Entrevista a Jaime de Althaus
Expreso, 27 de noviembre del 2023
Por: Aarón Salomón
El Perú tiene todas las condiciones para ser una nación tremendamente exitosa y volver a crecer a tasas altas, por ejemplo, con los proyectos paralizados del cobre.
Para comenzar por el lado menos amable, ¿qué te parece este bono de 9,900 soles que han recibido los congresistas sin justificación alguna?
Es una falta de sensibilidad política y social, porque, evidentemente, los ingresos de las mayorías no se han recuperado desde la pandemia. La gente está con problemas económicos serios y, en circunstancias como estas, darse un bono de esa naturaleza revela insensibilidad social y política.
-Una desconexión absoluta con la realidad…
sí es, y, además, se da en momentos en que hay sectores que están presionando por incremento de sueldos, como los médicos o maestros.
-¿Ve justificable, en algún momento, el otorgamiento de un bono a los congresistas?
Yo daría un bono si ellos aprobaran las reformas políticas y económicas que deben aprobar. Eso sería buenísimo (risas).
-Porque un bono se da cuando alguien realiza algo extraordinario.
Y también daría un bono si es que no se aprueban leyes populistas.
– Vayamos al lado positivo. Se ha aprobado, en primera votación, el retorno a la bicameralidad. Usted ha señalado, en varias columnas, que es necesario tener una cámara reflexiva para evitar estas leyes populistas.
Esa es una reforma muy positiva por varias razones. Permite mejorar la calidad de las leyes porque un Senado revisor, sin iniciativa legislativa, puede rechazar leyes contraproducentes y populistas. Y permite pensar en recuperar parte de la élite que ha desertado de la política.
-En cuanto a los requisitos para ser senador, ¿basta tener más de 45 años o haber sido congresista o diputado?
Idealmente uno debería poder poner otros requisitos, pero eso no se puede en una democracia. No se puede poner, por ejemplo, un requisito académico. Es inviable, lamentablemente.
-La Cámara Baja sería la encargada del control político; es decir, va a poder censurar a los ministros.
También tiene la función legislativa, es la que tiene iniciativa legislativa.
-¿Considera que, actualmente, el Tribunal Constitucional funciona como un Senado?
Sí, en la medida en que tenemos un Congreso de una sola cámara, el Tribunal Constitucional es el único control que hay, pero solamente de la constitucionalidad de las leyes. El TC no puede hacer nada contra una ley populista, salvo que entrañe iniciativa de gasto. El otro control sería el veto presidencial, pero en el Perú es muy bajo: la mitad del número legal de congresistas.
-También dentro de la propuesta para retornar a la doble cámara se ha incluido la reelección de diputados y senadores, que es muy importante.
Esto va a ayudar a mejorar la calidad de los representantes, porque uno va a tender a reelegir a los buenos. Eso va a ir produciendo, paulatinamente, una selección de los mejores y ayuda a ir configurando una clase política profesional. Ayuda también a consolidar los partidos políticos porque habrá una carrera política y no se tendría que estar buscando nueva gente a cada rato.
-Y cuando existe una carrera política, se ahuyenta, de alguna manera, a los aventureros que solo ingresan a la política para obtener beneficios personales.
Así es. Si elegimos a los diputados en distritos electorales uninominales, el ciudadano podrá elegir mejor, lo hará entre pocos candidatos.
-Otro planteamiento interesante dentro de este proyecto es que los candidatos a la Presidencia van a poder postular para diputados o senadores.
Eso es muy bueno porque eleva el nivel del Congreso como foro político. La concertación política se hace más viable y las bancadas se vuelven más disciplinadas y orgánicas, porque el líder está presente ahí. Ayuda a mantener el orden, la disciplina y una unidad programática en las bancadas.
-Pasando a otro tema, ¿cómo salir de esta recesión económica? He escuchado que en CADE los ministros han hablado mucho del mecanismo «obras por impuestos».
Estamos en un problema muy serio porque ya la inversión privada ha venido cayendo los últimos seis trimestres. Hay un problema muy serio de confianza en el futuro en el Perú. Estamos en un problema estructural muy serio. La anarquía de los últimos años, la elección de Pedro Castillo y luego las movilizaciones tremendas han destruido la confianza en que el Perú sea viable. Eso hace que la inversión se haya retraído, y recuperar la confianza en el país es un asunto complicado y requiere, a mi juicio, que se aprueben reformas para restablecer la capacidad de la economía de crecer. Crecemos cada vez menos y no solo no reducimos la pobreza, sino que la aumentamos. Estamos en un empobrecimiento sostenido y esto, a la larga, condena al país a la inviabilidad.
-Una acción importante para salir de esta situación seria sacar adelante Tía María.
Si el Gobierno sacara adelante Tía María, cambiaría por completo el clima de inversión porque significaría que la minería es viable y que el país es capaz de manejar los conflictos sociales. No lo hace pese a que la resistencia a este proyecto es cada vez menor y débil. La población está desesperada porque necesita ingresos y la noticia de una inversión de esa naturaleza va a caer bien en general.
-El Perú debe dar señales de que son viables las iniciativas privadas.
Eso es fundamental.
-Pero, ¿usted cree que el Gobierno de Dina Boluarte tenga claro que la única forma de salir de la recesión es con la inversión privada, porque estamos hablando de un Gobierno de izquierda?
Eso se expresa en la falta de liderazgo de la señora Boluarte. Si ella ejerciera un mayor liderazgo, incluso en la reactivación de la economía, eso ayudaría a mejorar su propia aprobación y, por lo tanto, a tranquilizar a los inversionistas. Pero la presidenta ha desperdiciado las oportunidades que ha tenido, como la prevención ante el fenómeno de El Niño: ella ha podido ir al norte a exigir que las obras de prevención se hagan. Otro gran problema es la inseguridad. Si el país está dejando de crecer es también por las extorsiones a los pequeños empresarios.
-¿Le pareció correcta la participación de la presidenta en APEC, porque era fundamental que esté ahí para recibir la presidencia pro tempore, así no les guste a muchos?
Yo creo que estuvo bien su participación ahí. EI APEC es muy importante para el Perú. Ojalá que ese compromiso de la presidenta con el comercio internacional se traduzca también en un liderazgo económico interno.
-Y se abre una gran oportunidad, porque el otro año se Inaugura en APEC el puerto de Chancay.
El Perú tiene todas las condiciones para ser un país tremendamente exitoso, para volver a crecer a tasas altas, que es lo que tenemos que hacer para reducir la pobreza. Tenemos cobre y la transición enérgica global demanda cada vez más cobre. Y, con el puerto de Chancay, vamos a poder importar productos más baratos y exportar con mayor ventaja.
-El ministro de Economía, Álex Contreras, aseguró que creceríamos el siguiente año.
Pero vamos a crecer muy poco, deberíamos crecer 5%, 6% o 7%, porque con un crecimiento de 2% no reducimos la pobreza.
-De cada 10 peruanos, 3 son pobres…
Habíamos bajado hasta 20% de pobreza, pero, con la pandemia, regresamos al 30%. Luego, se redujo a casi 26%, pero ahora ha vuelto a aumentar. Quizás, en el 2025, tengamos más de 30% de pobres. Eso sería terrible para las elecciones del 2026, porque cualquier outsider radical podría ganarlas en esas condiciones.
-¿Cree que, en las próximas elecciones, ocurra un ‘efecto Milei’ en el Perú? El ‘efecto Milei’ es el rechazo de la Argentina al Estado.
Me parece difícil que ocurra este fenómeno acá porque no estamos en el desastre económico de los años 1989 y 1990. Argentina está sufriendo las consecuencias de las políticas socialistas del peronismo, con una inflación del 160% y la pobreza que ha llegado a más del 45%. Entonces, frente a eso, la gente reacciona y busca una salida como la de Milei, que es radical, pero correcta, porque reduce el tamaño del Estado, lleva el déficit fiscal a cero, mata la inflación y crea las condiciones de libertad para que las inversiones regresen y la economía vuelva a crecer y se reduzca, nuevamente, la pobreza.