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El silencio, el fanatismo y la vida

El silencio, el fanatismo y la vida

Tras el atentado perpetrado en Francia contra la revista Charlie Hebdo, Occidente giró su mirada hacia el islamismo replanteando su postura frente al reciclado avance histórico de fanatismos de todo tipo

REFLEXIONES DE EMANUEL TANAY

TerritorioDigital.com

Lunes 19 de enero de 2015

POSADAS:

Desde San Ignacio, Olga Leiciaga remitió a Letras esta pieza de Claude Benoit. La profesora Benoit da clases académicas en el Departamento de filología francesa de Valencia (España) y en esta oportunidad aborda el mensaje de Emanuel Tanay, sobreviviente del holocausto nazi, en relación a la cíclica resurrección funesta del fanatismo.

El doctor Emanuel Tanay, nacido en 1928, es actualmente un reconocido psiquiatra forense radicado en los Estados Unidos.

Escrito por Javier Arguindegui

El silencio

“Un hombre cuya familia pertenecía a la aristocracia alemana antes de la Segunda Guerra Mundial fue propietario de una serie de grandes industrias y haciendas. Cuando se le preguntó ¿cuántos de los alemanes eran realmente nazis?, la respuesta que dio puede guiar nuestra actitud hacia el fanatismo. ‘Muy pocas personas eran nazis en verdad’, dijo, ‘pero muchos disfrutaban de la devolución del orgullo alemán, y muchos más estaban demasiado ocupados para preocuparse. Yo era uno de los que sólo pensaba que los nazis eran un montón de tontos.

Así, la mayoría simplemente se sentó a dejar que todo sucediera. Luego, antes de que nos diéramos cuenta, los nazis eran dueños de nosotros, se había perdido el control y el fin del mundo había llegado. Mi familia perdió todo. Terminé en un campo de concentración y los aliados destruyeron mis fábricas. Se nos dice que la gran mayoría de los musulmanes sólo quieren vivir en paz’”.

El fanatismo

“El hecho es que los fanáticos dominan el Islam, tanto en este momento como en la historia. Son los fanáticos los que marchan. Se trata de los fanáticos los que producen guerras. Se trata de los fanáticos los que sistemáticamente masacran cristianos o grupos tribales en África y se van adueñando gradualmente de todo el continente en una ola islámica. Estos fanáticos son los que ponen bombas, decapitan, asesinan. Son los fanáticos los que toman mezquita tras mezquita. Se trata de los fanáticos los que celosamente difunden la lapidación y la horca de las víctimas de violación y los homosexuales. Se trata de los fanáticos los que enseñan a sus jóvenes a matar y a convertirse en terroristas suicidas.

El hecho cuantificable y duro es que la mayoría pacífica, la ‘mayoría silenciosa’ es intimidada e imperceptible. La Rusia comunista estaba compuesta de los rusos, que sólo querían vivir en paz. Sin embargo, los comunistas rusos fueron responsables por el asesinato de cerca de 50 millones de personas. La mayoría pacífica era irrelevante. La enorme población de China era también pacífica, pero los comunistas chinos lograron matar la asombrosa cifra de 70 millones de personas. El individuo japonés medio antes de la Segunda Guerra Mundial no era un belicista sádico. Sin embargo, Japón asesinó y masacró, en su camino hacia el sur de Asia Oriental, en una orgía de muerte que incluyó el asesinato sistemático, a 12 millones de civiles chinos, la mayoría muertos por espada, pala y bayoneta.

Y, ¿quién puede olvidar Ruanda, que se derrumbó en una carnicería? ¿Podría no ser dicho que la mayoría de los ruandeses eran amantes de la paz?”.

La vida

“Las lecciones de la historia son con frecuencia increíblemente simples y contundentes. Sin embargo, a pesar de todos nuestros poderes de la razón, muchas veces perdemos el más básico y sencillo de los puntos: los musulmanes amantes de la paz se han hecho irrelevantes por su silencio.

Los musulmanes amantes de la paz se convertirán en nuestro enemigo si no se pronuncian, porque al igual que mi amigo de Alemania, se despertarán un día y encontrarán que los fanáticos los poseen, y el fin de su mundo habrá comenzado. Los alemanes, amantes de la paz, japoneses, chinos, rusos, ruandeses, serbios, afganos, iraquíes, palestinos, somalíes, nigerianos, argelinos, y muchos otros han muerto a causa de que la mayoría pacífica no se pronunció hasta que fue demasiado tarde.

En cuanto a nosotros, que somos espectadores ante los eventos en desarrollo, debemos prestar atención al único grupo que cuenta: los fanáticos que amenazan nuestra forma de vida”.




Intelectuales europeos cierran filas en defensa de la Libertad

Intelectuales europeos cierran filas en defensa de la Libertad

EL PAÍS ha rendido este miércoles homenaje a las víctimas del atentado contra Charlie Hebdo en un acto de reivindicación de la libertad de expresión celebrado en la sede del diario en Madrid. El acto de solidaridad y reflexión ha sido presentado por el director del periódico, Antonio Caño, y en él han participado también el presidente de EL PAÍS y de Prisa, Juan Luis Cebrián; el escritor y filósofo francés Bernard-Henri Lévy; el embajador de Francia en España, Jérôme Bonnafont; y los tres viñetistas del diario, Peridis, Forges y El Roto. También se ha reseñado un mensaje grabado del historiador británico Timothy Garton Ash y se ha leído un testimonio del escritor español Juan Goytisolo.

Antonio Caño: “De la existencia de Charlie Hebdo depende la nuestra. Su libertad es nuestra libertad. Al matarlos, mataron algo de nosotros también. Hay ocasiones en las que no hay espacio para la duda. No caben preguntas. Cualquier pregunta es el comienzo de una justificación. Aquí no tenemos dudas, por eso hemos convocado este acto”.

El Roto: “El homenaje de esta mañana es como un acto casi religioso, un momento de solidaridad con los compañeros, pero también con nosotros mismos. Es el momento de hacer un propósito, de trabajar con la misma valentía y libertad con la que ellos lo hicieron. Tratar de que nuestro trabajo sea útil para hacernos más libres. Larga vida al periodismo y larga vida a Charlie Hebdo”.

Forges: “Los viñetistas hacen titulares cotidianos. Es la evidencia de lo que está sucediendo.

Peridis: recordó cómo en su primer viaje a Francia tras el mayo del 68 quedó maravillado por “el prodigio de imaginación y desenfado” de las revistas satíricas francesas. “Hay que reflexionar sobre lo que haces y lo que puede provocar y ofender. El límite está en la ofensa que infliges a los demás”.

Antonio Caño leyó el texto de Juan Goytisolo (experto en el mundo musulmán): “La violencia ciega no admite excusa alguna. No se defiende ninguna causa política, religiosa ni ideológica con ráfagas de ametralladora. La defensa de la libertad de opinión concierne a todos los ciudadanos del mundo independientemente de su nacionalidad, creencias y filiación política. Los autores de las matanzas de Charlie Hebdo y Porte de Vincennes son los verdugos de una demencial yihad, no esos mártires a cuya gloriosa condición aspiran. Los verdaderos mártires son sus víctimas”.

Timothy Garton Ash: “Tenemos que ser valientes, asegurarnos que la intimidación violenta no triunfe. Aseguremos que el veto de los asesinos no prevalezca. Es importante decir que entre los millones de europeos que se han manifestado ha habido muchos musulmanes. No hace falta aclarar que lo que hagamos en defensa de la libertad de expresión, incluyendo la reproducción de los dibujos de Charlie Hebdono no va dirigido de ninguna manera contra el islam. Al contrario; es esta libertad de expresión que defendemos la que permite a los musulmanes expresar sus más profundas creencias”.

Jérome Bonnafont, Embajador de Francia: “España es un país que conoce particularmente bien el valor de la reconquista de la libertad. Esta es una guerra contra el terrorismo. Es una guerra dura que vamos a conducir con nuestros socios europeos, que va a necesitar medidas excepcionales, pero no un estado de excepción. Vamos a luchar con las armas del Estado de derecho. Fue un ataque contra el corazón de la democracia. Es una responsabilidad de toda Europa”.

Lévy: “Hemos descubierto que en Europa todavía podemos ser ejecutados por un dibujo”.

Juan Luis Cebrián, presidente de EL PAÍS y de Prisa: “Tenemos miedo, pero nuestras decisiones no las va a guiar el miedo. No hay fuerza en el mundo capaz de hacer callar a la libertad de expresión en las democracias. Lo que estamos viviendo es un ataque a los valores de la Ilustración, los valores europeos representados en Europa por la Revolución francesa. Hay que reclamar más tolerancia, menos fanatismos religiosos. Que el obispado de Córdoba deje de agredir a los españoles de Al Andalus. Es una ofensa innecesaria. Actitudes como esa son las que abonan las actitudes del odio y el fundamentalismo”.

Cebrián juntó dos musulmanes y un judío Ibn Hazm, poeta (siglo XI), Averroes, filósofo (siglo XII), y su contemporáneo Maimónides, médico, a los que ha considerado ejemplos de tolerancia y de lucha contra el fundamentalismo en la época que les tocó vivir. Recordó una cita de Ibn Hazm: “Podéis quemar mis papeles, pero no podéis quemar mis pensamientos”.




Un ataque asesino contra la libertad de expresión

Un ataque asesino contra la libertad de expresión

Financial Times

Publicado por El Comercio, – Portafolio, 09 de Enero de 2015

El sangriento asalto a las oficinas de la revista satírica francesa “Charlie Hebdo” solo puede provocar la más profunda repugnancia. El ataque fue una atrocidad terrorista que cobró la vida de al menos 12 personas inocentes.

Nuestra primera respuesta debe ser llorar a las víctimas, cuatro eran dibujantes reconocidos de la revista y dos eran agentes de la policía. Pero esto es más que una tragedia humana. Fue un acto calculado de intimidación, un ataque a la libertad de expresión, pilar de toda sociedad democrática. Fue un ataque concebido para sembrar una forma insidiosa de autocensura. Debe ser rotunda y desafiantemente condenado.

Casi una década ha pasado desde que un periódico danés atrajo la ira de los musulmanes por la publicación de caricaturas que satirizaban al Profeta Mahoma. Lo que comenzó con protestas pacíficas y boicots de productos de consumo se ha convertido constante y paulatinamente en violencia. Ésta no es la primera vez que “Charlie Hebdo” ha sido atacado por publicar sus caricaturas que satirizan al Islam. Sus oficinas fueron bombardeadas hace tres años.

Pero los acontecimientos del miércoles marcan un nuevo y siniestro paso en la escalada del conflicto entre la fe y la libertad de expresión. Imágenes de tres hombres enmascarados armados con fusiles AK-47 en el centro de una capital europea, matando a tiros a policías y buscando a sus víctimas por las oficinas de la revista, producen escalofríos en todo el mundo occidental.

Para los servicios de seguridad en Francia y en toda Europa, este ataque generará muchas preguntas. No está claro si los asaltantes ya estaban en la mira de las autoridades francesas y si estaban recibiendo ayuda de grupos militantes extranjeros.

Muchos de los recientes ataques yihadistas – en Sidney y Ottawa – fueron realizados por “lobos solitarios”. La naturaleza coordinada del asalto del miércoles – y también el hecho de que los atacantes escaparon en lugar de recurrir a tácticas de asedio y suicidio – sugiere un modus operandi menos familiar.

En los días venideros, muchos observarán el impacto de este evento en la sociedad francesa. En un momento de profundo malestar político y económico, el partido Frente Nacional antiinmigrante liderado por Marine Le Pen puede beneficiarse de una nueva explosión de sentimiento antiislámico. El ataque es un desafío a las autoridades estatales que ahora deben encontrar a los agresores y llevarlos ante la justicia. Pero el reto más grande es cómo los políticos y el público pueden acoger los valores seculares y centrales de Francia y expresar su desafío sin avivar el fuego de la venganza ciega.

En toda sociedad democrática, siempre debe haber espacio para un debate civilizado acerca del tacto y del decoro cuando se trata de burlarse de cualquier religión. Pero lo que no puede impugnarse es el derecho fundamental de todos los ciudadanos a expresarse libremente dentro del marco de la ley. En una época que se caracteriza por el crecimiento de la religión y por la creciente politización de la fe, toda religión debe estar abierta a la opinión, al análisis y la sátira.

En el último cuarto de siglo ha habido muchos intentos por utilizar la intimidación para silenciar la sátira y la disidencia. El régimen iraní estableció el precedente cuando emitió una fatwa contra el escritor Salman Rushdie en respuesta a su libro “Los versos satánicos”. Corea del Norte acaba de utilizar la violencia cibernética para evitar la distribución de una película poco favorecedora sobre su líder Kim Jong Un.

Ahora tenemos el espectáculo atroz en París. La respuesta del mundo libre ante esto debe ser inquebrantable. “Charlie Hebdo” tal vez sea una publicación muy diferente a la nuestra, pero la valentía de sus periodistas – y su derecho a publicar – no puede ser puesto en duda. Una prensa libre no vale nada si sus practicantes no se sienten libres para expresarse.