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¿Qué obras hace bien el Estado peruano?

¿Qué obras hace bien el Estado peruano?

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 26 de marzo de 2021
Para Lampadia

La noticia es positiva. Súper positiva. Después de una eternidad – por fin – tendremos una Carretera Central de cuatro vías, que nos permitirá viajar entre El Callao y La Oroya, en apenas hora y media. ¡Parece un sueño! Sin embargo, la noticia es un tanto curiosa: El gobierno francés – no el Estado peruano – construirá la carretera.

Entonces, la pregunta del millón es ¿qué hace el Estado peruano que tiene que recurrir a un gobierno extranjero para construir una carretera en nuestro país? ¿Qué hacen los organismos estatales creados ex profesamente para construir obras de infraestructura como la Carretera Central, pero que en más de 20 años no construyeron ni un mísero metro de dicha vía?

La inversión es lo de menos… S/. 11,571 millones. Tampoco importa que el Gobierno francés gane lo que tenga que ganar… aunque sea un montón de plata. ¿Cuánto nos ha costado no tener una buena Carretera Central? Estoy seguro que sólo en tiempo y accidentes hemos perdido más de cien veces esa cifra… sin contar las millonarias pérdidas de frutas y verduras de la Sierra y Selva Central, que se pudrieron en el camino en cada interrupción de la vía, las cuales – dicho sea de paso – ocurren a cada rato.

A lo que quiero llegar es que si estamos optando por gobiernos extranjeros para construir carreteras, hospitales, líneas de metro, recintos deportivos como los Juegos Panamericanos Lima 2019, y otros ¿qué sentido tiene mantener instituciones burocráticas estatales – encargadas de construir obras públicas – que además de inoperantes y corruptas, cuestan un ojo de la cara? ¡Para qué gastar pólvora en gallinazo!

Me refiero a PROINVERSION, al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y sus derivadas… PROVIAS Nacional y PROVIAS Descentralizado. Entre paréntesis ¿alguien me podría explicar para qué tenemos dos estructuras burocráticas idénticas como PROVIAS Nacional y PROVIAS Descentralizado? ¿Acaso ambas no hacen lo mismo… carreteras? ¡Oh política estatista y populista, cuánto daño nos haces a los peruanos!

Si – por otro lado – estamos recurriendo a gobiernos extranjeros para terminar de construir hospitales como el Antonio Lorena del Cusco, hay que cerrar el PRONIS que supuestamente desarrolla el Programa Nacional de Inversiones en Salud. También habría que cerrar el PRONIED que se encarga – supuestamente – del Programa Nacional de Infraestructura Educativa. Incluso, habría que cerrar las Direcciones Regionales de Infraestructura de los Gobiernos Regionales y Municipales. ¿Para qué seguimos con la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (CORPAC) si hemos contratado al Gobierno de Corea para la construcción del aeropuerto de Chinchero en Cusco?

Seamos sinceros y prácticos. El Estado peruano no sirve para construir obras de infraestructura. No sirve para construir una buena Carretera Central. Tampoco sirve para construir hospitales, escuelas, líneas de metro, o aeropuertos. El Estado peruano no sirve para construir nada. El tiempo y la vida así lo han demostrado.

Efectivamente, los convenios de Gobierno a Gobierno constituyen un reconocimiento fáctico – del propio Gobierno – respecto de su propia inoperancia para la construcción de obras de infraestructura pública.

Entonces… a confesión de parte, relevo de prueba. Cerremos todos los organismos estatales que no hacen nada, más allá de las consabidas corruptelas y coimas de por medio. Destinemos ese dinero a mejorar las remuneraciones de los maestros, médicos y enfermeras, policías y militares, y jueces y fiscales.

Reitero – entonces – la pregunta del millón ¿qué obras hace bien el Estado peruano? Quedo a la espera de tu respuesta. Lampadia




El síndrome de la Carretera Central

El síndrome de la Carretera Central

La Carretera Central, es una de las vías de comunicación más importantes del Perú. No solo comunica toda la región central del país con la Capital de la República, el mercado interno más grande del país y, la más importante puerta de salida de nuestros productos al exterior; también es una carretera icónica por su diseño de ingeniería y su belleza escénica, que la convierte en un atractivo turístico en si misma.

Construida en 1924, como una obra extraordinaria de ingeniería, puede ser eficiente con un volumen de tránsito de 4 a 5,000 vehículos por día y para la circulación de camiones de 42 toneladas peso. Sin embargo, hoy está congestionada con el tránsito de más de 7,000 vehículos diarios y de camiones que transportan 5 a 6 millones de toneladas en vehículos del llamado ‘modelo Perú’, prohibido incluso en las autopistas de EEUU, donde el peso máximo es precisamente 42 toneladas por vehículo. En el  Perú, el MTC ha ido subiendo el peso máximo autorizado a 48 TM, y luego hasta 53 TM. Pero las mafias del transporte se las han ingeniado para sabotear las estaciones de pesaje (que no funcionan) y, hoy circulan con 60 TM por camión a una velocidad de 13 K/Hora (de subida y bajada).

La carretera no está colapsada, está saturada por las malas regulaciones que alientan el paso de camiones que debieran estar absolutamente prohibidos. Mientras tanto tenemos al Ferrocarril Central operando muy por debajo de su capacidad, al 20% (según su operador). Hoy día lleva solo 3 millones de toneladas anuales.

La Concesión

El contrato es parte de la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA). Se trata de una red vial de 377 km en una de las carreteras más complejas del mundo por su ubicación, geografía, y altura sobre el nivel del mar.

En 2003, Proinversión la incorporó al proceso de Inversión Privada. En diciembre de 2008, se declaró de necesidad pública. En 2009 Proinversión convocó al concurso. En 2010 adjudicó la buena pro a Deviandes. En setiembre de 2010 se firmó el contrato. Desde 2013 debe administrar, operar, construir y mantener la infraestructura.

La empresa se comprometió a invertir US$126 millones, monto que no ha  ejecutado por diferencias con el MTC.

Las mejoras que debieron empezar en enero del 2015, tras una paralización de más de cuatro años, todavía no dan fuego. Esta es claramente una mala concesión, donde es casi imposible deslindar responsabilidades, por las múltiples trabas, demoras y desacuerdos. Mientras tanto, esta importante vía sigue sin operar adecuadamente. En el reciente evento climatológico se ha hecho evidente que el concesionario no tiene maquinaria pesada para actuar con efectividad. Además, según se ha denunciado, demoró 48 horas en reaccionar y todo fue agravado por Sutran que propició que siguieran entrando vehículos a la carretera.

Los Planteamientos

Todos los años se reiteran distintos planteamientos de solución, pero esto parece ser solo una de las grandes frustraciones con la ineficacia del Estado.

Los múltiples planteamientos de solución incluyen los siguientes temas:

  1. Regular el transporte de camiones
  2. Aprovechar el Ferrocarril Central
  3. Ampliar la carretera a una autopista
  4. Construir el túnel transandino
  5. Habilitar rutas alternas efectivas
  6. Ampliar el aeropuerto de Jauja

Sin embargo nada de esto ha sido hecho con seriedad: 

  1. Se permite el tránsito de camiones que están prohibidos en las autopistas norteamericanas… Nadie toca el tema, especialmente los políticos, porque no quieren enfrentar al gremio de los camioneros o perder votos en las elecciones. Por ejemplo, PPK (uno de los candidatos más serios), escribió hace unos meses un artículo de una página en el diario Correo sobre esta carretera, hizo el diagnóstico, pero no mencionó el túnel transandino (para no perder votos ¿?).
  2. Aprovechar el Ferrocarril Central, que sería la mejor solución, sigue sin dar frutos por las absurdas regulaciones generadas por la falta de gestión estatal y las presiones de las mafias de transporte.
  3. Construir una autopista. Una propuesta absurda e irrealizable por la geografía de la vía y el innecesario y elevadísimo costo que representaría.
  4. La construcción del túnel trasandino, que permitiría reducir de 12 a 6 horas el tiempo de viaje de carga y pasajeros entre Lima y Huancayo, según el Ministro de Transportes, José Gallardo, recién cuenta con el perfil correspondiente. Esta obra ha sido ninguneada por el MTC por muchos años. Recién Gallardo se ha abocado a avanzar con el proyecto y habrá que esperar por lo menos cuatro años para que empiece a operar.
  5. Las rutas alternas. Por lo menos cuatro alternativas siguen esperando el sueño de los justos.
  6. La ampliación del aeropuerto de Jauja. Obra que debiera haberse realizado hace años, fue saboteada por el anterior presidente regional, Vladimir Cerrón, que cuando todo estaba listo, salió con la idea de  construir otro aeropuerto en algún otro lugar.

Así es como cosechamos nuestras desgracias, simple y llanamente con desidia, incapacidad, intereses, corrupción y estupidez. Lampadia

 




Escupiendo a la mano que nos da de comer

Escupiendo a la mano que nos da de comer

El gobierno, desde el Ejecutivo y el Parlamento, los políticos de oficio y los emergentes abrazan el populismo sin pudor, cada uno con sus propios colores para gran desconcierto de nuestros jóvenes emprendedores y de la clase media emergente, que evidentemente apuestan por la modernización del país y por un espacio de desarrollo personal y familiar que no reclama nada de las esferas del poder.

El Presidente de la República, parece querer terminar su mandato con el lenguaje de su candidatura previa al agiornamiento de la hoja de ruta. La semana pasada en Saposoa, San Martín, afirmó: “Hay intereses económicos a los que hemos golpeado, hay intereses subalternos y políticos a los que les hemos modificado la agenda, sus planes de seguir gobernando el país, seguir extrayendo y viviendo de la minería”. (Gestión, 16 de octubre 2015).extracción,minería

El pasado 25 de octubre, 2015, en Huánuco, dijo que su gobierno se ha distanciado “de los poderes económicos” y ha cumplido sus promesas electorales. “Si no les gusta a los de arriba, piña. (Esto) es lo que ofrecí y es lo que estoy haciendo (…) El Perú no se puede gobernar desde una oficina, entre cuatro paredes”, sostuvo. (Expreso, 25/10/2015).

“Probablemente, haya grupos económicos que están fastidiados con un gobierno nacionalista, pero fue lo que dije: yo voy a gobernar para los de abajo”. (La República, 25/10/2015).

“Este es un gobierno diferente. Hemos roto con el viejo esquema de poderes económicos que se reelegían con los gobiernos de turno para mantener el poder económico y seguir lucrando con las necesidades del pueblo. (…) El Partido Nacionalista es un movimiento plebeyo que entra desde abajo e insurge”. (La Razón, 25/10/2015).

Si así habla el Presidente, ¿qué le queda a los activistas anti-mineros?

Por otro lado, la mayoría de candidatos ‘grandes’ también se someten a los efluvios populistas. El caso más notorio e irresponsable es el de Keiko Fujimori. Después de haber apoyado la toma del Lote 192 por Petroperú, ahora se declara anti empresa: “Cuando han ocurrido los conflictos sociales, las empresas se han portado muy mal con la comunidad” (¡!) “Critico abiertamente [a las empresas] mientras los otros candidatos callan, porque finalmente son sus representantes”. “A mí no me interesa que el gran empresariado me respalde…”. (La Razón, 27/10/2015). Pues, ¡que no le den ni un centavo!

Lo mismo pasó con PPK, primero con la Ley ‘Pulpín’ y luego con el Lote 192. Escribe sobre la carretera central, pero no menciona el túnel transandino para no perder los votos de los camioneros. ¿No era el candidato del Perú racional?

En cuanto a los candidatos chicos, cada uno de los que saca la cabeza es para sumergirse en el populismo, como con Verónika Mendoza que quiere cambiar la Constitución, hacer zonificación territorial y todas las demás propuestas de la izquierda tradicional. Además, por supuesto, sigue defendiendo la dictadura venezolana.

Nano Guerra García dice: “No daría ninguna concesión en un área en que pueda haber un conflicto. (…) “Hay que revisar todas las concesiones mineras que hay en Perú. Con la importancia que tiene la minería, el 40% del PBI lo generamos las pymes. La minería no llega al 10%, pero nosotros no hacemos paros. No le tengo miedo al esquema de dar la propiedad del subsuelo a las comunidades. Podemos sacar del medio a este tercero que es el Estado y que negocien las empresas mineras directamente con propietarios y autoridades. (El Comercio).

Guzmán, el fallido outsider, cree que es suficiente que las pequeñas empresas puedan tener un mejor espacio de vida. “Los que ya nos gobernaron, creen en la política del chorreo”. Ve la economía desde una perspectiva estatal, no ha reparado que las medidas del Perú son 90-90-90 (90% del empleo, la inversión y los recursos fiscales, aproximadamente). Cree que se necesita un Zar del Estado para Gamarra, que no existiría si se hubiera nombrado.

La buena política tiene que hacer educación cívica. No podemos perder más tiempo con malos gobiernos, ni tener gobernantes que una vez en el poder tengan que cambiar su discurso y perder legitimidad. Lampadia  

 

 




Sobre túneles, bypass y puentes de acero

Sobre túneles, bypass y puentes de acero

Si algo demanda nuestra geografía son puentes y túneles, pero siempre les hemos corrido, muchas veces haciendo desarrollos más costosos e ineficientes. Además, gran parte de las obras públicas se tienen que rehacer cada cierto tiempo por fallas de construcción, corrupción y falta de mantenimiento.

Por ejemplo, hace unas semanas el MTC anunció la construcción de 400 puentes, pero en verdad, la mayoría serán costosas reparaciones.

El trazo del Ferrocarril Central, hecho por Henry Meiggs, a partir de 1869 es un excelente ejemplo de la efectividad de una ingeniería ad-hoc. Entre Lima y la Oroya existen 69 túneles, 58 puentes y seis tramos en zigzag. Se dice que Meiggs dijo esta frase al gobierno: “Colocaré rieles allí donde caminan las llamas”.

La carretera Central estás colapsada por las malas regulaciones y las presiones de las mafias de transportistas que terminan imponiendo el uso de vehículos sobre dimensionados en longitud y peso. Desde hace una década, el MTC ha evitado la promoción del túnel transandino de 21 kilómetros, que permitiría recorrer la ruta Lima – Huancayo (Junín) en sólo cuatro horas, Lima – Cerro de Pasco en tres horas y media y Lima – La Oroya (Junín) en dos horas. La mitad del tiempo que toma actualmente llegar a esos destinos. El túnel eliminaría los riesgos de derrumbes y accidentes, beneficiando a toda la zona central del país.

Avenida Javier Prado

En Lima, el nuevo alcalde, Luis Castañeda plantea hacer un bypass en la avenida 28 de julio y se está armando un bolondrón. La disculpa de la trifulca es que para financiar esta obra se dejaría de hacer el proyecto Río Verde. La verdad parece ser que esta protesta y varias otras contra Castañeda están siendo promovidas por la gente de la dolida ex alcaldesa, de triste recordación. Hay gente que parece que está transmutando los peores odios que le tenían a Alberto Fujimori hacia el demonizado Castañeda.

Tampoco es que Castañeda sea un ángel o un dechado de virtudes. En su nueva gestión ha cometido varios errores, como no explicar a los ciudadanos que los murales tenían un permiso temporal de Pro-Lima y que la MLM había incumplido todos los acuerdos. Además, nunca debió pintar los dos primeros murales de amarillo, sino de verde.

Los intercambios viales o los bypass que se ejecutan en Lima tienden a ser obras inmensas, costosas y que toman mucho tiempo, causando grandes congestiones de tráfico. Normalmente los intercambios tienen “orejas” laterales para los cruces que muchas veces pueden evitarse promoviendo que los cambios de dirección se hagan fuera de los intercambios.

Una alternativa complementaria a la necesidad de modernizar los congestionados cruces, podría ser la que se usaba en Bruselas, Bélgica, en los años 90 y en otras ciudades europeas. Puentes urbanos de acero. Estos se preparan fuera de la zona de instalación y luego se arman como Mecanos en tiempos muy cortos. No tenían “orejas”, pero descongestionaban el tráfico con gran eficiencia, rapidez y bajo costo.

Hoy día Lima tiene dos cruces infernales, los de las avenidas Arenales y Petit Thouars con la avenida Javier Prado. ¿Por qué no construimos puentes de acero en arco, que pasen por encima de la Javier Prado? ¿Se imaginan la descongestión que se produciría? ¿Y el tiempo que tomaría instalarlos? ¿Su costo?

Abrimos nuestro portal para recibir propuestas de diseño de ingeniería que nos comprometemos a difundir  (las cuales se pueden enviar al siguiente mail: lampadia@lampadia.com). A veces hay soluciones no tradicionales y prácticas que no debemos dejar de mirar. Lampadia




“El Estado aún está aprendiendo a concesionar sus proyectos”

“El Estado aún está aprendiendo a concesionar sus proyectos”

El titular del MTC anuncia nuevas concesiones portuarias para este año y explica lo avanzado para viabilizar algunos de los proyectos viales más importantes del país.

Comentario de Lampadia

 

¿Es tan difícil aprender más rápido?

 

Por Silvia Mendoza Martínez

(El Comercio – Portafolio, 26 de Febrero de 2015)

El sector Transportes es el que concentra el grueso de la inversión pública y buena parte de la privada. Consciente de ello, el ministro Gallardo hace un balance de los avances logrados para destrabar grandes proyectos de infraestructura.

Hace unos meses anunció un grupo de adendas para destrabar proyectos importantes. ¿Cuánto se ha avanzado realmente?

Desde julio [pasado] estaban acumuladas 23 adendas. De este grupo ya hemos avanzado con las de los proyectos más grandes, que son la red dorsal, la línea 2 del metro de Lima, red vial 6, una de la IIRSA Norte, las dos de la Carretera Central, una de la IIRSA Sur para la doble calzada del tramo Puno-Juliaca. Además las adendas de las redes viales 4 y 5 y de la línea 1 del metro para traer más vagones están encaminadas.

¿Se puede decir que las demoras acumuladas se deben a errores cometidos durante el proceso de concesión?

Creo que sí, pero como Estado hemos ido aprendiendo y mejorando. Por ejemplo, Chinchero es el primer aeropuerto que se concesiona sin tener problemas con las expropiaciones. Sin embargo, tienes a los otros operadores, Aeropuertos del Perú y Aeropuertos Andinos, que aún tienen problemas. Con las concesiones viales pasa lo mismo, hay que tener en cuenta que este tipo de concesiones recién se comienzan a hacer desde la década del 2000, antes lo que se hizo fue recuperar la red vial destruida.

Hay varias propuestas para enfrentar las demoras por las expropiaciones. Desde crear una dirección de expropiaciones en Pro Inversión, no concesionar mientras no se tengan los terrenos o dejar en manos del privado esa labor. ¿Cuál es el mejor camino?

Creo que en algunos casos se debería concesionar solo cuando están disponibles todos los terrenos, por ejemplo en el caso de aeropuertos, puertos o colegios. Sin embargo, no puede ser el caso de las carreteras, porque hablamos de cientos de kilómetros y esperar a tener todos los terrenos retrasaría el proyecto muchos años. Sobre las capacidades de los privados, algunos definitivamente sí podrían asumir la tarea, pero no es el caso de todos.

La disputa contractual por la puesta a punto de las carreteras es otro de los problemas recurrentes en varias redes viales ¿Cómo evitar que pase lo mismo en las futuras concesiones?

La mayor lección de este tipo de problemas es que se tienen que tomar decisiones. Por ejemplo en el caso de la Carretera Central, el proyecto no se destrabó con algo muy complicado, sino que dijimos que si estábamos de acuerdo en el 95% de la discusión, entonces que la primera adenda sea separar el otro 5% para ir avanzando.

Mencionó el metro de Lima. ¿Qué pasó con la IPC para ampliar la línea 1 que fue rechazada por Pro Inversión?

Sí, la propuesta fue rechazada como iniciativa privada porque implicaba solo la construcción y no la operación. Entonces si la aceptábamos, hubiese sido raro tener un ramal de 4 km con un operador y lo demás con otro. Ahora los técnicos están evaluando cómo hacer porque el proyecto tiene sentido, pues vamos a tener en Pachacámac el Museo Nacional. Además, hay un proyecto para construir un tren de cercanías que iría desde Chincha a Lurín.

¿Bajó qué modalidad entonces se haría?

Ahora estamos analizando como una extensión y operación, pero vía una adenda con el actual operador porque aparentemente es lo más viable. Lo mismo va a pasar con la línea 2 y el ramal de la línea 4.

¿Por qué?

Es que todo el mundo piensa cómo se va a terminar la línea 4, pero también hay que pensar en cómo ampliar ese ramal para que los pobladores de Ventanilla tengan salida.

En ese caso también vas a tener el problema de cómo manejan dos operadores una misma línea cuando licites la construcción del resto de la línea 4…

Por eso te decía que hay que ver las adendas, porque es probable que en un futuro para el resto de la línea 4 se presente el actual operador.

¿Cómo se pueden acelerar las decisiones para evitar nuevas demoras?

Creo que a veces se generan discusiones cuando hay premisas que nos deben guiar. Por ejemplo, como parte de la diversificación productiva este año debemos pasar de tener 3 puertos [concesionados] en la costa [Paita, Callao y Matarani] a ocho para que cada zona exportadora tenga su puerto de salida. Ya tenemos las iniciativas privadas para Salaverry, Chimbote, Ilo, hay un puerto privado en Chancay, otro potencial puerto de Lomas y Corío.

También tenemos puertos fluviales, como el caso de Yurimaguas, que está complicado por la demora en la hidrovía…

Lo que ha pasado es que en octubre del 2014 presentaron una acción de amparo y me informaron que se podía seguir con el concurso e concesión mientras el juez no se pronuncie. Pero en enero la situación era distinta y la organización que impulsó la acción no se presentó al diálogo. Ahí se toma la decisión [de parar el concurso]. Creo que la comunicación del proyecto no ha sido la mejor porque si no cómo se entiende que la población no vea que la hidrovía les va a cambiar la vida. Ahora tienen un transporte muy caro y que se realiza en horas y otro barato pero que hace la ruta en días. Con la hidrovía vas a tener la posibilidad de desarrollar el servicio de ferris para dar el servicio rápido a precios accesibles.

¿Y el puerto?

La hidrovía es un proyecto muy grande que no solo está pensada para el puerto. Pero tenemos claro que es un proyecto que tiene que salir, ya hemos avanzado un par de conversaciones y tenemos previstas otras para los próximos dos meses.

El Muelle Sur: desde enero se sabe que ya hay un acuerdo con el concesionario DP World, ¿qué falta para firmar la adenda?

Las adendas tienen un recorrido que deben hacer y ahora están en eso. Entidades como el MEF y Ositrán tienen que opinar. Tenemos que hacer las cosas bien para que las adendas salgan blindadas. Nosotros estamos en proceso de aprendizaje y aún falta agarrar rapidez.




Al futuro se va en tren… a pesar de los lobbies

Al futuro se va en tren… a pesar de los lobbies

El Perú nació soñando con ferrocarriles. Era la solución para acercar un país vasto y ajeno. En 1833, el presidente Luis José de Orbegoso publicó un aviso para convocar a postores que construyeran el ferrocarril Lima-Callao. El proyecto se postergó en varias oportunidades hasta que en 1851, durante el gobierno de Ramón Castilla, las locomotoras salieron de la Plaza San Martín y llegaron al Real Felipe. Este fue el primer ferrocarril del Perú y el primero de Sudamérica. Solo recorría 14 kilómetros, pero tuvo un éxito económico tremendo para la época.

Desde ese momento, la construcción de líneas férreas fue una obsesión de los gobernantes nacionales. La noción de modernización estaba vinculada a la creación de infraestructura. Un país era moderno en función del número de ferrocarriles con los que contaba. El boom del guano, le permitió al Perú emprender la tarea de extender su red ferroviaria. De esta manera se acercaba el país, se creaban mercados y se podían explotar los recursos naturales. Entre 1850 y 1930, el Perú construyó numerosos ferrocarriles y llegó a contar con 4,500 kilómetros de vías férreas. Todas ellas vinculadas a importantes actividades económicas: minería, agro exportación (azúcar, algodón y otros), industria textil. Es importante mencionar la transferencia de tecnología que se produjo alrededor de los ferrocarriles, así como la migración al país de incontables técnicos de primer nivel, especialmente ingleses, quienes después se asentaron en el Perú y, como lo hacen todos los migrantes, se esforzaron el doble que la población local para terminar desarrollando buena parte de nuestras empresas.

Luego de esta época, lentamente, el Perú empezó a abandonar su tradición ferroviaria, hasta prácticamente desaparecerla. Un grave error.

Los lobbies, las políticas erradas y la falta de visión han generado esta especie de deliberada amnesia estatal. Como ha señalado Juan de Dios Olaechea, presidente del Ferrocarril Central Andino a El Comercio: “en los últimos 20 años, la competencia entre camiones y trenes ha sido feroz (como reconoce el mismo Banco Mundial), pues se crearon impuestos para el ferrocarril y exoneraciones y subsidios para los camiones”. Asimismo en declaraciones a la Hora N, Olaechea indicó: “el diferencial de precio ha bajado de 100% a 20% por dichas distorsiones”.

Estas serían para Olaechea, una de las causas de la saturación de la carretera central. “[La carretera] está sobreutilizada, fue diseñada para una carga de 5 millones de toneladas y hoy lleva 7 millones. El ferrocarril transporta solo 3 millones de TM, siendo su capacidad de 35 millones y se está ampliando a 50”. Sobre los camiones agregó que “no deberían pasar de 44 TM, pero hace 20 años se autorizó que llevaran hasta 53, cuando en EEUU y Europa no pueden pesar más de 42. [Y claro, nadie supervisa que cumplan con esta condición] porque hace 4 años se han cerrado las estaciones de pesaje. Otra permisividad es el largo de los camiones: pueden llegar a 24 metros y contar con seis ejes, no permitido en otros países. Estos vehículos “modelo Perú” no pueden transitar por 90 curvas de la carretera sin hacer maniobras especiales. En resumen, como señala Olaechea “este es un camión hecho para que destruya la carretera y que venga el Estado a reconstruirla”. Él  asegura haber conocido a seis ministros (el anterior nunca lo recibió) y ninguno asume los riesgos de tomar decisiones. “La carretera central, con voluntad política, se arregla en 24 horas”.

La solución sería efectuar el túnel transandino, el cual bajaría el tiempo entre Lima y Huancayo a 3.5 horas, en vez de las 12 actuales. Sin embargo, sucesivos gobiernos se oponen a su realización aduciendo que costaría (para 21 kilómetros de túnel a velocidades  de 100 k/h) US$ 2,000 millones. Muy extraño, “ya que [un túnel] de dos tramos de 57 km cada uno, en el San Gotardo (Suiza), para trenes de alta velocidad, cuestan US$ 7,000 millones. El túnel transandino demoraría 7 a 8 años, pero “el problema lo tenemos que resolver hoy”. Esta solución no parece interesar al Ministro de Transporte, José Gallardo, quién acaba de mencionar que se evalúa construir otra carretera paralela a la central.

Recientemente, el país parece haber recuperado ´parcialmente´ la memoria y está reencontrándose con su tradición ferrocarrilera para enfrentar la saturación de pistas y carreteras. La necesidad de transportar grandes cantidades de personas y productos a bajos precios, con rapidez y seguridad está obligando a las autoridades a aceptar algunos proyectos ferroviarios.

Primero, en Lima, se puso en marcha el tren eléctrico y luego el metro para solucionar los agudos problemas de transporte de una megalópolis. Curiosamente, la primera línea subterránea que se construirá en el Perú llegará al Callao. La segunda línea se deberá concesionar a fines de este año o comienzos del próximo.

Sin duda, el principal problema de transporte que existe es el de la carretera central, la cual se halla totalmente saturada y ha generado 1,883 muertes entre el 2011 y el 2013 según cifras de la Policía Nacional.

Lo paradójico de esta situación es que dicha carretera es paralela a uno de las líneas férreas más antiguas y emblemáticas del país: el ferrocarril central. Una obra de ingeniería impresionante que es orgullo nacional y fue construida entre 1869 y 1893, bajo la dirección de Enrique Meiggs. A pesar de todas las ventajas que trae el ferrocarril, en especial para un país con la geografía peruana en la que se debe atravesar los Andes, el Perú oficial no mueve un dedo para facilitar el desarrollo de este medio de transporte. Es más, lo dificulta y hasta lo impide. ¿Por qué se prefieren usar los camiones al tren? ¿Qué tipo de intereses pueden explicar esta realidad?

Otro proyecto que se halla en cartera y permitiría que la selva, los andes y la costa peruanas potencien su capacidad económica sería la construcción del llamado ferrocarril transcontinental Perú – Brasil. Durante la visita del presidente chino, Xin Jinping a Brasil en julio último (2014) y tras reunirse con sus homólogos Ollanta Humala y Dilma Rousseff, se anunció que se iniciarían estudios para la construcción de una vía férrea que una Perú y Brasil. El gobierno Chino estaría dispuesto a financiar este megaproyecto. Sin embargo el gobierno peruano, según declaraciones del Ministro de Transportes y Comunicaciones, no mostró mayor entusiasmo cuando lo que debió haber hecho ere enviar una misión técnica a Brasil y a China para sacar adelante esta iniciativa en el menor tiempo posible.

Este proyecto entraría al Perú por Pucallpa, recorrería buena parte de la sierra central y terminaría en Piura con 2 ramales, Bayóbar y Paita. Además tendría un ramal hasta Cerro de Pasco. Una infraestructura que puede significar una gran transformación del país.

Lo cierto es que los ferrocarriles se han puesto de moda. El más ambicioso de todos, sin duda, es el que partiría de China hacia Rusia, cruzaría el estrecho de Bering, llegando a  Alaska, pasando por Canadá, para terminar en EEUU. Este sería el proyecto de infraestructura más grande de la historia.  

El Perú nació soñando con ferrocarriles, un sueño que nunca debemos abandonar. Lampadia