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El Augusto Álvarez Rodrich que no conozco

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Lamentablemente, no leo las columnas de AAR, pues ya no es el Augusto que yo conocía en sus épocas de Apoyo, cuando desarrollaba una sólida defensa de nuestro modelo de economía de mercado.

Ayer me pasaron su columna del martes pasado, en la que me regala un supuesto liderazgo, entre varios líderes de opinión, de una supuesta campaña contra los medios de comunicación. Cito:  

Tras la prohibición de la publicidad estatal en medios privados, el fujiaprismo ha pasado a una nueva etapa en el embate contra el periodismo al convocar a la eliminación de la publicidad privada en la prensa incómoda para su interés político, pero cambiando la justificación del ‘mermeleo’ y hasta del ‘terruqueo’ de la ‘ley Mulder’, por la del peligro para el mercado y la democracia.

Pablo Bustamante Pardo, director del blog Lampadia, señala que “Canal N y Poder de Cuarta (sic), de América Televisión, el canal de los Miró Quesada, se ha convertido en enemigo de la economía de mercado y la democracia. Ya es hora de que la pasiva clase empresarial evalúe si son un medio serio, o un arma del enemigo que atenta contra sus clientes”.

(…)

El mensaje de FP a los propietarios de medios es claro: reemplacen a los periodistas incómodos y arreglamos el problema. Es el antiguo método de maten a los mensajeros. Pero ya.

Augusto Álvarez Rodrich
El mensaje es matar a los mensajeros
Fuerza Popular presiona por más cambios en las nóminas periodísticas.
La República, 3 Jul 2018

Algunas observaciones para ilustración de Augusto y de sus lectores:

  • Mis enfrentamientos con los medios que, en mi caprichosa opinión, se han desviado de su rol, viene de mucho tiempo atrás.
  • Por ejemplo, el último impulso para promover la formación de Lampadia, se dio una mañana, hace seis años, en la que un importante periodista de RPP presentó la noticia de la reducción de cuatro puntos de la pobreza en el Perú, diciendo: “Qué escándalo, todavía quedan nueve millones de pobres en el Perú”.
  • Entonces, el 2012, explicaba la iniciativa con los siguientes comentarios:

“Durante los últimos años se ha intensificado el uso de los medios de comunicación para la difusión de información sesgada por razones ideológicas y políticas, o por un total desconocimiento del mercado y la importancia de las inversiones y su crecimiento sostenido.
Este proceso se agrava por dos circunstancias, la falta de información de muchos periodistas y la ausencia, en los medios de comunicación, de líderes de opinión que representen la vanguardia de la economía de mercado.

Esto genera la formación de una conciencia nacional equívoca sobre las políticas públicas que propician la inversión, el crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la desigualdad; así como de las relaciones causa-efecto entre dichas variables.

Tenemos que generar corrientes de opinión favorables a la economía de mercado y la inversión privada”.

  • Durante mucho tiempo he hecho todo tipo de esfuerzos para que los medios más importantes capacitaran a sus periodistas sobre temas económicos y las tendencias de la economía global.
  • El 2016, llamé como ‘Poder de Cuarta’ al programa dominical de América televisión, por la escandalosa maniobra política contra uno de los candidatos a la presidencia de la República con una acusación falsa sobre lavado de dinero.

  • Me quejé con directores de Canal N por el cierre del programa de La Hora N, con Jaime de Althaus, que era un foro de alto nivel para el debate de los temas nacionales más importantes.
  • Hace como un año, empecé a llamar la atención sobre el sesgo de ciertos medios que estaban concentrando a sus invitados entre personajes de una clara orientación anti economía de mercado.
  • Hace varios meses le comenté a uno de los directivos de Canal N, mi desazón sobre la selección de invitados en los programas de entrevistas.
  • Posteriormente llegué a enviarle al mismo directivo, una lista de 15 personas que el canal podría invitar, haciendo hincapié en que de los 15, diez escribían cotidianamente en El Comercio, Perú21 y Gestión. Evidentemente, ciudadanos de primera que, sin embargo, Canal N no quería invitar.
  • En los últimos tiempos, especialmente desde el inicio de la crisis política en diciembre pasado, empecé a escribir tuits, quejándome sobre todos estos temas.

Entonces Augusto, puedo afirmar con mucha autoridad moral, que mi opinión sobre la evolución de los medios no tiene nada que ver con ninguna campaña. Gracias a Dios, mis raíces, formación y experiencia, me han permitido generar un criterio propio, que ventilo con toda naturalidad.

¿No será que tu, ahora parte del esfuerzo gregario de promoción de ideas anti mercado, asumes que todos son iguales?

¿Por qué no citas este tuit?: “No se trata de que un medio sea neutral, sino veraz”.

Ver en LampadiaVeracidad antes que Neutralidad

Me conoces hace muchos años, y tienes que saber que yo seguiré tercamente tratando de influir en mi país, con transparencia y con amor, con todo lo que pueda aportar, al mejoramiento de la tierra donde descansan los huesos de muchas generaciones de mis antepasados.

¡Hoy día los medios dejan mucho que desear, y lo repetiré hasta el hartazgo!

Lampadia




Recrudece el deseo de emigrar

El domingo pasado, El Comercio publicó un estudio de Ipsos que indaga sobre los deseos de emigrar de los peruanos. Estos indicadores no se monitoreaban desde hace algún tiempo, pues el proceso de crecimiento e inclusión del Perú, desde inicios de siglo hasta la llegada al gobierno del nacionalismo con Humala, hacían que la mejor apuesta de nuestros ciudadanos, especialmente de los jóvenes, fuera quedarse en su país, con sus familias, sus amigos y su comida.

Lamentablemente, los impactos acumulados del desastroso gobierno de Humala, con su espíritu anti inversión privada, marcó lo que hemos llamado en Lampadia, El Punto de inflexión, la paralización del crecimiento y menor inclusión. La evolución de todos los indicadores de la salud del Perú, confirman el mismo punto de inflexión, y como se ve en el siguiente gráfico de Ipsos (primicia de Lampadia) el deseo de emigrar, lo marca dramáticamente.

El cuadro nos dice con claridad:

  • Desde la captura del asesino Abimael Guzmán, la Constitución de 1993, y del regreso de la inversión privada, los peruanos dejaron paulatinamente de proyectar sus vidas fuera del Perú.
  • La recesión de fines de los 90, los escándalos de corrupción y la crisis política reversaron la tendencia y se incrementó nuevamente el deseo de emigrar.
  • En el nuevo siglo, cuando nuestro modelo de economía de mercado y el crecimiento de la inversión privada, pudieron desplegarse, mejorando los indicadores de pobreza, desigualdad, empleo, ingresos e inclusión, los peruanos optaron por su querido país como el escenario de su desarrollo personal.
  • Con el advenimiento del nacionalismo, exactamente desde el 2011, los peruanos empezaron a dejar de proyectar sus vidas en su patria, y paulatinamente, fueron incrementando, otra vez,  su deseo de emigrar.
  • Con el gobierno de PPK, en vez de revertirse esta maligna tendencia, se ha acelerado.

Lo más dramático es el caso de nuestros jóvenes:

  • El deseo de emigrar de los jóvenes es de 76% a nivel nacional (primera vez que se mide fuera de Lima).
  • El deseo de emigrar de los jóvenes en Lima es de 83%. En 2014 era 61%.
  • El deseo de emigrar en Lima se ha vuelto a disparar a los niveles del 2008.

No hay peor indicador que el de tus jóvenes pensando en emigrar. Tenemos que interpretarlo como un país donde su población, y mayormente sus jóvenes, están dispuestos a apagar las luces e irse a algún otro lugar del mundo.

Curiosamente, esta mañana, el Presidente de la República, don Pedro Pablo Kuczynski, afirmó en su programa de inicio del mes en RPP, que las cosas no están tan mal, pues en el extranjero todos ven que al Perú le va muy bien y que el mejor indicador del país es el del ‘riesgo país’. No señor Presidente, el mejor indicador de la salud del país es el que expresan sus ciudadanos y, especialmente, sus jóvenes y ese indicador es el deseo de emigrar. Y ese indicador nos dice sin ambages, que la salud de nuestro Perú no está bien. Y si no actuamos desde la realidad, solo se seguirán empeorando las cosas.

Pero, ¿qué está en el pensamiento de los peruanos cuando expresan su deseo de emigrar?

El cuadro anterior, de Ipsos, ante la pregunta: ¿cuál es el país que…?

Este último cuadro nos dice a donde piensan emigrar los peruanos. Veamos:

  •  ¿A dónde iría?
    Economías pro mercado: 94%
    – Economías anti mercado: 2%
    – Otro, ninguno, no precisa: 4%

Las cinco preguntas anteriores demuestran que los peruanos, hoy día, al igual que hace algunos años, cuando también pensaban en emigrar, proyectan sus vidas fundamentalmente a economías de mercado. Donde están dispuestos, tal como los 3’000,000 de peruanos que ya están en el exterior, a cumplir las leyes, a trabajar largas horas, a educar a sus hijos, a participar en la vida cívica de sus países de residencia, y a enviar dinero a sus familiares en el Perú.

¿Cómo debemos interpretar toda esta información?

  1. Los peruanos, especialmente los jóvenes, saben medir con precisión la salud del país.
  2. Cuando el Perú deja de ofrecerles el espacio adecuado para su desarrollo personal, se proyectan a economías de mercado.
  3. Esto implica que su pensamiento individual está muy alejado de las ideas del populismo, el socialismo y el estatismo.
  4. Mientras siguen en el Perú, se siguen expresando políticamente en concordancia con una suerte de pensamiento social, más proclive al populismo, el socialismo y el estatismo, ¿o será porque estos ofrecen alguito en el corto plazo?

Evidentemente, la trampa de la política peruana es seguir interpretando el pensamiento de los peruanos en función del oportunista ‘pensamiento social’, y no en función del realista ‘pensamiento individual’.

Estas ideas y este análisis lo hemos expresado anteriormente, no creíamos que tendríamos que volver a verlo, pero no podemos esconder la cabeza, cual avestruces, y decir que todo va bien. Nuestra responsabilidad es mostrar el camino para que nos vaya bien y, llamar la atención cuando nos desviamos del camino de la prosperidadLampadia

Nota: Agradecemos a IPSOS por habernos facilitado la información.




La Sabiduría del Libre Comercio

La Sabiduría del Libre Comercio

Comentario de Lampadia

Más abajo reproducimos un artículo del economista Mankiw de Harvard, que explica que en una de las pocas cosas en que todos los economistas estadounidenses están de acuerdo es en las ventajas del comercio internacional, pero, lamentablemente, los políticos y muchos ciudadanos todavía son víctimas de prejuicios que nublan su razón.

Mankiw sustenta con mucha claridad los elementos que hacen de la apertura comercial una muy buena política económica y explica el detalle de los problemas políticos que aún enfrenta.

Este tema es especialmente relevante para el Perú, pues, para empezar, acá ni siquiera los economistas están de acuerdo con la apertura comercial. Hay algunos que lo consideran aberrante, como, por ejemplo economistas representativos de la PUCP (Jimenez, Fairly, Francke e Iguiñez). Durante el debate del TLC con EEUU, gran parte del establishment peruano estaba en contra del acuerdo, sin embargo, el 75% de la población lo aprobó.

El tema de la apertura de la economía es un tema pendiente en el debate político. Recordemos que hace muy pocos años, en sus respectivas campañas, García y Humala amenazaron con revisarlo. Afortunadamente, una vez sobre el caballo, no se atrevieron a cambiar de política.

Actualmente, está pendiente la aprobación del tratado Transpacífico y sus opositores en el Perú, ya nos han amenazado con todos los males posibles.

Como podemos ver en el siguiente artículo, “en todas partes se cuecen habas”, pero en el Perú, como repetía Alonso Polar, “solo se cuecen habas”.

 

Economistas coinciden en algo: La Sabiduría del Libre Comercio

Por N. Gregory Mankiw,  Profesor de Economía en Harvard,  The New York Times, 24 de abril 2015

Traducido, glosado y comentado por Lampadia

 

Si se le tomase un examen de Economía 101 al Congreso [EEUU], ¿pasaría? Estamos a punto de averiguarlo.

El tema en cuestión es si el Congreso le brindará al presidente Obama la autoridad de “vía rápida” para negociar un acuerdo comercial con nuestros socios comerciales en el Pacífico. La aprobación final del Congreso está lejos de ser certera.

Entre economistas, el tema es obvio

 

Descarga de un barco de contenedores en Tokio el año pasado. El economista del siglo 18, Adam Smith, escribió que las naciones pueden beneficiarse tanto de las importaciones como de las exportaciones, cambiando la visión de la sabiduría convencional. Fuente: TOSHIFUMI KITAMURA / AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES

 

Escribimos, “El comercio internacional es fundamentalmente bueno para la economía de Estados Unidos, beneficioso para las familias estadounidenses a través del tiempo, y acorde con las prioridades nacionales. Por eso apoyamos la renovación de Trade Promotion Authority (TPA) para hacer posible que Estados Unidos llegue a acuerdos internacionales con nuestros socios económicos en Asia a través del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP) y en Europa a través de la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (ATCI). “

Los economistas son famosos por estar en desacuerdo entre ellos. Pero ellos tienen un acuerdo casi unánime en algunos temas, como en el comercio internacional.

El argumento económico para el libre comercio se remonta a Adam Smith, el autor de “La Riqueza de las Naciones”. Smith reconoció que el caso del comercio con otras naciones no era diferente al caso del comercio con otros individuos dentro de una sociedad. Smith estaba respondiendo a una doctrina entonces prevaleciente llamada mercantilismo, que favorecian las exportaciones, pero desconfiaban de las importaciones.

Smith cambió esta perspectiva. Una nación se beneficia de las importaciones, argumentó, porque amplía sus oportunidades para el consumo.

En la actualidad el fetichismo sobre el oro casi no existe, pero hay una nueva forma de mercantilismo que impregna el debate moderno sobre el comercio. A menudo los políticos y expertos retroceden ante las importaciones debido a que “destruyen” puestos de trabajo nacionales, mientras que aplauden las exportaciones, ya que crean puestos de trabajo.

Los economistas responden que el pleno empleo es posible con cualquier patrón de comercio. El problema principal no es el número de puestos de trabajo, sino qué puestos de trabajo. Los estadounidenses deberían trabajar en aquellas industrias en las que tenemos una ventaja en comparación, y debemos importar los productos que se pueden producir de forma más barata allí.

Si los economistas están tan seguros acerca de los beneficios del libre comercio, ¿por qué es que el público y sus representantes electos son escépticos? Una posible respuesta está en el   libro (2007) de Bryan Caplan, llamado “El mito del votante racional: por qué las democracias elijen malas políticas.”

Caplan argumenta que los votantes son peores que simplemente ignorantes con respecto a los principios de las buenas políticas. La ignorancia sería aleatoria en una población grande podría promediarse. En vez de ser simplemente ignorantes, los votantes se aferran a creencias erróneas.

Los políticos, cuyo objetivo principal es ser elegido, moldean esas creencias erróneas en una mala política. Caplan escribe: “¿Qué pasa si políticos plenamente racionales compiten por el apoyo de votantes irracionales – específicamente, votantes con creencias irracionales sobre los efectos de las diversas políticas? Es una receta para la mentira”.

En el caso del comercio internacional, él identifica tres prejuicios muy relevantes.

El primero es un prejuicio anti-extranjero. La gente tiende a ver su propio país en competencia con otras naciones y subestima los beneficios de tratar con extranjeros. Sin embargo, la economía enseña que el comercio internacional no es como la guerra, ambos lados pueden ganar.

El segundo es un prejuicio anti-mercado. La gente tiende a subestimar los beneficios de los mecanismos del mercado como una guía para la asignación de recursos. Sin embargo, la historia ha enseñado repetidamente que la alternativa – una economía planificada – actúa de manera deficiente.

El tercero es un prejuicio contra el “make-work” (un puesto de trabajo que no tiene un beneficio financiero inmediato para la economía). La gente tiende a subestimar el beneficio de la conservación de la mano de obra y por lo tanto se preocupa de la destrucción de empleos que generan las importaciones en las industrias que compiten con importaciones. Sin embargo, el progreso económico de largo plazo encontrará maneras de reducir el factor trabajo y logrará la redistribución de los trabajadores a nuevas industrias en crecimiento.

Una vez, el economista de Princeton Alan Blinder propuso la ley de Murphy de la política económica: “Los economistas tienen la menor influencia en la política en lo que saben más y están más de acuerdo; y tienen la mayor influencia en la política donde saben menos y están en desacuerdo vehementemente”.

El debate sobre el comercio internacional es un ejemplo de ello.