Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
Como consecuencia del pésimo gobierno de Castillo y Perú Libre, la popularidad del presidente está cayendo fuertemente. No hay pues efecto teflón ni luna de miel, los errores se pagan, y rápido.
Después de la pandemia y de la múltiple crisis económica, social, sanitaria, educativa y política, con la que nos castigaron nuestros gobernantes, los ciudadanos están muy sensibles y no están dispuestos a ser permisivos con autoridades incapaces y corruptas.
Desoyendo el mandato de las urnas de abril del 2011, cuando el 80% de los ciudadanos quería que consolidáramos los beneficios de la economía de mercado, PPK desató la guerra contra el Congreso: ‘voy a gobernar con los gobiernos regionales’, ‘voy a jalarme 30 congresistas para quitarle la mayoría a Fuerza Popular’. Lamentablemente FP pisó el palito y tomó las armas. Así terminamos con el inefable Vizcarra que cerró el Congreso y propició la muerte de 200,000 peruanos; el interregno del inútil de Sagasti, que viniendo del Congreso no pudo hacer docencia política; y ahora con Castillo y Perú Libre, que tienen entre ojos el cierre del Congreso y la imposición de una asamblea constitucional anti democrática.
Pero los ciudadanos no han caído en el canto de sirenas del enfrentamiento político, y ya, antes del primer año del gobierno, marcan distancias con el presidente que no ha podido hacer buenos nombramientos, que se ha vinculado con gente incapaz y corrupta, y que no ataca los grandes problemas nacionales, la inseguridad, la falta de empleo, el encarecimiento de vida, y la mejora de los servicios de salud y educación.
Veamos la evolución de la aprobación de Castillo desde agosto hasta febrero, según el análisis de Wiñaq y las encuestas de Ipsos y Lampadia:
La aprobación neta (aprobación menos desaprobación) que fue ligeramente negativa desde el inicio de gobierno hasta octubre, luego, entre noviembre y enero muestra una importante caída, y ahora, en febrero colapsa a niveles muy precarios:

A estas alturas de su mandato ya ostenta niveles de desaprobación muy superiores a los de sus sucesores desde el 2000.
Pero además las cifras que compartimos muestran un punto de quiebre en el apoyo del NSE E:

Igualmente, en el Sur, donde cae 10%, además de su caída de 24% en el Centro, donde también mostraba fortalezas importantes.

Tal vez la caída más dramática que muestra el análisis se da entre los jóvenes, que en octubre le daban 46% de aprobación, y en febrero solo 17%.

Evidentemente, esto ha incidido igualmente en la posición de la población sobre la vacancia del presidente, que en diciembre era calificada como inconveniente por el 52%, para que en enero el 53% se manifieste de acuerdo con ella.

Ahora vemos a Castillo y Perú Libre tratando, absurdamente, de convencer a la población que sí se puede aprender a gobernar, y que la inseguridad ciudadana se puede controlar dando armas a los miembros de los serenazgos.
No señor Castillo, los peruanos quieren un gobierno que les facilite la vida, que los deje trabajar y que las autoridades trabajen duro y sin actos de corrupción. Lea bien lo que dice el ‘pueblo’. Lampadia
Ver también artículo de Lampadia: NO CONFIAMOS EN EL PRESIDENTE CASTILLO – EL PUEBLO LO DICE






