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EEUU amenaza con aumentar aranceles a China

EEUU amenaza con aumentar aranceles a China

Como hemos escrito anteriormente en Lampadia:  Desaceleración global es altamente probable en 2019 , El Perú crece por debajo de su potencial, el desempeño futuro del conflicto comercial EEUU-China es sumamente importante en la coyuntura económica internacional porque podría comprometer el crecimiento de muy corto plazo de países emergentes como el Perú, siendo ambos países sus principales socios comerciales. Por ahora el precio del cobre ya bajó.

En esta línea, el pasado 5 de mayo afloraron en las redes sociales dos inusitados tuits del presidente de EEUU, Donald Trump, que amenazaban a China con imponer una mayor carga arancelaria – 25% para ser exactos –  tanto a las importaciones chinas con menor gravamen (10%) – valorizadas en US$ 200,000 millones – como a aquellas inafectas – valorizadas en US$ 300,000 millones –, a puertas del cierre de las negociaciones de un acuerdo comercial que parecía ya tener la aprobación de ambos países hasta hace unos días.

Y las reacciones en los mercados financieros internacionales no se hicieron esperar. Desde Wall Street, pasando por las bolsas de valores de Europa, y las de Asia reportaron notables pérdidas en los últimos días; mientras que el dólar ganaba terreno frente a importantes divisas como el euro y el yuan, y lo correspondiente también sucedía con las monedas de los mercados emergentes, incluido nuestro sol.

¿Qué motivaciones hay detrás de las reacciones del presidente Trump? Pero más importante aún, ¿están realmente justificadas a la luz del futuro bienestar del país americano?

Un reciente artículo publicado por The Economist (ver artículo líneas abajo) señala lo siguiente respecto a la primera pregunta, Trump podría haber pensado que su amenaza aumentaría la presión sobre China, ayudando a obtener más concesiones justo antes de la recta final”.

En efecto. Trump realizó estas declaraciones a puertas de la última sesión de negociaciones comerciales llevada a cabo esta semana – previo al firmado del acuerdo histórico con su homólogo Xi Jinping –  anticipándose a que los chinos modificaran sus principales compromisos pactados en las últimas reuniones, que, según sus fuentes en la Casa Blanca, este sería el caso.

En nuestra opinión, esto último se explicaría porque, si bien las condiciones del acuerdo eran claras en la esencia – como indica The Economist – sus detalles y compromisos eran imprecisos y concretamente porque estaban afectos, entre otras cosas, al desempeño de la economía china frente a las reformas. Aparentemente este último factor habría sido uno de los determinantes del posible cambio de parecer de las autoridades chinas.

Por otra parte, y respondiendo a la segunda pregunta, The Economist agrega, “Pero Trump se está engañando a sí mismo si piensa que puede poner a China de rodillas con aranceles y que EEUU no sufrirá daños”.

Si bien la primera ronda de aumento de aranceles de 10% al 25% – que se haría efectiva a partir del viernes 10 de no llegarse a una solución al conflicto – sobre las importaciones valorizadas en US$ 200,000 millones tendría un impacto menor en los consumidores estadounidenses- al ser en su totalidad insumos industriales – el gravar al resto de productos chinos – que incluyen los bienes de consumo – sí incrementaría los precios generando menor bienestar entre ellos en un período de tiempo no menor.

Ello se ilustra mejor con un principio fundamental que provee una de las teorías que históricamente han explicado mejor el comercio internacional: La teoría de la ventaja comparativa de David Ricardo. EEUU al ser menos competitivo relativamente que China en una gran gama de productos manufacturados, debería especializarse en productos de alguna otra rama productiva de la economía, de manera que sean provistos a un precio competitivo en los mercados internacionales. Si se pretende proteger industrias no especializadas en dichos productos, tarde o temprano, los precios aumentarán por los mayores costes arraigados, trasladando malestar al consumidor.

Si bien pueden haber razones de incomodidad por parte del presidente Trump con los productores chinos relacionadas a la violación a los derechos de propiedad intelectual y un amplio déficit comercial con China, consideramos que de ninguna manera el mejor camino para solucionar dichas atingencias debería ser recurrir a un proteccionismo desenfrenado, considerando además que el libre comercio –junto a la globalización – ha sido una de las principales fuerzas propulsoras del desarrollo global en las últimas dos centurias (ver Lampadia: Recuperando lo mejor del capitalismo). Por el contrario, debería ser el imperio de la ley y la profundización de sus relaciones bilaterales con China lo que debería llevar a EEUU a darle solución a tales problemas.

En este sentido, esperamos que en las reuniones que están siendo llevadas a cabo entre las delegaciones estadounidenses y chinas se llegue a un acuerdo comercial que permita dejar atrás esta nefasta guerra comercial, que, como cualquier otra guerra de otra índole, ninguno de los que participan en ella, no termina de percibir bajas. Lampadia

Las conversaciones comerciales entre EEUU y China están en riesgo de ruptura
De vuelta a tus estaciones de batalla

Tras los indicios de progreso, un tuit de Donald Trump siembra dudas

The Economist
6 de mayo, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

JUSTO CUANDO parecía que EEUU y China estaban cerca de un acuerdo, el presidente Donald Trump ha llevado a los dos países al borde de una guerra comercial en toda la regla. En un par de tweets a fines del 5 de mayo, amenazó con imponer aranceles del 25% en todas las importaciones chinas, una tasa que se aplica a solo una porción mucho menor de las importaciones en la actualidad. “El acuerdo comercial con China continúa, pero muy lentamente, mientras intentan renegociar. ¡No!” dijo. Hace solo un mes había proclamado que se estaba preparando un “acuerdo épico”. El repentino cambio de tono sacudió a los inversores en Asia y, sobre todo, en China. El CSI 300, un índice de las principales acciones chinas, cayó casi un 6% el 6 de mayo, su peor día en más de tres años.

La primera pregunta es cuáles serán las consecuencias para las negociaciones comerciales. Las reuniones intensificadas en las últimas semanas habían alimentado la impresión de que un acuerdo estaba a la vista. Los negociadores estadounidenses, encabezados por Robert Lighthizer, el Representante de Comercio de los EEUU, estuvieron en Beijing la semana pasada. Esta semana, Liu He, un viceprimer ministro chino, iba a encabezar una delegación de docenas de funcionarios chinos de alto nivel en un viaje a Washington para la próxima ronda de discusiones. Los observadores comenzaron a escudriñar el programa público de Trump para encontrar vacíos cuando Xi Jinping, el presidente de China, podría reunirse con él para firmar su pacto. Junio parecía una buena opción. Pocos apostarían en eso hoy.

Trump podría haber pensado que su amenaza aumentaría la presión sobre China, ayudando a obtener más concesiones justo antes de la recta final. En cambio, existe una posibilidad real de que pueda provocar un endurecimiento de la posición de China. Algunos incluso especularon que Liu y su delegación viajera de funcionarios se retirarán de las reuniones de esta semana. “Dejemos que Trump suba los aranceles. Veamos cuándo pueden reanudarse las conversaciones comerciales”, tuiteó Hu Xijin, editor de Global Times, un periódico chino de propiedad estatal conocido por su veta nacionalista. (Los reguladores chinos parecen contentarse con dejar que Hu use el software para evadir el Great Firewall y enviar dichos mensajes a Twitter, que de otro modo está bloqueado en China).

Durante meses, el resumen de un acuerdo ha sido claro. China se comprometería a comprar más productos de EEUU para reducir su superávit comercial, y EEUU se comprometería a reducir los aranceles de las importaciones chinas siempre que China establezca el campo de juego para las compañías extranjeras. Pero los detalles siempre fueron desconcertantes. ¿Cómo medir el progreso de China en la reforma de su economía? Los funcionarios estadounidenses se han cansado de lo que ven como el avance de China en el cumplimiento de sus promesas. ¿Cómo hacer cumplir el trato? EEUU quería el derecho de imponer aranceles sin amenaza de represalias si China violaba el acuerdo. Los asesores chinos dijeron que eso era inviable. Dadas estas dificultades para alcanzar un gran acuerdo, un conjunto de compromisos más imprecisos parecía el resultado más probable. Las tensiones comerciales seguramente persistirían, reavivándose de manera intermitente en los próximos años, pero la perspectiva de los aranceles ojo-por-ojo se reducirá.

Ahora, sin embargo, el riesgo inmediato es la escalada. El año pasado, EEUU impuso aranceles del 25% sobre las importaciones chinas por un valor de US$ 50,000 millones y el 10% sobre otros US$ 200,000 millones adicionales, dejando unos US$ 300,000 millones aproximadamente sin tocar. Trump ha amenazado con un aumento de dos pasos. Primero, el viernes, EEUU elevaría los aranceles del 10% al 25%. Poco después, colocaría aranceles del 25% sobre todos los bienes restantes (un período de comentarios públicos ralentizaría la implementación real). Hasta ahora, China ha sido moderada en su represalia a los aranceles estadounidenses, incluso ha reducido los aranceles a las importaciones de automóviles desde EEUU a medida que avanzaban las conversaciones. Pero si EEUU sigue adelante con los aranceles en todos los ámbitos, Xi estará bajo presión para defenderse. Debido a que China importa mucho menos de EEUU de lo que exporta a EEUU, los aranceles son solo una opción limitada para ello. Un escenario es que podría perjudicar a EEUU de otras maneras – por ejemplo, es usando los medios estatales para que los consumidores se opongan a las compañías desde Starbucks hasta Apple, que cuentan con China como una gran fuente de ingresos. “El primer paso en las negociaciones es generar confianza”, dice Zhu Ning, economista de la Universidad de Tsinghua. “Ahora parece que la confianza casi se ha ido”.

Una guerra comercial total, sin duda, sería perjudicial para ambos países. Como el mayor exportador, China probablemente sufriría más. Pero Trump se está engañando a sí mismo si piensa que puede poner a China de rodillas con aranceles y que EEUU no sufrirá daños. Durante el último semestre, el gobierno de China ha administrado un estímulo moderado que ha estabilizado el crecimiento y ha impulsado un gran repunte en su mercado de valores. Incluso con la caída del lunes, las acciones chinas siguen subiendo un 25% desde principios de año. El gobierno ha mantenido la potencia de fuego fiscal en reserva, en parte debido a la incertidumbre sobre la guerra comercial. Aumentar su programa de estímulo ayudaría a amortiguar el golpe de los aranceles más altos. En cuanto a EEUU, los consumidores se han visto protegidos en gran medida del impacto de los aranceles en las importaciones chinas porque se han centrado en los insumos industriales. Si se aplicaran aranceles a todas las importaciones, los consumidores no se librarían: el costo de los productos desde almohadas a teléfonos inteligentes aumentaría considerablemente.

El riesgo de una desaceleración mutua asegurada ha quedado en manos de Trump en el pasado. Fue cuando el mercado de valores estadounidense cayó bruscamente en diciembre cuando comenzó a construirse un impulso hacia un acuerdo comercial con China. Xu Gao, un economista de Everbright Securities Asset Management, una firma china, sigue siendo optimista de que prevalecerá la misma lógica. Trump, afirma, retirará en última instancia la amenaza arancelaria, por temor a socavar el crecimiento de EEUU. Incluso con toda la fanfarronada, eso todavía parece plausible. Pero la cercanía del error de cálculo es demasiado evidente. Lampadia




La importancia de África en la geopolítica internacional

El destino que seguirá África – continente cuya población superará hacia el 2025 la población china – en los próximos años en materia política y económica es un tema que viene siendo opacado por otras cuestiones relacionadas a la coyuntura internacional, tales como el conflicto comercial EEUU-China, el Brexit, las elecciones del Parlamento Europeo, entre otras; sin embargo, no por ello, deja de ser un asunto sumamente relevante para el mundo en el mediano-largo plazo.

Como escribimos en Lampadia: Las gratas y no gratas sorpresas de la Fundación Gates en el 2018, Bill y Melinda Gates, en su Carta Anual 2019, advirtieron acerca de la importancia de este continente por contener a la población más joven del planeta, en un contexto cada vez más evidente de envejecimiento poblacional, un fenómeno que inclusive nuestra región no está dejando de experimentar. Así, recomendaban que es fundamental asegurar servicios de salud y educación de calidad, de manera que este ingente capital humano pueda enfrentar al mundo en igualdad de condiciones que el mundo desarrollado.

Sin embargo, como deja entrever un reciente artículo de The Economist (ver artículo líneas abajo), la importancia de África para con el mundo, va más allá del ámbito social. Es de hecho, un tema íntimamente ligado con la geopolítica internacional y por ende con la economía y el comercio.

En esta línea, destaca cómo África ha experimentado, sólo en la última década, una apertura extranjera – en términos de relaciones, comercio internacional, inversión extranjera y lazos militares – sin precedentes en la historia:

  • Entre el 2010 al 2016, se inauguraron más de 320 embajadas, constituyéndose como el mayor auge de la construcción de embajadas en la historia.
  • Su comercio hacia Occidente y Oriente ha mostrado una tendencia favorable en este período. Así, mientras que el comercio hacia Turquía e Indonesia se ha triplicado, en el caso de la UE, ha crecido en un 41%.
  • En cuanto a inversión directa extranjera, se observan fuertes lazos con grandes potencias económicas mundiales, incluidos, EEUU, Gran Bretaña y Francia.
  • Sus nexos militares abarcan a China como principal vendedor de armas en lo que corresponde al África subsahariana pero también hay fuertes lazos con EEUU, Francia y Rusia.

Pero como destaca The Economist, Aun así, los africanos pueden hacer más para aumentar su parte de los beneficios.” Y las iniciativas que propone básicamente inciden en los siguientes puntos:

  • Insistir en la transparencia de las operaciones comerciales, de manera que no surjan los perversos mercantilismos estatales.
  • Fortalecer la unión del continente, tomando como referencia la exitosa experiencia de la UE.
  • Ser globales como lo han estado haciendo en el comercio internacional, sin favorecer a determinado bloque económico, ya sea China, Rusia o EEUU.
  • Fortalecer los mecanismos democráticos, para lograr una mayor competencia en la política, de manera que se capitalicen adecuadamente las necesidades de los votantes.

En un contexto de fuerte sentimiento antiglobalización y anticomercio, –que parece no mostrar señales de aminoramiento – África podría convertirse en una suerte de mediador entre los dos grandes bloques económicos e ideológicos, Rusia-China y EEUU-UE. Las iniciativas propuestas por The Economist sin duda abogan por ello y por ende, las avalamos en un 100%. Lampadia

La nueva lucha por África
Geopolítica

Esta vez, los ganadores podrían ser los mismos africanos.

The Economist
7 de marzo, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

La primera gran oleada de interés extranjero en África, apodada la “revuelta”, se dio cuando los colonos europeos del siglo XIX dividieron el continente y se apoderaron de la tierra de los africanos.

La segunda fue durante la guerra fría, cuando Oriente y Occidente compitieron por la lealtad de los nuevos estados africanos independientes; la Unión Soviética apoyó a los tiranos marxistas, mientras que Estados Unidos apoyó a los déspotas que decían creer en el capitalismo.

Una tercera oleada, ahora en curso, es más benigna. Los forasteros han notado que el continente es importante y se está volviendo cada vez más importante, no solo por su creciente participación en la población mundial (para 2025, la ONU predice que habrá más africanos que chinos). Gobiernos y empresas de todo el mundo se apresuran a fortalecer los lazos diplomáticos, estratégicos y comerciales. Esto crea grandes oportunidades. Si África maneja la nueva lucha sabiamente, los principales ganadores serán los africanos.

El alcance de la participación extranjera no tiene precedentes. Empieza con la diplomacia. De 2010 a 2016, se abrieron más de 320 embajadas en África, probablemente el mayor auge de la construcción de embajadas en la historia. Turquía solo abrió 26. El año pasado, India anunció que abriría 18. Los lazos militares también se están profundizando. EEUU y Francia están prestando fuerza y tecnología a la lucha contra el yihadismo en el Sahel. China es ahora el mayor vendedor de armas del África subsahariana y tiene vínculos de tecnología de defensa con 45 países. Rusia ha firmado 19 acuerdos militares con estados africanos desde 2014. Los estados árabes ricos en petróleo están construyendo bases en el Cuerno de África y contratando mercenarios africanos.

Los lazos comerciales están cambiando. En 2006, los tres socios comerciales más importantes de África fueron EEUU, China y Francia, en ese orden. Para 2018 era China primero, India segundo y EEUU tercero (Francia era séptimo). Durante el mismo período, el comercio de África se ha triplicado con Turquía e Indonesia, y se ha cuadruplicado con Rusia. El comercio con la Unión Europea ha crecido en un modesto 41%. Las mayores fuentes de inversión extranjera directa siguen siendo las empresas de EEUU, Gran Bretaña y Francia, pero las chinas, incluidas las organizaciones respaldadas por el estado, se están recuperando, y los inversores de la India y Singapur están ansiosos por unirse a la refriega.

El estereotipo de los extranjeros en África es de explotadores neocoloniales, interesados solo en los recursos naturales del continente, no en su gente, y listos para sobornar a los peces gordos locales en negocios turbios que no hacen nada por los africanos comunes. El estereotipo es a veces cierto. Demasiadas empresas petroleras y mineras están sucias. Los líderes africanos corruptos, de los cuales todavía hay abundancia, siempre pueden encontrar habilitadores extranjeros para lavar el botín. Y los contratos con firmas de países que se preocupan poco por la transparencia, como China y Rusia, a menudo son confusos. Tres periodistas rusos fueron asesinados el año pasado mientras investigaban a un grupo mercenario vinculado al Kremlin que, según informes, protege al presidente de la República Centroafricana desgarrada por la guerra y permite la extracción de diamantes allí. Comprensiblemente, muchos vieron una bocanada de imperialismo anticuado.

Sin embargo, el compromiso con el mundo exterior ha sido mayormente positivo para los africanos. Los extranjeros construyen puertos, venden seguros y traen tecnología de telefonía móvil. Las fábricas chinas zumban en Etiopía y Ruanda. Turkish Airlines vuela a más de 50 ciudades africanas. Una mayor apertura al comercio y la inversión es una de las razones por las cuales el PBI per cápita al sur del Sáhara es dos quintos más alto que en 2000 (Las políticas macroeconómicas más sólidas y menos guerras también ayudaron). Los africanos pueden beneficiarse cuando los extranjeros compran todo, desde textiles hasta vacaciones y servicios digitales.

Aun así, los africanos pueden hacer más para aumentar su parte de los beneficios.

  • Primero, los votantes y activistas pueden insistir en la transparencia. Es alentador que Sudáfrica esté investigando los supuestos acuerdos fraudulentos del presidente anterior, Jacob Zuma, pero es alarmante que el comportamiento aún peor en la República Democrática del Congo no se haya aprobado, y que los términos de los préstamos chinos a algunos gobiernos africanos peligrosamente endeudados sean secretos. Para estar seguros de que un trato público es bueno tanto para la gente común como para los hombres grandes, los votantes deben saber qué hay en él. Los periodistas, como los kenianos que expusieron escándalos por un proyecto ferroviario chino, tienen un gran papel que desempeñar.
  • Segundo, los líderes de África necesitan pensar más estratégicamente. África puede ser casi tan poblada como China, pero comprende 54 países, no uno. Los gobiernos africanos podrían lograr mejores acuerdos si demostraran más unidad. Nadie espera que un continente heterogéneo que incluye zonas de batalla anárquicas y democracias prósperas esté tan integrado como Europa. Pero seguramente puede ser mejor que dejar que China negocie con cada país individualmente, a puerta cerrada. El desequilibrio de poder entre, digamos, China y Uganda es enorme. Podría reducirse en cierta medida con un área de libre comercio o si los bloques regionales africanos se unieran. Después de todo, los beneficios de los proyectos de infraestructura se extienden a través de las fronteras.
  • Tercero, los líderes africanos no tienen que elegir bandos, como lo hicieron durante la guerra fría. Pueden hacer negocios con las democracias occidentales y también con China y Rusia, y cualquier otra persona que tenga algo que ofrecer. Debido a que ahora tienen más opciones que nunca, los africanos deberían ser capaces de impulsar tratos más difíciles. Y los forasteros no deberían ver esto como un concurso de suma cero (como lo hace la administración Trump, cuando le presta atención a África). Si China construye un puente en Ghana, un automóvil estadounidense puede conducir sobre él. Si una empresa británica invierte en una red de datos móviles en Kenia, un empresario keniano puede usarla para establecer una empresa transfronteriza.

Por último, los africanos deben tomar lo que algunos de sus nuevos amigos les dicen con una pizca de sal.

China sostiene que la democracia es una idea occidental; el desarrollo requiere una mano firme. Este mensaje sin duda atrae a los hombres fuertes africanos, pero es una tontería. Un estudio realizado por Takaaki Masaki del Banco Mundial y Nicolas van de Walle de la Universidad de Cornell encontró que los países africanos crecen más rápido si son más democráticos. La buena noticia es que, a medida que la educación mejora y los africanos se trasladan rápidamente a las ciudades, se vuelven más críticos con sus gobernantes y tienen menos miedo de decirlo. En 1997, el 70% de los partidos gobernantes africanos obtuvieron más del 60% de los votos, en parte haciendo que los jefes rurales invitaran a los aldeanos a respaldarlos. Para 2015 solo el 50% lo hizo. A medida que la política se vuelva más competitiva, la influencia de los votantes crecerá. Y podrán insistir en una forma de globalización que funcione tanto para africanos como para extranjeros. Lampadia




La globalización va a paso lento

La globalización va a paso lento

Los datos sugieren que dos grandes fuerzas están motivando un cambio estructural en la globalización, nunca antes visto:

  • Un cambio en las reglas de juego en el comercio internacional entre empresas e inversores de distintas nacionalidades y regiones mundiales.
  • Un desplome de la inversión transfronteriza o inversión extranjera directa (IED), particularmente desde Asia a Occidente.

Veamos algunos indicadores elaborados por The Economist que ilustran muy bien estos hechos:

Como se puede apreciar en los dos primeros gráficos, se da una caída pronunciada de 6 de 8 indicadores clave de la integración global, si se comparan los años 2018 y 2008. Aquellos que reportan mayores caídas son los indicadores financieros, que corresponden al stock de préstamos bancarios transfronterizos, la inversión directa extranjera y los flujos brutos de capital, todos medidos en proporción al PBI. Ello claramente refleja una menor vinculación financiera entre los países.

Por otra parte, si bien se observa una caída leve en los indicadores de comercio mundial como es el caso de la importación de bienes intermedios, el siguiente gráfico muestra con mayor claridad, cómo el cambio en las reglas de juego del comercio mundial, están generando que los países vuelquen sus necesidades comerciales hacia las cadenas de valor de sus propias regiones.

Así, nos encontramos frente a un proceso de “ralentización” de la globalización que puede tener fuertes implicancias no solo para Occidente sino también para nuestra región y para el Perú.

Ante ello puede surgir la pregunta en nuestros lectores, ¿Está preparada América Latina y el Perú en particular, para enfrentar este creciente debilitamiento de la globalización, que inevitablemente golpeará nuestra economía a través del canal comercial y financiero? 

Lamentablemente, la evidencia nos haría responder que no, siendo que nuestro mercado regional es muy débil. Veamos.

En primer lugar, la CEPAL desde hace varios años ya viene advirtiendo sobre la poca integración comercial que viene teniendo América Latina en el comercio mundial y en las cadenas de valor mundiales, así como también, del enorme potencial que tiene su comercio intrarregional, que aún se mantiene presto a expandirse.

Así, en un reciente informe del 2018, el organismo internacional destaca que desde 1970 a la fecha, la participación relativa de América Latina en el comercio mundial se ha estancado en un 5.2%, cifra que contrasta con un 31.1%  de los países del Asia Emergente. Por otra parte, en lo concerniente al comercio mundial de insumos intermedios, según cifras del Banco Mundial al 2016, la región apenas concentró un 6% del total, mientras que Asia y Europa concentraron el 71%.

Sin embargo, en lo concerniente al comercio intrarregional, las estadísticas de la CEPAL nos indican que, con la excepción de México, el mercado regional es el principal destino de las exportaciones manufactureras de América Latina y el Caribe, al concentrar el 51% de estas exportaciones. Pero lo relevante es que aún hay mucho espacio para desarrollar este potencial comercial, en particular gran porcentaje de importaciones que aún no están sujetas a algún acuerdo comercial entre países de nuestra misma región. Ello se ilustra en el siguiente gráfico:

Fuente: “Situación del comercio exterior de América Latina y el Caribe” – CEPAL (2017)

Estos indicadores claramente deben llamar a la acción a nuestros gobernantes para potenciar el comercio intrarregional en América Latina, al igual que están haciendo otros países con sus respectivas regiones en el mundo, de manera que se pueda enfrentar satisfactoriamente una globalización a paso lento que ya está afectando nuestros indicadores comerciales y financieros.

Sin embargo, nuestro mayor potencial sigue estando en el comercio global, razón por la cual debemos seguir defendiendo la globalización y el libre mercado en cada foro relevante. Lampadia

Líneas abajo compartimos un reciente artículo de The Economist que explica a detalle los causales de los cambios que están motivando un debilitamiento de la globalización, así como algunos vaticinios en torno a esta problemática para los siguientes años.

Slowbalization
La globalización se quedó sin vapor

Un nuevo patrón de comercio mundial se está volviendo más claro, al igual que sus costos

The Economist
24 de enero, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

Cuando EEUU dio un giro proteccionista hace dos años, provocó oscuras advertencias sobre las miserias de los años treinta. Hoy esas predicciones siniestras se ven fuera de lugar. Sí, China se está desacelerando. Y, sí, las empresas occidentales expuestas a China, como Apple, han sido golpeadas. Pero en 2018 el crecimiento global fue decente, el desempleo cayó y las ganancias aumentaron. En noviembre, el presidente Donald Trump firmó un pacto comercial con México y Canadá. Si las conversaciones durante el próximo mes conducen a un acuerdo con Xi Jinping, los mercados aliviados concluirán que la guerra comercial tiene que ver con el teatro político y el hecho de obtener algunas concesiones de China, no detonar el comercio mundial.

Tal complacencia es errónea. Las tensiones comerciales de hoy están agravando un cambio que ha estado en curso desde la crisis financiera en 2008-09. Como explicamos, la inversión transfronteriza, el comercio, los préstamos bancarios y las cadenas de suministro se han ido reduciendo o estancando en relación con el PIB mundial. La globalización ha dado paso a una nueva era de lentitud. Al adaptar un término acuñado por un escritor holandés, lo llamamos “slowbalisation”.

La edad de oro de la globalización, en 1990-2010, fue algo para contemplar. El comercio se disparó a medida que disminuía el costo del cambio de mercancías en barcos y aviones, se abarataban las llamadas telefónicas, se reducían las tarifas y se liberalizaba el sistema financiero, las empresas se establecieron en todo el mundo, los inversores vagaban y los consumidores compraban en los supermercados.

La globalización ha disminuido desde la velocidad de la luz hasta el ritmo de un caracol en la última década por varias razones.

  • El costo de mover mercancías ha dejado de caer.
  • Las empresas multinacionales han descubierto que la expansión global quema dinero y que los rivales locales a menudo se los comen vivos.
  • La actividad está cambiando hacia los servicios, que son más difíciles de vender a través de las fronteras: las tijeras se pueden exportar en contenedores de 20 pies, los estilistas no pueden.
  • Y la manufactura china se ha vuelto más autosuficiente, por lo que necesita importar menos partes.

Este es el telón de fondo frágil de la guerra comercial de Trump. Las tarifas tienden a llamar la mayor atención. Si Estados Unidos aumenta los aranceles sobre China en marzo, como lo ha amenazado, la tasa arancelaria promedio para todas las importaciones estadounidenses aumentará a 3.4%, su nivel más alto en 40 años. (La mayoría de las empresas planean pasar el costo a los clientes). Menos deslumbrante, pero igual de pernicioso, es que las reglas de comercio se están reescribiendo en todo el mundo. El principio de que los inversores y las empresas deben recibir un trato igual sin importar su nacionalidad está siendo abandonado.

La evidencia de esto está en todas partes.

  • La rivalidad geopolítica está afectando a la industria tecnológica, que representa aproximadamente el 20% de los mercados mundiales.
  • Las normas sobre privacidad, datos y espionaje se están fragmentando.
  • Los sistemas impositivos se están inclinando hacia fines patrióticos: en Estados Unidos para instar a las empresas a repatriar el capital, en Europa a atacar al Silicon Valley.
  • Estados Unidos y la UE tienen nuevos regímenes para examinar la inversión extranjera, mientras que China, a pesar de su fanfarronería, no tiene intención de dar a las empresas extranjeras un campo de juego nivelado.
  • Estados Unidos ha armado el poder que obtiene al administrar el sistema de pagos en dólares del mundo, para castigar a los extranjeros como Huawei.
  • Incluso las áreas monótonas, como la contabilidad y la defensa de la competencia, se están fragmentando.

El comercio está sufriendo a medida que las empresas utilizan los inventarios que habían almacenado en previsión de aranceles más altos. Espere más de esto en 2019.

Pero lo que realmente importa son los planes de inversión a largo plazo de las empresas, ya que comienzan a disminuir su exposición a países e industrias que tienen un alto riesgo geopolítico o enfrentan normas inestables. Ahora hay señales de que un ajuste está comenzando.

  • La inversión china en Europa y EEUU cayó un 73% en 2018.
  • El valor global de la inversión transfronteriza de las empresas multinacionales se redujo en aproximadamente un 20% en 2018.

El nuevo mundo funcionará de manera diferente. La desaceleración conducirá a vínculos más profundos dentro de los bloques regionales. Las cadenas de suministro en América del Norte, Europa y Asia están comprando más cerca de sus hogares. En Asia y Europa, la mayor parte del comercio ya es intrarregional, y la proporción ha aumentado desde 2011. Las empresas asiáticas realizaron más ventas al exterior en Asia que en América en 2017. A medida que las reglas globales decaen, se produce un mosaico de acuerdos regionales y esferas de influencia, afirmando el control sobre el comercio y la inversión. La Unión Europea está estampando su autoridad en banca, tecnología e inversión extranjera, por ejemplo. China espera acordar un acuerdo comercial regional este año, incluso a medida que sus empresas de tecnología se expandan en Asia. Las compañías tienen $ 30 billones de inversión transfronteriza en el terreno, algunas de las cuales pueden necesitar ser cambiadas, vendidas o cerradas.

Afortunadamente, esto no tiene por qué ser un desastre para los estándares de vida. Los mercados de tamaño continental son lo suficientemente grandes para prosperar. Unos 1,200 millones de personas han salido de la pobreza extrema desde 1990, y no hay razón para pensar que la proporción de indigentes aumentará nuevamente. Los consumidores occidentales continuarán cosechando grandes beneficios netos del comercio. En algunos casos, una integración más profunda tendrá lugar a nivel regional que lo que podría haber ocurrido a nivel mundial.

Sin embargo, la lentitud tiene dos grandes desventajas.

En primer lugar, crea nuevas dificultades. En 1990-2010, la mayoría de los países emergentes pudieron cerrar parte de la brecha con los desarrollados. Ahora más lucharán para comerciar su camino hacia la riqueza. Y existe una tensión entre un patrón de comercio más regional y un sistema financiero global en el que Wall Street y la Reserva Federal marcan el pulso para los mercados de todo el mundo. Las tasas de interés de la mayoría de los países todavía se verán afectadas por los Estados Unidos, incluso a medida que sus patrones de comercio se vuelven menos vinculados a ellos, lo que lleva a la turbulencia financiera. Es menos probable que la FED rescate a extranjeros actuando como un prestamista global de último recurso, como lo hizo hace una década.

Segundo, la desaceleración no solucionará los problemas que creó la globalización. La automatización significa que no habrá un renacimiento de los trabajos de cuello azul en el oeste. Las empresas contratarán trabajadores no calificados en los lugares más baratos de cada región. El cambio climático, la migración y la evasión de impuestos serán aún más difíciles de resolver sin la cooperación global. Y lejos de moderar y contener a China, la desaceleración ayudará a que la hegemonía regional sea aún más rápida.

La globalización hizo del mundo un lugar mejor para casi todos. Pero se hizo muy poco para mitigar sus costos.

Los problemas desatendidos del mundo integrado ahora han crecido a los ojos del público hasta el punto en que los beneficios del orden global son fácilmente olvidados.

Sin embargo, la solución que se ofrece no es realmente una solución en absoluto. La lentitud será más cruel y menos estable que su predecesora. Al final solo alimentará el descontento. Lampadia




El desarrollo de la ciencia en China

Se respira una sensación de preocupación por parte de los políticos occidentales ante el inminente avance de China ahora ya no solo en el campo del comercio internacional -que fue puesto en evidencia con una guerra arancelaria iniciada por Trump- sino también en el campo de la ciencia, en la cual empiezan a dar pasos agigantados.

The University of Science and Technology of China

Y este miedo no tendría fundamento si mucho del avance científico en China no tuviera fuertes implicancias en materia militar, ni si el presidente chino Xi Jinping no hubiera declarado a la ciencia y a la tecnología como un proyecto nacional.

Esto último deja entrever que Xi las usará para que China ejerza mayor hegemonía mundial.

Sin embargo, como indicó recientemente The Economist (ver artículo líneas abajo), la ciencia china es mucho más que armas y opresión”, por lo que Occidente, más que sentir preocupación, podría sacar mucho provecho del avance del gigante asiático.

China: Primer alunizaje en el lado oscuro de la Luna

China ha realizado numerosos avances científicos en campos no muy explorados por Occidente como la materia oscura, la genómica, las comunicaciones cuánticas y las energías renovables, que indudablemente podrían darle un mayor dominio político a nivel mundial en estos temas.

No obstante, consideramos que bien haría el gobernante chino en otorgarle una mayor libertad política a sus científicos. Ello porque como indica la conocida revista británica, “la ciencia pura se nutre de la colaboración y el intercambio.”

Este intercambio de ideas con científicos de otras partes del mundo es sumamente importante, más aún cuando muchos de los descubrimientos del gigante asiático podría eventualmente mejorar el tratamiento y encontrar la cura de muchas enfermedades, así como mejorar el medioambiente; factores que elevarían la calidad de vida mundial.

De llevarse a cabo este intercambio de ideas desde China a Occidente, se constituiría como una segunda ola de traspaso de conocimiento entre ambas regiones mundiales.

De la primera, que se da de Occidente a Oriente- en particular, China e India- Mahbubani, experto en geopolítica global, ha escrito anteriormente [ver Lampadia: Las tres grandes revoluciones de la modernidad en el Asia]. En esta línea, una segunda ola, un nuevo compartir, desde China a Occidente,  significaría una retribución del gigante asiático por todos los aportes que alguna vez estos países le compartieron, entre los que destacan, el método científico y el liberalismo clásico.

Estamos convencidos de que este es el camino que debería seguir Xi Jinping, ya que no se trata de un escenario “ganar-perder” entre China, EEUU y demás países occidentales, sino que también beneficiaría al mundo emergente. Lampadia

Luna roja creciente
Cómo China podría dominar la ciencia

¿Debería preocuparse el mundo?

The Economist
12 de enero, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

Hace cien años, una ola de protestas estudiantiles estalló sobre las grandes ciudades de China. Desesperados por revertir un siglo de declive, los líderes del Movimiento Cuatro de Mayo querían deshacerse del confucianismo e importar el dinamismo de Occidente. La creación de una China moderna se produciría, argumentaron, al reclutar al “Sr. Ciencia” y al “Sr. Democracia”.

Hoy en día, el país que los estudiantes del Cuatro de Mayo ayudaron a moldear se consume más que nunca por la búsqueda de la grandeza nacional. El aterrizaje en China de una nave espacial en el otro lado de la Luna el 3 de enero, la primera para cualquier país, fue una marca de su ambición. Pero los líderes de hoy rechazan la idea de que el Sr. Ciencia pertenece a la compañía del Sr. Democracia. Por el contrario, el presidente Xi Jinping cuenta con poder aprovechar la investigación de vanguardia incluso cuando el Partido Comunista refuerza su dominio de la política. En medio de la creciente rivalidad entre China y Estados Unidos, muchos en Occidente temen que tenga éxito.

No hay duda de la determinación de Xi. La ciencia moderna depende del dinero, las instituciones y la gran cantidad de capacidad intelectual. En parte porque su gobierno puede reunir a los tres, China está aumentando la clasificación de los logros científicos, como muestran nuestras investigaciones. Ha gastado muchos miles de millones de dólares en máquinas para detectar materia oscura y neutrinos, y en institutos en abundancia que profundizan en todo, desde la genómica y las comunicaciones cuánticas hasta las energías renovables y los materiales avanzados. Un análisis de 17.2 millones de artículos en 2013-2018, realizado por Nikkei, un editor japonés, y Elsevier, un editor científico, encontró que la mayoría provenían de China en 23 de los 30 campos más concurridos, como las baterías de sodio-ion y análisis de activación neuronal. La calidad de la investigación estadounidense ha seguido siendo mayor, pero China se está recuperando, representando el 11% de los artículos más influyentes en 2014-16.

Tal es la presión sobre los científicos chinos para lograr avances que algunos ponen fin a sus investigaciones antes que el promedio. El año pasado, He Jiankui, un académico de Shenzhen, editó los genomas de los embriones sin el debido respeto por su bienestar post-parto, o el de cualquier niño que pudieran tener. Se piensa que los investigadores chinos de inteligencia artificial (IA) entrenan sus algoritmos en datos recopilados de ciudadanos chinos con poca supervisión. En 2007, China probó un arma espacial en uno de sus satélites meteorológicos, ensuciando órbitas con desechos espaciales letales. El robo de propiedad intelectual es rampante.

La posibilidad de una China dominante, quebrantadora de las reglas y de alta tecnología alarma a los políticos occidentales, y no solo por el nuevo armamento que desarrollará. Los gobiernos autoritarios tienen una historia de usar la ciencia para oprimir a su propia gente. China ya implementa técnicas de inteligencia artificial como el reconocimiento facial para monitorear a su población en tiempo real. El mundo exterior podría encontrar que una China incursionando en la mejora genética, el aislamiento autónomo o la geoingeniería es extremadamente aterradora.

Estos temores están justificados. Una superpotencia científica envuelta en una dictadura de partido único es realmente intimidante. Pero los efectos de la creciente influencia científica de China no apuntan en un sola camino.

Para empezar, la ciencia china es mucho más que armas y opresión. Desde mejores baterías y nuevos tratamientos para enfermedades hasta descubrimientos fundamentales sobre, digamos, la materia oscura, el mundo tiene mucho que ganar con los esfuerzos de China.

Además, no está claro si Xi tiene razón. Si la investigación china realmente es liderar el campo, entonces la ciencia puede terminar cambiando a China de una manera que no espera.

Xi habla de la ciencia y la tecnología como un proyecto nacional. Sin embargo, en la mayoría de las investigaciones científicas, el chauvinismo es un impedimento. Experiencia, buenas ideas y creatividad no respetan las fronteras nacionales. La investigación se lleva a cabo en equipos, que pueden involucrar a docenas de científicos. Los documentos publicados solo te llegan hasta ahora: las conferencias y los encuentros cara a cara son esenciales para comprender las sutilezas de lo que todos los demás están haciendo. Hay competencia, por supuesto; la investigación militar y comercial debe permanecer en secreto. Pero la ciencia pura se nutre de la colaboración y el intercambio.

Esto le da a los científicos chinos un incentivo para observar las reglas internacionales, porque eso es lo que hará que sus investigadores accedan a las mejores conferencias, laboratorios y revistas, y porque la ciencia no ética disminuye el poder blando de China. La edición de genes de He puede ser recordada no solo por su violación ética, sino también por la furiosa condena que recibió de sus colegas chinos y la amenaza de castigo por parte de las autoridades. La destrucción del satélite en 2007 causó indignación en China. No se ha repetido.

La pregunta tentadora es cómo esto afecta al Sr. Democracia. Nada dice que los mejores científicos tienen que creer en la libertad política. Y, sin embargo, el pensamiento crítico, el escepticismo, el empirismo y el contacto frecuente con colegas extranjeros amenazan a los autoritarios, que sobreviven controlando lo que la gente dice y piensa. La Rusia soviética trató de resolver esa contradicción dando privilegios a sus científicos, pero aislando a muchos de ellos en ciudades cerradas.

China no podrá acorralar a su élite científica en rápido crecimiento de esa manera. Aunque muchos investigadores estarán satisfechos con solo su libertad académica, solo un pequeño número necesita buscar una autoexpresión más amplia para causar problemas al Partido Comunista. Piense en Andrei Sakharov, quien desarrolló la bomba de hidrógeno rusa, y más tarde se convirtió en el principal disidente soviético; o Fang Lizhi, un astrofísico que inspiró a los estudiantes que lideraban las protestas en la Plaza de Tiananmen en 1989. Cuando la versión oficial de la realidad estaba cansada y forzada, ambos destacaron como buscadores de la verdad. Eso les dio una inmensa autoridad moral.

Algunos en Occidente pueden sentirse amenazados por los avances de China en la ciencia y, por lo tanto, apuntar a mantener a sus investigadores a distancia. Eso sería prudente para la ciencia de las armas y la investigación comercial, donde ya existen mecanismos elaborados para preservar el secreto y podrían fortalecerse. Pero extender el enfoque de un brazo a la investigación ordinaria sería contraproducente. La colaboración es la mejor manera de garantizar que la ciencia china sea responsable y transparente. Incluso podría fomentar al próximo Fang.

Por difícil que sea imaginarlo, Xi podría terminar enfrentando una opción mucho más difícil: contentarse con quedarse atrás o dar a sus científicos la libertad que necesitan y arriesgarse a las consecuencias. En ese sentido, él está ejecutando el mayor experimento de todos. Lampadia




Recuperando lo mejor del capitalismo

Recuperando lo mejor del capitalismo

Los últimos 200 años, desde la primera revolución industrial, han marcado un período extraordinario de prosperidad del conjunto de la humanidad. Hace 200 años el 85% de la población global vivía en la extrema pobreza, hoy solo el 10%.

La reducción de la pobreza, el aumento de la esperanza de vida, la alfabetización y el aumento de ingresos de los ciudadanos, se aceleraron notoriamente durante los últimos 50 años. La población mundial se duplicó, el ingreso per cápita se triplicó y la desnutrición pasó de 26% a 13% de la población.

Fuente: Capitalismo Consciente

Este proceso se debe en gran medida al desarrollo empresarial, a la economía de mercado, al comercio internacional y al capitalismo.

Sin embargo, en los últimos años, se ha producido en los países ricos un incremento de la desigualdad que ha traído consigo el desprestigio de la política y de los líderes políticos, así como la aparición del populismo y de propuestas políticas de corte radical.

A nivel internacional, la diferencia entre los países más bien se ha reducido dramáticamente, pero la corrupción se ha hecho más visible, y la clase política se ha desprestigiado de la misma manera, generando similar nivel de descontento con las instituciones.

En resumen, a nivel global se han desprestigiado la política, los liderazgos, las instituciones y la confianza en el sistema de mercado. La pobreza de liderazgo, el cortoplacismo de la política y el enfoque empresarial que muchas veces maximiza sus objetivos de corto plazo, como el afán por el valor de las acciones, nos han llevado a dudar de todo, incluso de aquello que produjo la ola de bienestar general.

Es por ello que hay que repensar las instituciones que nos hicieron prosperar y hacerlas responsivas al llamado de los tiempos.

En Lampadia siempre entendimos que la sentencia de Milton Friedman, de que el rol de las empresas era maximizar el valor de su accionariado, solo podía darse en el largo plazo, y por lo tanto, eso conllevaba a su sostenibilidad en el tiempo, algo consustancial a un impacto positivo en lo social, ambiental y mediático.

Pero como aparentemente esto no necesariamente se entendió así, se hace necesario reformular el rol de las empresas desde su compromiso con una misión y valores que expliciten el verdadero sentido de los negocios, como una fuerza creadora de bienestar.

Ejemplos de compromiso cívico por parte de los empresarios se observan en pocos países, en la región, Chile es un ejemplo a destacar (ver Lampadia: Compromiso Cívico). La difusión de los beneficios económicos y sociales obtenidos por el sistema de libre empresa en dicho país, han sostenido un modelo de desarrollo que permite que Chile apueste por salir de la trampa de ingresos medios.

En esa línea hemos encontrado los conceptos del ‘Capitalismo Consciente’, que sin más presentamos a continuación, a través de su prefacio:  

Capitalismo Consciente
Liberando el espíritu heroico de los negocios

John Mackey, Co-CEO, Whole Foods Market
Raj Sisodia
Harvard Business Review Press
2014
Traducido y glosado por Lampadia

Prefacio por Bill George

Regresando el capitalismo a su curso

Este es el libro que siempre quise escribir. Como capitalista comprometido, me preocupa mucho ver cómo el capitalismo se ha salido de los rieles durante el último cuarto de siglo y ha adquirido un nombre tan malo, merecido en gran parte.

En este libro, John Mackey y Raj Sisodia devuelven el capitalismo a sus raíces. Hacen un caso convincente sobre el capitalismo como el mayor creador de riqueza que el mundo haya conocido. En estas páginas, llaman a su versión capitalismo consciente. Considero que es solo el capitalismo, ya que es la única forma auténtica de capitalismo. Otras formas de hacer negocios, incluido el “capitalismo de amigos”, son simplemente versiones no auténticas de lo real. Como vimos durante el colapso económico mundial de 2008 y la Gran Recesión que siguió, estas versiones falsas del capitalismo no pueden sostenerse y están condenadas a fallar a largo plazo.

La primera vez que descubrí las filosofías de John Mackey fue cuando leí su debate en 2005 con el economista ganador del Premio Nobel Milton Friedman sobre la forma en que funciona el capitalismo. Poco antes de la muerte de Friedman, Mackey cuestionó su opinión de que la única responsabilidad de las empresas es con sus accionistas, que los mercados financieros han traducido en el precio de sus acciones a corto plazo. En su citado tratado de 1970 en el New York Times, “La responsabilidad social de las empresas es aumentar sus beneficios”, Friedman criticó a los líderes empresariales que estaban preocupados por sus empleados, comunidades y el medio ambiente: “Empresarios que asumen seriamente sus responsabilidades por proporcionar empleo, eliminar la discriminación, evitar la contaminación … están predicando el socialismo puro y sin adulteración “.

Mackey desafió esa opinión, tal como lo he intentado durante muchos años. Compartimos una visión mucho más amplia del papel de la corporación en la sociedad. Fue la sociedad la que creó la ‘sociedad de responsabilidad limitada’ y otorgó a las empresas el derecho a operar. Violar esos derechos puede resultar en la pérdida de libertad, ya sea revocando los estatutos de una compañía o restringiéndolos con acciones reglamentarias y leyes que limiten su libertad de operar.

En su liderazgo en Whole Foods Market, John Mackey se convirtió en un modelo a seguir para el capitalismo consciente, al igual que mis colegas de Medtronic y yo hemos tratado de ser. De nuestras experiencias personales, de estar en las trincheras todos los días, Mackey en sus tiendas y mi tiempo en los hospitales con médicos y pacientes, ambos sabemos que el capitalismo auténtico es la única forma en que se puede construir una organización que beneficie a sus clientes, empleados e inversionistas, comunidades, proveedores, y el medio ambiente.

Mackey y Sisodia demuestran inequívocamente que el liderazgo importa. Nos muestran cómo llegar a ser líderes conscientes, una noción que es virtualmente sinónimo de mi concepto de liderazgo auténtico. Reconocen lo esencial que es para los líderes integrar sus corazones con sus cabezas mediante el desarrollo de la autoconciencia y la inteligencia emocional, y al mismo tiempo capacitar a otras personas para que hagan lo mismo. Como dice el dicho. “El viaje más largo que la gente debe tomar es el de dieciocho pulgadas entre sus cabezas y sus corazones”.

Con la enorme pérdida de confianza en nuestros líderes en la última década, el desarrollo de líderes conscientes es la mejor manera de reconstruir la confianza en nuestros líderes y en las instituciones capitalistas y asegurar que sigan por su ‘True North’ (verdadero Norte).

Permítanme compartir el viaje que me llevó a abrazar estas nociones. Cuando me gradué de Georgia Tech en 1964 en ingeniería industrial y de sistemas, tenía una pasión por convertirme en un líder centrado en los valores de una empresa importante que contribuyera al bienestar de la sociedad. Esta pasión comenzó a la edad de ocho años, escuchando a mi padre sobre cómo deberían operar las empresas. Continuó en mis años de adolescencia cuando escuché conversaciones con empresarios mientras hacía prácticas y más tarde en el trabajo de verano para compañías que incluían a Procter & Gamble e IBM.

Elegí estudiar negocios porque creo que los negocios bien dirigidos y centrados en los valores pueden contribuir a la humanidad de maneras más tangibles que cualquier otra organización en la sociedad. Mis estudios de MBA en Harvard Business School me expusieron a muchos grandes líderes de negocios, me abrieron los ojos a cómo operan los negocios globales y fortalecieron mi deseo de hacer una diferencia a través de la libre empresa. En mis veintitrés años en el Departamento de Defensa, Litton Industries y Honeywell, vi lo bueno, lo malo y lo feo de los negocios.

Me uní a Medtronic en 1989, reconocí la oportunidad de crear un valor duradero para todos los grupos de interés de la compañía mientras mantenía su éxito. Mis trece años en Medtronic proporcionaron la plataforma, una bien establecida por el fundador Earl Bakken, para convertir este concepto en realidad. Algunos citarían el aumento en el valor de los accionistas de Medtronic de $ 1.1 mil millones a $ 60 mil millones como prueba de su éxito, pero creo que un caso mucho más convincente se debe al aumento de pacientes nuevos que se recuperan cada año a una vida y salud más plenas, de 300,000 personas en 1989 a 10 millones hoy. Las historias curativas de estos pacientes son la verdadera recompensa para los empleados de Medtronic y los médicos, enfermeras, técnicos, proveedores, inversionistas y comunidades que conforman la familia Medtronic.

Desde que me retiré de Medtronic en 2002, he enseñado en grandes instituciones académicas, especialmente en los últimos nueve años en la facultad de la Escuela de Negocios de Harvard. Estos años me han permitido desarrollar y consolidar mis ideas con expertos en negocios y grandes líderes empresariales, discutirlas en el aula con estudiantes y ejecutivos notables y escribir sobre ellas en cinco libros y numerosos artículos.

Mientras tanto, la sociedad ha experimentado una pérdida histórica en la confianza de los líderes empresariales. Comprender lo que ha sucedido para socavar el capitalismo consciente en la última década requiere volver a las teorías de Friedman, que han tenido una influencia monumental en generaciones de economistas y presidentes ejecutivos que han seguido su filosofía, inconscientemente o no. La influencia ha crecido a medida que el mercado de valores se ha vuelto cada vez más a corto plazo y los periodos de tenencia promedio para las acciones han caído de ocho años a seis meses.

Lamentablemente, el impulso hacia las ganancias a corto plazo ha llevado a la quiebra de Enron, WorldCom, Kmart y Kodak, y a más de cien grandes empresas que se vieron obligadas a reescribir sus informes financieros anteriores en 2003-2004, debido a una cuestionable contabilidad. Estos problemas palidecen en comparación con el fracaso en 2008 de las principales firmas financieras, como Fannie Mae, Bear Stearns, Lehman Brothers, Countrywide, Citigroup y muchas otras, ya que las instituciones financieras con exceso de palanqueo financiero colapsaron mientras intentaban maximizar el valor de sus accionistas. En efecto, la presión de Wall Street sobre las corporaciones para aumentar los precios de las acciones a corto plazo se disparó, eliminando a muchas de esas mismas empresas financieras.

John Mackey, quien llama a Friedman “uno de sus héroes”, desafió la idea del economista en su debate de 2005, poco antes de la muerte de Friedman. Para su crédito, Friedman intentó incorporar muchas de las ideas de Mackey en su teoría de la creación de valor para el accionista, pero Mackey lo rechazó: “Aunque Friedman cree que cuidar de los clientes, los empleados y la filantropía empresarial es un medio para aumentar las ganancias de los inversores, tomé exactamente la opinión contraria: obtener altos beneficios es el medio para el fin de cumplir con la misión comercial principal de Whole Foods. Queremos mejorar la salud y el bienestar de todos en el planeta a través de alimentos de mejor calidad y una mejor nutrición, y no podemos cumplir esta misión a menos que seamos altamente rentables. Al igual que las personas no pueden vivir sin comer, un negocio no puede vivir sin ganancias. Pero la mayoría de las personas no viven para comer, y tampoco las empresas deben vivir solo para obtener ganancias”.

A menudo hice un argumento similar sobre la misión de Medtronic de “recuperar a las personas a una vida y una salud más plenas”. En mi primer libro, “Liderazgo auténtico”, presenté el caso de que las empresas deberían comenzar con su propósito y sus valores y usarlas para inspirar a los empleados, para innovar y proporcionar un servicio superior, al tiempo que crea incrementos sostenibles de los ingresos y ganancias. Este enfoque proporciona la base para una inversión continua en el negocio mientras crea un valor duradero para los accionistas y las demás partes interesadas (shareholders y stakeholders), lo que lleva a un circuito virtuoso. Esta filosofía no es única en modo alguno para Whole Foods y Medtronic. Se practica ampliamente en empresas tan diversas como IBM, Starbucks Apple, Novartis, Wells Fargo y General Mills, todas las cuales han tenido un gran éxito durante décadas.

En Capitalismo Consciente, Mackey y Sisodia guían al lector a través de todos los constituyentes a los que sirven las empresas, incluidos algunos como los sindicatos y activistas, que normalmente se consideran hostiles a los mejores intereses de la empresa. Los autores demuestran por qué y cómo estas organizaciones merecen atención y respeto, incluso cuando hay desacuerdos en curso.

Para los economistas, el cálculo mucho más simple de Friedman del valor para el accionista es más fácil de medir, pero no representa los elementos más importantes a largo plazo de la salud de la empresa, la validez de su estrategia, los méritos de sus inversiones, la satisfacción de sus clientes, y el compromiso de sus empleados. Estos factores tienen un impacto mucho mayor en el valor sostenible a largo plazo de una empresa que en el movimiento del precio de sus acciones a corto plazo. Otros académicos destacados, como mi colega de la Escuela de Negocios de Harvard, Robert Kaplan, han proporcionado una forma más resiliente y matizada de medir el desempeño de la empresa a largo plazo con el ‘balanced score card’.

Como una ilustración vívida de cómo funciona esto, considere a Hewlett-Packard e IBM y los diferentes enfoques de liderazgo adoptados por los CEOs Mark Hurd y Sam Palmisano en la última década.

  • Antes de ser forzado a renunciar por mala conducta, Hurd de HP, quien provenía de NCR Corporation, se hizo cargo del liderazgo fallido de Carly Fiorina y aparentemente puso a la compañía de nuevo en camino, impulsando los ingresos y las ganancias al alza y más que duplicando las acciones de HP. Sin embargo, estas ganancias se debieron en parte a un fuerte recorte en el gasto en I+D del 6 al 3% (en comparación con los niveles históricos del 10%) y un enfoque a corto plazo que impidió invertir en estrategias viables a largo plazo. Desde su partida en 2010, las acciones de HP han disminuido en $ 60 mil millones, o el 55%.
  • En cambio, bajo el firme liderazgo de Palmisano, IBM se enfocó en servir a sus clientes globales a través de una “empresa globalmente integrada” centrada en valores. El cambio de cultura a largo plazo tomó la mayor parte de los diez años de Palmisano como CEO, pero resultó en un aumento en el valor de los accionistas de IBM de más de $ 100 mil millones, o el 84 por ciento, en los últimos tres años. Virginia Rometty, la sucesora interna de Palmisano, está bien posicionada para sostener este éxito, mientras que los sucesores elegidos externamente de Hurd, Leo Apotheker y Meg Whitman, continúan buscando una estrategia viable.

Estoy profundamente agradecido a John Mackey y Raj Sisodia por brindar a las empresas y a la sociedad este valioso tratado sobre cómo integrar a todos los constituyentes de la compañía para el beneficio a largo plazo de crear organizaciones sostenibles que sirvan a los intereses de la sociedad simultáneamente con los suyos. Se refieren al capitalismo como una “fuerza heroica” que enfrenta los mayores desafíos de la sociedad. En ese sentido, sus ideas encajan perfectamente con las de mi colega de la Escuela de Negocios de Harvard, Michael Porter, el pionero de la estrategia corporativa moderna, que ha hecho un llamado a los líderes corporativos para que contribuyan a la sociedad “creando valor compartido”.

Es mi ferviente deseo de ver que estas ideas se conviertan en un modo ampliamente aceptado y practicado de dirigir las corporaciones en el futuro, permitiendo así que el capitalismo florezca en las próximas décadas como la fuerza dominante que contribuya a una sociedad global próspera.

Bill George es profesor de administración en Harvard Business School y ex presidente y director ejecutivo de Medtronic Inc. Es autor de cuatro libros de gran venta, entre ellos Authentic Leadership y True North, junto con su libro más reciente, True North Groups. Es miembro de la junta directiva de ExxonMobil, Goldman Sachs y la Clínica Mayo.

Lampadia




El liderazgo chino sigue en auge

En la actualidad, China se ha convertido en un referente de la globalización para el mundo y una superpotencia que tiene que ser reconocida. Continúa profundizando su liderazgo geopolítico global, asumiendo la defensa del comercio internacional, liderando tendencias de innovación y tecnología, e incrementando su poderío militar.

La globalización ha sido una fuerza poderosa para el crecimiento económico y China está tomando hace mucho tiempo el liderazgo. El país asiático ha sido uno de los impulsores fundamentales de esta tendencia. Su transformación en una potencia del comercio ha ayudado a elevar a una gran población a la clase media, prácticamente sin pobreza extrema, creando grandes oportunidades de crecimiento de los mercados.

China ha sido la historia de éxito más dramática. Como se puede observar en el gráfico inferior, su PBI per cápita ha aumentado en un 903% en el periodo entre 1990 y el 2017. Y el fuerte crecimiento del PBI de China continúa al alza, aunque más lentamente lógicamente. El país ahora representa un tercio del crecimiento mundial. Más de 800 millones de personas han salido de la pobreza.

China ha crecido al 10% anual durante 30 años. La acumulación de esa riqueza no solo ha transformado el país, también ha generado entre los chinos una actitud ganadora y gran confianza en el futuro. ‘El Reino Medio’ (China), está retomando su mandato genético: estar a cargo de todo lo que está entre el cielo y la tierra. Ver ‘World Order de Henry Kissinger.

Además, después de décadas de crecimiento de alta velocidad, el gobierno ahora se está centrando en el crecimiento de alta calidad. Las autoridades deberán basarse en la agenda de reforma existente y aprovechar el impulso de crecimiento actual para “arreglar el techo mientras brilla el sol” (“fix the roof while the sun is shining”, como afirmó Xi Jinping). Los elementos clave son: continuar frenando el crecimiento del crédito, acelerando los esfuerzos de reequilibrio, fomentando la apertura y modernizando los marcos políticos. Incluso con una desaceleración gradual del crecimiento, China podría convertirse en la mayor economía del mundo para 2030 (en términos corrientes).

Y, en un mundo tan digital, China no se ha quedado atrás, es un líder digital global. China tiene alrededor de 700 millones de usuarios de internet y 282 millones de nativos digitales (usuarios de internet menores de 25 años) ansiosos por adoptar nuevas tecnologías. La escala masiva del mercado chino y un entorno regulatorio y de supervisión de apoyo en los primeros años de digitalización hicieron de China un líder mundial en industrias de frontera como el comercio electrónico y la tecnología financiera.

Abajo compartimos un artículo de the Economist que ilustra a más detalle cómo China se está posicionando como un líder global:

A new hegemon
El siglo chino está en bien encaminado

Muchas de las tendencias que parecen globales, son de hecho mayormente chinas

The Economist
27 de octubre de 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Cuando los estudiosos de relaciones internacionales predicen que los años 2000 serán un “siglo chino”, no están siendo prematuros. Aunque Estados Unidos sigue siendo la única superpotencia, China ya la ha reemplazado como el motor del cambio global.

Hay una métrica económica en la que China ya ocupa el primer lugar. Medido en los tipos de cambio de mercado, el PBI de China sigue siendo un 40% más pequeño que el de Estados Unidos. Sin embargo, en una base de paridad de poder de compra (ppp), que ajusta las monedas para que una canasta de bienes y servicios valga la misma cantidad en diferentes países, la economía china se convirtió en la más grande del mundo en 2013. Aunque China a menudo se agrupa con “otros mercados emergentes”, su desempeño es único: su PBI por persona se ha multiplicado por diez desde 1990. En general, las economías más pobres crecen más rápido que las ricas, porque es más fácil “ponerse al día” al comenzar desde una base baja. Sin embargo, en otros países que eran tan pobres como China en 1990, el poder de compra simplemente se ha duplicado.

El historial de China ha ejercido una “atracción gravitatoria” sobre la producción económica mundial. The Economist ha calculado un centro geográfico de la economía mundial tomando un promedio de la latitud y longitud de cada país, ponderada por su PBI. En el apogeo de la dominación de Estados Unidos, este punto se encontraba en el Atlántico norte. Pero China lo ha tirado tan al este que el centro global de gravedad económica se encuentra ahora en Siberia.

Debido a que China es tan populosa y se está desarrollando tan rápidamente, es responsable de una parte notable del cambio global. Desde el inicio de la crisis financiera en 2008, por ejemplo, China ha representado el 45% de la ganancia en el PBI mundial. En 1990, unos 750 millones de chinos vivían en extrema pobreza; hoy menos de 10 millones lo hacen. Eso representa dos tercios de la disminución de la pobreza en el mundo durante ese tiempo. China también es responsable de la mitad del aumento total de solicitudes de patentes durante el mismo período.

A pesar de todo lo que se dice de un “ascenso pacífico”, China ha reforzado constantemente su inversión militar, incluso cuando el resto del mundo lo redujo después del final de la guerra fría. Como resultado, el Ejército de Liberación Popular representa más del 60% del aumento total en el gasto de defensa global desde 1990. Y todo este crecimiento ha tenido un costo considerable para el medio ambiente: China también es la fuente del 55% del aumento en las emisiones de carbono del mundo desde 1990. Lampadia




La defección de la clase dirigente

EDITORIAL DE LAMPADIA

Los siguientes comentarios de Simon Kuper (en su artículo del Financial Times, ‘Have we reached peak liberal resistance?’, 26 de setiembre, 2018), describen el comportamiento que se empieza a percibir entre la clase urbana acomodada en EEUU con el populismo de Trump y, en el Reino Unido con el Brexit:

  • La clase urbana educada abandona la política, tal como lo hizo la clase trabajadora blanca en décadas anteriores.
  • Resulta que los liberales urbanos acomodados (a diferencia de, digamos, los hispanos pobres) pueden vivir bien bajo Trump.
  • Están en el lado correcto de la creciente desigualdad de EEUU.
  • Se sienten mal por Estados Unidos, pero bien consigo mismos.
  • Las personas educadas continuarán encontrando buenos empleos en Londres.
  • Se arriesgan a ser políticamente marginados después del Brexit.
  • Los debates liberales en universidades, medios de comunicación, partidos políticos y grupos de expertos se sentirán irrelevantes.
  • Los liberales urbanos educados se irán al exilio interno, cultivarán sus jardines en la azotea, llevarán a sus hijos a las escuelas adecuadas, buscarán el café perfecto y se dedicarán al activismo local, por ejemplo acerca de las ciclo vías.
  • Se separarán gradualmente del sentimiento de nación compartida.
  • “No es mi gobierno”, será la actitud.
  • La élite liberal tiene sus patios de recreo (cafés hipster y patinaje sobre ruedas) y se le permitirá prosperar con la condición de que no se inmiscuyan en la política.
  • Vi una versión anterior de esto en el apartheid de Sudáfrica: los liberales urbanos se sentaban alrededor de sus piscinas burlándose del gobierno que los privilegiaba, mientras que las criadas negras servían pastel.
  • Es una forma de vida sorprendentemente sostenible.

Según nuestra forma de pensar en Lampadia, esto es algo muy pernicioso, pero el que se de en países desarrollados, con altos estándares de vida, por malo que sea, no descalabra la sociedad, y menos, condena a su población más pobre a perennizarse en la pobreza.

Pero que eso se de en un país como el Perú, que está a medio camino de desarrollo, y que no ha logrado remontar la pobreza a niveles soportables, es una desgracia incapacitante del conjunto de la sociedad. Es una irresponsabilidad insoportable e intolerable. Algo que debemos combatir todos los días, hasta superarla.

Efectivamente, en el Perú, la clase más acomodada, no participa de la vida pública y hemos dejado que los enemigos de la modernidad y el desarrollo copen todos los espacios donde se inspiran las políticas públicas.

Por ejemplo, luego que Lampadia develara la infiltración del pos-extractivismo, esa teoría jalada de los pelos que propone producir lo mínimo de todo y no exportar alimentos, ningún gremio empresarial, los entes encargados de promover la producción de bienes y servicios, se dignó analizar y combatir el brulote.

En general, las universidades están ajenas al debate de políticas públicas, excepto las politizadas, como la PUCP, que copó de asesorías el Ministerio de Educación y cuyos representantes del pensamiento económico, son en gran medida, anti globalización, anti comercio internacional y anti minería.

Del mismo modo, los medios televisivos, parte del mundo empresarial, están entregados a conducciones periodísticas activistas de claro tinte anti economía de mercado. Éstos han entronizado como referentes de la opinión pública nacional, a personajes como los congresistas Arana, Lezcano, Becerril, Scheput y García Belaunde.

Curiosamente, en el Congreso, (excepto el congresista Olaechea, que no tiene presencia mediática) nadie defiende la Constitución de 1993, atacada diariamente por el Frente Amplio y Nuevo Perú. Una Constitución que permitió sacar al país de ser un ‘Estado Fallido’ en 1990 y llevarlo hasta el 2011, a tornarse en una ‘Estrella Internacional’.

Desde el 2012 hemos revertido la dirección de las políticas. Públicas que nos permitieron progresar. Aun así, nuestra clase dirigente no ha salido a la palestra.

Recientemente en Lampadia, hemos publicado el ‘Manifiesto de Powell’ y el ‘Manifiesto de The Economist’. Ambos reclaman, en sus contextos, el involucramiento de sus clases dirigentes, y nos permiten entender en perspectiva, las consecuencias de sus ausencias en la salud económica, social e institucional de sus países. Los dos documentos son muy aleccionadores.

Sin embargo, las clases dirigentes de EEUU y Gran Bretaña, pueden darse el lujo de no estar a la altura de sus responsabilidades, pero ese no es nuestro caso.

En el Perú, los que están mejor, la clase dirigente que no milita en la política, está obligada a participar, directa o indirectamente, en la construcción de un país próspero, máxime, teniendo el Perú un potencial de desarrollo tan grande. No hacerlo es un desentendimiento con sus propios hijos y nietos, y una traición a una sociedad que les permitió lograr el bienestar individual que hoy gozan. Lampadia




El ‘americano feo’ desestabiliza las relaciones económicas del mundo

El ‘americano feo’ desestabiliza las relaciones económicas del mundo

Con el despropósito liderado por Trump en la cumbre canadiense hace un par de días, se perfila cada vez con mayor claridad, un mundo para el siglo XXI, liderado por tres autócratas: Putin, Xi Jinping y Trump.

Todavía hay muchos personajes que ven en Trump un factor de cambio positivo. Nuestra visión en Lampadia ha sido todo lo contrario, desde que apareció en el espacio político. El  30 de junio de 2015, publicamos en nuestro ticker: “DEBEMOS DECLARAR A DONALD TRUMP PERSONA NON GRATA A LA HUMANIDAD”.

Veamos que pasó en Canadá:

1. El trompazo de Trump al mundo

EEUU llama traidor al premier de Canadá y “socialista” al comunicado final

El presidente de EE.UU., Donald Trump, estrechando la mano del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el sábado, durante la cumbre (Evan Vucci / AP)

La Vanguardia
BEATRIZ NAVARRO
11/06/2018
Glosado y editado por Lampadia

El origen del G7

Difícilmente Valéry Giscard D’Estaign podía imaginarse, cuando creó las reuniones de las siete mayores potencias democráticas del mundo, en plena crisis petrolera, que su 44.º edición terminaría con el representante de Estados Unidos dando un portazo y fulminando con un tuit la firma que horas antes había estampado en el comunicado final, pero es así como acabó la reunión del G-7 en Canadá.

La pataleta de Trump

Furioso porque los demás líderes ofrecieran una versión del acto distinta de la suya, Donald Trump se retractó de los acuerdos firmados, calificó de “deshonesto y débil” al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, por sus declaraciones a la prensa y anunció aranceles para los vehículos de importación.

Intercambio de observaciones y agravios

  • La oficina de Macron critica la “incoherencia e inconsistencia” estadounidense.
  • “Hay un lugar en el infierno para cualquier líder extranjero que hace diplomacia con mala fe con el presidente Trump y luego le da una puñalada en la espalda en cuanto se va por la puerta”, declaró ayer el consejero de la Casa Blanca sobre Comercio, Peter Navarro.
  • Trump, adujo, “le había hecho un favor” al ir a Quebec a pesar de tener “cosas mejores que hacer” y firmando “ese comunicado socialista” que el G-7 logró pactar a duras penas.
  • “Este es uno de los mayores errores de cálculo de un líder de Canadá en la historia moderna”, aseveró Navarro en la televisión Fox News.
  • Larry Kudlow, asesor económico de Trump, acusó en la CNN a Trudeau de “traición” y dijo que el presidente no podía permitir que le debilitaran ante la cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong Un.
  • Los líderes europeos demostraron que también ellos saben usar las redes sociales, si bien de forma más sutil que Trump.
  • La delegación alemana ganó la batalla de la comunicación con la difusión el sábado de una foto en que se ve al presidente sentado con cara de pocos amigos y rodeado del resto de los miembros del G-7 mientras Angela Merkel le interpela.
  • El portavoz Steffen Seibert, autor del tuit, subrayó ayer que “Alemania man­tie­ne su adhesión al comunicado acordado”.
  • Más duro fue el ministro del Exterior, Heiko Maas, al decir que “una cantidad extraordinaria de confianza puede quedar rápidamente destruida con un tuit. Por eso es tan importante que Europa se mantenga unida y defienda sus intereses aún más agresivamente”.
  • Un portavoz de la primera ministra británica, Theresa May, dijo a Efe que “seguimos comprometidos con el acuerdo recogido en el comunicado”.
  • “Es importante que Europa defienda sus intereses aún más agresivamente”

Reverberaciones

El mensaje de aislamiento de Trump en la escena internacional estaba claro.

Fue Emmanuel Macron quien llevó la voz cantante en las discusiones sobre comercio el viernes.

  • “Estaba pactado así, se había preparado muy bien y mantuvo una auténtica discusión con Trump, con ejemplos concretos” sobre cosas que este ha dicho y no son ciertas o carecen de lógica económica, explicaron a este diario fuentes diplomáticas europeas desde Quebec.
  • “En un formato así no puedes ignorar sin más los argumentos, y diría que Trump quedó algo desestabilizado”, aseguraron las fuentes.
  • “Nuestras discusiones han permitido restablecer la verdad sobre los intercambios comerciales entre Europa y EE.UU.”, tuiteó victorioso Macron el sábado.

Ese día, tras un duro tira y afloja, EE.UU. firmó el comunicado final del G-7, un texto que rechaza el proteccionismo y aboga por resolver las disputas comerciales por vías legales. Unas horas después, Trump se desmarcó del documento aunque ya estaba firmado. Antes de abandonar la cumbre había hecho una lectura exultante de sus discusiones con los otros líderes del G-7 que se desmoronó cuando estos dieron su propia versión de los hechos y expresaron sus opiniones.

Trump tiene una curiosa concepción de la diplomacia que mezcla las relaciones personales con la política. Su enfado con Trudeau se debe en parte a que este negó que Canadá esté a punto de firmar una revisión del Tratado de Libre Comercio de las Américas que expire a los cinco años, como había dicho Trump. O a que discrepara, como Macron, de que las importaciones de acero y aluminio de Canadá y la UE sean una “amenaza para la seguridad de EE.UU.”, el supuesto al que se ha acogido para aprobar los aranceles sin consultar al Congreso.

Más allá de los roces personales, que Europa, Canadá y México vayan a responder a EEUU subiendo los aranceles a algunos de sus productos irrita mucho a Trump. “Siempre decían que eso no iba a ocurrir”, recordó ayer el presentador de la Fox a Peter Navarro.

2.¿Quién es quién en la foto de Merkel y Trump que resume la tensión del encuentro?

De BBC News Mundo, 10 junio 201

Derechos de autor de la imagen INSTAGRAM @BUNDESKANZLERIN

Se esperaba que fuera una reunión del G7 incómoda… y parece que una imagen vale más que mil palabras.

Una fotografía publicada en la cuenta de Instagram de la canciller alemana, Ángela Merkel, da cuenta de la tensión existente en la cumbre celebrada este viernes y sábado en Canadá entre los países más industrializados del mundo.

BBC Mundo te cuenta quién es quién en la imagen que captura un momento que Merkel calificó de “reunión espontánea entre dos sesiones de trabajo”, pero que para muchos resume a la perfección el ambiente general de una cumbre marcada por los enfrentamientos.

1. Donald Trump, presidente de Estados Unidos

Trump sorprendió a los aliados de Estados Unidos —sobre todo a la Unión Europea, México y Canadá— cuando recientemente anunció un arancel del 25% sobre las importaciones de acero de estos países y del 10% sobre las de aluminio. Todos amenazan con medidas de represalia y esta grieta eclipsó la cumbre, dejando a veces al presidente estadounidense totalmente aislado. Trump abandonó la reunión antes de terminar, quejándose de que Estados Unidos es “como la alcancía de cerdito de la que todos roban”.

Pero también dijo que su relación con los otros líderes del G7 era de “10 sobre 10”.

2. John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos

Han pasado solo tres meses desde que fue nombrado el principal asesor de seguridad del presidente Trump, pero John Bolton ya ha logrado un impacto. Uno de los argumentos del presidente para justificar los aranceles son “motivos de seguridad nacional”, una opinión que Bolton ha respaldado contundentemente.

3. No identificado

4. Shinzo Abe, primer ministro de Japón

Se ha visto sometido a una presión cada vez mayor para unirse a las medidas de represalia contra los aranceles de Estados Unidos. Esto lo coloca en una posición difícil: se ha esforzado por mantener una relación cordial con el presidente Trump y se dice que los dos se reunieron al menos diez veces desde que ocupa la Casa Blanca.

5. Yasutoshi Nishimura, secretario adjunto del gabinete de Japón

El diputado del partido gobernante de Japón trabajó en el ministerio de Comercio Internacional e Industria.

6. Angela Merkel, canciller de Alemania

Estuvo al frente de las conversaciones para tratar de resolver las diferencias en la cumbre, como queda patente en esta imagen. Al parecer, Merkel sugirió la idea de establecer un mecanismo para resolver las disputas comerciales entre EE.UU. y sus aliados. Cuando se le preguntó durante la cumbre sobre su relación con Trump, Merkel dijo que los dos líderes no siempre estaban de acuerdo, pero que podían hablar entre ellos. “Puedo decir que mantengo una relación muy abierta y directa con el presidente estadounidense”, dijo.

7. Emmanuel Macron, presidente de Francia

Se enzarzó en una pelea sobre los aranceles con el presidente Trump en Twitter justo horas antes de que comenzara la cumbre, lo que llevó a algunos a preguntarse si la aparente buena relación entre ambos había terminado. A pesar de esto, se vio que se mantiene en buenos términos y el equipo del presidente Macron dijo que sus conversaciones con Trump fueron “francas y sólidas”.

8. Theresa May, primera ministra de Reino Unido

En una llamada telefónica, May le dijo a Trump la semana pasada que encontraba los aranceles de los Estados Unidos “injustificados y profundamente decepcionantes”. Pero también adoptó un tono más conciliador en la cumbre, instando a los líderes a retirarse del borde de una posible guerra comercial.

9. Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional de Estados Unidos

El principal asesor económico de Trump defiende la medida de aumentar los aranceles y dice que el presidente estadounidense no debería ser considerado responsable de los crecientes conflictos comerciales con sus aliados. Kudlow dijo que el llamado del presidente para eliminar todos los aranceles entre las naciones del G7 era la “mejor manera de promover el crecimiento económico”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, tuiteó una imagen tomada aproximadamente al mismo tiempo que la de Merkel pero desde un ángulo diferente, mostrando lo juntos que estaban los líderes del G7 y sus asistentes cuando se reunieron alrededor de Trump.

Derechos de autor de la imagenTWITTER @EMMANUELMACRON

La foto de Merkel se viralizó en las redes sociales, generando todo tipo de “memes” e intentos por saber qué estarían diciendo los mandatarios en ese momento.

3. Trump afecta severamente la relación de EEUU con Canadá

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, rechazó frontalmente las declaraciones realizadas por el presidente estadounidense, Donald Trump, y dijo que el nuevo TLCAN no tendrá una cláusula de disolución automática.

“Los canadienses somos educados pero no permitiremos que nos empujen”

En la misma línea, Trudeau afirmó que Canadá impondrá “sin ninguna duda” represalias comerciales a Estados Unidos a partir del 1 de julio a pesar de las amenazas hechas por el presidente estadounidense, Donald Trump.

El canadiense afirmó durante la conferencia de prensa que cerró la Cumbre del G7, que el comunicado conjunto “firmado por todos” los miembros del grupo de países industrializados, contiene “lenguaje consensuado” sobre el comercio internacional, incluida la voluntad de reformar la Organización Mundial del Comercio (OMC) especialmente en lo referente a la resolución de disputas.

La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, también dijo que el documento, que todavía no ha sido distribuido por los anfitriones canadienses, reafirma la imposición de sanciones a Rusia hasta que Moscú no cambie “sus acciones” con respecto a la anexión de Crimea.

Comentarios de los líderes desde casa

“Seamos serios y dignos de nuestra gente. Cuando hacemos compromisos, los cumplimos”, dijo Emmanuel Macron en un comunicado de la oficina del presidente de Francia citado por la agencia de noticias AFP. “La cooperación internacional no puede ser dictada por ataques de ira y comentarios desechables”, agregó.
 
“La retirada, por así decirlo, a través de tweet es, por supuesto, aleccionadora y un poco deprimente”, dijo Merkel en una entrevista de televisión.
 
El ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, dijo que Trump “en realidad no fue una sorpresa, hemos visto esto con el acuerdo climático o el acuerdo con Irán”.
 
4. De la pataleta en Canadá a pacificar la península coreana en Singapur
 
Peter Baker, New York Times, June 10, 2018

El domingo pasado, el presidente Trump escaló un amargo enfrentamiento con algunos de los aliados más cercanos de Estados Unidos, atacando al primer ministro de Canadá en términos inusualmente personales y dejándose llevar por una crisis diplomática cuando llegó a Asia para negociar un acuerdo nuclear con Corea del Norte.

Nunca he visto algo como esto”, dijo Robert D. Hormats, quien asesoró a los presidentes republicanos y demócratas en una docena de cumbres del G7, comenzando con la primera en Rambouillet, Francia, en 1975, cuando todavía era el Grupo de los 6.

Colofón

Es una lástima que las relaciones internacionales, y sobre todo los temas vinculados al comercio internacional, se manejen de la peor manera. En verdad, los intercambios propiciados por Trump en Canadá son algo que nunca se ha visto.

El peligroso líder estadounidense, se ha peleado con todo el mundo, con sus émulos y con sus amigos, incluyendo a Canadá, tradicionalmente el país más amigo de EEUU.

Como dicen los chinos, cuando las cosas se complican, ‘estamos viviendo tiempos interesantes’. Tres líderes con claras tendencias autoritarias empiezan a diseñar la esencia del clima político del siglo XXI:

  • Vladimir Putin desde Rusia
  • Xi Jinping desde China
  • Donald Trump desde EEUU

Pronto será necesario pensar en cómo enfrentar este desarrollo, desde la perspectiva e intereses de los países más pequeños, como el Perú. Lampadia




Contra todo pronóstico Trump consolida su poder

Hasta hace pocas semanas, inclusive los críticos de Trump, relativizaban los impactos de su gobierno, pues al año de iniciado no parecía ir adelante con sus promesas (amenazas) electorales más drásticas.

Pero, iniciado su segundo año, contra viento y marea, a desempolvado sus discursos de campaña para llevarlos a la práctica. Veamos:

  • Empujó la construcción del ominoso muro en la frontera con México
  • Ha desquiciado el tratado de libre comercio de América del Norte
  • Ha despedido de mala manera a casi la totalidad de su gabinete e importantes funcionarios públicos
  • Ha iniciado acciones que pueden devenir en una guerra comercial abierta con China
  • También ha amenazado a sus socios europeos con sanciones comerciales
  • Se retiró definitivamente del tratado de comercio Trans-Pacífico
  • Retiró a EEUU del convenio nuclear con Irán, sin contemplar las objeciones de los demás participantes, sus socios europeos, cómo Alemania, Francia y el Reino Unido

Parecía haber salido ganando, en la relación con Corea del Norte, en la que aparentemente logró acobardar a Kim Jong Un con amenazas más extremistas que las del dictador coreano. Pero ayer se ha producido una ruptura del proceso de convergencia, con la reacción de Kim Jong Un, a maniobras militares (evidentemente inoportunas) de EEUU con Corea del Sur.

En resumen, Trump está siendo todo lo malo que se esperaba, tanto en los círculos institucionalistas de EEUU, como entre los analistas de todo el mundo que promueven la globalización y el libre comercio (entre ellos Lampadia), por ser el mejor espacio para la prosperidad de los países emergentes.

Algo que también ha cambiado en los últimos meses, es la sensación de precariedad del gobierno de Trump, habiéndose llegado a especular sobre su impeachment y su incapacidad de renovar su mandato. Pero, cómo explica The Economist en el artículo que compartimos líneas abajo, Trump ha logrado tomar prácticamente el control absoluto del partido republicano, y diluir buena parte de los augurios sobre permanencia en el gobierno.

Hoy pues tenemos, un mundo que se desliza al debilitamiento del comercio internacional y una situación geopolítica exacerbada, con un líder extremista que se afianza en el poder. ¡SOS! Lampadia  

Cómo el elefante obtuvo su ‘Trump’ (por ‘triunfo’)
Trump tiene prácticamente el control total de su partido

No se podrá deshacer con facilidad

The Economist
19 de abril, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

“Un partido NUNCA ha abandonado y huido de sus principios y creencias, profundamente arraigadas, tan rápido como mi partido lo hizo.”, dijo Jeff Flake, un senador republicano de Arizona, en un discurso en marzo. “Nos hemos vuelto extraños ante nosotros mismos”. La velocidad con la que el establishment del Partido Republicano apoyó a un candidato, y luego a un presidente, que desprecia todo tipo de normas y rompe muchos límites de decencia, así como compromisos políticos, no tiene ningún precedente.

Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, pasó de negarse a hacer campaña con Donald Trump, a fracasar en condenarlo (cuando, ya como presidente, habló de “muy buenas personas en ambos lados “de enfrentamientos entre neonazis y manifestantes en Charlottesville, Virginia”). El 11 de abril anunció que no buscará la reelección. Como el propio Flake, un senador que comparó a la Casa Blanca de Trump con una “guardería diurna para adultos”.

Sin embargo, el análisis de Flake también es defectuoso. Trump no infectó en su mayor parte a los republicanos con nuevas creencias más allá de su conocimiento. Convirtió el anti-elitismo que el partido ha fomentado durante mucho tiempo en sus partidarios contra su propio liderazgo. Al romper tabú tras tabú, hizo lo que muchos habían deseado hacer y escuchar. Es como los monstruos “psicoplasmáticos” en la película de terror de David Cronenberg “The Brood”: la identificación de la fiesta hecha carne.

Es bueno ser el rey

Esta conexión indudable y persistente, junto con una sorprendente cantidad de lealtad de otros en el partido, hace que el presidente sea bastante inexpugnable. Trump, según las encuestas, goza del apoyo del 85% de los republicanos, en comparación con el 65% de Ryan y el 40% de Mitch McConnell, líder de la mayoría en el Senado. Eso no significa que puede obtener lo que quiere. Su enfoque del comercio va en contra de la historia de su partido, pero en cuanto al control de armas, algo en lo que parecía estar a favor en el pasado, parece haber cambiado. [Ya] se retiró del acuerdo con Irán.

Criticarlo o actuar de una manera que ayude a sus críticos -por ejemplo, buscando iluminar la naturaleza de sus negocios- ahora es casi imposible para un republicano que quiere seguir funcionando como tal. Como dijo Corker, los votantes republicanos “no se preocupan por los problemas”. Simplemente “quieren saber si estás con Trump”.

Los funcionarios electos cuyas reservas sobre Trump no son tan fuertes como para querer pasar más tiempo con sus familias callan, contentos con desahogarse cuando están en compañía de personas de confianza. Algunos han remarcado críticas anteriores. En 2016, Mitt Romney, un ex gobernador y candidato presidencial, denunció a Trump como un “fraude”. A principios de este año, llamó a los estallidos de inmigrantes africanos que, según los informes, el presidente hizo “contradictorios con la historia de Estados Unidos y antitéticos a los valores estadounidenses”. Ahora, buscando un escaño en el Senado en Utah, ha aceptado el respaldo de Trump y saluda su “extraordinaria capacidad para comprender cómo funciona nuestra economía para crear empleos”, mientras afirma ser “más halcón que el presidente en inmigración”.

La toma de control de las instituciones del partido ya está casi completa. Como es habitual cuando el candidato de un partido gana la presidencia, el Comité Nacional Republicano (RNC, por sus siglas en inglés) se ha convertido en una filial de la Casa Blanca. De acuerdo con el tenor de su nueva propiedad, ahora tiene un sitio web, LyinComey.com, dedicado a atacar al ex jefe del FBI.

Las elecciones primarias para las elecciones de noviembre verán a cientos de aspirantes compitiendo por verse lo más cerca posible de Trump. No habrá victorias fáciles, si es que hay alguna victoria, para sus críticos. Han decidido, por el momento, que Trump es el verdadero conservador que querían desde el principio.

No lo es. Lo que él ofrece a la política no es una agenda conservadora. No es una agenda, o una ideología, en absoluto. Es un conjunto de sentimientos: sobre el patriotismo, sobre quién es un verdadero estadounidense y quién no, sobre los extranjeros, sobre las élites, sobre la soberanía y sobre el poder.

A pesar de estar unidos, están extrañamente divididos en cuestiones que a menudo han definido el derecho en Estados Unidos y en otros lugares, como cuál debe ser el rol del Estado. Andrea Volkens del Centro de Ciencias Sociales de Berlín y sus coautores compararon los manifiestos del Partido Republicano con los de otros partidos y concluyeron que los Republicanos se sentirían más cerca del Frente Nacional de Francia que de los Conservadores en Gran Bretaña o Canadá (ver cuadro 1).

Este no es el Partido Republicano de Ronald Reagan. Pero entonces, como sabía Reagan, las fiestas se reinventan. Los republicanos lo han hecho más de una vez desde que su partido fue fundado en 1854 como un apéndice del movimiento antiesclavista. Después de la guerra civil, estaba en ascenso, proporcionando 11 de los 15 presidentes desde la muerte de Lincoln hasta la Depresión. Este era el partido de la unión, las ciudades del norte, los industriales y los protestantes, dirigido por liberales clásicos que creían en un estado de vigilantes, contentos de conquistar a una o dos colonias pero recelosos de las guerras extranjeras. Cayó estrepitosamente junto con Wall Street en 1929, en un momento en que los demócratas ya tenían sureños, inmigrantes del norte y católicos de su lado. Con la depresión y el New Deal, los demócratas ascendieron. Los republicanos perdieron todas menos dos de las nueve elecciones presidenciales entre la victoria de Herbert Hoover en 1928 y la de Richard Nixon en 1968; tuvieron el control de la cámara del congreso, solo cuatro de los 60 años entre 1935 y 1995.

La aprobación de la legislación de derechos civiles en la década de 1960 y la nominación de Barry Goldwater para la presidencia en 1964 provocaron una nueva transformación. Goldwater prometió un regreso a las raíces del pequeño gobierno del partido, que se oponía a la noción de la Gran Sociedad de que cada problema requería un programa gubernamental y, por lo tanto, le daba las bases a Reagan. Los derechos civiles, también vistos por algunos como un asunto pequeño de gobierno, hicieron que consiguieran a muchos sureños blancos. “Por mucho que odie admitirlo, George Wallace no puede ser nominado. Ronald Reagan sí. Tiene razón en los problemas “, publicó un anuncio de Reagan en 1976, haciendo un guiño a la oferta pasada del gobernador de Alabama de” segregación para siempre”.

Los comunes del Nuevo Oeste

Cuando Reagan fue elegido, su partido se equilibró en tres patas. Los conservadores económicos querían que el gobierno gastara menos y gravara menos; los conservadores sociales, incluidos muchos cristianos evangélicos, querían que el gobierno prohibiera más y permitiera menos cosas; y los halcones de seguridad nacional querían que el gobierno ejerciera un enorme poder en el exterior.

Pero dentro de esta extraña y exitosa alianza, ya existía una gran cantidad de electores que deseaban lo que más tarde Trump ofrecería. Pat Buchanan se presentó en las primarias de 1992 y 1996 con una plataforma de oposición a la inmigración, el libre comercio, los derechos de los homosexuales y el multiculturalismo.

A principios de la década de 2000, con Estados Unidos atacado por terroristas y crecientes invasiones extranjeras, muchas de estas personas se unieron al presidente. La disidencia interna en el partido recurrió al tema de los impuestos: una cuestión clave para los activistas conocidos como el Tea Party. La posición populista resurgió en 2008, cuando el partido ya no necesitaba apoyar a un presidente en funciones y algunos se enamoraron de la candidata a la vicepresidencia, Sarah Palin, una gobernadora de Alaska.

Esta forma de republicanismo atrajo a un número de ex demócratas. Bartels: “Encuentro muy poco cambio en el partidismo entre 2015, cuando Trump estaba surgiendo por primera vez como figura política nacional, y a finales de 2017”, escribió recientemente. Muchos de los partidarios de Trump se unieron al partido antes de hacerlo él mismo.

Palin fue la precursora en 2008.

Los candidatos a la vicepresidencia aún podrían ser controlados por la maquinaria del partido. Los no candidatos no podrían serlo. Fox News, que llegó a dominar las noticias por cable en la década de 2000, proporcionó una plataforma para políticos conservadores y populistas.

La campaña de Trump en 2016 podría haber fracasado en otras circunstancias. Pero Fox, con Trump se enfrentó por primera vez a un político cuyo poder lo superaba. La audiencia de Fox News en horario estelar es de alrededor de 2.4m. En su show “The Apprentice”, el reality show de Trump, a veces era visto diez veces más. Cuando Megyn Kelly, un presentador de Fox News, le hizo algunas preguntas moderadas a la fiscalía mientras moderaba un debate, Trump amenazó con boicotear la red. Kelly no fue despedida, pero Fox se unió firmemente al equipo de Trump.

No seas estúpido, sé más inteligente

¿Qué pasó entre 2009 y 2015 para provocar el cambio en los votantes en blancos no universitarios a quienes benefició Trump? La gran recesión que siguió a la crisis financiera de 2008 podría sugerir una causa económica; la presidencia de Barack Obama sugiere una racial. Ninguna de las explicaciones es completamente satisfactoria.

La presidencia de Obama comenzó con la reducción del crédito, el cierre de fábricas y la recuperación de viviendas. Pero estas condiciones golpean más duramente a las minorías con voto demócrata. La frustración por los ingresos estancados podría ser la culpable, pero Reagan y Bush fueron elegidos mientras que los salarios promedio crecían lentamente. Es difícil ver por qué una continuación de las mismas condiciones debería resultar en la victoria de Trump. Y los datos publicados después de las elecciones mostraron que los salarios de los trabajadores manuales habían estado creciendo a su mayor ritmo en años.

Entre los opositores del Partido Republicano de izquierda, se admite ampliamente que la elección de Obama sacó prejuicios raciales del tipo que los republicanos han utilizado desde la “estrategia sureña” de Nixon. Hay algo de verdad en esto, aunque también una simplificación excesiva.

También estaban sucediendo otras cosas. El auge de las redes sociales permitió que las personas hablaran de política de una manera no mediada, leyendo y diciendo cosas que nunca se habrían dicho en la televisión abierta o en los periódicos. Fox entendió, hasta cierto punto, cómo funcionaba este nuevo discurso libre de restricciones y con frecuencia libre de hechos. Trump lo sabía en sus huesos. Podía, y lo hacía, hablar el lenguaje del resentimiento vulgar como un profesional. Para muchos de sus seguidores, cuanto más desaprobaba esto, más válido y admirable parecía.

Fiesta de uno

¿Cuánto tiempo puede durar su dominio? La derecha estadounidense tiene una característica permanente que en otros lugares se encuentra principalmente entre los revolucionarios de izquierda: se come a sus hijos. Antes de que apareciera Trump, el ciclo generalmente se desarrollaba así: un retador ganaría una elección primaria republicana acusando a su oponente de ser un conocedor de Washington que había traicionado a la causa conservadora. Luego se dirigiría a Washington para luchar contra los negocios habituales durante algunos ciclos electorales antes de ser atacado a su vez como representante del odiado establecimiento.

Por el momento, esta dinámica parece estar favoreciendo a Trump, silenciando a los oponentes y recompensando a los leales. En algún momento, sin embargo, el ciclo cambiará. Los salvadores de hoy serán los traidores del mañana.

Los partidos políticos centrados en una sola personalidad se derrumban después de que el líder se va. Es difícil para un partido colapsar por completo en un sistema de tan solo dos partidos. También es raro que uno vuelva a ser lo que alguna vez fue. Debido a que el partido se estaba volviendo Trumpiano mucho antes de que Trump tomara el poder, ya no volverá a los años 80 en su ausencia, sino a la década de 1880. Trump no creará un legado de un conjunto de ideas políticas como Reagan hizo con aquellos que había heredado de Goldwater y otros. Pero las actitudes que ha montado en el cargo lo sobrevivirán.

Si el Trumpismo va a definir al Partido Republicano para la próxima década o más allá, hay tres formas en que podría desarrollarse.

Lo más preocupante sería que el partido eligiera a otro líder como Trump, que no se preocupe por la separación de poderes, la independencia judicial o la libertad de prensa, pero que, a diferencia de Trump, los socave eficazmente.

Una segunda posibilidad es que el partido pierda poder y se convierta en el ala electa de un movimiento antigubernamental, su escenario predeterminado cuando los demócratas tienen el poder.

Hay una tercera posibilidad. Las actitudes de Trump podrían conducir a políticas orientadas a la creación de un nuevo New Deal, como lo plantea Geoffrey Kabaservice del Centro Niskanen.

Un proyecto nacional que la derecha de Estados Unidos podría apoyar, pues aliviaría la rigidez de un movimiento que raya en el anarquismo por su hostilidad hacia el gobierno y que en gran medida equivale a un compromiso con la traición. Pero si se basa en el resentimiento blanco, y por lo tanto intenta excluir de sus ofertas a algunos estadounidenses, podría atrincherar tantos problemas como soluciones. Lampadia




El mundo pasa a una fase confrontacional

Las debilidades de liderazgo de las grandes potencias, llevan a la humanidad de las amenazas y juegos de palabras a escenarios de confrontación comercial y hasta bélica, que están dañando severamente las perspectivas de crecimiento económico de mediano plazo, con especial incidencia en los países emergentes, como el Perú.

Los líderes de EEUU, China y Rusia, condenan al mundo a importantes retrocesos:

  • En EEUU, Donald Trump tomó por asalto el partido republicano y alcanzó la presidencia profiriendo una serie de amenazas sobre enfrentamientos comerciales con China y México, y de políticas radicales sobre las migraciones.

Muchos quisieron pensar que todo quedaría en los discursos, pero entrado en su segundo año de gobierno, Trump está llevando a cabo todas sus amenazas. (Ver en Lampadia: Trump desata dañina ‘Guerra Comercial).

  • En China, si bien Xi Jinping planteó hace un año en el World Economic Forum, en Davos, la defensa del libre comercio, este año ha mostrado una muy importante involución política, al modificar la constitución china y asumir poderes dictatoriales sin límite de tiempo, contrariando los cuidados del fundador de la nueva China, Deng Xiaoping, con el afán de no repetir los excesos de Mao. (Ver en Lampadia: Xi Jinping transita hacia el poder eterno).
     
  • En Rusia, como explicó Timothy Garton Ash en uno de sus artículos (La doctrina del resentimiento), en 1994, en una reunión internacional, un desconocido Vladimir Putin, al que Garton Ash describió como “un hombre fornido y de baja estatura, con cara de ratón”, explicó que Rusia había abandonado parte de su población en países que no controlaba y que por lo tanto debían rewconquistar. Poco a poco, Putin ha tomado el poder absoluto, está rearmando a Rusia, a invadido países extranjeros y ha sido un factor determinante en el deterioro del conflicto en Siria.
“Nuestra relación con Rusia está peor que nunca, y eso incluye a la Guerra Fría. 
No hay razón para esto.” Fuente: Cuenta oficial de Twitter de Donald Trump

 

“Rusia promete derribar todos y cada uno de los misiles contra Siria. Prepárate, Rusia, porque lo que vendrán serán [misiles] bonitos, nuevos e inteligentes. ¡No deberías ser socios de un animal que mata con gas a su gente y lo disfruta!”. Fuente: Cuenta oficial de Twitter de Donald Trump

Además del deterioro de liderazgo de las tres potencias, es especialmente notoria la caída del Reino Unido en una trampa política de aislamiento (Brexit), y de abandono de las banderas del libre comercio; así como el advenimiento de otros liderazgos populistas en Europa.

La excepción que confirma la regla, la representan los iluminados liderazgos de Angela Merkel en Alemania (lamentablemente debilitado después de las últimas elecciones), Emmanuel Macron en Francia y de Narendra Modi en la India.

Pero la humanidad está siendo arrastrada a zonas de conflicto, con la inminencia de un enfrentamiento bélico entre EEUU y Rusia en Siria.

En relación a los enfrentamientos comerciales, países como el Perú, y el resto de los países de las américas, mañana y pasado en Lima, debemos alzar la voz en defensa de la globalización y el libre comercio.

Para tener más información sobre los enfrentamientos comerciales, compartimos líneas abajo, el artículo de The Economist sobre la ‘guerra comercial’.     

Comienza una guerra comercial entre EEUU y China

Golpe por Golpe 

Los dos países amenazan con caer a una secuencia de represalias de ojo por ojo

 

 

 

 

 

 

The Economist
7 de abril, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Los aranceles están en peligro de convertirse en una guerra comercial. El 3 de abril, Estados Unidos publicó una lista de unos 1,300 productos chinos que propone imponerles aranceles del 25%. Un día después, China produjo su propia lista, que abarca 106 categorías. “Como dice el refrán chino, es muy cortés intercambiar”, dijo la embajada china en Washington, DC.

Según el Peterson Institute for International Economics, un grupo de expertos, la lista de Estados Unidos cubre productos chinos por un valor de US$ 46 mil millones en 2017 (9% de las exportaciones totales de bienes de ese año a Estados Unidos; según el gráfico). China cubre bienes estadounidenses por valor de alrededor de US$ 50 mil millones en 2017 (38% de las exportaciones). Las sumas fueron suficientes para mover los mercados el 4 de abril, aunque el índice S&P 500 pronto recuperó el terreno perdido.

Las listas de ambos países son, por ahora, no más que amenazas. En los próximos dos meses, la lista de EEUU estará abierta a consulta pública (no hay un plazo para que las tarifas entren en vigencia). China ha dicho que esperará a la movida de Estados Unidos. Todavía hay una posibilidad de que las dos partes elijan un acuerdo sobre una guerra comercial. Aunque la lista de Estados Unidos fue elaborada en respuesta al supuesto robo de propiedad intelectual de firmas estadounidenses por parte de China, Trump considera que el déficit comercial con China es una afrenta independiente. Los aranceles aún podrían evitarse si China acepta comprar más productos estadounidenses.

Pero a esta escaramuza le siguen otras. El 23 de marzo, Estados Unidos impuso aranceles al acero y al aluminio de algunos países, incluida China. Eso provocó aranceles que cubren alrededor de US$ 3 mil millones de las exportaciones estadounidenses a China. Se esperan más represalias, ya que los chinos reaccionaron al separar los aranceles estadounidenses en productos como paneles solares y lavadoras.

Los historiadores del comercio tienen una ventaja sobre aquellos que estudian guerras de tipo militar. Cada parte en un conflicto comercial expone en detalle los productos que se verán afectados. Eso hace que sea más fácil analizar sus estrategias.

Los aranceles de Trump sobre el acero y el aluminio resultan bastante crudos. Son un intento de proteger una sola industria al bloquear la competencia extranjera, guiados por la creencia errónea de que esto la fortalecerá. Por el contrario, las represalias de China y las últimas amenazas estadounidenses sobre la propiedad intelectual son más sofisticadas. En lugar de engreir a una industria, están destinadas a empujar a un socio comercial a cambiar su comportamiento. Son medios, no fines.

La lista estadounidense de esta semana está diseñada para afectar a productos que se benefician de la política industrial de China, incluido su plan “Made in China 2025” para dominar ciertos sectores estratégicos. A la vista están productos como robots industriales, motores para vehículos eléctricos y semiconductores. (Al menos 90 productos, que incluyen piezas de aviones y automóviles, no registraron exportaciones chinas a Estados Unidos en 2017 y pueden considerarse como un ataque preventivo).

Eso puede parecer justo en los ojos de Trump. Pero los burócratas que elaboran la política de protección comercial enfrentan una disyuntiva entre golpear al otro país y proteger a sus propios consumidores. Incluso antes del último anuncio, algunos productos ofensivos habían sido eliminados de la lista de Estados Unidos después de que los analistas del gobierno los identificaron como “susceptibles de causar disrupciones a la economía de EEUU.” O “sujetos a restricciones legales o administrativas”. La elección final tuvo en cuenta la disponibilidad de sustitutos de otros lugares. Los analistas de Goldman Sachs, un banco, estiman que de los productos propuestos para las tarifas, solo alrededor del 20% de las importaciones de EEUU en 2017 provino de China (la proporción es más alta para LED, televisores e impresoras y fotocopiadoras).

El elemento sorpresa

Algunas partes de la estrategia de Estados Unidos fueron inesperadas. Minimizar las disrupciones en las empresas sugeriría aranceles sobre productos terminados en lugar de sus insumos. Algunas empresas pueden no darse cuenta de que sus proveedores están comprando productos chinos, por lo que los costos más altos para los bienes intermedios podrían viajar a lo largo de las cadenas de suministro en formas impredecibles. Las piezas más caras podrían hacer que los fabricantes estadounidenses sean menos competitivos que los rivales extranjeros. Sin embargo, aunque las dos líneas arancelarias más importantes por valor en la lista de Estados Unidos eran los televisores en pantalla a color y los vehículos de pasajeros, los productos de consumo representaron menos del 20% de las importaciones afectadas.

¿Qué hay de China? En respuesta a los aranceles de Estados Unidos sobre el acero y el aluminio, colocó aranceles sobre los tubos de hierro y acero, tuberías y perfiles huecos valorizados en US$ 2 millones, y residuos de aluminio de US$ 1.2 mil millones. Esto hizo eco de la respuesta de Canadá a la tarifa estadounidense de Smoot-Hawley de 1930, cuando aumentó los aranceles sobre los huevos como represalia por que Estados Unidos hizo lo mismo. Douglas Irwin de Dartmouth College informa que el número de huevos que Canadá exportó a Estados Unidos cayó en un 40% entre 1929 y 1932. Pero el número que fue en la otra dirección se desplomó en un 99%. Tal represalia de ojo por ojo tiene la intención de demostrar que las barreras comerciales hacen que las industrias sean más débiles, no más fuertes.

La lista que China publicó el 4 de abril es aún más audaz. No hace ningún esfuerzo para cumplir con las normas de la Organización Mundial del Comercio, y apunta a puntos de presión en la democracia de Estados Unidos, incluyendo industrias con lobbys poderosos, como aviones y soja, así como productos de estados políticamente sensibles. Wisconsin es el hogar tanto de Paul Ryan, el presidente de la Cámara de Representantes, como de una parte considerable de los exportadores de arándano americano. Mitch McConnell, el líder republicano del Senado, representa a Kentucky, hogar de los exportadores de bourbon de Estados Unidos. Ambos productos están incluidos en la amenaza arancelaria de US$ 50 mil millones de China.

Tales métodos han funcionado antes. En 2003, cuando la Unión Europea amenazó con aplicar aranceles a los productos estadounidenses, incluidas las naranjas, en represalia por las tarifas de George W. Bush para el acero europeo, Bush cedió. (Florida, un estado crucial, es el hogar de muchos cultivadores de naranjas). Los pronunciamientos de Trump no sugieren que esté listo para demandar paz. Tampoco parece estar consciente de los riesgos del fracaso. Lampadia




Trump lanza ataque comercial

La semana pasada, el presidente Trump dijo que impondría un arancel de 25% sobre las importaciones de acero y un 10% sobre el aluminio, provocando una gran ola de ventas de acciones que reflejó una mayor preocupación: una posible “guerra comercial”. Si los países golpeados por los aranceles imponen represalias, se provocaría un ir y venir de crecientes imposiciones que dañarían el crecimiento global y el comercio internacional, el espacio indispensable para el avance de las economías emergentes.

El lunes, sin embargo, en relación a Canadá y México, el presidente Trump vinculó su amenaza a la renegociación forzada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TCLAN), explicando que los eximiría de los aranceles sobre el acero y el aluminio, si aceptan las demandas de la Casa Blanca en la renegociación del TLCAN. Un estilo de negociación que está destruyendo todos los códigos del comercio internacional.

¿Por qué Trump amenaza con imponer aranceles?

Durante años, China ha sido acusada de vender acero y aluminio en EEUU a precios que están por debajo del costo de producción, en parte porque China tiene un gran excedente de capacidad productiva. Trump dice que la práctica le ha costado a la industria siderúrgica estadounidense cientos de miles de empleos. Trump ganó las elecciones prometiendo a los votantes de ‘blue collar’ en los estados productores de acero que se pondría duro con las importaciones. Ahora, está cumpliendo su promesa.

¿Qué es una guerra comercial?

Una guerra comercial ocurre cuando otros países afectados por los aranceles imponen sus propios aranceles en represalia, lo que podría desencadenar una batalla de aranceles en aumento, reversar el libre comercio y obstaculizar el crecimiento económico. La Unión Europea, Canadá y China ya han amenazado con aranceles en respuesta a las acciones de EEUU. Eso perjudicaría a los fabricantes de una amplia variedad de exportaciones de EEUU, incluyendo carne de res, maíz, automóviles y motocicletas. Trump, a su vez, dijo que luego impondría los automóviles europeos con aranceles.

¿Cómo afectan las tarifas a las negociaciones del TLCAN?

Trump parece estar utilizando las tarifas como método de negociación con Canadá y México en las conversaciones del TLCAN. En un tuit, Trump dijo: ” Los aranceles sobre acero y aluminio solo se levantarán si se llega a un nuevo acuerdo”.

Su tweet sugiere que la administración puede estar abierta a modificar las aranceles para eximir a ciertos países. Pero, también pone a los gobiernos de Canadá y México en una posición incómoda. Antes de la amenaza de los aranceles, los tres países podían al menos fingir que estaban tratando de negociar algún tipo de compromiso de beneficio mutuo. Ahora parecerá que están cediendo a las tácticas intimidatorias de Washington.

Tal vez esa es la intención de Trump; quizás está buscando otra excusa para finalmente acabar con el TCLAN. O tal vez está pensando todo lo contrario; es posible que esté preocupado por las duras críticas que ha recibido a nivel global con respecto a sus medidas. Con Trump nada se sabe.

¿Qué implica esto para América Latina y para el Perú?

En general, la decisión de Trump podría impactar todo América Latina, especialmente en Brasil y México, que representan respectivamente el 13% y el 9% del mercado estadounidense. En una región como América Latina, con varias elecciones presidenciales previstas en los próximos meses, el fantasma de una guerra comercial global puede dar impulso a quienes no entienden los beneficios del libre comercio y rechazan la apertura de mercados.

Brasil, segundo mayor exportador de acero a EEUU después de Canadá, reaccionó rápidamente al anuncio sobre aranceles a ese metal y al aluminio. “El gobierno de Brasil recibe con enorme preocupación la información”, indicó un comunicado del ministerio brasileño de Industria y Comercio Exterior el jueves.

El texto advirtió que Brasil espera “trabajar constructivamente” con EEUU para evitar la aplicación de los gravámenes, pero “no descarta eventuales acciones complementarias, en el ámbito multilateral y bilateral, para preservar sus intereses”.

México espera ser excluido de las medidas arancelarias de EEUU, porque de lo contrario el país debería responder con acciones recíprocas. Otros países y bloques como la Unión Europea también han advertido que tomarán medidas de represalia contra EEUU. si se aplican los aranceles anunciados por Trump, alimentando los temores a una guerra comercial que ya causan pérdidas en bolsas de valores.

En el caso del Perú, una guerra comercial tendría un impacto muy negativo en nuestra economía, ya que debilitaría sustancialmente el eco-sistema de libre comercio, indispensable para traer más riqueza del exterior a nuestro país y reducir la pobreza. Además, generaría una caída en el precio de los metales que afectaría las proyecciones de la economía.

Un impacto negativo adicional, se daría por el por el desvío de comercio de las exportaciones de acero de México, que ya es superavitario, y podría invadir nuestro mercado interno, haciendo un daño estructural a nuestra industria siderúrgica. Esto, como consecuencia de medidas que, como la de EEUU, esperamos se puedan corregirse pronto. Evidentemente, el Perú debe ver, en el corto plazo, cómo protegerse de daños de esta naturaleza.

En cuanto al impacto de una guerra comercial y la reversión del libre comercio, el gobierno tendría que convocar a los peruanos más conocedores de estos temas, para repensar nuestras estrategias comerciales, procurando no abundar en la destrucción del eco-sistema comercial global. Lampadia




¿Acaso Mercedes Aráoz no sabe lo que necesitamos?

¿Acaso Mercedes Aráoz no sabe lo que necesitamos?

En opinión de Aráoz, los gobiernos “compraron” muy pronto la globalización, pero ahora se está viendo “quién gana y quién pierde” con ella. “No hemos podido producir los resultados que queríamos para nuestros países”, admitió. (Gestión).

La Primer Ministro del Perú, Mercedes Aráoz, acaba de hacer las peores declaraciones de su vida en el Foro Económico Mundial.

Es absolutamente inaceptable que el primer ministro de un país emergente, como el Perú, cometa una torpeza tan grande, máxime habiendo sido previamente Ministra de Comercio.  

Como hemos explicado en reiteradas ocasiones, una de las mejores formas de lograr el crecimiento de los países pequeños, es exportando sus productos y servicios a los países de mayores recursos. Esto conceptualmente. Pero, además, a una persona como Aráoz, no se le pueden escapar los impactos que la globalización y el libre comercio han tenido en el mundo emergente. Y, menos aún, los impactos recibidos en el Perú, que pasó de ser un Estado fallido en 1990 a una estrella internacional el 2011, gracias a que supimos aprovechar el mejor tiempo de la globalización y el libre comercio.

Además, de este tema, la primer ministro, se despachó sobre la corrupción, en términos descalificadores para el Perú.  

En nuestra humilde opinión, o Mercedes Aráoz les pide perdón a los peruanos, por haber hecho una representación tan negativa del país en el exterior, o debe dar un paso al costado, por una aguda crisis de confusión intelectual y política. Lampadia

Líneas abajo reproducimos la nota de Gestión:

Mercedes Aráoz:

Los gobiernos “compraron” muy pronto la globalización

Gestión.pe              
23 de enero, 2018

La presidenta del Consejo de Ministros intervino en uno de los coloquios organizados hoy por el Foro Económico Mundial en la estación alpina de Davos, que estuvo dedicado a analizar “la política después del orden establecido”.

Mercedes Aráoz: Los gobiernos “compraron” muy pronto la globalización

AGENCIA EFE / 23.01.2018 – 11:27 AM

La “corrupción sistémica” está debilitando a los gobiernos de Latinoamérica, según reconoció hoy la presidenta del Consejo de Ministros del Perú, Mercedes Aráoz, quien pidió luchar contra ella colectivamente y superar este debate para dedicarse a los problemas reales de la gente.

La representante peruana intervino en uno de los coloquios organizados hoy por el Foro Económico Mundial en la estación alpina de Davos, que estuvo dedicado a analizar “la política después del orden establecido”.

Un año después de sonoros éxitos populistas como fueron calificados el Brexit (ruptura británica con la Unión Europea) y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, los participantes en el foro conversaron sobre el balance de los movimientos y líderes surgidos de la “rabia” ciudadana.

En opinión de Aráoz, los gobiernos “compraron” muy pronto la globalización, pero ahora se está viendo “quién gana y quién pierde” con ella. “No hemos podido producir los resultados que queríamos para nuestros países”, admitió.

“Tenemos otro problema en Latinoamérica: una corrupción sistémica”, advirtió la primera ministra peruana, quien se refirió en especial al caso “proveniente de Brasil y que ha infectado a toda Latinoamérica”.

Estos escándalos “están debilitando a nuestras democracias porque solo vemos involucrados a políticos”.

La primera ministra peruana se lamentó, no obstante, de que “el único debate en los medios y en las redes sociales sea algo así como quién es el más corrupto”, sin atención a los demás problemas.

“Perú está atravesando un período muy difícil en este momento”, admitió, “pero no sólo somos nosotros, vemos crecer este problema en todas partes”.

En su opinión, la Cumbre de las Américas, que se celebrará en Lima a mediados de abril, debería marcar un “momento importante” para que todos los países americanos comiencen a abordar juntos la lucha contra la corrupción, así como la “construcción de un nuevo liderazgo”. 

Critica las redes

Araóz criticó el hecho de que las redes sociales fomenten debates en los que “sólo participa el 15% de la población” descuidando todas las demás preocupaciones.

“Los gobiernos tienen que centrarse más en los problemas de la gente, en lugar de en esos debates que dominan en los periódicos”, dijo la primera ministra e insistió en que “los problemas reales están en otros lugares”.

Aráoz abogó por avanzar en Latinoamérica en la lucha contra la desigualdad y en la defensa de “la integridad”.

“Damos la bienvenida a las inversiones, pero haciendo frente al problema de la desigualdad en las zonas donde se va a invertir”, explicó.

Y, desde luego, “queremos que vengan los inversores pero, por favor, no los sobornos”, dijo a la vez que señaló que los políticos y el sector privado tienen que “trabajar juntos” en esa dirección.

Otra gran prioridad para la región es la protección del medio ambiente, como ha resaltado el papa Francisco en su reciente viaje a Perú respecto a la preservación de la Amazonía.

Para todos estos objetivos “necesitamos una agenda latinoamericana”, porque, según la política peruana, “no son cuestiones de un solo país”.

También señaló que es preciso “hablar con los extremos, porque la polarización está ahí”.

Junto a la representante peruana participaron en el coloquio el viceprimer ministro belga, Alexander De Croo; el ministro de Ferrocarriles y Carbón de la India, Piyush Goyal; el consejero delegado de FiscalNote, Timothy Hwang; y el profesor de políticas de la Universidad de Princeton Jan-Werner Müller. Lampadia