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El liderazgo de Innova Schools

El liderazgo de Innova Schools

La educación es una de las grandes brechas sociales que el Perú no atina a cerrar. Nos mantenemos tercamente en paradigmas obsoletos y desde el Estado se hacen distancias y ascos a los aportes del sector privado.

Tal como dice León Trahtemberg: “El alumno vive en el siglo XXI y su profesor en el siglo XX”.

No podemos ser parte relevante del mundo del futuro (inmediato) de la cuarta revolución industrial con los paradigmas de la primera revolución industrial, la producción en masa. Las tecnologías modernas nos permiten formar a cada niño como un individuo empoderado según sus capacidades y ambiciones.

Pero ¿qué esfuerzo hace el Estado por incorporar las mejores prácticas educativas, o qué hace para desarrollar alianzas con el pujante sector privado que está revolucionando la educación en el Perú?

Nada. Todo lo contrario.

En la siguiente nota de la Revista Execution de EY, se hace una semblanza del promotor de los colegios INNOVA SCHOOLS, Jorge Yzusqui, quién explica el desarrollo de la cadena de colegios y los niveles de excelencia alcanzados. Todo a un costo, prácticamente igual, al de la educación pública en el Perú.

Lamentablemente, al sector educación no le entran balas. Está más cerca de programas ideológicos que de espacios académicos. Después del fracaso de la gestión del gobierno de Humala, el gobierno de PPK-Vizcarra, ha relegado la educación a un tema menor. No hay un debate nacional sobre la revolución que hay que emprender. Solo se dan discursos vacíos de contenido transformador.

Por ejemplo, en Lampadia propusimos celebrar un ‘Pacto Social por la Educación’, pero ningún ministro, incluido Daniel Alfaro, quieren siquiera conversar al respecto.

Veamos que nos dice Yzusqui, y no dejemos de presionar para cambiar las cosas.

Innova(dor) Schools

REVISTA EXECUTION
Vol. V, febrero 2019
revistaexecution.ey.com
EY

Jorge Yzusqui es el emprendedor detrás del proyecto educativo más ambicioso del país, con una propuesta de calidad top a bajo costo.

Líderes Empresariales del Cambio (LEC 2018)

“Yzusqui, apunta a la luna, que aún si fallas, estarás entre las estrellas”, era lo que le recordaba siempre su profesor de historia, el señor Montes, quien lo impulsaba a ponerse metas altas; uno de sus referentes.

Jorge nació en Lima y estudió en la gran unidad escolar Mariano Melgar, “tuve la suerte de estar en la época que los colegios públicos todavía funcionaban bien”. Su experiencia escolar fue bastante buena; no era de los “chancones” ni tampoco de los “chacoteros”, pero tenía clara la importancia del colegio. Si bien de pequeño (primaria) tenía la idea de ser marino, en la secundaria su gusto por la física y las matemáticas lo inclinaron a estudiar ingeniería, y así lo hizo.

En 1976, al terminar el colegio decide postular a la carrera de ingeniería industrial, aunque el dónde estudiar ocasionó una pequeña disyuntiva familiar.

“En esos años el terrorismo había tomado las universidades públicas, y una carrera regular de cinco años, podía demorar siete o incluso ocho años; yo no quería eso. Pero por la situación económica familiar, era la opción viable”. Su padre trabajaba en un frigorífio, y su madre tenía un pequeño taller donde producía artículos para los salones de belleza. “Mi padre, después de su trabajo, ayudaba a mi madre a repartir sus productos. Tengo un recuerdo de ellos como tremendos trabajadores”.

Los recursos eran limitados, pero teniendo claro que no podía prolongar sus estudios más de lo usual, decide postular, a la vez, a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y a la Universidad de Lima (UL); ingresó a ambas, pero se matriculó finalmente en la UL. Su padre, al enterarse, preocupado en no poder hacerle frente a este gasto, le recriminó esta elección. “Le dije: no te preocupes, apóyame con lo que puedas y yo voy a trabajar para poder pagar el resto”. Y así fue. Jorge consiguió su primer trabajo, nada menos que como profesor particular de matemáticas para alumnos de colegio; el inicio de su vocación por la educación. “Empecé a dar clases particulares y me di cuenta que tenía la misma sensación que cuando iba al estadio y mi equipo favorito ganaba y yo salía con aires de triunfo, como si hubiese jugado el partido; igual a la que sentía cuando mis alumnos venían con buenas notas”. Desde ahí Jorge no dejó de enseñar hasta hace dos años –enseñó en la universidad, tanto en pregrado como postgrado-, ya que por cuestiones de tiempo y viajes tuvo que dejarlo.

Punto de quiebre

A los 22 años, ingresó a la empresa Sandoval S.A., que en ese tiempo se desempeñaba en mudanzas, y que fue transformándose hasta ser hoy un importante operador logístico (Grupo Sandoval). Jorge hizo toda su línea de carrera ahí, con más de 20 años en la firma, y llegó a ser el Director General.

Alternando con su trabajo, a los 29 años IPAE lo invita a ser miembro del Directorio, y le encarga el proyecto de capacitación docente en zonas rurales, con el Ministerio de Educación. Dicho proyecto lo llevó a visitar los pueblos más alejados del Perú, lo que le impactó en gran medida. “Ahí conocí a los verdaderos pobres del Perú. Más de dos millones de alumnos que estudiaban en las peores condiciones, profesores que con las justas hablaban español; yo me cuestionaba, ¿cómo es posible que tengamos al futuro del país así?”.

Todo esto fue desarrollando su convicción, tenía claro que el Perú no sería un país sostenible en el largo plazo si no se transforma el sistema educativo. Es así que al cumplir los 45 años, tomó la decisión de dejar su trabajo y arrancar de cero este proyecto. Empezó a estudiar sobre sistemas educativos en el mundo, viajar para conocer otras realidades y aprender todo lo que podía al respecto.

 El proyecto se inició en el 2005, con un pequeño colegio en Los Olivos. Consciente que no sabía mucho del tema educativo, invitó al padre Miguel Raneras Sánchez-Pardo, presidente de Coprodeli. “Yo siempre le decía que podría ser el número uno de los negocios en el Perú. Un sacerdote que tenía varias compañías, y todo lo ganado, se lo dedicaba a sus orfanatos, colegios y postas médicas”.

Con su experiencia liderando colegios, Jorge le ofreció un porcentaje de acciones para que lo apoye con la parte educativa, y así fue, solo con la condición de ponerle el nombre al colegio: San Felipe Neri (patrono de los educadores). A él se sumó Gonzalo Galdós como socio capitalista, y es que hacer colegios es caro; involucra varios millones. “Puse todo lo que tenía, pero llegó un momento en el que se nos acabó el dinero y tuve que recurrir a activos personales para apalancarme; me la jugué por completo”. Con el terremoto de Pisco, el padre se retiró de la sociedad para ir a apoyar a la reconstrucción de la ciudad.

El siguiente paso que dio la empresa fue la compra de un terreno en Chorrillos y otro en Villa El Salvador. Para poder seguir con el proyecto era necesario un mayor financiamiento. Lamentablemente ningún banco local accedió a dar el préstamo, por lo que Jorge viajó hasta Washington para solicitar un financiamiento del BID.

A su regreso, Cofide accedió a darle un préstamo. Con ello, terminaron de hacer los dos primeros colegios, y el tercero fue financiado por la AFI de APOYO; hasta ese momento tenían tres colegios con 800 alumnos.

El día D

Era finales del 2009 y Jorge recibe una llamada de Interbank; querían reunirse con él. “Pensaba que al tener tres colegios y tener un negocio sostenible, estarían interesados en apoyar en financiar el proyecto”. El día llegó, y se apareció CRP (Carlos Rodríguez Pastor, Presidente de Intercorp) con cinco personas más. “Se pasearon por las instalaciones por poco más de una hora, me felicitaron y se fueron”. Casi una semana después, un ejecutivo de Nexus (el brazo inversor del Grupo Intercorp) lo llamó para mostrarle su interés por invertir en el proyecto. Jorge no tenía intención de vender, y se los hizo saber, aunque ellos tampoco querían eso; “me dijeron: Jorge queremos que te quedes liderando el proyecto, queremos comprar a tus socios”.

Lo cierto es que Jorge no entendía como un grupo que ya tenía inversiones en banca y retail, quería meterse en educación, así que solicitó una reunión con CRP para entender qué estaba pasando. Se juntaron, y rápidamente se dieron cuenta que ambos estaban convencidos de la necesidad urgente de hacer algo por la educación del país; para el desarrollo. “En ese momento, CRP me preguntó cuántos colegios quería hacer, le dije 15; él me respondió: ¿Por qué no 100?”.

En esa reunión, Jorge encontró a un gran aliado, con un genuino interés por la educación, y un grupo con muchas capacidades que él personalmente, no tenía. El grupo ya manejaba una universidad corporativa, tenía un sistema de búsqueda de terrenos, recursos financieos importantes, soporte en management, y demás. “Antes éramos tan pequeños que yo era el “one showman” (el “todista”), y conforme íbamos creciendo, empezaba a sentir que me volvía un limitante para la compañía, por temas de capital, conocimiento educativo; ahí tomé la tercera decisión difícil: dejar de ser socio mayoritario”. Aunque Jorge era consciente que el impacto del proyecto en el país sería exponencial con Intercorp.

La evolución del proyecto

Se empezó el nuevo proyecto pero se hacía evidente que necesitaban fortalecer el modelo. «En una reunión CRP me comentó que con el modelo educativo actual “no la íbamos a hacer”; necesitábamos romper el molde, e IDEO (reconocida empresa de consultoría de diseño) era la opción”.

Así viajaron a San Francisco, presentaron su caso y contrataron a IDEO. Con ellos vieron todo, desde el nuevo diseño, interiorizaron el trabajo con design thinking, el looking out (aprender de lo mejor que hay en el mundo), diseñaron en conjunto la currícula, la metodología educativa, el propio diseño de los colegios, y más.

Todo este trabajo buscaba alinearse al agresivo plan de crecimiento trazado, y por el cual hoy tienen 49 colegios y 37,000 alumnos. “Hoy en día, es el proyecto más grande de educación básica privada en la historia del Perú”. El objetivo planteado al 2023 es alcanzar los 100 colegios, por lo que apuntan a construir al menos entre seis y siete colegios por año.  En marzo del 2019 arrancarán con 54 colegios y 46,000 alumnos, destacando su ingreso a la selva (Tarapoto y Pucallpa).

Cabe señalar que el gran plan desarrollado para el Perú, fue tropicalizado junto con IDEO para México, y es que desde agosto del 2018 opera, en alianza con el grupo Kaluz, su primer colegio en el extranjero, con una inversión inicial de US$4 millones para su primera etapa (se encuentran construyendo dos colegios más), y con planes tan ambiciosos como los del Perú.

El objetivo de Jorge es claro: cambiar la educación del país hacia una top, y si bien con Innova Schools llegará a 100,000 alumnos, el grueso que representa la parte pública -ocho millones de alumnos- necesita el mismo trabajo. Es por ello que vienen transmitiendo todo lo que van aprendiendo al Ministerio de Educación, y esperan poder hacer más. “Creo que en algún momento vamos a entrar de alguna manera en educación pública, ya sea por una APP, OxI u otro mecanismo. Creo que la gestión de los centros educativos tiene que cambiar en el país, y en eso hemos trabajado mucho y podemos aportar”.

¿En qué radica su éxito?

Personalmente, Jorge ha identifiado a lo largo de su trayectoria profesional dos factores de éxito: pasión por lo que haces y talento. “Acá en mi equipo tenemos gente de Standford, Wharton, Columbia, Oxford, que puede dar por sentado el conocimiento, pero cuando hago las entrevistas me pongo a hablar de educación, y si en la conversación a esta persona le brillan los ojos, recién ahí la contrato”.

A nivel del proyecto educativo, Innova Schools se ha afianzado en cuatro pilares: (1) infraestructura, (2) metodología de enseñanza, (3) profesores de gran nivel y (4) formación en valores y ciudadanía. “Al inicio del proyecto identificamos entre 10 y 11 factores críticos sobre los cuales los padres de familia se guían para elegir un colegio. Pero como no puedes ser bueno en todo, tienes que escoger en qué ser fuera de serie; así enfocamos nuestros cuatro pilares, en lo demás somos estándar”.  

¿Educación top a bajo costo?

Los números le están dando la razón al objetivo de Jorge. Los alumnos de Innova Schools han alcanzado resultados superiores (más del doble en matemáticas y doble en comunicación) que el promedio nacional. Además, 84% de sus egresados siguen estudios superiores.  Incluso las calificadoras de riesgo les han otorgado una calificación de AA (listan en la BVL), lo que refleja su sólido desarrollo.

Así siguen trabajando en fortalecer aún más el proyecto, desarrollando metodologías para kinder con la Universidad de Berkley. Así también, desde enero 2018, vienen trabajando con el programa Project Zero de Harvard. Y sobre todo ello, su foco está en las capacitaciones de los profesores, por lo que lanzarán una escuela de maestros en marzo 2019.

Sin dudas un proyecto ambicioso pero que viene dando frutos, escalable y que espera ser la chispa que transforme la educación en el país.

¿Sabías qué?

● Business Insider (2015) nombró a Innova Schools como una de las 13 escuelas más innovadoras del mundo.  

● La revista Fortune (2015) consideró a Innova Schools junto con Intercorp, como una de las organizaciones que cambiará el mundo.

Lo bueno se devuelve

Hasta el 2017, Jorge tenía dos hijos (la mayor de 29 y el menor de 23), pero desde marzo del 2018, son cuatro, pues adoptaron.

“La adopción no es un tema sencillo, pero decidimos hacerlo como una forma de devolver todo lo bueno que nos ha dado la vida”.

Tras tomar la decisión y conversarlo con sus hijos mayores -quienes los apoyaron- buscaron adoptar. En el proceso se encontraron grandes obstáculos. “Quisimos adoptar en el Perú, pero el trámite es difícil e incluso nuestra legislación no permite que los mayores de 50 años adoptemos niños pequeños (6-7 años); así, empezamos a buscar otras alternativas de adopción”.

La búsqueda se extendió a nivel regional, incluso hasta EE.UU. pero todos los países que han firmado el acuerdo de La Haya, tienen requisitos similares o solicitan que uno sea elegible en su país antes de hacerlo en otro.

Es así que decidieron ir a los países que no han firmado dicho acuerdo (los ex-URSS), y así llegaron a Ucrania. El trámite duró todo el 2017, y en marzo del 2018 le fueron entregados los nuevos integrantes de la familia, con lo ahora son una gran familia de cuatro hijos.

Lampadia




Sí podemos ser una gran nación

Hace un año, el Comandante General de Operaciones del Pacífico, Vicealmirante Fernando Cerdán Ruiz, presentando un recuento de las acciones desplegadas por la Marina de Guerra del Perú, con ocasión de la emergencia originada por el ‘niño costero’, lleno de orgullo y de esperanza, nos dijo a un grupo de ciudadanos: “Por un tiempo, fuimos una gran nación”.

Muy pocos días después, bajo la ‘media batuta’ de PPK, su bancada, las de las izquierdas y la de Fuerza Popular, regresamos al desgobierno y a la continuación de la cadena de desaciertos a la que fue condenando nuestro maravilloso país, a ese ‘país infinito’ que no acertamos como enfilar sostenidamente al bienestar general.

No hace falta describir nuestra situación actual, todos la conocemos y la sufrimos. Más allá de una recuperación parcial de nuestra economía, aguantada por la mala política que nos gobierna, seguimos sin norte y sin confianza en el futuro.

Lo importante es no perder de vista nuestra naturaleza, nuestras capacidades y nuestro potencial. El Perú y los peruanos somos grandes, solo necesitamos una mejor clase dirigente.

Para ello, los ciudadanos de a pie, como le gusta decir a muchos analistas, tenemos que informarnos de nuestra realidad e impulsar a los dirigentes políticos, empresariales, gremiales, académicos, mediáticos, intelectuales, a que pongan de sí lo mejor que tienen.

Ver en Lampadia

Por un tiempo, fuimos una gran nación, seámoslo siempre. Lampadia




Un economista de Harvard le pone colores políticos a la globalización

(El término “izquierda caviar” tiene su origen en la expresión francesa gauche caviar, que hace referencia a los políticos de izquierda que provienen de una clase social privilegiada. En el Perú se refiere a su estilo de vida de la burguesía).

En Lampadia pensamos que es muy importante que nuestros ciudadanos se nutran de la evolución del pensamiento sobre desarrollo y políticas públicas del mundo global. Pero, comprobamos una y otra vez, que la perspectiva que reflejan muchas publicaciones, incluso las de las luminarias de las mejores universidades de EEUU y Europa, requieren un análisis crítico para que podamos aprovecharlas debidamente.

Por ejemplo, en los últimos años, tanto en EEUU como en Europa, ha tomado mucho espacio el tema de la desigualdad que, efectivamente, ha crecido dentro de los países más ricos. Pero, a nivel global, la desigualdad entre ellos y los países emergentes, ha disminuido de manera importante.

En esta ocasión queremos analizar un último artículo de Dani Rodrik, titulado La abdicación de la izquierda, que publicó Project Syndicate (11 de julio, 2016). Rodrik es uno de los gurús de la Universidad de Harvard. En su articulo habla sobre el Brexit, la globalización y la política, el cual nos parece poco académico y más bien ‘jesuítico’.    

“Mientras el mundo no termina de recuperarse de la conmoción del Brexit, economistas y políticos comienzan a darse cuenta de que subestimaron seriamente la fragilidad política de la forma actual de la globalización. (…) reafirmación de identidades locales y nacionales, demanda de mayor control y rendición de cuentas democráticos, rechazo de los partidos políticos centristas y desconfianza hacia las élites y los expertos”.

“Algunos economistas (entre los que me incluyo) advirtieron sobre las consecuencias de llevar la globalización económica más allá de los límites de las instituciones que regulan, estabilizan y legitiman los mercados. La hiperglobalización comercial y financiera, dirigida a la plena integración de los mercados mundiales, desgarró las sociedades locales”.

En el plano económico, la globalización se expresa principalmente en el comercio y el financiamiento y las inversiones. Efectivamente, este proceso es en esencia un desarrollo de mercado. Sin embargo, en el plano institucional y político, seguimos con las instituciones de la pos guerra. Como hemos afirmado anteriormente, el mundo global necesita una mejor gobernanza global. Eso no hace negativa la integración comercial.

La integración comercial y financiera ha integrando efectivamente los mercados globales y ha producido inmensos beneficios para la humanidad en su conjunto, como una gran disminución de la pobreza global y de la desigualdad entre los países más ricos y los más pobres. En los últimos 40 años se ha duplicado la población mundial y se ha formado una clase media global de 3,000 millones de habitantes y, hoy los más pobres tienen mejores condiciones de vida que nunca antes, con mayor esperanza de vida, mejor alimentación y mejor salud. Se estima que en 20 años podamos superar del todo la pobreza.

Los problemas reales de los países más ricos no son por la globalización, son porque no han sabido medir y manejar sus capacidades. Han creado sociedades con fallas y déficits estructurales, crearon más derechos que deberes y, más pasivos que activos, son menos trabajadores, ahorrativos y creativos que antes y que otros, tienen más privilegios que nunca.

Sin embargo, ante los problemas actuales, incluso los académicos más afamados, prefieren echarle la culpa a la globalización.  

“Pero lo que sorprende más es el giro decididamente derechista que tomó la reacción política. En Europa, el proceso ha llevado al surgimiento de una serie de partidos mayormente populistas nativistas y nacionalistas, mientras que la izquierda solo ganó terreno en unos pocos lugares como Grecia y España”.

“Tal como a regañadientes concede el nuevo consenso que comienza a aparecer en el establishment, la globalización acentúa las divisiones de clase entre quienes cuentan con habilidades y recursos para aprovechar la existencia de mercados globales y quienes no”.

Otra vez, un análisis parroquial que ante la falta de respuestas más consistentes, recurre a un obsoleto marco de análisis ideológico.

“Tradicionalmente, las diferencias de ingresos y clase, siempre fortalecieron a la izquierda. ¿Por qué esta fue incapaz de presentar un cuestionamiento político significativo a la globalización?”

“Las democracias latinoamericanas son un contraste elocuente. Para estos países la globalización fue ante todo un shock del comercio internacional y la inversión extranjera, más que un shock de inmigración. Por eso la reacción populista en América latina (en Brasil, Bolivia, Ecuador y, más desastrosamente, Venezuela) fue hacia la izquierda”.

“(…) revela una debilidad mayor de la izquierda: la ausencia de un programa claro para remodelar el capitalismo y la globalización para el siglo XXI”.

“Gran parte de la culpa es de los economistas y tecnócratas de izquierda. (…) [quienes] lideraron el movimiento hiperglobalizador en momentos cruciales”.

“La entronización de la libre movilidad del capital como norma por parte de la Unión Europea, la OCDE, y el FMI fue probablemente la decisión más fatídica para la economía global que se haya tomado en las últimas décadas.

Muy curioso que se califique la movilidad de capital como el gran demonio del bienestar. Arbitrariamente, Rodrik suprime todos los demás factores que han moldeado la realidad del mundo global. No registra que esa movilidad de capitales ha permitido financiar buena parte del crecimiento de los países emergentes. Tampoco registra que, a diferencia de las décadas de menor integración (cuando los países, llamados entonces ‘en desarrollo’), estaban sobre endeudados y sin capacidad de mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos, ahora, los países más ricos son los que están sobre-endeudados y se ven forzados a ajustar el ritmo de vida de sus ciudadanos.

“La buena noticia es que el vacío intelectual de la izquierda se está llenando. Hay un corpus económico “respetable” cada vez mayor del que los políticos de izquierda deberían extraer inspiración (Anat Admati, Simon Johnson, Thomas Piketty, Tony Atkinson, Mariana Mazzucato, Ha-Joon Chang, Joseph Stiglitz, Jeffrey Sachs, [et al]). Aquí hay suficientes elementos para construir una respuesta económica programática desde la izquierda”.

“Una diferencia crucial entre la derecha y la izquierda es que la primera prospera profundizando divisiones en la sociedad (“nosotros” contra “ellos”), mientras que la izquierda, cuando es exitosa, las supera por medio de reformas que unen a las partes”.

Increíble afirmación en boca de un líder en análisis ‘económico’. Por definición las izquierdas son las contestatarias y por lo tanto, las que dividen. Pero además, hay que preguntarse ¿cuándo fueron exitosas las izquierdas?

  • ¿Con el laborismo británico antes de la Thatcher, en el ‘winter of discontentent’ de Callahan?
  • ¿Con el socialismo de Mitterrand en Francia, que sentó las bases de una economía sobre regulada, relativamente cerrada y poco competitiva, que ahora debe ser reformada por el nuevo socialismo de nuestros días?

Ese es pues nuestro mundo. Mucha información y poco análisis. Con más mitos y contrabando intelectual no arreglarán sus problemas los países más ricos, como no los arreglamos antes los países emergentes con la ‘teoría de la dependencia’.

Por nuestro lado, los peruanos debemos buscar las perspectivas adecuadas para acomodar nuestras políticas y no dejarnos llevar por lo que en la banca se denomina ‘name lending’ (te presto por tu nombre y no por lo que vales). No basta pues ser un profesor de Harvard para que tomemos sus opiniones ‘face value’. 

Lampadia




¿Qué pasaría si… pudiéramos desarrollar un mundo mejor?

¿Qué pasaría si… pudiéramos desarrollar un mundo mejor?

Hace unos días, Sue Desmond-Hellmann (directora general de la Fundación Bill y Melinda Gates) publicó su visión de los objetivos de la Fundación: “Desde el principio, Bill y Melinda querían que su fundación sea una organización de aprendizaje; una que evoluciona y se perfecciona basándose en la evidencia. Queremos volvernos continuamente más inteligentes”.

Ella tiene encomendada la difícil (y muy importante) tarea de ayudar a averiguar dónde y en qué objetivos debería invertir la mayor fundación privada en el mundo. Para esto, tiene que hacerse constantemente la pregunta: “qué pasaría si…”.

Dr. Susan Desmond-Hellmann, CEO de Bill & Melinda Gates Foundation – The New York Times

Su mayor dificultad son las cambiantes expectativas. Algunas personas siempre consideraron que la pobreza global era inevitable, intratable e imposible de mejorar. Y por eso es que su mayor logro es mantener el optimismo de la Fundación, al igual que su sentimiento de propósito, urgencia y uso de la información analítica para lograr el cambio de las expectativas que llevan a grandes logros en el desarrollo mundial. Esto se puede observar en temas como haber invertido en una vacuna contra la meningitis en el África subsahariana que ha aumentado la oportunidad de luchar contra las muertes a causa de la meningitis, las inversiones para eliminar la poliomielitis, las inversiones que han permitido disminuir notablemente los incidentes de malaria, el Sida, la tuberculosis, la salud materno-infantil, etc.

Uno de los principales enfoques, particularmente notable para Sue Desmond-Hellmann, es la disposición de la Fundación para invertir en investigación y desarrollo en distintos proyectos en sus etapas más tempranas. Ellos están dispuestos a invertir en la biología – en la comprensión de la inmunología o una nueva edición de genes, en nuevas formas de producir rápidamente vacunas para enfermedades infecciosas – principalmente porque su objetivo no es la ganancia económica, sino mejoras para el mundo. Tienen una visión a muy largo plazo y pueden asumir riesgos en la inversión de I + D. El segundo enfoque es la voluntad de trabajar con el sector privado, lo cual les permite conectarse con todo el intelecto y capacidades que tiene el sector privado.

Líneas abajo compartimos la primera carta de Sue Desmond-Hellmann, explicando sus mayores objetivos, logros y situaciones de aprendizaje en sus dos años como CEO de la Fundación Bill & Melinda Gates.

Qué pasaría si…

Una carta de la directora general de la Fundación Bill y Melinda Gates

Por Sue Desmond-Hellmann

Publicada en GatesNotes

26 de Mayo de 2016

Traducida y glosada por Lampadia

 

Una pregunta que une a todos los que trabajan en la Fundación Gates es: ¿Qué pasaría si?

¿Qué pasaría si las enfermedades infecciosas ya no pudieran hacer estragos en las comunidades pobres? ¿Qué pasaría si las mujeres y las niñas en todas partes estuvieran empoderadas para transformar sus vidas? ¿Qué pasaría si todos los niños – especialmente los más pobres – tuvieran la misma oportunidad de alcanzar su máximo potencial?

Desde hace más de 15 años, la Fundación Gates ha estado imaginando lo que es posible. Nuestra creencia de que todas las vidas tienen el mismo valor guía todo lo que hacemos para erradicar la pobreza y aumentar la oportunidad para que las personas a quienes servimos.

Fundación Gates
Como director general de la Fundación Gates, he tenido el privilegio de viajar por todo el mundo para cumplir con nuestros beneficiarios y aliados. Aquí estoy visitando a Dhanmatia Devi y a sus hijos, en su casa en el distrito de Patna Bihar, India, y a los estudiantes visitantes en White Center Heights Elementary School en Seattle, WA.

A lo largo de mi carrera, incluyendo 14 años de Genentech, he buscado enlazar la atención médica y la innovación. Me uní a la Fundación Gates como CEO hace dos años. He estado aquí el tiempo suficiente como para reflexionar, pero todavía pienso en mí misma como una recién llegada.

No puedo cubrir todos los temas, pero esta carta tiene la intención de deshacer parte de esa falta de claridad mediante el intercambio de ejemplos de nuestro trabajo, incluyendo algunos que pueden no ser tan conocidos.

Algunas iniciativas están funcionando mejor de lo que pensábamos. Otras muestran posibilidades que pueden resultar sorprendentes. También hemos tenido que corregirnos cuando hemos tenido problemas para abordar problemas complejos.

Quiero que esta carta sea el inicio de un nuevo diálogo con nuestros socios, seguidores y compañeros optimistas sobre el estimulante reto y lección de humildad que es navegar por el camino a la posibilidad.

Nuestra misión: inspirar a las personas a tomar medidas para cambiar el mundo. Sabemos que nuestros recursos no son suficientes, por lo que trabajamos para cambiar las políticas públicas, las actitudes y comportamientos para mejorar la vida.

Fundación Gates

Nuestra misión: asegurarnos de que más niños y jóvenes sobrevivan y se desarrollen. Creemos que el camino para salir de la pobreza comienza cuando la próxima generación pueda tener acceso a atención médica de calidad y a una gran educación.

Fundación Gates

Nuestra misión: Capacitar a los más pobres, especialmente mujeres y niñas, a transformar sus vidas. Creemos que al dar a la gente las herramientas para llevar una vida saludable y productiva, podemos ayudarlos a salir de la pobreza.

Fundación Gates

Nuestra misión: luchar contra las enfermedades infecciosas que afectan especialmente a los más pobres. Creemos que podemos salvar vidas mediante la entrega de lo último en ciencia y tecnología a las personas con mayores necesidades.

Fundación Gates

Nuestra misión: inspirar a las personas a tomar medidas para cambiar el mundo. Sabemos que nuestros recursos no son suficientes, por lo que trabajamos para cambiar las políticas públicas, las actitudes y comportamientos para mejorar la vida.

Como fundación, nos alineamos nosotros y nuestras estrategias para lograr objetivos globales compartidos. Igualmente, nos presionamos para adaptarnos a un mundo cambiante y hacer frente a los nuevos desafíos. Pandemias como el virus Zika, por ejemplo, nos obligan a que trabajemos de forma rápida con nuestros socios en la cara de urgencia. Queremos ir más rápido y más lejos que nunca.

Eso significa tomar riesgos que otros no pueden o no quieren. También significa partir de lo que sabemos y enfocar los problemas de nuevas maneras. Por ejemplo, he comenzado a explorar lo que puede suceder cuando los principios de la medicina de precisión se aplican al campo de la salud pública.

Por encima de todo, todo lo que hacemos depende de la asociación y todos tenemos que aprovechar nuestros puntos fuertes. Cada vez más, la fuerza de la Fundación Gates se manifiesta como la capacidad de unir a la gente.

Nuestro liderazgo de alto nivel dedica una parte importante de su tiempo en la construcción de relaciones con el desarrollo de los países donantes y gobiernos, organismos internacionales de desarrollo, empresas privadas e instituciones académicas, así como otras organizaciones no lucrativas y entidades filantrópicas. 

Para que funcionen los programas, se perfeccionen y se despliegan las herramientas y cambien los comportamientos, también tenemos que entender el contexto local. Los socios locales son fundamentales para la creación y la demostración de enfoques innovadores que se basen en las realidades locales.

Queremos todos los puntos de vista (y todas las soluciones posibles) en la mesa. Ninguno de nosotros quiere blindar cualquier vía para impactar.

Luchando contra el Tabaco

Más de mil millones de personas utilizan productos de tabaco en todo el mundo. Son los únicos productos de consumo que van a matar a la mitad de todos los usuarios. Casi 6 millones de personas mueren de enfermedades relacionadas con el tabaco cada año, incluyendo más de 600,000 fumadores que están expuestos al humo de segunda mano. Si las tendencias actuales persisten, la epidemia del tabaco podría matar a más de 8 millones de personas cada año al 2030 – 80% de ellas en países en desarrollo.

La sorprendente historia de un parásito repugnante

También damos prioridad a lo que se llaman las enfermedades tropicales desatendidas (ETD), que, históricamente, han atraído poca atención y financiación de los donantes. Sin embargo, más de mil millones de personas en los países en desarrollo sufren de uno o más efectos del ETD, lo que hace de los esfuerzos conjuntos para combatir las ETD la mayor intervención médica en la historia- y al mismo tiempo, la menos conocida.

LA IMPORTANCIA DE TENER ESTADÍSTICAS VITALES

LA ENFERMEDAD DEL SUEÑO: UN ATAQUE EN 3 FRENTES

Imagínese lo que es posible

Por último, déjenme contarles sobre Haliru Usman.

Usman es un funcionario de salud ambiental en Nigeria que recoge muestras de aguas residuales para que puedan ser probadas para el virus de la polio. Me encontré con él durante su visita el estado de Kaduna para aprender acerca de la vigilancia de enfermedades, una de las innovaciones necesarias  más críticas para el objetivo global de la erradicación de la polio.

Haliru Usman
Funcionario de salud ambiental, Haliru Usman, probando las aguas residuales para el virus de la polio en Nigeria.

Él estaba en lo correcto. Nigeria alcanzó el hito de un año sin polio un mes después de mi visita. Por primera vez en la historia, todo el continente africano tuvo un año completo sin un niño paralizado por el poliovirus salvaje.

Este progreso es el resultado de décadas de arduo trabajo de la Iniciativa de Erradicación Mundial (IMEP). Mucho antes de que la fundación se involucrara, los miembros de la GPEI estaban en la vanguardia, trabajando para poner fin a la enfermedad. Hoy en día, los avances contra la poliomielitis son simplemente una cosa de belleza.

A medida que el mundo se centra en las últimas fronteras de la erradicación de la polio, Pakistán y Afganistán, nos encontramos nuevamente preguntándonos: ¿Qué pasaría si?

Erradicación de la polio África

¿Qué pasaría si canalizamos ña mejor ciencia y tenología, promovemos asociaciones y movilizamos héroes y trabajadores de la salud como Usman, para lograr una visipon que se está haciendo durante décadas?

Es un honor trabajar con tantas personas dedicadas a responder esa pregunta.

La erradicación de la polio significará la desaparición de uno de los más antiguos flagelos de la humanidad, y también que hemos creado las bases para hacerlo con otras enfermedades.

Nosotros creemos que lograr esa visión, la de eliminar la polio, que empezó como un objetivo audaz es completamente posible. Miren a donde hemos llegado. Y mientras nos levantamos juntos para enfrentar otras metas globales, imagínense todo lo que podemos avanzar.

Lampadia




Se fue el 2015, ¿y ahora qué?

Se fue el 2015, ¿y ahora qué?

Recuperemos una Visión Positiva del Perú

Se nos va un año que debió ser mucho mejor para los peruanos.

  • Por el lado de nuestra clase dirigente, los políticos fueron exacerbando cada día más sus relaciones y los líderes de la sociedad civil fueron alejándose cada vez más del debate nacional.
  • La economía siguió contrayéndose y, contra todos los pronósticos oficiales, cerraremos el año con un crecimiento menor al 3% del PBI. (El Presidente Humala perdió la apuesta que hizo con Christine Lagarde en la reunión de los Gobernadores del FMI y el BM).
  • Los peruanos fuimos perdiendo confianza en el futuro mientras IPAE encarpetó la “Visión del Perú al Tercio de Siglo”, revisada el 2014, supuestamente hecha para abrir la escena electoral con algunos lineamientos coherentes.
  • Nos zambullimos en una gran confusión sobre nuestras verdaderas capacidades. ‘Ya no podemos crecer alto’, ‘Somos parte de la región más volátil’, etc.
  • No supimos diferenciar los impactos de los shocks externos, de nuestras propias falencias, que en nuestra opinión fueron determinantes para el tropezón económico, social y político en el que nos hemos ubicado.
  • Iniciamos el proceso electoral con mucha inquina entre los contendores y poco sentido de responsabilidad.

En verdad el año 2015 es solo el colofón de un proceso que empezó el 2011; cuando, después de diez años de inclusión en serio y de una cierta distancia de nuestras políticas públicas con los efluvios ideológicos, nos entregamos a una nueva ola de ideologización y de negación de nuestros avances y desarrollos. Ya hemos explicado muchas veces que en 2011 se produjo un punto de inflexión en nuestra realidad. (Ver en Lampadia: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo).

Por el lado del mundo hemos enfrentado una serie de procesos importantes que muchas veces han sido usadas como disculpas para tapar nuestras debilidades.

  • Se recuperaron las economías de EEUU y Europa, pero se ajustaron las de los países emergentes, empezando por el ‘cambio de motores en vuelo’ de China, que ahora transita de los impulsos de la inversión y exportaciones al del consumo interno (ver en Lampadia: China: Un Gigante cambia de Piel).
  • Menores precios de los commodities. La gran disculpa de los países incapaces. Hasta el BM indicó que América Latina era la región más vulnerable del planeta. Éste y el próximo año, el crecimiento de la región será negativo. Pero el Perú es distinto, no debió caer en el saco de los demás. (Ver: Sudamérica: Crecimiento visto con lentes oscuros y El Perú no es igual a ningún otro país). Una cosa es el desastre labrado por los gobiernos de Venezuela, Brasil y Argentina; o la parada de la inversión privada en Chile promovida a pulso por el gobierno de Bachelet (“woman made”); y la frenada de la inversión privada en el Perú, producto de los conflictos socio-políticos que el gobierno no supo enfrentar y la paralizante sobre regulación de las inversiones; y otra cosa muy distinta es concluir que el Perú solo flotaba en nuevas condiciones globales que nos impedían invertir y crecer. En verdad tenemos muchos proyectos productivos y de infraestructuras ‘a punto de caramelo’, listos para florecer, que nos permitirían crecer pronto, más de 6% anual.
  • Menor financiamiento global por los cambios de la política monetaria de EEUU que por fin aumentó, ligeramente, sus tasas y que lo seguirá haciendo paulatinamente.
  • El regreso de Rusia, de la mano de Putin, a ser ‘el niño malo del barrio’.
  • La explosión de la violencia asesina desatada por ISIS.
  • La crisis humanitaria de doble cuño (tragedia para los migrantes y para los europeos) desatada por la masiva migración de sirios y nor-africanos a Europa.
  • Se sigue profundizando la nueva revolución tecnológica de la mano de la robótica, la inteligencia artificial y otras, que nos ofrecen importantes oportunidades de desarrollo y al mismo tiempo nos exigen dar un gran salto en educación, salud, infraestructuras y tecnología, para no perder el tren de la historia. (Ver en Lampadia: El futuro del empleo con Robots e Inteligencia Artificial (II)).

Y, ¿cómo debemos ver el 2016?

En Lampadia creemos que el 2016 nos da la gran oportunidad de retomar el camino de la prosperidad, el bienestar común y el enfoque o convergencia social hacia la consolidación del Perú como uno de los mejores países del mundo para vivir.

  • Después de hacer ‘balance y beneficio de inventario’, la evaluación del actual gobierno, que trajo la ideología y la confusión social de regreso a la vida pública, tenemos que concluir que no se puede elegir un gobierno sin hacer un acto de madurez y en función de una mirada de largo plazo.
  • Desde la promulgación de la Constitución de 1993 y con el regreso de la inversión privada a la vida económica del país, hemos revertido 30 años de parálisis y empobrecimiento (60s – 80s). Parece que el 2011 no nos la creíamos, pero después del tropezón del 2011 que apagó varias luces, es más fácil entender las diferencias entre una y otra realidad.
  • Nuestra nueva clase media, tal vez pensaba que no era necesario preocuparse de la vida política del país, pues todo avanzaba sin tener que involucrarse. Pero después del tropezón de los últimos años, no pueden renunciar al futuro al que estaban accediendo.
  • Si bien desde hace 20 años (CADEs y otros), la sociedad civil ha puesto sobre la mesa la necesidad de desarrollar importantes reformas institucionales, se puede decir que recién ha calado en la conciencia política y social y, por lo tanto, deberá ser preocupación esencial del electorado y del próximo gobierno.
  • Algo que además debe ayudarnos a tomar las decisiones correctas es la revolución tecnológica, que como hemos explicado puede ser muy disruptiva a no ser que sepamos prepararnos y ponernos al día con prontitud. Prepararnos implica crear riqueza para cerrar las brechas que nos separan del primer mundo en educación, salud, infraestructuras y tecnología. El Perú tiene las capacidades para hacerlo, pues tenemos gente trabajadora y creativa y, todos los recursos naturales que podemos necesitar. No dejemos de tener presente la advertencia de Yuval Harari: “Países que, como China, perdieron el tren de la Revolución Industrial, 150 años más tarde han conseguido recuperar el terreno perdido, en gran medida, en términos económicos, gracias a la mano de obra barata. Esta vez, quienes pierdan el tren no tendrán una segunda oportunidad. Hoy en día, si un país, un grupo de personas, se queda descolgado, no tendrá una segunda oportunidad, en particular porque la mano de obra barata no tendrá ninguna relevancia”.

A diferencia de la prédica de los “doomsayers” (los agoreros del desastre), algunos políticos y economistas que se multiplican en los medios de prensa anunciando nuestra supuesta incapacidad para crecer y crear riqueza, en este portal decimos que ¡El Perú es Infinito! Lampadia    




Una nueva realidad global trae efectos disruptivos y oportunidades

Una nueva realidad global trae efectos disruptivos y oportunidades

En un mundo integrado en crecimiento, existe una necesidad urgente de conectar las habilidades y capacidades para catalizar las mejores ideas para los mercados globalizados. La ventaja del poder de la industria de la tecnología es su meritocracia. Si se construye algo bueno, va a ser utilizado, la empresa va  a surgir y se puede tener éxito. Eso es un beneficio maravilloso de esta nueva industria de ‘nubes’, tanto para la economía como para la cultura global.

¿Es perfecto? Definitivamente no. Pero lo que está haciendo Silicon Valley generar riqueza  mediante la innovación y la creación de nuevas herramientas que eleven la calidad de vida. No se puede negar el verdadero beneficio de herramientas como Google, Wikipedia, Ride-Share, Facebook, Wase, AirBnB, etc. Se trata de herramientas económicas reales que aportan información, valor y los medios de vida a las personas que antes no existían. Y sólo hemos arañado la superficie de lo que es posible; cada día brotan nuevas industrias que crean valor posible sólo por las nuevas tecnologías.

El artículo de The Economist que compartimos líneas abajo muestra los beneficios de estos hubs tecnológicos como Silicon Valley, así como los problemas que pueden enfrentar. El cambio es difícil, pero la tecnología no se detiene. El dominio de Silicon Valley es sólo el siguiente paso por el camino natural del progreso en el que están avanzando los negocios. Y pase lo que pase, las cosas seguirán cambiando.

 

Dentro de Silicon Valley

El imperio de los ‘geeks’

Silicon Valley debiese ser celebrada. Pero su insularidad arriesga una reacción en contra.

Publicado por The Economist el 25 de julio 2015. Traducido y glosado por Lampadia

 

Los ingleses tienen Silicon Fen y Silicon Roundabout, los escoceses tienen Silicon Glen. Berlín alardea de Silicon Allee, Nueva York de Silicon Alley. Pero el cerebro del mundo tecnológico es el ecosistema en los alrededores de San Francisco. Los emprendedores de Silicon Valley y los innovadores, tecnólogos y adinerados están ocupados en revolucionar casi todos los aspectos de la economía global.

Un lugar llamado así por su habilidad en fabricar semiconductores de silicio está transformando la forma en que las empresas toman las decisiones, las personas hacen amigos y los manifestantes, alborotos. Los emprendimientos tocan a más personas, más rápido que nunca. Airbnb ayuda a las personas a transformar sus casas en hoteles, opera en 34,000 pueblos y ciudades alrededor del mundo. Las empresas “a pedido” como Uber están cambiando lo que significa ser un empleado. Al igual que las grandes plataformas como Google, Facebook y Apple se benefician de los “efectos de la red”, porque cada nuevo usuario hace el servicio más valioso para el resto, por lo que el éxito del Valley como un lugar para poner en marcha el fondo, el personal y vender una empresa de tecnología se alimenta de sí misma.

El capitalismo norteamericano tiene un nuevo centro de operaciones en el oeste. Las empresas de tecnología de la zona tienen un valor de más de US$ 300 mil millones. El año pasado, uno de cada cinco graduados en escuelas de negocios de Estados Unidos se enfocó en tecnología.

La gran y disruptiva creatividad de Silicon Valley no se parece a nada desde la genialidad de los inventores del siglo 19. Su triunfo se debe celebrar. Pero la acumulación de tanta riqueza tan rápido viene con riesgos. Los años 90 vieron una burbuja financiera que terminó en una espectacular caída. Esta vez el peligro es la insularidad. Los geeks viven en una burbuja que sella su imperio del mundo por el que están haciendo tanto para cambiar.

Forro de silicona

La economía estadounidense sería fuertemente golpeada si se repitiera la crisis financiera que sucedió con la caída de las puntocom en el 2000. Con el índice Nasdaq cerca de su máximo histórico, es un temor común. Afortunadamente, aunque el dinero y el talento se están vertiendo en el Valley, no hay aún demasiado riesgo de una caída desastrosa. Esto es porque las empresas de tecnología de hoy no solo tienen modelos de negocios más sólidos que sus predecesores puntocom, también cuentan con un pequeño grupo de proveedores de fondos.

Actualmente, las empresas se mantienen privadas por más tiempo. Acceder a inversionistas ricos significa que el riesgo es asumido por las personas que pueden darse el lujo de tener esas pérdidas. 

Mantenerse privados le permite a los emprendedores evitar dolores de cabeza que vienen con el ser cotizados: las molestias de los inversionistas activistas, la ingrata tarea de cumplir, el ritual de la trituración de los informes trimestrales. En teoría, un círculo de inversionistas es mejor que una multitud anónima de accionistas haciendo que los gerentes actúen en el beneficio de todos los propietarios de una empresa.

Pero mantenerse privado también tiene sus riesgos. Uno es que las empresas que no están obligadas a hacer públicas sus cuentas auditadas permanecerán veladas del escrutinio de los analistas y vendedores y, por lo tanto, pueden actuar irresponsablemente. Los “unicornios” tecnológicos de Estados Unidos, empresas que han llegado a una valoración de más de mil millones de dólares, valen entre todos unos US$ 300 mil millones. El riesgo de que los recursos sean asignados indebidamente es alto.

El otro riesgo es que un encantador círculo con una gran riqueza se aísle de todo el resto. Para un grupo reescribiendo las reglas para industria tras industria, ese es un peligro.

El imperio de los geeks saca su fuerza de una cultura de tecno-evangelismo que permite a los empresarios repensar los antiguos sistemas y utilizar los nuevos. Muchos habitantes del Valley creen que la tecnología es la solución para todas las enfermedades y que el gobierno es solo una molestia que aún carece de un algoritmo. Hasta ahora las relaciones públicas con los titanes tecnológicos han sido en su mayoría armoniosas. Los consumidores disfrutan sus aplicaciones para taxis, streaming de música y programas de reconocimiento vocal.

Sin embargo, el agrietamiento de las industrias establecidas resulta inevitablemente en un conflicto. Uber es una de las empresas más envueltas en esta controversia. Los reguladores europeos están también examinado a empresas como Facebook y Google por todo, desde protección de datos a preocupaciones antimonopólicas. Y los reguladores estadounidenses están, aparentemente, buscando si Apple ha abusado de su influencia en el negocio de la música.

La evolución de Silicion: Cómo el sector tecnológico de EEUU ha cambiado desde 1980

Los críticos son habitualmente de industrias que quieren proteger sus privilegios; el comportamiento agresivo de los geeks es a veces parte de una destrucción creativa que lleva al progreso. Pero esa no es la única fuente de ira. Silicon Valley también domina los mercados, succiona el valor que tienen los datos personales y erige modelos de negocios que hacen dinero, en parte, eludiendo impuestos. Existe el riesgo de que los consumidores globales se sientan explotados y que los efectos de la reducción de la base imponible enfurezca a los votantes. Si se arraiga la percepción de que enormes ganancias por la explotación de datos y evasión de impuestos se están cristalizando en las fortunas de unos pocos que viven en un paño de tierra cerca de San Francisco, podría haber una reacción violenta.

Cuidado con el ‘techlash’ (o reacción tecnológica)

Las empresas del Valley son casi las únicas que pujan en contra de los impuestos y las regulaciones. Son libres de operar como quieran en el marco de la ley. Pero se arriesgan a convertirse en blancos porque son muy globales. Deben recordar que la ley puede cambiar. Si quieren un asiento en la mesa cuando eso suceda, necesitan ser parte de los mercados en los que ellos venden, no aislados de ellos. Incluso las empresas privadas dirigidas por genios necesitan de una licencia de la sociedad para operar.

En el mejor de los casos, Silicon Valley es una expresión de la libertad y la creatividad iconoclasta. Sería una lástima terrible que se convirtiera en una manifestación impopular y remota de elitismo.

 

 




El sentido común de la meritocracia

El sentido común de la meritocracia

El desarrollo de los colegios de Alto Rendimiento tendrá un importante impacto en la cultura social del país, permitirá que los peruanos nos acerquemos a la ‘cultura del éxito’ y adoptemos un ‘sentido común’ permeable a la meritocracia.

El mayor anhelo de una familia es el acceso de sus hijos a una educación de calidad que les abra las mejores oportunidades posibles de superación y de lograr una vida rica en realizaciones y prosperidad.

Los colegios de alto rendimiento implican generar mejores capacidades y oportunidades de desarrollo a sus alumnos. De alguna manera reconocen el esfuerzo individual de los mejores alumnos y sus actitudes positivas hacia la prosperidad, lo que establece modelos de vida positivos.

El hecho de que los padres de familia aspiren a que sus hijos puedan terminar su educación escolar en colegios de alto rendimiento implicará necesariamente un opción por el éxito y la meritocracia.

Creemos que así se transformará nuestra cultura. Ello nos hará más exigentes con los servicios educativos y, por supuesto, también con los de  salud y seguridad pública. Una vez que un padre de familia se engancha en los caminos de prosperidad de sus hijos también proyectará su propia vida y la de la nación y la acción política en espacios de meritocracia.

Si este proceso se acompaña con la dignificación de los maestros, dándoles mucho mejores ingresos, capacitación, acceso a las tecnologías modernas e infraestructuras educativas de primer nivel; si efectivamente podemos llevar el presupuesto de educación pública de 3.5% a 5% del PBI, más 4 o 5% del sector privado (hoy está en 3%), podremos invertir en educación escolar el 10% del PBI. Ver en Lampadia nuestra propuesta de ‘Dignifiquemos el rol de los maestros’ y Educación y Habilidades para el Futuro.

Una de las grandes trabas de la transformación educativa en el Perú y en muchos países del mundo son las militancias gremiales de los sindicatos de maestros. En el caso de nuestro país, esto ha probado ser especialmente difícil pues, ante la pobreza a la que condenamos al magisterio, era lógico que se refugiaran en la protección sindical.

El empobrecimiento de la profesión del maestro fue producto de un país que por 30 años se cerró a la inversión privada (60s, 70s y 80s) y a los mercados internacionales, que solo logró el estancamiento de toda la sociedad: ciudadanos, empresas y Estado.

Evidentemente, esta realidad convirtió al magisterio en ‘bocatto di cardenale’ para la infiltración política del gremio. Hasta hoy día el SUTEP sigue suscribiendo la ‘lucha de clases’ y está controlado por Patria Roja, un partido político de ideología comunista al que el Conare (Movadef –  Sendero Luminoso) le está disputando el control.

En el nuevo escenario que se nos abre con la cultura del éxito y la meritocracia, será muy difícil que los maestros dejen de adoptar otros valores, pues les estaríamos ofreciendo que a cambio de meritocracia, de una clara opción por la calidad educativa y de alejarse del refugio gremial (cooptado por la ideología); reciban los honores de una profesión que nunca debió devaluarse y ser parte de una de las más admiradas profesiones del país.

Ahora que hemos paladeado, recientemente, la sensación de abundancia y que tenemos la oportunidad que nos abre esta nueva cultura y este mejorado sentido común, tenemos que ser conscientes de que necesitamos que la economía del país siga creciendo y generando la riqueza que haga posible estas realizaciones.

¡Todos por la educación! ¡Todos por la cultura del éxito, la meritocracia y  la calidad educativa! No desmayemos, la prosperidad está a nuestro alcance. Lampadia

 

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