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Para superar la pobreza

Para superar la pobreza

Estrategia para la creación de empleo y generación de riqueza en el Perú durante los próximos 20 años

El Perú está dejando que grupos ideologizados por el pos-extractivismo, acompañados de unos cuantos exaltados, aprovechen la falta de conocimiento sobre el impacto de la minería y la clamorosa ausencia del Estado como orientador de las políticas públicas.

Estamos rechazando a la minería social y ambientalmente sostenible, y acogiendo la minería ilegal que causa desastres sociales y ambientales.

Estamos tirando por la borda, la palanca de desarrollo de los peruanos, el único sector que puede crear riqueza aceleradamente, sin causar daños que lamentar. Además, debemos tomar conciencia que los aportes de la minería pueden no durar más de 20 años.

El Perú tiene que enfrentar dos grandes retos, superar las brechas sociales y económicas en educación, salud, infraestructuras y tecnología; y nivelarse con los países más ricos para evitar que nuestros pobres queden fuera del mundo moderno, signado por la ‘Cuarta Revolución Industrial’.

Tenemos que poder crear empleos competitivos para ese nuevo mundo. Pero no nos queda mucho tiempo.

  • Por ejemplo, en el futuro, los alimentos que hoy exportamos y traen beneficios a los peruanos, podrán ser producidos en fábricas verticales en las capitales del mundo moderno:

  • Los minerales que producimos podrán ser explotados en los fondos marinos, e inclusive en el espacio externo. Otra amenaza es la sustitución de materiales:

  • Otro cambio que cortará nuestro potencial de crecimiento es que en 20 años ya no tendremos el bono demográfico, pues nuestra población habrá envejecido.

Tenemos que crear riqueza aprovechando lo que tenemos.
¡Que es mucho!

Pero no se puede crear riqueza dentro del Perú, tenemos que traerla del exterior, exportando bienes y servicios, y atrayendo visitantes:

Con agro exportaciones, manufacturas, minerales, pescados, con turismo y gastronomía.

Pero no todo lo que podemos hacer con el exterior nos deja los mismos beneficios:

  • Si exportamos un polo del mejor algodón, una manufactura sofisticada, que en Miami se vende en US$ 80, en el Perú, entre mano de obra, insumos, e impuestos, quedan solo US$ 8, el 10%.
  • Pero si exportamos paltas, que en Londres se venden en dos libras esterlinas, en el Perú queda el 60%.
  • Y si exportamos concentrados de cobre, en el Perú queda un sorprendente 86%.

¿Cómo así la exportación de minerales deja tanto más que la de manufacturas? La razón es que en contra del mito de ‘exportación de piedras’, la minería tiene un altísimo valor agregado. En promedio tiene un valor agregado de 69%.

El valor agregado es la riqueza que resulta de restar al valor del mineral, que bajo tierra vale cero, el costo de su conversión mediante remuneraciones, insumos, servicios e impuestos.

El encadenamiento de la producción minera se multiplica en su impacto en la economía. Veamos las cifras de Cerro Verde del año 2017:

Una exportación de US$ 3,195 millones, generó un impacto en el PBI de US$ 4.921 millones, US$ 1,760 de impacto directo y US$ 3,161 millones de impacto indirecto.

En resumen, el sector minero puede producir un gran impacto económico en el Perú.

Pero, en buena medida, nuestro potencial productivo es prácticamente infinito:

Otro sector que tiene una gran productividad es el de las agro-exportaciones. En 180,000 hectáreas de uvas, paltas, espárragos, arándanos, etc., generamos el mismo valor que otros países en 2’500,000 de hectáreas, con soya, trigo, maíz amarillo duro, azúcar y arroz:

Tenemos la oportunidad de establecer un círculo virtuoso:

Que nos permita enfrentar nuestros grandes retos:

Tenemos que defender el Perú de sus enemigos, aquellos que pretenden dejarnos en la pobreza, aquellos que pretenden parar nuestros sectores productivos y reinar como señores feudales en un mar de miseria.

  • Necesitamos ¡Realismo!
  • Necesitamos ¡Enfoque!
  • Necesitamos ¡Sentido de Urgencia!

Para cerrar las brechas sociales y económicas, para insertarnos en la ‘cuarta revolución industrial’, necesitamos más:

No olvidemos las voces de nuestros sabios:

Presentación de Pablo Bustamante Pardo en Lampadia




Sin miedo a legislar

Sin miedo a legislar

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Exclusivo para Lampadia

La coyuntura política ha colocado al empresario Pedro Olaechea como líder del Congreso. En su primer acto pronunció un discurso que todo peruano de bien suscribe y que representa (como no se había visto desde el 2016 ni en los discursos de PPK o KF), el verdadero mandato electoral de ese año: respeto al modelo constitucional, crecimiento económico, inversión y desarrollo para superar la pobreza.  La respuesta que recibió al día siguiente fue un puntapié. El presidente Vizcarra, lejos de buscar el consenso y tomar esa flor para armar en conjunto una agenda por él Perú, siguió el mandato imperativo de la izquierda y anuncio planteó el adelanto de elecciones.

Esta semana, pese al puntapié presidencial, nuevamente Pedro Olaechea ha extendido la mano al Presidente Vizcarra y le ha vuelto a ofrecer una agenda conjunta de trabajo entre ambos poderes, es decir lo que el Perú necesita para que ese 1`365,000 de jóvenes “ninis” que ni estudian ni trabajan, encuentren empleo, oportunidades y futuro. El Presidente Vizcarra, ha aceptado reunirse, pero nada hace pensar que cambie su posición confrontacional luego de la reunión.

¿Cuál es el reto entonces del presidente del Congreso?

¿Debe devolver nuevamente los golpes del Poder Ejecutivo?  ¿Debe dar paso a los pedidos de vacancia de un presidente que negocia con los extorsionadores sociales del Sur y abdica de preservar el orden y la paz? ¿Debe dar cabida a la censura de los ministros ornamentales de este gobierno que sólo secundan y no gobiernan? ¿Debe impulsar las investigaciones a los negocios presidenciales en la Interoceánica de Odebrecht?  ¿Debe fiscalizar los millonarios gastos de publicidad del Poder Ejecutivo en los canales y diarios que silencian los escandalosos audios presidenciales con muertos, violaciones y escándalos de farándula?  ¿Debe fiscalizar los favores presupuestales a gobernadores regionales dispuestos a acompañar en la foto al presidente Vizcarra cada que lanza algún desafío por consejo de su asesor argentino?

Tal vez. Este puede ser un camino.

Sin embargo, a mi juicio no es el mejor camino o por lo menos no debe ser el más importante.

El camino que debería seguir es el de pasar a ser un verdadero líder y conducir al Congreso en una dirección distinta de aquella que siguieron sus tres predecesores. Debe olvidarse de la pequeñez de su bancada y apropiarse de la magnitud del mandato electoral del 2016 con la cual coincide su discurso, voluntad ciudadana a la cual por fin alguien representa y que supera el 70% de los peruanos. Debe asumir el reto de liderar entonces no sólo al Congreso, sino a esa voluntad popular a la que abandonaron primero Kuczynski y Keiko Fujimori en sus absurdas disputas y de la que reniega el presidente

Vizcarra para dejar traslucir el polo que rojo que llevaba adentro, que recién advierte la gobiernista revista Caretas.

En este camino, el presidente del Congreso tampoco debe tener temor a legislar. El Perú no puede darse el lujo de tener un presidente que tenga miedo a gobernar y un líder del Congreso que también tenga temor a legislar. Su reto, por lo tanto, es ese.

  • El Congreso debe hacer la gran reforma de la inversión privada que impulse a las pymes como motor de la formalización, la recaudación razonable y la generación de empleo mínimamente digno.
  • El Congreso puede impulsar los motores de nuestra economía mediante una legislación promotora de la inversión hidrocarburífera, de las inversiones en energías limpias, de la minería, del turismo y de la agro exportación.
  • El Congreso debe detener la asfixia estatal que consume en licencias, permisos, autorizaciones, certificaciones, tasas, inspecciones y estudios previos los escasos recursos de pequeños, medianos y grandes empresarios antes de que se haya producido un sol o se haya generado un solo puesto de trabajo.
  • El Congreso debe poner tope al crecimiento de la planilla estatal que se incrementa cada período de gobierno a nivel nacional, regional y local, impidiendo que los recursos vayan a obras y se consuman en gasto corriente.
  • El Congreso debe revisar una descentralización de enfoque preferentemente público que no ha atraído inversiones en las regiones y que sólo ha aportado gobernadores y autoridades en prisión.
  • El Congreso debe alentar la depuración de la Corte Suprema y la Fiscalía de la Nación ante la inoperancia de las improvisadas reformas impulsadas por el Presidente Vizcarra que han cambiado todo para que nada cambie, dando paso para ello a la tramitación de las acusaciones constitucionales que el artículo 99 de la Constitución permite y bajo cuyo trámite se puede hacer mucho más para enfrentar la corrupción a este nivel.
  • El Congreso debe elegir a los magistrados del Tribunal Constitucional, 6 de los cuales ya han cumplido su mandato.

El Congreso puede hacer mucho más, sin interferir en la labor del Poder Ejecutivo y aún a pesar de él. El reto de Pedro Olaechea es sin duda muy grande. Tendrá que ser un líder sin miedo a legislar. Lampadia




Lo que necesitamos es más Minería

Lo que necesitamos es más Minería

El Perú está dejando que grupos ideologizados por el pos-extractivismo, acompañados de unos cuantos exaltados, aprovechen la falta de conocimiento sobre el impacto de la minería y la clamorosa ausencia del Estado como orientador de las políticas públicas.

Estamos rechazando a la minería social y ambientalmente sostenible, y acogiendo la minería ilegal que causa desastres sociales y ambientales.

Estamos tirando por la borda, la palanca de desarrollo de los peruanos, el único sector que puede crear riqueza aceleradamente, sin causar daños que lamentar. Además, debemos tomar conciencia que los aportes de la minería pueden no durar más de 20 años.

El Perú tiene que enfrentar dos grandes retos, superar las brechas sociales y económicas en educación, salud, infraestructuras y tecnología; y nivelarse con los países más ricos para evitar que nuestros pobres queden fuera del mundo moderno, signado por la ‘Cuarta Revolución Industrial’.

Tenemos que poder crear empleos competitivos para ese nuevo mundo. Pero no nos queda mucho tiempo.

  • Por ejemplo, en el futuro, los alimentos que hoy exportamos y traen beneficios a los peruanos, podrán ser producidos en fábricas verticales en las capitales del mundo moderno:

  • Los minerales que producimos podrán ser explotados en los fondos marinos, e inclusive en el espacio externo. Otra amenaza es la sustitución de materiales:

  • Otro cambio que cortará nuestro potencial de crecimiento es que en 20 años ya no tendremos el bono demográfico, pues nuestra población habrá envejecido.

Tenemos que crear riqueza aprovechando lo que tenemos.
¡Que es mucho!

Pero no se puede crear riqueza dentro del Perú, tenemos que traerla del exterior, exportando bienes y servicios, y atrayendo visitantes:

Con agro exportaciones, manufacturas, minerales, pescados, con turismo y gastronomía.

Pero no todo lo que podemos hacer con el exterior nos deja los mismos beneficios:

  • Si exportamos un polo del mejor algodón, una manufactura sofisticada, que en Miami se vende en US$ 80, en el Perú, entre mano de obra, insumos, e impuestos, quedan solo US$ 8, el 10%.
  • Pero si exportamos paltas, que en Londres se venden en dos libras esterlinas, en el Perú queda el 60%.
  • Y si exportamos concentrados de cobre, en el Perú queda un sorprendente 86%.

¿Cómo así la exportación de minerales deja tanto más que la de manufacturas? La razón es que en contra del mito de ‘exportación de piedras’, la minería tiene un altísimo valor agregado. En promedio tiene un valor agregado de 69%.

El valor agregado es la riqueza que resulta de restar al valor del mineral, que bajo tierra vale cero, el costo de su conversión mediante remuneraciones, insumos, servicios e impuestos.

El encadenamiento de la producción minera se multiplica en su impacto en la economía. Veamos las cifras de Cerro Verde del año 2017:

Una exportación de US$ 3,195 millones, generó un impacto en el PBI de US$ 4.921 millones, US$ 1,760 de impacto directo y US$ 3,161 millones de impacto indirecto.

En resumen, el sector minero puede producir un gran impacto económico en el Perú.

Pero, en buena medida, nuestro potencial productivo es prácticamente infinito:

Otro sector que tiene una gran productividad es el de las agro-exportaciones. En 180,000 hectáreas de uvas, paltas, espárragos, arándanos, etc., generamos el mismo valor que otros países en 2’500,000 de hectáreas, con soya, trigo, maíz amarillo duro, azúcar y arroz:

Tenemos la oportunidad de establecer un círculo virtuoso:

Que nos permita enfrentar nuestros grandes retos:

Tenemos que defender el Perú de sus enemigos, aquellos que pretenden dejarnos en la pobreza, aquellos que pretenden parar nuestros sectores productivos y reinar como señores feudales en un mar de miseria.

  • Necesitamos ¡Realismo!
  • Necesitamos ¡Enfoque!
  • Necesitamos ¡Sentido de Urgencia!

Para cerrar las brechas sociales y económicas, para insertarnos en la ‘cuarta revolución industrial’, necesitamos más:

No olvidemos las voces de nuestros sabios:

Presentación de Pablo Bustamante Pardo en Lampadia




Disputa de Rentas y Conflictividad Minera

Sebastiao Mendonca Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia

La disputa de rentas

La disputa de rentas es una práctica milenaria en todas las sociedades, pero a partir del momento que se desarrolló la agricultura, la artesanía y el comercio, la disputa de rentas se expandió.[i] Los muros de los castillos y las murallas de las ciudades fueron construidos para evitar que los saqueadores pudieran apropiarse de sus riquezas.[ii] La historia universal está llena de ejemplos de invasiones, guerras y saqueos de las ciudades y ciudadanos más ricos.[iii]

En la medida en que las sociedades fueron desarrollándose la disputa de rentas fue asumiendo nuevas formas. Recién con el desarrollo del libre mercado y de protección de la propiedad privada es que la disputa de rentas comenzó a disminuir su rol en los procesos de acumulación de riqueza. En los países con mayor desarrollo institucional la disputa de rentas se da, principalmente, vía la creación de leyes, de monopolios y de la corrupción.

En los países emergentes, como el Perú, las rentas a disputar están relacionadas principalmente a: (1) las actividades extractivas (minería y petróleo), (2) la agro-exportación y (3) el presupuesto de la república. Las dos primeras son actividades económicas que pueden alcanzar niveles de productividad muy superiores al promedio del país, generando una piscina de riqueza que es ambicionada por muchos actores económicos y políticos. El presupuesto de la república pone miles de millones al alcance de los políticos y autoridades públicas: ministros, jueces, gobernadores, congresistas, alcaldes, etc.[iv]

La disputa de rentas asume formas diversas, dependiendo del desarrollo institucional de la sociedad. En muchos países africanos asume la forma de guerras civiles y dictaduras eternas: Zimbabue, Angola, Congo, Guinea Ecuatorial, etc. En otros países, con un nivel medio de desarrollo institucional, como el Perú, la disputa de rentas asume formas de conflictividad social y de luchas políticas.

En América Latina, el caso más dramático de disputa de rentas es el de Venezuela, en donde la apropiación de las rentas del petróleo ha ocasionado la destrucción económica del país. En Venezuela la disputa de rentas se ha dado por medio de la creación de un estado militarizado instrumentalizado con un discurso socialista.

Otro caso, no menos dañino, es el de Argentina, con la apropiación de las rentas de la agro-exportación: carne, soya, etc. En los últimos 100 años, Argentina ha caído bajo da influencia del peronismo y ha vivido una secuencia de crisis que la retiró de la lista de los países desarrollados, igualándolo con sus vecinos en materia de atraso económico y político. En el caso de la Argentina se ha desarrollado un modelo de estado parásito con un discurso de justicia social.[v]

En el Perú, las dos principales formas de disputa de rentas son (a) la corrupción (pública y privada) y (b) la conflictividad minera. La corrupción busca apropiarse del presupuesto público a nivel nacional, regional y local, y la conflictividad minera busca apropiarse de la alta productividad de la minería moderna. [vi]

Lo que viabiliza ese fenómeno en Perú es que el país tiene importantes riquezas minerales y un ambiente de negocios relativamente positivo, capaz de atraer grandes inversiones de empresas con tecnologías avanzadas, pero al mismo tiempo tiene un Estado que carece de la voluntad política y de la capacidad operacional necesaria para garantizar el imperio de la ley en todo el territorio nacional. Como comenté antes en una entrevista a El Comercio, en la medida que uno se aleja de San Isidro el Estado de Derecho se deteriora y la impunidad se incrementa. La realidad institucional de algunas provincias del Perú puede parecerse más a países de África o de Centro América, que a Lima.

Las rentas que se disputan con la conflictividad minera pueden ser económicas, (enriquecimiento fácil), o políticas, (aumento de popularidad y acceso a cargos públicos). En el Perú de hoy, esas dos formas de rentas se alimentan entre si. En las zonas mineras muchos de los líderes de los conflictos (curas desconocidos, profesores mediocres, alcaldes incompetentes, abogados desocupados, etc.) se han enriquecido notablemente y han resultado elegidos alcaldes, gobernadores y hasta congresistas. Es raro que los líderes de los conflictos mineros no terminen envueltos en casos de corrupción. Conga y Tía María son ejemplos recientes y más conocidos.

El caso Las Bambas

Mientras más grande es una empresa, mayores son las expectativas de las rentas a disputar. Las Bambas es una empresa muy grande, una de las tres mayores productoras de cobre del país con una producción de más de mil toneladas de concentrado por día, que ha producido cerca de dos millones de toneladas de cobre en los últimos 5 años, y que ha generado una riqueza aproximada de 12 mil millones de dólares en ese mismo período.

El conflicto en Las Bambas, aún en proceso, es un ejemplo que ilustra la disputa de rentas como una de las principales causas de la conflictividad social. A diferencia de otros conflictos en donde la narrativa de los líderes era de protección ambiental (“agua sí, mina no”, “en defensa de nuestras lagunas”, “protección de la biodiversidad”, etc.), en el caso de Las Bambas, los mismos líderes fueron claros en señalar que el objetivo de su lucha era obtener mayores beneficios económicos de la empresa minera y del Estado Peruano. Lo que aspiran es seguir viviendo de la extracción de riqueza de una empresa altamente productiva y un Estado débil para hacer cumplir con la ley.

Algunas ONGs pos-extractivistas, como CooperAcción, han instalado oficinas en la zona, y han producido documentos diversos intentando desarrollar una narrativa ambiental en contra de Las Bambas, pero la influencia de los buscadores de rentas (Chávez, Rojas et al) resultó dominante. Esas ONGs, contrarias a la minería moderna, buscan justificar los conflictos de Las Bambas diciendo que son “conflictos de convivencia”, cuando existe abundante evidencia para entender que, en realidad, se tratan de “conflictos de extracción de rentas”.

En el intento del 2016, cuando bloquearon la carretera con varias zanjas, el mecanismo de extracción de rentas imaginado fue el cobro de un peaje millonario por el paso de los camiones de minerales, S/.5,000 por cada uno de los 200 a 300 camiones que circulan diariamente, cerca de S/.45 millones al año, algo más de 800 millones en los 18 años de vida útil de la mina. Este primer intento fracasó.

En esta segunda fase del conflicto, los comuneros exigen una indemnización extraordinaria por la carretera que cruza por el terreno entregado a ellos por Las Bambas como parte del cambio del terreno que ocupaban en el “footprint” de la operación. Según sus líderes, la carretera de cerca de 32 metros de ancho ocupa 39 hectáreas, y exigen 31 millones de soles como indemnización, aproximadamente 800 mil soles por hectárea, o 80 soles por metro cuadrado (precio de terreno urbano).[vii]

El gobierno tiene clara responsabilidad por esta segunda fase del conflicto. En la primera fase del conflicto el gobierno hizo una serie de promesas de proyectos de desarrollo, por casi dos mil millones de soles que nunca se ejecutaron. Ello, sin duda, ha generado un clima de frustración en la población. Hoy, el mismo gobierno reconoce que la indemnización por la carretera era un derecho de los comuneros, entonces surge la pregunta: ¿Por qué no los indemnizaron antes de ese nuevo conflicto, por qué esperaron que ocurriera el conflicto para pagar sus deudas con los comuneros?[viii]

Los abogados que los están asesorando, los hermanos Chávez, van recibir una comisión sustantiva del monto obtenido. Si esa comisión fuera de 30%, sería cerca de 10 millones de soles, si la comisión fuera de 20%, sería de un poco más de 6 millones. En ambos casos, los honorarios de los abogados serían extraordinarios para los estándares de cualquier país del mundo. Es más, estarán ganando honorarios para realizar una actividad de extorsión de una empresa minera que invirtió en el Perú y que cumple con todas las obligaciones legales que el país exige, cuando siendo los abogados quienes están promoviendo acciones de violencia y el Estado está renunciando a defender el estado de derecho.

Podemos hacer un cálculo aproximado para evaluar la rentabilidad del conflicto, redondeando un poco los números: una toma de carretera de 60 días, que genera 30 millones de reembolso, significa una renta de 500 mil soles por día de conflicto. Si la solución dada por el gobierno atiende, aún en parte, las exigencias económicas de los líderes conflictivos, la rentabilidad de los conflictos mineros se habrá disparado, enviando la señal a la macro región del sur y a todo el país que es posible extraer cantidades millonarias de riqueza del Estado y de las empresas mineras, si se organizan conflictos sociales. Los abogados de todo el país van encontrar que la asesoría a grupos conflictivos es una actividad de muy, pero muy, alta rentabilidad.

Las victorias de los depredadores, en el caso de Las Bambas y otros conflictos, además de generar costos extra al Estado y para las empresas mineras, va afectar a toda la población del país pues desincentiva la inversión productiva, haciendo que la organización de conflictos resulte mucho más atractiva que la organización de empresas productivas. No hay que olvidar que el emprendedurismo se dirige hacia donde los rendimientos son más altos, si el conflicto es lo más rentable del Perú, ahí va enfocarse la creatividad empresarial del país.

La consecuencia es que la iniciativa empresarial local (mediana y pequeña) se orientará hacia la conflictividad social en vez de enfocarse en la creación de riqueza y en la expansión de las oportunidades para la población local. Se desarrollará entonces un emprendedurismo depredador y socialmente excluyente. Lo que podría volverse un clúster productivo moderno alrededor de la minería, una actividad económica de alta productividad, se transforma en una zona hostil a la minería y a la actividad productiva en general. Esa distorsión de la economía regional tiende a beneficiar a unos pocos líderes conflictivos perjudicando a la gran mayoría de la población. El estancamiento de la ciudad de Cajamarca, resultado del conflicto anti-minero, es ilustrativo de esa tragedia.

Bendición o maldición

A fines del siglo pasado diversos economistas se han interesado por el impacto de los recursos naturales en el desarrollo y han encontrado que, en muchos países emergentes y ricos en recursos naturales, el impacto de dichos recursos no ha sido positivo (Sachs & Warner, 1997). [ix]  Los resultados fueron tan contra-intuitivos que los estudiosos acuñaron el término “maldición de los recursos naturales”.

Estudios posteriores (Mehlum et al., 2006), incorporando la variable institucional, encontraron que los recursos naturales pueden ser una bendición o una maldición, dependiendo si el país tiene o no tiene instituciones capaces de evitar que predomine la disputa de rentas (emprendedurismo depredador). Es decir, un Estado capaz de evitar que las riquezas generadas por la exploración de los recursos naturales se transformen en blanco de extorsionadores, haciendo que el impulso emprendedor de la sociedad se mantenga en la producción y no se oriente hacia la apropiación de la riqueza ya creada.[x]

Botsuana, Malasia, y Chile son ejemplos de países que hicieron de sus recursos naturales una bendición, mientras otros países como Venezuela, Nigeria y Angola han mantenido o incrementado su pobreza a pesar de sus ingentes recursos naturales. Ello significa para el Perú que sus extraordinarias reservas de metales pueden constituirse en un motor del desarrollo capitalizando el país y financiando su diversificación económica, o pueden ser un factor que genere un ambiente de conflictividad que promueva una economía de disputa de rentas y frene su desarrollo. Cajamarca ya se inclinó hacia esta última opción, Apurímac está en esta disyuntiva.

Advertencia

La manera como el conflicto de Las Bambas está evolucionando hace pensar que Cotabambas y algunas otras provincias del corredor minero del sur se están transformando en sociedades de disputadores de rentas, es decir, sociedades de escala sub-nacional con economías atrasadas que, en vez de tomar la minería como un motor del desarrollo económico, optan por el conflicto social como la ruta con que esperan salir de la pobreza.

Si las situaciones de los conflictos mineros en Apurímac siguen evolucionando como están hasta el momento, las reservas de cobre, molibdeno, litio, plata y oro del sur del Perú, que podrían ser un importante motor del desarrollo de toda esa macro-región, van servir para transformar el sur del Perú en un territorio en qur la conflictividad social domina la vida social e inviabiliza los emprendimientos productivos.

La responsabilidad principal la tienen los gobernantes nacionales, son ellos los llamados a revertir esa tendencia destructiva, pero las empresas también necesitan apostar menos en los incentivos económicos y las negociaciones transaccionales y entender que los sentimientos y creencias de la población son determinantes para el clima social. Además, en un ambiente de precariedad institucional y escasa voluntad política de los gobernantes, las empresas mineras necesitan repensar sus estrategias políticas y sociales para ser capaces de evitar que la conflictividad social se vuelva la ruta de capitalización preferida de la población de las regiones mineras.

Michael Porter ha explicado que, en el siglo XXI, la ventaja competitiva de las empresas mineras ya no va estar en la tecnología ni en el modelo de negocio, sino en su capacidad de construir una relación positiva con la población del entorno y la sociedad nacional. En el Perú de hoy, esta habilidad es más que una ventaja competitiva, es una condición para su existencia en el largo plazo. [xi]

Lo que pase en Apurímac y en el corredor minero del sur en los próximos meses va influenciar de forma significativa si los recursos metálicos del Perú son una bendición o una maldición. Quienes deseen el desarrollo del país deberían ver una advertencia en la manera como está evolucionando el conflicto de Las Bambas. Lampadia

[i]       El concepto de disputa de rentas, “rent seeking” en inglés, fue creado para explicar la apropiación de la riqueza por medios legales (Anne Krueger, 1974). Sin embargo, muchos autores han encontrado que la generalización del concepto a cualquier modalidad de disputa de la riqueza creada por otros ha resultado muy útil para explicar una serie de fenómenos sociales: guerras civiles, luchas políticas, conflictos sociales, retrocesos económicos, etc. Nosotros hemos encontrado de mucha utilidad esa versión generalizada del concepto para desenredar las narrativas de moda y entender las causas reales de la conflictividad minera en el Perú.

[ii]      Los ejércitos fueron desarrollados para saquear a los vecinos y/o para protegerse de los saqueadores extranjeros, y la mayoría de las guerras a lo largo de la historia no se explican por los discursos de los invasores, sino por las riquezas que ellos esperaban saquear.

[iii]      Los saqueos de las minorías, conocidos como pogromos en el caso de los judíos, fueron practicados por siglos enteros en Europa y Asia. Aún que las justificaciones eran diversas, su propósito fue siempre la apropiación de la riqueza de esas minorías.

[iv]     El golpe del general Velasco en 1968 atacó la minería, las haciendas azucareras de la costa y las haciendas ganaderas de la sierra, es decir, a tres de las principales actividades económicas modernas del país, con mayor capacidad de generación de riqueza que el resto de la sociedad. Los beneficiarios de las nacionalizaciones fueron los burócratas y los militares, especialmente el ejército, y los perdedores fueron todos los demás peruanos que vieron su país retroceder varias décadas en su desarrollo agrícola y minero.

[v]      En el caso brasileño, la riqueza a saquear son los impuestos. Con una capacidad de recaudación tributaria superior al 40%, el Estado Brasileño es una piscina de riqueza gigantesca que genera beneficios extraordinarios a una aristocracia política y jurídica y mayores ganancias para una minoría empresarial adicta a los recursos públicos (Odebrecht, OAS, etc.).

[vi]     Mendoza, W. & Collantes, E. (2017). La economía de PPK. Promesas y resultados: La distancia que los separa. (Documento de trabajo 440). Lima, Perú: Pontificia Universidad Católica del Perú

[vii]      Los comuneros tienen derecho a una indemnización por el terreno ocupado por la carretera, lo que hace de su reclamo una disputa de rentas es el monto extraordinario de la indemnización por hectárea y el uso de la violencia para su obtención.

[ix]     Sachs, J. and A. Warner, 1997. Natural Resource Abundance and Economic Growth, Working paper, Center for International Development and Harvard Institute for International Development, November 1997.

[x]      Mehlum, H., Moene and R. Torvik, 2006. “Institutions and the Resource Curse”. Economic Journal, 116 (Jan) 1-20.

[xi]     M. Porter & M. Kramer, 2006. The Link Between Competitive Advantage and Corporate Social Responsibility. Harvard Business Review, December 2006.          




La importancia de los contratos temporales en el agro

A nivel global, la industria agrícola depende en gran medida de trabajadores temporales, como se puede apreciar del análisis de The Economist que compartimos líneas abajo.

En el Perú, la agro-exportación es una historia de éxito con una gran oportunidad de desarrollo, sin embargo, personajes ideologizados siguen sin entender la importancia del trabajo temporal en la agricultura, y se pretende limitar la flexibilidad laboral en el sector.

Según The Economist, para los hacedores de políticas, el atractivo de llevar a los migrantes a las áreas rurales es que ayuda a reducir la escasez de mano de obra, especialmente durante los picos estacionales de las cosechas. Como dice el análisis, “el trabajo agrícola estacional se ha convertido en una gran excepción de las políticas de fronteras cada vez más estrictas y la retórica anti-migrante cada vez más dura en los países ricos. Y este flujo global de trabajadores ha cambiado la agricultura.”

La flexibilidad laboral en el campo es absolutamente necesaria para cubrir la demanda de empleo formal en el sector agro-exportador, pues, dada la naturaleza de sus ciclos productivos demanda sustanciales variaciones del volumen de mano de obra durante el año. Como se aprecia en el artículo citado, cuando no se cuenta con mano de obra temporal, se busca la mecanización de las cosechas, o se abandonan ciertos sembríos.

En lugar de contratar a más estadounidenses, los agricultores invirtieron en máquinas para recoger tomates y dejaron de trabajar cultivos que no podían mecanizarse”.

Además, no se podría seguir incrementando la frontera agrícola en búsqueda de nueva producción y exportaciones. Ver en Lampadia: Las izquierdas complotan contra los trabajadores del campo.

Por lo tanto, lo que debemos hacer es fortalecer las regulaciones que permiten el empleo temporal en el campo. Tanto en el caso de la agro-exportación, como para los sembríos forestales y todas la actividades que por su naturaleza, tienen ciclos productivos que demandan volúmenes de empleo variable.

Compartimos el artículo indicado, que argumenta sobre los beneficios de los trabajos temporales en el sector agrícola:

Hoy aquí, mañana ya no
¿Por qué está en auge la migración de trabajadores agrícolas?

La hostilidad hacia los migrantes está en aumento, pero los trabajadores agrícolas todavía votan con sus pies

The Economist
20 de octubre de 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Todos los años, durante los últimos siete años, Halyna se toma un tiempo libre de su trabajo de camarera en Zakarpattia, en el sudoeste de Ucrania, para liderar un equipo de recolectores ucranianos en una granja en las afueras de Krasnik, en el este de Polonia. Ella se queda por un mes o varios, dependiendo de sus papeles. Trabajando desde las seis de la mañana hasta la tarde, puede ganar tres o cuatro veces más al día que en casa.

Los locales solían recoger las frutas y verduras de Polonia. Eso cambió en 2004, cuando el país se unió a la Unión Europea y a los polacos se les permitió trabajar en Gran Bretaña, Irlanda y Suecia. Durante los siguientes siete años, el resto de la UE abrió sus puertas. El desempleo en Polonia ha disminuido drásticamente y los salarios aumentaron un 30% en términos reales en 2004-17, según la OCDE, un club de países ricos. El trabajo de campo parece menos atractivo para los polacos en estos días.

Los migrantes del este han sustituido a los locales. Este año, alrededor de 500,000 trabajadores de temporada de fuera de la UE trabajaron en granjas polacas, en comparación con menos de 200,000 en 2014. Algunos han estado ocupados desde principios de verano, recogiendo fresas, luego frambuesas y luego manzanas. Son el grupo más grande de trabajadores agrícolas migrantes legales en cualquier país rico. Pero hay muchos más en otros lugares.

En 2013, el gobierno federal de Estados Unidos permitió que los agricultores llenaran 99,000 empleos con trabajadores extranjeros temporales, la mayoría de los cuales venían de México. Este año van a dejar entrar alrededor de 240,000. Un proyecto de ley patrocinado por los republicanos elevaría el límite a 450,000 por año y les permitiría quedarse hasta tres años.

Alemania, que, al igual que otros países europeos, ha abierto sus campos a trabajadores de Bulgaria, Rumania y otros estados miembros de la UE oriental, también admite a unos 60,000 ucranianos al año. Los programas más pequeños en Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur están creciendo rápidamente.

Incluso los políticos que critican la inmigración tienden a hacer una excepción para los trabajadores agrícolas de temporada. “Vamos a dejarlos entrar”, dijo Donald Trump en mayo. Mientras daba la bienvenida a los trabajadores agrícolas extranjeros, Polonia ha mantenido a los refugiados lejos. El gobierno de Gran Bretaña interpreta el voto para abandonar la Unión Europea principalmente como un voto contra las fronteras abiertas. Aun así, en septiembre anunció un programa especial para atraer trabajadores agrícolas de temporada de fuera de la UE.

  • Tal vez sea porque los agricultores son buenos para presionar a los políticos.
  • Tal vez sea porque, al menos en teoría, los trabajadores agrícolas migrantes se van a casa en invierno.
  • Tal vez sea porque muchos trabajadores viven en remolques en granjas, donde son invisibles para la población en general.
  • Quizás sea porque muchos de ellos son blancos.

Cualquiera que sea la razón, el trabajo agrícola estacional se ha convertido en una gran excepción de las políticas de fronteras cada vez más estrictas y la retórica anti-migrante cada vez más dura en los países ricos. Y este flujo global de trabajadores ha cambiado la agricultura.

En muchos países ricos, incluidos Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Irlanda, Italia, España y Nueva Zelanda, el empleo agrícola ha estado disminuyendo a largo plazo como porcentaje del empleo total. Hace unos diez años el declive se detuvo. Con más trabajadores disponibles, los agricultores han podido cultivar más cultivos del tipo que requieren un manejo cuidadoso.

En Gran Bretaña, los espárragos y las frutas blandas ahora se siembran más que en 2004, cuando el país abrió sus puertas a los trabajadores polacos y otros de Europa oriental (ver tabla). Y aunque la causa y el efecto no se pueden desenredar, esto podría haber cambiado los hábitos alimenticios británicos. Los británicos comieron más del doble de fruta blanda en 2017 que en 2000. “La gente come arándanos en el desayuno”, dice Jack Ward, director de la Asociación de Productores Británicos. “Hace diez años, eso no sucedía realmente”.

La profundidad de la dependencia de los agricultores de los trabajadores migrantes es más clara cuando los trabajadores no se presentan. A principios de este año, Slawomir Brzusek supo que las mujeres ucranianas que debían trabajar en su granja cerca de Krasnik no vendrían. Su líder había encontrado un trabajo en Varsovia. “Fue un momento de incertidumbre. Las frambuesas estaban listas; estaba realmente preocupado “, recuerda. Finalmente, encontró a otros trabajadores de Ucrania, aunque no lo suficientes como para recoger todas las frambuesas en sus campos. Les dijo a los trabajadores que recolectaran las mejores bayas y dejaran el resto.

Cuando los esquemas están bien administrados, la migración estacional puede transformar las vidas de las personas. El programa de “empleador estacional reconocido” de Nueva Zelanda comenzó en 2007 con 5,000 trabajadores migrantes y ha crecido a 11,000. Casi todos los trabajadores que participan en este plan son hombres de las islas pobres del Pacífico, como Tonga y Vanuatu. Están alojados por agricultores de Nueva Zelanda, que también pagan la mitad del costo de sus boletos de regreso y les garantizan una cierta cantidad de trabajo. Si los trabajadores no salen al final del año, los agricultores deben pagar por su retiro.

Cuando John Gibson de la Universidad de Waikato y David McKenzie, del Banco Mundial, evaluaron el programa en 2014, encontraron enormes efectos. El trabajador promedio de Tonga o Vanuatu ganaba NZ $ 12,000 (actualmente US$ 7,900) en una temporada, de la cual enviaba NZ $ 5,000 a casa. Después de dos años, los hogares con un miembro migrante tenían ingresos y ahorros más altos, y hogares más agradables que los hogares similares sin uno. Pocos programas de desarrollo pueden presumir de tan buenos resultados.

Para evitar que los trabajadores migrantes subcoticen a los nativos, los agricultores de Nueva Zelanda deben demostrar que han tratado de contratar a personas locales y deben pagar a los migrantes más que el salario prevaleciente.

Estas medidas son probablemente inútiles. En la mayoría de los países ricos, los locales no harán trabajos agrícolas repetitivos por los salarios que se ofrecen. Desde 1999, Alemania ha intentado varias veces restringir el número de trabajadores migrantes extranjeros para atraer a locales desempleados hacia los campos. Estos esfuerzos han tenido poco efecto, en parte porque el desempleo ha sido bajo en las áreas donde se trabajan cultivos que requieren mucha mano de obra.

Los trabajadores extranjeros se regulan a sí mismos, señala Philip Martin, quien estudia mano de obra migrante en la Universidad de California, Davis. Debido a que generalmente hay más migrantes dispuestos que empleos agrícolas, y debido a que los trabajadores tienden a ser contratados en grupos, tienen un fuerte incentivo para comportarse de manera impecable y asegurar que otros también lo hagan. En la encuesta más reciente, el 90% de los agricultores de Nueva Zelanda calificaron a los isleños del Pacífico de al menos ocho de cada diez por su fiabilidad. Solo el 22% dio puntuaciones similares a los trabajadores locales. Un agricultor que viene a depender de extranjeros puede que nunca vuelva a los locales.

Si los trabajadores agrícolas migrantes imponen un costo, es probable que sea innovación dejada de darse. Algunos agricultores que emplean a muchos trabajadores migrantes están interesados ​​en maquinarias que ahorran mano de obra. Pero parecen ser inusuales. En general, un suministro abundante de trabajadores dispuestos parece disuadir a los productores de invertir en tecnología. Eso quedó claro en América cuando se redujo el ingreso de mano de obra.

A principios de la década de los sesenta, el presidente John F. Kennedy abolió el programa de braceros, que había permitido que casi medio millón de mexicanos trabajaran en granjas estadounidenses. El objetivo era impulsar el empleo y los salarios de los trabajadores nativos. Eso no sucedió, según la investigación de Michael Clemens, Ethan Lewis y Hannah Postel. Los salarios agrícolas aumentaron después de que los mexicanos fueron regresados, pero aumentaron en áreas donde no había braceros. En lugar de contratar a más estadounidenses, los agricultores invirtieron en máquinas para recoger tomates y dejaron de trabajar cultivos que no podían mecanizarse.

Los ingenieros continúan trabajando en máquinas que podrían reemplazar a los trabajadores. Garford Farm Machinery, una empresa británica, ha creado una escobilla robotizada que puede acoplarse a un tractor. Inevitablemente llamado “Robocrop”, esto elimina no solo las malezas que crecen entre hileras de cultivos (lo que cualquier máquina antigua puede hacer) sino también las que crecen entre plantas en una fila. Los precios comienzan en £ 80,000 ($ 105,000); Philip Garford, el director gerente, dice que puede hacer el trabajo de 30 hombres con azadas. Otros inventores están trabajando en robots recolectores de fresas. Pero las fresas son difíciles, y las frambuesas, que deben sacarse suavemente de los cascos, aún más difíciles. “Si alguien inventa una forma mecanizada de recoger frambuesas, ganará un premio Nobel”, dice Andrzej Tybulczuk, director de la oficina de empleo de Krasnik.

Lo que preocupa a los agricultores de Polonia es el peligro de que la reserva de trabajadores dispuestos de Ucrania sea agotada. La población adulta joven de Ucrania se está reduciendo y los agricultores en Alemania y Gran Bretaña pueden pagar salarios más altos. Los agricultores polacos probablemente tendrán que mirar más lejos, quizás al sur de Asia o al África subsahariana, cuyos trabajadores se destacarán más en un país abrumadoramente blanco. Pero si funciona en Nueva Zelanda, tal vez pueda funcionar en Europa. Lampadia




La ‘maldición de Arana’ en el gobierno de Vizcarra

La ‘maldición de Arana’ en el gobierno de Vizcarra

En su discurso de Fiestas Patrias, el presidente Vizcarra incluyó el tema de los sectores productivos, mostrando una visión política tradicional y quitando el cuerpo a los temas más importantes, como el referido a la extensión del régimen agrícola para favorecer la agro-exportación y desconociendo la importancia de impulsar el proyecto de cobre de Tía María en Arequipa.

Evidentemente, el gobierno no quiere desarrollar una mirada estratégica de nuestra economía, como la que propusimos oportunamente el 2 de julio pasado con nuestro análisis: ‘Estrategia para la creación de empleo y generación de riqueza en el Perú durante los próximos 20 años’.

En dicho análisis que alcanzó a 133,529 personas, recibió 3,734 likes, se compartió 925 veces, tuvo 1,421 interacciones y 148 comentarios, decíamos que para superar la pobreza debíamos desarrollar una estrategia para generar el máximo de riqueza en el mínimo de tiempo y así nivelar a nuestros pobres con los ciudadanos del mundo y evitar que sean condenados para siempre a los arrabales de la globalización. Ello implicaba que el Perú se apoyara en la fortaleza de sus sectores productivos, con especial énfasis en la agro-exportación y la minería.

Pero, lamentablemente, parece que el gobierno (con tal de llevar la fiesta en paz) prefiere no leer ni liderar.

En su discurso, el presidente no tocó el régimen agrario y, en cuanto al desarrollo minero, nos dijo:

No podemos ser un país que tiene una gran riqueza bajo la tierra y pobreza en la superficie. La industria minera y de hidrocarburos son una oportunidad para el desarrollo, sin embargo, como hemos señalado muchas veces, este desarrollo no puede darse sin un compromiso social y ambientalmente responsable. En ese contexto resaltamos importantes inversiones mineras anunciadas en el presente año:

  • Proyecto Michiquillay, por US$ 2,500 millones
  • Ampliación Toquepala USD 1,200 millones
  • Ampliación Marcona USD 1,300 millones
  • Ampliación de Toromocho, por US$ 1,300 millones.
  • Quellaveco, con una inversión de USD 5,300 millones.
  • Mina Justa, por USD 1,300 millones.
  • Corani USD 580 millones
  • Pampa de Pongo USD 2,500 millones

Inversiones que superan los USD 15,000 millones, que contribuirán a reactivar nuestra economía.

Pero no solo la gran minería es importante, sino la pequeña minería y la minería artesanal. (…).

¿Curiosamente? El presidente Vizcarra excluyó de su lista el proyecto de cobre a Tía María, que se anuncia todos los años y está prácticamente listo para iniciar su mayor fase de inversión.

¿Qué puede explicar semejante omisión? -Pues, la ‘maldición de Arana’

¿Quiere decir eso que los demás proyectos están en la lista mientras no reciban la ‘maldición de Arana’?

Si alguno de los demás proyectos, el día de mañana, recibe la ‘maldición de Arana’, ¿dejará de estar en la lista de proyectos en un nuevo discurso?

No, Señor presidente, así no se lidera. Eso no es lo que nuestros peruanos más pobres necesitan.

De la ‘maldición de Arana’ sabemos hace mucho tiempo. Veamos lo que nuestro director de Lampadia le dijo en Perumin Convención Minera 32, en setiembre del 2015:

Señor presidente, no podemos perder mucho tiempo para emprender la gesta del desarrollo de nuestros sectores productivos, la generación de riqueza y la derrota de la pobreza. ¡Leamos y lideremos! Lampadia




Solo entendiendo la realidad podemos apostar a ganador

Solo entendiendo la realidad podemos apostar a ganador

En las últimas décadas, desde la vigencia de la Constitución de 1993, hasta el 2011, en que se produce una inflexión hacia la sobre-regulación y la desconfianza en la inversión privada, el Perú aprovechó, como pocos países de la región, uno de los periodos más propicios para el crecimiento de su economía.

Además del crecimiento, esto permitió el aumento de los ingresos y de la inversión (especialmente en las regiones), el crecimiento de la clase media, la reducción de la deuda externa, el incremento de nuestras reservas, el aumento de las exportaciones, y alcanzar el grado de inversión.

Lamentablemente, en 2016, el gobierno de PPK, devolviendo favores a los Humala, le ocultó al país la situación de nuestra economía, en el proceso de transferencia. Este grave error, no permitió que tomáramos debida nota de los cambios y correcciones que debían hacerse, algo fundamental para validar, popular y políticamente, las necesarias reformas que permitieran relanzar la economía hacia la inversión (pública y privada) y el crecimiento. Peor aún, a fines del 2016, el MEF enfrió la economía (el ‘friaje de Thorne’), haciendo bajar el nivel de inversión y la demanda interna.

El 2017 estaba llamado a que enmendemos y avancemos, pero nos agarró el ‘niño costero´ y el escándalo de corrupción, organizado por el imperialismo de la izquierda brasileña y sus empresas constructoras. Pero, además, nos afectó severamente, la falta de acumen del gobierno (agudeza, perspicacia e ingenio –RAE; o la habilidad para entender y juzgar las cosas rápida y claramente –Oxford Dictionary). Hacia fines de año, se sumó a esto, la crisis de la vacancia-indulto, que terminó de paralizar el país.

¿Cómo le fue a la economía en el 2017?

Según un reciente informe del INEI titulado “Informe Técnico Indicador de la Actividad Productiva Departamental” sobre el crecimiento regional del tercer trimestre del 2017, la economía peruana aumentó en 2.5%, en el tercer trimestre, principalmente por el comportamiento positivo de ocho departamentos que fueron Apurímac (9.3%), Arequipa (9.0 %), Loreto (7.0%), Lambayeque (6.1%), Áncash (5.9%), Junín (5.3%), La Libertad (2.6%) y Lima (1.1%), que concentraron el 65.3% de la producción nacional.

Como se aprecia en el informe del INEI sobre el crecimiento de las regiones, no quedan dudas sobre el impacto positivo de la minería en el crecimiento del conjunto de la economía, el empleo y los encadenamientos con otros sectores.

Como hemos explicado anteriormente, la caída del crecimiento de la economía, que ahora todos extrañan, se originó, fundamentalmente, debido a la inflexión producida en la inversión minera por el pésimo manejo político de las inversiones del gobierno de Ollanta Humala. Hoy hemos vuelto a la realidad de la carencia de recursos y déficit fiscal. Los ingresos del Estado ya no son suficientes para cubrir nuestras necesidades de gastos operativos (mayores sueldos) y de inversión pública en requerimientos sociales indispensables.

A estas alturas todos sabemos que al caerse la inversión minera se afectó toda la economía. Esa es una relación causa-efecto que hay que analizar y mostrar para que la población no se vuelva a dejar engañar.

Según el estudio del INEI, el departamento de Apurímac creció en 9.3% sustentado principalmente por el subsector minero debido a la mayor extracción de cobre de la minera Las Bambas, así como, por el aumento de la extracción de plata y oro de la minera Anabi.

Por su lado, Arequipa, la segunda región con mayor crecimiento, presentó un incremento de 9.0% impulsado por el subsector minero, debido a la mayor extracción de molibdeno y cobre por la minera Cerro Verde. Y el departamento de Áncash aumentó en 5.9% influenciado por el subsector minería debido a la mayor extracción de zinc, cobre, plomo y plata reportado por la empresa Antamina; y la producción de oro por la minera Barrick Misquichilca.

Arequipa y Apurímac lideran el crecimiento en el tercer trimestre, así como ocurrió en el 2016. La producción de cobre de Apurímac y Arequipa se incrementó 7.4% y 10%, respectivamente, en el tercer trimestre. El resultado de las dos regiones de mayor caída se debió al desempeño de su sector minero.

Junin y La Libertad también. Junín creció en 5.3% principalmente por el subsector minero debido a la mayor extracción de cobre y molibdeno realizado por la minera Chinalco Perú y La Libertad se incrementó en 2.6% por la mayor extracción de oro en la Compañía Minera Los Andes Peru Gold y la Compañía Minera Poderosa, y plata en la Minera Barrick Misquichilca.

Por su lado, Lima creció solo 1.1% en el tercer trimestre del año, la menor tasa desde el 2009, lo cual evidencia una sostenida desaceleración. El crecimiento trimestral promedio entre el 2011 y el 2013 fue 6.8%. El resultado del tercer trimestre del 2017 se explica, principalmente, por la contracción de los sectores manufactura (-2,5%) y electricidad, gas y agua (-5,8%).

El caso de Cusco es clamoroso. Por algo más de 10 años creció al mismo ritmo que China, alrededor de 10% anual. El 2017, Cusco fue la región de peor desempeño, con una caída de 6.7%. Entre las razones de desempeño, el INEI sugiere que se debe a la menor actividad minera en la extracción de plata y cobre por la Compañía Minera Antapaccay, así como el subsector hidrocarburos por la baja explotación de gas natural y líquidos de gas natural. Además, también decreció el subsector electricidad y los sectores Transporte, Almacenamiento, Correo y Mensajería; Construcción y Agropecuario.

Algunas conclusiones

El IPE analizó este informe y llega a la conclusión que “a partir del reporte, se identifican tres tendencias principales: la recuperación de las regiones afectadas por el fenómeno de El Niño costero y de la zona oriente, la moderación del crecimiento de las regiones mineras, y la sostenida desaceleración de la región Lima.”

La situación actual es bastante complicada. La proyección del crecimiento para el 2017 se ha revisado hacia abajo varias veces. El año comenzó con un anuncio del Banco Mundial que proyectaba un crecimiento del PBI del Perú de 4.2%. Para febrero, seis entidades ya habían reducido su previsión de crecimiento a aproximadamente 3.5%. Por su lado Apoyo Consultoría prevé que, en la región sur, la demanda interna fluctúe entre cero y uno por ciento. Esto en un año de elecciones regionales.

Además, en noviembre el PBI creció tan solo 1.78% (se esperaba un 2.4% de crecimiento) y decepcionó al mercado, siendo la minería el mayor motor de crecimiento. Por lo tanto, es prácticamente imposible que alcancemos el 2.8% proyectado por el Ministerio de Economía y Finanzas y el 2.7% que esperaba el Banco Central de Reserva.

Por su lado, los ahorros del gobierno en el BCR disminuyeron en US$5,716 millones en el 2017, que es equivalente a una reducción del 38% frente al 2016. “Esto [la reducción de los ahorros] es una señal de alerta macroeconómica porque estamos consumiendo ahorros de forma acelerada”, afirmó recientemente Luis Alberto Arias, ex superintendente de la Sunat. Esto es una alerta sobre la salud de la sostenibilidad fiscal, considerando que la suma es equivalente al 2.6% del PBI.

Asimismo, la demanda interna también muestra debilidad, y la inversión pública se mostró más débil de lo previsto en el último mes del año y solo creció 6.3%. Todo esto se ha traducido en una caída en la confianza empresarial, que mostró niveles mínimos de nueve meses en diciembre, influenciada por los problemas políticos de los últimos meses.

La situación es pues, verdaderamente grave, el Perú se ha alejado de su positivo ciclo de inversión y expansión y, en el mejor de los casos, se encamina a un crecimiento mediocre de menos de 4% anual a partir del 2018. Un factor clave para el crecimiento del Perú será el impacto en la confianza y evitar que la inversión pública y privada disminuya, lo cual podría peligrar con la inestabilidad política actual.

A diferencia de inicios de siglo, en que supimos atraer inversión, ahora estamos desperdiciando una excelente oportunidad para crecer. Es cierto que las cotizaciones de los metales ayudan, por ejemplo, un dólar adicional por libra de cobre, significa mayores exportaciones por unos US$ 6,000 millones, de los cuales, el Estado se queda con algo menos del 50%, algo cerca de 1.2% del PBI. Muy importante. Esta situación permite también, inversiones menores en ampliaciones y otras, pero mientras el país no tenga una conducción política con visión y liderazgo, así como consecuente con nuestras necesidades, no se avanzará con los proyectos más grandes, como Tía María, Quellaveco, Michiquillay, etc., que son los proyectos que pueden llevarnos a recuperar buena parte del crecimiento.

La verdad es que los pobres del Perú, debieran estar marchando para reclamar al gobierno su falta de capacidad para permitir que los grandes proyectos se echen a andar, así como reclamando a los anti-mineros por sus acciones anti-inversión.

Como dijimos en Lampadia el 15 de agosto pasado, Solo el crecimiento salvará al Perú. El Perú no puede resignarse a la mediocridad, nuestra tarea por el desarrollo integral y la búsqueda del bienestar general nos exigen algo mejor, máxime, teniendo los recursos y el potencial para emprender una gran revolución productiva.

Pero nuestra mayor preocupación es que ahora solo queda un camino para la recuperación del crecimiento y la armonía social y política (ver en Lampadia: No apuntemos a un crecimiento mediocre):

  • Un plan de acción concertado entre el Ejecutivo y el Congreso
  • Un programa de comunicación gobierno-ciudadanía sobre la situación, posibilidades de mejora y la necesidad de mantener la paz social y apoyo a los proyectos de inversión
  • Un pacto tripartito: Ejecutivo-Congreso-Sistema Judicial (Fiscalía y Poder Judicial) para enfrentar con firmeza los conflictos político-sociales, que permita, por ejemplo, desarraigar de sus localidades a los violentistas que capture la policía y poder procesarlos en Lima.

Tenemos que pensar en grande, un país de múltiples y grandes necesidades, y con infinitas posibilidades de desarrollo productivo, no puede resignarse a la mediocridad ni a la anomia social. Hay que ponerse delante de los problemas, con fuerza de espíritu, sentido de urgencia y confianza en el futuro. Lampadia




El poder democratizador y disruptor de la tecnología

El poder democratizador y disruptor de la tecnología

Los vertiginosos avances en la tecnología están cambiando al mundo. Han mejorado la calidad de vida y llevado a las nuevas generaciones a vivir en el mundo más conectado y dinámico que jamás haya existido. Un mundo en el que se vive actualmente la “cuarta revolución industrial” y en el que se vaticinan cambios aún más significativos en los próximos años.

Banning Garrett, un consultor independiente y miembro de la facultad de Singularity University, exploró la relación entre la tecnología y la globalización, afirmando que la tecnología podría ayudar a reducir el impacto en los “perdedores” de la globalización.

Este pensador estratégico y emprendedor, se enfoca en el impacto de las tecnologías exponenciales y su intersección con las tendencias mundiales a largo plazo, la urbanización y la geopolítica.

Garrett plantea la posibilidad de que nos estemos acercando al pico de globalización, entendido como un punto desde el que deje de crecer el movimiento de cosas físicas como combustibles líquidos, carbón, contenedores en barcos, alimentos, materias primas, productos, etc.

“Los factores clave que nos mueven hacia la globalización pico, y la hacen económicamente viable, son las nuevas tecnologías, los negocios innovadores y los modelos comerciales que permiten la ‘producción en el punto de consumo’ de energía, alimentos y productos”.

Para visualizar mejor el tema, muestra la potencia de las impresoras 3D, que eventualmente podrán construir hasta edificaciones. Pero, algo mucho más impactante, especialmente para los peruanos, es el potencial desarrollo de plantas verticales para la producción de alimentos, como frutas y hortalizas, en el punto de consumo.

Hoy día, el Perú es una de las estrellas internacionales de la agro-exportación. Una industria muy sofisticada, de alto desarrollo tecnológico, que lleva los mejores alimentos frescos, desde el Perú, a los lugares más lejanos del planeta, y trae el dinero de los consumidores más ricos del mundo, a los bolsillos de nuestros trabajadores del campo. Como hemos mostrado anteriormente, nuestro potencial para multiplicar lasagro-exportaciones, es inmenso (ver Agroexportación: Una industria de clase mundial y La Nueva Agricultura Peruana), pero según lo postulado por Garrett, es posible que, en un determinado plazo, la tecnología permita que nuestras frutas y hortalizas se produzcan en Londres y Nueva York.

Por eso es que una nación como el Perú, con mucha pobreza por remontar, no puede seguir haciendo remilgos a la explotación de nuestros recursos naturales. Todos ellos, son hoy día, una tremenda fuente de riqueza para todos los peruanos, pero ello no será siempre igual. Lo que hoy dejamos de producir, lo estamos perdiendo para siempreLampadia

La tecnología nos está conduciendo al pico de la globalización

Banning Garrett  
Singularity Hub
22 de octubre de 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

En algún momento en el futuro (de alguna manera ya lo estamos viendo), la cantidad de cosas físicas que se mueven alrededor del mundo alcanzarán su punto máximo y comenzarán a disminuir. Por “cosas”, me refiero a combustibles líquidos, carbón, contenedores en barcos, alimentos, materias primas, productos, etc.

Las nuevas tecnologías nos están moviendo hacia la “producción en el punto de consumo” de energía, alimentos y productos con una menor dependencia de una cadena de suministro global.

El intercambio de material físico ha sido fundamental para la globalización tal como lo conocemos. Entonces, este movimiento declinante de cosas [físicas] puede indicar que nos acercamos al ‘pico de la globalización’.

[Mientras tanto], el movimiento de personas, información, datos e ideas en todo el mundo está creciendo exponencialmente y es probable que continúe haciéndolo en el futuro previsible.

El pico de globalización puede proporcionar una vía para preservar lo mejor de la globalización y la interconexión global, mejorar la sostenibilidad económica y ambiental y empoderar a las personas y las comunidades para fortalecer la democracia.

Al mismo tiempo, algunos de los aspectos más problemáticos de la globalización pueden aliviarse, incluidas las transferencias financieras masivas a los productores de energía y la pérdida de puestos de trabajo por plataformas de manufactura como China. Este cambio podría aliviar a los “perdedores” de la globalización y aliviar las presiones populistas y nacionalistas que están sacudiendo a los países desarrollados.

Eso es todo un anuncio, me doy cuenta. Pero déjenme explicar la visión.

Nuevas Tecnologías y Negocios: Digital, Democratizado, Descentralizado

Los factores clave que nos mueven hacia la globalización pico, y la hacen económicamente viable, son las nuevas tecnologías, los negocios innovadores y los modelos comerciales que permiten la “producción en el punto de consumo” de energía, alimentos y productos.

Las tecnologías exponenciales permiten reducir drásticamente el “costo de entrada” para la creación de empresas. La Ley de Moore ha puesto a disposición tecnologías poderosas para casi cualquier persona y en cualquier lugar.

Comenzando con el microchip, que ha tenido una mejora de 100 mil millones de veces en 40 años, 10,000 veces más rápido y 10 millones de veces más barato, el costo marginal de producir casi todo lo que se puede digitalizar ha descendido a cero.

Una copia impresa de un libro, por ejemplo, siempre implicará el costo de materiales, impresión, envío, etc., incluso si el costo marginal disminuye a medida que se producen más copias. Pero el costo marginal de una segunda copia digital, como un libro electrónico, video o canción, es casi cero, ya que es simplemente un archivo digital enviado por Internet, la máquina de copia más grande del mundo.

Un teléfono inteligente proporciona acceso a la inteligencia artificial a la mitad de la población humana -desde SIRI, búsquedas y traducciones hasta computación en la nube- geolocalización, video-llamadas globales gratuitas, fotografía digital y cargas gratuitas a sitios de redes sociales, acceso gratuito al conocimiento global, un millón de aplicaciones para una gran variedad de propósitos, y muchas otras capacidades que no estaban disponibles para la mayoría de las personas hace solo unos años.

Además del gran poder de la desmaterialización y desmonetización para individuos privados, están teniendo un efecto aún más fuerte en las empresas.

“A medida que estas tendencias cobren fuerza en las próximas décadas, se transformarán fundamentalmente en las cadenas de suministro globales”.

Una puesta en marcha de la IA, por ejemplo, no necesita su propio local de servidores para capacitar a su software y proporcionar servicios a los clientes. El equipo puede alquilar ‘potencia de cómputo’ desde Amazon Web Services. Este modelo de plataforma permite a los equipos pequeños hacer grandes cosas a bajo costo. Y no es solo en software. Tendencias similares también están sucediendo en el hardware. Los fabricantes pueden imprimir en 3D o crear prototipos industriales de material físico en un garaje o espacio de fabricación local y enviar o vender diseños a cualquier persona que tenga una computadora portátil y una impresora 3D a través de plataformas en línea.

Estos son ejemplos de tendencias que probablemente ganarán fuerza en las próximas décadas, y cuando lo hagan, transformarán fundamentalmente las cadenas de suministro globales.

El nuevo modelo permite una producción a menor escala, local y descentralizada.

Para ver esto más claramente, echemos un vistazo a las tendencias tecnológicas en el trabajo en los tres mayores contribuyentes al comercio global de productos físicos: productos, energía y alimentos.

Productos

La impresión 3D (fabricación aditiva) permite la fabricación distribuida cerca del punto de consumo, eliminando o reduciendo las cadenas de suministro y las líneas de producción en fábrica.

Esto es posible porque los diseños de productos ya no se manifiestan en piezas de línea de ensamblaje como moldes o herramientas mecánicas especializadas. Por el contrario, los diseños son digitales y se pueden llamar a voluntad para guiar a las impresoras. Cada vez que se imprime una impresora 3D, puede imprimir un artículo diferente, por lo que no es necesario configurar una línea de ensamblaje para cada producto diferente. Las impresoras 3D también pueden imprimir todo un producto terminado en una pieza o reducir el número de piezas de productos más grandes, como motores. Esto disminuye aún más la necesidad de ensamblaje.

Debido a que cada artículo se puede personalizar e imprimir a pedido, no hay un costo beneficio de escalar la producción. Sin inventarios. Sin artículos de envío a través de los océanos. No hay emisiones de carbono que transporten no solo el producto final, sino también todas las partes de ese producto enviadas de los proveedores al fabricante. Además, la impresión 3D crea elementos capa por capa casi sin desperdicio, a diferencia de la “fabricación sustractiva” en la que un artículo está tallado en una pieza de metal, y gran parte o incluso la mayoría del material puede ser un desperdicio.

La impresión 3D será una tecnología de uso general que involucra muchos tipos diferentes de impresoras y materiales, como plásticos, metales e incluso células humanas, para producir una amplia gama de artículos, desde tejidos humanos y órganos potencialmente humanos hasta artículos para el hogar y una gama de artículos industriales para aviones, trenes y automóviles.

Energía

La producción de energía renovable está ubicada en la fuente de consumo o relativamente cerca de ella.

Aunque la electricidad generada por energía solar, eólica, geotérmica y otras fuentes renovables puede, por supuesto, transmitirse a distancias más largas, se genera y se consume a nivel local o regional. No se transporta por todo el mundo en buques cisterna, barcos y oleoductos como petróleo, carbón y gas natural.

Además, el combustible en sí mismo es gratis, para siempre. No hay un precio global en el sol o el viento. Las personas que dependen de la energía solar y eólica no necesitan preocuparse por la volatilidad de los precios y la posible interrupción del suministro de combustible como resultado de causas políticas, de mercado o naturales.

Las energías renovables tienen sus problemas, por supuesto, incluyendo la intermitencia y el almacenamiento, y actualmente funcionan mejor si se complementan con otras fuentes, especialmente centrales de gas natural que, a diferencia de las plantas de carbón, se pueden encender y apagar y modular como una estufa de gas y la mitad de las emisiones de carbono del carbón.

La energía solar puede conectarse con micro redes e incluso permitir la generación autónoma de electricidad en hogares, edificios comerciales y comunidades.

Dadas estas tendencias en costo y eficiencia, las energías renovables deberían volverse obviamente más baratas con el tiempo: si el combustible es gratuito para la energía solar y debe comprarse continuamente para carbón y gas, en algún momento el primero es más barato que el segundo. Las energías renovables ya son más baratas si se incluyen externalidades tales como las emisiones de carbono y la degradación ambiental involucradas en la obtención y el transporte del combustible.

Alimentos

Los alimentos se pueden producir cada vez más cerca del punto de consumo con granjas verticales y, finalmente, con alimentos impresos e incluso carne impresa o cultivada.

Estas fuentes acercan la producción de alimentos al consumidor, por lo que los costos de transporte, que pueden ser una parte importante del costo de los alimentos para los consumidores, se reducen considerablemente. El uso de tierra y agua se reduce en un 95% o más, y el uso de energía se reduce en casi un 50%. Además, no se requieren fertilizantes ni pesticidas, y los cultivos se pueden cultivar los 365 días del año, sea cual sea el clima y en más climas y latitudes que en la actualidad.

Si bien puede no ser práctico cultivar granos, maíz y otros cultivos similares en granjas verticales, muchas verduras y frutas pueden florecer en dichas instalaciones. Además, se está desarrollando carne cultivada o impresa, el gran desafío es aumentar y reducir el costo, que se basa en células de animales reales sin sacrificar a los animales.

Actualmente, se crían alrededor de 70 mil millones de animales para la alimentación en todo el mundo y solo el ganado representa aproximadamente el 15% de las emisiones mundiales. Además, el ganado plantea enormes demandas de tierra, agua y energía. Al igual que las granjas verticales, la carne cultivada o impresa podría producirse sin más uso de la tierra que una fábrica de cerveza y con mucha menos agua y energía.

Una economía más democrática va de abajo hacia arriba

Esta es una introducción muy breve a las tecnologías que pueden llevar la “producción en el punto de consumo” de productos, energía y alimentos a las ciudades y regiones.

¿Cómo se ve este futuro? Aquí hay un ejemplo simplificado.

Imagine una instalación de fabricación universal con cientos de impresoras 3D imprimiendo decenas de miles de productos diferentes bajo demanda para la comunidad local, en lugar de líneas de ensamblaje en China que fabrican decenas de miles del mismo producto que deben enviarse a todo el mundo ya que no hay mercado local que pueda absorber el mismo producto.

Cerca, una granja vertical y una instalación de carne cultivada producen la mayor parte de la cena del día siguiente. Estas instalaciones serían alimentadas por energía eólica y solar local o regional. Dependiendo de la necesidad y la calidad, algunas infraestructuras y maquinaria, como paneles solares e impresoras 3D, vivirían en estas instalaciones y algunas en hogares y negocios.

Las instalaciones podrían ser propiedad de una gran corporación global, pero aun así producir productos localmente, o podrían ser franquiciadas o incluso ser propiedad de la población local y ser operadas de manera independiente. El mantenimiento y la gestión en cada uno de ellos proporcionarían empleos a las comunidades cercanas. Eventualmente, no solo disminuiría el comercio mundial de partes y productos, sino que incluso los suministros requeridos de materias primas y material de alimentación disminuirían ya que habría menos desechos en la producción, y muchos materiales se reciclarían una vez adquiridos.

Este modelo sugiere un cambio hacia una economía de “abajo hacia arriba” que sea más democrática, controlada localmente y que genere más empleos locales.

Las tendencias mundiales en la democratización de la tecnología hacen que esta visión sea viable tecnológicamente. Gran parte de esta tecnología ya existe y está mejorando y escalando a la vez que disminuye exponencialmente el costo para estar disponible para casi cualquier persona y en cualquier lugar.

Esto incluye no solo el acceso a tecnologías clave, sino también a la educación a través de plataformas digitales disponibles en todo el mundo. Los cursos en línea están disponibles de forma gratuita, desde física avanzada, matemáticas e ingeniería hasta capacitación en técnicas de impresión 3D, instalaciones solares y construcción de granjas verticales. Las plataformas de medios sociales pueden permitir la colaboración local y global y el intercambio de conocimiento y mejores prácticas.

Estas nuevas comunidades de productores pueden ser la base de nuevas formas de gobernabilidad democrática, ya que reconocen y “capitalizan” la realidad de que el control de los medios de producción puede traducirse en poder político. Más puestos de trabajo y control local podrían debilitar a las fuerzas políticas populistas y antiglobalización a medida que las personas reconocen que podrían beneficiarse de los aspectos positivos de la globalización y la cooperación internacional y la conectividad a la vez que disminuyen el impacto de las desventajas de la globalización.

Existen poderosos intereses creados que pueden perderse en un cambio estructural tan global. Pero esta visión se basa en tendencias que ya están en marcha y que están ganando impulso. La globalización pico podría ser un camino viable hacia una base económica que ponga a las personas en primer lugar mientras se construye un futuro más sostenible desde el punto de vista económico y ambiental.

Este artículo fue publicado originalmente en Open Democracy (CC BY-NC 4.0). La versión anterior fue editada por el autor por su extensión e incluye adiciones. Lea el artículo original sobre Democracia abierta. Lampadia




Solo el crecimiento salvará al Perú

Solo el crecimiento salvará al Perú

Frenazo de la economía, caída de los ingresos del Estado, reclamos salariales, la educación es prioritaria, la salud también, ¿y los policías?, las infraestructuras ¿? ¡HELP!

Del cuero salen las correas
Necesitamos generar más recursos para poder cubrir todas las necesidades. Si nos quedamos con una ‘torta’ pequeña, una economía sin crecimiento no alcanzará. Pero todos los demandantes hablan de porcentajes. Yo quiero 6%, y yo 5%, pero ya se va el 40%, la suma supera el 100%. ¿Cómo hacemos?

(Alfredo) Más cuero
Pero Alfredo no tiene ni arroz, y ya se fue. 
Zavalita, ¡Qué no nos jodan otra vez!

Los criollos dicen, cuando nos regalan una marinera: “No hay primera sin segunda”. Con la economía tenemos que hacer lo mismo, generar una segunda ola de crecimiento.

Vamos por el siete. 7% de crecimiento por año, la magia del interés compuesto permite que se multiplique:

7 X 10 = 70,            pero 710 = 100        ¡BINGO!

Tenemos que crecer al 7% por año y duplicar nuestros ingresos en 10 años.

Ojo, no es lo único que tenemos que hacer, pero por ahí empieza. Sin recursos nos arrancharíamos lo que queda y no avanzaríamos como todos esperamos.

¿Podemos crecer alto y sostenido?

Veamos algunos ejemplos del potencial productivo del Perú:

  • Agro-exportaciones
    En 180,000 hectáreas producimos el mismo valor que otros países en 2’500,000; nosotros en uvas, arándano, mango, capsicum, maracuyá, mandarina, espárragos, alcachofas, palta y cebollas; ellos en soya, trigo, maíz amarillo, azúcar y arroz. Ver: Gráfico de Comercio Exterior Agropecuario 2016. Evidentemente, podemos multiplicar nuestra producción varias veces.
  • Productos forestales
    Nosotros exportamos menos de 200 millones de dólares por año, Chile exporta más de 8,000 millones de dólares. Nuestro potencial es por lo menos cinco veces el de Chile. Solo en madera podemos exportar US$ 40,000 millones anuales.
  • Minería
    Tenemos parados muchos proyectos. Los cálculos de la cartera de proyectos llegan a US$ 46,996 millones. Podemos multiplicar nuestra producción por tres y más. Además, el Perú es básicamente resiliente a los ciclos de precios, pues nuestros costos de producción son de los más bajos del mundo y producimos una canasta diversificada de productos minerales, metales básicos y metales preciosos. Absolutamente ideal.
  • Energía
    Otra vez, nuestro potencial productivo es muchas veces lo que producimos actualmente y lo que podemos consumir. Podemos ser el principal centro de producción de energía de América del Sur, con el desarrollo de hidroeléctricas en la vertiente oriental de los Andes, gas, petróleo, geotermia, energía solar, etc.
  • Turismo
    Sólo recibimos al 1.7% del turismo mundial. Póngale la cifra a nuestro potencial y calcule su impacto…

Si desarrollamos nuestro potencial productivo, podemos generar los recursos fiscales para cubrir todas las necesidades en educación, salud, infraestructuras, etc.

Si nuestros gobernantes y nuestros líderes les mostraran a nuestros ciudadanos lo que podemos hacer, lo que podemos conseguir, cómo podemos mejorar nuestro nivel de vida, cómo podemos superar la pobreza; cómo podemos ser uno de los países más ricos del mundo y gozar de nuestra geografía, nuestra diversidad, nuestros colores y nuestros sabores, ¿quién se atrevería a parar el desarrollo?, ¿quién se atrevería a detener las inversiones?, ¿podrían los burócratas seguir dificultando las gestiones de los ciudadanos y empresas?, ¿podrían los malos periodistas seguir petardeando todo lo que se mueve?, ¿podrían los pocos peruanos híper-politizados, continuar saboteando nuestro bienestar con impunidad?

Crecer no es lo único que necesitamos, pero en el contexto de nuestros retos de desarrollo, podemos afirmar sin ambages:

¡Solo el crecimiento salvará al Perú!

  • Si entendemos el potencial de nuestro país, estamos seguros que no dejaríamos que nadie interrumpa nuestro destino de grandeza para todos los peruanos.
  • Le cantaríamos la cartilla a nuestros limitados gobernantes.
  • Como ciudadanos responsables con el destino de sus hijos, y nietos, pasaríamos a la acción cívica, a opinar, a proponer y poner el hombro para terminar la gesta de nuestro desarrollo integral en lo económico, social e institucional.

No podemos llegar a nuestras efemérides con las manos vacías.

  • En 2021, el Bicentenario de la Independencia debemos estar claramente encaminados al bienestar general.
  • En 2024, el Bicentenario de la Batalla de Ayacucho y de la Independencia de nuestra América, debemos hacer una ‘gran fiesta latinoamericana en Huamanga’ y celebrar: ‘Ayacucho sin Pobreza’.

¡Empecemos a parar a los enemigos de nuestras realizaciones!

¡Empecemos a poner el hombro por nuestro destino!

¡Empecemos a invertir y crecer y cubrir nuestras necesidades sin arrancharnos nada entre nosotros!

¡Acción Ahora! Lampadia




La Nueva Agricultura Peruana

La Nueva Agricultura Peruana

Carlos Amat y León
Profesor  Emérito Universidad del Pacífico
Ex Ministro de Agricultura
Para
Lampadia

En aquellos tiempos, hasta mediados del siglo pasado, reinaban los  “Barones del azúcar y del algodón”. La Sociedad Nacional Agraria ponía y deponía presidentes según las circunstancias, manejaban las mayorías parlamentarias, controlaban el Banco Central de Reserva y ejercían una gran influencia en los medios de comunicación. Por entonces, a fines de los años 50´,  los agro-exportadores generaban el 46 % de las divisas y la minería y el petróleo aportaban el resto. Es decir,  la Cerro de Pasco Corporation y la Internacional Petroleum Company. Sin duda, este grupo era la base moderna de la economía nacional y el motor del crecimiento del país. Los  protagonistas políticos de la época fueron el General Manuel Odría, quien derrocó al ilustre jurista José Luis Bustamante al atreverse controlar el tipo de cambio en 1948. Y, por supuesto, el presidente Dr. Manuel Prado (1956–1961) y su Ministro de Hacienda Pedro Beltran, propietario de la hacienda algodonera Montalván, en el valle de Cañete.

Sin embargo, durante las últimas seis décadas, hemos experimentado todo tipo de revoluciones y en todas las dimensiones de la vida nacional. Este orden económico y social ha sido transformado en sus fundamentos  productivos, en la composición y dinámica social y en sus articulaciones con la economía global. En este corto período de historia hemos vivido lo que en Europa ocurrió en seis siglos.

Efectivamente, nuestra más alucinada creatividad no hubiera imaginado en 1960 la metamorfosis de la revolución cubana hasta la Venezuela contemporánea,  la explosión demográfica urbana de  Lima Metropolitana y su transporte público, la reforma agraria y el éxodo campesino, la brutalidad de Sendero Luminoso simultánea con la demolición financiera  del sector público y la hiperinflación de Alan García, la estrangulación y mercantilización del Estado por Fujimori y Montesinos y la sistemática corrupción corporativa, pública y privada, durante los últimos 4 gobiernos, con la excepción de  la primavera cívica de Valentín Paniagua. Y tampoco hubiéramos previsto la masificación del celular y el uso generalizado de internet.

Sin embargo,  en los últimos veinte años, también hemos sido capaces de sostener un crecimiento económico acumulativo, con una tasa promedia anual de 6 %. Esta es una experiencia inédita en la historia de la república. Quizás esta sorprendente acumulación del capital productivo ha rebasado y, en muchos casos asfixiado, la capacidad institucional y la habilidad de las personas para gestionar una actividad económica más compleja y dinámica. Es un hecho que este crecimiento ha reducido notablemente el índice de pobreza a 21%, aunque se debe reconocer la persistente informalidad del 70 % de la economía y de la sociedad, a pesar de las sistemáticas reformas laborales y tributarias para superarla.

Pero en este artículo queremos llamar la atención sobre los cambios en el comercio exterior del agro y el surgimiento de un  nuevo empresariado – los agro-exportadores-, durante este último período. Ellos son uno de los protagonistas de la transformación del país y de la inserción de la actividad productiva en la economía global.

En el cuadro adjunto hemos organizado la información del Boletín Estadístico del Comercio Exterior Agrario del Perú del año 2016, (SIEA- Minagri), seleccionando en la columna de las exportaciones los productos agrícolas cuyo valor(FOB) de exportación se aproximan al valor (CIF) de los  productos importados más importantes.  

Por ejemplo, con el valor de la exportación de uva de mesa  (US$ 646 millones) más el valor de los arándanos (US$ 237 millones), se obtiene US$ 883 millones. Con ese monto se puede financiar los US$ 885 millones que cuesta importar los productos derivados de la soya: granos, harinas, torta y aceites.  La cantidad importada equivalente en granos de soya es aproximadamente 2.1 millones de TM.

Lo interesante del cuadro son los términos de Intercambio de recursos. En este caso, el área cultivada que se utiliza en el Perú para exportar ese valor de  uva y arándanos son 30 mil hectáreas. El cultivo de esa área se intercambia con 1 millón de hectáreas que tienen que ser cultivadas por los otros países, para producir la soya que consumimos por un valor de US $ 885 millones. Si quisiéramos producir lo que consumimos (autosuficiencia alimentaria), tendríamos que utilizar algo más de un millón de hectáreas en nuestro país, ya que tenemos rendimientos menores en soya que USA, Brasil y Argentina. En resumen, en el caso de la soya,  la seguridad alimentaria para nuestro pueblo la conseguimos cultivando 28 mil hectáreas de uva de mesa y 2 mil hectáreas de arándanos y nos ahorramos el uso de 1 millón de hectáreas

Debemos advertir que este intercambio del uso de áreas cultivadas tiene mayores impactos, ya que también se intercambia el uso hídrico, fertilizantes, pesticidas, herbicidas y la energía para aplicarlas en los campos de cultivo. Además, en los países señalados, se cultiva la soya a escala continental, con un despliegue impresionante de vehículos, maquinaria y equipos para la siembra, cultivo y la cosecha. Adicionalmente al trabajo en el campo, se debe añadir el uso de edificios, instalaciones, almacenes y el transporte para llegar a los mercados. Para construir todo ello, se requiere extraer fierro, producir acero y fabricar la maquinaria, utilizando principalmente energía fósil: carbón y petróleo. Obviamente, la huella de carbono y el efecto invernadero de este millón de hectáreas es enorme. 

También habría que hacer el balance entre el intercambio de mano de obra y el tipo de organización empresarial.  Se nos viene a la mente la comparación de la pequeña y mediana agricultura y su impacto en los centros poblados como Ica, Trujillo y Piura, con las empresas corporativas de gran escala en Estados Unidos, Brasil y Argentina.

Un balance similar se muestra con la suma del valor de la exportación del espárrago más el mango por un valor de US$ 850 millones. Esta cifra es muy similar a los  US$ 852 millones que se paga por la importación de trigo.  En términos de recursos, intercambiamos las 34 mil has de espárragos más las 22 mil has de mango que se cultivan en el Perú, con 1´100,000 has que tienen que cultivar los otros países para producir el trigo que nos venden. 

En la exportación de palta más capsicums (páprica y pimiento piquillo), obtenemos un ingreso de US $ 526 millones, valor aproximado a los US $ 580 millones que requiere la importación de maíz amarillo. En términos del área utilizada, intercambiamos 52 mil hectáreas por las 390 mil hectáreas cultivadas en los países vendedores de maíz amarillo.  

De igual manera se compara en la parte inferior, dos grupos de productos de menor intercambio. Primero se contrasta el valor de la exportación de mandarinas y maracuyá con el valor de la importación de azúcar; y, de otro lado, se compara el valor de la exportación de alcachofa más cebolla con el valor de la importación de arroz. 

En síntesis, el 2016, la exportación de diez frutas y hortalizas generan las divisas necesarias para financiar  la importación de los principales alimentos industriales, como la soya, el trigo, maíz amarillo, azúcar y arroz. Y se muestra sobre todo, un extraordinario intercambio de recursos en el mercado internacional: en el Perú usamos 180 mil hectáreas de cultivo, a cambio de 2`570.000 hectáreas que cultivan en el resto del mundo, para abastecer nuestro mercado interno. Pero también es el  intercambio de la pequeña y mediana agricultura peruana con la agricultura internacional corporativa, de grandes extensiones, mecanizada y el uso intensivo de energía fósil. 

Especial mención merece el café y el cacao. El primero es el principal producto de exportación con US$ 756 millones y se cultiva en 394 mil hectáreas. El segundo se cultiva en 131 mil hectáreas y se exporta por un valor de US$ 210 millones. Los actores empresariales  en estos casos son el pequeño y el mediano agricultor. Ambos son estratégicos para desarrollar la economía de la ceja de selva y la mejor alternativa para combatir el narcotráfico.

La agro-exportación no se reduce a estos productos. Se exporta 638 partidas arancelarias a 142 países e importamos alimentos de 106 países. Sin duda, nuestro posicionamiento en el mercado es global y creciente. Según ComexPerú, en el primer cuatrimestre de 2017, la agro-exportación se ha incrementado en 5% en un entorno de desaceleración de la economía nacional.

Ciertamente la sociedad y la economía de los “barones de la azúcar y el algodón” no es lo que el tiempo se llevó. Son los agro-exportadores peruanos los que están construyendo un nuevo país.

Se debe aprovechar los Tratados de Libre Comercio para ampliar, diversificar y profundizar la aceptación de nuestros productos en esos mercados, de manera creciente y sostenida.  Por otro lado, se debe reconocer que los procesos de comercialización de las frutas y hortalizas son más complejos y  los protocolos de cumplimiento de las  normas sanitarias, sociales y ambientales son más estrictas. Así mismo, los consumidores de estos productos en los países desarrollados son más exigentes en la certificación de la calidad e inocuidad de los mismos.

Perú ya se posicionó en estos mercados. Utilizando un reducido  número de hectáreas, ya ocupa en la actualidad los primeros puestos como exportador de espárragos, uvas, paltas y mango.  Duplicar o triplicar la superficie cultivada en estos productos no será fácil. Aunque no hay restricción de tierra, ni de agua, ni de energía, ni de tecnología. La tarea es desplazar de los mercados  la producción de los otros países competidores en base a la mejor calidad,  menor precio y oportunidad de venta de los productos.

El gran desafío será el de imprimir en la mente y en el corazón de los consumidores que nuestras frutas y hortalizas “valen un Perú”, al igual que la gastronomía. Pero también debemos garantizar el cumplimiento de nuestros contratos. Por lo tanto, la respuesta consistirá en construir la infraestructura que reduzca los costos de logística, organizar las plataformas institucionales regionales para ofrecer los servicios de gestión de segundo piso, instalar parques empresariales integrados con centros de innovación tecnológica y promover la red de centros de capacitación para formar el staff profesional y técnico calificado. Lampadia




Agroexportación de alimentos frescos de nivel mundial

Durante miles de años, la quinua apenas salió de su origen en los Andes. Hace unos años, sin embargo, el grano andino ha sido  reconocido como un “súper alimento” con renombre internacional y, el 2013, a instancias de la FAO,  fue declarado por la ONU: Año Internacional de la Quinua, gracias a sus enormes beneficios para la salud y nutrición (ver en Lampadia: La Quinua lleva a la sierra a los mercados globales y al desarrollo). En realidad, durante los últimos años, el Perú se ha convertido en una de los diez primeros países proveedores de alimentos en el mundo. 

Nuestra agricultura moderna creció a una tasa anual de 6.6% entre el 1990 y 2015 y la tradicional creció en 2.2% en el mismo periodo. En promedio, entre el 2000 y el 2015, la agricultura creció en 5%. Este sector se ha convertido en una de las principales actividades económicas que impulsan el desarrollo del Perú, acompañando a la minería en la generación de empleo formal rural y divisas para nuestro país.

Un campo de Quinua en la sierra peruana
Fuente: finedininglovers

Todo esto se debe a la globalización. En una reciente publicación de The Economist (compartida y traducida líneas abajo), se celebran los beneficios de la globalización, ya que gracias a ella ha habido una “creciente prosperidad y expansión de la elección. La difusión de mejores técnicas agrícolas ha aumentado los rendimientos, ayudando a la humanidad a alimentarse a pesar de la creciente población.” Específicamente, la globalización ha contribuido a “una reducción impresionante del hambre en el mundo”.

Entonces no nos dejemos convencer por estas tendencias anti-globalización que vienen contagiando el mundo. No nos dejemos engañar por las poses políticas ni por el manejo mediático de nuestros izquierdistas de las ‘ideas muertas’, quienes son enemigos del desarrollo; pues en nombre de los pobres, plantean su empobrecimiento eterno. Ver en Lampadia: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento y Agroexportación: Una industria de clase mundial:

Lo que el pos-extractivismo no quiere ver es que el sector agrícola solo puede crecer sostenidamente y generar riqueza para los campesinos, llegando a muchos  estómagos. Como un agricultor peruano decía hace algunos años: una persona solo puede comer un kilo por día. ¿Cómo puede entonces mejorar sus ingresos un agricultor peruano, si los 3 millones de agricultores tuvieran que abastecer solo a 27 millones de peruanos? Sus ingresos estarían limitados a un promedio de 9 consumidores o 9 kilos por agricultor. Pero si operamos en el mundo global y exportamos a mercados de unos 2,700 millones de personas o más, en teoría, cada agricultor podría abastecer más de 900 consumidores, 100 veces más. Ese es el potencial de este sector, y la única manera de enriquecer a nuestros campesinos.

Por lo tanto, podemos afirmar con toda la fuerza del mundo, que al pretender limitar la producción agrícola, la izquierda tradicional quiere condenar a nuestros campesinos a la pobreza eterna.

Según The Economist, un estudio realizado por Marc Bellemare de la Universidad de Minnesota encontró que “los hogares peruanos mejoraron por el auge de la quinua, incluso para quienes no lo cultivaron, ya que los nuevos y prósperos agricultores de quinua compraron más bienes y servicios de sus vecinos”. Esto termina de probar de los grandes beneficios de la globalización en todos los sectores de la economía, en este caso en la agricultura.

Quinua en un supermercado en Filipinas
Fuente: mommylace

Algo muy importante de esta industria para un país pequeño como el Perú es que las agro exportaciones conectan al sector rural peruano (cuya población tiene mayores niveles de pobreza que el sector urbano) con los consumidores más ricos de los países más ricos (que son, en gran mayoría, los clientes finales de nuestras exportaciones). En otras palabras, crea un encadenamiento que va de los consumidores más ricos del mundo hasta los más pobres del sector rural.

Por ello que debemos defender la globalización y desarrollar el gran potencial del Perú en agroexportaciones, para el beneficio de nuestros pobres y de todo nuestro país. Lampadia

Reflexionando sobre la comida

Alabando a la quinua

La difusión de los granos exóticos es una prueba de que la globalización funciona
 
Fuente: zululandobserver
 
The Economist
9 de marzo de 2017
Traducido y glosado por Lampadia

La quinua, este grano sudamericano recibe una publicidad particularmente mala. Para sus fans, es un súper alimento. Para sus detractores, es como los murales eróticos de ciencia ficción encontrados en los palacios de Saddam Hussein, pretenciosos e insípidos. Un anuncio para Big Macs una vez se burlaba de este prejuicio. “Los gastrónomos y los gastronautas amablemente apartan sus ojos. No se puede obtener jugos como este de la soja o la quinua”, dijo, agregando que “mientras que [un Big Mac] es masivo, su ego no lo es”. Incluso los amantes de la quinua a veces se preocupan de que puede no ser ético. ¿Qué sucede si la creciente demanda hace subir el precio, obligando a los andinos a comer menos de su amado grano? ¿O qué pasa si el precio cae, haciendo más pobres a los campesinos andinos? Un titular de Mother Jones, una revista de izquierda, capturó perfectamente la confusión de los bien intencionados gourmets occidentales: “Quinoa: ¿bueno, malo o simplemente muy complicado?”

Esta revista no tiene ninguna opinión sobre si la quinua sabe bien. Pero su propagación es un síntoma de una tendencia feliz. Más y más personas están comiendo granos desconocidos. Los occidentales ricos están comiendo menos trigo y más de los cereales que cultivan las personas en los países tradicionalmente pobres, como el mijo, el sorgo, el teff y sí, la quinua. Los asiáticos de clase media comen más trigo, en forma de fideos o pan, en lugar de arroz. Los africanos del oeste están comiendo 25% más arroz por cabeza que en 2006; el consumo de mijo ha disminuido en la misma proporción.

Todo esto debe ser celebrado, porque es un síntoma de la creciente prosperidad y la expansión de la elección. La difusión de mejores técnicas agrícolas ha aumentado los rendimientos, ayudando a la humanidad a alimentarse a pesar de la creciente población. La rápida urbanización significa que menos personas crecen su propio grano, y más tienen el dinero para probar nuevas variedades. La globalización ha permitido que las técnicas alimentarias y agrícolas atraviesen las fronteras, lo que significa que las personas de todos los continentes pueden experimentar nuevos sabores y texturas. La migración y el turismo han ampliado los horizontes culinarios de la gente: los visitantes chinos que visitan Francia regresan a casa anhelando baguettes; los estadounidenses que viven cerca de inmigrantes etíopes aprenden a amar el injera (un pan plano suave que se sirve como un plato comestible).

Pensando en comida

La globalización y la modernización de la agricultura han contribuido a una reducción impresionante del hambre en el mundo. Entre 1990 y 2015, la proporción de niños menores de cinco años que estaban desnutridos disminuyó de 25% al ​​14%. Las personas que todavía están subalimentadas lo son con menor severidad: su déficit promedio de calorías cayó de 170 por día a 88 en 2016. Y entre 1990 y 2012 la proporción de los ingresos de los pobres del mundo que tuvieron que gastar en alimentos se redujo de 79% a 54 %. En cuanto a los agricultores de quinua, no te preocupes. Un estudio realizado por Marc Bellemare de la Universidad de Minnesota encontró que los hogares peruanos mejoraron por el auge de la quinua, incluso para quienes no lo cultivaron, ya que los nuevos y prósperos agricultores de quinua compraron más bienes y servicios de sus vecinos.

Por supuesto, el aumento de la prosperidad ha permitido que un número creciente de personas aumenten de peso, que es poco saludable. Pero la solución a esto no es hacerlos más pobres, que es lo que haría la reacción anti-globalización si tiene éxito. En lugar de criticar el gusto de Donald Trump por los filetes bien cocidos con ketchup, los liberales deberían preocuparse por los planes del gobierno de levantar barreras comerciales y posiblemente iniciar una guerra comercial. Eso haría que el mundo sea más pobre y más hambriento.Lampadia




Tara: Otro gran potencial para enriquecer la sierra

Tara: Otro gran potencial para enriquecer la sierra

No muchos peruanos han oído hablar o conocen directamente la planta de la Tara, a pesar de que se origina en el Perú. Conocida por la ciencia como Caesalpinia Spinosa, fue utilizada por las culturas precolombinas como colorante natural, hoy su demanda crece permanentemente en los mercados internacionales, y su utilidad se ha expandido como insumo de muchas industrias a lo largo del planeta.

Los principales usos de la tara son: en polvo como colorante natural para la curtiembre, insumo para el plástico y la producción de adhesivos, y la goma de Tara en la industria alimentaria, por ejemplo, como una estabilizador de productos lácteos. También se utiliza como insumo de la industria farmacéutica para úlceras y problemas inflamatorios e infecciosos.

Piura: El Perú es el primer productor de tara

Fuente: Correo

El Perú produce el 80% de la tara a nivel mundial, y los departamentos de mayor producción son Cajamarca (45%), La Libertad (18%), Ayacucho (14%) y Áncash (8%). Además hay nuevas iniciativas en Ica y Lambayeque. Sin embargo, sólo se llega a exportar unas 5 mil toneladas, y la demanda mundial es del orden de las 100 mil toneladas, siendo los principales mercados EEUU, Alemania, Suiza, España e Italia.

Según el Minagri, “La tara es considerada uno de los productos más rentables dentro de la agro exportación peruana, debido a su gran acogida y altos precios mundiales”.

Las semillas de este arbusto producen derivados que llegan a tener altos costos en el mercado internacional, como el polvo de Tara que puede superar los US$ 820 TM en Puerto Peruano y se triplica en Europa, mientras que la goma, que se obtiene de la pulpa de la tara, tiene un precio nacional de embarque de US$ 6,600 TM y en el exterior puede sobrepasar los US$ 10,000 mil dólares TM.

El Ministerio de Agricultura en alianzas con los gobiernos regionales y locales, empresas,  ONG’s y los pequeños productores han instalados plantones de tara a nivel nacional para incrementar la exportación. Según el Minagri, la exportación de tara en polvo alcanzó US$ 30.3 millones a un precio de US$ 1.48 kilo promedio en 2015. 

Tara

Al país a que más se le exporta Tara es a China (donde se utiliza para extraer ácido gálico, que tiene un valor de venta por kilo que se sextuplica el valor del insumo), con un total de U$ 10.5 millones (35% del total), le sigue Italia con U$ 4.4 millones (14%) y Brasil U$ 4.2 millones (14%).

Tara exportación

Fuente: www.agrodataperu.com

Según los Datos de la Comisión Nacional contra la Biopiratería, las solicitudes de patentes más reiteradas en el Perú son por la tara (de las casi 11 mil solicitudes de patentes, cerca de 4 mil le pertenecen a la tara), el yacón (3,221 solicitudes), la maca (1,406 solicitudes) y la uña de gato (843 solicitudes).

Esto muestra el gran interés mundial que existe por nuestros productos andinos. Así tenemos también los otros granos andinos, el más nutritivo de ellos, la famosa y renombrada quinua, la cual ha sido reconocida como un “súper alimento” con renombre internacional y, el 2013, a instancias de la FAO,  fue declarado por la ONU: Año Internacional de la Quinua. Ver en LampadiaLa Quinua lleva a la sierra a los mercados globales y al desarrollo. Otros granos andinos renombrados son la kiwicha (o amaranto), la qañiwa y el tarwi. Estos productos tienen un alto valor proteico, mayor al de los demás cereales, y un gran  potencial de popularizarse a nivel mundial.

Todos estos productos son muy valiosos, sus cualidades han sido ignoradas por muchos años y su aprovechamiento, en el propio Perú y en los mercados internacionales, desperdiciado. Esto ha sido consecuencia de la mala reforma agraria que alejó la inversión privada del campo desde los años 60, con la consiguiente falta de acceso a la innovación y avances tecnológicos que se dieron en el último tercio del siglo pasado.

Por fin estamos poniendo en valor nuestros productos serranos. Debemos aprovechar esta oportunidad única para mostrarle al mundo que un país milenario como el Perú, tiene valiosos desarrollos genéticos y alimenticios como el de los granos andinos. Del mismo modo podremos promover más tarde las raíces andinas y otros productos, así como los conocimientos tradicionales de la sierra y la selva. Con ese desarrollo de inserción en los mercados internacionales, podemos ambicionar que nuestros campesinos de los minifundios alto andinos tengan una vida rural rica y productiva, contrariamente a las propuestas de las izquierdas que plantean nos alejemos de la globalización. Lampadia