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La próxima Revolución de la Producción

La próxima Revolución de la Producción

La propagación de las tecnologías digitales está impulsando una nueva revolución de la producción que tendrá implicancias en las políticas económicas y en el empleo. La OCDE ha explorado los efectos de la digitalización de la producción en su Informe “La próxima revolución de la producción – Un reporte para el G20“, el cual explora las tecnologías más importantes que están contribuyendo a la Próxima Revolución de la Producción, y proporciona algunas indicaciones sobre la mejor manera de adaptarse al progreso tecnológico.

En la tabla de contenido del informe se encuentran los siguientes temas:

1. Productividad y las tecnologías de la próxima revolución de producción 
2. Tecnologías digitales y producción futura
3. Bioproducción y biotecnología industrial
4. Nanotecnología: un habilitador para la próxima revolución de la producción 
5. Impresión 3D, producción y el medio ambiente 
6. Nuevos materiales y la próxima revolución de producción
7. La difusión de nuevas tecnologías de producción: ¿qué pueden hacer los gobiernos? 
8. Aceptación pública y nuevas tecnologías: por qué importa esto y qué opciones están abiertas
al gobierno? 
9. Desarrollar la previsión sobre la producción futura: ¿qué deberían hacer los gobiernos? 
10. La próxima revolución de la producción y los países en desarrollo 

De hoy al 2030, la aplicación de innovaciones, desde impresoras 3D hasta robótica, desde nuevos materiales hasta fabricación dirigida, generará profundos cambios en los mercados laborales, así como en el entorno, la distribución del ingreso y la educación.

Según el informe, la producción de bienes y servicios se ha transformado de muchas maneras en los últimos años. En primer lugar, la producción tiene lugar cada vez más a través de las fronteras, en las cadenas de valor mundiales. En segundo lugar, la producción se basa cada vez más en el conocimiento e involucra una combinación de bienes y servicios. En tercer lugar, una parte cada vez mayor de la producción, en particular en el sector de los servicios, se ve afectada por la digitalización. Y finalmente, una nueva ola de cambio tecnológico está alterando fundamentalmente la naturaleza de la producción, anunciando lo que se ha denominado una próxima revolución de producción. Asegurar que estas transformaciones respalden el crecimiento y el bienestar general requiere políticas sólidas en muchas áreas y es un enfoque actual del informe de la OCDE.

Cadenas de valor global

En las últimas décadas, el mundo ha sido testigo de un movimiento creciente de capital, insumos intermedios, bienes finales y personas. El progreso tecnológico y la innovación, especialmente en el transporte y la comunicación, junto con la liberalización del comercio, han llevado a la fragmentación de la producción a través de las fronteras y entre las tareas. Los bienes y servicios, y sus componentes, se producen y montan en diferentes lugares, a menudo agrupados geográficamente a nivel local y regional, antes de llegar a sus mercados objetivos. La OCDE y la OMC señalan la creciente importancia de las cadenas de valor mundiales para el comercio y la producción internacional, y señalan “la heterogeneidad y complejidad de los flujos comerciales en estas cadenas de valor mundiales”. Ya sea para el consumo nacional o internacional, la dependencia cada vez mayor de la producción en insumos intermedios producidos en otros lugares hace hincapié en la necesidad de que los países actúen de forma tal que exploten sus ventajas comparativas y se beneficien plenamente de las cadenas de valor mundiales.

Capital basado en el conocimiento

Al mismo tiempo, la ventaja competitiva sostenida en la producción se basa cada vez más en la innovación, que a su vez está impulsada por inversiones en I + D y diseño, software y datos, así como capital organizacional, habilidades específicas de la empresa, desarrollo de marcas y marketing. La generación de mayor valor agregado depende en gran medida del desarrollo (continuo) de capacidades y recursos superiores y, a menudo, específicos de la empresa. Estos son frecuentemente intangibles, tácitos, no comerciables y difíciles de replicar. 

La inversión en el Capital basado en el conocimiento  se ha convertido en un importante factor de éxito. Los países de la OCDE se especializan cada vez más en el desarrollo de ideas, conceptos y servicios relacionados con la producción de bienes físicos, y menos en la producción de bienes físicos como tales.

La digitalización de la economía y la sociedad

Las innovaciones impulsadas por las tecnologías digitales tienen un gran potencial para impulsar el crecimiento e impulsar las mejoras sociales, incluso en áreas como la administración pública, la salud, la educación y la investigación. Por ejemplo, la creación de grandes volúmenes de datos y la capacidad de extraer conocimiento e información de ellos (“big data”) está iniciando una nueva ola de innovación (basada en datos) y ganancias de productividad. El análisis de estos datos (a menudo en tiempo real), cada vez más desde dispositivos inteligentes integrados en Internet of Things, abre nuevas oportunidades para la creación de valor a través de la optimización de los procesos de producción y la creación de nuevos servicios. Esto es lo que algunos denominan “Internet industrial” como potenciación de máquinas y sistemas autónomos que pueden aprender y tomar decisiones independientemente de la participación humana y generar nuevos productos y mercados.

La próxima revolución de producción

A medida que la economía mundial continúa transformándose, las nuevas tecnologías se mezclan y amplifican las posibilidades de los demás en distintas formas. Muchas tecnologías de producción potencialmente disruptivas ya están empezando a tener un impacto. Por ejemplo:

  • El Big Data permite cada vez más más información sobre cualquier tema.
  • Los robots están listos para ser más inteligentes, autónomos y ágiles.
  • Las impresoras 3D son cada vez más baratas y sofisticadas. Ahora se pueden imprimir objetos (como una batería eléctrica) que incorporan estructuras múltiples hechas de diferentes materiales.
  • La construcción inteligente de abajo hacia arriba y el autoensamblaje de dispositivos podría convertirse en una rutina, transformando la manufactura.
  • La nanotecnología, que utiliza las propiedades de materiales y sistemas por debajo de la escala de 100 nanómetros, podría hacer que los materiales sean más resistentes, más livianos y mejores conductores eléctricamente, entre otras propiedades.
  • La tecnología de la nube permite el rápido crecimiento de los servicios basados ​​en Internet.

Estas nuevas tecnologías de producción podrán impulsar significativamente la productividad, especialmente si se pueden difundir entre empresas menos productivas y respaldar un proceso de crecimiento inclusivo. Las nuevas tecnologías también podrían hacer que la producción sea más segura, ya que los robots reemplazan a los humanos en las tareas de fabricación más peligrosas. Las nuevas tecnologías de producción también mantienen la promesa de una producción más limpia y la creación de una gama de productos que podrían ayudar a enfrentar los desafíos globales. Por ejemplo, las instalaciones que producen productos químicos o plásticos de base biológica podrían ayudar a abordar problemas ambientales y de residuos y generar nuevos empleos.

Desafíos para la política

Al mismo tiempo, varias barreras podrían obstaculizar el impacto potencial de la próxima revolución de la producción en la productividad, el crecimiento, el empleo y el bienestar. Por un lado, todavía hay un bajo nivel de adopción de tecnología digital en la mayoría de las empresas, lo que impide la realización de todo su potencial. Impulsar la próxima revolución productiva no solo se trata de cambios tecnológicos: beneficiarse de las nuevas tecnologías también depende de la capacidad de las empresas, los trabajadores y la sociedad para ajustarse al cambio, y de políticas gubernamentales que aseguren que esta transformación sea incluyente y genere ganancias de amplia base a través de la población. El cambio organizacional, la innovación en el lugar de trabajo, la gestión y las habilidades son algunas de las áreas en las que las empresas necesitarán invertir para respaldar un rápido cambio tecnológico, respaldado por inversiones públicas complementarias en educación, investigación e infraestructuras. También es esencial que los recursos fluyan hacia las empresas más productivas e innovadoras. La confianza también será fundamental para maximizar los beneficios sociales y económicos de la economía digital. Y, a medida que nuestra dependencia de las tecnologías digitales aumenta, también lo hacen nuestras vulnerabilidades, haciendo que la seguridad en línea, la privacidad y la protección del consumidor sean cada vez más esenciales.

Cuantos más gobiernos y empresas entiendan las implicaciones de las nuevas tecnologías para la producción, mejor posicionadas estarán para prepararse para los riesgos, conformar políticas apropiadas y cosechar los beneficios. Lampadia

Además, compartimos líneas abajo una sección del informe que consideramos muy importante y relevante para el Perú y los demás países emergentes: