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Amenazas a la inversión en el aire

Amenazas a la inversión en el aire

Claudia Navas
Analista de riesgos para Perú de la consultora Control Risks
Para Lampadia

Los inversionistas necesitan claridad por parte del gobierno del Presidente Pedro Castillo. El daño que hizo el ex primer ministro Guido Bellido a la confianza inversionista está hecho y sus amenazas permanecen en el aire, sobre todo por el rehúso de Castillo a contradecirlas de manera tajante. La confianza inversionista no solo se lastimó con las amenazas de Bellido a proyectos de importancia nacional, como la de nacionalizar el proyecto gasífero de Camisea si el consorcio se negaba a renegociar las utilidades del proyecto a favor del estado (cuando aún ni siquiera el consorcio había manifestado su posición frente a la propuesta de renegociar). También por su tono amenazante a la institucionalidad, a la estabilidad política y a las bases democráticas del Perú.

Si bien el 6 de octubre la administración de Castillo marcó un giro con la salida de Bellido y el cambio de figuras radicales de su gabinete por unas más moderadas, son necesarias medidas más contundentes para enmendar la confianza inversionista. Es necesario que Castillo plantee una hoja de ruta clara sobre cómo implementará su plan de gobierno, o manifestar si es que su gobierno cambiará de rumbo para adoptar políticas más moderadas pero que se desarrollarán en el marco de la agenda social ambiciosa (tal como fue el tono de su campaña). En la definición de esta hoja de ruta, debe también demostrarse un nuevo tipo de liderazgo por parte de Castillo, en el que se evidencie que él da la pauta sobre las políticas de gobierno y que ningún miembro del gabinete operará como una rueda suelta.

También Castillo deberá demostrar su capacidad de dialogar con líderes de las diferentes fuerzas del espectro político (incluyendo la oposición), así como también con el sector empresarial y con organizaciones de la sociedad civil. Al generar unos consensos mínimos sobre los pilares de su gobierno, Castillo podría esquivar los obstáculos que le ponga el Congreso, y generar los cambios sociales que el país necesita. Esto les permitiría a los inversionistas tomar decisiones con más certeza y a los empresarios alinearse de mejor manera con las apuestas sociales y económicas que el gobierno trace.

El anuncio de la nueva primera ministra Mirtha Vásquez sobre su invitación a las principales fuerzas políticas del Congreso a dialogar sobre la agenda de gobierno en materia de educación, salud y reducción de la pobreza podría ser una primera señal en esta dirección. No obstante, hay pocas razones para ser optimistas teniendo en cuenta el alto nivel de fragmentación política del Legislativo y la débil cohesión ideológica y programática. Es entonces probable que las relaciones entre el Ejecutivo y Legislativo se sigan enmarcando en una lucha de poder, donde los momentos de inestabilidad política se sigan perpetuando. Mientras tanto habrá una ciudadanía a la espera y crecientemente desesperada porque el sistema político dé respuesta a sus necesidades.

Algunos inversionistas adversos al riesgo, probablemente continuarán temerosos de apostarle al Perú en medio de la incertidumbre y volatilidad política y a la falta de una hoja de ruta clara ante un gobierno que no ha perdido su tono populista. No obstante, si Castillo quiere pasar a la historia como el líder de origen popular que logró que Perú dé saltos cualitativos en reducir las brechas políticas, sociales y económicas del país, es necesario que se disipe de manera pronta y contundente la amenazas a la inversión que permanecen en el aire luego de estos primeros tres meses de gobierno.

Claudia Navas es politóloga, Máster en Estudios Internacionales de Paz, con amplia experiencia en análisis de los riesgos políticos, regulatorios, sociales y de seguridad que puedan afectar las grandes inversiones en Perú. Asesoró a la Presidencia de Colombia con la formulación de políticas para la implementación del acuerdo de paz entre el gobierno y la ex guerrilla de las FARC.

Lampadia




Presagio de un gobierno populista sin un mandato claro

Presagio de un gobierno populista sin un mandato claro

Con este análisis damos la bienvenida a las páginas de Lampadia, a Claudia Navas, analista de CONTROL RISK para el Perú, quién colaborará regularmente con nosotros.

Claudia Navas
Analista de riesgos de Control Risks para Perú
Para Lampadia
27 de julio, 2021

La elección de Pedro Castillo como próximo presidente del Perú ha generado una gran preocupación entre empresarios e inversionistas sobre las implicaciones que un giro político hacia la izquierda podría tener, no solo en el país sino en la región. Particularmente si es que la elección de Castillo será el inicio de una segunda ola de populismos de izquierda, que buscarán replicar el nefasto modelo chavista. No obstante, cada vez parece más distante la posibilidad de que Castillo logre efectivamente introducir cambios profundos al modelo político y económico del país tal como lo prometió, y que más bien estemos ad portas de un gobierno de corte populista, sí, pero que carecerá de un mandato o visión clara.

En la experiencia de Control Risks analizando el riesgo político en la región andina, los gobiernos populistas al iniciar sus mandatos necesitan primero construir unas bases sólidas de apoyo popular para poder implementar los cambios radicales que prometieron y centralizar el poder bajo su mando. Castillo no arranca con un apoyo popular lo suficientemente sólido (su victoria se debe en parte también al rechazo que generaba su contendora Keiko Fujimori) ni con un Congreso medianamente alineado con sus propuestas. Las amenazas de destitución por parte del Congreso serán latentes y forzarán a Castillo a adoptar una posición moderada. También, el fantasma de “una nueva Venezuela en la región” hará que tanto la sociedad civil y los medios, como la institucionalidad y la comunidad internacional, permanezcan vigilantes y actúen coordinadamente para frenar impulsos autoritarios o antidemocráticos del Ejecutivo. Estos obstáculos, en paralelo a un liderazgo débil, reducirán la capacidad del Ejecutivo de trazar una hoja de ruta clara y alineada con las tan anunciadas promesas de cambio.

Esto no quiere decir que Castillo estará completamente atado de manos, ya que es posible que busque introducir medidas con la intención de, poco a poco, fortalecer el proyecto político de Perú Libre (aunque de nuevo, el camino no será fácil). Por ejemplo,

  • Castillo podrá implementar medidas de corte populista y demagógicas para aumentar su base de apoyo, entre estas, aumentar el gasto fiscal para expandir medidas como subsidios o ayudas (que, si bien pueden ser necesarias, pueden no estar bien focalizadas para efectivamente reducir la pobreza).
  • Castillo también podría crear instituciones paralelas para socavar las existentes y desafiar los pesos y contrapesos del sistema político, tal como otros líderes latinoamericanos de izquierda lo han hecho. También,
  • Castillo podría encontrar formas para alinearse con el Legislativo para hacer cambios micro regulatorios de corte populista, ignorando las implicaciones sectoriales y de mediano y largo plazo que éstas reformas podrían tener.

No obstante, estos movimientos no harán parte de una agenda programática de gobierno clara de cara al país, lo cual generará una sensación creciente de desgobierno y, eventualmente, enfrentar a Castillo a una destitución por parte del Legislativo. Pese al complejo contexto político del Perú, esto no representará un obstáculo insuperable para hacer y continuar negocios en el país. Contar con una lectura objetiva y aterrizada sobre las intenciones y capacidades de los diferentes actores políticos, sociales y económicos del país será clave para trazar estrategias de relacionamiento efectivas y aumentar la contribución de las inversiones al desarrollo del país. De tal forma que el sector privado no debe esperar lo peor, sino más bien entender los riesgos, y también las oportunidades, que representa el nuevo escenario político en el Perú. Lampadia