1

Las Herencias del PT

Este es el quinto de una serie de artículos de nuestro colaborador Sebastiao Mendonca, con la que describe cómo el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, fundado y destruido por Luiz Inácio Lula da Silva, deja a la economía brasilera con tres candados simultáneos: pensiones deficitarias, deuda pública costosa y carga tributaria alta.

Lula, el principal símbolo del populismo latinoamericano moderno, montó un mecanismo muy efectivo de expansión política regional que ha dejado a Brasil con dos décadas perdidas. Ahora, los países latinoamericanos tardarán muchos años para resolver los problemas generados y pagar los costos en destrucción política, económica e institucional provocada por el PT y Lula en toda la región. Lula, pues ha sido uno de los elementos más perniciosos de la política regional. Gobernó el país durante cuatro períodos, dos directamente y otros dos a través de Dilma Rousseff (quién no pudo terminar el último mandato), y lo llevó hacia el proteccionismo y el asistencialismo, cooptando a sus opositores y promoviendo altísimos niveles de corrupción gubernamental. Ver en Lampadia: La peor Red de corrupción latinoamericana.

Como explicamos anteriormente, uno de los factores de la interrupción nuestro desarrollo es producto de los escandalosos niveles de corrupción diseñados y ejecutados por el ‘putch’ imperialista de la izquierda brasileña, comandada por el ‘gran Lula da Silva’ y sus socios del chavismo y del castrismo. Ver en Lampadia: Brasil corrompe política y negocios – Y nosotros disparamos fuera del objetivo.

En Lampadia queremos insistir en este tema porque consideramos que nuestro país es vulnerable al populismo y a las ideologías anti-sistema. La historia del PT, su ascenso, sus 4 gobiernos, y su derrota, deberían servir para que las nuevas generaciones no repitan los errores que llevaron al PT al poder y lo sostuvieron en él por 13 años, sus equivocadas políticas públicas, y la debilidad de las izquierdas latinoamericanas que se suben a botecitos que solo navegan mientras les duren las prebendas. Lampadia

Sebastiao Mendonca Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia

Como hemos explicado en el primer artículo de esta serie, el PT fue creado en 1980 por sindicalistas, grupos marxistas radicales, sectores de la iglesia católica e intelectuales de izquierda. Su ascenso político fue rápido. Podemos decir que aún antes de llegar al gobierno, el PT ya había ganado una influencia significativa sobre la política nacional y sobre el pensamiento de la juventud, especialmente de aquellos segmentos que estaban en contra del gobierno militar.

Hoy, en el 2018, dos años después del iImpeachment de Dilma Rousseff, el PT no ha muerto. Sigue siendo uno de los tres mayores partidos políticos del país junto al MDB (ex-PMDB) y al PSDB. Sin embargo, podemos decir con bastante confianza que, después de 13 años de gobierno, la Era del PT ha terminado. Es oportuno entonces hablar de las herencias del PT.[i]

Un nudo Gordiano de la economía

Después de haber recibido una economía saneada y haber de haber disfrutado los beneficios del súper ciclo de commodities, el PT entregó el país con la peor crisis económica de las últimas décadas, e hizo retroceder el ingreso per cápita seis años, al 2011[ii]:

  • Un Estado sobre-dimensionado e ineficiente
  • Genera una carga tributaria del 35% del PBI
  • Empresas públicas saqueadas o quebradas
  • Un sistema de pensiones insostenible y más deficitario que antes
  • Sin grado de inversión y con una calificación de economía especulativa[iii]
  • Con una deuda pública cuyo pago cuesta anualmente cerca de 6.5% del PBI
  • La economía brasileña es aún más cerrada y más hostil a las inversiones de lo que era antes de los gobiernos del PT.
  • El Brasil está en el puesto 136 de 158 países en el índice de libertad económica. [iv]
  • En el ambiente de negocios, está en el puesto 125 de 190 países (Méjico está en el puesto 49 y Chile está en el 55).[v]
  • El PT dejó un país donde es muy difícil crear empleo productivo.

En síntesis, la economía que el PT deja al país tiene tres candados simultáneos: pensiones deficitarias, deuda pública costosa y carga tributaria alta. Ese conjunto de factores combinados cuestiona la viabilidad fiscal del país y constituye una traba imposible de superarse, a menos que se realicen reformas estructurales drásticas en el sistema de pensiones y en los costos fijos del Estado. La realización de esas reformas estructurales, implaría grandes recortes de gastos y tendría un alto costo político para quienes las realizara.

Michel Temer comenzó a tocar el tema y desistió por los problemas políticos que le generó. Lo más probable, entonces, es que las reformas se posterguen todo lo posible y que la economía brasileña tenga mucha dificultad para retornar a un nuevo ciclo de crecimiento en los próximos años. El Banco Mundial proyecta un crecimiento futuro de 2.2%, requiriendo más de 30 años para duplicar sus ingresos. Como referencia: China con un crecimiento futuro de 6.5% duplicará sus ingresos cada 11 años e India con 7% lo duplicará cada 10 años.

Una economía “tortuga”, aislada de los motores de la economía global, difícilmente va responder a las expectativas de progreso de la población, generando frustración y creando un espacio político para que el PT recuerde a la población como progresaban los brasileños mientras ellos estaban en el poder. La nostalgia de la bonanza de las commodities va ser una carta política disponible para el PT y partidos similares.

La manipulación de la pobreza

El populismo ha sido un rasgo tradicional en la política brasileña. Getúlio Vargas instaló un Estado paternalista 88 años atrás y transformó el populismo y el desarrollismo en las principales referencias para pensar las políticas públicas del país. El populismo está en todo el país, pero es especialmente fuerte en los estados el noreste. Allá, el pasado sigue existiendo y familias de caudillos populistas se mantienen en el poder por generaciones y décadas enteras.

El PT ha hecho del populismo uno de los ejes de su política. El programa Bolsa Familia, con cerca de 60 millones de beneficiarios, ha creado un sector social, de 30% de la población, adicto a las donaciones del Estado. Ha creado, por tanto, un electorado cautivo del PT y del discurso populista. No es gratuito que, en las encuestas electorales, Lula obtenga siempre un 30% de intención de voto. Una parcela muy significativa de ese porcentaje está conformada por los beneficiarios del Bolsa Familia. Sería una sobre-simplificación atribuir la popularidad de Lula exclusivamente a los programas populistas, pero sería también un error no incluirlo como uno de los principales factores detrás de esa popularidad.

Ese populismo en un amplio sector social, reforzado por el PT, genera un sistema de incentivos nefasto que influencia a todos los políticos nacionales para asumir un discurso demagógico. Una fórmula segura para de ganarse votos en ese sector es asumir un discurso en el cual se arguye que la Bolsa Familia está siendo amenazada por políticos elitistas y presentarse como defensor de los más necesitados.

El populismo es mucho más que un programa social como el Bolsa Familia, es una concepción en la cual el ciudadano no visualiza que puede forjar una ruta de ascenso social sin que un político bondadoso le transfiera recursos del Estado. Es una visión de la política en la cual los políticos demagogos son percibidos como los grandes benefactores de los pobres, como personas que, por su empatía social, canalizan los recursos públicos hacia quienes más necesitan.

El populismo es un distractor muy efectivo que sirve de camuflaje para la corrupción. En un ambiente populista el debate nacional se distorsiona, evitando discutir la calidad de la gestión pública. Los gobernantes corruptos presentan las críticas y denuncias como ataques malintencionados de quienes quieren quitar a los pobres los beneficios de los programas sociales. A pesar de la abundancia de testimonios, pruebas y sentencias condenando a Lula, cerca de 24% de la población no cree que él esté involucrado en los actos de corrupción investigados por Lava Jato y un 46% opina que él no debería estar preso.[vi] Ello significa que existe un 22%, que cree que Lula es corrupto, pero le perdona la corrupción por los programas sociales. El populismo es un factor que corrompe no solo a los políticos y a las empresas, sino también a la población.

La manipulación del pensamiento

La manipulación del pensamiento ha sido un elemento fundamental de la estrategia del PT. Este es uno de los campos que el PT mejor domina, y una de las herencias más difíciles de superar.

En la parte final del gobierno militar la influencia del marxismo se expandió en Brasil. Fue un marxismo post-leninista, ligado a la Escuela de Frankfurt[vii] y al teórico italiano Antonio Gramsci.[viii] En ese tipo de marxismo, la política y la cultura deben basarse en la idea de construir una hegemonía cultural[ix]. En aquél entonces, no había en el Brasil otras corrientes de pensamiento que pudieran competir con el marxismo, así que los marxistas y filo-marxistas “jugaron solos en la cancha”. Además, los líderes de izquierda tenían el aurea de luchadores contra la dictadura militar. Esa aurea de heroísmo le daba a la izquierda y a sus ideas una posición de superioridad moral. En la política, la superioridad moral puede ser decisiva.

El marxismo cultural que se propaló entre los intelectuales y artistas brasileños en las dos últimas décadas del siglo pasado ha buscado moldear el imaginario de la sociedad, y su lenguaje para justificar la postura populista. Ellos dieron una atención especial a los creadores de ideas y de cultura: periodistas, académicos y artistas. Bajo esa influencia, un gran sector, sino la mayoría, de los intelectuales renunciaron a la libertad de pensamiento para transformarse en soporte del PT. El Estado instaló una serie de mecanismos de financiamiento, premios y reconocimiento social para incentivar a aquellos que defendían las ideas y valores del populismo petista. El antropólogo Flavio Gordon ha calificado ese fenómeno como un proceso de corrupción de la inteligencia brasileña por parte del poder político.[x]

El número de publicaciones (periódicos, documentales y revistas) y obras de arte (teatro, cine, etc.) de inspiración marxista se expandió notablemente en los años 80 y 90. La presencia de intelectuales y periodistas afines a esas ideas en los medios de comunicación también aumentó, logrando una amplia difusión de sus ideas en la población. Las concepciones marxistas y populistas fueron ganando posiciones académicas en buenas universidades (USP, UE Campinas, UFRJ, etc.) generando una maquinaria de aprobación de teses y reproducción de sus concepciones con las nuevas generaciones.

Con la victoria del PT esas ideas se consolidaron en las universidades y medios de comunicación y sus voceros adquirieron gran prestigio. Las críticas liberales o conservadoras eran presentadas como retrógradas o defensoras de intereses económicos excluyentes, y no faltaban las acusaciones de fascistas. Actualmente, las concepciones marxistas y populistas mantienen una sólida hegemonía en las universidades, especialmente en las carreras de humanidades, y cuentan con toda una generación de profesores, autoridades y alumnos que razonan dentro de sus marcos. El dominio de las ideas marxistas y populistas en los ambientes universitarios brasileños es casi absoluto.

Es recién en este siglo que otras concepciones sociales (liberales y conservadoras) han generado voceros calificados y han logrado abrir espacio en los medios de comunicación y centros académicos, comenzando a ampliar los criterios de análisis de la sociedad brasileña y lograr una influencia, aún bastante minoritaria, en las nuevas generaciones (millennials).

Con el descubrimiento de los mecanismos de corrupción montados por el PT, en especial el Petrolão, sus líderes y seguidores se han desprestigiado, perdiendo su tradicional ventaja moral, y posibilitando que los debates se den en una forma más horizontal. Sin embargo, tomará muchos años para que la herencia ideológica del PT sea desplazada de su posición hegemónica en la sociedad brasileña.

La corrupción de la política

La corrupción en Brasil no ha sido una invención del PT. Brasil, en el inicio del siglo XX fue un capitalismo de apellidos[xi] y posteriormente se transformó en un capitalismo de compadres (crony capitalism).[xii] El control del negocio de los contratos públicos por parte de los políticos existe hace muchas décadas. Sin embargo, la institucionalización de la corrupción como parte de una Política de Estado es, sin dudas, la obra del PT. Ningún partido político ha tenido sus tres últimos tesoreros presos por corrupción.[xiii] Nunca antes, en Brasil, los primeros ministros (José Dirceu y Antonio Palocci) y ministros de finanzas (Palocci y Guido Mantega)[xiv] estuvieron directamente involucrados en el funcionamiento del esquema de corrupción del partido de gobierno. Bajo el PT, la corrupción se volvió una Política de Estado.

La internacionalización de la corrupción para fines de manipulación política también ha sido una obra del PT. Para expandir el populismo en América Latina y África el PT montó tres mecanismos: (1) el Foro de Sao Paulo, (2) la corrupción de partidos políticos y (3) el soporte en marketing político.

  1. Con el Foro de Sao Paulo, el PT montó una red continental de promoción política e ideológica, un espacio de colaboración y celebración, algo parecido a una “Internacional de la izquierda” dirigido por Lula y Fidel.[xv]
  2. Con la corrupción, Lula y Marcelo Odebrecht han financiado a los partidos y gobiernos de izquierda en toda la región y de África: Venezuela, Perú, Cuba, El Salvador, República Dominicana, Argentina, Angola, Mozambique, etc.)[xvi]. El dinero para el financiamiento de los partidos aliados ha salido del BNDES, el gigantesco banco nacional de desarrollo económico y social de Brasil.
  3. El soporte en marketing era brindado por medio de los asesores de campaña del PT (Duda Mendonça, Joao Santana y sus equipos), dirigiendo campañas políticas exitosas en los mismos países antes nombrados. En el caso del Perú, el equipo de Joao Santana trabajó en las campañas de Ollanta Humala y en la revocatoria de Susana Villarán.[xvii]

Con ese trípode de ideología, corrupción y marketing, el PT montó un mecanismo muy efectivo de expansión política regional. Los países latinoamericanos tardarán muchos años para resolver los problemas generados y pagar los costos en destrucción política, económica e institucional provocada por el PT.

Conclusiones

El PT se desarrolló en Brasil porque encontró un país con tradiciones populistas (líderes populistas con arraigo de masa, tradiciones populistas en el pensamiento político del país, amplia intelectualidad populista, etc.), con instituciones públicas aptas para implementar las políticas populistas: sector público grande, banco de desarrollo gigante, corrupción política, etc., e ingresó a la política en un momento propicio.

La Era PT puede ser calificada como típica del período post-dictadura militar. La represión política realizada por los militares evitó el desorden social, pero también destruyó los impulsos creativos de los años 60. Los defensores del orden social fueron vistos como cómplices de la represión y los opositores ganaron un áurea de coraje, inteligencia y espíritu democrático, sin importar la mediocridad de sus ideas políticas ni si eran defensores de dictaduras peores que la de los militares. Ese ambiente distorsionado ofreció condiciones ideales para el crecimiento del PT, y para que personas como Lula y Dilma llegaran a ser presidentes de un país de dimensiones continentales.

Desatornillar al PT del poder fue relativamente rápido, en sólo tres años se precipitaron los acontecimientos, pero requirió una lucha muy compleja. Ello fue posible por la admirable labor de Lava Jato destapando el Petrolão, por las mayores manifestaciones sociales de la historia del país, con más de 6 millones de participantes en las marchas por todo el país, y porque una nueva generación de actores políticos irrumpió en las redes sociales.

El PT ha sido destituido del poder, pero no está destruido. Ellos saben como hacer política populista y tienen un electorado cautivo del orden del 30% del país, saben articular un discurso político demagógico y han sido muy efectivos destruyendo la reputación de sus rivales. El PT, además, cuenta con el apoyo de “organizaciones sociales” financiadas con los recursos públicos (movimientos de los sin-tierra y de los sin-techo), y con una amplia militancia en la clase media, especialmente en los empleados del Estado y de las empresas públicas. Ello significa que el PT seguirá siendo un importante actor de la política brasileña.

Sin embargo, el Brasil cambió en esos años. El período post-dictadura ha quedado en el pasado, y sus fantasmas y mitos se han ido disolviendo en el nuevo paisaje político. Los 33 años de democracia han hecho posible un renacimiento del pensamiento político y algunas instituciones como los institutos liberales han sabido aprovechar el tiempo y han comenzado a formar una nueva generación. El marxismo aún es fuerte pero su hegemonía ideológica comienza a ser fracturada. Las ideas populistas ya no se propagan sin que surjan contendores.

La máscara ética del “luchador” Lula, de los “ex-guerrilleros” Dilma Rousseff y José Genoíno, y de la militancia del PT ha sido retirada. Las pruebas de Lava Jato y las confesiones de los múltiples colaboradores eficaces han puesto en evidencia su real carácter deshonesto y demagogo. A pesar de sus múltiples esfuerzos, el PT ha fracasado en provocar una conmoción social que obligara al poder judicial a retroceder y liberar a un condenado por corrupción.

Lula, el principal símbolo del populismo latinoamericano, ha mostrado sus pies de barro y su alma oscura.

Sin Cuba, sin Brasil y sin Venezuela, la izquierda continental va tener que inventar otros mitos con los cuales confundir a las nuevas generaciones. La experiencia del PT muestra la importancia de la narrativa y de la simbología para que una fuerza política logre acumular fuerza en una sociedad democrática.

Nuestros países seguirán siendo vulnerables al populismo y a las ideologías anti-sistema. La historia del PT, su ascenso, sus 4 gobiernos, y su derrota, debería servir para que las nuevas generaciones no repitan los errores que llevaron al PT al poder y lo sostuvieron en él por 13 años. Lampadia

 

[i] Ello no quiere decir que el PT jamás volverá a gobernar el Brasil, pero si lo hace, será en un contexto muy distinto del actual, y bajo condiciones también muy distintas.

[iii] Todas las calificadoras de riesgo (S&P, Moody’s, y Fitch) han retirado el grado de inversión y han calificado el Brasil como una economía que no puede garantizar las inversiones. La situación fiscal y la incapacidad de los gobernantes para realizar las reformas necesarias son las dos razones por las cuales el Brasil puede tener dificultades de pago.

[vii] La escuela de Frankfurt ha sido la última escuela de marxismo que alcanzó cierto prestigio intelectual. Miembros de esa escuela fueron: Jürgen Habermas, Herbert Marcuse, Erich Fromm.

[viii] En caso del Perú, el marxismo que se difundió estuvo mucho más ligado a los grandes países comunistas, la Unión Soviética y China, y al Trotskismo. La “nueva izquierda”, con afinidades ideológicas al PT, ha sido minoritaria en Perú.

[ix] Antonio Gramsci fue un marxista italiano cuya producción intelectual ocurrió en los años 30, presenciando el ascenso del fascismo. Impresionado por la derrota de los comunistas, Gramsci desarrolló los conceptos de hegemonía cultural y política y del intelectual orgánico. Sus obras alcanzaron gran difusión en Brasil en los años 60, cuando la literatura marxista clásica estaba restringida por el gobierno militar, haciendo que su influencia en los intelectuales brasileños fuera mayor que en otros países latinoamericanos.   

[x] Gordon, F. (2017). A corrupção da inteligência. Rio de Janeiro: Editora Record.

[xi] Estamos llamando capitalismo de apellidos a aquellas sociedades en que el poder económico y político se mantiene en torno a un pequeño grupo de familias, una especie de continuidad de las sociedades oligárquicas previas.

[xii] El concepto de capitalismo de compadres está trabajado por muchos economistas, Mancur Olson fue uno de ellos. El libro “Good Capitalism, Bad Capitalism”, de William Baumol, hace una buena descripción del capitalismo de compadres y del rol de la libre competencia para su superación.

[xiii] Paulo Ferreira, Joao Vaccari Neto y Delúbio Soares, ex-tesoreros del PT, están presos por corrupción.

[xiv] José Dirceu, Antonio Palocci y Guido Mantega están presos por corrupción.

[xv] El Foro de Sao Paulo, conformado por los principales partidos de izquierda latinoamericanos, fue, creado por Lula y Fidel Castro en 1990, y se ha venido reuniendo casi anualmente desde entonces, promoviendo estrategias comunes para que la izquierda llegue al poder en los países de la región. A diferencia de la Internacional Comunista y de la Tricontinental Cubana, el Foro de Sao Paulo no dirigía el accionar de sus miembros, sino que les ofrecía un modelo común de estrategia y coordinaba acciones en las campañas electorales.

[xvi] El PT también trabajó en África haciendo alianzas políticas y financiando a algunos de los gobiernos más autoritarios y corruptos del continente: Angola, Mozambique, Guinea Ecuatorial, etc. https://istoe.com.br/86965_MEUS+QUERIDOS+DITADORES/ 

[xvii] En el caso del Perú, Joao Santana visitó el país, definió las estrategias y encargó la implementación de las campañas políticas a un publicista argentino conocido por el pseudónimo de Luis Favre.




Los factores que permiten luchar contra la corrupción

Como explica nuestro colaborador, Sebastiao Mendonca, líneas abajo, la gesta contra la corrupción en Brasil, liderada por el juez Sergio Moro, se ha nutrido minuciosamente de la experiencia italiana de Mani Pulite (Manos Limpias) en el caso de Bettino Craxi.

Fuente:  The Economist

No ha sido fácil crear este proceso en Brasil, que incluye acusaciones directas contra Lula da Silva, uno de los presidentes más populares y poderosos de suhistoria. Ello ha requerido la acción de un conjunto de jueces y fiscales con sentido de misión y entereza de carácter.

Las 48 leyes del poder. Ley 26: MANTENGA SUS MANOS LIMPIAS. 
Fuente: elartedelaestrategia.blogspot.com

Para afrontar tremenda tarea, Moro priorizó las siguientes estrategias:

  • Independencia política del sistema judicial
  • Respaldo de la opinión pública
  • Colaboración eficaz
  • Prisión preventiva

Estas últimas dos son las que permitieron la multiplicación de  confesiones y delaciones

Muy lamentable la muerte ayer, de Teori Zavascki, un juez muy importante en el proceso que estaba a cargo de la relatoría de Lava Jato, y según Moro, ha sido un factor decisivo de los éxitos logrados hasta hoy. Esperamos que este sea solo un accidente y que no tengamos que lamentar, en Brasil, situaciones parecidas a las del juez Nisman en Argentina.

Lava Jato: ¿Por qué está funcionando?

Sebastiao Mendonca Ferreira
Centro Wiñaq
Para
Lampadia

Como ya expliqué en un artículo anterior sobre el Petrolão, el Brasil es un país de nivel medio de desarrollo con un nivel alto de corrupción. Es un país en que las técnicas y los hilos de la corrupción se heredaban, y todavía se heredan, en familia, empresas y grupos políticos. La tranquilidad con que los corruptos actuaban en Brasil, hasta pocos meses atrás, era total. Antes de Lava Jato, la impunidad de los criminales de cuello blanco, especialmente los políticos, era un dogma indiscutible. Pareciera que nunca les pasaría nada. Fue así, hasta que un rayo cayó en medio de cielo azul.

En solo 33 meses, Lava Jato generó un terremoto en los palacios de la corrupción. Se ha instaurado 1,434 procesos, se ha condenado a 120 criminales a 1,257 años de cárcel, se está demandando pagos por US $12 mil millones y se ha repatriado cientos de millones de dólares de bancos extranjeros, especialmente suizos.

¿Porqué? ¿Qué hizo posible un sueño imposible? Para entender Lava Jato, veamos como Sergio Moro organizó el proceso.

Moro se inspiró en la experiencia italiana Manos Limpias (Mani Pulite). Moro, además, estudió dicha experiencia en detalle y publicó luego (2004) un artículo que hoy es la referencia en Brasil para entender las estrategias de Moro en Lava Jato. Considerações sobre a Operação Mani Pulite.

Manos Limpias, se inició en febrero 1992 y mostró números muy parecidos a los de Lava Jato: En dos años hizo casi 3 mil mandatos de prisión, investigó a 6 mil personas, incluidos 872 empresarios y 438 congresistas, y desbarató gran parte del sistema de corrupción imperante en Italia. La operación afectó seriamente las imágenes éticas de los Partidos de izquierda,

especialmente el Socialista y Demócrata Cristiano; modificando el mapa político italiano establecido en el post-guerra.

La dinámica política de Manos Limpias también tuvo que enfrentar resistencias como Lava Jato lo está haciendo en Brasil. El primer ministro y el Congreso de Italia intentaron bloquear el proceso sistemáticamente, pero la reacción de la opinión pública desbarató sus intentos.

Sobre el tema, Sergio Moro decía el 2004:

Es ingenuidad pensar que procesos criminales contra personas poderosas, como autoridades gubernamentales o empresarios, puedan ser conducidos normalmente, sin reacciones. Un judiciario independiente, tanto de las presiones externas e internas, es condición necesaria para soportar acciones judiciales de esa especie. Entretanto, la opinión pública, como ilustra el ejemplo italiano, es esencial para el éxito de la acción judicial.

Para Moro, la independencia del judiciario y la mayor legitimidad de los jueces respecto a los políticos, fueron factores importantes en el caso italiano. Sin embargo, en el caso de Brasil esos dos factores no fueron suficientes. El respaldo de la opinión pública, incluidas las marchas multitudinarias lideradas por los jóvenes liberales (6 millones de manifestantes), fueron fundamentales para evitar la paralización de los procesos.

La colaboración eficaz fue otro factor identificado por Moro en la experiencia italiana y también aplicado extensivamente en Brasil. Él explicaba que la colaboración eficaz no ocurre espontáneamente. Tiene que ser lograda por medio de una acción decidida de los investigadores y fiscales. Moro decía:

La prisión [preventiva] previa al juicio es una forma de destacar la seriedad del crimen y evidenciar la eficacia de la acción judicial, especialmente en sistemas judiciales morosos…

Las prisiones, confesiones y la publicidad conferida a las informaciones obtenidas generaron un círculo virtuoso, consistiendo en la única explicación posible para la magnitud de los resultados obtenidos por la operación Mani Pulite.

En su análisis, Moro concluyó que los corruptos no tienen incentivos para confesar ni para incriminar a sus colegas de delito. Es solamente cuando ellos se ven frente al Dilema del Prisionero que ellos comienzan a confesar. Por ello, Lava Jato hizo uso extensivo de detenciones preventivas e interrogatorio de los corruptos, cuidando de que ellos no pudieran comunicarse entre si, pero autorizando la difusión en los medios de comunicaciones de noticias que estimularan a que los demás quisieran colaborar.

En el caso del asesor de marketing electoral de Lula y Dilma, Joao Santana, y pieza clave en los planes de expansión de la influencia política del PT, fue su esposa, responsable del manejo financiero de la pareja, quien decidió colaborar con la justicia, llevando a Santana a colaborar, pues con la confesión de su esposa su propio silencio se hizo inútil.

En el caso de Marcelo Odebrecht, Sergio Moro solo aceptó tratar la colaboración eficaz después de haberlo condenado a 19 años y 4 meses de prisión. Fue en esa situación que el gerente general de Odebrecht aceptó las duras condiciones de la fiscalía que exigía que 78 ejecutivos de su empresa ingresaran a una propuesta de colaboración eficaz. Situaciones similares de condenas previas a los acuerdos de colaboración eficaz están funcionando ahora con Camargo Correo, Andrade Gutierres, OAS y varias otras compañías.

En su investigación, Moro encontró que la corrupción había costado a Italia, entre 1980 y 1990,  un billón (millón de millones) de dólares en sobre-costos de las obras públicas, en los contratos con las empresas constructoras: líneas de metros, estadios, etc. En el caso de Lava Jato, los daños al patrimonio público hasta ahora son del orden de miles de millones de dólares, pero la suma sigue creciendo en la medida en que la investigación sigue avanzando.

Extrayendo lecciones de la experiencia, Moro señala:

Tal vez, la lección más importante de toda esa experiencia [Manos Limpias] es que la acción judicial contra la corrupción solo resulta eficaz con el apoyo de la democracia. Es ésta que define los límites y posibilidades de la acción judicial. Mientras la acción judicial cuente con el apoyo de la opinión pública, ella tiene condiciones de avanzar y de presentar buenos resultados. Si esto no ocurrir, difícilmente tendrá éxito.

Para Moro, las principales barreras para el éxito de una investigación de la corrupción son:

  1. la falta de independencia de los jueces y fiscales a cargo de la investigación,
  2. la existencia del foro privilegiado que protege a los políticos en el poder,
  3. el predominio de una práctica judicial poco rigurosa contra la corrupción, especialmente respecto a los crímenes de cuello blanco,
  4. el laberinto de las normas burocráticas y judiciales,
  5. la dificultad para construir una carga probatoria necesaria para sustentar una sentencia de condena a los corruptos,
  6. la existencia de una diversidad de mecanismos jurídicos que facilitan la prescripción de los juicios por corrupción, y
  7. los incentivos del sistema político que favorecen al corrupto en la lucha por el poder, generando un proceso evolutivo nefasto.

La reflexión final de Moro sobre la experiencia italiana es que la corrupción de los políticos y las empresas contamina la democracia y termina haciendo a los jueces del país corresponsables de ese mal. Es decir, afecta moralmente a toda la sociedad.

Fue con esas ideas en la cabeza que Sergio Moro aceptó el desafío de liderar la Operación Lava Jato, ingresando a una batalla diaria contra los corruptos, todos sus juegos de astutas maniobras por bloquear el avance moralizador. La manera como Moro está conduciendo la Operación Lava Jato recoge mucho de lo que él ha aprendido de la experiencia italiana.

Sin dudas, uno de los factores del éxito de lava Jato fue que Mora ha estudiado cuidadosamente la experiencia de Manos Limpias para rescatar las lecciones aprendidas y evitar la repetición de los errores.

Ahora que el escándalo de Odebrecht se está propagando por América Latina, muchos se preguntan si sus efectos en esos países vecinos van ser pasajeros, o si la opinión pública y las instituciones de esos países van reaccionar lo suficiente para generar réplicas locales de ese proceso moralizador. Lampadia




Estrategias Conflictivas de los Anti-Mineros

Estrategias Conflictivas de los Anti-Mineros

Sebastiao Mendonca Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia

En ‘El Arte de la Guerra’, Sun Tzu dice: “Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla”.

Introducción

En los últimos 10 años se observa un crecimiento de los conflictos mineros en el país. Ese incremento está relacionado a la efectividad de las estrategias conflictivas desarrolladas por los grupos anti-mineros. Estas, hoy sistematizadas en sus manuales y cursos de formación de activistas[1], reflejan décadas de aprendizaje nacional e internacional en ese campo. Por ello es muy importante entender cuáles son y cómo funcionan.

Aclaración: Los conflictos mineros no surgen con las ONGs y partidos políticos que hoy viven de la conflictividad. Hacen muchas décadas que asistimos movimientos políticos y gremiales contrarios a las empresas mineras. Además, ya se sabe que la conflictividad social está ligada a las deficiencias institucionales del país, y que son esas deficiencias lo que hace que estos conflictos sean en gran medida, negocios muy rentables, económica y políticamente. Sin embargo, con las estrategias conflictivas desarrolladas por los anti-mineros, el problema se ha vuelto más complejo. Por ello, vamos explicar muy brevemente cuál es la lógica detrás de algunos de estos casos.

Dos tipos de conflictos

El uso de las estrategias para expandir la conflictividad depende del tipo de conflicto que los anti-mineros estén promoviendo. La experiencia de los últimos años permite identificar dos tipos:

  1. Los primeros, los conflictos de bloqueo, pretenden bloquear proyectos nuevos. Como ejemplo tenemos los casos de Tambogrande, Majaz, Santa Ana, Conga, Tía María, y otros. En estos casos se busca impedir la realización de los proyecto extractivos.
  2. Los segundos, los conflictos de desgaste, pretenden desgastar operaciones existentes, como en los recientes conflictos contra Xstrata en Espinar y contra MMG en Las Bambas.

Aún que sus intensidades son muy distintas, como las enfermedades agudas son distintas de las crónicas, ambos tipos de conflictos dificultan el desarrollo minero del país y alejan las inversiones.

En los “conflictos de desgaste” los anti-mineros tienen dos objetivos principales: El primero es propiciar una redistribución agresiva en favor de sectores de la población local afines a ellos. Esa redistribución agresiva, de darse, generaría un sistema de incentivos que estimularía aún más la conflictividad.  El segundo objetivo es llevar a la empresa minera a enfrentar un “cerco social” que impida cualquier potencial expansión de un proyecto recortando severamente la duración del mismo. En el Perú hay un grupo de empresas mineras que están hoy bajo cerco social y enfrentan grandes dificultades para dar continuidad a sus operaciones en el largo plazo. (Yanacocha y Cerro Quilish, por ejemplo).

¿Cuándo optan los grupos conflictivos por el bloqueo o el desgaste? Los conflictos de bloqueo se aplican cuando los proyectos están todavía en sus fases de exploración, de tramitación o de construcción.  Los conflictos de desgaste se promueven cuando no ha sido posible bloquear los proyectos y ellos ya están en operaciones.

Los grupos conflictivos también clasifican los conflictos mineros en esas dos categorías, pero eufemísticamente los llaman conflictos de rechazo y conflictos de convivencia. En su lógica interesada, la promoción de conflictos sociales es la forma más efectiva de establecer una convivencia pacífica. Recuerdan a quienes promueven guerras diciendo que buscan la paz. Para esos grupos los conflictos mineros no son materia de preocupación. Al revés, ellos promueven y celebran los conflictos sociales pues consideran que, al margen de sus costos económicos y sociales, los conflictos son oportunidades para el logro de sus objetivos ideológicos y de interés de grupo.

Los conflictos orientados al bloqueo de los proyectos son los preferidos de esas fuerzas políticas y sus ONGs, pues encajan mejor con su filosofía post-extractivista, permiten consolidar sus relaciones con sus donantes y generan ganancias económicas y políticas importantes en unos pocos años. Como ejemplos tenemos que uno de los líderes anti- Conga se ha reelegido Gobernador Regional (Gregorio Santos), ha encabezado una lista presidencial, casi pasó la valla, y ya sueña con el 2021; y que el otro líder anti-Conga ha salido del anonimato, ha logrado financiar la inscripción de su partido político, se ha elegido congresista de la República y también ya sueña con 2021 (Marco Arana).

La alta rentabilidad económica y política de los conflictos de bloqueo a los proyectos mineros es muy clara. El problema es que los proyectos mineros posibles de bloquear se están volviendo escasos. En cierta medida estos grupos están siendo víctimas de su propio éxito al haber podido imponer un riesgo tan alto a los nuevos emprendimientos mineros que han llevado a que todos los nuevos emprendimientos en el país enfrenten un “riesgo Perú” asociado a la conflictividad social, llevando a que muchos inversionistas prefieran dirigirse a otros países.

En la falta de nuevos proyectos mineros, posibles de bloquear, y ante la abundancia de empresas mineras operando en el país, los conflictos de desgaste están incrementando su importancia en la agenda de esos grupos. Hoy los conflictos de desgaste constituyen la principal forma de dificultar el desarrollo de la minería en Perú.

Las estrategias

Las estrategias que presentamos líneas abajo son aplicadas tanto en los conflictos de bloqueo como en los de desgaste, aunque con pesos diferenciados según los casos.

1. Propagación de temores ambientales: Su propósito es generar temores ambientales en la población local y en la opinión pública nacional. Impactada por esos temores, la población se queda más vulnerable a su narrativa contra la minería. Con la justificación de la necesaria educación ambiental de la población, esos grupos propagan ideas de que la minería está contaminando el ambiente, especialmente las aguas, y que esta contaminación está generando enfermedades en la población, en los animales y en los cultivos. Para ellos, la veracidad y representatividad de las historias e imágenes difundidas es secundario, lo importante es que sirvan a la propagación de los temores en la población local, pues los temores aumentan su disposición hacia la conflictividad. Una táctica recurrente en esta estrategia consiste en proveer con un discurso de denuncia ambiental a los grupos que están reclamando un beneficio económico a las empresas mineras: contratos, empleos etc.

2. Estímulo a los sentimientos de exclusión: Estimular el sentimiento de exclusión en poblaciones de comunidades y distritos que, estando próximos a las actividades mineras, no son parte de las áreas de influencia directa de los proyectos (AID) y promover su participación en los conflictos. El objetivo aquí es incrementar el número de personas dispuestas a movilizarse en contra de las empresas mineras con la expectativa de obtener algún beneficio. Para los sectores que se sienten excluidos de las AID el conflicto es la única opción para lograr su inclusión entre los beneficiados. Si la empresa define su AID por anillos, los anti-mineros buscan movilizar la población de nuevos anillos. Si la definición es por distritos, ellos buscan movilizar otros distritos o movilizar la provincia en su conjunto. Lo importante es ampliar las movilizaciones conflictivas para presionar a las empresas.

3. Reclamo de condiciones de impunidad: Aunque los anti-mineros lo nieguen, la violencia es un componente indispensable de los conflictos que promueven. En los comunicados y entrevistas ellos hablan de manifestaciones pacíficas, pero en esas “movilizaciones pacíficas” siempre hay un grupo más radical entre los participantes de los conflictos, un grupo interesado en destruir las instalaciones de las empresas, secuestrar a su personal y agredir violentamente a la Policía. Los conflictos combinan esas dos modalidades de acción (pacífica y violenta) para maximizar el impacto negativo hacia las empresas y hacia el gobierno nacional. Por la necesidad del uso de la violencia, los anti-mineros buscan la impunidad para las personas que aplican la violencia. Al uso de la ley contra los violentos le llaman criminalización de la protesta social, como si el Estado fuera represivo y estuviera criminalizando manifestaciones pacíficas. Su aspiración de largo plazo es lograr que las poblaciones de las zonas mineras adquieran el status de poblaciones indígenas bajo el Convenio 169 de la OIT y que, estando al margen del sistema jurídico nacional, alcancen niveles de impunidad mucho mayores.

4. Producción de una cobertura técnica: En las fases preparatorias de los conflictos, los anti-mineros producen abundante material técnico que es utilizado para promover una interpretación de los problemas que están detrás de los conflictos, futuros o presentes. Uno de los propósitos de esos estudios técnicos es sustentar los temores ambientales y descalificar a los EIA (Estudios de Impacto Ambiental) y a sus procesos de aprobación. Otro propósito es ganar respetabilidad técnica para sus instituciones y voceros ante los medios, y los órganos públicos y privados que pueden influenciar el desenlace de los conflictos y así maximizar los recursos que logren extraer de las empresas mineras. El rigor investigativo de esos materiales puede ser muy cuestionable[2], y las exageraciones son muy frecuentes, tanto como el uso de falacias analógicas, o menciones a la existencia de riesgos sin mencionar su intensidad. Aquí lo más importante para los anti-mineros es su utilización como material de propaganda o de incidencia política.

5. Descalificación del Estado y las empresas: La descalificación ética del Estado y de las empresas cumple un rol fundamental para los anti-mineros. Lo que buscan es generar un clima de desconfianza y de polarización hacia las instituciones públicas, el gobierno nacional y las empresas mineras. Las instituciones públicas son presentadas como corruptibles y serviles a las empresas mineras, y como irresponsables hacia el país y su población. Sus resoluciones son presentadas como resultado de ese servilismo con el poder económico. Las empresas son presentadas como entes corruptores, que no respetan al ambiente, las aspiraciones, ni los derechos de la población. Sin poder confiar en las instituciones ni en las empresas, la movilización social, a los ojos de la población local, se vuelve la única forma de protegerse. La siembra de dudas y la descalificación de los procesos de aprobación de los EIA es un tema predilecto de los anti-mineros. Sus materiales “técnicos” son muy útiles aquí.

6. La difusión de una narrativa conflictiva: Los sentimientos negativos, para durar, necesitan de una explicación. Estabilizar la influencia sobre la población requiere entonces de la difusión de una interpretación de los conflictos, de sus actores y sus actividades, y de la misma actividad minera. Esta narrativa permite pasar de una emotividad a una forma de pensar, una racionalidad sobre la realidad. Para los anti-mineros es importante que líderes y grupos locales aprendan y posteriormente difundan ese entendimiento de los conflictos mineros. Para ello, y con el apoyo de sus aliados europeos y americanos, han elaborado una serie de videos, manuales, historietas, y cursos. Esa labor de difusión de su narrativa es realizada por los anti-mineros meses, o a veces años antes que los conflictos eclosionen. Cuando los conflictos ocurren, ellos ya disponen de un número significativo de activistas capaces de argumentar a favor del conflicto y en contra de las empresas y del Estado.

7. El manejo del marco institucional local: Los conflictos de desgaste tienen momentos de confrontación y momentos de negociación. En los momentos de negociación los anti-mineros buscan que el marco institucional sea lo más negativo posible para las empresas mineras. Buscan maximizar el número de representantes con postura negativa hacia las empresas, y excluir o minimizar el número de actores con postura amigable hacia la empresa y hacia la minería. El nombre, la composición, la agenda y las reglas de funcionamiento de las mesas de diálogo buscan aumentar la capacidad de presión sobre la empresa, antes que generar acuerdos que den perspectivas de largo plazo a la actividad minera en la zona. Mientras más precaria sea la institucionalidad local, más decisivo se vuelve el marco institucional que canaliza el conflicto. Las Mesas de Dialogo y sus mecanismos de funcionamiento pueden ser de gran importancia y volverse un permanente campo incidencia de los anti-mineros.[3]

8. Generar una resonancia mediática: Los anti-mineros están ligados a organizaciones políticas que se benefician de la conflictividad y para ellas los conflictos son instrumentos de propaganda. Son plataformas para ganar espacios gratuitos en los medios, y los mensajes que se propagan son lo más importante. Por ello esas organizaciones se han vuelto expertas en generar versiones interesadas de los conflictos. Cuando un conflicto es desencadenado, vemos o escuchamos a los voceros anti-mineros dando su versión de lo que está sucediendo. Su imagen como analistas imparciales es fundamental para sostener esa presencia en los medios y poder ejercer una influencia significativa en la opinión pública. Más allá de los detalles es posible encontrar un patrón en sus interpretaciones: (1) ellos y los grupos conflictivos son los buenos, (2) las empresas son los malos, y (3) el conflicto ocurre porque las empresas no quieren respetar los derechos de las comunidades locales. Observando su actuación en los medios y visitando sus páginas Web podemos ver que ellos tienen una serie de materiales y protocolos ya preparados para ampliar y alimentar la resonancia mediática nacional e internacional de los conflictos locales.

9. Cumplir un rol mediador en el conflicto: Siempre que hay un conflicto minero, los anti-mineros se ofrecen como mediadores, como personas que buscan viabilizar una negociación justa que permita concluir el conflicto. Ellos justifican su accionar diciendo que el conflicto ocurre por falta de respeto a los derechos de la población (sus ideologías determinan el entendimiento de los derechos y a quienes se le aplican) y que las empresas deben aceptar las exigencias que les son hechas para viabilizar una convivencia pacífica. Naturalmente, los anti-mineros silencian su participación activa en la promoción y preparación del conflicto, buscando darse la imagen de ser una entidad pacífica, imparcial y promotora del diálogo. Para ellos, los conflictos son oportunidades y lo dicen en sus documentos. Leyendo sus documentos se puede ver que ellos están conscientes de que sus organizaciones se benefician y crecen con los conflictos. No por nada los casos como los de Quilish o de Espinar en el que se les permitió intervenir como mediadores terminaron con la paralización de los proyectos o con altos niveles de violencia.

Con ese rol mediador ellos logran varios objetivos simultáneos: logran credibilidad en los medios para difundir su perspectiva del conflicto, influencian el proceso de diálogo y en su desenlace, y se legitiman antes los donantes y organismos internacionales.

Conclusiones

Esta lista de las estrategias o de las grandes líneas de acción utilizadas para promover la conflictividad rescatan aspectos comunes de lo que ha ocurrido en más de una docena de conflictos mineros en el Perú y en otros países de América Latina.

Estas estrategias han sido desarrolladas a lo largo de muchos años, y se mantienen porque han demostrado una buena efectividad. Los anti-mineros, además, se reúnen periódicamente para intercambiar experiencias, afinar y ajustar sus estrategias. Esta es una especie de carrera evolutiva en que minería y anti-mineros evolucionan juntos, pero en la que los anti-mineros van claramente por delante.

Quienes creen que la minería puede cumplir un rol positivo en el desarrollo del país, especialmente quienes tengan en sus manos proyectos u operaciones mineras que están siendo afectadas por conflictos, de bloqueo o de desgaste, necesitan entender bien como esas estrategias son desplegadas en cada caso.

Igualmente, los medios serios deben internalizar las lógicas de los conflictos. En este aspecto hay una gran responsabilidad de los gremios empresariales y think tanks, que debieran hacer una tarea permanente de investigación, difusión y educación.

Más allá de sus discursos, los anti-mineros no pueden ofrecer mucho a la población que afirman defender. Su portafolio de ofertas contiene temores, resentimientos, ideologías, búsqueda de rentas y conflictos.

La minería tiene una gran ventaja, puede ofrecer a la población y a las regiones una ruta real de progreso. Con entendimiento e inteligencia es posible neutralizar esas estrategias conflictivas y construir en las regiones mineras una amplia coalición social orientada al desarrollo compartido.

[1] Ejemplos de estos documentos son: “Protegiendo a su comunidad contra las empresas mineras y otras industrias extractivas” disponible en http://www.flacsoandes.edu.ec/system/tdf/agora/files/1314997227.dtflacso_2009_zorrilla.pdf?file=1&type=node&id=62155 , y “Manual Antiminero: Guía Práctica para Comunidades Contra las Minas” disponible en http://centroprodh.org.mx/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=190&Itemid=187&lang=es

[2] El geólogo americano Robert Moran ha sido activado para proveer informes “técnicos” anti-mineros en Perú, Argentina, Colombia, Holanda, Estados Unidos, Bulgaria, Indonesia, Bolivia, Honduras, Grecia, Mali, Kirguizistán y Guatemala. Sus documentos son todos muy parecidos, alimentados por una narrativa única. Fuente: http://cwjw8hokez2edxfba4kt5181.wpengine.netdna-cdn.com/wp-content/uploads/2016/06/Resume-REM-Lg-20June.2016.pdf

[3] Publicaciones como “Conviviendo con la minería en el sur andino” de OXFAM y CooperAcción son ejemplos de estos intentos de incidencia. Disponible en:  https://peru.oxfam.org/sites/peru.oxfam.org/files/file_attachments/Conviviendo%20con%20la%20mineria%20en%20el%20sur%20andino.pdf

 




Recursos Naturales y Desarrollo

Recursos Naturales y Desarrollo

Durante los últimos años, Perú ha desdibujado su relación entre el aprovechamiento de sus recursos naturales (RRNN) y sus líneas de desarrollo. Lo que es más, se ha llegado a contraponer, en el discurso, la explotación de los recursos naturales con el crecimiento, la diversificación de la producción y la inclusión. Además se le ha imputado al sector de RRNN características negativas con las comunidades y el medio ambiente.

La verdad es que desde la promulgación de la nueva Constitución de 1993, en la cual se viabilizó el regreso de la inversión privada al país, el sector que se dinamizó más rápido y con mayor profundidad fue el sector minero. En buena medida, la espectacular reconversión del Perú, desde un país empobrecido, sin inversión y sin confianza en el futuro; hacia un país brioso, que por más de una década superó el crecimiento de los demás países de la región y del mundo en su conjunto, que bajó la pobreza a menos de la mitad, disminuyó la desigualdad y mejoró todos los indicadores sociales con un crecimiento “pro-pobre y pro-clase media”; se debe, en gran parte, al crecimiento de la inversión privada, (en la cual la inversión minera es un componente importante) , sus encadenamientos sectoriales y su oferta de recursos fiscales que, por primera vez en nuestra historia, permitió que el Perú financiara el incremento del gasto público sin incurrir en déficits fiscales.

Sin embargo, de la mano del gobierno del ‘nacionalismo’ desde la campaña electoral hostil a la inversión de Ollanta Humala, su primer gabinete dirigido por Salomón Lerner G., la crítica de los luego ministros de la Producción y de Transportes y Comunicaciones, Ghezzi y Gallardo, con su libro y la impronta por forzar una diversificación productiva en busca de ‘nuevos motores de crecimiento’, la falta de activismo pro-minero de los líderes de opinión y de los gremios empresariales, más la claudicación del gobierno ante las afrentas de los conflictos anti inversión llamados ‘conflictos sociales’ (mediante actos de violencia y difusión de ideologías como la del pos-extractivismo, la debilidad conceptual y la vocación por el escándalo y la noticia fácil de muchos medios de comunicación); el Perú, a diferencia de sus competidores mineros, como Canadá, Australia y Chile, ha abandonado su principal palanca financiera para su desarrollo.

En Lampadia, conscientes de la debilidad conceptual y la falta de participación cívica sobre la temática de la explotación de nuestros RRNN, hemos creado una nueva Biblioteca Virtual especializada en los “Recursos Naturales y el Desarrollo”, con el propósito de fomentar un mayor y mejor debate sobre estos temas de gran impacto para la vida nacional.

Esta sección tendrá cinco partes con la siguiente estructura:

Minería y Desarrollo

Análisis, documentos y opiniones que buscan explicar la relación entre la actividad minera y el desarrollo económico y social, tanto en su espacio de influencia directa como para el país en conjunto, identificando los potenciales de sinergias intersectoriales o encadenamientos productivos.  Para ello se mostrarán evidencias empíricas –sustentadas en datos tangibles– contrastándolas con los enfoques más ideológicos.

Minería y Medio Ambiente

Análisis, documentos y opiniones que explican como la tecnológica moderna, los estándares nacionales e internacionales y la supervisión de los reguladores y de la sociedad, determinan que la minería moderna sea ambientalmente sostenible. Busca mostrar también como el potencial técnico y financiero del sector minero puede incrementar el acceso de la población de su entorno a mayores y mejores servicios ambientales.

Conflictividad

Análisis, documentos y opiniones que buscan rescatar la experiencia local e internacional en el manejo de los conflictos ligados a los recursos naturales; analizando los enfoques vigentes, sus fortalezas y limitaciones. Su propósito es contribuir a que el Estado y el sector extractivo dispongan de marcos conceptuales y metodológicos para evitar la deslegitimación de sus actividades.

Pos-Extractivismo

Análisis, documentos y opiniones que buscan explicar la filosofía, los objetivos, las herramientas y los procedimientos de la principal corriente ideológica hostil a la minería: el pos-extractivismo.  Se busca visibilizar las implicancias que esta ideología tiene para el desarrollo social, económico e institucional del país, especialmente en las regiones donde se encuentran los recursos naturales.

Otras Industrias Extractivas

Análisis, documentos y opiniones relacionados a otras industrias extractivas diferentes a la del sector minero: hidrocarburos, hidroeléctricas, energías no convencionales, forestaría, etc. Se busca visibilizar el gran  potencial de desarrollo que estos sectores ofrecen al país.

Colaboradores

La biblioteca virtual de Recursos Naturales y Desarrollo contará con los aportes y colaboraciones de los especialistas en estrategia de desarrollo de RRNN, los directores del Centro Wiñaq, organización dedicada a fortalecer la institucionalidad democrática y la sostenibilidad del desarrollo social y económico:

Sebastiao Mendonça Ferreira

Autor, investigador y consultor internacional en planeamiento estratégico, finanzas y gestión del conocimiento. Profesor visitante del (MIT) Massachusetts Institute of Technology 2006-2011. Presidente del Centro Wiñaq.

Camilo Ferreira

Economista de la Universidad San Ignacio de Loyola, Perú. Investigador del Instituto Acción y de Soluciones Empresariales a la Pobreza, asesor en planeamiento estratégico en el sector publico y privado: tecnología, medios, minería, etc. Consultor sénior y fundador del Centro Wiñaq, Perú.

Franco Olcese

Ingeniero Industrial de la PUCP, con postgrado en la Universidad de Paris en Gestión en Países en Desarrollo. Experiencia en consultoría en Perú y Francia, en el sector financiero, de consumo masivo y minero. Consultor sénior y fundador del Centro Wiñaq, Perú.

Invitamos a nuestros lectores a aprovechar este espacio de reflexión y a participar en los debates que iremos proponiendo. Lampadia

 

 




Minería y Desarrollo

Minería y Desarrollo

Hoy día lanzamos nuestra Biblioteca Virtual sobre Recursos Naturales y Desarrollo. Qué mejor manera que hacerlo con el ensayo de Sebastiao Mendonça sobre la legitimidad social de la minería.

Como todos sabemos la actividad minera ha sido pasiva de un proceso de cuestionamiento que ha descarrilado las políticas públicas que permitieron su desarrollo y aporte múltiple a la mejora de nuestros indicadores económicos y sociales durante los últimos 25 años.

Las siguientes líneas de Mendonça, inician un proceso de difusión y debate sobre los verdaderos impactos de la minería en el Perú.

La Legitimidad Social de la Minera

Un drama con elementos de tragedia

Sebastiao Mendonca Ferreira

Centro Wiñaq

No hay nada más práctico que una buena teoría.

Kurt Lewin, MIT.

Los conflictos mineros parecen rayos en cielo abierto. Aparentemente todo está tranquilo en una región, y de repente un conflicto, que parecía ser un problema menor, adquiere una escala masiva y se hace noticia nacional o internacional.

¿Por qué los conflictos mineros pueden escalar tan fácilmente? ¿Cómo puede ser que empresas muy grandes y tecnológicamente sofisticadas puedan ver sus proyectos de miles de millones de dólares paralizados en forma tan sorprendente? ¿Cómo puede ser que esas empresas sean blancos de campañas de rumores y de acciones violentas generando grandes pérdidas a ellas y al país? ¿Qué es lo que posibilita que los conflictos mineros escalen localmente y ganen el apoyo de segmentos importantes de la opinión pública nacional en cuestión de días o semanas?

La respuesta breve es que ello depende de la legitimidad social de las empresas mineras y de la actividad minera en la sociedad peruana. La facilidad con que los conflictos escalan e impactan sobre la opinión pública nacional está directamente ligada al deterioro de la legitimidad de la minería. Es el descuido sistemático de la construcción y protección de dicha legitimidad lo que ha generado todo un conjunto de debilidades críticas que hoy son bien aprovechas por quienes ven en la promoción del conflicto la ruta de su ascenso político y económico.

Cuando una empresa o un sector como la minería dejan que su legitimidad ante la sociedad local sea dañada, la empresa y todo el sector se vuelven vulnerables a múltiples tipos de ataques y hace económica y políticamente rentable el aventurerismo político, estimulando así la expansión de esa actividad en el país.

¿Qué es legitimidad social?

Una de las definiciones más ampliamente aceptadas es de Suchman (1995):

La legitimidad es una percepción o creencia generalizada [de la sociedad local] de que las acciones de una entidad son deseadas, apropiadas y adecuadas, dentro de un sistema construido de normas, valores, creencias y definiciones.” [1]

Lo desafiante de la legitimidad social es que es una batalla que se gana o se pierde en la mente y en los corazones de la población local, en el marco de sus creencias, estereotipos, inclinaciones sociales e instituciones. Sin un conocimiento profundo de esos elementos locales, las empresas mineras no tienen muchas chances de construir y proteger su legitimidad. Sin entender la cuestión de la legitimidad, los millones de dólares aplicados en proyectos de desarrollo y en campañas de imagen tienen resultados inciertos, para decir lo menos.

A diferencia de las empresas mineras, los grupos anti-mineros conocen muy bien el sistema de creencias de la población local y han desarrollado narrativas que apuntan a destruir la legitimidad de la minería y a justificar sus acciones en contra del sector. En realidad, el desarrollo de narrativas hostiles a la minería es una especialidad de esos grupos, sea en su versión marxista o post-extractivista.

Los pilares de la legitimidad de la minería

Para el caso de la actividad minera y las empresas que la realizan, son cuatro las grandes áreas o temas de preocupación de la población en torno a los cuales se construye o se deteriora la legitimidad. Ellos son los pilares de la legitimidad social de la minería:

1.      Contribución al desarrollo económico y social.

2.      Responsabilidad hacia el ambiente/recursos naturales

3.      Actitud ética hacia la comunidad/sociedad local.

4.      Confiabilidad de la institucionalidad ligada a la minería.

1. Contribución al desarrollo económico y social

La presencia de empresas en una región genera una gran cantidad de temores y de expectativas de progreso en las poblaciones próximas y no tan próximas a sus operaciones. Si las instituciones públicas son incompetentes y/o corruptas, las expectativas hacia las empresas mineras se vuelven aún más grandes.

No sirve de mucho discutir si, además de cumplir con estándares globales, con las leyes del país y con el pago de los impuestos, las empresas mineras tienen o no la responsabilidad de dinamizar el desarrollo económico en las zonas próximas a sus operaciones. Independiente de la respuesta a estos temas, las empresas necesitan responder de algún modo a esos temores y expectativas sociales, porque si no lo hacen su legitimidad peligra.

Si la opinión de la población local es favorable, no será difícil para las empresas mineras constituir coaliciones de actores sociales que defiendan un modelo de desarrollo en donde la minería cumpla un rol de locomotora de la economía local. Si esa opinión es desfavorable, los grupos anti-mineros tendrán muchas oportunidades de generación de conflictos.

Este es un campo en que los grupos anti-mineros tienen una gran ventaja, pues las narrativas de las empresas mineras son poco efectivas en permitir a la población visualizar los impactos positivos de la minería en su economía, y sin una narrativa convincente, es muy difícil avanzar en la construcción de este pilar de legitimidad.

2. Responsabilidad hacia el ambiente/recursos naturales

Los impactos ambientales de la minería son visibles, especialmente si la operación es de tajo abierto. La expectativa de la población es que esos impactos estén previstos en el diseño de la operación, que las tecnologías y procedimientos utilizados los minimice, y que la empresa corrija los accidentes que pudieran darse. La población local espera, además, que la información brindada a ella y a las instituciones públicas sea confiable. [2]  

Esta es un área  en que los temores abundan, los reportes técnicos resultan discutibles, las incertidumbres de la población son altas, y las acusaciones pueden ser creíbles aún sin soporte de evidencias. Este es un tema en que los temores son tan importantes cuanto el control de los riesgos en si mismos. No es suficiente que las medidas de control de riesgo ambiental estén bien diseñadas, es necesario que la población tenga confianza en que la empresa las aplica en forma consistente y responsable.

Si la cuestión ambiental asume la forma de disputa por los recursos naturales, la preocupación de la población se incrementa notablemente. Lo que la población, especialmente de los ámbitos rurales, no quiere es que la minería les prive o afecte la calidad del agua poniendo en riesgo sus actividades económicas y su bienestar. Sin que la población esté tranquila sobre este tema, es poco sensato creer que los conflictos no van ocurrir.

3. Actitud ética hacia la comunidad y/o sociedad local:

Sin ganar la confianza de la población acerca de sus intenciones, es imposible que las operaciones de una empresa minera puedan ser sostenibles.

Si una empresa genera resentimientos en la población y/o deja que su imagen sea asociada a los enemigos y rivales con los cuales la población ha enfrentado a lo largo de su historia –invasores, traidores, dictadores, colonialistas, saqueadores, etc.– se incrementa notablemente la propensión de la población a entablar conflicto con esa empresa.

Una vez que las empresas son encasilladas en la mente de la población local como entidades hostiles, todo lo que digan en defensa de su accionar y todo lo que hagan, aún siendo positivo para la población, deja de ser creíble. Sin credibilidad, las empresas pierden voz ante la sociedad local. En el Perú hay muchas empresas mineras que han perdido su credibilidad ante importantes segmentos de la población de las regiones donde operan.

4. Confiabilidad de la institucionalidad ligada a la minería

La actividad minera se da en un marco institucional: el registro de las áreas, el derecho de exploración, la aprobación del EIA, las licencias de operación, el pago de los impuestos, el pago del canon, etc. La credibilidad de ese marco institucional es fundamental para la legitimidad de las operaciones de las empresas mineras. No es gratuito que los grupos anti-mineros ataquen sistemáticamente la confiabilidad de las instituciones que norman, supervisan o representan al sector minero.

Las reglas de convivencia en una sociedad están dictadas por sus instituciones. Si las instituciones no son confiables, las leyes y las autoridades que las aplican no son dignas de ser obedecidas. En esas situaciones, las protestas son vistas como necesarias, e incluso el uso de la violencia puede ser visto como justificable. La acción directa, al margen de la institucionalidad, pasa a ser percibido como la única forma de hacer oír la voz de quienes se sienten injustamente tratados por instituciones ilegítimas.

¿Cuán legítimas son las instituciones del sector minero? En el Perú no se llega a los extremos Africanos en donde los conflictos por los recursos minerales (diamantes, petróleo, etc.) asumen la forma de guerra civil, pero la escala de los conflictos anti-mineros y el uso generalizado de la violencia en ellos, indica un grado preocupante de ilegitimidad de la institucionalidad minera.

Sin referencia institucional, la población se guía por las imágenes difundidas en los medios y por las apariencias circunstanciales de los conflictos, muchos de ellas fabricadas para las cámaras, y los anti-mineros son expertos en montar escenarios para los medios. El problema se complica si consideramos la fuerte presencia de los anti-mineros en los medios radiales, en donde la población rural busca informarse, predominantemente.

Conclusiones

El estado de la legitimidad social de la minería es la referencia principal de su duración en el tiempo, de su sostenibilidad. Es decir, sin legitimidad ninguna empresa es sostenible en el largo plazo.

Con la práctica del pragmatismo transaccional –aún predominante en muchas empresas– las empresas mineras y la SNMPE han dejado que la legitimidad del sector sea erosionada a lo largo de décadas enteras, y ahora vemos en la conflictividad social las consecuencias de ese error.

Los enfoques que promueven la aplicación de estándares globales en las prácticas ambientales y sociales de las empresas e incluyen mecanismos de promoción del desarrollo regional (Responsabilidad Social Empresarial y Valor Compartido) contribuyen en alguna medida a la construcción y protección de la legitimidad social, pero no son suficientes porque no abordan el problema de la legitimidad en sus cuatros pilares.

En países como el Perú, en donde el aventurerismo político asume, en muchas ocasiones, la forma de movimiento anti-minero. Los temas referentes a dos de los cuatro pilares de la legitimidad, la imagen ética de las empresas y a la credibilidad de las instituciones de la minería, no pueden dejarse a la improvisación o al ensayo y error. Todos los cuatro pilares necesitan ser abordados en forma consistente.

El  tema de la legitimidad social de la minería y de cada una de las empresas mineras necesita un tratamiento más comprehensivo. Mientras no lo hagan, los anti-mineros van a tener amplias facilidades para la acción hostil. La responsabilidad de recuperar la legitimidad del sector la comparten las mismas empresas mineras, la SNMPE y el periodismo especializado.

 

[1] Suchman, M. (1995). Managing Legitimacy: Strategic and institutional approaches. Academy of Management Review, 20(3), 571-610.

[2] Todas las actividades económicas y sociales tienen impactos ambientales, algunos de esos impactos son locales y otros son a escala global: calentamiento global, deforestación, pérdida de la diversidad biológica, acidificación de los océanos, solo para citar algunos. Lo importante para los fines de la legitimidad es que los impactos ambientales de las actividades mineras son localmente muy visibles y tienen efectos directos concentrados sobre su entorno.

 




Los Desafíos del Sector Minero

Los Desafíos del Sector Minero

Sebastiao Mendonça Ferreira, brasileño, especialista en temas de estrategia, ha desarrollado un análisis integral sobre la situación del sector minero en el Perú desde una perspectiva internacional, la fuerza de la demanda de metales a futuro y los aspectos que determinan la necesidad de contar con una visión holística del sector.

Como sabemos en el Perú, el sector minero ha contribuido notoriamente al desarrollo del país en los últimos 25 años. Sin embargo, al mismo tiempo, se ha convertido en el ícono de los movimientos pos-extractivistas, que en función de temas ambientales y sociales, han venido desarrollando una fuerte oposición al crecimiento del sector.

Nuestro actual gobierno llegó al poder después de haberse paseado el país con un discurso anti-minero. Durante su gestión convalidó, de la manos del Primer Ministro, Salomón Lerner G., una serie de acciones que fueron generando la paralización de las inversiones mineras, como hemos reportado en Lampadia. (Ver: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo).

La conflictividad desatada contra el sector ha excedido todos los causes naturales para el  planteamiento de políticas alternativas. Esta conflictividad ha diseminado la doctrina del pos-extractivismo y recurre a niveles de violencia inimaginables en una sociedad relativamente civilizada.

Hoy por hoy, el país está desconcertado. Los peruanos nos debatimos entre los mitos anti-mineros; las realizaciones sociales y económicas de los últimos 25 años, que todo ciudadano responsable reconoce, así no pueda vocearlas en público; las reacciones anti violencia por los conflictos y, la esperanza de recuperar el crecimiento que necesitamos para fortalecer el futuro de nuestros hijos.

El siguiente análisis de Mendonça Ferreira es una magnífica contribución para profundizar el conocimiento de este importante y afligido sector.

 

Los Desafíos del Sector Minero

Las dimensiones de la conflictividad y los enfoques para su reducción.

Por: Sebastiao Mendonça Ferreira

Ver en el siguiente banner el ensayo de Mendonça:

Los Desafíos del Sector Minero