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América Latina: La carrera para ver quién pierde más

América Latina: La carrera para ver quién pierde más

Muchos calificaron al decenio pasado como la década de América Latina. Efectivamente, en los 90 la región ajustó sus economías para pagar los errores de las décadas pasadas que generaron: parálisis económica, alta inflación, déficits fiscales, populismos desbocados, grandes deudas públicas, etc. En el nuevo siglo, en que tuvimos muy buenos precios de los commodities, abundante inversión, financiamiento internacional y bajas tasas de interés, la región estaba preparada para cosechar.

Sin dudas, el país que mejor aprovechó las oportunidades de la primera década del presente siglo fue el Perú al consolidar su exitoso modelo de libre mercado. Gracias a él tuvimos el mayor crecimiento económico de la región, una acelerada reducción de la pobreza y la disminución de la desigualdad, entre otros muchos desarrollos sociales y económicos (ver en Lampadia (L): Las Cifras de la Prosperidad.

También, se manejaron adecuadamente Chile y Colombia con economías de mercado, así como México y Brasil. Estos últimos apuntalaron sus inmensas economías congrandes programas sociales de reparto. Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador, los países del Alba, también pudieron beneficiarse inicialmente, del aumento del precio de los commodities, pero sus políticas híper populistas, especialmente las de Argentina y Venezuela, a pesar de los precios de sus exportaciones  terminaron por hundirlos en la miseria.

Hacia la segunda década del siglo, pareciera que la región pierde la fe en sus propias capacidades y la línea de la prosperidad. Esta situación estaría gatillada por una serie de eventos internos, los cuáles se amparan  en la disculpa del cambio de condiciones de la economía internacional, como la baja del precio de los commodities, la crisis europea, la ralentización del crecimiento chino y la disminución y encarecimiento de los flujos financieros internacionales.

Brasil se desploma víctima de una visión pro Estado que les hizo creer que la plata iba a seguir cayendo del cielo (boom de commodities) y que no necesitaban promover una economía dinámica y competitiva basada en el mercado. Esto acompañado por una feria de corrupción generada por el exceso de poder político del partido de Lula y Rousseff (irónicamente llamado ¡de los trabajadores!). México, con Peña Nieto, inaugura un ambicioso programa de reformas que permitían esperar grandes resultados. Lamentablemente, el asesinato de 43 estudiantes, el pobre manejo del tema por parte del Presidente y las acusaciones de corrupción, han puesto a las reformas en segunda fila.

A Colombia la fue muy bien con Uribe y Santos, especialmente los últimos años, pero el precio del petróleo desacelerará su crecimiento. Lo mismo le pasará a Ecuador, pero agravado por el abusivo ejercicio del poder de su Presidente, Rafael Correa.

Chile, el país más inteligente de la región, según el historiador británico, Niall Ferguson, “está ejerciendo su derecho a ser estúpido”. Efectivamente, después de dos décadas de exitosos gobiernos de la Concertación izquierdista y del interregno de la derecha con Piñera, elige un segundo gobierno de la Presidenta  Bachelet quien parece empeñada en seguirla ruta inversa de Alan García en el Perú. Ella tuvo un primer gobierno, que si bien debilitó la economía del país, no la sacó del carril de la economía de mercado. Ahora, en cambio, aprovechando las protestas estudiantiles (que empezaron en su primer gobierno, y que con Piñera dejaron un tufo de desencanto que no supo contrarrestar), se alía con el partido comunista donde milita la carismática líder estudiantil, Camila Vallejo, ha decidido “refundar el país” sacándolo de la economía de mercado para llevarlo a un socialismo trasnochado. Ver comentarios al respecto en Lampadia: Des (Grecia) y reflexiones para el Perú y Dos nuevas repúblicas, del chileno Gonzalo Rojas.

En cuanto a Venezuela y Argentina, ya casi no hay nada que agregar, sus regímenes están “in artículo mortis” después de colapsar a sus países económica, social y políticamente. Por si fuera poco, ambos tienen niveles de corrupción insostenibles.

El caso del Perú es parecido al de Chile. Nunca habíamos tenido un ciclo virtuoso como el de la primera década del siglo, pero elegimos un gobierno que negaba todos los avances y proponía un programa chavista. Sin embargo, para acceder al poder tuvo que entrar, sin convicción, por el aro de la “hoja de ruta”. Lamentablemente, así como se dice que la comunicación del ser humano es en un 80% corporal y gestual, así también, el gobierno del Presidente Ollanta Humala comunicó con gestos y actitudes a inversionistas y funcionarios públicos sus sentimientos anti inversión privada y sus anhelos pro Estado populachero y nacionalista (en el mal sentido de la palabra), con su mirada más provinciana que global.

Ya hemos comentado como se detuvo nuestro más espectacular ciclo virtuoso. Desgraciadamente, la cosa no termina con la frenada de la economía y su negativo impacto social, a esto hay que sumarle el desbarajuste político que está terminando de destruir la confianza de peruanos y extranjeros en la recuperación de nuestra economía. Ver al respecto en (L): Cese del fuego de Jaime de Althaus y El político sin convicción del Perú, de The Economist.

Por más agua que haya pasado debajo del puente, todavía estamos a tiempo de “enmendar entuertos”. Señor Presidente de la República, líderes políticos de los partidos más representativos: ¡Prométannos que después del Carnaval, tendremos Pascua de Resurrección! Lampadia




China e India, dos excelentes socios para el Perú

China e India, dos excelentes socios para el Perú

El crecimiento de América Latina en la última década, qué duda cabe, se debe en gran medida al auge de China. El intercambio comercial entre Latam y China se ha incrementado exponencialmente en los últimos quince años. Para el gigante asiático su relación con nuestra región es crucial para mantener sus altos niveles de crecimiento. Así lo ha reconocido el presidente chino, Xi Jinping, al inaugurar el primer foro ministerial entre China y los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrado la semana pasada.

Como informó El País de España, el presidente Xi señaló: “En el próximo lustro, China seguirá manteniendo un ritmo de crecimiento medio-alto, lo que traerá más oportunidades para otros países del mundo, entre ellos los latinoamericanos y caribeños”. Por ello, animó a los países de nuestro continente a doblar el volumen de comercio bilateral para llegar a los 500,000 millones de dólares en los próximos diez años.

Asimismo, Xi “estableció el objetivo de invertir en la región hasta 250,000 millones de dólares en la próxima década. Esto supondría, unos 25,000 millones anuales, una cifra muy por encima de los aproximadamente 10,000 millones que las empresas del gigante asiático han desembolsado cada año desde el 2010 en estos países, según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Actualmente solo el 4.1% de las inversiones directas en el extranjero, de las empresas chinas, recaen en la región”, sostiene El País.

De darse estos niveles de inversión, la región se verá enormemente beneficiada, pues le permitirá contar con los recursos y acceso a un mercado que le ayudará a seguir creciendo y compensar la eventual disminución del financiamiento tradicional, producto del aumento de tasas de interés de la FED en los próximos años. De hecho, como hemos señaldo en Lampadia, el Perú se ha beneficiado enormemente de las inversiones de China. Ver en Lampadia (L): Inversiones chinas potencian desarrollo del Perú.

Preocupa, sin embargo, que esta indudablemente beneficiosa presencia en la región se traduzca luego en una influencia que interfiera en la evolución política de Latam al soportar a regímenes anti democráticos y que tienen modelos económicos que han empobrecido a sus pueblos. Los recientes préstamos de China a países como Argentina, Ecuador y, sobre todo Venezuela, no son una buena señal.

Como reseñamos hace poco: “La decisión de Beijing de rescatar a Rusia, sumada a la ayuda que recientemente les dio a Venezuela y Argentina, marca la muerte del mundo Bretton Woods de posguerra. También representa el comienzo del fin para el papel central de los Estados Unidos en la economía mundial y la influencia de Japón en Asia. (…) Al gobierno del presidente chino Xi Jinping no le interesa mejorar las economías, la salud de los regímenes impositivos o las reservas de los bancos centrales. Le importa la lealtad”. Ver en L: China, dos caras de la misma moneda.

¿Qué debiera hacer la región? Pues mantener excelentes relaciones con China en los planos comerciales, pero intentar equilibrar su influencia política acelerando alianzas con otros países asiáticos que prometan mercados del mismo potencial que el chino y puedan mediatizar el peso geopolítico del gigante asiático. Nos referimos concretamente a la India. Como hemos mencionado en Lampadia, esta es la democracia más grande del mundo (por el número de electores). Además, su primer ministro, Narendra Modi, viene impulsando una serie de reformas de libre mercado que son un excelente ejemplo de facilitación de negocios y que seguramente impulsarán el crecimiento de este subcontinente y que abren una oportunidad para que la región pueda abastecer a este inmenso mercado.

Lamentablemente, occidente, en vez de buscar una mayor convergencia con la China, como reclama hace años el singapurense Kishore Mahbubani (ver en L: Conferencia Magistral de Kishore Mahbubani), ha ido más hacia la confrontación. Esto ha alentado un mayor acercamiento de China con Rusia, que impide limitar los aprontes abusivos de Putin en los Balcanes y Europa del Este. En este aspecto, el relanzamiento de India hacia el crecimiento con el liderazgo de su nuevo Primer Ministro, Modi, es una oportunidad para mejorar balance geopolítico en un mundo, en el que EEUU y Europa van perdiendo espacios de influencia. En ese sentido, Japón y USA buscan equilibrar la creciente influencia China mediante el impulso de mejores relaciones con India. Una serie de acuerdos comerciales y diplomáticos apuntan en esa dirección. Ver en (L): La visión de país y reformas que el Perú necesita.

En el caso del Perú, por caprichos o intereses personales, hemos perdido muchos años en la consolidación de nuestras relaciones comerciales con la India. Ahora debemos priorizar y apurar la celebración del TLC o un amplio acuerdo comercial con este país continente, así como hacer un minucioso seguimiento a la gran reforma india que conduce el propio Modi. El Presidente Humala, en su reciente gira por oriente (Ver en L: La tournée de Dios), visitó Rusia y China (rematando en el Vaticano), perdió la oportunidad de conocer a Narendra Modi, el mayor reformador pro-mercado del mundo actual, un encuentro que buena falta le hace. Lampadia




El Comercio en el Océano Pacífico

El Comercio en el Océano Pacífico

Publicado por The Economist el 17 de noviembre del 2014.

Traducido por Lampadia.

Desde los 1970s, el comercio a través del Pacífico ha superado largamente el del Atlántico. China, por ejemplo, ha llevado su necesidad de alimentos de alto valor proteico y de materias primas a América Latina y se ha convertido en el mayor socio comercial de Chile [y del Perú]. Según una estimación, en el 2010 le prometió más préstamos a América Latina que el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Ex-Im Bank de los Estados Unidos combinados. Estas conexiones han convertido a los países en proceso de desarrollo al borde del Pacífico en una fábrica de crecimiento. Mientras que la economía de Estados Unidos creció a un promedio de 1.6% anual en la última década y la Unión Europea a un 1.7%, América Latina se ha expandido en un 4.6%, el este asiático en un 5.4% y el sudeste asiático en un 5.9%. [El Perú 6.4%]. Las 21 economías de la agrupación más grande del Pacífico, la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), representan casi la mitad del comercio mundial. La región también ha visto un aumento asombroso en su prosperidad. En las partes más pobres de Asia, el tamaño de la clase media (aquellos que viven con $ 2.20 al día) se ha multiplicado por siete desde el cambio de milenio. En América Latina se ha duplicado.




No, we can´t!

No, we can´t!

Por Antonio Navalón

(El País, 09 de Noviembre del 2014)

Ha terminado la era Obama. Seguro que el presidente estadounidense cuenta las horas que le quedan para seguir durmiendo en la Casa Blanca. Es más, creo que si le fuera posible dimitir, seguramente se lo pensaría. Son los rasgos de las actuales crisis mundiales: la pérdida de liderazgo, la ausencia de referentes y la capacidad de consunción de los mensajes y los discursos políticos y sociales. Los resultados de las recientes elecciones legislativas de mitad de mandato son una derrota no sólo de Obama, sino de una manera de (no) entender la política. No comprendió que en 2008 fue elegido no sólo por ser el candidato de la esperanza, sino por ser el hombre de quien se esperaba que corrigiera las desviaciones que habían colocado al mundo al borde del precipicio.

Las dos guerras (Afganistán e Irak), derivadas y heredadas del 11-S, colocaron en una posición muy difícil a Barack Obama. Latinos y mujeres le dieron la victoria dos veces. En estos últimos comicios no es que esos dos colectivos hayan cambiado de opinión, es que han sido unas elecciones curiosas. Por ejemplo, nunca había habido 100 congresistas mujeres en la Cámara de Representantes. Pero pese a esas peculiaridades, hay una realidad aplastante: Obama no ha sido capaz de hacer ni un sólo acuerdo político. Es un gran orador, pero un pésimo presidente. El día que aceptó ser premio Nobel de la Paz, cuando en su trabajo y en su sueldo estaban dos conflictos pendientes de ganar, debimos haber descubierto la inconsistencia entre sus discursos y su actuación política.

Obama solo tenía un camino al llegar al poder, tras la grave degradación moral por la acumulación de crisis (militar, política, y económica): enfrentar, asumir y gobernar, desde una contundencia que no se atrevió a aplicar. Los banqueros, responsables de la crisis financiera y de otros hechos que acabaron llevando al líder demócrata al Despacho Oval, quedaron impunes.

Es evidente que hay una recuperación económica y que, en parte, se debe a su política, pero también lo es que la falta de firmeza y la confusión del Gobierno de Washington han hecho que amplias capas de la población hayan perdido la fe en que sirva de algo votar por él o por los demócratas.

Para América Latina también se abre un proceso porque quien quiera sustituir a Obama, deberá entender que llegó el momento de abrir, sobre otra base, el diálogo con las Américas. No habrá una política interna estadounidense sin una redefinición de la política exterior. Ejemplo: ¿Qué posición adoptará Estados Unidos en el caso mexicano? ¿Qué relación tendrá con Brasil? ¿Cuál con Centroamérica, con el Caribe y con todos esos países que, a lo largo de estos años, han ido viendo como el miedo, la insensibilidad o los problemas domésticos estadounidenses han castigado sin clemencia a los sin papeles, pero también a los con papeles que viven en el imperio del Norte?

Los olvidados por Obama son fundamentales para determinar, básicamente, las presidenciales de 2016. Lo peor que se puede decir de Obama con relación a América Latina es que no ha sido mejor que el Partido Republicano que con George W. Bush, dejo el subcontinente a su suerte. Al igual que su antecesor, en estos años el presidente demócrata ha intentado ocuparse del mundo, dejando América Latina en el olvido, algo que ya no será posible para su sustituto. Así como Obama se ha sentado dos veces en el Despacho Oval gracias al voto latino, para poder formular un trato, un pacto o un nuevo acuerdo, el próximo inquilino de la Casa Blanca deberá tener una política de emigración que pase por la solución de tanta acumulación de tragedias humanas.

No es verdad que los populistas del Tea Party hayan sido los más terribles opositores de todos los tiempos. En la historia reciente, hubo mandatarios como Roosevelt, que también tuvo una oposición republicana feroz y no sólo consiguió ganar varias elecciones, sino que fue capaz de gobernar. También hay que recordar en los 90 cuando Newt Gingrich, presidente de la Cámara de Representantes durante cuatro años, y su Contrato por América se convirtieron en el azote de Bill Clinton por el escándalo desatado tras el caso Lewinsky. Asi que el Tea Party no es mucho peor de lo que fueron esos ejemplos anteriores.

Lo que ocurre es que Obama entiende las formulaciones políticas, pero nunca ha querido aprender qué hacer para cumplir sus promesas. Tras seis años en el poder, no ha conseguido desarrollar el arte de lo posible, que eso es la política.

Con las negociaciones de paz en curso en Colombia, con la reestructuración profunda de la política de Brasil, con el problema de la impunidad planteado ahora ya a cara de perro en México y con la situación de violencia que vive Centroamérica o el aislamiento de una parte de Surámerica —con la excepción de Perú—, Estados Unidos necesitará articular una conversación, con presupuestos diferentes y nuevos, los que todo el mundo esperaba que hubieran sido la estrategia de la relación de Obama con América Latina. Sin embargo, eso no pasó y a los americanos que hablan español ni siquiera se les dio la oportunidad de un nuevo amanecer como les planteó a los musulmanes en su célebre discurso de la Universidad de El Cairo.

Ahora, es relevante saber a quién seguir la pista, pero más importante averiguar el cómo y mientras tanto ir apuntando en el libro de la Historia que el primer presidente nacido de YouTube, héroe del cambio, a través de las redes sociales, ha periclitado su mandato en un ocaso que es, sobre todo, comunicacional. Resulta curioso el silencio del gran comunicador.




Destrabemos la construcción de nuestro futuro

Destrabemos la construcción de nuestro futuro

Durante la última década, el Perú ha sido reconocido como una de las economías de mayor crecimiento en América Latina, con una tasa de crecimiento promedio anual superior al 6%. Sin embargo, nuestra economía se ha desacelerado en el último año. Hace pocas semanas, Alonso Segura, Ministro de Economía y Finanzas, calificó al 2014 de “mediocre”, y afirmó que creceremos alrededor de 3.5%, un estimado que se ha tenido que ir reduciendo a lo largo del año.

En un reciente reporte de Bank of America, se recomienda comprar bonos soberanos colombianos por encima de los peruanos, garantizando que Colombia sería la nueva estrella de la región, y tendría mayores fortalezas. Esto se debe principalmente a las medidas de este país para promover la inversión privada (lo mismo que el Perú hizo desde la década del 90 y especialmente en el nuevo siglo), crear un ambiente de confianza, y eliminar trabas burocráticas para avanzar en infraestructuras. (Ver en Lampadia (L): Mientras Colombia crece, el Perú decrece y le echa la culpa al cobre, a China y a los malos vientos…)

El principal componente del crecimiento de la economía es la inversión privada. En los últimos años Colombia ha comenzado a promoverla inversión minera, en el 2013 representó el 17.4% de la inversión extranjera directa (IED). Los colombianos buscan aprovechar sus recursos naturales para captar dinero y mejorar su competitividad.

En cambio en el Perú ha sucedido todo lo contrario. En los últimos años se ha fomentado una serie de mitos anti mineros (que contamina, que se gasta el agua, que exporta piedras, que no se puede hacer minería en las cabeceras de cuenca, etc.). Además, de facto y paulatinamente, se instaló un ambiente anti inversión privada mediante todo tipo de trabas burocráticas, permisos ambientales, culturales, que además del empoderamiento de las autoridades regionales y municipales con capacidades discrecionales absolutas (con el dinero del canon en sus manos, pensaron que no necesitaban al sector privado yactuaron como si los ciudadanos individuales y las empresas fueran sus enemigos). Todo esto, la parálisis de la inversión minera y sus efectos multiplicadores, terminaron desacelerando a una de las economías más dinámicas del mundo, nuestro Perú.

En las últimas elecciones regionales se eligió a un buen número de candidatos anti-mineros. Buenaventura recibirá un impacto negativoen el valor de sus acciones como producto de la elección de un candidato que se opone al proyecto Conga (como lo indica hoy Moody’s). Otros candidatos en distintos departamentos del país, como en Ancash, Puno, Apurímac, Junín y Madre de Dios, también son anti-inversión y podrían presentar grandes obstáculos en el futuro.

El Perú es un reconocido productor mundial de cobre, oro, plata y zinc. La minería genera normalmente el 60% de los ingresos por exportación,con solo el 15% del PBI. Para poder retomar nuestra competitividad y reanudar el alto crecimiento que nos consagró como ‘La estrella de América Latina’, se tienen que tomar medidas de inmediato.

El principal obstáculo es la desaceleración de la inversión privada causada por el deterioro de la confianza, las expectativas y el clima de inversión.

Para esto se debe facilitar el impulso de grandes proyectos, atrayendo a los inversionistas para desarrollar su potencial. Se tienen que eliminar o acortar el número de normas y permisos que enfrenta la actividad minera y los proyectos de infraestructuras. Por ejemplo en minería se requiere superar los siguientes trámites: Enexploración (6), explotación (84), ambiente (47), agua (10), tributos (9) y cierre de minas (13), llegando a un total de 180 normas que hoy regulan la minería en 130 instancias distintas. Hemos pasado de 1 (una) norma en los 90’s a 180. (Ver en L: El Perú renuncia al desarrollo y al bienestar general.) Parece un complot. Tenemos que facilitar la inversión y reactivar la minería, como un acto de consecuencia mental y compromiso con la obligación de reducir la pobreza. En las palabras del gran reformador Neranda Modi, Primer Ministro de la India, lo que se necesita es: “No red tape, only red carpet for investors”. (Ver en L: La visión de país y reformas que el Perú necesita).

El Perú tiene alrededor de US$ 60 mil millones en proyectos de inversión minera, incluyendo los US$ 1.7 MM en la mina de cobre Constancia, que deberá comenzar su producción a finales de este año. También tenemos el proyecto de cobre de Las Bambas y la expansión de Cerro Verde. Chinalco ya está poniendo en marcha la producción de Toromocho.Tía María debería empezar su mayor inversión en los próximos meses. Todos estos proyectos tienen un riesgo alto de retraso o cancelación si no se toman medidas oportunas y efectivas.

El gobierno dice tener previsto tomar medidas adicionales para garantizar que la economía se expanda en un 6% al año en promedio. Esperemos que estas medidas incluyan la viabilización de por lo menos siete proyectos productivos y de infraestructuras, públicos y privados, para poder reactivar rápidamente la economía del país. (Ver en L: 7 equipos que aseguren el desarrollo de 7 proyectos).

No hay más tiempo que perder. Necesitamos acción, ¡AHORA!  Lampadia




Perú es el país en el que más creció la clase media

Perú es el país en el que más creció la clase media

Hace unos días el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hizo  público su informe: “Perfil de estratos sociales en América Latina: pobres, vulnerables y clase media”. Los resultados del estudio fueron espectaculares. En doce años 56 millones de latinoamericanos dejaron la pobreza extrema. 

Recogiendo esta extraordinaria conclusión, El País de España tituló: “Más de 56 millones de ciudadanos dejaron la pobreza en Latinoamérica”. Para que no queden dudas de que esta es una fantástica noticia, en el primer párrafo de la nota reitera con entusiasmo: “Más de 56 millones de personas salieron de la pobreza extrema en América Latina entre 2000 y 2012. No se trata de una propaganda a favor de algún gobierno, sino del informe mundial de Desarrollo Humano 2014 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), titulado Sostener el Progreso Humano: Reducir Vulnerabilidades y Construir Resistencias, divulgado en julio de este año”.

Más adelante el diario español detalla: “Naciones Unidas explica que los ciudadanos en pobreza extrema son los que reciben hasta cuatro dólares al día. Los latinoamericanos en esta situación eran 189.9 millones en 2000, el 41.7% de una población de 454.9 millones de personas. En 12 años, 56.2 millones dejaron ese grupo, de modo que el número de pobres bajó a 133.7 millones en 2012, el 25.3% de los 528.3 millones de habitantes de la región, subraya el PNUD. Ese progreso es resultado sobre todo del crecimiento económico de la última década, pero el estudio revela que el 38,3% se debió también a políticas redistributivas”.

Como se puede apreciar, la nota del país muestra positivamente y como un indudable logro de las políticas económicas los resultados del citado informe del PNUD. A diferencia de ello, y realmente de forma inentendible, la prensa peruana decidió mostrar las conclusiones del estudio sobre Perú de forma absolutamente negativa.

El martes 26 de julio, Gestión tituló: “El 40% de peruanos es vulnerable de regresar a la pobreza, según el PNUD”; La República: “Un 40% de peruanos puede regresar a la pobreza” y El Comercio: “PNUD: 20 de cada 100 personas son pobres en el Perú”.

Para estos diarios, lo importante no es que el Perú haya reducido la pobreza de 50.5% a 24.2%, que la clase media consolidada que llegaba en el 2000 a apenas 15.2% hoy sea de 34.3% y que sea la que más haya crecido en la región con 19 puntos porcentuales adicionales. Tampoco les parece resaltante que el PNUD señale que este se deba al crecimiento de la economía.

Para los medios peruanos, lo importante parece ser que tengamos un 40% de población vulnerable.Este porcentaje de la población no es pobre, pertenece a la clase media no consolidada, que ante una crisis económica, podría revertir su condición de no-pobre, como lo vimos cuando el propio Banco Mundial y el BID reportaron resultados muy similares. Ver en Lampadia (L): Más allá de los paradigmas – Mayoría de peruanos es de Clase Media. En vez de resaltar el indudable logro de que se sacó a millones de peruanos de la pobreza, se insiste en mostrar lo negativo. Esta difusión, poco rigurosa, de la prensa limeña, rebota en las radios de provincias, que no necesariamente tienen otras fuentes de información. ¿Se quiere desmoralizar a la población, ahora que justamente estamos pasando por meses de restricción en el crecimiento? ¿Pesimismo o deseo de apoyar campañas políticas? ¿Qué dicen los directores de estos diarios?

El Perú, además es el país en el que más creció la clase media (19.1%) y el segundo que más redujo la pobreza (26%). Estos resultados confirman las cifras del INEI y de varios especialistas nacionales que afirman que estos resultados se deben al crecimiento económico que ha traído el modelo de libre mercadoaplicado en el país desde los 90 (ver en (L): Al menos 80% de la reducción de la pobreza es por el crecimiento).

Ya va siendo hora de que la prensa nacional, que muchas veces se jacta de su neutralidad, sea más equilibrada y rigurosa y queno oculte nuestros logros. Lampadia




UE critica que gobiernos de AL aprovechen veto ruso

UE critica que gobiernos de AL aprovechen veto ruso

Argentina, Brasil, Uruguay y Chile buscar vender más productos agroalimentarios ante sanciones rusas a Europa.

Comentario de Lampadia: No le falta razón a la UE, pues los comportamientos de Rusia deben ser rechazados por toda la humanidad. Si por un negocio, que no va a durar mucho tiempo, te casas con el diablo, te quemarás por gusto. No sorprende que Brasil y Argentina estén en este camino, pero da mucha pena que Chile rompa una tradición de coherencia política de muchas décadas.

Ver en Lampadia: Los riesgos del nuevo imperialismo ruso

(La República, 15 de Agosto del 2014)

La Unión Europea (UE) transmitirá en los próximos días a un grupo de países de América Latina su malestar por las rápidas reacciones oficiales luego de las sanciones rusas a los productos agrícolas de la UE, Estados Unidos, Australia, Canadá y Noruega y los llamará a tener en cuenta el carácter político del actual conflicto, según informan varios medios europeos.

En la UE cayó mal que los embajadores de Argentina, Chile, Ecuador y Uruguay en Moscú se reunieran, pocas horas después de que el presidente ruso Vladimir Putin decretase la prohibición de importaciones.

Ante ello, varios gobiernos y organizaciones de comercio exterior de América Latina resaltaron de inmediato que las medidas de Moscú prometen beneficios para la región.

Jorge Capitanich, el jefe de Gabinete de la Argentina, manifestó que su gobierno elabora una agenda para “maximizar el comercio con Rusia”. “Estamos desarrollando la agenda con el sector privado para potenciar las exportaciones de nuestros productos, que van a sustituir a los de la UE y los Estados Unidos”, agregó.

Seneri Paludo, secretario de política agrícola del Gobierno de Brasil, resaltó que el embargo de Rusia a los alimentos europeos podría permitir a Brasil exportar más maíz y soja a ese país. Interesantes para Brasil pueden ser también las posibilidades de vender más carne vacuna y de aves.

Según fuentes rusas, para setiembre está planeada la visita de Tabaré Aguerre, ministro de Agricultura de Uruguay, a Moscú. El presidente de la Unión de Exportadores del Uruguay, Álvaro Queijo, es, sin embargo, escéptico. “Las mejoras de este tipo no son las más deseadas, prefiero que sean reales y fruto de la competitividad”, señaló.

Andrés Rebolledo, director de Relaciones Económicas Internacionales de Chile, dijo que también ve una “oportunidad de aumentar las exportaciones chilenas a Rusia”.

“Este es un tema estrictamente comercial. Nuestras posiciones en política exterior son claras (…). Son canales separados”, manifestó.




El nuevo clúster de la cocina nacional

El nuevo clúster de la cocina nacional

En la última edición impresa de The Economist se incluye un artículo que da cuenta del boom de la gastronomía peruana, a la que califica como una “industria del conocimiento” basada en la fusión cultural. La revista resalta el rol que ha jugado en este despegue Gastón Acurio. Asimismo, asegura este sector es uno de los más dinámicos de la economía nacional y que los restaurantes representan el 3% del PBI del Perú. Este éxito se logró debido a que “la industria de restaurantes de Lima es un ejemplo perfecto de un grupo de negocios de la clase que los gobiernos latinoamericanos y los burócratas internacionales anhelan crear por decreto. Sin embargo, como la mayoría de los ecosistemas empresariales exitosos, este ha surgido desde abajo, impulsado por las fuerzas del mercado”. Líneas abajo la traducción de Lampadia. Lampadia.

En una cálida mañana de verano a principios de este mes [febrero], decenas de obreros daban los toques finales a la restauración de la Casa Moreyra, una casona colonial del siglo XVII en San Isidro, el distrito financiero de Lima, la capital del Perú. Con una inversión de US$ 6 millones, la Casa Moreyra es el nuevo hogar de Astrid y Gastón, un restaurante que ocupa el puesto 14 a nivel mundial según la revista Restaurant. El objetivo, más o menos explícito de Gastón Acurio, su chef propietario, al trasladarse a este imponente local, es convertir a Astrid y Gastón en uno de los restaurantes más importantes del mundo.

Acurio es el promotor de la revolución gastronómica peruana, así como su principal empresario. En las últimas dos décadas ha puesto en marcha treinta y siete restaurantes en once países, con ventas anuales totales que superan los cien millones de dólares. Cada uno de sus restaurantes ofrece diferentes tipos de comida peruana, desde el ceviche hasta la fusión ítalo-peruana. Pero su imperio culinario no es una casualidad aislada. No menos de siete de los quince principales  restaurantes gourmet en América Latina se encuentran en Lima, según Restaurant.

La capital peruana se ha convertido en una meca gastronómica. Hasta hace poco, los turistas se dirigían directamente al Cusco, la antigua capital de los incas, y a las ruinas de Machu Picchu. Ahora unos 75 000 visitan Lima cada año exclusivamente para disfrutar de su comida, y gastan un promedio de 1250 dólares cada uno, según la asociación de turismo e industria. Maximixe, una consultora, estima que solo los restaurantes representan el 3% del PBI del Perú y que el sector está creciendo a mayor velocidad que el resto de la economía en su conjunto. La gastronomía se ha convertido en una industria de exportación: varios cientos de restaurantes peruanos, muchos de ellos franquicias, se han creado en todo el mundo en la última década, de acuerdo con Apega, la Sociedad Peruana de Gastronomía.

Desde el guano en el siglo XIX hasta el cobre y el oro de hoy, al Perú se lo conoce como un exportador de materias primas. Ahora, a través de su cocina, agrega valor a muchas de sus materias primas. Estas incluyen la pesca más rica a nivel mundial y una extraordinaria biodiversidad de su tierra. La variedad de climas del Perú, desde el desierto costero a los valles andinos y la selva amazónica, producen una gran abundancia de frutas, verduras, especias y granos (como la quinua y la kiwicha), así como una enorme variedad de papas, maíz y legumbres. Las autoridades esperan que la expansión de los restaurantes peruanos en el extranjero transforme la imagen del país, sumándose a los recursos de sus exportaciones de alimentos y que cree demanda por sus insumos.

La industria de restaurantes de Lima es un ejemplo perfecto de un grupo de negocios de la clase que los gobiernos latinoamericanos y los burócratas internacionales anhelan crear por decreto. Sin embargo, como la mayoría de los ecosistemas empresariales exitosos, este ha surgido desde abajo, impulsado por las fuerzas del mercado.

La cocina peruana es una «industria del conocimiento», basada en la fusión cultural. El país fue la sede del imperio inca y del virreinato español. También atrajo a muchos tipos diferentes de migrantes, entre ellos los italianos, los japoneses y los chinos. Las últimas dos décadas se ha producido toda una innovación sobre la base de este rico crisol. Chefs renombrados, procedentes de las clases altas, como Acurio, han convertido la cocina en una profesión codiciada. Según Maximixe, Lima cuenta ahora con cincuenta y dos escuelas de cocina de gestión privada, frente al puñado que había en la década de 1990. Aquí se encuentra la única sede sudamericana de la escuela Cordon Bleu de Francia, que ahora está a la búsqueda de un tercer espacio en la ciudad.

Acurio espera que esta nueva generación de chefs peruanos conquiste el mundo: «Hemos puesto la cocina peruana en el mapa mundial, y ahora tenemos que hacer que sea uno de los ejes de la cocina mundial». Sin embargo, hay riesgos. La gastronomía es caprichosa. El continuo crecimiento depende de una calidad consistente. Así como la fama de los cocineros renombrados se expande, su reputación dependerá de lo bien que hayan entrenado a quienes preparan y cocinan en sus nombres. En la base de la industria, muchos restaurantes operan en la economía informal, con camareros mal entrenados. La ampliación de la exportación de insumos también requiere un gran esfuerzo para producir a escala, para mejorar el transporte y para cumplir con las normas de seguridad alimentaria.

Aun así, la revolución gastronómica peruana, junto con el rápido crecimiento económico en la última década, ha contribuido a restablecer la autoestima nacional en un país que hace un cuarto de siglo fue sacudido por el terrorismo y la hiperinflación. Cocinar ahora compite con Machu Picchu como una fuente de orgullo nacional, según las encuestas de Ipsos. No es de extrañar que se hable Acurio, hijo de un exministro y portador de un mensaje altamente político de las posibilidades de la inclusión social a través del trabajo con los agricultores y pescadores, como un posible candidato presidencial. Por ahora él descarta esa contingencia: «Lo que un cocinero hace es política desde la cocina», dice. Para el Perú es un buen negocio y para la economía, también.




La restauración estalinista

La restauración estalinista

El artículo de Héctor E. Schamis, publicado en el País de España, es fundamental para entender lo que acaba de ocurrir en la última cumbre del CELAC (ver Fin de la democracia en Latinaomérica). El informe explica como la diplomacia petrolera de Chávez y los hermanos Castro ha ido encumbrando a una serie de regímenes de izquierda en América Latina que carecen del romanticismo guevarista, pero si mucho de pragmatismo. Un neo estalinismo, que por ende no es progresista, sino reaccionario pero con la particularidad de tener un “carácter monáquico sultanista” en el que se realizan reformas constitucionales para perpetuar sanguíneamente a los caudillos: cónyuges como sucesores, entronización de hijos, hermanos, parientes cercanos. Un Macondo petrolero con gigantes inversiones públicas, corrupción desmesurada, sucesiones familiares, pero pletóricas de discursos populistas barnizado por “las ideas muertas” que propugnaba el comunismo y que fueron tan abyectamente traicionadas por los estados que levantaron la bandera de la hoz y el martillo. En suma, una amenaza para las libertades democráticas que como “un fantasma” recorre Latinoamérica.

HÉCTOR E. SCHAMIS  Publicado en El País de españa 3 FEB 2014

Los verdaderos progresistas latinoamericanos hace tiempo que dejaron de peregrinar al pie de la Sierra Maestra a esperar al hombre nuevo, saben que no bajará jamás.

La década de las revoluciones democráticas comenzó con la caída del muro de Berlín, en noviembre de 1989. Continuó con la unificación de Alemania, en octubre de 1990, y la disolución de la Unión Soviética, en diciembre de 1991. Allí se terminó el régimen del estado-partido y la estrategia de dominación estalinista. Por cierto que no fue el fin de la historia, pero sí fue el final de una particular lectura de la misma, el de la teología marxista. La transición al capitalismo democrático era una involución inconcebible. La historia estaba yendo a contramano de la historia.

América Latina seguía entonces bajo los efectos de la crisis de la deuda y la década pérdida, con una democracia nueva y sobre todo frágil. En Argentina, Brasil y México, comenzaron los programas de apertura y privatización bajo Menem, Collor y Salinas, respectivamente. La literatura especializada comenzó a hablar de “populismo neoliberal” y en Perú de “fujipopulismo”—neoliberalismo también, pero autoritario.

Chile apenas comenzaba con el gobierno de Aylwin en marzo de 1990, con una economía estable pero con innumerables legados del pinochetismo. La caída del muro de Berlín tendría especial significación. No sólo coincidió con la transición, sino también con el retorno de los exiliados, muchos de los cuales volvían del socialismo realmente existente con visible desencanto. Quienes regresaban de Estocolmo u Oslo, en contraste, habían descubierto un capitalismo con justicia social y democracia liberal, es decir, con derechos y garantías. Para la ortodoxia vernácula, esa controversia era un inaceptable revisionismo contrarrevolucionario.

En una exquisita ironía de la historia, Erich Honecker, el hacedor de la dictadura perfecta en Alemania Oriental y ahora víctima de un cáncer terminal, iría a morir a Santiago en 1994, donde vivía su hija con su marido chileno. En un suceso impregnado de simbolismo, su funeral fue llevado a cabo por la legendaria cúpula del Partido Comunista chileno, casi con los honores de un jefe de estado y solemnidad revolucionaria. Tal vez allí estuvieran enterrando también los vestigios de su propio estalinismo. Curiosamente, ese mismo año los comunistas volverían al poder en Polonia y Hungría, sólo que como socialdemócratas y por medio de elecciones libres. La estética de la democracia en su expresión más acabada.

Para Cuba, el fin de la Unión Soviética significó la pérdida de los subsidios agrícolas y energéticos. Esa fue su propia década perdida, una profunda recesión que llevó al “Período Especial,” con cambios legales y de política económica. Se instauró el sistema bi-monetario y se modificó la constitución a fin de legalizar la propiedad privada e incrementar la competitividad en la agricultura. Parecía que pronto llegarían la apertura política y la democratización. Cuando grupos disidentes progresistas comenzaron a participar en la Internacional Socialista hacia fines de la década, ese mensaje también se escuchó de parte de figuras de prestigio como Felipe González y Ricardo Lagos, entre otros. El propio Insulza, ex ministro de Lagos, se manifestó en favor de la democratización de Cuba al asumir en la OEA en 2005.

Pero la democracia no era el objetivo del estado-partido. Como en Hungría en 1968 y China a fines de los setenta, la liberalización económica parcial fue un instrumento para recuperar oxígeno y ganar tiempo. Que algo cambie para que nada cambie. Aguantar la crisis descomprimiendo la economía hasta encontrar la manera de atraer recursos financieros externos, salir del aislamiento internacional y recuperar el control político interno.

Y eso ocurrió justamente gracias a Petrocaribe a partir de 2005. Venezuela comenzó a vender a Cuba petróleo fuertemente subsidiado, que Cuba a su vez exporta aún hoy a precio de mercado. La utilidad de ambos fue política. Cuba se hizo de una renta petrolera—paradójicamente, sin tener petróleo—para superar la crisis de los noventa y estabilizar al régimen. La petro-diplomacia le permitió a Venezuela expandir su influencia en la región con al apoyo disciplinado de los beneficiarios de Petrocaribe, Cuba y catorce países más.

Esta historia para darle contexto a lo que acaba de ocurrir en la cumbre de CELAC: ni más ni menos que la re-legitimación del estalinismo. Un proceso que comienza con Petrocaribe en 2005, cuando el estalinismo ya era historia, para concluir esta semana en La Habana. En definitiva, una restauración, que por lo general son autoritarias y conservadoras, y aun definitivamente reaccionarias.

Una restauración siempre genera un régimen con tendencias geriátricas; al ser tardío, por definición. Muestra rasgos originales, pero en descomposición por el paso del tiempo. Se mezcla con Macondo, que como bien sabemos es un orden político centenario, lo cual lo hace aún más vetusto. El estalinismo tardío ya no cuenta con el romanticismo Guevariano en sus rituales, ahora sólo tiene el realismo de Odebrecht y la obra pública, el capital chino y su gélido pragmatismo; y huele a petróleo en su descomposición.

Pero el romanticismo no se agotó esta semana. Los verdaderos progresistas latinoamericanos hace tiempo que dejaron de peregrinar al pie de la Sierra Maestra a esperar al hombre nuevo, saben que no bajará jamás. Por eso la respuesta al disenso siempre es “ad hominem”, la calumnia para descalificar, la falsificación como estrategia comunicacional. El disidente es de la CIA; el independiente es un colaborador del imperio; y los derechos humanos que proclaman organismos con oficinas en Washington son el invento de una conspiración. Se dirán de izquierda, pero son los mejores discípulos de Goebbels.

Esta nueva izquierda latinoamericana no es progresista, en realidad es lo opuesto, vieja y reaccionaria. Está construyendo un orden conservador, una restauración estalinista pero de carácter monárquica y sultanista—una impensable alquimia de la teoría política. Reformas constitucionales para perpetuarse en el poder, cónyuges que son sucesores presidenciales, hermanos heredando un poder dinástico. ¿Es ese es el politburó de la CELAC? ¿Es esta la utopía de su revolución?

La buena noticia es que declararon a América Latina “zona de paz”; aunque ignorando a las cientos de miles de víctimas de la inseguridad, la “otra” guerra, la del narcotráfico, que a menudo los tiene como socios. Pero es cierto que, hasta ahora al menos, las guerras del estalinismo tardío han sido principalmente guerras de unos blogueros contra otros. No deja de ser un avance si recordamos que el estalinismo temprano tenía acceso al botón nuclear.

Hector E. Schamis es profesor en Georgetown University, Washington DC.

Twitter @hectorschamis




Fin de la democracia en Latinoamérica

Fin de la democracia en Latinoamérica

Los gobiernos latinoamericanos acaban de cometer un suicidio político al suscribir la declaración de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe realizada en La Habana durante el 28 y 29 de enero último. En el primer punto de este documento, renuncian a la defensa de la democracia y la condena del totalitarismo al señalar: “Reiteramos que la unidad y la integración de nuestra región debe construirse gradualmente, con flexibilidad, con respeto al pluralismo, a la diversidad y al derecho soberano de cada uno de nuestros pueblos para escoger su forma de organización política y económica”.

Solo faltaron los cencerros para la comparsa latinoamericana dirigida por Cuba

De esta forma, se avala al régimen autoritario con que los  hermanos Castro oprimen al pueblo cubano y, las maniobras abiertamente antidemocráticas que emplean los gobiernos chavistas de la región.

Esta flagrante abdicación fue expresada más claramente aún en la Proclama que declara a América Latina y el Caribe como “Zona de Paz”. En el acápite cinco irresponsablemente se señala: “El compromiso de los Estados de la América Latina y el Caribe de respetar plenamente el derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural, como condición esencial para asegurar la convivencia pacífica entre las naciones”.

Los pueblos de América Latina quedan expuestos a cualquier intentona que cercene las libertades no solo políticas sino también económicas. No se entiende como los presidentes democráticos han sido sometidos por caudillos como los hermanos Castro o el presidente venezolano Nicolás Maduro, que son responsables de llevar a sus países al desastre económico, amén de impedir que los ciudadanos ejerzan su voluntad abiertamente.

Con esta declaración el CELAC se quita la careta y se evidencia que la exclusión de EEUU y Canadá era para facilitar una manipulación del compadrazgo latinoamericano en favor de la oprobiosa dictadura cubana y de los arrestos antidemocráticos que promueven los países del Alba.

El respaldo al régimen cubano es inentendible, si se toma en cuenta que todas las naciones del continente se adhirieron a la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA). 

Este documento clave que es mandatorio y firme en la defensa de los principios democráticos, se define con claridad la obligación de los gobiernos a defender este tipo de régimen: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla. La democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos de las Américas”.

Para que no quede dudas, en el artículo dos se define como se entiende el ejercicio democrático: “El ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos. La democracia representativa se refuerza y profundiza con la participación permanente, ética y responsable de la ciudadanía en un marco de legalidad conforme al respectivo orden constitucional”.

Dado que los gobiernos latinoamericanos, al suscribir el acuerdo del CELAC, han traicionado estos principios, a los demócratas del continente nos asiste la obligación de exigir el retiro denuestros países de esta organización que atenta contra las libertades ciudadanas, debilita la democracia en la región y apoya abiertamente a las dictaduras.  Lampadia




Dani Rodrik: Ideas desde Davos

Dani Rodrik: Ideas desde Davos

Dani Rodrik es un destacado economista de Princeton y Harvard, y uno de los más influyentes a nivel internacional en temas relacionados a crecimiento y desarrollo económico y reformas de Estado. En una entrevista para Perú 21 desde la sede donde se lleva a cabo el Foro Económico Mundial, Rodrik habla sobre el nuevo escenario internacional que le espera a los países emergentes para continuar la senda de crecimiento que han mostrado en los años previos, las políticas económicas de los países de América Latina, y los retos en materia de reformas institucionales. Uno de los mensajes que deja el experto es que “no existe un libro de recetas para ejecutar reformas”, ya que mejorar la gobernanza, las instituciones regulatorias, y en general el ambiente de inversiones con mejor protección a los derechos de propiedad involucra cambios difíciles y largos cuyos diseños varían de un contexto a otro. Asimismo, Rodrik señala que uno de los desafíos prioritarios de la región es reducir la informalidad a través de políticas que se adecuen a las causas que la generan.   

Leer la entrevista completa publicada en Perú 21, jueves 23 de enero de 2014