Juan Stoessel
Perú21, 15 de junio del 2025
«Es inadmisible que el nuevo Jorge Chávez tenga una vía de acceso provisional porque el MTC fue incapaz de hacer el bypass y el puente Santa Rosa oportunamente»
Tras la inauguración del nuevo aeropuerto, las críticas no se han hecho esperar. Por supuesto que es válido llamar la atención cuando algo no está bien, pero es igual de importante mantener las cosas en perspectiva. ¿Fue un debut con errores? Sin duda. Siempre ocurre, más aún si se migra del aeropuerto de toda la vida a uno nuevo. Algunas fallas fueron clamorosas, como el retraso en el abastecimiento de combustible, que ocasionó la cancelación de muchos vuelos, perjudicando a cientos de pasajeros. ¿Pudo haberse prevenido? 100%. Pero ya está solucionado. Hubo también comentarios negativos sobre el flujo en Migraciones. Definitivamente, faltó una buena comunicación sobre la app Migracheck, para que los pasajeros lo descarguen y se familiaricen con su uso, pero a nivel operativo el sistema es superior al que teníamos. La señalización es otra área de oportunidad. El terminal es nuevo y muy amplio: sin una adecuada señalética, los pasajeros no pueden orientarse. Debió haberse previsto, pero los correctivos están en curso.
Ni hacer la vista gorda ni criticar por criticar. Las cosas en su justa medida. Hay pendientes mayúsculos. Es inadmisible que el nuevo Jorge Chávez tenga una vía de acceso provisional porque el MTC fue incapaz de hacer el bypass y el puente Santa Rosa oportunamente. Jalados en planificación. Asimismo, LAP debió terminar las calles de rodaje antes de la inauguración para que los aviones puedan parquear con mayor eficiencia. No obstante, si nos enfocamos en lo medular, lo positivo resalta. Lima tiene ahora un aeropuerto moderno con tecnología de punta.
Los controles de seguridad son más rápidos, el sistema automatizado para las maletas es como en los mejores aeropuertos del mundo. Se cuenta con 2 veces más mangas, incluyendo mangas dobles que permiten abordar en simultáneo. La oferta gastronómica es A1. El estacionamiento, más amplio. Y, cuando tengamos las 2 pistas habilitadas, las aerolíneas que están operando incrementarán su frecuencia, y nuevas vendrán, dinamizando el tráfico aéreo. Hubiera sido ideal que la propuesta arquitectónica fuera algo icónico, seguro que sí; pero, vamos, ¡tenemos un aeropuerto para los próximos 50 años!
Lo que sí toca criticar, y con firmeza, son acciones populistas e irresponsables, como el proyecto del Congreso para intervenir en la fijación de precios de los pasajes aéreos. El nuevo Jorge Chávez nos abre una enorme oportunidad, pero esto sería meternos tremendo cabe. Bien dice el refrán: “Mucho ayuda el que no estorba”.