1

Madera: Fabulosa reserva productiva

Madera: Fabulosa reserva productiva

El Perú ha desaprovechado la riqueza potencial de sus bosques. Basta ver el mapa del Perú con cierto detenimiento para descubrir que el 50% de nuestro territorio está cubierto de bosques naturales (68 millones de hectáreas). Somos el segundo país Latinoamericano con esta riqueza y décimo primero a nivel mundial. A pesar de ello, hemos despreciado este inmenso potencial como se ve expresado en que nuestras exportaciones no llegan ni al uno por ciento de la demanda global por recursos forestales. Como hemos señalado en Lampadia, este es un desperdicio sin nombre que las regulaciones actuales no llegan a corregir y se ve agravado por la tala ilegal que sufre la selva amazónica al punto de poner en riesgo de extinción especies como la caoba.

Sin una clara visión que promueva una política adecuada para el desarrollo forestal, nuestros bosques vienen siendo desbrozados por mafias de taladores ilegales que incluso han llegado al asesinato de dirigentes nativos con el fin de perpetuar su comportamiento delictivo. Aunque no existen cifras precisas, se cree que por lo menos el 50% de la madera que se extrae en el país es de dudosa procedencia.

Mientras los taladores ilegales operan literalmente amparados en la Ley de la Selva, el Estado poco o nada hace para detener este tráfico y mucho menos para que se efectúe una explotación racional, técnica, eficiente y legal, que ponga en valor este magnífico recurso, hoy desperdiciado y saqueado. Desde el 2004, en que se dieron las últimas concesiones madereras  ya se mostraba la falta de efectividad de esta política, el sector ha estado en el abandono. Como recuerda el Comité de Madera e Industria de la Madera de Adex, “de los 17 millones de hectáreas con aptitud forestal que existen en el Perú, menos de 2 millones se encuentran en producción real”. De las 613 concesiones forestales que se otorgaron hasta el 2004, las cuales cuentan con 7’622,244 hectáreas, solo el 35% se halla en actividad, según Serfor. Las exportaciones peruanas de madera solo ascienden a 150 millones de dólares anuales.

¿La razón? El sistema de concesiones no crea las condiciones e incentivos suficientes. Un estudio de la Universidad del Pacífico concluyó que el periodo de concesión es muy breve, por lo que no creaba los alicientes necesarios para que el bosque se explote adecuadamente y al largo plazo, como exige la naturaleza del recurso.

Como señaló en Lampadia, antes de su sensible fallecimiento, Antonio Brack Egg, uno de los mayores problemas que impiden el desarrollo de la industria forestal es que “el estado no garantiza los derechos de los inversionistas y eso empezó antes del 2006, cuando un grupo de personas, cerca de Atalaya, invadió un campamento forestal con una inversión española calculada en 36 millones de dólares, quemó el campamento, se robó todo lo que podía llevarse, y gente política del gobierno de aquel entonces los apoyó. Eso paralizó enormemente. Tenemos que ser conscientes: El sector forestal en el Perú puede ser un sector económicamente poderoso, fuerte, pujante, pero tenemos que dar el marco y el control para que eso se verifique, y dar confianza al inversionista”.

Otra debilidad importante ha sido la limitación impuesta por la definición de los bosques como propiedad del Estado, así sean plantaciones industriales y de reforestación. Estas últimas debieran tener la “condición de cultivos forestales”, y por ende, el mismo tratamiento que los cultivos agrícolas. Mientras esta condición no se establezca con claridad, el manejo de las plantaciones estaría sujeto a regulaciones engorrosas y disuasivas de su desarrollo.  

Recientemente entró en funcionamiento el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). Este organismo está diseñado para incentivar la actividad forestal del país. Como señala su directora Fabiola Muñoz, la idea es “crear una industria forestal fuerte y competitiva, por ello el Serfor antes que una institución controlista busca ser un ente promotor. Vamos a modernizarnos para desaparecer la lista interminable de trámites”. Espera en breve contar con una plataforma para trámites en línea y, especialmente de vigilancia satelital para un mayor control de los bosques. Un avance considerable.

Según Muñoz, el potencial es inmenso. Solo para el mercado interno peruano se importa anualmente 1,000 millones de dólares en productos maderables y sus derivados. En los últimos diez años las importaciones de estos productos han crecido 281%, mientras que nuestras exportaciones solo se incrementaron en un 115%. (Ver cuadro)

Como se ha hecho en Chile y otros países que han sabido manejar este recurso, se debe desarrollar una industria poniendo en valor los recursos forestales. Chile cuenta con dos millones de hectáreas de bosques para explotación comercial lo que le permite exportar más de 6,000 millones de dólares anuales y emplear a 250 mil personas. Como hemos señalado en Lampadia, “el potencial de desarrollo del sector forestal en el Perú debería ser del orden de cinco veces el de Chile, y constituye un buen ejemplo de una magnífica oportunidad que se está desperdiciando para generar una producción forestal de más de US$ 25,000 millones anuales, dando empleo de calidad a toda la población de la selva y a buena parte de la de la sierra”.

Ese es el reto. “El Perú se ha trazado la meta de tener dos millones de hectáreas reforestadas y cero de deforestación al año 2030”, ha señalado Muñoz. Para ello Serfor “está trabajando en tres líneas: la primera es sobre el patrimonio forestal que ya tenemos para promover un manejo forestal sostenible. Sobre las áreas degradadas tenemos que plantar bosques que pueden ser con fines comerciales (…). Otro elemento fundamental es la lucha contra la deforestación, no perder más bosques naturales”, detalló la directora de Serfor.

Actualmente existen al menos 10 millones de hectáreas aptas para la reforestación. De ellas, 7 millones están en la sierra, 2.5 millones en la selva y 0.5 millones en la costa. La reciente promulgación del Régimen de Promoción de Plantaciones Forestales en tierras de propiedad privada permitirá que unas cuatro millones de hectáreas se siembren con recursos maderables de fines comerciales, lo que generaría que el Perú exporte unos 1,000 millones de dólares en el corto plazo. Hay que recordar que la madera es uno de los pocos commodities que incrementa su demanda anualmente. Para el 2050 se espera que esta llegue a los 4,500 millones de metros cúbicos de madera rolliza. El Perú no puede desaprovechar sus favorables condiciones naturales para crear una gran industria forestal.

Actualmente el sector forestal representa un irrisorio 0.1% del PBI, nuestras exportaciones son 40 veces menores que las de Chile, teniendo el potencial de ser cinco veces mayores. Es hora  que empecemos a desarrollar esta industria y que apuntemos a ser una potencia maderera. Como es el caso de la explotación de otros recursos naturales, este desarrollo permitiría múltiples encadenamientos con otros sectores, una gran demanda de empleo de calidad,  mayores exportaciones y recursos fiscales. Además, con buenas concesiones, se formalizaría todo el sector y se tendría una actividad legal que si podría competir con éxito con la tala ilegal y los sembríos de coca.

El desarrollo del sector forestal es clave para la generación del empleo a vistas de la tercera revolución industrial, ver en (L): Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II). Lampadia




Dejemos de trabar nuestro progreso

Dejemos de trabar nuestro progreso

Muchos países como China, Francia, Alemania y Chile están creando facilidades para captar talentos extranjeros y cubrir carencias, además de aprovechar de inversores, investigadores, trabajadores calificados y estudiantes con gran futuro para apoyar el crecimiento de sus economías. El Perú, sin embargo, hace todo lo contrario.

 Recientemente se emitió el TUPA (Texto Único de Procedimientos Administrativo) detallando los procedimientos para “unificar, reducir y simplificar” (sic) los requerimientos migratorios, supuestamente con el propósito de eliminar las trabas existentes. Sin embargo hace todo lo contrario. No solo no ha eliminado los obstáculos, sino que ha creado nuevos, volviendo cada vez más difícil promover la presencia de extranjeros. Esto parece una oda al chauvinismo.

Esto es contraproducente.  Afecta a la inversión extranjera, que es tan importante y necesaria para el país. Los políticos a menudo argumentan que los países emergentes deberían promover la inversión extranjera para facilitar el crecimiento económico. (Ver en Lampadia (L): Hay que alentar la inversión extranjera directa).

La teoría señala que la tecnología, los conocimientos y las técnicas introducidas por los inversores y los directivos extranjeros experimentados se extenderán al conjunto empresas de capital nacional. Se considera que la IED (Inversión Extranjera Directa) y otras formas de inversión internacional desempeñaron un papel fundamental, por ejemplo, en el rápido crecimiento económico de los Tigres Asiáticos (Singapur, Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán) desde 1960 hasta la década del 90. Fue la mayor fuente de financiamiento externo de las economías emergentes. Su importancia es clara y esencial para países en crecimiento como el Perú.

Actualmente ya se ha contraído la IED en el país, cayendo casi 17% durante el 2013, según Cepal, a diferencia delaumento de 49% del año anterior.

Debemos retomar la tendencia al alza de las IED, además de promover la captación de extranjeros en distintos sectores para cubrir carencias actuales. Además, debemos aprovechar este mundo de “movilidad global”, donde profesionales y empresas están abiertos a mudarse y trasladarse a donde más les convenga. Sobre todo ahora que en Europa hay un altísimo desempleo, especialmente juvenil, que son hombres y mujeres con las mejores formaciones académicas y capacidades.

Los ciudadanos quieren, más que nunca, comodidad. Quieren vivir donde ellos consideran que pueden lograr sus sueños o en un lugar que ofrezca oportunidades que les atraigan. Quieren trabajar donde quieren vivir. Ya no existen barreras de comunicación, ni de distancia. Esto se aplica tanto a las empresas como a sus líderes, a jóvenes emprendedores, a científicos y a ambiciosos estudiantes.

Los gobiernos se están adaptando con mayor rapidez a la economía global que existirá mañana, para superarse. Están aprovechando este mundo sin fronteras para conseguir las herramientas que necesitan en todo ámbitoy captar a las personas más capacitadas para lograrlo.

 

Los “visados para talentos” se han vuelto populares, y países como China los están utilizando para dar permisos de estancia en el país. Una especialista en inmigración del Instituto de Tecnología de Pekín, Liu Guofu, afirmó que China está buscando atraer a “candidatos con experiencia en liderar multinacionales, expertos en las áreas de ciencia y educación, y personalidades de renombre en el mundo de la cultura y el deporte”.

Este sistema no es una novedad. En el 2012 The Economist publicó un  artículo “El encanto de Chilecon Valley”, en el que detalla la interesante idea del programa “Start-up Chile”, que selecciona las empresas de jóvenes promesas y da a sus fundadores el equivalente de US$ 40,000 y una visa de un año para ir a trabajar en sus ideas a Chile. Según la publicación, “A cambio del dinero que reciben, se espera que los extranjeros compartan sus conocimientos, por ejemplo, capacitando a los empresarios locales y dando charlas. Entre el 2010 y 2012, los participantes de “Start-Up Chile” realizaron casi 380 reuniones y participaron en más de 1,000 talleres y conferencias.

Un caso particular que mencionó The Economist fue el de Claudio Camino, un joven emprendedor italiano que quería crear juegos para celulares que otras empresas podrían entonces utilizar para hacer publicidad de sus productos. Cuenta el artículo que “inversionistas en EEUU estaban dispuestos a apoyarlo, pero sólo si podía quedarse en el país. Camino descubrió que era probable que se le niegue una visa, y que incluso si la obtuviese, se enfrentaría a una larga espera – para entonces sus juegos serían probablemente obsoletos. Así que llevó su idea a Chile donde le concedieron la visa en dos semanas, y ahora (2012) está fundando su segunda start-up, llamada FanChimp, que ayuda a empresas a encontrar nuevos clientes a través de Facebook”.

Es hora de que el Perú también reaccione, y fomente la captación de extranjeros capacitados para seguir mejorando, cubrir nuestras deficiencias y aprender de ellos. Además, si consideramos que el Perú es todavía un país en construcción, podemos acoger profesionales en todas las especialidades. Con ellos podríamos dar un salto inmenso en capacitación y compensar buena parte de nuestras deficiencias educativas. Contamos con reservas productivas inmensas y diversas, desde las más tradicionales a las más sofisticadas (como las vinculadas a la genética). También tenemos carencias en educación-salud, instituciones, infraestructuras, tecnología y lucha contra la pobreza. Por lo tanto, somos uno de los mejores destinos para lo que podría llamarse “La nueva América del siglo XXI”.

No nos olvidemos de la fuerza de los migrantes y su impacto en el desarrollo. ¡Hagamos el mejor programa de atracción de migrantes capacitados: “Perú: La nueva América del Siglo XXI”, oportunidades para los mejores ciudadanos del mundo! Lampadia