1

Infraestructuras: menos pobreza y más desarrollo

Infraestructuras: menos pobreza y más desarrollo

En el artículo La agenda pendiente señalamos que para que el Perú continúe su senda de crecimiento y bienestar se necesitaba avanzar en educación, resolver el déficit en infraestructuras, mejorar la calidad de nuestras instituciones, así como crear un adecuado clima de inversión.

Cuando se habla de las infraestructuras se enfatiza su impacto económico por la reducción de los costos de transacción que conllevan, por ejemplo, por la reducción de los costos de transporte. Sin embargo, este tema tiene tanto o más impacto en los aspectos sociales, pues permite democratizar el acceso a la modernidad, ya sea a través de caminos, servicios de agua, luz o telecomunicaciones, así como acceso a la salud y la educación.

Un trabajo que subraya que las infraestructuras tienen un enorme impacto en la reducción de la pobreza es el reciente libro de Richard Webb, Conexión y despegue rural que demuestra, que entre otros factores, el avance en infraestructuras en la sierra rural ha producido una revolución económica en la región más pobre del Perú.  La conclusión de esta investigación es contundente: mientras en el período 1900-1994 el crecimiento de los ingresos fue de solo 1.4% por año entre el 1994 y el 2011, los ingresos se incrementaron a un ritmo de 7.2% anualmente. ¿Cómo se explica este milagro en las zonas alto andinas? El trabajo de Webb lo describe así:

 

  • El presupuesto para la construcción, mejoramiento y rehabilitación de caminos de Provías Nacional se multiplicó por seis entre 2001 y 2010.
  • La formación bruta de capital del gobierno general (central, regional y local) destinada al transporte se ha incrementado progresivamente de 16% entre los años 1972 y 1980 a 34% entre 2003 y 2011.
  • El ritmo de expansión de la red vial (kilómetros por año) se triplicó a partir de 1995, aumentando de 1,058 kilómetros al año entre 1940 y 1995 a 3,025 kilómetros entre 1995 y 2011.
  •  Entre 1995 y 2005, el Programa de Caminos Rurales mejoró 16,000 kilómetros de caminos rurales y secundarios y 6,000 kilómetros de caminos de herradura en más de 300 distritos de extrema pobreza.
  • En la encuesta de distritos realizada en el estudio de Webb se reveló que entre 2001 y 2011, el tiempo promedio de viaje para los 176 distritos estudiados se redujo de 8.8 a 4.4 horas.  Es decir se redujo a la mitad.

Erradicar la pobreza es el impacto más importante del crecimiento sostenido. Esto no es posible con un déficit de infraestructuras tan grande como el que acusamos. AFIN (Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional) ha señalado que para la década 2012-2021, el déficit en este rubro es de US$ 88,000 millones, sobre todo, en las áreas de energía (US$32,987 millones), transporte (US$20,935 millones), telecomunicaciones (US$19,170 millones) e infraestructura hidráulica (US$8,682 millones), entre otros.

El asunto es tan importante que el Foro Económico Mundial en su último índice de competitividad 2012-2013 considera a las infraestructuras como uno de sus pilares más importantes para alcanzar el desarrollo. En  el ranking general de ese organismo, el Perú ocupa el puesto 61 dentro de 144 países, pero en el ámbito de infraestructuras figuramos  en el puesto 89. En otras palabras, el Foro Económico Mundial nos advierte que si no avanzamos a resolver el déficit de infraestructuras y continuamos con el crecimiento actual nos faltará energía, carreteras y otros servicios para seguir produciendo.

Como se ve, resolverlos déficits de infraestructuras no es solo un asunto urgente para los inversionistas y los actores de la economía moderna, sino tiene que ver directamente con cualquier estrategia de reducción de la pobreza. Ya hemos dicho que no hay desarrollo sin crecimiento económico, bueno, ahora habría que decir que no existe crecimiento, desarrollo y reducción de pobreza sostenidos con problemas y déficits de infraestructuras como los que tenemos.

Para enfrentar este tremendo reto tenemos que desarrollar dos políticasprincipales: por un lado tenemos que generar para el Estado, recursos financieros suficientes para invertir en infraestructuras. Este objetivo se logra manteniendo un crecimiento alto y sostenido, para lo que hay que cuidar la inversión privada en general y en minería en particular. En la economía todo está unido por vasos comunicantes.

En segundo término, es indispensable promover agresivamente la inversión privada en los proyectos de infraestructuras, en cualquiera de sus modalidades, aspecto que se viene deteriorando día a día.

Para variar, este tema requiere de un liderazgo lúcido y poderoso que pueda ilustrar a la sociedad la importancia de las infraestructuras y que promueva el que todos los peruanos nos volquemos a propiciar su desarrollo.