1

¿Cómo se encuentra el mundo tras la crisis financiera del 2008?

Ha pasado una década desde que la economía mundial experimentó la crisis de las hipotecas subprime, considerada la más grande crisis financiera acontecida en la historia desde el Crack del 29. El detonante, que tuvo lugar en septiembre del 2008, con la quiebra de Lehman Brothers – considerado hasta entonces el cuarto banco de inversión más importante de EEUU – sirvió como precedente para una caída sincronizada de gran parte de los índices bursátiles del mundo desarrollado, por la considerable pérdida del valor y consecuentes defaults de diversas instituciones financieras y empresas trasnacionales de renombre que listaban en tales mercados.

Esto último sumió en el desempleo y la pobreza a por lo menos 12 millones de personas sólo en México, según fuentes del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. En América Latina, el principal impacto se dio, como es costumbre en estas crisis originadas en el exterior,  a través del canal comercial; sin embargo, gracias a la política fiscal contracíclica en el 2009 que fue posible por la acumulación de reservas en más de una década previa (ver Lampadia: Los sólidos fundamentos macroeconómicos), nuestro país salió bien librado con un crecimiento del 1.1%, mientras que el promedio de la región caía en -1.5%, según cifras del Banco Mundial.

Es menester señalar que, contrariamente a lo que se piensa en diversos círculos académicos y políticos, las causales de esta crisis financiera internacional no tienen nada que ver con la desregulación financiera, siendo la industria bancaria altamente regulada por la tasa de interés de referencia, los encajes y demás instrumentos de política monetaria de la FED (ver Lampadia: El legado del liberalismo de Margaret Thatcher).

Hoy en 2019, aún con la pérdida de bienestar suscitada por estos hechos pasados, el mundo de los traders en Wall Street ve a la crisis financiera como un fenómeno algo lejano, ante el impredecible auge experimentado por el mercado de capitales desde entonces. Un reciente artículo escrito por Robert Shiller (ver artículo líneas abajo), Premio Nobel de Economía 2013, publicado en la Revista Project Syndicate, da cuenta de estos hechos así como sus posibles causales.

En sus palabras, “La cuadruplicación de los precios de las acciones estadounidenses desde 2009, así como la elección de Trump, parecen reflejar, al menos en parte, un proceso de reducción del temor y de un nuevo encantamiento con la cultura empresarial estadounidense”.

En efecto, como concluye el economista a partir de un análisis de la cultura de los inversionistas de la bolsa de Nueva York, el hecho de no obtener avistamientos de ninguna crisis financiera subsecuente ni depresión tras lo sucedido en 2008, revitalizó la fe en el espíritu empresarial estadounidense que otrora dominaría la década de 1990. Ello, aunado a los avances de la 4ta Revolución Industrial (4IR), contribuyó a la aparición de nuevos competidores en industrias nunca antes vista en el mundo corporativo global, así como a la proliferación de libros y publicaciones en pos del emprendedurismo que hoy dominan los círculos millennial y de las start-up. Así fue como EEUU volvió a cambiar las manecillas del reloj en el mundo empresarial.

Consideramos que la aparición de esta nueva ola de emprendedurismo es importante en tanto permite retomar la confianza en el sistema económico capitalista, que fue tan lapidado en su momento tras la crisis financiera del 2008 – inclusive por economistas de renombre como Paul Krugman y Joseph Stiglitz – y que hoy en día lo sigue siendo por parte de las nuevas comunidades mediáticas, políticas e ideológicas (ver Lampadia: Trampa ideológica, política y académica).

Como escribimos en Lampadia:  Recuperando lo mejor del capitalismo, no existe mejor época en el mundo, en donde se haya vivido mayor prosperidad – en términos de reducción de la pobreza, aumento de la esperanza de vida, alfabetización, aumento de los ingresos, entre otros- que la vivida en los últimos 50 años,  justamente gracias a la globalización, el libre comercio y el sistema capitalista. Difundir estas ideas tanto en nuestro país como en la región y el mundo es fundamental para lograr ser una sociedad libre, encaminada hacia el desarrollo. Lampadia

¿Fue predecible el auge del mercado de valores?

Robert J. Shiller
Project Syndicate
29 de marzo, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

Si bien la sabiduría convencional sostiene que nunca es posible “predecir el mercado”, podría parecer que los cambios importantes, como la cuadruplicación del mercado de valores estadounidense en la última década, deberían ser al menos en parte previsibles. ¿Por qué no lo son?

NEW HAVEN – ¿Deberíamos haber sabido en marzo de 2009 que el índice de acciones S&P 500 de los Estados Unidos se cuadruplicaría en valor en los próximos diez años, o que el Nikkei 225 de Japón se triplicaría, seguido de cerca por el índice Hang Seng de Hong Kong? La idea convencional es que nunca es posible “predecir el mercado”. Pero parece que los movimientos tan grandes como estos deben haber sido al menos en parte previsibles.

El problema es que nadie puede demostrar por qué se produjo un auge, incluso después del hecho, y mucho menos para mostrar cómo se podría haber predicho. El auge de Estados Unidos desde 2009 es un buen ejemplo.

Al observar el mercado de valores de EEUU, es importante tener en cuenta que sus participantes son abrumadoramente inversores de EEUU. Según un estudio del gobierno de EEUU publicado el año pasado, a pesar de un cierto crecimiento entre 2009 y 2017, la participación en el mercado de valores de los EEUU propiedad de extranjeros era de aproximadamente una séptima parte en 2017. Pero si todas las personas prestaban atención a los asesores financieros y eran completamente diversificados, las personas fuera de EEUU, que tenían más de dos tercios de la riqueza mundial a partir del año pasado, también serían dueños de más de dos tercios del mercado de valores de EEUU. El sesgo del país de origen, o el patriotismo, es un factor importante en el mercado de valores. Por lo tanto, para comprender la fortaleza del mercado de valores de EEUU, debemos considerar el pensamiento de sus participantes.

Parece que ha habido una reacción exagerada en EEUU respecto a una caída temporal de las ganancias. Las ganancias por acción de S&P 500 habían sido negativas (un evento muy raro) en el cuarto trimestre de 2008, tanto para las “ganancias reportadas” como para las “ganancias de operación”, y esas cifras apenas aparecían en marzo de 2009, cuando el índice alcanzó su nadir.

Podría pensar que un observador inteligente en EEUU en 2009 habría reconocido que la disminución fue temporal y habría esperado que las ganancias, que son relevantes para pronosticar el crecimiento a largo plazo de los precios de las acciones, se recuperen. Pero la pregunta real es si el observador podría haber basado un pronóstico muy optimista para el crecimiento de las ganancias a largo plazo en el rebote de ese momento de ganancias negativas. Ahora sabemos que las medidas a largo plazo del crecimiento de los beneficios no cambiaron mucho. Las ganancias promedio por acción de S&P 500 de diez años desde 2009 hasta 2019 aumentaron solo un 71% en comparación con la década anterior. Por lo tanto, la cuadruplicación en el índice de precios del S&P 500 fue impulsada no por mayores ganancias sino por valoraciones mucho más altas de las ganancias.

Es cierto que las tasas de interés reales han bajado desde 2009, dado que los Valores Protegidos contra la Inflación del Tesoro de EEUU a diez años rindieron 0.8% en febrero, en comparación con el 1.71% de marzo de 2009. Pero todo ese descenso se produjo en 2010 y no pudo justificar ninguna de las fuertes tendencias alcista en los precios de las acciones desde entonces.

En 2009, algunas personas en EEUU usaban un lenguaje muy fuerte para expresar su miedo. Uno escuchó que una “supernova financiera” venía. Una búsqueda en ProQuest News & Newspapers de “derivados” y “armas financieras de destrucción masiva” (una frase atribuida a Warren Buffett) muestra que estos dos términos aparecieron por primera vez juntos en 2003 y ganaron una gran popularidad en 2009, solo para desaparecer casi por completo en 2018.

Aquellos que eran lo suficientemente inteligentes como para saber que los mercados de derivados no iban a estallar la economía podrían haber sabido de cualquier obstáculo en el mercado, por el temor de no ser sostenidos durante diez años. Pero un pronóstico basado en tal presciencia es difícil de cuantificar o defender públicamente.

El hecho de que los economistas en general no habían predicho la crisis financiera de 2008 se enfatizó mucho en ese momento y llevó a un poco de fe perdida. A muchas personas les preocupaba en marzo de 2009 que las acciones tuvieran mucho más por caer.

Bajo mi dirección, la Escuela de Administración de Yale ha estado recolectando datos sobre las opiniones de inversionistas tanto institucionales como individuales en los Estados Unidos desde 1989. Una de las preguntas es: ¿Cuál cree que es la probabilidad de una catástrofe en el mercado de valores de los EEUU, como la del 28 de octubre de 1929 o el 19 de octubre de 1987, en los próximos seis meses, incluyendo un choque causado por el contagio financiero de otros países? A principios de 2009, el porcentaje de personas que dieron una probabilidad superior al 10% alcanzó un nivel récord (desde 1994).

Del mismo modo, ProQuest News & Newspapers cuenta que la frecuencia de la frase “Gran Depresión” se elevó a niveles sin precedentes. Hubo más menciones de “Gran Depresión” en 2009 que durante la Gran Depresión.

Pero entonces, sin un desplome del mercado de valores ni una depresión extrema a la vista, estos temores fueron reemplazados por su opuesto: una admiración más profunda del éxito empresarial. Surgió una nueva narrativa, con una nueva ola de genios multimillonarios cuya aparición en la década de 1990 fue interrumpida brevemente por la crisis financiera. La publicación en 2011 del éxito de ventas número uno Steve Jobs, la biografía de Walter Isaacson del fundador de Apple, es un ejemplo. Elon Musk ha despertado el entusiasmo con compañías futuristas como el fabricante aeroespacial SpaceX y Neuralink, que está desarrollando interfaces de cerebro-computadora implantables.

La adhesión de un empresario extravagante, Donald Trump, a la presidencia de EEUU es una prueba de la fortaleza de la identificación de muchos estadounidenses con los héroes de negocios. A partir de 2004, Trump pasó gran parte de su tiempo desarrollando su personaje de negocios como la estrella del reality show The Apprentice, y luego, desde 2008, en The Celebrity Apprentice. Su campaña combinó este entusiasmo, y su afirmación de que él podría “Hacer que EEUU sea grande otra vez” apeló al optimismo de los inversores estadounidenses.

La cuadruplicación de los precios de las acciones estadounidenses desde 2009, así como la elección de Trump, parecen reflejar, al menos en parte, un proceso de reducción del temor y de un nuevo encantamiento con la cultura empresarial estadounidense. Pero es difícil pronosticar tales tendencias, incluso las más grandes, en el mercado de valores, no solo porque la proyección es un negocio altamente competitivo, sino también porque la espontaneidad juega un papel tan importante en el comportamiento humano. Lampadia

Robert J. Shiller 
Robert J. Shiller, ganador del Premio Nobel de Economía en 2013, es profesor de economía en la Universidad de Yale.




Recuperando lo mejor del capitalismo

Recuperando lo mejor del capitalismo

Los últimos 200 años, desde la primera revolución industrial, han marcado un período extraordinario de prosperidad del conjunto de la humanidad. Hace 200 años el 85% de la población global vivía en la extrema pobreza, hoy solo el 10%.

La reducción de la pobreza, el aumento de la esperanza de vida, la alfabetización y el aumento de ingresos de los ciudadanos, se aceleraron notoriamente durante los últimos 50 años. La población mundial se duplicó, el ingreso per cápita se triplicó y la desnutrición pasó de 26% a 13% de la población.

Fuente: Capitalismo Consciente

Este proceso se debe en gran medida al desarrollo empresarial, a la economía de mercado, al comercio internacional y al capitalismo.

Sin embargo, en los últimos años, se ha producido en los países ricos un incremento de la desigualdad que ha traído consigo el desprestigio de la política y de los líderes políticos, así como la aparición del populismo y de propuestas políticas de corte radical.

A nivel internacional, la diferencia entre los países más bien se ha reducido dramáticamente, pero la corrupción se ha hecho más visible, y la clase política se ha desprestigiado de la misma manera, generando similar nivel de descontento con las instituciones.

En resumen, a nivel global se han desprestigiado la política, los liderazgos, las instituciones y la confianza en el sistema de mercado. La pobreza de liderazgo, el cortoplacismo de la política y el enfoque empresarial que muchas veces maximiza sus objetivos de corto plazo, como el afán por el valor de las acciones, nos han llevado a dudar de todo, incluso de aquello que produjo la ola de bienestar general.

Es por ello que hay que repensar las instituciones que nos hicieron prosperar y hacerlas responsivas al llamado de los tiempos.

En Lampadia siempre entendimos que la sentencia de Milton Friedman, de que el rol de las empresas era maximizar el valor de su accionariado, solo podía darse en el largo plazo, y por lo tanto, eso conllevaba a su sostenibilidad en el tiempo, algo consustancial a un impacto positivo en lo social, ambiental y mediático.

Pero como aparentemente esto no necesariamente se entendió así, se hace necesario reformular el rol de las empresas desde su compromiso con una misión y valores que expliciten el verdadero sentido de los negocios, como una fuerza creadora de bienestar.

Ejemplos de compromiso cívico por parte de los empresarios se observan en pocos países, en la región, Chile es un ejemplo a destacar (ver Lampadia: Compromiso Cívico). La difusión de los beneficios económicos y sociales obtenidos por el sistema de libre empresa en dicho país, han sostenido un modelo de desarrollo que permite que Chile apueste por salir de la trampa de ingresos medios.

En esa línea hemos encontrado los conceptos del ‘Capitalismo Consciente’, que sin más presentamos a continuación, a través de su prefacio:  

Capitalismo Consciente
Liberando el espíritu heroico de los negocios

John Mackey, Co-CEO, Whole Foods Market
Raj Sisodia
Harvard Business Review Press
2014
Traducido y glosado por Lampadia

Prefacio por Bill George

Regresando el capitalismo a su curso

Este es el libro que siempre quise escribir. Como capitalista comprometido, me preocupa mucho ver cómo el capitalismo se ha salido de los rieles durante el último cuarto de siglo y ha adquirido un nombre tan malo, merecido en gran parte.

En este libro, John Mackey y Raj Sisodia devuelven el capitalismo a sus raíces. Hacen un caso convincente sobre el capitalismo como el mayor creador de riqueza que el mundo haya conocido. En estas páginas, llaman a su versión capitalismo consciente. Considero que es solo el capitalismo, ya que es la única forma auténtica de capitalismo. Otras formas de hacer negocios, incluido el “capitalismo de amigos”, son simplemente versiones no auténticas de lo real. Como vimos durante el colapso económico mundial de 2008 y la Gran Recesión que siguió, estas versiones falsas del capitalismo no pueden sostenerse y están condenadas a fallar a largo plazo.

La primera vez que descubrí las filosofías de John Mackey fue cuando leí su debate en 2005 con el economista ganador del Premio Nobel Milton Friedman sobre la forma en que funciona el capitalismo. Poco antes de la muerte de Friedman, Mackey cuestionó su opinión de que la única responsabilidad de las empresas es con sus accionistas, que los mercados financieros han traducido en el precio de sus acciones a corto plazo. En su citado tratado de 1970 en el New York Times, “La responsabilidad social de las empresas es aumentar sus beneficios”, Friedman criticó a los líderes empresariales que estaban preocupados por sus empleados, comunidades y el medio ambiente: “Empresarios que asumen seriamente sus responsabilidades por proporcionar empleo, eliminar la discriminación, evitar la contaminación … están predicando el socialismo puro y sin adulteración “.

Mackey desafió esa opinión, tal como lo he intentado durante muchos años. Compartimos una visión mucho más amplia del papel de la corporación en la sociedad. Fue la sociedad la que creó la ‘sociedad de responsabilidad limitada’ y otorgó a las empresas el derecho a operar. Violar esos derechos puede resultar en la pérdida de libertad, ya sea revocando los estatutos de una compañía o restringiéndolos con acciones reglamentarias y leyes que limiten su libertad de operar.

En su liderazgo en Whole Foods Market, John Mackey se convirtió en un modelo a seguir para el capitalismo consciente, al igual que mis colegas de Medtronic y yo hemos tratado de ser. De nuestras experiencias personales, de estar en las trincheras todos los días, Mackey en sus tiendas y mi tiempo en los hospitales con médicos y pacientes, ambos sabemos que el capitalismo auténtico es la única forma en que se puede construir una organización que beneficie a sus clientes, empleados e inversionistas, comunidades, proveedores, y el medio ambiente.

Mackey y Sisodia demuestran inequívocamente que el liderazgo importa. Nos muestran cómo llegar a ser líderes conscientes, una noción que es virtualmente sinónimo de mi concepto de liderazgo auténtico. Reconocen lo esencial que es para los líderes integrar sus corazones con sus cabezas mediante el desarrollo de la autoconciencia y la inteligencia emocional, y al mismo tiempo capacitar a otras personas para que hagan lo mismo. Como dice el dicho. “El viaje más largo que la gente debe tomar es el de dieciocho pulgadas entre sus cabezas y sus corazones”.

Con la enorme pérdida de confianza en nuestros líderes en la última década, el desarrollo de líderes conscientes es la mejor manera de reconstruir la confianza en nuestros líderes y en las instituciones capitalistas y asegurar que sigan por su ‘True North’ (verdadero Norte).

Permítanme compartir el viaje que me llevó a abrazar estas nociones. Cuando me gradué de Georgia Tech en 1964 en ingeniería industrial y de sistemas, tenía una pasión por convertirme en un líder centrado en los valores de una empresa importante que contribuyera al bienestar de la sociedad. Esta pasión comenzó a la edad de ocho años, escuchando a mi padre sobre cómo deberían operar las empresas. Continuó en mis años de adolescencia cuando escuché conversaciones con empresarios mientras hacía prácticas y más tarde en el trabajo de verano para compañías que incluían a Procter & Gamble e IBM.

Elegí estudiar negocios porque creo que los negocios bien dirigidos y centrados en los valores pueden contribuir a la humanidad de maneras más tangibles que cualquier otra organización en la sociedad. Mis estudios de MBA en Harvard Business School me expusieron a muchos grandes líderes de negocios, me abrieron los ojos a cómo operan los negocios globales y fortalecieron mi deseo de hacer una diferencia a través de la libre empresa. En mis veintitrés años en el Departamento de Defensa, Litton Industries y Honeywell, vi lo bueno, lo malo y lo feo de los negocios.

Me uní a Medtronic en 1989, reconocí la oportunidad de crear un valor duradero para todos los grupos de interés de la compañía mientras mantenía su éxito. Mis trece años en Medtronic proporcionaron la plataforma, una bien establecida por el fundador Earl Bakken, para convertir este concepto en realidad. Algunos citarían el aumento en el valor de los accionistas de Medtronic de $ 1.1 mil millones a $ 60 mil millones como prueba de su éxito, pero creo que un caso mucho más convincente se debe al aumento de pacientes nuevos que se recuperan cada año a una vida y salud más plenas, de 300,000 personas en 1989 a 10 millones hoy. Las historias curativas de estos pacientes son la verdadera recompensa para los empleados de Medtronic y los médicos, enfermeras, técnicos, proveedores, inversionistas y comunidades que conforman la familia Medtronic.

Desde que me retiré de Medtronic en 2002, he enseñado en grandes instituciones académicas, especialmente en los últimos nueve años en la facultad de la Escuela de Negocios de Harvard. Estos años me han permitido desarrollar y consolidar mis ideas con expertos en negocios y grandes líderes empresariales, discutirlas en el aula con estudiantes y ejecutivos notables y escribir sobre ellas en cinco libros y numerosos artículos.

Mientras tanto, la sociedad ha experimentado una pérdida histórica en la confianza de los líderes empresariales. Comprender lo que ha sucedido para socavar el capitalismo consciente en la última década requiere volver a las teorías de Friedman, que han tenido una influencia monumental en generaciones de economistas y presidentes ejecutivos que han seguido su filosofía, inconscientemente o no. La influencia ha crecido a medida que el mercado de valores se ha vuelto cada vez más a corto plazo y los periodos de tenencia promedio para las acciones han caído de ocho años a seis meses.

Lamentablemente, el impulso hacia las ganancias a corto plazo ha llevado a la quiebra de Enron, WorldCom, Kmart y Kodak, y a más de cien grandes empresas que se vieron obligadas a reescribir sus informes financieros anteriores en 2003-2004, debido a una cuestionable contabilidad. Estos problemas palidecen en comparación con el fracaso en 2008 de las principales firmas financieras, como Fannie Mae, Bear Stearns, Lehman Brothers, Countrywide, Citigroup y muchas otras, ya que las instituciones financieras con exceso de palanqueo financiero colapsaron mientras intentaban maximizar el valor de sus accionistas. En efecto, la presión de Wall Street sobre las corporaciones para aumentar los precios de las acciones a corto plazo se disparó, eliminando a muchas de esas mismas empresas financieras.

John Mackey, quien llama a Friedman “uno de sus héroes”, desafió la idea del economista en su debate de 2005, poco antes de la muerte de Friedman. Para su crédito, Friedman intentó incorporar muchas de las ideas de Mackey en su teoría de la creación de valor para el accionista, pero Mackey lo rechazó: “Aunque Friedman cree que cuidar de los clientes, los empleados y la filantropía empresarial es un medio para aumentar las ganancias de los inversores, tomé exactamente la opinión contraria: obtener altos beneficios es el medio para el fin de cumplir con la misión comercial principal de Whole Foods. Queremos mejorar la salud y el bienestar de todos en el planeta a través de alimentos de mejor calidad y una mejor nutrición, y no podemos cumplir esta misión a menos que seamos altamente rentables. Al igual que las personas no pueden vivir sin comer, un negocio no puede vivir sin ganancias. Pero la mayoría de las personas no viven para comer, y tampoco las empresas deben vivir solo para obtener ganancias”.

A menudo hice un argumento similar sobre la misión de Medtronic de “recuperar a las personas a una vida y una salud más plenas”. En mi primer libro, “Liderazgo auténtico”, presenté el caso de que las empresas deberían comenzar con su propósito y sus valores y usarlas para inspirar a los empleados, para innovar y proporcionar un servicio superior, al tiempo que crea incrementos sostenibles de los ingresos y ganancias. Este enfoque proporciona la base para una inversión continua en el negocio mientras crea un valor duradero para los accionistas y las demás partes interesadas (shareholders y stakeholders), lo que lleva a un circuito virtuoso. Esta filosofía no es única en modo alguno para Whole Foods y Medtronic. Se practica ampliamente en empresas tan diversas como IBM, Starbucks Apple, Novartis, Wells Fargo y General Mills, todas las cuales han tenido un gran éxito durante décadas.

En Capitalismo Consciente, Mackey y Sisodia guían al lector a través de todos los constituyentes a los que sirven las empresas, incluidos algunos como los sindicatos y activistas, que normalmente se consideran hostiles a los mejores intereses de la empresa. Los autores demuestran por qué y cómo estas organizaciones merecen atención y respeto, incluso cuando hay desacuerdos en curso.

Para los economistas, el cálculo mucho más simple de Friedman del valor para el accionista es más fácil de medir, pero no representa los elementos más importantes a largo plazo de la salud de la empresa, la validez de su estrategia, los méritos de sus inversiones, la satisfacción de sus clientes, y el compromiso de sus empleados. Estos factores tienen un impacto mucho mayor en el valor sostenible a largo plazo de una empresa que en el movimiento del precio de sus acciones a corto plazo. Otros académicos destacados, como mi colega de la Escuela de Negocios de Harvard, Robert Kaplan, han proporcionado una forma más resiliente y matizada de medir el desempeño de la empresa a largo plazo con el ‘balanced score card’.

Como una ilustración vívida de cómo funciona esto, considere a Hewlett-Packard e IBM y los diferentes enfoques de liderazgo adoptados por los CEOs Mark Hurd y Sam Palmisano en la última década.

  • Antes de ser forzado a renunciar por mala conducta, Hurd de HP, quien provenía de NCR Corporation, se hizo cargo del liderazgo fallido de Carly Fiorina y aparentemente puso a la compañía de nuevo en camino, impulsando los ingresos y las ganancias al alza y más que duplicando las acciones de HP. Sin embargo, estas ganancias se debieron en parte a un fuerte recorte en el gasto en I+D del 6 al 3% (en comparación con los niveles históricos del 10%) y un enfoque a corto plazo que impidió invertir en estrategias viables a largo plazo. Desde su partida en 2010, las acciones de HP han disminuido en $ 60 mil millones, o el 55%.
  • En cambio, bajo el firme liderazgo de Palmisano, IBM se enfocó en servir a sus clientes globales a través de una “empresa globalmente integrada” centrada en valores. El cambio de cultura a largo plazo tomó la mayor parte de los diez años de Palmisano como CEO, pero resultó en un aumento en el valor de los accionistas de IBM de más de $ 100 mil millones, o el 84 por ciento, en los últimos tres años. Virginia Rometty, la sucesora interna de Palmisano, está bien posicionada para sostener este éxito, mientras que los sucesores elegidos externamente de Hurd, Leo Apotheker y Meg Whitman, continúan buscando una estrategia viable.

Estoy profundamente agradecido a John Mackey y Raj Sisodia por brindar a las empresas y a la sociedad este valioso tratado sobre cómo integrar a todos los constituyentes de la compañía para el beneficio a largo plazo de crear organizaciones sostenibles que sirvan a los intereses de la sociedad simultáneamente con los suyos. Se refieren al capitalismo como una “fuerza heroica” que enfrenta los mayores desafíos de la sociedad. En ese sentido, sus ideas encajan perfectamente con las de mi colega de la Escuela de Negocios de Harvard, Michael Porter, el pionero de la estrategia corporativa moderna, que ha hecho un llamado a los líderes corporativos para que contribuyan a la sociedad “creando valor compartido”.

Es mi ferviente deseo de ver que estas ideas se conviertan en un modo ampliamente aceptado y practicado de dirigir las corporaciones en el futuro, permitiendo así que el capitalismo florezca en las próximas décadas como la fuerza dominante que contribuya a una sociedad global próspera.

Bill George es profesor de administración en Harvard Business School y ex presidente y director ejecutivo de Medtronic Inc. Es autor de cuatro libros de gran venta, entre ellos Authentic Leadership y True North, junto con su libro más reciente, True North Groups. Es miembro de la junta directiva de ExxonMobil, Goldman Sachs y la Clínica Mayo.

Lampadia




La puerta de la verdad

Líneas abajo compartimos otro informe de Bjørn Lomborg, uno de los pocos (pero poderosos) analistas globales que nos demuestran con cifras, con hechos y con la verdad, los indicadores sobre el progreso de la humanidad en los planos económicos, sociales, ambientales e institucionales. Para una mejor ilustración sobre nuestra realidad, ver en Lampadia: 7 ensayos sobre la prosperidad

Las noticias malas nos ganan el ojo todos los días y por eso es que hay que hacer un cierto esfuerzo consciente para no dejar de ver los procesos de mejora de la humanidad en los planos indicados. Lampadia

Vivimos en un mundo mejor
16 de agosto, 2018
Bjørn Lomborg
Profesor Visitante del Copenhagen Business School, director del Copenhagen Consensus Center
Project Syndicate
Glosado por Lampadia

Es muy fácil formarse la opinión de que el mundo moderno se está desmoronando. Nos enfrentamos constantemente a un ataque de negatividad: titulares que amedrentan, resultados de investigaciones alarmantes y estadísticas miserables.

En verdad, existen muchas cosas en el planeta por las que deberíamos estar profundamente preocupados. Pero obsesionarnos con las historias de terror significa que nos perdemos el panorama más amplio.

Las Naciones Unidas se centran en tres categorías de desarrollo: social, económico y ambiental. En cada categoría, mirando en retrospectiva los últimos 25 años, tenemos muchos más motivos para celebrar que para alarmarnos. Por cierto, estos años han sido un período de progreso extraordinario.

A nivel social, el indicador más importante es cuántos años vive cada uno de nosotros. En 1990, la expectativa de vida promedio era de 65 años. En 2016, subió a 72.5 años. En apenas 26 años, ganamos 7.5 años de vida.

Un pesimista podría sugerir que esto significa que tenemos 7.5 años más para estar enfermos y sentirnos miserables, pero no es el caso. En 1990, pasábamos casi el 13% de nuestra vida enfermos, y ese porcentaje no ha aumentado. Y si bien se habla mucho sobre que la desigualdad está peor que nunca, en esta medición más vital, la desigualdad está disminuyendo: la brecha entre la expectativa de vida en los países pobres y ricos se ha achicado drásticamente.

En términos de desarrollo económico, uno de los indicadores más importantes es el porcentaje de personas que viven en la pobreza. Hoy mucha menos gente vive en una condición de necesidad deplorable. En 1990, el 37% de la gente vivía en condiciones de extrema pobreza; hoy es menos de una persona de cada diez. En apenas 28 años, más de 1.250 millones de personas han sido sacadas de la pobreza –un milagro que recibe demasiado poca atención.

Si miramos el medio ambiente, uno de los principales asesinos es la contaminación del aire en lugares cerrados causada por gente pobre que utiliza estiércol y madera para cocinar y mantenerse abrigados. En 1990, esto causó más del 8% de las muertes; ahora es el 4,7%. Eso equivale a que son más de 1.2 millones de personas menos que mueren por contaminación del aire en lugares cerrados cada año, a pesar de un incremento de la población.

Existe una tendencia similar en muchas otras estadísticas de desarrollo ambiental. Entre 1990 y 2015, el porcentaje del mundo que practicaba defecación al aire libre se redujo a la mitad, al 15%. En el mismo período, 2,600 millones de personas más tuvieron acceso a mejores fuentes de agua, alcanzando un porcentaje del 91%. Más de un tercio de toda la población del mundo ganó acceso a un agua de mejor calidad.

Las mejoras no terminan ahí: el mundo está más alfabetizado; el trabajo infantil ha venido cayendo; vivimos en uno de los momentos más pacíficos de la historia, y la mayoría de los gobiernos del mundo son regímenes democráticos.

Max Roser de la Universidad de Oxford ha creado un sitio web integral para explorar datos como estos. Curiosamente sugiere que podríamos pensar en estos cambios que se produjeron en 25 años en términos de lo que sucedió en las últimas 24 horas. Visto de esta manera:

  • Sólo en el último día, la expectativa de vida promedio aumentó 9.5 horas
  • 137,000 personas salieron de la pobreza extrema
  • 305.000 tuvieron acceso a agua potable más segura.

Los medios podrían haber contado cada una de estas historias todos los días desde 1990.

Pero las buenas noticias no son tan noticiosas como las malas noticias. Esto no es sólo culpa de los medios. Es más difícil contar una historia positiva. En muchos casos, la “noticia” no es que sucedió algo, sino que algo malo ya no está sucediendo. No capta nuestra imaginación de la misma manera. Un estudio interesante de 2014 determinó que inclusive cuando los participantes decían que querían leer historias positivas, su comportamiento revelaba una preferencia por el contenido negativo (una preferencia de la que ni siquiera eran conscientes).

Todos deberíamos proponernos prestar más atención a los hechos positivos. Cuando a la gente se le pregunta si las condiciones de vida en el mundo serán mejores en 15 años, el 35% cree que sí, y el 29% cree que empeorarán –esencialmente un cincuenta-cincuenta-. Pero entre la gente que entiende que muchas cosas en el planeta ya están mejor que antes, el 62% cree en el progreso. Ese porcentaje cae a apenas 17% entre quienes desconocen los hechos. La percepción de que todo está empeorando pinta un panorama distorsionado de lo que podemos hacer, y nos hace sentir más temerosos.

Consideremos el escenario bastante frecuente en el que los políticos y los medios despiertan el miedo a la delincuencia, inclusive cuando las estadísticas demuestran que las tasas de criminalidad a nivel nacional son bajas o están cayendo. Finalmente, se puede terminar dedicando la atención y los recursos escasos a solucionar un desafío equivocado, y ponemos más policía en la calle o reducimos las libertades civiles, en lugar de implementar más políticas que favorezcan el bienestar –pero que son menos noticiosas- como mejorar la pre-escolaridad o la atención médica.

Mientras que entender mal los hechos puede resultar fácilmente en políticas equivocadas basadas en el miedo, un reconocimiento más equilibrado basado en los hechos de lo que la humanidad ha logrado nos permite centrar nuestros esfuerzos en aquellas áreas en las que podemos obtener los mejores resultados (muchas veces donde ya nos está yendo bien). Esto garantizará que el futuro pueda ser aún más brillante. Lampadia




El Perú según el Índice de Progreso Social de Michael Porter

El Perú según el Índice de Progreso Social de Michael Porter

En Lampadia venimos afirmando que el mejor índice para medir el desarrollo de un país y la pobreza, vìs-a-vìs el resto del mundo, es el PBI per cápita. Este indicador cumple con dos condiciones principales: mostrar la evolución y compararla performance de un país. El mismo The Economist desmitifica las mediciones de la pobreza que pretenden crear indicadores sofisticados como el de la pobreza multidimensional, puesto que en el tiempo, el PBI per cápita da los mismos resultados. (Ver en Lampadia: No nos equivoquemos sobre cómo medir la pobreza).

Sin embargo, en términos del diseño de políticas públicas holísticas del bienestar, si es conveniente monitorear otros indicadores. El nuevo Índice de Progreso Social (IPS) preparado por el Profesor de Harvard, Michael Porter (ver en la sección Índices y Estadísticas: Índice de Progreso Social 2015), tiene la ventaja de mostrar con mayor detalle la situación de la pobreza en un país y es de gran utilidad para formar las políticas macroeconómicas y microeconómicas necesarias para luchar contra la pobreza y brindar las mayores oportunidades a las personas. A diferencia de otros intentos de medir el bienestar, como El Índice de Progreso Social y el PBI per cápita (ver nuestro comentario en Lampadia), éste sí incluye el PBI per cápita y por lo tanto es más comprehensivo y útil.

El IPS evalúa 52 elementos, que incluyen desde la criminalidad, pasando por la igualdad de género, hasta los niveles de alfabetización, los cuales ponen sobre la mesa la capacidad de los países de cumplir con las necesidades básicas de sus ciudadanos y darles las oportunidades para que puedan mejorar dentro de sus sociedades.

El creador de este ranking asevera que el progreso social no sólo puede ser medido a través del crecimiento económico de un país. De hecho, se ven en el ranking países que han tenido un desempeño económico pobre (o han pasado por crisis o austeridad) y, a pesar de ello, están en una posición de “progreso alto”, como es el caso de Portugal (18), España (20), Italia (31) y Grecia (34).

El enfoque utilizado por este indicador para determinar el rendimiento relativo de un país a su PBI es comparar su rendimiento con otros 15 países con un PBI per cápita similar. Una ‘fortaleza’ es un rendimiento significativamente mayor que el promedio de la puntuación de este grupo, mientras que una ‘debilidad’ es un rendimiento significativamente inferior al promedio de la puntuación. Un rendimiento ‘neutral’ es ni fuerte ni débil, sino que está ubicado en el mismo rango que sus pares.

Sólo 15 países de los 133 medidos por el IPS son ‘overperformers’, es decir, han logrado un puntaje significativamente mejor que los países con ingresos similares. Cuatro de los países ‘overperformers’ están en América Latina y el Caribe (Costa Rica, Uruguay, Jamaica y Chile). Según Porter, son los constantes esfuerzos durante las tres últimas décadas en construir instituciones democráticas, así como fuertes movimientos cívicos que defienden causas sociales y ambientales, lo que les ha permitido a muchos países de América Latina obtener buenos resultados en comparación con sus pares de ingresos globales.

Argentina se ubica en el puesto 38 del ranking,  mientras que Panamá y Brasil están en los puestos 41 y 42, respectivamente. Colombia ocupa la posición 49 de los países con mayor progreso social en este año; Ecuador en el puesto 51; México, Perú y Paraguay, están en los lugares 54, 55 y 56 respectivamente. Estos países son considerados como naciones con un progreso social medio alto. El Salvador (68), Venezuela (72), Bolivia (73), República Dominicana (77), Nicaragua (78) y Guatemala (79), están en el segmento de progreso social medio bajo.

En un análisis más detallado, el Perú se encuentra en el puesto 11 en América Latina. En la dimensión de Necesidades Humanas Básicas, el Perú tiene mejor desempeño en Nutrición y asistencia médica básica (llega al nivel de ‘overperformer’) y tiene la mejor oportunidad de mejorar en el componente de Seguridad Personal. En la dimensión de Fundamentos para el Bienestar, el Perú tiene mejores resultados en Acceso a conocimientos básicos pero sus resultados son más bajos en Sostenibilidad del ecosistema. En la dimensión de Oportunidades, Perú tiene resultados más fuertes en Derechos Personales y puede mejorar su desempeño en Acceso a Educación Superior.

Los indicadores del Perú se ven en el siguiente gráfico:

Para desarrollar el índice, Porter a trabajado con instituciones locales. En el caso del Perú lo ha hecho con los siguientes “partnered networks” (redes asociadas):

  • El Ministerio de Cultura
  • El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social
  • CIES
  • Fundación Avina
  • Grupo Radio Programas del Perú
  • Perú 2021
  • Sociedad Nacional de Industrias
  • Soluciones Empresariales contra la Pobreza
  • UNACEM
  • Universidad del Pacífico

Porter espera que el Índice de Progreso Social pueda ser una herramienta útil que impulsará a distintos países en la dirección correcta. Actualmente está trabajando con los líderes a nivel nacional de varios países, entre ellos Brasil, Colombia y Paraguay, donde el IPS es un elemento central de sus planes nacionales de desarrollo. “Ahora, la conciencia general es que se trata de una herramienta fundamental y una necesidad. La gente está empezando a usarlo para reflexionar sobre la forma en que se puede lograr el progreso social en nuestro país, en nuestra sociedad, en nuestra región, en nuestra ciudad”, dice.

La conclusión final del reporte afirma que el desarrollo económico es necesario pero no suficiente para el progreso social. El nivel de desarrollo general de un país puede no mostrar claramente las fortalezas y los desafíos sociales y ambientales. A nivel desagregado, el índice de progreso social muestra áreas de bajo rendimiento y de éxitos en todos los países con diferentes niveles de ingresos.

El Índice de Progreso Social ofrece un muy buen complemento para evaluar una serie de políticas e iniciativas destinadas a hacer frente a la pobreza y proporciona una poderosa herramienta para que los líderes de los gobiernos identifiquen las prioridades en sus presupuestos y planes de acción. No dejemos de tomarlo en cuenta en los próximos análisis de las políticas públicas del país. Lampadia




El mundo ha mejorado y seguirá mejorando

El mundo ha mejorado y seguirá mejorando

En Lampadia admiramos el trabajo de Bill y Melinda Gates que están dedicando su tiempo y su fortuna para ayudar a superar la pobreza en las zonas más atrasadas del planeta. Por eso nos parece muy importante difundir el trabajo de su Fundación que demuestra la existencia de lo que hemos llamado “El Circuito Virtuoso del Capitalismo”.

En esta ocasión queremos compartir con nuestros lectores lo más resaltante del último informe anual de la Fundación: 

 NUESTRA GRAN APUESTA PARA EL FUTURO

Bill y Melinda Gates Foundation.

Carta anual de Gates – 2015

Publicado en gatesnotes.com en enero 2015

Traducido y glosado por Lampadia

“Nuestra gran apuesta:

Hacia el 2030, las vidas de los más pobres del mundo, van a mejorar más rápido que en cualquier otro momento de la historia”.

Anna Paulo en su sembrío de coles en la villa de Langali, cerca de Morogoro, Tanzania

Empezamos nuestra Fundación en el año 2000 con la idea de que al apoyar el trabajo innovador en materia de salud y educación, podríamos ayudar a reducir drásticamente la desigualdad. El progreso que hemos visto hasta ahora es muy emocionante, tanto así, que vamos a modificar la apuesta que hicimos hace 15 hace años, y plantearemos objetivos más ambiciosos que serán posible dentro de los próximos 15 años.

Estamos viendo una oportunidad y queremos aprovecharla al máximo. Estamos poniendo nuestra credibilidad, tiempo y dinero detrás de esta apuesta, y les pedimos a otros que se unan, porque creemos que nunca ha habido un mejor momento para acelerar el progreso y tener un impacto tan grande en todo el mundo.

Creemos que en los próximos 15 años veremos grandes avances para la mayoría de las personas en países pobres. Ellos vivirán más tiempo y con mejor salud. Tendrán oportunidades sin precedentes para conseguir una educación, comer alimentos nutritivos, y beneficiarse de la banca móvil. Estos avances se verán impulsados por la innovación en la tecnología, que va desde nuevas vacunas y cultivos más resistentes a los teléfonos inteligentes y las tabletas mucho más baratas, y por las innovaciones que logran que estas cosas lleguen a más gente.

El mundo rico también seguirá recibiendo nuevos y emocionantes avances, pero las mejoras en las vidas de los pobres serán mucho más fundamentales.

Es justo preguntarse si el progreso que estamos prediciendo será sofocado por el cambio climático.

Los próximos 15 años son un momento crucial en el que estas fuentes de energía deben ser desarrolladas para que estén listas para desplegarse antes de que los efectos del cambio climático se vuelvan severos.

Éstos son algunos de los avances que vemos venir.

1.      MUERTES DE NIÑOS BAJARÁN A LA MITAD Y SE ERRADICARÁN MÁS ENFERMEDADES QUE NUNCA

Hasta hace poco, el mundo se dividió en dos. En una mitad, prácticamente todos los niños fueron vacunados, tenían suficiente nutrición, y recibieron el tratamiento adecuado para enfermedades comunes como la diarrea y la neumonía. El número de niños que murieron antes de llegar a la edad de 5 años en esta mitad fue muy por debajo al 1%. Luego está la otra mitad. Acá, la cobertura de vacunación era irregular en el mejor de los casos, los niños tendían a sufrir de desnutrición y las enfermedades infantiles estándares no se trataban. Alrededor del 10% de estos niños murieron antes de cumplir los 5 años.

Cuando empezamos nuestra Fundación, estábamos buscando las maneras más estratégicas para ayudar a equilibrar las dos mitades del mundo.

Cuando vemos en el progreso que el mundo ha hecho en la última generación, desde 1990, creemos que la equidad en salud global es un objetivo alcanzable. Una mayor inversión en atención de la salud ha dado lugar a una mejor cobertura con las vacunas y tratamientos que ya estaban disponibles, y la intensificación de la I + D (R&D por Research and Development en inglés) ha llevado al desarrollo de nuevas vacunas y tratamientos. El porcentaje de niños que mueren antes de los 5 años se ha reducido a la mitad.

Prevemos que en los próximos 15 años el ritmo de estos avances aumentará aún más rápido.

Reducir el número de niños que mueren antes de los 5 años a la mitad otra vez.

En 2030, ese número será uno en 40.

Mejores acciones simples de saneamiento – a través del lavado de manos, así como innovaciones como nuevos inodoros diseñados especialmente para lugares pobres – reducirán la propagación de enfermedades de forma espectacular.

Reducir en dos tercios el número de mujeres que mueren en el parto.

En países de todo el mundo, cada vez más madres están dando a luz en centros de salud en lugar de en casa.  

Eliminar la poliomielitis y otras tres enfermedades de la faz de la tierra.

Ha ocurrido sólo una vez en la historia, cuando el sarampión fue erradicado en 1980. Pero si seguimos trabajando duro, podemos erradicar cuatro enfermedades hacia el 2030. Podemos eliminar la polio de África este año y de todos los países del mundo en los próximos años. El Gusano de Guinea, una enfermedad muy dolorosa que causa que los enfermos pasen meses incapacitados mientras que los gusanos, que pueden ser de varios metros de largo, salen de sus piernas, también se irán pronto.

También veremos lo último de enfermedades como la elefantiasis, la oncocercosis y tracoma de ceguera, que inhabilitan a decenas de millones de personas en los países pobres. Los medicamentos que pueden detener estas enfermedades están siendo donados en grandes cantidades por las compañías farmacéuticas, y están siendo utilizados de manera más estratégica gracias a los avances en los mapas digitales que muestran qué enfermedades son las más frecuentes en cada zona. El año pasado estos medicamentos gratuitos se distribuyeron a 800 millones de personas.

Encontraremos el secreto para la destrucción de la malaria.

No vamos a ser capaces de erradicar por completo la malaria en 2030, pero vamos a tener todas las herramientas que necesitamos para hacerlo. Las primeras versiones de todas estas herramientas se encuentran en desarrollo actualmente. En 15 años, vamos a estar preparados para enviar a la malaria en el camino del sarampión y la poliomielitis.

Forzar el Sida a un punto de inflexión.

A medida que avanzamos hacia una vacuna o una cura, el número de personas que inician tratamiento en África subsahariana finalmente superará el número de nuevas infecciones. La vida va a mejorar, más rápido, debido a que el número de innovaciones que llegan a los pobres será mayor que nunca.

2.      ÁFRICA PODRÁ ALIMENTARSE POR SI SOLA

Cuando Melinda visitó Tanzania en 2012, por primera vez, Joyce había plantado un nuevo tipo de semilla de maíz, criado especialmente para poder tolerar la sequía. “Esa semilla,” dijo ella, “hizo la diferencia entre el hambre y la prosperidad”.

La historia de Joyce, multiplicada por cientos de millones de agricultores africanos como ella, es la razón por la que la innovación en la agricultura es tan importante.

Siete de cada diez personas que viven en el África subsahariana son agricultores.

Aunque es el continente más pobre del mundo, gasta cerca de US$ 50 mil millones al año en la compra de alimentos de los países ricos.

Esto es en parte porque los agricultores africanos reciben sólo una fracción de los rendimientos que los agricultores estadounidenses producen. Por ejemplo, el rendimiento promedio de maíz en África es de unos 30 bushels (unidad de medida de capacidad para mercancía, 1 bushel = 25.4 kg) por acre. En los Estados Unidos, es más de cinco veces eso.

La desnutrición es endémica en todo un continente de agricultores, lo que afecta el desarrollo cognitivo y físico de los niños y por lo tanto de todo, desde la mortalidad infantil a cuánto pueden aprender en la escuela a la productividad de los trabajadores en las ciudades.

En los próximos 15 años, sin embargo, las innovaciones en la agricultura eliminarán estas brutales ironías. El mundo ya ha desarrollado mejores fertilizantes, y cultivos que son más productivos, nutritivos y resistentes a la sequía y a las enfermedades; con acceso a estas y otras tecnologías existentes, los agricultores africanos teóricamente podrían duplicar sus rendimientos. Con una mayor productividad, los agricultores también podrán producir una mayor variedad de alimentos, y serán capaces de vender sus excedentes para complementar la dieta de sus familias con verduras, huevos, leche y carne. Con las inversiones adecuadas, podemos ofrecer innovación e información a suficientes agricultores en África como para aumentar la productividad en un 50% para el continente en general.

Una tendencia prometedora es que, a medida que más agricultores tengan acceso a teléfonos móviles, serán más capaces de recibir todo tipo de información, desde los informes del tiempo a los precios actuales del mercado-a través de mensajes de texto.

El crecimiento demográfico en África significa que tendrán 200 millones de personas más que alimentar. Y con el tiempo, el cambio climático hará que la agricultura sea más difícil.

Si los agricultores pueden producir y almacenar más alimentos, van a estar en una mejor posición para lidiar con los años de menor producción.

Hay otras limitaciones además de la productividad que impiden que África pueda alimentarse por sí misma. La falta de infraestructura en todo el continente, por ejemplo, significa que es casi imposible trasladar los alimentos a los lugares que se necesitan más.

Pero los países están construyendo mejores carreteras. Ghana ha reducido recientemente el tiempo de viaje en dos tercios. Países como Senegal están eliminando puestos de control frecuentes que hacen que el transporte por tierra sea tan oneroso.

Al cultivar comida más variada y nutritiva y llevársela a las personas que lo necesitan en el momento adecuado, África puede lograr una seguridad alimentaria para el año 2030. Todavía importará alimentos cuando sea necesario, pero también exportará mucho más, para finalmente poder lograr un saldo neto positivo en el comercio.

Uno de los memes actuales en el desarrollo es “Africa Rising.” Mejorar la agricultura, la columna vertebral de la economía africana, puede conducir a la reducción masiva de la pobreza y mejorar la vida a través de todo el continente.

3.      LA BANCA MÓVIL AYUDARÁ A LOS POBRES A TRANSFORMAR RADICALMENTE SUS VIDAS

Las vidas financieras de los pobres son muy complicadas.

 La razón por la gente pobre se enfrenta a estas agonizantes opciones no es sólo porque no tienen suficientes activos. Tampoco cuentan con acceso a un banco para ayudarles a utilizar sus activos de manera efectiva.

En cambio, los pobres utilizan servicios financieros que son extremadamente ineficientes. Ahorran ocultando el dinero en efectivo en la casa o comprando productos que pierden valor en el tiempo. Cuando envían dinero a sus amigos y familiares para ayudarles a superar momentos difíciles, o bien se toman un día de descanso y entregan el dinero ellos mismos o confían en alguien más que lo haga por ellos. Si tienen que pedir dinero prestado para una emergencia, tienen que pagar tasas de interés altísimas a un prestamista.

Pero en los próximos 15 años, la banca digital les brindará a los pobres un mayor control sobre sus activos y los ayudará a transformar sus vidas.

La clave para esto serán los teléfonos móviles. Las personas están almacenando su dinero de manera digital en sus teléfonos y usándolos para hacer compras. El 2030, 2 mil millones de personas que no tienen una cuenta bancaria hoy van a almacenar dinero y realizar pagos con sus teléfonos.

MÉTODOS DE HACER OPERACIONES BANCARIAS: VIEJO VS. NUEVO

LOS TELÉFONOS MÓVILES PUEDEN AYUDAR A LAS PERSONAS A SACAR EL MAYOR PROVECHO DE SU DINERO

Los bancos tradicionales no pueden sustentar el servicio a los pobres debido a sus costos. Es por eso que 2.5 mil millones de adultos actualmente no tienen una cuenta bancaria.

Y cuando la mayoría de las personas piensanen los servicios financieros específicamente dirigidos a los pobres, piensan en microcréditos, como pequeños préstamos a mujeres de negocios en los países pobres. De hecho, los pequeños préstamos han ayudado a millones de personas, pero los préstamos son sólo uno de los servicios financieros que necesitan los pobres.

A las empresas pioneras en la banca móvil les resulta rentable servir a los pobres, porque el costo marginal de procesar una transacción digital es casi cero. Al cobrar pequeñas comisiones en millones y millones de transacciones, los proveedores de dinero móvil pueden obtener un beneficio al atender a los clientes pobres, al igual que los bancos actuales sirven a los ricos.

En Bangladesh, la compañía de más rápido crecimiento de los servicios financieros es un proveedor de dinero móvil llamado bKash. Menos de cuatro años después de su lanzamiento, procesa aproximadamente 2 millones de transacciones por día, con un valor total de cerca de $ 1 mil millones cada mes.

Esta visión del futuro no va a materializarse por sí misma. El acceso a teléfonos móviles, por ejemplo, todavía no es equitativo; sólo el 46% de las mujeres de Bangladesh posee un teléfono, comparado con el 76% de los hombres de Bangladesh.

Hay mucho trabajo por delante para conseguir que los reguladores en los países en desarrollo actualicen sus reglamentos financieros.

Otro factor clave para conseguir el uso del dinero digital a la masa crítica es asegurarse de que existan suficientes lugares donde la gente puede convertir el dinero digital en dinero en efectivo y de efectivo en dinero digital. Asegurarse de que tiendas en todas las comunidades ofrezcan este servicio permitirá a la economía digital realizar el arranque necesario hacia lo común.

4.      MEJOR SOFTWARE REVOLUCIONARÁ EL APRENDIZAJE

El otoño pasado, Bill conoció a un número de estudiantes de Arizona que están recibiendo sus títulos universitarios a través de las escuelas en línea.

Sin embargo, si nos vamos a un país pobre y le pedimos a un vendedor ambulante que tome clases en línea, simplemente se reiría. La idea parece ridícula.

No debería. Y un día, no lo hará.

Nuestra Fundación da más dinero a la educación que a cualquier otra causa en los Estados Unidos porque es la mejor herramienta que hemos visto para dar a cada niño en Estados Unidos la oportunidad de aprovechar al máximo sus vidas.

Pero una pieza central de esto, los cursos en línea, será un activo global, disponible para cualquier persona con un Smartphone o Tablet.

Mientras las redes celulares de alta velocidad aumentan y los Smartphones se vuelven tan baratos como los de sólo voz, la educación en línea va a florecer.

La tecnología ya ha recorrido un largo camino. Muchas de las clases en línea de hoy están desconectadas de las carreras, pero eso también va a cambiar. Hay algo que el software jamás podrá hacer: reemplazar a los maestros. Pero el software puede jugar un papel crucial, por ejemplo, mediante la conexión de los maestros entre sí.

Para sacar el máximo provecho de estas innovaciones, tenemos que cerrar la brecha de género. En África, las mujeres son 24% menos probables que los hombres de poseer un teléfono celular; en el sur de Asia, la brecha es de 37%.

La educación es un gran nivelador. Pero si no se abordan los factores que mantienen a las niñas al margen, y si el acceso a la educación no es igual, entonces la educación se convertirá en otra de las causas de la inequidad, en lugar de una cura para ella.

Esto es especialmente importante porque cuando una mujer joven consigue una educación, tiene un potente efecto dominó.

Mientras bajen los costos y suban los ingresos, más personas tendrán los medios, y podremos estar bien encaminados para proporcionar una educación de calidad para todos.

UN LLAMADO A LOS CIUDADANOS GLOBALES

Entonces, ¿qué se necesita para asegurarse de que ganemos esta apuesta, de que las vidas de las personas en los países pobres realmente mejoren más rápido en los próximos 15 años como nunca antes? Como dijimos anteriormente, dependerá de la innovación en la tecnología y de las formas de transmitirlo a las personas que más lo necesitan, que es en lo que trabaja nuestra Fundación.

Hay otro factor crucial: personas informadas y apasionadas que trabajan juntas para formar movimientos eficaces para lograr el cambio. Los llamamos ‘ciudadanos del mundo’.

Convertirse en un ciudadano del mundo no significa que uno tenga que dedicar su vida a ayudar a los pobres. Lo que significa es que uno siga un tema de importancia mundial, ya sea que hayamos escrito sobre alguien en esta carta, u otros, como los derechos humanos o la gobernanza. Es tomarse unos minutos de vez en cuando para aprender sobre la vida de los que están peor que uno.

Hay pruebas abrumadoras de que las personas se preocupan por otros que están sufriendo – cuando saben del sufrimiento.

Queremos dar a los ciudadanos del mundo una forma de prestar su voz, instando a los gobiernos, las empresas, y organizaciones no lucrativas que den prioridadaestos temas.

Esto se llama Global Citizen, y usted puede inscribirse en GlobalCitizen.org. Usted será capaz de obtener información actualizada sobre cómo puede ayudar, compartir lo que está aprendiendo, y conectarse con otras personas y organizaciones que se preocupan por cuestiones similares.

Se trata de ser parte de un movimiento formado por muchas organizaciones eficaces, incluyendo los grupos globales como CIVICUS, Save the Children, la Campaña ONE, ActionAid, Oxfam y Greenpeace, así como organizaciones nacionales más pequeñas desde Sri Lanka hasta Sudáfrica.

Cerca de 1,000 organizaciones en 130 países se han unido para lanzar una campaña llamada acción / 2015 para asegurarse de lograrlo.

Esperamos que ustedes muestren su apoyo inscribiéndose, porque creemos que las personas pueden y deben colaborar más para hacer del mundo un lugar más equitativo. De hecho, estamos apostando en ello.

Bill and Melinda Gates

Co-Presidentes

Bill & Melinda Gates Foundation

Enero 2015

Face Book:  billmelindagatesfoundation