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Cada congresista cuesta US$ 1,100,000 por año

Recientes declaraciones de la congresista y segunda vicepresidenta de la República, Mercedes Aráoz, en referencia a que los sueldos de los congresistas no se ajustan al costo de vida actual y que ello genera incentivos para la aparición de lobbies, han desatado mucha confusión y una vasta ola de críticas en las redes sociales y en algunos medios de comunicación; sin embargo, como es costumbre en la prensa local, no se ha dedicado ni un análisis serio al respecto por ser un tema además de político, sumamente polémico, dados los bajos índices de aprobación ciudadana del Poder Legislativo.

Analicemos este tema a la luz del presupuesto asignado al Congreso el presente año según la Ley de Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2019. Según fuentes del MEF, este monto asciende a S/. 477 millones, lo cual representa una reducción del 14% respecto al 2018. Este monto, en dólares corrientes, asciende a US$ 144 millones aproximadamente que, dividido entre el número total de congresistas (130), nos permite estimar el gasto anual por parlamentario, el cual asciende a US$ 1.1 millón. Este monto, vale la pena mencionar, incluye – además del sueldo del parlamentario, situado en US$ 65,800 anuales – los gastos de representación, transporte, vestuarios, viáticos, asesorías, comunicaciones, oficinas individuales, entre otros rubros. US$ 65,800 de remuneración versus un costo de US$ 1’100,000.

Veamos la situación del gasto anual por parlamentario de nuestros pares de la región, Chile y Colombia.

Lo primero que hay que mencionar es que Chile cuenta con una riqueza, medida por el PBI per cápita, que es más del doble que la del Perú (US$ 15,346 vs. US$ 6,572), lo cual puede justificar un mayor lujo en términos de mayores costos en la gestión pública. Esto a su vez justifica un gasto anual por parlamentario mayor que en el caso peruano. Por otra parte, a pesar de que el PBI per cápita de Colombia es similar al del Perú (US$ 6,408.9 vs. US$ 6,572), el gasto por parlamentario en nuestro país es 55% superior que en el caso colombiano. Este es un indicador a tomar en cuenta.

¿Es funcional el gasto anual por parlamentario en el Perú?

Por supuesto que no. Lo que refleja esta cifra es el excesivo costo por congresista que existe en nuestro país. Por otra parte, es absurdo que el gasto en remuneraciones apenas ascienda al 6% del total del gasto anual por parlamentario -otorgándole más peso a otras categorías que calificarían como simples prebendas o dispendios- cuando este debería ser uno de los focos en las partidas de gasto asignadas al Congreso.

Como hemos escrito en Lampadia: El costo del Congreso no está a la altura de sus realizaciones, esta estructura de gasto no solo incentiva al despilfarro de recursos por parte de nuestros queridos “padres de la Patria”, sino que no garantiza la atracción de recurso humano de calidad alguno para ejercer la tan importante pero a la vez, tan venida a menos, labor parlamentaria.

En este sentido, es fundamental reducir el costo del Congreso y aumentar las remuneraciones del congresista, de tal manera que se aumente la eficiencia y la eficacia de tal poder del Estado, con una estructura más funcional. Para alcanzar este fin consideramos que se deben implementar las siguientes medidas:

  • Asignar oficinas por bancada.
  • Asignar asesores por bancada.
  • Asignar infraestructura por bancada.
  • Crear una oficina de apoyo dedicada a la evaluación de impacto de las normas emitidas.

Esperamos que estas recomendaciones sean ponderadas por el Legislativo. Es fundamental que dicho poder del Estado, responsable de la promulgación y derogación de las leyes y de limitar cualquier arbitrariedad que pueda ser impuesta desde el Ejecutivo, cuente con las herramientas necesarias para ejecutar adecuadamente sus funciones. Lampadia




El costo del Congreso no está a la altura de sus realizaciones

El costo del Congreso no está a la altura de sus realizaciones

A pesar de su decepcionante performance, reflejada en su baja aprobación (apenas 13% según Ipsos), el Congreso de la República está lleno de representantes que se presentan a la ciudadanía con soberbia. Lo que es peor, es uno de los Poderes Legislativos más caros de la región. Su dispendio no se debe a los sueldos de los congresistas, que podrían ser calificados como relativamente bajos, sino a la cantidad de prebendas innecesarias, como oficinas particulares y asesores personales para cada uno de los “padres de la Patria”.

Para el 2015, su presupuesto llega a S/. 510 millones, de los cuales el 72 % se destinará al pago de remuneraciones y solo S/. 25 millones a la retribución de los propios congresistas (5% del costo total).

Cabe mencionar que el alto costo de cada congresista, incluye sus costos directos y además, los de sus asesores, oficinas individuales, transporte, vestuarios, telefonía, viáticos y otros. Si el presupuesto institucional se divide entre los 130 parlamentarios, cada uno representa un costo de S/.3´924,392, casi 4 millones de soles (US $ 1´344,000). 

Mucho más importante que los costos son los resultados de la gestión parlamentaria que, lamentablemente, a la luz de los ojos de todos los ciudadanos y de las mediciones de opinión pública dejan mucho que desear.

Comparado con otros países (como se puede observar en el cuadro superior), el costo de un congresista en el Perú es demasiado alto en relación a los indicadores del país. En Chile representa 70 veces el ingreso per cápita, en Colombia 38 veces y 58 en México, mientras en el Perú es de 195 veces. Además, el gasto por parlamentario de US$ 1.3 millones, equivale a 365 sueldos mínimos vitales anuales.

Si desagregamos el presupuesto, S/. 25 millones es destinado al pago de remuneraciones de los propios parlamentarios, S/. 54 millones a sueldos de asesores, personal administrativo, etc., un exorbitante monto de S/. 89 millones para viáticos y otros gastos.

En la última década, la calidad de nuestros políticos ha descendido a niveles impensados. El sistema facilita que personajes lumpen ocupen cargos públicos. Basta citar algunos casos de escándalos de congresistas como:  Jose Anaya, el “come pollo”, quien engañó deliberadamente entregando facturas falsificadas de compra de pollo a la brasa para obtener un rembolso por concepto de gastos operativos; Celia Anicama, la “roba cable”, quien comercializaba el servicio de televisión por cable robado de otras empresas retransmisoras; Eulogio Amado Romero, el “come oro”, quien mantenía vínculos con la minería ilegal y Nancy Obregón, quien fue acusada de formar parte de una organización del narcotráfico que apoya a Sendero Luminoso, entre otros casos.

Para colmo de males, la población sigue esperando que el Congreso se ocupe de las grandes reformas necesarias para facilitar un desarrollo integral y duradero, como todo lo referido a los aspectos institucionales. Ver en L: El Congreso no ha producido una sola reforma política.

En nuestra opinión, debiéramos reformar el Congreso en las siguientes líneas:

1. Reducir el costo total en armonía con el tamaño de nuestra economía.

2. Triplicar la remuneración de los parlamentarios (actualmente es solo el 5% del total).

3. Tener una Cámara de Diputados con 100 representantes.

4. Establecer una Cámara de Senadores con 30 representantes.

5. Eliminar las oficinas particulares y los cargos de asesores individuales.

6. Establecer una oficina central de servicios de informacióncalificada.

7. Crear oficinas y puestos de asesores por cada bancada.

El Perú necesita un excelente Poder Legislativo, que pueda medirse de igual a igual, con el de Singapur, epítome de calidad de la administración pública en el mundo. Los peruanos más calificados deben ser atraídos al Congreso. Lampadia