Fernando Calmell del Solar
Expreso, 17 de junio del 2025
«La verdadera realidad es que los peruanos no quieren temblores: Tienen la esperanza de que aparezca un nuevo nombre, un nuevo líder, que genere un terremoto que cambie este ciclo enfermizo de la política peruana y nos permita vivir en un Perú donde se haga justicia de verdad»
Después de tiempo, hemos sentido un temblor fuerte. Por suerte, no duró mucho, pero igual causó pánico. El remezón y el ruido generaron ese terror de no saber hacia dónde correr y, seguramente, muchas personas tuvieron miedo de que vinieran réplicas más fuertes.
Sin embargo, aunque no lo hayan sentido en sus casas, hubo un sismo mucho más fuerte que ha remecido los cimientos de la estructura caviar que controla la Fiscalía de la Nación, que, dicho sea de paso, viene temblando y cayéndose desde hace tiempo.
Ha sido tan fuerte que la fiscal de la Nación —que en realidad no es de la Nación, porque es la fiscal del IDL— entró en pánico. La Junta de Fiscales Supremos de la Nación —que tampoco es de la Nación, porque claramente es la Junta de Fiscales Supremos del IDL— quedó aterrada y sin saber hacia dónde correr.
Ustedes y yo le tenemos miedo a los temblores, pero a este, el que sacude a la mafia caviar que controla el sistema judicial, lo recibimos con alegría, y esperamos que, de una vez por todas, derrumbe todo para volver a tener un Ministerio Público que se dedique a brindarnos seguridad, y no a liberar delincuentes; que no invente colaboradores eficaces; que no saque, bajo la manga, testigos protegidos; que no persiga a quienes piensan diferente; y que no se cuide las espaldas entre ellos para seguir teniendo agarrado del cuello al Perú, a los gobiernos, a los empresarios que no les pagan.
Algunos dirán que esa es una pelea de blancos, que es un roche de políticos, pero no. El desastre que es ahora la Fiscalía nos afecta a todos. ¿Por qué?
Porque la Fiscalía del IDL y la Junta de Fiscales del IDL han permitido que se liberen senderistas, cabecillas del narcotráfico, miembros del crimen organizado. Han permitido que, en el caso Odebrecht, el Perú pierda millones y millones; han protegido y permitido la corrupción impune de políticos, mientras todos los peruanos viven la pesadilla diaria de la inseguridad y del accionar de políticos corruptos.
El ver cómo gritan, lloran y patalean Mohme y sus esbirros desde La República, Gorriti desde IDL y los caviares en general por este sismo en la Fiscalía, nos hace tener esperanza de que el retorno de la fiscal Patricia Benavides signifique el fin del control de la mafia caviar sobre nuestro sistema judicial.
Amigos, hoy más del 80 % de los peruanos no confía en la Fiscalía ni en el Poder Judicial. Hoy, los peruanos piden a gritos que se termine con la corrupción y la delincuencia. Y hoy, más del 70 % no quiere ni confía en que ningún candidato conocido pueda liderar el país.
La verdadera realidad es que los peruanos no quieren temblores: tienen la esperanza de que aparezca un nuevo nombre, un nuevo líder, que genere un terremoto que cambie este ciclo enfermizo de la política peruana y nos permita vivir en un Perú donde se haga justicia de verdad.