Entrevista a Roberto Abusada, presidente del Instituto Peruano de Economía
Por Javier Prialé
Gestión, 30 de enero de 2018
El economista del IPE cree que la reconstrucción no tendrá mucho éxito en el 2018 porque tiene demasiados proyectos en muchas manos. Plantea que se empaqueten antes de licitarlos.
La semana anterior, el FMI elevó su estimado de crecimiento para la economía a 4% para el 2018 mientras que el BBVA lo redujo a 3.5%. En ese escenario, el economista Roberto Abusada analiza lo que viene para la economía en este año.
¿Cómo ve la economía en el inicio del 2018?
La situación política está afectando la recuperación incipiente que se dio en el segundo semestre del año pasado. Pero a estas alturas no es posible saber si esta situación política va a menguar o se va a incendiar. Si esta situación se vuelve más compleja, evidentemente se va a afectar el crecimiento. Por ahora yo diría que el 4% es absolutamente lograble.
¿Puede ser sostenible el ritmo de la economía para lograr este crecimiento de 4%?
Ya tenemos un signo de que las cosas no van muy bien porque la recuperación empezó a trastabillar en noviembre cuando el crecimiento fue de solo 1.8% y en diciembre, si uno ve el crecimiento del consumo o la producción de electricidad, uno no ve que ese impulso que se empezó a ganar haya seguido con fuerza. Sigue, pero no es muy fuerte. Es prematuro subir o bajar estimados.
Con los resultados de los dos últimos meses del 2017, ¿en cuánto habría cerrado el crecimiento del año?
El crecimiento al final del 2017 no va a ser como se preveía de 3% o 2.8%, sino que será muy parecido al del último mes del año, es decir, en el orden del 2.5%.
¿El verano de este año puede ser mejor?
Como el primer trimestre del año pasado fue tan malo, lo más probable es que en los tres primeros meses de este año sí salga un 4%. De allí para adelante creo que todo depende de qué está pasando con dos cosas. Uno es cómo venga la reconstrucción y si la situación se agrava o no.
Mencionó que se si agrava la situación política se afectaría la economía. ¿Cómo lo haría?
La situación política hace que un elemento muy importante para el crecimiento, que es la inversión privada, postergue sus decisiones.
¿Qué debería suceder en el entorno político para que no se afecten las inversiones?
El presidente (Pedro Pablo Kuczynski) ha dicho que este es un gabinete de la reconciliación, la primera ministra (Mercedes Aráoz) ha estado acercándose a otros grupos políticos, ha pedido facultades y no se las han dado y ha decidido mandar proyectos de ley. Recién cuando se discutan estos últimos es cuando vamos a saber si hay ánimo de cooperación o de confrontación.
Pero eso es hasta que el Congreso vuelva a sesionar, mientras tanto, ¿qué deben hacer los políticos?
Lo más importante es enfriar un poco el tema político, está demasiado cargado y eso es algo que los políticos, dentro del régimen y la oposición, podrían ponerse de acuerdo. Que digan que se tiene que ir adelante con la reconstrucción, que tenemos elecciones subnacionales. No podemos estar causando un daño grande a las
decisiones de inversión y a los procesos de reconstrucción. Eso sería lo ideal.
Si hay pasos del Gobierno para enfriar esta situación, ¿es la oposición la que tiene que poner de su parte?
Hay cosas tangenciales que están agregando ruido. Uno es todo el tema del indulto que acaba de sacar el defensor del Pueblo, que hace empezar los dimes y diretes. Otra cosa es lo que pueda resolver la Corte Interamericana. La prensa está llena de estos temas y no estamos viendo, por ejemplo, el buen comportamiento que están teniendo los precios fuera o el aumento en la exploración minera. El rebote del sector primario no está siendo lo suficientemente fuerte que podría ser si hubiera un poco menos de este ambiente cargado.
¿Es tan buena la situación en el exterior para el país?
La situación afuera es tan buena para el Perú que si no llegamos al 4%, llegaremos a unas cuantas décimas por debajo. Pero creo que si el año pasado crecimos entorno al 2.5%, este año podemos crecer bastante más por esta situación externa.
¿Fuerza Popular tiene responsabilidad en este ruido político?
Fuerza Popular tiene varias cosas en el aire. Primero está la acusación del financiamiento, luego el tema de Lava Jato en donde unos dicen que sí está involucrada Keiko, y otros la excluyen completamente. Todo el día se está hablando de estos temas y no de los que en realidad están bastante buenos, porque estamos enfrentando bastante buen viento de cola para la economía. La responsabilidad es de todos, incluso de quienes escribimos y opinamos.
¿Los medios de comunicación también son responsables?
Si en la prensa no encontramos nada optimista, eso se transfiere a las pequeñas inversiones que dicen: “Estos deben de saber, mejor me espero”.
Usted es muy crítico del proceso de reconstrucción, ¿cuál es la expectativa que tiene al respecto?
Yo no creo que tenga mucho éxito este año porque hay demasiadas “manos en la masa” y son demasiados proyectos separados. No se ha recurrido a empaquetar proyectos similares y ahora tenemos el problema de que no se sabe si las empresas van a estar afectadas por el sistema bancario o no por este tema del club de las construcción, o si el Gobierno va a dar algún confort para que independientemente de cómo vaya este tema en el ámbito judicial, las empresas puedan trabajar normalmente.
Pablo de la Flor planteó, cuando fue jefe de la Autoridad para la Reconstrucción, que esta tenga una unidad ejecutora. ¿Podría resultar para agilizar las obras?
Yo conozco la experiencia del 1997 y lo que se hizo fue, más que tener una unidad ejecutora, concentrar todo en el MEF, que es la gente que ve presupuesto y está acostumbrada a estas cosas. Traer a una empresa extranjera, no de construcción sino de ingeniería que empaquete cosas y vigile que las prioridades se estén cumpliendo. Eso es lo que funcionó. Yo lo sugerí en algunos niveles de Gobierno, pero se optó por llevar el tema a la oficina del primer ministro y creo que fue una decisión equivocada.
¿Cuál es la solución para acelerar los proyectos?
Hay cerca de 10,000 obras que están en el plan de reconstrucción y la única forma de acelerarlas es agarrar las obras iguales y empaquetarlas, para licitarlas entre dos o tres empresas y obligar a estas compañías a que empleen a las empresas locales dentro de las bases. La ley que se emitió para la reconstrucción da bastante libertad para hacer este tipo de cosas.
Si se lograran empaquetar los proyectos, ¿los gobiernos regionales y municipales deberían seguir como responsables de los procesos?
Lo pueden hacer los municipios y los gobiernos regionales, pero no pueden hacer un expediente técnico para cada vereda que se va a construir, eso no es factible. No se puede perder la capacidad instalada del sector construcción, sería una locura, entonces ¿quién va a hacer las obras?, ¿el primo del alcalde?
¿Qué es lo que se podría hacer desde el MEF, sin facultades legislativas, para que la economía pueda dinamizarse?
Hay acciones concretas que tienen que ver con la acción del MEF y otras con aspectos más psicológicos. El MEF tiene que asegurarse que la inversión pública en el Gobierno central se acelere y que los proyectos en asociaciones público-privadas (APP), se concreten.
¿Y los grandes proyectos que están en ejecución?
Hay proyectos enormes, como la Línea 2 del Metro de Lima, que tiene menos de 20% de avance, cuando el metro de Quito, que tiene 28 kilómetros, es subterráneo y empezó después que nosotros, tiene 60% de avance. También estaba Odebrecht y ya no está, ha sido sustituido y el alcalde, a diferencia del nuestro (Luis Castañeda), está empujándolo con toda fuerza porque le conviene a la ciudad. No porque lo hace el MTC o una empresa privada el alcalde se tiene que poner de costado.
¿Es decisión política o el exceso de burocracia lo que retrasan las obras en el país?
Si a cada expropiación pequeña, cada interferencia de tubería, va a haber una gran discusión dentro del mismo Gobierno incluso, con gente que se opone, gente que tiene miedo a firmar, empresas de servicios o de agua que piden cosas extravagantes, entonces tiene que haber un poco más de decisión.
¿La participación de la Contraloría es un obstáculo?
Felizmente la Contraloría que tenemos ahora es bastante proactiva. En lugar de estar castigando, está advirtiendo. Se puede trabajar con ellos con lo que llaman control concurrente, entonces tampoco tendrían que tener miedo los funcionarios.
Por el lado psicológico, ¿cuál es medida que se puede tomar?
Hay una sola cosa que sería muy importante, es el cambio de la decisión por parte del Tribunal Constitucional sobre el tema de reposición en el empleo, porque eso ya se ha probado, con el estudio de Miguel Jaramillo, con números muy concretos y con un estudio magníficamente hecho, que nos ha costado a todos los trabajadores, en términos de que son puros trabajos temporales los que se crean, de que se paga menos al trabajador cuando son temporales, no hay calificación en empleo e, incluso, atenta contra la sindicalización, porque si eres temporal no te sindicalizas.
Pero ese tema no está en manos del MEF, sino del Tribunal Constitucional.
Pero el MEF puede hacer muchas cosas allí, como mover que la primera ministra se involucre más porque son cosas muy importantes. La economía empezó bien a recuperarse, pero noviembre y diciembre han sido fatales.
“No se pueden hacer reformas si no se baja el ruido político”
El ruido político que aún se vive en el país, luego que en diciembre del 2017 el presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, se librara del pedido de vacancia por parte del Congreso, no solo genera incertidumbre en los agentes económicos como señaló el BBVA Research en su último informe, sino también evita que en el país se puedan hacer las reformas que se necesitan para consolidar el crecimiento de la economía.
“Primero tenemos que bajar el ruido político, tiene que haber mucho más diálogo y eso es responsabilidad de todos y no del Ejecutivo solamente”, afirmó el economista Roberto Abusada.
En caso se logre una reducción de este ruido político, Abusada considera que la reforma más importante que necesita el país es el tema laboral. “Lo laboral es una cosa inmediata que lo podría plantear el Gobierno como una ley, interpretando la Constitución de nuevo”, manifestó el economista.
Asimismo, afirmó que otra de las reformas que el Gobierno inició y que se debe seguir impulsando es la reducción de los trámites dentro del Estado, lo cual consideró que podría dar un impacto psicológico grande a los actores económicos.
De la misma manera, sostuvo que se le debe dar énfasis al tema del agua y al sector eléctrico, que se encuentra con algunos problemas. A inicios de año, la ministra de Economía y Finanzas, Claudia Cooper, afirmó que se tienen cinco retos hacia el futuro.
El primero de ellos es consolidar y mantener la estabilidad macroeconómica. En segundo lugar, está la inversión privada, para la cual se busca un ambiente de reglas claras para la inversión, sobre todo, la no minera.
En el caso de la inversión pública, se planea alcanzar la meta de crecimiento asegurando la calidad de los proyectos, mientras que por el lado de la recaudación se quiere mejorar los ingresos promoviendo la fiscalización y la digitalización. Finalmente, se continuará con una estrategia que impulse la competitividad.