1

Imagen del futuro deseado de Apurímac

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 21 de junio de 2019
Para Lampadia

La semana pasada estuve por Abancaycito. ¡Maravilloso! Si el paisaje andino es – en general – precioso, el paisaje apurimeño es doblemente precioso. La tierra del gran Arguedas es paradisíaca. Y lo mejor es que tiene mucha agua. Y mucho cobre. Incluso, oro, plata y hierro. Está profundamente quebrada por ríos fabulosos. Cada cual más bello y profundo que el otro. Eso sí, con su majestad el río Apurímac a la cabeza.

El problema de Apurímac está en el ámbito social. ¡Cuándo no! Hay mucha pobreza en la región. ¿Cómo es posible que un pueblo rico en agua y minerales sea pobre? “La corrupción pues” contestan al unísono los apurimeños. Gobernadores y alcaldes corruptos. Hay varios presos y algunos no habidos. Congresistas y jueces también. Dirigentes chantajistas. Maestros sinvergüenzas que cobran a sus alumnos para aprobarlos. Y los infaltables médicos indolentes que abandonan los hospitales en horarios de trabajo. La cantidad de obras inconclusas es alucinante… hospitales, aulas universitarias, obras de alcantarillado. ¡Coimas, coimas y más coimas!

La historia de la corrupción apurimeña es la misma que se repite – cual disco rayado – en todo el resto del país. Con el agravante de la pobreza extrema de muchos pobladores locales.

¡Qué hacer! El centralismo no es solución. Las “mesas de trabajo” que se establecieron con bombos y platillos para implementar el “Plan Cotabambas” no han funcionado. Me refiero al problema social vinculado al proyecto minero Las Bambas. Los apurimeños están hartos de las mecidas de los ministros y hasta de presidentes de la República.

Es increíble. Apurímac tiene todo para ser una región próspera pero no lo es. La corrupción es la gran aguafiestas. Aparte de un potencial minero colosal, Apurímac podría ser una gran potencia forestal. Como mencioné anteriormente, hay mucha agua en la región.

Además, el acceso a Choquequirao – la otra Machu Picchu – es por Apurímac. ¡Qué pasa con el proyecto del teleférico! ¿Porqué tarda tanto el Estado en hacer realidad este gran proyecto, que en su recorrido volaría por encima del Cañón del Río Apurímac? Inoperancia, indolencia, codicia, corrupción… ¡qué será!

También está el proyecto ferroviario Cotabambas – Marcona. Una iniciativa que bien podría financiarse entre el Estado e inversionistas privados, para transportar carga de todo tipo – no sólo minerales – y personas. ¿Porqué tarda tanto el Estado en hacer realidad este proyecto? Saque usted sus conclusiones.

Ahora bien. No todo está perdido para Apurímac. El potencial minero está intacto. Lo de Las Bambas recién comienza. Y aparte de Las Bambas, hay muchos otros proyectos mineros tan ricos y rentables como la gran mina ubicada en las provincias de Cotabambas y Grau. Se habla de un Canon Minero futuro de US$ 10,000 millones o más para la región.

En mi opinión Apurímac debería crear una oficina de planificación, diseño y construcción de proyectos – altamente calificada – que se encargue de administrar los recursos del Canon Minero. Está más claro que el agua. Los alcaldes y gobernadores – no sólo de Apurímac, sino de casi todo el Perú – no están capacitados para administrar recursos públicos.

Cero coimas. Eso es lo que necesita Apurímac para salir de su agobiante pobreza. Apurímac minera, turística, forestal, próspera y bella como sus ríos profundos. He ahí la imagen del futuro deseado de Apurímac. Lampadia