Durante los últimos años, una gran parte de los proyectos de inversión en el Perú sufre una real crisis de “tramitología”, por la gran cantidad de procedimientos y de entidades que deben dar los permisos.
Esto se refleja en el resultado de la Inversión Extranjera Directa (IED) de Perú en 2013. Según cifras del BCR, la IED alcanzó US$10,172 millones, un 17% menos que 2012. Este resultado comprueba que nuestro crecimiento no se va a mantener por inercia, y menos avanzará si continúan las trabas para hacer efectivos proyectos de gran envergadura. Urge un cambio de mentalidad, se necesita liderazgo. La indecisión, la inacción, la falta de convicción –muchas veces ocurre en los mandos medios–, le está pasando la factura a los proyectos que el propio Gobierno quiere impulsar. Si bien hay esfuerzos para atraer inversiones extranjeras, no se está haciendo lo mismo para algo más importante: mantenerlas. La inversión es lo único que generará el empleo que elimine la pobreza.
Publicado en Perú 21, 25 de marzo de 2014
