incluyendo al Callao, que es su puerto) y dos son grandes ciudades (Trujillo e Ica), que también reciben canon. De las cinco provincias restantes, los altos niveles del IDH se explican: en el caso del Cusco por el turismo y el canon gasífero; en el de Camaná y San Martín por una combinación del desarrollo turístico y la agricultura; en el de la provincia del Santa por la industria pesquera; y en el de Palpa por la agroindustria.

Conforme se puede observar en el mapa adjunto, el PNUD ha clasificado a las provincias del Perú, según el valor de su IDH, en cinco quintiles: primer quintil, el que abarca a las provincias con valores que van desde 0.6243 hasta 0.7255 (este último valor es el que corresponde a Lima Metropolitana); segundo quintil de 0.5231 a 0.6243; tercer quintil de 0.4219 a 0.5231; cuarto quintil de 0,3207 a 0.4218; y quinto quintil que va desde 0.2196 hasta 0.3207. Cabe señalar que 0.2196 es el valor que corresponde a la provincia de Julcán en La Libertad, que es la provincia con menor IDH de todo el Perú. 

Si se aplican estos quintiles a los departamentos se tendría que, en el 2019, a Lima, Moquegua y Arequipa les correspondería el primer quintil; a Madre de Dios, Ica, Tacna, Tumbes, La Libertad y Lambayeque el segundo quintil; a Ancash, Piura, Cusco, Junín, Ucayali, Loreto, San Martín, Pasco, Puno, Huánuco, Ayacucho y Cajamarca el tercer quintil; y a Apurímac y Huancavelica el cuarto quintil   

LOS DEPARTAMENTOS MINEROS DE LA COSTA SUR Y MADRE DE DIOS LIDERAN EL IDH

Conforme se puede observar en el Cuadro Nº 2, de los seis departamentos del Perú con mayor IDH, aparte de Lima la capital (considerando a Lima y Callao, que lidera el ranking, como un solo departamento), los otros cinco son departamentos con una importante producción minera: Arequipa, Moquegua, Tacna, Ica y Madre de Dios en ese orden, si se promedian las ubicaciones ocupadas en el ranking del IDH en los años 2003, 2007, 2012, 2017 y 2019. Mientras que el orden en la evaluación de este año fue: Moquegua, Arequipa, Madre de Dios, Ica y Tacna.

La importancia de la minería en Arequipa, Moquegua, Tacna e Ica se demuestra por ser, como se puede observar en el Cuadro Nº 3, departamentos con un elevado ingreso por transferencias de las empresas mineras, que operan en su territorio, provenientes de Canon Minero, Regalía Minera, Derecho de Vigencia y Penalidad. Para tener una referencia, tanto de la importancia de dichas transferencias, como de su evolución en los últimos años, se presenta en el referido Cuadro Nº 3, el monto per cápita acumulado de las mismas, para cada departamento, en los años 2015 y 2018.

En efecto, en dicho cuadro se puede observar que Moquegua ocupó el 1º lugar en el 2015 y el 2º lugar en el 2018 en el per cápita de esas transferencias, Tacna el 2º lugar en el 2015 y el 4º en el 2018, Arequipa el 5º lugar en ambos años e Ica el 8º en el 2015 y el 9º en el 2018. Cabe señalar que Southern Peru opera desde hace varias décadas en Tacna y Moquegua; Minera Cerro Verde y su antecesora Minero Perú en Arequipa; y Shougang Hierro Perú y sus antecesoras: Hierro Perú y Marcona Mining Company en Ica. 

Adicionalmente a la ventaja de Moquegua, Tacna y Arequipa de ser importantes productores mineros desde hace varias décadas, está la de ser departamentos costeños. Si bien Ica no tiene una producción minera, en cuanto a valor, de similar magnitud, también es un departamento costeño y su importancia como el único productor de hierro del Perú, ya tiene más de medio siglo, a lo que adicionalmente le agrega la ventaja de su cercanía y buena comunicación con la capital del país y que además ha desarrollado una importante agroindustria.

El caso de Madre de Dios es distinto, por cuanto su producción aurífera no genera transferencias directas a la región, por ser informal. Sin embargo, tiene una producción minera generando elevados ingresos para su población desde hace alrededor de tres décadas, que en el 2001 y el 2002 ya superaba el 10% de la producción de oro del Perú. Esos elevados ingresos explican, como se puede observar en el Cuadro Nº 1, que su provincia de Tahuamanu, tenga con 1,404 soles el cuarto mayor ingreso familiar per cápita del país y su población tenga, con 81.75 años la tercera esperanza de vida al nacer más elevada, entre las provincias del Perú. Por su parte la provincia de Tambopata, que alberga al 80.3% de la población de Madre de Dios, tiene con 1,248 soles el sétimo mayor ingreso familiar per cápita del país.

NO TODOS LOS DEPARTAMENTOS DE LA COSTA NORTE HAN APROVECHADO SUS RECURSOS

Conforme se puede observar en el Cuadro Nº 1, en el año 2019 a los departamentos de la costa norte le correspondieron las siguientes ubicaciones en el ranking del IDH: 7º Tumbes, 8º La Libertad, 9º Lambayeque, 10º Ancash y 11º Piura. Aunque Tumbes y Lambayeque no tienen producción minera, tienen la ventaja de tener en la costa toda la superficie de su territorio, en el caso de Tumbes y casi toda en el de Lambayeque.

La Libertad ocupó el puesto 9º, en las transferencias por canon y otros conceptos, lo que coincide con su ubicación en el ranking del IDH. Trujillo es la única de sus provincias que se clasifica en el ranking del IDH del PNUD en el primer quintil, lo que se explica por comprender a la tercera ciudad más poblada del país.  

Las provincias de Ascope, Pacasmayo y Chepén se clasifican en el segundo quintil en el ranking del IDH del PNUD, lo que se explica porque estas provincias están muy vinculadas a la zona minera de Cajamarca, a la cual están unidas por una carretera asfaltada. Adicionalmente, que la zona es un área de producción minera no metálica, para la producción de cemento.

EL COSTO DE RECHAZAR LA MINERÍA DE PIURA

La provincia capital del departamento de Piura, donde está ubicada la ciudad del mismo nombre, es la provincia con menor IDH entre las que son capital de departamento.

En esta provincia se ubica el distrito minero de Tambogrande, donde la Minera Manhattan quiso llevar a cabo una importante inversión minera, pero la oposición antiminera le impidió cumplir con los compromisos de inversión y tuvo que retirarse del país.

Comparativamente, Talara donde se desarrolló la explotación y refinación de petróleo durante muchos años es la provincia con mayor IDH de todo el departamento y se ubica en el puesto 30º en el ámbito nacional

Por otra parte, cabe señalar que el inmenso megaproyecto cuprífero de Río Blanco, a cuya explotación se ha opuesto tenaz e insensatamente la antiminería, se ubica en el área de influencia de las dos provincias más pobres de este departamento: Huancabamba y Ayabaca. La primera es la sétima provincia del Perú, entre las que tienen menor IDH y la segunda es la cuarta.

Adicionalmente, Ayabaca con 234 y Huancabamba con 250 soles tienen los ingresos familiares per cápita más bajos del país entre las provincias del Perú, que tienen más de 50 mil habitantes.

LA EVOLUCIÓN DE ANCASH: LENTA PERO SEGURA

Un caso que merece mayor análisis es el de Ancash, por cuanto esta región, conforme se puede ver en el Cuadro Nº 3, fue la que tuvo las mayores transferencias per cápita por canon y otros cobros a las empresas mineras en el 2018 y el tercer lugar por ese concepto en el 2015 (ver Cuadro Nº 3). Como referencia cabe señalar que en el 2009 Ancash ya era también la tercera región en mayor recaudación por dichas transferencias, derivadas de sus ingresos provenientes de la mina Pierina, que inició su producción de oro en el año 1998, pero principalmente de Antamina que inició sus operaciones en el 2001.

Conforme ya lo hemos señalado en anteriores informes periodísticos, sobre este tema, el impacto del desarrollo minero en el incremento del valor del IDH, en una circunscripción geográfica, es progresivo y lento, por cuanto con excepción del ingreso familiar per cápita, los otros factores utilizados en su determinación: esperanza de vida al nacer, el porcentaje de la población mayor de 18 años con secundaria completa y el promedio de los años de estudio de la población con 25 años o más, son factores que por su naturaleza no pueden modificarse en pocos años.

No obstante lo señalado, ha habido una evolución importante en el IDH de Ancash, desde que Pierina y, principalmente, Antamina convirtieron a esta región en una de las más importantes, en el ámbito de la minería peruana. En efecto, de la comparación de la información de los valores del IDH, que se muestran en el Cuadro Nº 2 para todos los departamentos del Perú, se obtiene que mientras que en el 2003 el IDH de Ancash era equivalente a solo el 62.2% del de Arequipa, en el 2019 ya es equivalente al 80.3%. Cabe señalar que para esta comparación se eligió a Arequipa, por ser la región que en promedio ha sido la que ha tenido el mayor IDH, después de Lima entre el 2003 y el 2019.

Adicionalmente, como se puede observar en el mismo Cuadro Nº 2, entre el 2003 y el 2019 Ancash avanzó desde el puesto 14º en el ranking del IDH, en el ámbito nacional, hasta el 10º.

EL IDH EN LA SIERRA PERUANA

Nueve departamentos del Perú pueden ser clasificados como predominantemente serranos al reunir las tres siguientes características: no tienen costa, la mayor parte de su población habita sobre los 2 mil metros de altura y su capital está en la sierra.

Las dos primeras de estas características representan una desventaja para el desarrollo humano, al menos mientras no se desarrollen modernos sistemas de transporte y eso explica que en el 2019, el IDH de Piura, el menor de los departamentos de la costa peruana, supere al de Cusco, el mayor de la sierra.

Conforme se puede observar en el Cuadro Nº 2, en orden descendente, de acuerdo a su IDH en el ámbito nacional en el 2019, los departamentos de la sierra se agruparon de la siguiente manera: 12º Cusco, 13º Junín, 17º Pasco, 18º Puno, 19º Huánuco, 20º Ayacucho, 21º Cajamarca, 23º Apurímac y 24º Huancavelica.

Hasta el 2010 Junín y Pasco  los dos departamentos de la sierra peruana que tienen una industria minera y/o metalúrgica de más de un siglo, eran los que tenían un mayor IDH, posteriormente, con el crecimiento del Turismo y la influencia de Camisea, Cusco los ha superado.

EL DESARROLLO DE ESPINAR EN EL SUR DEL CUSCO

Cusco ocupó la mejor ubicación en el ranking del IDH en el 2019, entre los departamentos de la sierra y su recaudación per cápita por transferencias de canon y otros cobros a las empresas mineras (ver Cuadro Nº 3), le permitieron ubicarse en este ámbito en el sétimo lugar entre todos los departamentos del país. Sin embargo, no es la actividad minera el factor más importante para su primera ubicación entre los departamentos de la sierra, en cuanto a mayor IDH. El factor más importante es el turismo que le ha permitido a la provincia del Cusco, la más poblada de la región, ubicarse en el sétimo lugar en cuanto a mayor IDH entre todas las provincias del país. Adicionalmente cabe señalar que esta región también tiene una importante recaudación por canon gasífero.

Sin embargo, cabe mencionar que en contraste con el norte de este departamento, el sur tiene muy poco desarrollo, como lo prueba los bajos niveles de IDH que tienen seis de sus 8 provincias: Quispicanchis (0.3466), Chumbivilcas (0.3372), Acomayo (0.2977), Canas (0.2588), Paruro (0.2484) y Paucartambo (0.2484). Las excepciones son Canchis y Espinar.

Canchis tiene un IDH de 0.4682 y debe su relativo desarrollo social a que está comunicada desde 1894 por ferrocarril con Juliaca, Puno y Arequipa y desde 1908 con el Cusco.

Por su parte, Espinar, donde anteriormente se explotó la mina Tintaya y actualmente la mina Antapaccay, tiene con un valor de 0.4634 el cuarto mayor IDH después de Cusco y Urubamba, ubicadas en la zona turística del departamento y le faltan menos de 5 milésimas para superar a Canchis. Aunque no se tienen cifras del IDH de Espinar en el año 1985, cuando se inició la explotación de la mina Tintaya, es de suponer que en ese año el IDH de esta provincia sería similar al de las provincias vecinas. Así parece demostrarlo el avance en el ranking del IDH provincial que ha experimentado Espinar a través de los años, al pasar del puesto 115º en el 2003, en el ámbito nacional, al 100º en el 2010, el 87º en el 2012 y al 77º en el 2019.   

Asimismo, aunque en el 2003 Espinar ya ocupaba el 4º lugar en cuanto a mayor IDH entre las provincias del Cusco, su IDH representaba solamente el 93.8% del  IDH de Canchis que ocupaba el 3º lugar, mientras que ahora ya representa el 99.0%. En el otro extremo, en el 2003 Paucartambo que es la provincia del Cusco con menor IDH, en ese año representaba el 72.2% del IDH de Espinar y ahora solo representa el 52.3%.

YAULI NO HA PERDIDO EL DESARROLLO QUE LE DIO LA OROYA

Conforme se puede apreciar en el Cuadro Nº 2, en el 2019 a Junín le correspondió la segunda ubicación en cuanto a un mayor IDH entre los departamentos de la sierra. Al respecto cabe señalar que, así como el efecto de una mayor producción minera o metalúrgica en el incremento del IDH es progresivo y lento, como se ha señalado para Ancash, por las mismas razones en el caso inverso, ante una menor actividad minera el deterioro en los valores del IDH también es progresivo y lento.  

Lo señalado anteriormente explica por qué Junín que en el 2003 tenía el mayor IDH entre todos los departamentos de la sierra y el 8º del país –cuando la fundición de La Oroya en la provincia de Yauli estaba operativa y era su principal polo de desarrollo– ahora con la paralización de la fundición solo ha descendido una ubicación entre los departamentos de la sierra peruana. Lo que es más sorprendente es que la provincia de Yauli que en el 2003 ocupaba el puesto 26º en cuanto a mayor IDH entre todas las provincias del Perú, ahora se  ubica en el puesto 13º en ese ranking. Aunque a este hecho puede haber contribuido en parte, primero la inversión por Chinalco en Toromocho y después la producción minera de este yacimiento, que se inició en el 2016.

PASCO: SIGUIÓ AVANZANDO PERO OTROS AVANZARON MÁS

Pasco, que en el 2019 ocupó el 3º lugar en cuanto a mayor IDH entre los departamentos de la sierra del Perú y el 17º en el ámbito nacional, es un importante departamento minero, como lo prueba que en el 2018 haya ocupado el 6º lugar en cuanto a mayores transferencias per cápita, por canon y otros cobros a las empresas mineras. No obstante, en el 2003 ocupó el 2º puesto en cuanto mayor IDH entre los departamentos de la sierra del Perú y el 12º en el ámbito nacional.

Aunque Pasco incrementó sustancialmente su IDH entre 2003 y el 2019, perdió posiciones en el ranking de este indicador. Un puesto entre los departamentos de la sierra, por el avance del Cusco, al que debe agregarse cuatro más en el ámbito nacional: uno por el avance de Ancash en la costa y 3 más por el avance de departamentos de la selva, como se puede observar en el Cuadro Nº 2.

Pasco tiene tres provincias: la de Pasco, desde hace varios siglos minera por excelencia, se ubica en el segundo quintil en el ranking del IDH del PNUD, con el puesto 48º entre las 196 provincias del Perú. Demostrando cómo la minería ofrece mejores condiciones de vida, la provincia de Pasco alberga al 56.1% de la población del departamento. De dicho porcentaje las ¾ partes habitan sobre los 4 mil metros de altura.

PUNO Y LA PROBABLE INFLUENCIA DE TOQUEPALA Y CUAJONE EN SU DESARROLLO

Puno tiene una minería de relativa importancia, desde hace varias décadas, y es probable que algunas de sus provincias se hayan desarrollado en parte por la influencia económica de Toquepala y Cuajone.

Puno ocupó en el 2019 el 4º lugar en cuanto a mayor IDH entre los departamentos de la sierra del Perú y el 18º en el ámbito nacional.  Las provincias de Puno con mayor IDH son las que tienen alguna producción minera y/o aquellas cuyas vías de comunicación, construidas por la minería o impulsadas por esta, les permiten salir a la costa a través de Moquegua, Tacna y Arequipa y utilizar los puertos de Ilo y Matarani. Por otra parte, en el pasado, una proporción importante de los trabajadores de Toquepala y Cuajone provenían del departamento de Puno, especialmente de las provincias mejor comunicadas con Tacna y Moquegua y era en esas provincias que pasaban sus vacaciones y en las cuales invertían sus ahorros. De acuerdo con un estudio de hace algunos años, de Arellano Marketing, el 31% de los habitantes de Tacna provenía de Puno. Es de suponer que también exista un elevado número de puneños residiendo en Moquegua.

La provincia de San Román, que se ubica en el segundo quintil con el puesto 44º en el ranking provincial del IDH, se ha beneficiado de su comunicación con las zonas mineras de Moquegua, Tacna y Arequipa y de los puertos de Ilo y Matarani. Asimismo, su buena comunicación con la mina de San Rafael debe haber contribuido a su desarrollo. Sin embargo, probablemente más le deba, para su progreso, al comercio, la industria textil y la ganadería, que a la minería. En esta provincia se ubica la ciudad de Juliaca, que es la más poblada de la región Puno. Sus compradores provienen no sólo del mismo departamento, sino inclusive de los departamentos vecinos y de Bolivia.

La influencia de la minería es más clara en el caso de las provincias de Puno, San Antonio de Putina y Melgar, que se ubican en el caso de la primera en el segundo quintil en el ranking provincial del IDH del PNUD y en el tercero en el de las otras dos. Sobre Puno cabe señalar que se encuentra comunicado, por una carretera asfaltada, con las ciudades de Moquegua y Tacna y el puerto de Ilo.

El caso de San Antonio de Putina es distinto. Esta provincia que queda al noreste del departamento es una zona de minería informal, que tiene un ingreso familiar per cápita de S/ 952.30, el más alto de las provincias de Puno.

En la provincia de Melgar, por su parte, se ubica el distrito de Antauta, en el que se ha desarrollado la mina de San Rafael de Minsur, uno de los más importantes productores de estaño en el ámbito mundial.

HUÁNUCO: BENEFICIO INDIRECTO DE LA MINERÍA

Conforme se puede  apreciar en el cuadro Nº 2, al comparar las cifras del IDH de los 9 departamentos de la sierra del Perú, Huánuco, que era el 8º en IDH  en el 2003, avanzó hasta el 7º en el 2007, hasta el 6º en el 2012 y hasta el 5º en el 2019.  Por otra parte, si se comparan las cifras del IDH del 2019 de todos los departamentos de la sierra, con las del 2003, el departamento de Huánuco resulta ser el que más lo ha incrementado, tanto en cifras absolutas como porcentuales.

Lo interesante del caso de Huánuco, es que al examinar el mapa vial del Perú, se puede apreciar en el mismo, que existe una relación entre el IDH de cada provincia y la calidad de su comunicación con Oroya y Pasco.

Al respecto cabe señalar que la provincia de Leoncio Prado, cuya capital es Tingo María y que después de la capital del departamento es la que tiene mayor IDH, está comunicada por una carretera asfaltada con Lima a través de la carretera central que pasa por La Oroya.

AYACUCHO: LA MINERÍA COMIENZA A CRECER

Hasta 2007 la producción minera de Ayacucho era insignificante para todos los metales. Posteriormente se fue incrementando en el ámbito de los metales preciosos, hasta alcanzar el 8% de la producción nacional de oro y el 12% de la de plata en el 2018. No obstante, al ser la producción de los metales básicos poco significativa en este departamento, solo ocupó en el 2018 el 13º lugar en cuanto a mayores transferencias per cápita por canon y otros cobros a las empresas mineras.

Esta situación explica por qué, no obstante sus interesantes atractivos turísticos, Ayacucho haya ocupado entre el 2003 y el 2012 el puesto 22º o 23º en el ranking del IDH, avanzando posteriormente hasta el puesto 20º en el 2019, superando en ese años, en el ranking del IDH, a tres departamentos de la sierra: Cajamarca, Apurímac y Huancavelica. Sin embargo su IDH en el 2019, como se puede ver en el Cuadro Nº 2, es todavía menor que el de Huánuco, que tampoco es minero pero tiene la ventaja de la vecindad de Pasco.

LA ANTIMENERÍA HA PERJUDICADO SEVERAMENTE AL DESARROLLO DE CAJAMARCA

Para nadie, medianamente enterado sobre la minería en el Perú, es un secreto que Cajamarca, sino es el departamento que tiene mayor riqueza minera, es uno de los que la posee en mayor magnitud. Sin embargo, conforme se muestra en el Cuadro Nº 2, al comparar las cifras del IDH de los 9 departamentos de la Sierra del Perú, Cajamarca se ubicó en el 7º lugar en el 2019, posición inferior al 5º lugar que ocupaba en el 2003, la cual tampoco guardaba relación con sus enormes posibilidades de desarrollo. Si la comparación se hace con los 24 departamentos del Perú, en el 2003 se ubicaba en el puesto 20º, posición que conservó hasta el 2019 en que cayó al 21º. 

Si bien la antiminería ha perjudicado severamente el desarrollo de la industria minera, en todos aquellos departamentos del país con yacimientos mineros de gran magnitud, a ninguno le ha hecho tanto daño como a Cajamarca. La oposición al proyecto Conga y en general a las inversiones de Minera Yanacocha, causó un daño en cadena, perjudicando a otros proyectos mineros en todo el Perú, pero principalmente a los de Cajamarca.

Entre los años 2002 y 2006 Cajamarca produjo más de 2 millones de onzas de oro anuales, con un récord de 3.3 millones en el 2005. Casi toda esta producción le correspondió a Minera Yanacocha. En el 2018 la producción de oro de Cajamarca, debido a la oposición a los proyectos de esa empresa fue marginalmente superior a un millón de onzas, no obstante que cerca de la cuarta parte de esa producción no le correspondió a Minera Yanacocha, sino a Gold Fields.

A lo señalado, cabe agregar que Cajamarca es un departamento cuya forma es la de una figura alargada, cuya longitud que va de norte a sur es aproximadamente tres veces mayor que la que va de oeste a este. Por otra parte, las vías de comunicación que unen el norte con el sur son muy deficientes, lo que origina que para viajar de un extremo a otro, dentro del mismo departamento, puede resultar más práctico bajar a la costa para recorrer parte de la carretera Panamericana y volver a subir a la sierra. En lugar de la alternativa de menor distancia, de atravesar el departamento de un extremo al otro, recorriendo parte del camino por carreteras afirmadas y difíciles de recorrer, especialmente en épocas de lluvias.

La coyuntura que se acaba de señalar y el hecho de que sea el quinto departamento más poblado del Perú, han originado que los beneficios de la minería se hayan concentrado en el sur del departamento, donde esta actividad es predominante, principalmente en la provincia de Cajamarca. Mientras que en el norte la actividad más importante es la producción de café de exportación y ésta es la que ha contribuido a su desarrollo, principalmente en la provincia de Jaén, si bien en menor magnitud que la minería en el sur.

Las circunstancias señaladas han originado que esas dos provincias sean las que hayan alcanzado el mayor IDH del departamento, ubicándose la de Cajamarca en el segundo quintil en la clasificación del PNUD  y la de Jaén en el tercero.

La única otra provincia de Cajamarca que se ubica en el tercer quintil en el ranking del IDH, según la clasificación del PNUD, es Contumazá, que se beneficia indirectamente de la minería al cruzar  por su territorio la carretera asfaltada que comunica a Cajamarca con la carretera Panamericana, al norte del departamento de La Libertad.

APURÍMAC: EL ESPECTACULAR AVANCE DE COTABAMBAS EN EL IDH

Apurímac es un departamento de una gran riqueza minera, que sin embargo no tenía una producción significativa en este sector de la economía hasta el 2016, en que se inicia la producción en Las Bambas. En el 2018 le correspondió una producción de cobre equivalente al 15.8% del total nacional, ubicándose como el tercer productor de cobre del Perú, mientras que su producción de oro era equivalente al 1.8% de dicho total.

En el 2017 la producción de cobre de Apurímac fue aún mayor y llegó a representar el 18.5% de la producción nacional, con lo cual este departamento llegó a ser el segundo productor de cobre del Perú.

Aunque entre el 2003 y el 2019 el IDH de Apurímac se incrementó significativamente al pasar, como se puede apreciar en el Cuadro Nº 2, desde un valor de 0.2330 en el 2003 hasta un valor de 0.4119 en el 2019, en el ranking nacional del IDH descendió desde el puesto 21º en el 2003 hasta el 23º en el 2019. Lo cual se explica por un significativo avance de Ayacucho y Huánuco que la desplazaron dos puestos.

Mención aparte merece la provincia de Cotabambas, donde se desarrollan las operaciones de Minera Las Bambas, por cuanto esta provincia en el 2003 era la provincia con menor IDH (0.1915) de las 7 que tiene el departamento de Apurímac y se mantuvo con un IDH de 0,2193 en esa misma ubicación en el 2012. Sin embargo, con la mina Las Bambas, ya en operación, avanzó hasta el tercer puesto en el 2019 con un IDH de 0.3721.

Cabe señalar que en el 2012 Cotabambas no sólo era la provincia con menor IDH de Apurímac, sino que también era una de las 11 con menor IDH de todo el Perú, mientras que en el 2019 avanzó hasta el puesto 130, con un valor de 0.3721en el ranking provincial del IDH.

Otro dato interesante es que en el 2018 el departamento de Apurímac ocupó el tercer lugar en el ámbito nacional, como se puede ver en el Cuadro Nº 3, en cuanto a transferencias per cápita, por canon y otros cobros a las empresas mineras. Sin embargo, en el 2015 solo le correspondió el puesto 15º en ese ranking.

De las transferencias antes señaladas, para el 2018, casi el 91% correspondieron a regalías, mientras que solamente algo más del 4% fueron por canon y cerca del 5% por pagos por derecho de vigencia y penalidades. Cuando la empresa haya recuperado las inversiones que permite la ley, los pagos por canon tendrán que ser mucho mayores. Como comparación, cabe mencionar que Ancash recibe más del doble de canon, que por regalías y Arequipa cerca del doble.  

De las siete provincias de Apurímac ninguna está en el primero o segundo quintil en el ranking del IDH del PNUD, pero a su capital Abancay –que está comunicada por carretera asfaltada con el Cusco y con la carretera Panamericana sur a la altura de Nazca– le faltan menos de dos milésimos en el índice del IDH para estar en el segundo quintil.

Mientras que Andahuaylas, que está comunicada con Abancay por una carretera asfaltada de 104 km, también está en el tercer quintil pero con la cifra exacta para estar en ese nivel, Cotabambas por su parte está en el cuarto quintil en el término medio de los extremos del mismo.

La provincia de Abancay ha experimentado un importante incremento entre el 2003 y el 2019 en su ingreso familiar per cápita, pasando desde un nivel de 197 soles a 771, mientras que la de Andahuaylas pasó desde 183 soles a 500 y Cotabambas desde 170 soles hasta 402. Llama la atención que un mayor incremento se haya dado en Abancay y Andahuaylas que en Cotabambas, lo que se podría deber a que las familias, de las personas que más se han beneficiado con el desarrollo de la mina, residan en esas provincias, que por tener mayor población deben otorgar más facilidades a las familias para vivir.

Por lo señalado un tema que se deberá analizar más al detalle son las migraciones, originadas como consecuencia del desarrollo minero en Apurímac y en general en todos los departamentos; y su efecto sobre los valores del IDH para el departamento y sus provincias, por cuanto las migraciones modifican el IDH elevándolo si las personas que llegan a una circunscripción geográfica tienen una mayor cultura y/o ingresos, que los residentes y a la inversa lo reducen en el caso contrario. 

HUANCAVELICA

Huancavelica ha sido mencionado por los antimineros como un claro ejemplo de que la minería no contribuye al desarrollo. Esta información no toma en cuenta dos premisas: 1) Huancavelica fue un gran productor minero en el pasado, especialmente de mercurio cuando este mineral tenía un gran valor, pero actualmente ya no lo es, actualmente representa menos del 1 % del valor de la producción minera del país; 2) la mayor parte del valor de la producción minera de Huancavelica proviene de la mina Cobriza, la misma que está en el extremo oriental del departamento, en el límite con Ayacucho y en consecuencia sus trabajadores están más vinculados a las ciudades de Huanta y Ayacucho, mucho más cercanas, que a la de  Huancavelica. A su vez por Ayacucho es la ruta más adecuada, por tener mejores carreteras, entre ella la Vía los Libertadores, para el transporte de los concentrados a la costa.

Merece agregar que de las 7 provincias de Huancavelica, la provincia capital, homónima del departamento es la única que pertenece al tercer quintil; pero las dos que le siguen en mayor valor del IDH son Huaytará y Castrovirreyna.  En Huaytará se encuentra la mina Antapite y en Castrovirreyna operan pequeñas minas. Lampadia




Chile: es un sinsentido culpar a un modelo exitoso

FPP Chile
Publicado en Diario La Nación,
24.10.2019
Axel Kaiser
Glosado por
Lampadia

Pocos se habrían imaginado hace días que Chile podría reventar al punto de parecer, a ratos, una zona en guerra. Parte de la prensa y diversos analistas han interpretado lo ocurrido como un rechazo al exitoso sistema de economía social de mercado que ha conducido al país a tener:

  • Los menores niveles de pobreza
  • El mayor ingreso per cápita
  • La mayor movilidad social
  • El mejor índice de desarrollo humano
  • La mejor educación de toda la región
  • La disminución sustancial de la desigualdad

En esta visión, el mismo país que le dio hace tan solo dos años un triunfo aplastante al candidato de centroderecha Sebastián Piñera frente al socialista Alejandro Guiller de pronto “despertó”, como si hubiera estado hipnotizado por décadas, para darse cuenta de que el modelo socialista o peronista de sociedad era el que realmente anhelaba. Esta idea, por supuesto, es un sinsentido. Muchos de quienes protestaron pacíficamente fueron votantes de Piñera que se sienten defraudados, pues este prometió “tiempos mejores” y, sin embargo, hasta ahora fracasó en la tarea.

Bachelet, con sus reformas tributaria, laboral y educacional, dio un golpe demoledor a las bases del desarrollo del país, por lo que Piñera, incapaz de revertirlas, no pudo cumplir la promesa de mayor bienestar.

En Chile, salarios relativamente estancados, delincuencia creciente, crisis migratoria, servicios públicos deficientes, impuestos abusivos y escándalos de corrupción que han involucrado a la clase política y empresarial se combinaron en una mezcla indeterminable de emociones y de hastío de los segmentos medios de la población que salieron a las calles, los que en todo caso llegaron a una cifra moderada de 130.000 personas en todo el país. A estas frustraciones se sumó el desborde de los estudiantes, que se han acostumbrado desde pequeños a vivir en una sociedad en que el principio de autoridad no se ejerce y se denuesta, y que los idolatra como si fueran portadores de una inocencia y un virtuosismo que los hacen puros y sabios.

La anomia desató la impune evasión del metro de Santiago, cuyo pasaje el gobierno, debido a una ley, debía incrementar. Luego, grupos organizados antisistémicos contando, con la justificación del Partido Comunista, del Frente Amplio y otros sectores de la izquierda chilena, de manera coordinada destruyeron e incendiaron 80 de las 136 estaciones de la red, llevando a una completa parálisis del sistema nervioso central de Santiago evidentemente buscada para desatar el caos.

Si Piñera hubiera renunciado, como exigía el Partido Comunista mientras ardía Santiago, el presidente del Senado, un socialista de línea dura, habría asumido el poder hasta nuevas elecciones. Y de ahí cualquier cosa habría sido posible. Piñera, sin embargo, ha resistido y decretado el estado de emergencia para que los militares restablezcan el orden atendiendo al clamor, especialmente de los sectores más vulnerables de la población, que eran atacados por delincuentes sin control.

Finalmente, en una hábil jugada para desarticular a la izquierda y contener presiones ciudadanas, el mismo gobierno ha anunciado medidas de gasto excesivo, efectivas en lo inmediato, pero que en el mediano plazo podrían ser insostenibles. Si no las acompaña con una agenda de crecimiento económico y modernización del Estado, Chile tendrá probablemente otros estallidos sociales en el futuro por su incapacidad de generar la prosperidad anhelada por la población y de financiar el gasto público comprometido. Así, tal como la destrucción promovida por la izquierda terminó por dañar severamente a los más pobres, las políticas que resulten de este episodio podrían hacerles más difícil salir a adelante por sus medios, dejándolos a merced de la asistencia del Estado. Lampadia




Más sobre el progreso

Más sobre el progreso

Continuamos nuestro análisis sobre el progreso y por qué se tiende a desconocer los avances de la humanidad.

Ver en Lampadia: ¿Hemos progresado o seguimos igual?, Cuidado con entender las cosas al revés.    

Fundación para el Progreso (FPP), Junio 2019
Rafael Rincón-Urdaneta Z.

¿Por qué las personas tienen tan distintos diagnósticos y opiniones sobre el estado del mundo y el progreso de la humanidad? ¿Qué conceptos, criterios e ideas pueden ayudar a lograr una evaluación más precisa y una reflexión más inteligente sobre nuestro porvenir, apartando los prejuicios y combatiendo la ignorancia para aproximarnos más racionalmente a la realidad? Esta serie de Rafael Rincón-Urdaneta Z., Director de Estrategia y Asuntos Globales de FPP, ha sido elaborada con vocación de sentido común y pensamiento crítico. Y propone algunas claves útiles para estudiantes, profesores, analistas y líderes, entre otros. En esta segunda entrega veremos algunos criterios esenciales para evaluar el estado y el progreso del mundo.

Lo más importante: el big picture

«Hay que ver el big picture, no las cosas pequeñas», «Lo importante es el big picture para entender el conjunto», «¡Enfócate en el big picture, no en los detalles!». Se trata de un concepto muy común en la jerga del mundo de la estrategia y se le escucha bastante en los ámbitos de la política, la economía o los negocios. Ver el big picture es ver la totalidad de una situación para apreciar más claramente su forma, su estado y ciertas tendencias. Es usar una perspectiva global para comprender un asunto en su amplitud. No se puede apreciar un bosque viendo individualmente un árbol o un grupo limitado de ellos. No percibiremos la belleza y contenido de un mosaico con la vista fija en una de sus pequeñísimas piezas o en esos minúsculos detalles que podrían parecernos «imperfecciones». No podemos evaluar correctamente el estado general de una casa si nos enfocamos en una ventana rota o en un enchufe que no funciona bien. Asimismo, no lograremos un balance del progreso del mundo si vemos hechos o momentos aislados, sin contextualizar, conectar, ampliar el foco.

Volvamos a Rosling por un instante. Uno de sus más conocidos y populares trabajos es un video publicado en 2010 por BBC y titulado Hans Rosling’s 200 Countries, 200 Years, 4 Minutes – The Joy of Stats. Hoy, con casi nueve millones de visualizaciones, sigue siendo muy bueno para mostrar, con estadísticas y datos de expectativa de vida e ingreso, el increíble y rápido progreso de la humanidad en tan solo 200 años. El colorido despliegue de círculos de tamaños variables, cada uno representativo de un país, refleja avances, contratiempos e incluso tragedias humanas tan graves como las dos mortíferas guerras mundiales del siglo XX. Estas aparecen en pantalla como dos golpes que ocasionan caídas seguidas de recuperaciones. Si viéramos solo eso, la distancia entre países prósperos y pobres y la existencia aún de naciones atrasadas, quizás podríamos decir que el mundo es un espanto. Sin embargo, el big picture —para comenzar, la totalidad de los 200 años abarcados— nos indicaría que hay una clarísima tendencia positiva y que el progreso de la humanidad es tremendo, sobre todo comparado con los siglos anteriores. Una línea ascendente con algunos descensos que no afectan la orientación positiva general de la tendencia sigue siendo, en el big picture, una línea esencialmente ascendente (para ahondar en esto, y en la lectura de estadísticas y datos, recomiendo leer en detalle el ya citado Factfulness).

Otro ejemplo: Tomemos un país bien evaluado en el Índice de Desarrollo Humano como Singapur, que ocupa el lugar noveno de la lista. Un dato o la nota de un año no nos dice nada de su progreso, pero si vemos el cuadro que recoge los puntajes desde 1990 —el big picture o panorama del periodo— nos daremos cuenta de que ha venido subiendo aceleradamente, de poco más de 0,7 puntos hasta 0,932 (el máximo es 1). Si vemos el cuadro correspondiente a Venezuela, 0,761 puntos no nos dicen mucho, pero si miramos la historia completa notaremos que el país venía ascendiendo desde 1990, para luego entrar, más o menos desde 2011, en una línea plana que acusa estancamiento. Luego hay descenso muy acentuado desde 2014. Su posición en el lugar 78 del mundo puede ser inquietante, pero su caída lo es aún más. El éxodo desesperado y masivo de venezolanos en todas direcciones hace que los datos cobren aún más sentido.

Ver el big picture no solo nos permite apreciar, como en el caso anterior, tendencias, sino también la importancia relativa de algunos elementos o factores con respecto a otros. O, mejor dicho, con respecto al conjunto total. Si revisamos para cada país el reporte Doing Business del Banco Mundial, encontraremos una gran gama de indicadores específicos. Los países son evaluados en cada uno de ellos y las notas pueden ser dispares, cualquiera sea el resultado final. Que un indicador aparezca bajo el nivel ideal o perfecto, o más bajo que otros, no significa que, en la totalidad, Nueva Zelanda, Singapur o Georgia no sean excelentes lugares para hacer negocios, inmensamente superiores a Yemen, Venezuela y Somalia, ubicados en el foso del ranking. Al revés también funciona: un indicador alto aislado, sin acompañamiento visual del resto, no necesariamente significa un éxito absoluto. Y, por cierto, el solo reporte Doing Businessel PIB per cápita, la tasa de alfabetismo y la tasa de crecimiento, por sí solos, desconectados del panorama, no nos dicen todo lo necesario de un país o del mundo.

La perspectiva del big picture es aplicable a infinitas situaciones o asuntos: el estado de una empresa, las proyecciones de una industria, la estrategia de largo plazo de un partido político o corporación, las instituciones de un país, los grandes cambios, los fenómenos globales, la historia, los avances. Lo más importante es, como se dijo antes, que los momentos, detalles o puntos específicos no nos distraigan ni nos impidan ver el cuadro completo… el panorama. Lampadia




Desarrollo humano es más igualitario

La prosperidad económica provista por la globalización y el libre comercio sigue expresándose en mejoras sustanciales de diversos indicadores de bienestar mundiales, que incluyen el PBI per cápita, los ingresos reales de los hogares, el empleo e inclusive la calidad de este (Ver en Lampadia: Recuperando lo mejor del capitalismo, Auge de empleo en países ricos, EEUU: Crecen salarios de los menos remunerados, Retomemos el libre comercioOtra mirada al mito de la desigualdad). Hasta en aquellos indicadores, que podrían considerarse de corte más social, como el Índice de Desarrollo Humano (en adelante, IDH) – compuesto por no solo el PBI per cápita, sino también por los años de escolarización y la esperanza de vida – se ve reflejada una notable mejora, prácticamente en todas las regiones del globo. Ello ha permitido que, en este indicador, los países de menores ingresos se nivelen con aquellos más desarrollados, un hecho que se ve reflejado en el siguiente gráfico que muestra cómo ha caído notablemente la desigualdad del IDH en los últimos 100 años.

Fuente: Juan Ramón Rallo – El Confidencial (2018)

Esta es el principal mensaje que deja un artículo escrito en el 2018 – con mucha vigencia aún – por Juan Ramón Rallo – profesor de Economía de la Universidad Francisco Marroquín y uno de los principales exponentes del liberalismo en España – y publicado en el blog de opinión El Confidencial (ver artículo líneas abajo). Ello en contra de todos los críticos y académicos que actualmente pululan en diversos medios especializados (ver Lampadia: Trampa ideológica, política y académica) que – haciéndose los ciegos y despistados – desacreditan estos avances de los procesos arraigados a la globalización y ponen en tela de juicio al mismo sistema capitalista.

Confiamos en que difundir este tipo de evidencias reconfirman nuestro compromiso de hacer frente a estos embates ideológicos, que, lamentablemente, aprovechan la coyuntura política internacional – Guerra Comercial EEUU-China, Brexit, Socialismo del Siglo XXI, por destacar los más importantes – para asentarse en la agenda de los gobiernos y de la academia. Lampadia

Desigualdad de desarrollo humano: un siglo reduciéndose

En contra del manido discurso de los agoreros catastrofistas, el mundo no va a peor. Va a mejor cada vez para un mayor número de sociedades.

Juan Ramón Rallo
El Confidencial
11 de mayo, 2018
Glosado por
Lampadia

La renta per cápita de Singapur es de 85,500 dólares internacionales: muy superior a la de Suecia (46,800 dólares internacionales) o a la de Finlandia (40,400 dólares internacionales). Pero “alto ahí” —se suele objetar— “lo realmente relevante para aproximar el bienestar de una sociedad no es su renta per cápita, sino su índice de desarrollo humano (IDH)”. Dejando de lado que el IDH de Singapur (0,925) también sea superior al de Suecia (0,913) y al de Finlandia (0,895), la réplica contiene una objeción potencialmente relevante: los ingresos que recibe un ciudadano no miden todos los aspectos que influyen en su calidad de vida (aunque sí correlaciona muy bien con casi todos ellos); en consecuencia, puede ser conveniente utilizar otros parámetros complementarios —como el IDH— para conocer el grado de desarrollo de esa sociedad.

Sin embargo, semejante objeción no suele plantearse contra muchos de los indicadores habituales de desigualdad, los cuales tratan de medir el grado de dispersión de los ingresos dentro de un país. ¿Por qué la renta no nos sirve para conocer el grado de desarrollo de una sociedad pero sí como base para cuantificar su desigualdad? Un más que probable motivo es la carga ideológica que incorporan muchas de esas críticas: si quieres empeñarte en demostrar que el mundo va a peor, entonces deberás desdeñar aquellos marcadores que evolucionan en una buena dirección (como el crecimiento sostenido de la renta per cápita a escala global) y, al tiempo, abrazar aquellos que evolucionan aparentemente mal (como el aumento de la desigualdad de ingresos dentro de muchos países).

Un mínimo ejercicio de coherencia, empero, debería llevarnos o bien a aceptar la información que nos proporciona el sostenido incremento de la renta per cápita en prácticamente todo el mundo durante el último medio siglo o bien a elaborar indicadores alternativos de desigualdad que no contemplen solo la desigualdad de renta sino, por ejemplo, la desigualdad en el índice de desarrollo humano.

El economista Leandro Prados de la Escosura acaba de publicar un ensayo en el que trata de medir la desigualdad mundial del índice de desarrollo humano entre 1870 y 2015. El resultado es evidentemente llamativo: mientras que la desigualdad de la renta per cápita entre países aumentó cuasi ininterrumpidamente desde 1870 a 1990, la desigualdad del IDH comenzó a descender sostenidamente desde comienzos del siglo XX. Las diferencias no son menores: si tomamos como punto de partida la renta per cápita, deberíamos sostener que el siglo XX fue un siglo de desarrollo polarizado por el aumento permanente de la desigualdad; tomando el IDH, en cambio, deberíamos afirmar que el siglo XX fue un siglo de desarrollo convergente debido a unas diferencias cada vez más estrechas en el bienestar de las distintas sociedades.

Como es sabido, el índice de desarrollo humano se compone de tres indicadores: la renta per cápita, los años de escolarización y la esperanza de vida. Por tanto, si hasta finales del siglo XX la desigualdad de la renta per cápita entre países no se estrechó (sino que mantuvo una trayectoria ascendente) y, en cambio, el IDH se redujo de manera ininterrumpida, por necesidad habrá de ser porque la desigualdad en la esperanza de vida y en los años de escolarización se hundió a lo largo del siglo XX. Y, en efecto, así fue.

Por un lado, la desigualdad entre países en años de esperanza de vida se redujo desde la década de los treinta hasta finales del siglo XX (momento en el que ha experimentado un muy leve repunte).

Por otro, la desigualdad en los años de escolarización también ha ido reduciéndose sin pausa desde el inicio de la Primera Guerra Mundial y hasta la actualidad.

Por supuesto, caben interpretaciones muy diversas sobre las causas de esta reducción global de la desigualdad en el desarrollo humano. Los socialdemócratas tenderán a pensar que se debe a la progresiva extensión del Estado de bienestar: la gradual implantación de la educación y de la sanidad públicas habrían logrado mejorar la esperanza de vida y el acceso a la enseñanza. En cambio, los liberales tenderán a asociarlo al proceso de globalización: la expansión mundial de la división del trabajo y la internacionalización de la tecnología han contribuido a elevar los ingresos de cada vez más ciudadanos en todos los puntos del orbe (cosa que, en efecto, ha sucedido), lo que les ha permitido costearse (ya sea directamente o indirectamente a través del Estado de bienestar) el acceso a una mejor sanidad y una mejor educación.

Sea como fuere, lo cierto es que en contra del manido discurso de los agoreros catastrofistas, el mundo no va a peor. Va a mejor cada vez para un mayor número de sociedades. Y, por eso, la desigualdad internacional del desarrollo humano lleva más de un siglo disminuyendo. Lampadia




De política, discursos y oportunismos

De política, discursos y oportunismos

Álvaro Díaz Castro, Abogado en Derecho de la Empresa y Minería
Para Lampadia

“¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?”
Groucho Marx

Así suenan muchos de los mensajes políticos en el Perú, volviendo realidad la ironía que expresa el gran comediante Groucho Marx.

Dicen muchos padres de la patria, candidatos a puestos públicos, gobernantes de turno: “¿A quién va usted a creer? ¿A las estadísticas, a los informes técnico-económicos, al benchmarking elaborado por entidades multilaterales del mundo, o a mí?, ¿A la ciencia, la lógica, a la matemática o a mí?, insisten.

Se imaginan así mismos como si actuaran con decisión y valentía al presentarse con expresión seria y actitud firme para sustentar propuestas que, por lo general, son descabelladas, además de dañinas en el corto, mediano y largo plazo para la mayoría de los peruanos. Ideas y sustentos que pretenden negar lo que la evidencia muestra, en insistir en aquello que está probado no funciona en lugar alguno sea país, estado o región.

Por ejemplo, aunque se conoce con certeza que en la década 2001 – 2011 se haya acumulado más de un 70% de crecimiento económico, debe señalarse que ello fue impulsado por el dinamismo de exportaciones (minera, industrial y agroexportadora) y a su vez activado el motor del dinamismo económico interno, iniciándose un verdadero proceso de inclusión (más que en cualquier otra época republicana del Perú), lo cual parece intrascendente para tales ojos.

Las noticias internacionales al respecto eran como la siguiente: “La economía de Perú fue la de mejor desempeño relativo en América Latina con un incremento promedio de seis por ciento entre los años 2001 y 2011, destacó la consultora Ecolatina de Buenos Aires… Perú no sólo fue el país que más creció de Sudamérica, sino el que enfrentó una menor inflación conformando un milagro económico…” (RPP – 12 de agosto del 2012 – Informe de Ecolatina)

En el otro carril, también están los que opinan en tonos triunfalistas; dicen que no importa Conga, que ya tuvimos suficiente de la minería, que no significa nada descender varios puestos en el ranking del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), del Doing Business (haciendo negocios) o del Instituto Fraser. Que el Perú podía prosperar ignorando tales análisis y advertencias, que la exuberante, enredada y mal aplicada normatividad peruana no impactará al afamado “caso Perú”. Así, afirman alegremente que las inversiones extranjeras tendrán como primera elección a nuestras tierras Incas, haciendo una extraña interpretación que contradice todas las luces rojas y alarmas que consignan las evaluaciones internacionales.

A estas personas les resulta complicado detenerse a meditar el por qué en todo país, que tenga un Índice de Desarrollo Humano alto (como aún no es nuestro querido Perú), se fortalece la democracia y gobernabilidad centrada en la institucionalidad, el estado de derecho y el “enforcement” (respaldo efectivo para la aplicación de las normas), y no sólo en recurrir a las formas y normas (en nuestro país cada vez más enredadas o intrascendentes dado que se aplican y se aplican mal sólo al pequeño sector formal existente).   Prefieren ignorar que, si bien es importante, no es suficiente la buena campaña “Marca Perú” y el “Perú Day” en la Bolsa de Nueva York y de Londres, se debe aplicar en la realidad todo lo que allí se dice, que se cree en el mercado, en la predictibilidad y respeto de las normas, en la no discriminación, en la innovación y desarrollo, en el emprendimiento y la formalidad.

El citado sostenido crecimiento económico entre el 2001 y 2011 conllevó la reducción de la pobreza del 54.8% al 27.8%, y la pobreza extrema de 24.4% al 6.3% en el mismo periodo, con una reducción importante del índice GINI (la diferencia entre los que más ganan y los que menos ganan). No podemos negarlo ni dejar que otros lo desconozcan como el mejor antecedente de desarrollo y oportunidades para todos en Perú.

Pero tampoco es bueno no ser críticos y reconocer que, con mejores políticas y menos estigmas a la inversión nacional y extranjera, hubiera sido posible optimizar más los beneficios para el país y sus familias en ese periodo, y no estar ahora en el freno de estos últimos siete a ocho años.

SUNAT, SUNAFIL, OEFA y muchas otras entidades deben dejar de ver, en muchos casos ocurre, como enemigo y con presunción de culpabilidad a toda empresa. No puede darse el discurso hacia afuera que en Perú se está promoviendo la inversión y simplificando los procesos cuando ocurre lo diametralmente opuesto. El BCR explicó que en cortos siete años aumentó en más de quinientos por ciento la legislación para el sector minero, y ello no ha parado a la fecha.

Las enormes deficiencias en infraestructura (sobrepasando los US $ 80,000 millones de necesaria inversión), la baja credibilidad en el poder judicial, congreso y policía, el estigma que pesa sobre la clase empresarial a todo nivel, la bajísima calidad educativa, la carencia de incentivos para promover la investigación y el desarrollo, la inseguridad jurídica, la desnutrición real (no sólo la que se mide hasta los cuatro años y se cree combatir con vasos de leche) y los servicios de salud saturados cuando no inexistentes, representa un panorama complicado para las mejores intenciones del gobierno. Las cifras indican que estaremos en un aproximado 4% de crecimiento anual. Deberíamos proyectarnos cuando menos al 7% y aún a varios puntos encima. Tener los fondos no garantiza el éxito de un país, pero bien administrados lo facilita en gran medida.  De allí viene que la administración y ejecución de los mismos sea eficiente, adecuada, debidamente priorizada.

Por ello, es indispensable basar las decisiones de Estado y de gobierno en el sudor de lo acreditado, probado o investigado y no en discursos trasnochados o populistas, cumplir con lo establecido y no generar tantas interpretaciones auténticas según se quiera aparentar frente a las tribunas, apuntar a futuro aún con medidas que probablemente no den réditos inmediatos. Actuar pisando suelo, pero mirando bien alto, haría que seamos la consecuencia positiva de nuestros actos y decisiones y evitar seguir perdiendo el tren de oportunidades o desembarcarnos en el medio del camino.

Julio Luque (presidente de IPAE) nos recuerda el estudio de McKinsey Global Institute: “…nada más importante para un país que la productividad, ya que esta determina su capacidad de competir con otros países y al mismo tiempo define el nivel de ingresos de sus ciudadanos”.

En tal entorno, creo que podemos responderle a Groucho Marx que sí. Que vamos a creer en nuestros ojos de un Estado técnico y desburocratizado, en los brazos de la justicia y de una policía instruidas y amables como justas y firmes, en empresarios éticos y responsables, en un cambio del slogan cepalino de “consuma lo que el Perú produce” por el “produzca lo que el Perú y el mundo consume”, en un avalar las ventajas competitivas que Dios regaló y nuestros antepasados conocieron y en hacerle caso a Raimondi que en sus largas caminatas nos pidió y repitió: “… dar a conocer el Perú a los peruanos, sobre todo a los jóvenes, hacerles comprender sus riquezas naturales tan variadas”. Con tal afán hacía un llamado a la juventud en su obra El Perú, diciendo: «Jóvenes, os pido vuestro concurso, ¡ayudadme! Dad tregua a la política y consagraos a conocer vuestro país y los inmensos recursos que tiene». ¡Qué vigentes sigue su invocación hoy día! (1)

Probablemente pronto escucharemos ¿a quién va usted a creer a Raimondi o a mí? Lampadia

  1. Raimondi estudio la geología (minerales) así como investigó diversos recursos, representados en sus colecciones: 708 ejemplares de rocas; 2,000 ejemplares de fósiles; 20,000 ejemplares de plantas; 500 ejemplares de semilla, cortezas, gomas, resinas, cascarillas y maderas; 2,000 ejemplares de moluscos; 4,000 ejemplares de insectos; 1,265 ejemplares de aves: 72 ejemplares de cráneos y 300 ejemplares de estudios etnográficos.



El triunfo de la clase media

“En la década de 1830, antes de que comenzara la Revolución Industrial, casi no había clase media. Era la realeza y el campesino. Ahora estamos a punto de tener un mundo mayoritario de clase media”.

Homri Kharas, Director Adjunto de Economía Global y Desarrollo del Brookings Institute

El mundo ha logrado sobrepasar un hito increíble en el desarrollo humano: por primera vez en la historia, más de la mitad de la población mundial forma parte de la clase media.

Entre los grandes triunfos de la humanidad, triunfos que muchas veces se ignoran o se ocultan, tenemos:

  • Por primera vez, la mayoría de la población mundial no es pobre o vulnerable a la pobreza y la clase media representa el grupo económico más grande del mundo.
  • Desde septiembre, alrededor de de 3.8 mil millones de personas son parte de la clase media o clase alta
  • Asia está impulsando el crecimiento de la clase media, ya que las empresas han aumentado la productividad y mejorado la tecnología de la manufactura para ser más rentables con el tiempo
  • Casi 3.6 mil millones de personas son de clase media, definidos como hogares que gastan entre US$ 11-110 por persona por día y el número continúa aumentando
  • Hoy día en el mundo:
    • Cada segundo, una persona escapa de la pobreza extrema
    • Cada segundo, cinco personas entran a la clase media
    • Cada dos segundos, una persona pasa de la clase media a la clase de los más ricos
  • Para 2030, la clase media está en camino de alcanzar los 5.3 mil millones de personas en todo el mundo

En un estudio publicado recientemente, “La expansión sin precedentes de la clase media mundial“, Homri Kharas, Director Adjunto de Economía Global y Desarrollo del Brookings Institute, considera que los hogares de clase media como aquellos que tienen suficientes ingresos discrecionales para:

  • Comprar bienes de mayor valor, como grandes electrodomésticos y vehículos.
  • Pueden darse el lujo de ir al cine o disfrutar de otras formas de entretenimiento
  • Pueden tomar vacaciones.
  • Y están razonablemente seguros de que ellos y sus familias pueden sobrellevar un shock económico, como una enfermedad o un período de desempleo, sin caer nuevamente en la pobreza extrema.

Según esa definición, ajustado al costo de la vida en las distintas regiones del mundo: “Fue solo alrededor de 1985 cuando la clase media llegó a mil millones de personas, aproximadamente 150 años después del inicio de la Revolución Industrial en Europa. Luego tomó 21 años, hasta 2006, para que la clase media llegara a dos mil millones. Gran parte de esto refleja el extraordinario crecimiento de China. Llegar a los tres mil millones en la clase media mundial tomó nueve años. Hoy estamos en camino de agregar otros mil millones en siete años y un quinto mil millones en seis años más, para 2028″.

Los ‘ultra ricos’, a menudo llamados “El uno por ciento” ahora representan el 2.5% de la población mundial. La actual clase media mundial constituye el 48% de la población mundial. Y juntos, representan más de la mitad de la población mundial.

Hace algunos años, The Economist analizó la emergencia de la nueva clase media global, liderada por la China y varios países del Asia. Ellos detectaron que este fenómeno abarcaba a más de 2,500 millones de personas, una evolución paulatina con graduaciones y diferentes niveles de consolidación.

Sin embargo, el crecimiento de la clase media ha sido mucho más explosivo de lo se pudo imaginar. En las últimas décadas, las naciones asiáticas, lideradas por China, han liberalizado sus economías, alejándose de la planificación estatal hacia mercados despolitizados. Si bien los números globales son impulsados por los desarrollos en las economías más grandes del mundo, especialmente en China y la India, se espera que la expansión de la clase media tenga una base amplia, pero se concentre en gran medida en Asia. La gran mayoría (88 %) de los próximos mil millones de personas en la clase media serán asiáticos.

El informe encuentra que es en esta región donde el crecimiento económico ha sido más beneficioso. “Estamos siendo testigos de la expansión más rápida de la clase media, a nivel mundial, que el mundo haya visto… la gran mayoría, casi el 90 % de los próximos mil millones de participantes en la clase media mundial estarán en Asia: 380 millones de indios, 350 millones de chinos y 2,010 millones de otros asiáticos”.

El problema para África, sin embargo, es que la clase media es bastante pequeña en la actualidad, mientras que habrá un “crecimiento sustancial” en la clase media del continente, “la base es tan pequeña que la expansión en el tamaño del mercado es limitada”. Por su lado, un reciente informe de Bill y Melinda Gates dan la alarma de que “décadas de progresos deslumbrantes en la lucha contra la pobreza y la enfermedad pueden estar a punto de estancarse” en África, donde la pobreza extrema se está concentrando fuertemente, particularmente en la República Democrática del Congo y Nigeria. Estos dos países albergarán a más del 40% de pobreza extrema del mundo para el año 2050. Por lo tanto, escribe Gates, reducir la pobreza en África debería ser “la prioridad mundial para las próximas tres décadas”. Ver en Lampadia: Visión de la reducción de la pobreza global al 2030.

Clase media en el Perú

Según el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (Iedep), entre 2011 y 2017, la clase media pasó de 9’847,000 personas a la cifra de 13’405,000, suponiendo un crecimiento acumulado de 36.1% en menos de 10 años.

Ya hacia el 2011, habíamos tenido un crecimiento notorio de la clase media.

En 2012, publicamos nuestro Libro Blanco de la nueva clase media peruana, donde monitoreamos las distintas publicaciones sobre la nueva clase media peruana.

El rápido crecimiento del PBI en los últimos años dio el impulso necesario para lograr estos resultados. César Peñaranda, director ejecutivo del Iedep, afirmó hace unos meses que “al dinamizarse la economía, aumenta la demanda por empleo a nivel nacional, lo que aumenta la posibilidad de conseguir mejor trabajo y, consecuentemente, ingresos más altos”.

Por lo tanto, una economía activa ayudaría a reducir la pobreza haciendo que personas de este grupo pasen al sector vulnerable y que estos últimos pasen a ser parte de la clase media. Y son esos trabajadores mejor pagados los que pueden mejorar su productividad a través de inversión en educación y salud.

La evolución de la clase media peruana es una de las mejores representaciones del desarrollo reciente del país. Los peruanos necesitamos aprender y difundir las lecciones de nuestro desarrollo social y económico, así como entender los procesos experimentados en otros países, para comprender las relaciones causa-efecto que puedan marcar la dirección de nuestras futuras políticas públicas.

Por eso, para lograr que más personas lleguen a la clase media y prevenir su descenso a la pobreza nuevamente, es necesario retomar la inversión privada y la senda de crecimiento del Perú. No perdamos todos los logros que hemos alcanzado en una década. Tenemos un gran potencial y no podemos desperdiciarlo.

Conclusiones

Según Brookings Institute, si bien los esfuerzos de desarrollo global se centran en elevar a los más pobres del mundo, por cada persona que sale de la pobreza extrema cada segundo, cinco personas entran en la clase media cada segundo. Esto es importante porque la clase media es el motor que impulsa la demanda en la economía global. A nivel mundial, la clase media ya está gastando US$ 35 mil millones anualmente y podría gastar hasta US$ 29 mil millones más en 2030, lo que representa aproximadamente un tercio del crecimiento del PBI proyectado para esa fecha.

Además, los hogares privados representan aproximadamente la mitad de la demanda económica mundial y dos tercios de esa proporción provienen de la clase media. Una clase media en crecimiento significa una economía global más fuerte y una población más grande a la que se dirigirán las empresas de todo el mundo.

El mundo ha llegado a comprender en gran medida que el libre comercio, la globalización y el libre mercado están elevando el nivel de vida. Como afirma Ian Vásquez en su artículo Mundo de clase media, “Que la globalización haya beneficiado en tal magnitud al mundo en desarrollo merece ser celebrado. (…) Hay que destacar el tremendo progreso que está viviendo la humanidad antes de que políticas basadas en relatos falsos lo empiecen a revertir.” La mayoría de personas han migrado hacia mercados despolitizados, mientras que muy pocos, especialmente Venezuela, se han movido hacia el socialismo y la planificación central.

Según Gallup World Poll, una encuesta global, “en la mayoría de países hay una clara correlación entre la suerte de la clase media y la felicidad de la población”. Las familias que entran a la clase media son notablemente más felices que aquellas que están estancadas en la condición de pobres o vulnerables. Contrariamente las personas de los países que reducen su clase media, conllevan altos niveles de estrés personal.

Los buenos líderes verán estos ejemplos y esperamos que elijan sabiamente. Pueden despolitizar los mercados para construir una nación de mayor seguridad económica y prosperidad, o pueden seguir el modelo socialista fallido que ahora está destruyendo la riqueza y los derechos humanos en países como Venezuela.

Por todas estas razones, es alarmante que el gobierno peruano haya abandonado la acción de gobierno y el procurar una mayor prosperidad, para entretenerse en niveles de confrontación política que no llevan a nada bueno. Las fortalezas del Perú están en su clase media, abandonada hoy día a su suerte, en una economía que pierde constantemente oportunidades de consolidación. Señor Presidente de la República, ¿cuándo vamos a dar un golpe de timón hacia el camino del bienestar común? Lampadia

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