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Putinismo

Putinismo

Como explica The Economist en el artículo que publicamos líneas abajo, el ‘Putinismo’ representa un gran riesgo para la humanidad. Lo curioso es que estos fenómenos no salen de la nada, muchas veces son perfectamente predecibles. Pero expresiones comunes como ‘no te preocupes’, ‘no pasa nada’, ‘seguro que cambia una vez a cargo’, etc., llevan a descuidos en todo tipo de planos. En este caso, el historiador Timothy Garton Ash, fue testigo de los planteamientos públicos de Putin en 1994, pero ‘no había que preocuparse’. Ver la siguiente glosa del artículo de Garton Ash, La doctrina del resentimiento, publicado el 2014:

En 1994, estaba quedándome medio dormido en una mesa redonda que se celebraba en San Petersburgo, Rusia, cuando un hombre fornido y de baja estatura, con cara de ratón, que parecía ser la mano derecha del alcalde, empezó a hablar. Dijo que Rusia había entregado de forma voluntaria “inmensos territorios” a las antiguas repúblicas soviéticas, entre ellas zonas “que históricamente han pertenecido siempre a Rusia”. Se refería “no solo a Crimea y el norte de Kazajstán, sino también, por ejemplo, al área de Kaliningrado”. Rusia no podía abandonar a su suerte a esos “25 millones de rusos” que habían pasado a vivir en el extranjero. El mundo debía respetar los intereses del Estado ruso “y del pueblo ruso como gran nación”.

Aquel hombretón irritante se llamaba –como habrán supuesto– Vladímir V. Putin.

Pues nadie hizo caso de esta advertencia. Incluso, según relata The Economist, hasta hace cuatro años el presidente Obama dudaba de la importancia de las amenazas del nuevo ‘Zar de Todas las Rusias?

Veamos las siguientes líneas, en las que al imperio de Putin se le califica de mortal y disfuncional:  

La amenaza que viene de Rusia

Putinismo

Cómo contener el mortal y disfuncional imperio de Vladimir Putin

The Economist
22 de octubre de 2016
Traducido y glosado por Lampadia

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Hace cuatro años, Mitt Romney, el candidato republicano, dijo que Rusia era “el enemigo geopolítico número uno” de los Estados Unidos. Barack Obama, entre otros, se burló de esta hilarante metida de pata: “La década de 1980 está exigiendo el retorno de su política exterior, porque la guerra fría finalizó hace más de 20 años”, se burló el presidente. Cómo cambian los tiempos. Con Rusia  pirateando tecnológicamente la elección estadounidense, dirigiendo una masacre en masa en Siria,  anexándose Crimea y hablando despreocupadamente sobre el uso de armas nucleares, la opinión de Romney se ha convertido en la sabiduría convencional. Casi el único estadounidense que disiente de ella es candidato republicano actual, Donald Trump.

Cada semana, Vladimir Putin, presidente de Rusia, encuentra nuevas maneras de asustar al mundo. Recientemente ubicó misiles con capacidad nuclear cerca de Polonia y Lituania. Esta semana envió un grupo de portaaviones por el Mar del Norte y el Canal de la Mancha. Ha amenazado con derribar cualquier avión estadounidense que ataque las fuerzas del déspota de Siria, Bashar al-Assad. El enviado de Rusia en la ONU ha dicho que las relaciones con Estados Unidos están en su punto más tenso en 40 años. Las noticias de la televisión rusa están llenas de misiles balísticos y refugios antiaéreos. “El comportamiento insolente” podría tener “consecuencias nucleares”, advierte Dmitry Kiselev, el propagandista en jefe de Putin, y que cita asimismo las palabras de su jefe: “Si un combate es inevitable, hay que golpear primero”.

De hecho, Rusia no está a punto de ir a la guerra con Estados Unidos. Gran parte de su lenguaje no es más que bravata. Pero sí supone una amenaza para la estabilidad y el orden. Y el primer paso para responder a esta amenaza es entender que la beligerancia de Rusia no es un signo de resurgimiento, sino de una crónica debilitante debilidad.

Vlad el invasor

Como establece nuestro informe especial de esta semana, Rusia se enfrenta a graves problemas en su economía, la política y la sociedad. Su población está envejeciendo y se espera que se reduzca en un 10% para el año 2050. El intento de utilizar los ingresos extraordinarios por el auge de los productos básicos para modernizar el Estado y la economía fue un fracaso. En su lugar Putin ha presidido un enorme crecimiento del gobierno: entre 2005 y 2015, la proporción del PBI de Rusia que proviene del gasto público y las empresas controladas por el Estado aumentó de 35% a 70%. Habiendo crecido un 7% al año, al comienzo del reinado de Putin, la economía se está contrayendo. Las sanciones son en parte responsables, pero la corrupción y una caída en el precio del petróleo importan más. El Kremlin decide quién se enriquece y se mantiene así. Vladimir Yevtushenkov, un magnate ruso, fue detenido durante tres meses en 2014. Cuando salió, había renunciado a su compañía de petróleo.

Putin ha tratado de compensar la vulnerabilidad interna con la agresión exterior. Con sus protestas masivas después de la manipulación de las elecciones en 2011-12, las sofisticadas clases medias urbanas de Rusia mostraron que añoran un estado moderno. Cuando el precio del petróleo era alto, Putin podía resistirse a ellas mediante la compra de apoyo. Ahora apuntala su poder librando guerras en el extranjero y con el uso de sus herramientas de propaganda para avivar el nacionalismo. Él recela de la idea de darle acceso a las ideas occidentales porque el sistema político de Rusia, aunque experto en la represión, es frágil. Las instituciones en las que se apoyaría una Rusia próspera, tales como el estado de derecho, medios de comunicación libres, la democracia y la competencia abierta, plantean una amenaza existencial para el corrupto Estado de Putin.

Durante gran parte de su tiempo en la presidencia, Obama ha asumido que debido a que Rusia es una potencia en declive él no tenía que prestarle mucha atención. Sin embargo, un país inseguro, débil e impredecible con armas nucleares es peligroso; en algunos aspectos  incluso más que la Unión Soviética. A diferencia de los líderes soviéticos después de Stalin, Putin gobierna solo, sin el control de un Politburó o por haber sido testigo de la devastación de la segunda guerra mundial. Podría seguir a cargo por muchos años más. Y la edad es poco probable que lo suavice.

Obama señala, cada vez más,  las cosas correctas sobre el Putinismo – y que sonaron muy duras durante una rueda de prensa esta semana pasada- pero Putin ha aprendido que se puede desafiar a los EEUU y salir fortalecido. Las suaves sanciones occidentales empeoran la situación de los ciudadanos rusos, pero también ofrecen a la gente un enemigo contra el que unirse, y a Putin un chivo expiatorio para el daño económico causado por sus propias políticas.

Iván el soportable

¿Qué debe hacer Occidente? El tiempo está de su lado. Una potencia en decadencia necesita ser contenida hasta que finalmente es rebasada por sus propias contradicciones, incluso cuando la necesidad de atacar permanezca.

Debido a que los posibles peligros son un error de cálculo y una escalada sin control, Estados Unidos debe continuar las conversaciones directas con Putin incluso, como en la actualidad, cuando la experiencia es desalentadora. El éxito no se mide por los avances y los altos al fuego  -a pesar de lo mucho que serían bienvenidos en un país tan desafortunado como Siria- sino reduciendo las posibilidades de que Rusia cometa un error garrafal.

Un error de cálculo nuclear sería el peor de todos. De ahí que las conversaciones deban incluir el control de armas nucleares, así como la mejora de las relaciones entre sus fuerzas militares, con la esperanza de que las armas nucleares puedan ser separadas de los otros temas, como lo fueron en la época soviética. Eso va a ser difícil porque, a medida de que Rusia declina, considerará su arsenal nuclear como una ventaja duradera.

Otras áreas de controversia serán las regiones fronterizas con Rusia.  Ucrania es una prueba de cómo Putin pretende desestabilizar países como una forma de evitar que se alejen de la órbita de Rusia. El próximo presidente de los Estados Unidos debe declarar que, contrariamente a lo que Trump ha dicho, si Rusia utiliza este tipo de tácticas contra un miembro de la OTAN, como Letonia o Estonia, la alianza lo considerará un ataque contra todos ellos. Por otra parte, Occidente tiene que dejar claro que si Rusia asume la agresión a gran escala contra aliados fuera de la OTAN, como Georgia y Ucrania, se reserva el derecho a armarlos.

El Occidente fundamentalmente necesita mantener la calma. La injerencia rusa en las elecciones presidenciales de Estados Unidos amerita una retaliación mesurada. Pero Occidente puede sobrellevar tales “medidas activas“. Rusia no pretende ofrecer al mundo una ideología o una visión atractivas. Su propaganda más bien tiene como objetivo desacreditar y erosionar los valores liberales universales mediante el fomento de la idea de que Occidente es tan corrupto como Rusia, y de que su sistema político es igual de fraudulento. Desea un Occidente dividido que haya perdido la fe en su capacidad para moldear el mundo. En respuesta, el Occidente debe estar unido y firme. Lampadia




Una nueva migración que está cambiando el mundo

Una nueva migración que está cambiando el mundo

La migración de ciudadanos sirios y del norte de África hacia Europa encierra cuatro dimensiones de una crisis humanitaria de proporciones colosales.

En primer lugar se tiene la crisis de los países de donde se origina la migración masiva que hoy altera todos los balances de la humanidad. Esta surge por las divisiones sociales y políticas, como la de Siria, donde su propio gobierno desarrolla acciones genocidas contra partes importantes de su población. Esto ha generado niveles de violencia y de acciones de guerra internas y externas que la población ha tenido que rehuir.

En segundo lugar está el sufrimiento de las poblaciones desplazadas que deben aventurarse a un proceso migratorio lleno de riesgos y penurias.

Además, las poblaciones de los países que están recibiendo los flujos de migrantes, también ven alterada su vida, con consecuencias graves para su bienestar.

Finalmente está la emergencia de la violencia asesina en los países de destino de la migración, como acaba de suceder en París y amenaza al resto de Europa y al propio EEUU.

Como sindica The Economist en el artículo que compartimos líneas abajo, Putin tienen una cuota singular de responsabilidad en estos acontecimientos y, por supuesto, como hemos indicado anteriormente en Lampadia, por omisión, Obama también comparte una buena cuota de responsabilidad.

Como dice The Economist, lamentablemente, este fenómeno seguirá profundizándose y alterando el futuro del planeta. Lampadia

 

Ola tras ola

Por qué los inmigrantes seguirán llegando

Escrito por Avon La Guardia, publicado por The Economist.

Traducido por Lampadia

 

Nunca en la era de la posguerra se ha visto en el mundo a tantas personas obligadas a abandonar sus hogares por motivos de conflictos y opresión. Hace diez años, la agencia de refugiados de la ONU calculó una cifra de 38 millones de personas desplazadas; Ahora hay cerca de 60 millones. El principal culpable de este sombrío récord es, sobre todo, las guerras del Medio Oriente. El número seguirá aumentando en 2016; y las olas de personas seguirán fluyendo hacia Europa desde el Medio Oriente, África y más allá.

Esta migración masiva es el resultado de factores muy complejos: empujes, jaloneos y todos los obstáculos en el medio. Empecemos con el mayor factor de empuje. La intervención militar de Rusia en Siria convertirá una desagradable guerra en una aún más desagradable. Vladimir Putin, presidente de Rusia, dice que quiere derrotar a los yihadistas del Estado Islámico (IS), que han establecido un “califato” en gran parte de Siria e Irak. Pero su prioridad ha sido salvar a su aliado sirio, Bashar al-Assad; la mayoría de los ataques rusos han sido dirigidos no al IS, sino a otros grupos rebeldes sunitas (algunos con el apoyo de los Estados Unidos) que le han hecho frente al ejército sirio.

El apoyo de Rusia (e Irán) debería ayudar a Assad a recuperar parte o la totalidad del territorio que perdió en 2015. Pero las agotadas tropas de Assad no están en condiciones de recuperar el control de todo el país. Rusia no comprometerá fuerzas terrestres ni, a pesar de hablar de un acuerdo político, dejará atrás a Assad mientras éste tenga oportunidad de sobrevivir. Así que la guerra se prolongará miserablemente. Aproximadamente la mitad de la población siria ya ha sido desplazada y huirán aún más: para evitar los combates, para escapar de la conscripción o porque han perdido la esperanza de que la guerra termine.

Una fila interminable de migrantes cruza Slovenia en busqca de un mejor futuro el domingo 25 de octubre, 2015. 
(Fuente: CNN)

Alrededor de 4 millones de refugiados sirios registrados (y quizás 1m más de no registrados) se encuentran en los países vecinos de Siria. Ninguno de sus vecinos les ha concedido el derecho a trabajar y la ONU ha reducido la cantidad de ayuda alimentaria que se les distribuye por falta de fondos. Algunas promesas de más dinero y de recibir a más refugiados en Estados Unidos, Gran Bretaña y en otros lugares sólo lograrán una diferencia marginal, dada la magnitud de la crisis. Y la mayoría de los refugiados que llegan a Europa son solteros; muchos tratarán de traer a sus familias lo antes posible. 

También están migrando de otros lados. La guerra en Irak no muestra signos de disminuir. Los combates entre Turquía y los militantes kurdos se han reiniciado. Existe una gran incertidumbre alrededor de Afganistán a pesar de que Estados Unidos ha renunciado a su promesa de retirar casi todas sus fuerzas a finales de 2016. La guerra en Yemen, el país más pobre del mundo árabe, ha desplazado a un millón de personas.

En África, por su parte, los conflictos en la región del Sahel, Somalia y los Grandes Lagos siguen aumentando. Y el final del auge de los commodities aumentará la presión para que los migrantes económicos prueben su suerte cruzando el Mediterráneo.

¿Y los factores de atracción? El ‘Willkommenskultur’ se ha desvanecido, ya que Alemania se enfrenta a la absorción de cientos de miles de personas. Se fortalecerán los partidos anti-inmigrantes. Los controles fronterizos temporales dentro de la zona de recorrido libre de Schengen pueden llegar a ser semi-permanentes. Los líderes europeos planean construir nuevas instalaciones de recepción para ordenar a los solicitantes de asilo, dividirlos de manera más equitativa, acelerar la repatriación de los que son rechazados y luchar contra los traficantes de personas.

Aun así, los países europeos tendrán que continuar procesando los pedidos de asilo en un lugar u otro: no hacerlo sería una violación de la Convención de Refugiados de 1951 y de la legislación europea. La convención casi incentiva una migración ilegal: se otorga protección a los que tienen un “temor bien fundado de persecución”, pero sólo si han salido de su país. Así que los ricos, atrevidos o afortunados tienen la mejor oportunidad de llegar a Europa. Pedidos de revisión a la convención han sido ignorados por ahora.

Por lo tanto, el flujo será determinado en parte por los caprichos del mar, el desierto, los traficantes de personas y por las condiciones políticas en los países de tránsito. El número de inmigrantes que llegan a Italia caerá durante los meses de invierno. Pero a menos que se restaure aunque sea un semblante de gobierno en Libia (un prospecto poco probable) habrá otra ola humana en la primavera. Por otra parte, la ruta principal se ha desplazado a Grecia, en particular en los tramos más estrechos de mar entre sus islas periféricas y Turquía. La Unión Europea está negociando un ambicioso “plan de acción” para ayudar a Turquía a retener a más migrantes. Para esto se prevén nuevos campos de refugiados, más dinero, el derecho de los sirios de trabajar allí y un acuerdo en el cual Turquía tomaría a los solicitantes de asilo que ya hayan sido rechazados. Pero Turquía no va a actuar como guardián de Europa sin concesiones: como mínimo, querrá la promesa de una exención de visado para los turcos a la UE.

Los detalles de este acuerdo necesitarán muchas negociaciones. Y la posibilidad de un acuerdo podría provocar que una nueva oleada de refugiados traten de llegar a Europa antes de que la puerta de entrada de Turquía se angoste. L

 




Cuando la acción y la omisión se asocian

Cuando la acción y la omisión se asocian

Los execrables actos de violencia ocurridos la semana pasada en Paris y anteriormente en Egipto y en Medio Oriente por la mano del mal llamado Estado Islámico, que denominaremos ISIS, más las migraciones masivas hacia Europa, están generando y seguirán generando una serie de reacciones y propuestas que es menester poner en perspectiva.

Nuestro primer comentario tiene que ser de absoluto rechazo a la violencia asesina de ISIS y la solidaridad con las víctimas inocentes de semejantes sucesos, incluyendo a las poblaciones pacíficas de origen árabe y/o musulmán, que sufrirán cada día peores condiciones de vida en muchas partes del mundo.

En segundo lugar, queremos plantear que más allá de las ominosas responsabilidades de este manipulador movimiento islamista, que además origina la tragedia doble de la migración masiva (doble por el sufrimiento de los migrantes y por los problemas que acarrean a los países receptores) están las acciones y omisiones, los actos fallidos, de dos actores fundamentales: Rusia bajo la dirección absolutista de Putin y occidente, incluyendo a la OTAN, Europa Occidental y los EEUU bajo la influencia de Obama.

Si bien el origen de todos estos acontecimientos se puede establecer hace algunos años por el mal manejo de las cosas por parte de EEUU y sus aliados que no supieron dar una justificación correcta para la Segunda Guerra del Golfo, que una vez dada no supieron manejar sus derivaciones y, que una vez cometidos una serie de errores, no pudieron hacer nada más que retirarse en derrota, dejando atrás un polvorín que no tardó en desestabilizar toda la región.

Todo eso estaba dado cuando se hacen evidentes los actos genocidas de Bashar Al-Assad en Siria. Obama, con más cautela que Bush hijo, amenazó intervenir solo si se probaba contundentemente el uso de armas químicas por parte del gobierno Sirio. Cosa que quedó establecida y estaba gatillando la intervención de EEUU, hasta que Putin le puso el paralé a Obama, que se retractó. Poco tiempo después se produjo la emergencia de ISIS en Siria e Irak.

Pero ¿qué inspira a los principales personajes de la geopolítica global, Putin y Obama?

En cuanto a Putin es suficiente recordar lo comentado por el historiador Timothy Garton Ash en su artículo ‘La doctrina del resentimiento’, publicado en Lampadia en julio del 2014. “En 1994, estaba quedándome medio dormido en una mesa redonda que se celebraba en San Petersburgo, Rusia, cuando un hombre fornido y de baja estatura, con cara de ratón, que parecía ser la mano derecha del alcalde, empezó a hablar. Dijo que Rusia había entregado de forma voluntaria ‘inmensos territorios’ a las antiguas repúblicas soviéticas, entre ellas zonas ‘que históricamente han pertenecido siempre a Rusia’. Se refería ‘no solo a Crimea y el norte de Kazajstán, sino también, por ejemplo, al área de Kaliningrado’. Rusia no podía abandonar a su suerte a esos ‘25 millones de rusos’ que habían pasado a vivir en el extranjero. El mundo debía respetar los intereses del Estado ruso ‘y del pueblo ruso como gran nación’. Aquel hombretón irritante se llamaba –como habrán supuesto– Vladímir V. Putin”.

Este personaje que después tomo el poder absoluto en Rusia, se anexó Crimea, a desatado el estado de guerra en Ucrania del Este y defiende al genocida sirio, está obviamente inspirado por un afán imperialista de liderazgo global, muy alejado de las formas democráticas y muy cerca de círculos de corrupción.

Por su lado, Obama parece estar inspirado en las buenas intenciones de los inocentes, que no entienden además, que tienen responsabilidades que pueden ir más allá de sus anhelos de paz.

Así es que EEUU va retrocediendo en muchos aspectos de incidencia global, regresando a una casa, que así, se hace menos segura. Y sin lugar a dudas, tarde o temprano o más tarde que temprano, tendrá que enfrentar en mayor debilidad.

Sobre los acontecimientos más recientes, como la guerra civil de Siria, el advenimiento de ISIS y la migración masiva hacia Europa, podemos decir que ambos errores, los de acción y omisión, son igualmente pernisiosos.

Como dice Arturo Pérez-Reverte, en occidente se ha instalado “demasiada transigencia social, demasiados paños calientes, demasiados complejos… . Ver: Sobre idiotas, velos e imanes de Arturo Pérez-Reverte.

Además, ver el artículo de Juan Goytisolo: Cómo poner fin a la barbarie, en el País de España.

Afortunadamente todavía quedan algunos vestigios de la presencia positiva de EEUU en el mundo, como en su actuación contra la corrupción de la FIFA, la persecución de los barones de la droga y las denuncias contra las estafas de la VolksWagen.

Pero en lo político, EEUU está de retroceso y junto con la parálisis tradicional de Europa Occidental, están dejando que muchos aspectos de la vida global los definan los audaces y aventureros como Putin y que avancen los criminales como ISIS. Ambos han tomado demasiados espacios. Lampadia

 

 

   

 




El nuevo juego de la geopolítica global

El nuevo juego de la geopolítica global

Lampadia: Importante análisis del nuevo mundo político de The Economist

El dominio estadounidense está siendo desafiado

Publicado en The Economist el 17 de octubre del 2015.

Traducido y glosado por Lampadia

Un continente separa los campos de batalla ensangrentados de Siria de los arrecifes y bancos de arena del mar del sur de China. De alguna manera, sin embargo, ambos lugares presencian el cambio en las relaciones entre las grandes potencias más significativo desde el colapso de la Unión Soviética.

En Siria, por primera vez desde la Guerra Fría, Rusia ha desplegado sus fuerzas lejos de casa para sofocar una revolución y apoyar a un régimen cliente. En las aguas entre Vietnam y Filipinas, América pronto indicará que no reconoce las reivindicaciones territoriales de China a través de una serie de afloramientos y arrecifes ejerciendo su derecho a navegar dentro del límite de las 12 millas marítimas que controla el estado soberano.

Durante los últimos 25 años, América ha dominado por completo la política de las grandes potencias. Ahora, cada vez más, vive en un mundo contestatario. El nuevo juego con Rusia y China que se está desarrollando en Siria y en el Mar del Sur de China, es una muestra de la lucha que viene.

Como siempre, esa lucha se libra parcialmente en términos de poder puro. Vladimir Putin ha intervenido en Siria para aplacar el yihadismo y para reforzar su propia posición en Rusia. Pero también intenta demostrar que, a diferencia de Estados Unidos, se puede confiar en que Rusia pueda resolver las cosas en el Medio Oriente y ganar amigos, por ejemplo, ofreciéndole a Irak una alternativa a los Estados Unidos.

La lucha es también sobre legitimidad. Putin quiere desacreditar a Estados Unidos en el cuidado del orden internacional. América sostiene que el descontento popular y los abusos de los derechos humanos del régimen sirio descalifican al presidente, Bashar al-Assad, para ejercer el poder. Putin quiere restarle importancia a los derechos humanos, que él ve como una licencia del Occidente para interferir en países soberanos, incluyendo a la propia Rusia.

El poder y la legitimidad no son objetivos menos importantes en el Mar del Sur de China, una vía por la que pasa gran parte del comercio marítimo mundial. Muchas de sus islas, arrecifes y bancos de arena son objeto de reclamaciones superpuestas. Sin embargo, China insiste en que su caso debe prevalecer y está imponiendo su propio ‘derecho’ mediante el uso de vertederos y colocando pistas de aterrizaje y guarniciones.

Esto es en parte del rápido crecimiento de la fuerza naval de China: está creando islas, solo porque puede. El ocuparlas encaja con su estrategia de dominar los mares más allá de sus costas. Hace veinte años, buques de guerra estadounidenses navegaron hasta allí en total impunidad; hoy se encuentran en aguas potencialmente hostiles. Sin embargo, también hay un principio en juego. América no tiene una opinión sobre quién es dueño de las islas, pero sí insiste en que China debe establecer sus derechos a través de negociaciones o arbitraje internacional. China está afirmando que en su región, ya sea en las disputas de la isla como en otras cosas, las reglas las ponen ellos.

[No olvidemos lo que comentó Kissinger en su último libro, ver en Lampadia: ‘El Orden Mundial de Henry Kissinger‘ el mandato histórico de China: “Que esta a cargo de todo lo que está debajo del Cielo”.]

No debería extrañarle a nadie que la preeminencia de Estados Unidos esté siendo disputada. Después del colapso soviético, la supremacía mundial absoluta de los Estados Unidos empezó a parecer normal. De hecho, su dominio alcanzó tal nivel sólo porque Rusia tambaleaba y China todavía estaba emergiendo del caos y depredaciones que tanto la habían afectado en el siglo 20. Incluso hoy en día, Estados Unidos sigue siendo el único país capaz de proyectar poder en todo el mundo. (Como hemos [The Economist] argumentado recientemente, su influencia sobre el sistema financiero sigue creciendo.) [Ver en Lampadia: El dólar como moneda de reserva se debilita sin sustiituos].

No obstante, existen razones para preocuparse. La reafirmación del poder ruso se traduce en problemas. Ya ha llevado a la anexión de Crimea y a la invasión del este de Ucrania – ambas infracciones del mismo derecho internacional que Putin dice sostener en Siria. Barack Obama, presidente de Estados Unidos, se consuela con la debilidad de la economía rusa y la emigración de algunos de sus mejores personas. Pero una ex superpotencia cargada de armas nucleares puede causar mucho daño.

Las relaciones entre China y Estados Unidos son más importantes y aún más difíciles de manejar. Por el bien de la paz y la prosperidad, los dos deben ser capaces de trabajar juntos. Y sin embargo, sus relaciones están, inevitablemente, plagadas de rivalidad y desconfianza. Debido a que cada transacción tiene un riesgo de convertirse en una prueba para ver quién manda, el antagonismo siempre está a flor de piel.

La política exterior estadounidense aún no se ha adaptado a este mundo. Durante los últimos tres presidentes, la política ha consistido principalmente la exportación de los valores estadounidenses, aunque, a los países receptores, a veces se siente como una imposición. La idea era que los países inevitablemente gravitarían hacia la democracia, los mercados y los derechos humanos. Los optimistas pensaban que incluso China se encaminaría en esa dirección.

Esa noción ha sufrido, por primera vez en Irak y Afganistán y ahora en el Medio Oriente. La liberación no ha traído estabilidad. La democracia no ha echado raíces. Parece que Obama ha llegado a la conclusión de que Estados Unidos debería retirarse. En Libia, dirigió desde atrás; en Siria se ha mantenido fuera del conflicto. Como resultado, ha cedido la iniciativa a Rusia en Oriente Medio por primera vez desde la década de 1970.

Todos aquellos que, como esta revista [The Economist], ven la democracia y los mercados como el camino a la paz y la prosperidad esperan que Estados Unidos esté más dispuesto a liderar. El deseo de Obama de que otros países compartan la responsabilidad del sistema de derecho internacional y los derechos humanos se desarrollará sólo si su país establece la agenda y toma la iniciativa, como lo hizo con el programa nuclear de Irán. El nuevo juego implicará una diplomacia dura y la aplicación ocasional de la fuerza.

Estados Unidos aún tiene recursos que carecen otras potencias. La más importante es su red de alianzas, incluida la OTAN. Mientras que Obama a veces se comporta como si las alianzas fueran transaccionales, éstas necesitan bases sólidas. El poder militar de Estados Unidos no tiene rival, pero se ve obstaculizado por la política que busca congraciarse con el electorado y los recortes automáticos establecidos por el Congreso. Estos surgen del mayor freno al liderazgo estadounidense: las políticas disfuncionales en Washington. Eso no es sólo una mala publicidad para la democracia; sino que también obstaculiza el interés de Estados Unidos. En el nuevo juego esto es algo que los Estados Unidos y el mundo no pueden permitirse. L

 

 




Obama duda, Putin se atreve y el mundo observa

Obama duda, Putin se atreve y el mundo observa

La anexión de Crimea a Rusia, el paralé que le puso a Obama en Siria a pesar de la comprobación del hallazgo de armas químicas y la última agresiva intervención militar rusa en Siria para apuntalar al gobierno genocida de Bashar Al-Assad con la disculpa del Estado Islámico (EI), ha puesto en jaque la presencia política de EEUU en el mundo y la capacidad de Barack Obama para acomodarse a la nueva realidad global. El conflicto generado por el EI es uno de los más brutales de la historia y Obama está conduciendo una suerte de ‘retirada a casa’ en muchos aspectos de los temas internacionales, dejando vacíos que crean mucha incertidumbre.

 

En lo militar, las tácticas de Putin, primero en Ucrania y ahora en Siria, son completamente inversas a las de Obama. El nuevo Zar ruso es rápido y decidido, mientras que las acciones del presidente de EEUU han sido débiles y tardías.

La situación actual es que Rusia afirma luchar contra el Estado Islámico (EI) o ISIS, cuando en realidad ataca a los enemigos de su cliente y socio, el dictador sirio Bashar Al-Assad, mientras que los EEUU bombardean a ISIS en Siria y tratan el conflicto como derivado y anexo al conflicto principal, el del vecino país de Irak.

Sin embargo, el 30 de octubre, la Casa Blanca habría cambiado de rumbo al declarar que “el presidente Obama está ordenando al Pentágono que envíen fuerzas especiales (terrestres) a Siria para ‘asesorar’ a la oposición en su lucha contra ISIS”. Esto tras haber declarado múltiples veces que Obama estaba en contra de tomar un rol más protagónico en el conflicto sirio y de haber afirmado que las acciones de Rusia son un error estratégico (y llamaba a esta conducta “paciencia estratégica”, una suerte del ‘appeasement’ de Chamberlain antes de la Segunda Guerra Mundial).

¿Qué motivó al líder americano a cambiar de opinión? Probablemente, las acciones de su contraparte, Vladimir Putin. Obama estaba perdiendo tanto relevancia como influencia en temas estratégicos como en la sangrienta guerra civil siria o la interminable lucha contra el Estado Islámico.

Pero a pesar de haber tomado un paso en la dirección correcta, ha rechazado todas las propuestas del Pentágono. No va a crear una zona de exclusión aérea en Siria para proteger a los refugiados y a los rebeldes anti-Assad (probablemente porque corre el riesgo de enfadar a Rusia y a su base doméstica en la zona) y no va a desplegar helicópteros Apache de ataque para ayudar a las fuerzas terrestres de la coalición (porque iría muy en contra de sus antiguas afirmaciones con las que acabó la guerra de Irak).

Increíblemente, su propuesta es enviar a 50 soldados estadounidenses de las fuerzas especiales para ayudar a las tropas kurdas que se encuentran luchando contra el Estado Islámico. No está claro cuál será su misión o en qué parte de Siria estarán, pero una fuerza tan pequeña es mucho más vulnerable a ser asesinada o capturada por las fuerzas del EI. El despliegue más parece ser un intento de la Casa Blanca de responder a su humillación frente a las acciones de Rusia, mostrando que al menos están haciendo algo en contra del Estado Islámico. Pero no parece tener la fuerza que debería.

En realidad, la Casa Blanca parece estar apostando a que Rusia cometa algún error en Siria. Pero si Putin tiene éxito, y aprovecha las ganancias del campo de batalla en su estrategia política, entonces “tendrá una influencia mucho mayor en el Medio Oriente, que se traducirá en una Rusia mucho más envalentonada en Asia y Ucrania”, dijo Vali Nasr, un ex alto funcionario del Departamento de Estado en el gobierno de Obama y ahora decano del departamento de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins.

El objetivo de Rusia “es apuntalar a Assad y consolidar su posición en la parte occidental del país y lograr una posición ventajosa en cualquier proceso internacional para resolver el conflicto”, dijo Stephen Hadley, quien se desempeñó como asesor de seguridad nacional durante el segundo mandato del presidente George Bush. “Creo que Rusia ya está en camino para lograr ese objetivo.” Como tan elocuentemente lo describió The Economist, “como judoka, Putin sabe el arte de explotar la debilidad de un rival: cuando Estados Unidos da un paso atrás, él empuja hacia adelante.”

No se puede negar el eventual beneficio personal de Putin si tiene éxito en Siria. En palabras de The Economist, “Aún más importante para Putin es su permanencia en el poder en su país y Siria puede ser de utilidad. El bombardeo ofrece un nuevo espectáculo y uno muy necesario en un momento en que la guerra en Ucrania, que dominó los medios por un tiempo, está empezando a congelarse y la euforia por la anexión de Crimea se está desvaneciendo. Además, la economía rusa, afectada por las sanciones y la caída de los precios del petróleo, se ha ido contrayendo rápidamente. Durante sus dos primeros mandatos presidenciales, Putin pudo jactarse de los crecientes ingresos. En su tercer mandato, parece confiar más en el teatro de la guerra y en un falso orgullo [nacionalista] fabricado para desafiar a EEUU. Siria ofrece una distracción útil de Ucrania, pero estratégicamente se trata de Estados Unidos.”

No se puede negar que se está haciendo un esfuerzo para lograr una solución o tomar mayores acciones con respecto al conflicto de Siria. Cuando diplomáticos de diecisiete países se sientan juntos por primera vez y tienen “un debate franco y constructivo” durante más de siete horas para emitir una declaración conjunta explicando en nueve puntos su “comprensión mutua” sobre Siria, significa que hay un encomiable esfuerzo, aunque tal vez tardío.

Sin embargo, la declaración conjunta elude, estratégicamente, la controvertida cuestión del futuro del presidente Bashar Al-Assad y se centra en la búsqueda de un acuerdo para la lucha contra el terrorismo. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon afirmó que “el futuro de Siria o el futuro de todas estas conversaciones de paz y negociaciones no deben centrarse en el futuro de un solo hombre. Básicamente, creo que depende del pueblo sirio, ellos tienen que decidir el futuro del presidente Assad”.

Según un reciente artículo de The Economis (ver enlace más abajo) “En Siria, el titubeo de Obama significa que sus opciones se vuelven cada vez más difíciles y más arriesgadas. Putin defiende descaradamente a un tirano y está profundizando una división entre los sunitas y chiítas de la región. Estados Unidos debe mantenerse firme en que Assad no permanezca en el poder y establecer una visión de qué debería hacerse. Se necesita hacer más para proteger a la población mayoritariamente sunita: crear zonas protegidas; imponer zonas de exclusión aérea para detener el bombardeo de Assad y promover una fuerza sunita moderada. Esto bien puede significar forzar a que los aviones rusos no vuelen.”

Parece que el enfoque general de la administración de Obama está en una difícil disyuntiva sobre Siria tras la intervención militar rusa. Está claro que Obama está intentando ver cómo proceder y no está seguro de las posibles consecuencias de las operaciones militares rusas. La gran pregunta es, ¿qué harán ahora? El tiempo pasa y cada vez la decisión se torna más difícil. Lampadia

Ver en Lampadia los siguientes enlaces: Putin se atreve, Obama titubea y Un nuevo espectáculo para las masas

 




El Mundo en el Perú (2): Los trapitos sucios en casa

El Mundo en el Perú (2): Los trapitos sucios en casa

Ayer presentamos un primer análisis sobre la Reunión de Gobernadores del Grupo del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) (ver en Lampadia: El Mundo en el Perú (1): Felicitaciones). Hoy nos toca hacer algunas críticas, no a los organizadores, sino al establishment peruano que ha perdido la oportunidad de albergar este magno evento con mejor disposición y aprovechamiento.

Ya hemos remarcado la importancia de este singular evento en el Perú, lamentablemente, debemos reclamar que buena parte de nuestra clase dirigente, políticos, líderes empresariales, gremiales, académicos y periodísticos, no solo han pasado por alto tremenda oportunidad de nutrirnos del mundo y de dar a conocer la realidad de nuestro país, sino que inclusive se ha llegado a jugar un partido contrario a los aportes de la reunión en presencia de nuestros visitantes.

Por ejemplo, la PUCP, donde se albergan varios economistas anti-globalización, anti-TLCs y anti-minería, organizó por todo lo alto un evento para destacar la presencia y mensajes de Joseph Stiglitz, del Premio Nobel anti-globalización y anti FMI y Banco Mundial. En esta reunión el Nobel dijo que: “el petróleo y el cobre le pertenecen a los peruanos” (La República). ¿Qué será lo que implica? ¿Que los peruanos hagamos lo mismo que en el desastre ecológico de Tambogrande, donde se echó a una empresa moderna para que las hordas tomaran de cualquier manera algo de mineral?

Por otro lado, algunos personajes no especificados organizaron una reunión ‘masiva’ de los ‘indignados peruanos’ llamada: “Desmintiendo el milagro peruano” en el Hotel Bolívar, a la que asistieron 200 personas.

En esta reunión, según radioexitosa.pe, Stiglitz recomendó al Perú que “rompa de una vez el chanchito y no ajustarse en exceso”. Sobre el llamado ‘milagro económico’, dijo “simplemente que no existe”. Estuvo acompañado por de Echave, Dancourt, Dammert y Martín Guzmán. Se fotografió con Gonzalo García y Michel Azcueta.

Dado el despliegue sobre Stiglitz, es oportuno revisar una reciente publicación de Carlos Rodríguez Braun, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, “Ojo con Stiglitz”, en el que critica duramente a este activista por su libro ‘El malestar en la globalización’, que el autor del artículo tradujo. Por ejemplo, comenta que Stiglitz afirma que: Rusia es una economía de mercado. (Ya dijo antes que Venezuela era una democracia).Recela de los mercados pero no es consciente de los fallos del Estado. Plantea la vieja patraña de que los que confían en el mercado padecen “ideología” mientras que los intervencionistas son “economistas de primera fila” –los marxistas ya hablaban de ideología contra ciencia, que era la suya. Stiglitz desbarra diciendo que sólo los intervencionistas se ocupan de los pobres. Aduce que no hay relación entre salarios mínimos y desempleo, contra mucha teoría y evidencia empírica. Afirma que los liberales no prestan atención a “las instituciones civiles y las estructuras legales que hacen funcionar a las economías de mercado”. Con esta engañifa el intervencionismo cae por su propio peso: como el mercado no es perfecto, entonces el Estado debe actuar. La norma de este libro es exagerar el papel del liberalismo y sofocar el del intervencionismo. Sostiene que la liberalización comercial es resistida porque crea paro [desempleo], como si no fuera resistida por grupos de presión proteccionistas”.

En resumen, este ‘valor deteriorado’ fue para los negacionistas, el referente privilegiado para pasar el contrabando de su ideología y mitos anti desarrollo.

Por el lado de los medios fue notorio el alejamiento de los mismos de los principales personajes que nos visitaron, así como de las lecciones que estaban a nuestro alcance. Por ejemplo, ‘Cuarto Poder’ de América Televisión trató el último domingo, el día de cierre del evento en cuestión, “las esterilizaciones forzosas, de indultados a marcas y víctimas de la belleza”. RPP, en la hora principal del jueves pasado, en medio del evento, se entrevistó a Isaac Humala, que aprovechó para mentir sobre un proyecto minero y que es quien nos amenaza con las movilizaciones de los ‘reservistas’ para parar todos los proyectos de inversión.

En cuanto al mundo académico y empresarial, fue notoria la ausencia de muchos de sus representantes en el evento. Aparentemente, para varios resultó más conveniente aprovechar el feriado largo antes que nutrirse de mundo. Dejaron de empoderarse para poder ser mejores líderes de opinión. No se aprovechó el baño de internacionalización, nos quedamos con el ropaje del parroquialismo en el que vivimos.

Con respecto a las características del Perú y la apreciación de nuestra realidad, las autoridades peruanas, participantes en el evento, dejaron que se confunda la situación del Perú con la de otros países de la región. No supieron explicar nuestras singularidades, como las referidas a las reservas productivas que tenemos en muchos sectores y al potencial productivo que podemos poner en valor para recuperar el crecimiento económico, además por supuesto, de la necesidad de emprender una serie de reformas importantes. (Ver en Lampadia: Sudamérica: Crecimiento visto con lentes oscuros).

Nuestra gente necesita tener la mejor información sobre el mundo en que vivimos. Eso es responsabilidad de los líderes de opinión y de los medios. Lampadia

 




El Precio del Petróleo le mueve el piso a la economía global

El Precio del Petróleo le mueve el piso a la economía global

Desde 2010 hasta mediados de 2014, los precios mundiales del petróleo habían sido bastante estables, girando en torno a US$ 110 el barril. Desde entonces, ha tenido una fuerte volatilidad. El lunes pasado, el crudo se desplomó un 6 % adicional, llegando a niveles vistos por última vez durante la crisis financiera. Esto se debe principalmente a los temores sobre la desaceleración del crecimiento de China, el motor del crecimiento en la última década, junto con la creciente producción petrolera asociada al shale gas de Estados Unidos.

Bloomberg

El West Texas Intermediate (WTI), precio de referencia en EEUU, marcador usado en el Perú, cayó a un mínimo de US$ 37.75 por barril, el más débil desde febrero de 2009.

A pesar del alza de la esta semana (WTI a US$ 48.9), continúan las predicciones de que seguirá bajando, lo cual preocupa a los inversores. Pero el mayor miedo es China. Este país ha sido un gran contribuyente para el crecimiento de la demanda de petróleo en la última década, por lo que cualquier desaceleración de su economía podría significar malas noticias para el consumo de crudo.

Financial Times

En el lado de la oferta, la producción de EEUU se ha casi duplicado en los últimos seis años y se encuentra en su nivel más alto en 30 años. Este crecimiento en la producción de energía, donde el gas y el petróleo se extraen mediante fractura hidráulica o fracking, ha sido uno de los principales impulsores de la caída de precios del petróleo. Esto ha dejado en problemas a Arabia Saudita, Nigeria y Argelia, que ahora se encuentran compitiendo por los mercados asiáticos, por lo que los productores se ven obligados a bajar los precios. Además, la producción y las exportaciones de petróleo de Canadá y de Irak están aumentando año tras año. Incluso los rusos, con todos sus problemas económicos, se las arreglan para mantener la producción.

Por el lado de la demanda, ésta es baja debido a la debilidad de la actividad económica, el aumento de la eficiencia energética y una creciente migración del petróleo hacia otros combustibles. Las economías de la eurozona y de los países en desarrollo se están debilitando y los vehículos son cada vez más eficientes en el consumo de energía.

Los más afectados son los países exportadores de petróleo. Venezuela, Irán, Nigeria, Ecuador,  y Rusia son sólo algunos ejemplos de quienes sufrirán las turbulencias económicas y, tal vez, incluso políticas. Por ejemplo, Rusia pierde cerca de US$ 2 mil millones en ingresos por cada dólar que cae el precio del petróleo, y el Banco Mundial ha advertido de que la economía rusa se reduciría en al menos un 0.7% en 2015 si los precios del petróleo no se recuperan.

Otro caso importante es el de nuestro vecino: Venezuela. Es uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo, pero gracias a la desastrosa gestión económica del chavismo, enfrenta graves problemas, incluso desde antes de que el precio del petróleo comenzara a caer. Según el economista Steve Hanke, tiene una inflación de 700% y la economía está parada. La necesidad de recortes en gastos es obvia, pero el dictador Maduro ha descartado la posibilidad de recortes en los subsidios o de tener precios más altos de gasolina.

Para mayor abundamiento de los problemas de Venezuela, hay que considerar que los inventores del Alba, modelo mental de la izquierda tradicional peruana, ‘disque’ opositores del extractivismo, han destruido toda la producción no petrolera y hoy los hidrocarburos representan más del 90% de sus exportaciones. Que incoherencia de nuestros apóstoles de las ‘ideas muertas’, no critican la dictadura chavista por su insoportable afrenta a la democracia, ni por su manejo económico; pero se dan el lujo de desquiciar los sectores extractivos del Perú, que solo llegan al 15% del PBI y que son la mejor fuente de crecimiento y reducción de la pobreza. En verdad parece que han trastocado su ‘noble izquierdismo’ en un descarado fascismo.

Otros grandes perdedores son las empresas petroleras. Chevron y Royal Dutch Shell, anunciaron recientemente recortes a sus nóminas para ahorrar, pero los productores de petróleo y gas más pequeños ya reportan pérdidas netas, por lo que están recortando dividendos y vendiendo activos.

En diciembre, Chevron canceló un proyecto de exploración de shale gas de US$ 10 mil millones en Ucrania, dinero con el que contaba el gobierno ucraniano para estimular su economía y, con el tiempo, reducir su dependencia del gas ruso. Este es sólo un ejemplo de una tendencia que ya se encuentra en toda la industria: la cancelación o el aplazamiento de proyectos de energía que de repente se han vuelto demasiado arriesgados o económicamente inviablespor un bajo precio del petróleo.

Según Goldman Sachs, mil millones de dólares de inversiones en proyectos de energía podrían estar en riesgo. En largo plazo, esto puede significar una menor producción de petróleo y el encarecimiento de la energía. Pero en el corto plazo, la desaparición repentina de este enorme flujo de inversión está destinada a perjudicar a las compañías de energía y a sus proveedores de equipos y las empresas de construcción e ingeniería que planeaban ejecutar estos proyectos. Sin embargo, también causarían muchísimo daño a las ciudades y regiones donde estas empresas operan y que cuentan con este dinero para destinarlo a otros proyectos.

Por otro lado, los precios del petróleo más bajos impulsarán el crecimiento en China y la India, el hogar de casi la mitad de la población mundial y de los principales motores de la economía mundial. También se verán beneficiados los importadores de petróleo como Chile y Perú.

Ambas economías dependen de sectores que utilizan petróleo como un componente importante de sus costos, como la minería y la construcción. Chile tiene un déficit en el suministro de hidrocarburos, actualmente importa más de 90% del petróleo que consume y se calcula que la caída de su precio, compensa la baja del precio del cobre.

En Perú, la disminución en los precios del petróleo proporcionará un entorno favorable para los sectores industriales, la minería y la construcción. En general, el país importa alrededor de US$ 6.0 mil millones en productos petroleros, lubricantes y refinados. Menores costos de energía beneficiarán a los proyectos de cobre, tales como la mina Toromocho de Chinalco y HudBay Minerals  de la mina Constancia. Además, la caída podría aumentar la renta disponible de los consumidores y ayudar a reducir el déficit comercial, que se prevé que alcance los US$ 1,600 millones en 2015.

Con todos estos movimientos, el gobierno peruano no ha sido capaz de establecer mejores requisitos para los operadores petroleros y ha terminado causando un desmadre en el Lote 192 que dejó Pluspetrol y que nadie quiso recibir en una tardía y mal estructurada licitación. (Ver mayor detalle en Lampadia: Lote 192: Una historia de engaños y absurdas ilusiones).

Esperemos que el Perú no siga desaprovechando todas sus oportunidades, como lo viene haciendo con la minería, el petróleo y la energía. Lampadia

 




“Cada vez más gente cree que tiene derecho a no ser ofendida”

“Cada vez más gente cree que tiene derecho a no ser ofendida”

Entrevista a Flemming Rose

Por Sebastián Salazar Núñez

(El Comercio, 04 de Abril de 2015)

Por los shorts cargo y medias alzadas podría confundírsele con un turista cualquiera. Sin embargo, el séquito de seguridad que lo acompañó en Lima despejó esa imagen inmediatamente.

¿Qué lo llevó a publicar esas caricaturas?

Creo que es bastante importante decir que estas caricaturas no aparecieron de la nada. No se trataba de ofender a musulmanes y ver cómo reaccionarían. No. Fue en respuesta periodística a un fenómeno que vimos que sucedía.

¿Cuál era el contexto?

En aquel entonces hubo un debate en Dinamarca sobre autocensura relativa al islam. Hubo varios casos de autocensura y para averiguar si existía en realidad este fenómeno, comisionamos las caricaturas. Solo cuatro de las 12 mostraban al profeta.

¿Publicaron inmediatamente las caricaturas?

Luego de comisionar las caricaturas, las recibimos y tuvimos una discusión sobre si había suficiente evidencia periodística para escribir una historia en torno a ella. Encontramos varios casos similares respecto del islam: uno en Dinamarca, uno en Suecia y dos en Londres. En todos ellos, el miedo a las consecuencias generaba una autocensura. Todo esto en el lapso de 10 días.

¿Cómo ve la tendencia ahora?

Creo que hoy la gente se inclina más hacia la autocensura por el miedo. Hay ejemplos en Francia. Museos que cancelan exhibiciones, obras en teatros que salen de cartelera. Y esa sensación de intimidación creció después de lo que pasó en “Charlie Hebdo” y en Copenhague.

¿Se arrepiente de su decisión?

No me arrepiento de haber comisionado esas caricaturas. El periodismo trata de poner el foco en temas importantes. Y la publicación de esas caricaturas inició un debate muy importante: el papel de la libertad de expresión en una sociedad multicultural y multiétnica. Por supuesto que me arrepiento de la violencia, las matanzas y no creo que una caricatura valga una vida humana, pero la cuestión es qué hacer cuando muchas otras personas creen que está bien matar por una caricatura.

¿Cómo ha cambiado su vida?

Ahora tengo que vivir con seguridad y entiendo que probablemente tendré que vivir con eso el resto de mi vida. Estoy en el top 10 de personas que deben asesinarse de Al Qaeda. Es indignante, es … increíble.

¿Cuáles son entonces, a su juicio, los límites de la libertad de expresión?

Creo que hay tres tipos de limitaciones. El más importante es incitación a la violencia. La gente no debería estar permitida de incitar a la violencia. En segundo lugar, la difamación. No se debería ser libre de deliberadamente mentir para arruinar la reputación de otras personas. Y finalmente, creo que las personas en una democracia tienen derecho a su privacidad. Que la prensa no debe tener el derecho de escribir lo que quiera sobre las vidas privadas de los ciudadanos. Esos son los tres tipos de limitaciones que defendería.

¿Cómo ha afectado a las personas que le son cercanas?

Por suerte, mi esposa es rusa [ríe], así que es dura. Mis hijos son mayores y no viven en casa y doy gracias por eso. Claro que están preocupados, pero nunca me han dicho que deje de hacer lo que hago, a pesar de las consecuencias. Habría sido muy difícil para mí si lo hubieran hecho.

¿A qué cree que se debe este fenómeno de autocensura?

Bueno yo lo llamo “fundamentalismo de agravio”. Cada vez más gente sinceramente cree que tiene derecho a no ser ofendida. En una democracia se tiene varios derechos: votar, libertad de religión, de movimiento etc., pero el único derecho que no se debería tener es el de no ser ofendido. Pero más gente cree que tiene ese derecho y ‘juega’ la carta de la ofensa cada vez más. En todo el mundo. Pero no es solo con el islam. En Europa es el islam, pero en la India son nacionalistas hindúes, en Rusia, por ejemplo, Pussy Riot. Es un fenómeno mundial creciente.

¿Por qué cree que esto ocurre?

Creo que se basa en políticas de identidad, ya que a las personas en un mundo globalizado les resulta muy difícil responder a la pregunta: “¿Quién soy?”. Todos buscamos identidades para protegernos y tener un sentido propio. Cuando encontramos una identidad, la queremos proteger contra cualquier ofensa. El resultado es que al final se vuelve más importante qué nos distingue de los demás que aquello que compartimos con otros seres humanos. En mi libro exploro mi experiencia con este fenómeno, pero no me limito a Dinamarca o Europa. Se trata de lo que pasa en otras partes del mundo con distintas religiones e ideologías y sobre distintos períodos de la historia. Sobre las guerras de la religión en Europa, sobre el comunismo en Rusia soviética, la Alemania de Weimar y diferentes episodios históricos en los que se revisa la libertad de expresión, las limitaciones de esta y, más ampliamente, de la libertad.

¿Cómo se debería dar pelea en ese campo?

Es un desafío para la sociedad completa. No es una batalla que los periodistas puedan ganar o perder solos. Esa es una de las cosas que aprendí con mi experiencia. Yo me sentía seguro en un periódico grande y con reputación y pensé que podíamos ganar la batalla. Pero tengo que reconocer que no podemos ganar la batalla sin amplio soporte. Se necesita el apoyo de la mayoría de la sociedad para ganar esta batalla que concierne a la libertad de expresión. No es solo para la prensa o para los políticos, sino también para la sociedad civil.




Señales de vida en la zona euro

Señales de vida en la zona euro

Por Nouriel Roubini, Project Syndicate, 31 de marzo 2015

Traducido por Lampadia

Los últimos datos económicos de la zona euro sugieren que su recuperación puede estar a la vista. ¿Qué la está impulsando? ¿A qué obstáculos se enfrenta? ¿Y qué se puede hacer para sostenerla?

Las causas inmediatas de la recuperación no son difíciles de discernir. El año pasado, la eurozona estaba al borde de una recesión del tipo de una doble caída (W). Cuando  recientemente entró técnicamente en deflación, finalmente, el Banco Central Europeo (BCE) soltó un programa de flexibilización agresivo y puso en marcha una combinación de flexibilización cuantitativa (quantitative easing), que incluye la compra de bonos soberanos y tasas de interés negativas.

El impacto financiero no se hizo esperar: en previsión a la flexibilización monetaria, y después de su inicio, el euro cayó con fuerza, los rendimientos de los bonos en el núcleo de la eurozona y la periferia cayeron a niveles muy bajos, y los mercados de valores comenzaron a subir con firmeza. Esto, unido a la fuerte caída de los precios del petróleo, logró impulsar el esperado  crecimiento económico.

También están contribuyendo otros factores. La flexibilización del crédito del BCE está subsidiando de manera efectiva los préstamos bancarios. El freno producido por la  austeridad fiscal será menor este año, dada la mayor indulgencia de la Comisión Europea. El inicio de una unión bancaria también ayuda; tras las últimas pruebas de resistencia y calidad de los activos, los bancos tienen mayor liquidez y más capital para prestar al sector privado.

Como resultado de estos factores, el crecimiento de la zona se está reanudando, y la renta variable ha superado recientemente a la de EEUU. El debilitamiento del euro y las medidas agresivas del BCE pueden incluso detener la presión deflacionaria hacia finales de este año.

Sin embargo, una recuperación más robusta y sostenida aún enfrenta muchos desafíos. Para empezar, los riesgos políticos podrían descarrilar el progreso. Grecia, esperamos, permanecerá en la zona euro. Pero las difíciles negociaciones entre el gobierno liderado por Syriza y la “troika” (el BCE, la Comisión Europea y el FMI) podrían causar un accidente involuntario – lo llaman un “Grexident” – si no se llega a un acuerdo sobre la refinanciación de dicho país en las próximas semanas.

Por otra parte, Podemos, un partido de izquierda del mismo molde de Syriza, podría llegar al poder en España. Partidos populistas anti-euro de derecha e izquierda están desafiando al primer ministro italiano Matteo Renzi. Y Marine Le Pen, del partido ultraderechista Frente Nacional, ya figura adelante en los sondeos pre-electorales para las presidenciales francesas de 2017.

La creación de empleo y un lento aumento de ingresos pueden seguir alimentando la reacción populista contra la austeridad y las reformas. Incluso el BCE estima que la tasa de desempleo de la zona euro seguirá siendo un 9.9% en 2017 – muy por encima de la media de 7.2% pre- crisis financiera mundial hace siete años [largamente por encima del nivel de desempleo en EEUU]. La austeridad y la fatiga de las reformas en la periferia de la eurozona han sido igualadas por el cansancio de los rescates en el núcleo europeo, permitiendo el apoyo a una serie de partidos anti-euro en Alemania, los Países Bajos y Finlandia.

Un segundo obstáculo para la recuperación sostenida es la mala vecindad de la zona euro. Rusia está cada vez más firme y agresiva en Ucrania, los países bálticos, y hasta los Balcanes (mientras que las sanciones contra Rusia han herido a muchas economías europeas). A la vuelta de la esquina, el Medio Oriente arde en llamas: los recientes ataques terroristas en París y Copenhague, y en contra de los turistas extranjeros en Túnez, le recuerdan a Europa que cientos de yihadistas locales podrían regresar de los combates en Siria, Irak, o en otro lugar y lanzar nuevos ataques.

En tercer lugar, mientras que las políticas del BCE mantienen los costos de endeudamiento más bajos, la deuda privada y pública en los países de la periferia, como proporción del PBI, es alta y seguirá creciendo, porque el denominador del ratio de deuda – PBI nominal – apenas está en aumento. Por lo tanto, la sostenibilidad de la deuda seguirá siendo un problema de mediano plazo.

Cuarto, la política fiscal sigue siendo contractiva, porque Alemania sigue rechazando al creciente coro de consejos para que debería emprenda estímulos de corto plazo. Por lo tanto, un mayor gasto alemán no compensaría el impacto de la austeridad adicional en la periferia o el importante déficit esperado para el plan de inversión de € 300 mil millones (US$ 325 mil millones) en un período de tres años presentado por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Quinto, las reformas estructurales aún se están produciendo a un ritmo muy lento, frenando el potencial crecimiento. Mientras que las reformas estructurales son necesarias, algunas medidas – por ejemplo, la liberalización del mercado laboral y reparaciones de pensiones – pueden aumentar la tasa de ahorro de la zona euro y por lo tanto debilitar aún más la demanda agregada (como ocurrió en Alemania después de sus reformas estructurales hace una década).

Por último, la unión monetaria de Europa sigue siendo incompleta. Su viabilidad a largo plazo requiere del desarrollo de una completa unión bancaria, unión fiscal, unión económica y, con el tiempo, unión política. Pero el proceso de mayor integración europea se ha estancado.

Si la tasa de desempleo sigue siendo muy elevada a finales de 2016, la inflación anual se mantiene muy por debajo del 2% del objetivo del BCE, y las políticas fiscales y las reformas estructurales ejercen un lastre a corto plazo sobre el crecimiento económico, se tendría que continuar con la flexibilización cuantitativa. Pero la continua debilidad del euro – alimentado por estas políticas – sigue incentivando el crecimiento del superávit de cuenta corriente de la zona euro.

De hecho, mientras se debilita el euro, las cuentas externas de los países de la periferia han oscilado de déficit a equilibrio y, cada vez más, a los excedentes. Alemania y el núcleo de la eurozona ya acumulaban grandes excedentes; y en ausencia de políticas para impulsar la demanda interna, esos excedentes simplemente han aumentado aún más. Por lo tanto, la política monetaria del BCE tendrá que asumir a un elenco de vecinos cada vez más empobrecidos, lo que creará tensiones en el comercio y con el tipo de cambio con los Estados Unidos y otros socios comerciales.

Para evitar este resultado, Alemania debe adoptar políticas – de estímulo fiscal, un mayor gasto en infraestructura e inversión pública y un aumento más rápido de los salarios, los cuales  impulsarían el gasto interno y reducirían el superávit externo del país. A menos que, y hasta que, Alemania se mueva en esta dirección, nadie debería apostar por una recuperación más sólida y sostenida de la zona euro.




Rusia: ¿El Imperio del siglo 21?

Rusia: ¿El Imperio del siglo 21?

Traducido, glosado, iluminado y comentado por Lampadia

El presente artículo de Nouriel Roubini, en el que hace un análisis exhaustivo de la situación de Rusia y de los planes de Putin, es una lectura importante para entender, en su justa medida el nuevo desarrollo de la antigua Rusia.

Este proceso no es pasajero, influirá de manera muy importante en el desarrollo de los acontecimientos globales por muchos años. Hasta ahora ha creado puntos de inflexión en el devenir de Europa, Siria y la insurgencia del califato asesino.

Tal vez algo de lo más preocupante, más allá de los hechos mismos, es que esta nueva realidad coincide con dos otros procesos complicados: la debilidad del liderazgo global y las reacciones de los millenials y los jóvenes a los que la crisis del 2008 truncó el futuro que esperaban.

Ver en Lampadia:

La caída de nuestroslíderes es una tragedia.

Una visión (disruptiva) del futuro – Generación Y: ¿Aliado o enemigo?.

Si no la hacemos en los próximos 15 años, ¡ya fuimos! – Álvaro Valdez Fernández-Baca.

Sin lugar a dudas Putin y Rusia son hoy una gran amenaza para la humanidad. El autócrata, asociado a terribles niveles de corrupción actúa casi libre de cualquier freno. Dos últimas noticias agravan sustancialmente la situación: el asesinato de su opositor más importante, Boris Nemtsov;  y la revelación de la existencia de una “guardia pretoriana” (3,000 “lobos” motorizados) que lo protegen, preparan el terreno para sus acciones políticas y que su líder (Alexander Zaldostanov) es calificado por Putin como su “hermano”.

Para parar al enemigo es bueno tener una perspectiva amplia de sus raíces y planes. Por ello, recomendamos darle una mirada a este muy importante análisis de Nouriel Roubini:

Por Nouriel Roubini. Publicado el 24 de noviembre 2014

Durante el último año, el conflicto en Ucrania ha llegado peligrosamente a un estado de una casi guerra no declarada.

En el este de Ucrania, separatistas rusos – algunos usan lo que parecen ser uniformes militares rusos – continúan combatiendo el ejército ucraniano, sufriendo pérdidas a ambos lados, a pesar de varios acuerdos de alto al fuego.

Pero en un sentido más amplio, la crisis en Ucrania representa una metáfora de la ambición cada vez más imperial de Putin. El desbloqueo de ese rompecabezas comienza con Vladimir Putin, y las cuáles son, según todas las apariencias, sus planes para reconstituir el Imperio Ruso.

El LargoBrazo de Moscú – Una experiencia directa

Yo personalmente experimenté el largo brazo de la maquinaria política de Vladimir Putin hace dos años, cuando me estaba preparando para un viaje a Moscú.

En mayo de 2012, el Financial Times (FT) publicó un artículo de opinión que escribí con el politólogo IanBremmer. Ian y yo dijimos que creíamos que Rusia estaba en el camino equivocado.

Enumeramos muchas razones por qué: la intervención de Rusia en el capitalismo de Estado; una sensación generalizada de autoritarismo; y una población en declive demográfico, así como las rampantes enfermedades impulsadas socialmente como el alcoholismo.

Pocos días después de que el FT publicara nuestro artículo de opinión, Ian y yo íbamos a encontrarnos con algunos responsables políticos de alto nivel en Moscú. Cuando llegamos, la mitad de la gente con quien teníamos previsto reunirnos decidió cancelar repentinamente. Esto no es sorprendente: la corrupción en Rusia se ha convertido en endémica en el sistema político.

El Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, muestra al gobierno ruso en el puesto 127º de un total de 177 países calificados.

Edificio del imperio, al estilo del siglo 21

Rusia siempre se ha considerado un imperio, incluso antes de la Revolución Bolchevique.

En los días zaristas, la Rusia imperial era una gran potencia que creía que los estados que servían de barrera eran necesarios para mantener su seguridad y su lugar en el mundo. La Unión Soviética mantuvo ‘Estados Cliente’ en Europa oriental y central para mantener una esfera de influencia mucho más grande que su propio territorio.

La complejidad organizativa del siglo 21 ha dado a los constructores de imperios una nueva herramienta para consolidar su poder: la unión supranacional.

La creación de la Unión Europea

El 1 de enero de 1999, 11 países europeos democráticos, se unieron oficialmente para crear una moneda común – el euro.La zona euro, junto con su homólogo de libre comercio, la Unión Europea, representó la culminación de una Europa unida.

Tal vez no sea sorprendente que el intento de Putin de construir su imperio haya tomado la Unión Europea y la zona euro como plantillas para consolidar el poder.

La Unión Económica Euroasiática (UEE), que entraría oficialmente en vigor el 1 de enero de 2015, es la última oferta de Putin para unir a los territorios de la antigua Unión Soviética. Los territorios originales que se incluirán en la unión fueron Rusia, Bielorrusia y Kazajstán, pero el tratado fue modificado en octubre para incluir a Armenia. La nación de Kirguistán pronto podría seguir el ejemplo.

La Unión Económica Euroasiática: ¿Una rival de la UE?

La Unión Económica Euroasiática es una “unión aduanera”, una zona de libre comercio con un arancel común aplicado a los productos extranjeros.

La UEE está todavía en fase de gestación. La historia de la Unión Europea sugiere que con el tiempo, que una zona de libre comercio puede expandirse, que bien puede ser el objetivo de Putin.

Putin no quiere crear simplemente otro Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Su objetivo es crear otro UE – un rival de la UE – con el Kremlin ejerciendo el poder real detrás del telón.

Para entender el proyecto de construcción del imperio que Putin ha emprendido, tiene sentido pensar en el EEU como una unión política. Un primer paso necesario, llevando a una mayor integración económica.

Mientras crece la unión aduanera, de comercio y financiera, crecen los vínculos de integración de sus estados constituyentes. Luego pueden estabilizar sus tipos de cambio de divisas, llegando a interconectarse suficientemente como para desarrollar una moneda común.

La experiencia de la zona euro sugiere que el mantenimiento de una unión monetaria requiere una completa unión bancaria, fiscal y económica. Esto sugiere el foco del plan de Putin. Si Rusia quiere establecer a la UEE como rival de la UE, entonces debe incluir a Ucrania, el mayor vecino de Rusia al oeste.

Como escribió Zbigniew Brzezinski, asesor de Seguridad Nacional de Jimmy Carter: “Sin Ucrania, Rusia deja de ser un imperio, pero con Ucrania sobornada y subordinada, Rusia se convierte automáticamente en un imperio”.

Y, en efecto, lo que comenzó como una unión aduanera se está convirtiendo en una amplia unión económica para los miembros de la UEE en el 2015. Rusia ya le ha sugerido duramente a Kazajstán y Bielorrusia que deberían empezar a estabilizar sus monedas y, finalmente, pensar en una moneda común. Incluso hay propuestas para el inicio de una unión bancaria, con la regulación y supervisión conjunta de los bancos de la UEE.

Rusia está presionando la cuestión, y la delicada transición política en Kazajstán puede dar a Rusia la oportunidad de “hacer una Ucrania” en Kazajstán, como veremos a continuación.

La retórica de Putin es que Rusia debe proteger a las minorías étnicas rusas de la antigua Unión Soviética donde quiera que estén (unos 25 millones de rusos étnicos viven en esas antiguas repúblicas soviéticas).

¿Qué haría una Guerra de Sanciones?

En el sentido geoestratégico, Ucrania desempeña un papel clave en el desarrollo de la UEE, pero hay riesgos de una escalada del conflicto. El escenario ‘pesadilla’ para Occidente y para los inversores, es una guerra de crecientes sanciones con Rusia.

Hasta ahora, las sanciones de Occidente se han dirigido sólo a los individuos y las empresas clave en Rusia, y se han limitado principalmente a organizaciones específicas. Las sanciones han tratado de estimular los mercados financieros a poner  una mayor prima de riesgo a las inversiones rusas, pero se han mantenido al margen de las restricciones comerciales generales.

Rusia tomó represalias con contra-sanciones, concretamente la prohibición de las importaciones de alimentos y las restricciones a la ropa importada, los coches, y otros productos para los ministerios del gobierno. Junto con un rublo ruso mucho más débil, lo que reduce el poder adquisitivo de Rusia en el mundo. El gobierno ruso está ahora tratando de reemplazar estos productos con producción nacional.

Pero la verdadera preocupación es la energía. Aproximadamente un tercio del suministro de gas de Europa proviene de Rusia y cerca de la mitad de ese gas se transporta a través de Ucrania.

Según Eurostat, Alemania obtiene alrededor de un tercio y Suecia casi la mitad de su energía importada de Rusia. Polonia, Eslovaquia, Bulgaria y Lituania dependen de Rusia para el 90% o más de su energía importada, excluido el comercio dentro de la UE.

Las importaciones energéticas de Europa

Si Occidente decide imponer sanciones más estrictas contra Rusia, esta podría tomar represalias con la sanción suprema contra Occidente – cortar el suministro de gas natural a Europa.

Si el conflicto entre Ucrania y Rusia escalase a una guerra, que por el momento, no parece probable, el riesgo de un embargo desastroso de energía aumentaría dramáticamente, aunque esto también dañaría la economía rusa.

La presión del gas ya ha caído en Polonia y la República Checa, enviando ondas de miedo sobre el suministro de energía a través de Europa occidental.

Las líneas de gas rusas cruzan Ucrania

En el caso de un embargo de gas ruso a Europa occidental, ¿a quién vendería Rusia su gas natural?

Mientras que Putin podría intentar redirigir las ventas de gas natural a su socio comercial, China, pero la infraestructura necesaria para el transporte de gas aún no se ha completado, y hacerlo operativo tomará años.

En el otro lado de la ecuación, las tensiones con Rusia ya han llevado a algunos países europeos a firmar contratos con los Estados Unidos para un futuro suministro de gas natural.

No es sólo Ucrania

He viajado recientemente a la nación centroasiática de Kazajstán, que es una ex república soviética y miembro fundador de la UEE de Putin. Rusia tiene profundos y duraderos lazos económicos con Kazajstán. Kazajstán es el mayor país sin salida al mar en el mundo, y el noveno país más grande por masa de tierra en general. Su límite al norte con Rusia mide más de 4,000 kilómetros. Aproximadamente una cuarta parte de la población de Kazajstán (17 millones) es de étnica rusa, pero, en el norte y oeste del país, los rusos étnicos representan entre el 40-50% de la población.

En agosto (2014), en un inquietante giro de los acontecimientos, el presidente Putin comentó que Kazajstán no ha tenido nunca la condición de Estado independiente y fue históricamente “parte del gran mundo ruso”. También dijo que los ciudadanos de Kazajstán de ascendencia rusa necesitan ser protegidos y insistirían en su protección si las tensiones siguieran en aumento. Kazajstán, naturalmente, se ofuscó por esta retórica, que era especialmente inquietante dado que Putin había hecho declaraciones casi idénticas sobre los rusos étnicos en Ucrania.

Esto deja a muchos Kazakhstanies preocupados por los planes de Putin. También hay preocupaciones acerca de si la población étnica rusa de Kazajistán morderá el anzuelo y comenzará a hacer valer sus “derechos” con fuerza, como han hecho en Ucrania.

Kazajstán ha jugado un fascinante ejercicio de equilibrio entre Rusia, China, y en menor medida con Occidente. Kazajstán vende más de la mitad de sus exportaciones a China.

Yo no creo que haya ningún motivo para una gran preocupación por Kazajstán en el corto plazo, pero la incertidumbre sobre la sucesión después de que Nazarbayev deje la presidencia podría hacerlos vulnerables.

A diferencia de muchos otros países de la región, Kazajstán tiene algunas ventajas económicas significativas, incluyendo considerables exportaciones de recursos y el  haber salvado sus ganancias petroleras en su fondo de riqueza soberana.

Putin también ha participado en tácticas de intimidación similares en Armenia, Moldavia, Kirguistán y Tayikistán, que son relativamente pobres, naciones sin litoral, con pocos recursos y riqueza limitada, y ahora parece probable su unión a la UEE.

Si bien estos conflictos territoriales pueden parecer distantes de los inversores occidentales, tomadas en su conjunto, equivalen a un patrón de comportamiento en una región potencialmente volátil del mundo que los inversores no deben ignorar.

Desafiando la Infraestructura Global

También en el frente geopolítico, Rusia y sus socios BRICS – Brasil, India, China y Sudáfrica – están trabajando en la creación de un banco de desarrollo que servirá como una alternativa al FMI y al Banco Mundial. Este es un ejemplo más del preocupante deseo de Rusia de dar la espalda a Occidente.

También se ha especulado que Rusia y China están planeando crear un sistema de pago internacional para reemplazar el sistema SWIFT con el fin de limitar la capacidad de los EE.UU. y Europa de imponer sanciones financieras contra ellos. Sin embargo, el apoyo a estas ideas se han enfriado en China, donde la idea de sustituir el sistema SWIFT ha sido rechazada.

Además, las recientes revelaciones de vigilancia electrónica de los EEUU pueden llevar a Rusia y otros estados no liberales a restringir el acceso a Internet y crear sus propias redes de datos bajo control nacional.

La creación de una UEE que esté menos ligada a Occidente a través del comercio, las  finanzas, el pago electrónico y la comunicación puede ser una fantasía romántica para Rusia dados los costos fiscales que dicho proyecto supondría, costos que ahora Rusia no puede permitirse.

Por otra parte, la reciente caída de los precios del petróleo ha conducido a la caída libre del rublo y a una casi recesión en Rusia el 2014 y posiblemente el 2015.

A pesar de estos contratiempos, Putin sigue siendo muy popular en su país, donde el control de los medios ha tejido la historia de una Rusia que solo quiere ayudar a sus primos étnicos en Ucrania. Sin embargo Putin,que es una persona muy tenaz, se aferra al sueño de la UEE.

Consideraciones finales

En su conjunto, el comportamiento de Vladimir Putin sugiere que su objetivo es mantener a los antiguos Estados miembros de la Unión Soviética lo suficientemente inestables como para que renuncien a vínculos más estrechos con Occidente. Su plan es multifacético -parte político, parte militar, parte geoestratégico- y centrado en maximizar la influencia rusa en la región.

Contrarrestando los riesgos de la región los bancos centrales de la G4-la Reserva Federal de los Estados Unidos, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón- han mantenido las tasas de interés lo suficientemente bajas como para suprimir la volatilidad del mercado.

Hasta el momento, el apoyo de los bancos centrales han servido como un contrapeso eficaz a la percepción de riesgo geopolítico en lugares como Ucrania. Los precios del mercado de valores se han mantenido relativamente estables desde que comenzó la crisis en Ucrania hace casi un año.

Todavía hay mucho riesgo en el mundo de hoy. Como inversionista, uno debe prestar atención a esos eventos, pero sin asumir que el riesgo geopolítico se traducirá en una corrección masiva de los precios de los activos.

La vigilancia y la observación cuidadosa es una necesidad – el pánico no.

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Ucrania no puede convertirse en Siria

Ucrania no puede convertirse en Siria

El camino para alcanzar un acuerdo de paz y desbloquear la situación puede resumirse en 14 palabras: Putin debe retirar sus fuerzas, y Kiev recuperar el control de su frontera oriental.

Por Timothy Garton Ash. Catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, donde dirige en la actualidad el proyecto freespeechdebate.com, e investigador titular de la Hoover Institution en la Universidad de Stanford

(El País, 17 de Febrero del 2015)

“¡Nunca más!”, gritaron los europeos tras la Primera Guerra Mundial. Y volvió a suceder. “¡Nunca más!”, gritaron los europeos en 1945; y volvió a ocurrir. “¡Nunca más!”, gritaron los europeos después de Bosnia, en 1995; y ahora ha vuelto a pasar. Espero y dudo, en igual medida, que el acuerdo de alto el fuego de Minsk, logrado gracias a los heroicos esfuerzos de Angela Merkel, permita alcanzar la paz. Pero, aun en el improbable caso de que así sea, vean lo que ya hemos permitido que ocurra.

Otro país europeo desgarrado por la fuerza. Según los cálculos de la ONU, han muerto al menos 5.400 personas, alrededor de 13.000 han resultado heridas y 1,6 millones han tenido que abandonar sus hogares. Rusia se ha anexionado oficialmente Crimea, que formaba parte de un Estado soberano vecino. El acuerdo de alto el fuego de la semana pasada, Minsk 2, establece que Ucrania no recuperará el pleno control de su frontera oriental con Rusia hasta finales de este año, y solo si celebra elecciones en las regiones de Donetsk y Lugansk y les concede un estatus especial constitucional. También dice que el Gobierno de Kiev debe seguir pagando las pensiones, los salarios y los servicios de esas regiones. Imagínense que solo tienen permiso para cerrar la puerta posterior de su casa si ceden el cuarto de estar a una persona que les está apuntando con una pistola a la cabeza, y además deben seguir pagando sus facturas.

Las personas razonables podrán discrepar sobre la mejor forma de defenderse contra una agresión tan descarada, pero, por lo menos, no debemos hacernos ilusiones sobre lo que está sucediendo delante de nuestras narices. Vladímir Putin está retando deliberadamente a la Unión Europea con una manera de hacer política diferente, antigua y peor. La fuerza impone su razón. Lo negro es blanco. La guerra vuelve a mandar, y el derecho se arrastra como puede hasta una zanja, como un refugiado herido.

Todo ello, en un país cuya integridad territorial juraron solemnemente proteger Rusia, Estados Unidos y Gran Bretaña —claro que, ¿a quién le importa lo que diga hoy Gran Bretaña?— de acuerdo con el memorándum de Budapest de 1994, a cambio de que Ucrania, recién independizada, aceptara entregar uno de los mayores arsenales de armas nucleares del mundo. Cito: “La Federación Rusa, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y Estados Unidos reafirman su compromiso… de respetar la independencia y la soberanía y las fronteras actuales de Ucrania”. Firmado por Borís Yeltsin, Bill Clinton y John Major. Imaginen la lección que este quebrantamiento de promesa enviará a otras potencias nucleares o que pretenden serlo: hagas lo que hagas, no te creas una palabra de lo que te garanticen y no renuncies a tus armas nucleares.

La ley de la jungla de Moscú contra la jungla de leyes de Bruselas. ¿Quién está ganando? “Rusia”, responde el conocido realista estadounidense John Mearsheimer. ¿Y qué podemos hacer? “Occidente debe intentar que Ucrania sea un Estado neutral que sirva de tapón entre Rusia y la OTAN. Que sea como Austria durante la Guerra Fría. Para ello, Occidente debería abandonar de forma explícita la ampliación de la Unión Europea y la OTAN”. Vale, gracias, profesor realista. ¿Quizá le gustaría encargarse usted de hacerlo? Tenemos el sitio perfecto para que celebre su cumbre de realpolitik: Yalta, donde, en 1945, Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill dieron una ambigua legitimidad a la ocupación soviética del este de Europa. Yalta, en la anexionada Crimea.

¿Qué derecho tenemos a ordenar a unos países independientes y soberanos que sean Estados tapones neutrales? Gary Kaspárov, que conoce Rusia un poco mejor que Mearsheimer, tuiteó recientemente: “Los realistas parecen tan contentos de condenar a millones de ucranios a vivir como prisioneros en un territorio ocupado. En Europa, en pleno siglo XXI”. El otro día hablé con Kaspárov sobre Ucrania. Me dijo que había estado en Kiev para conmemorar el 20º aniversario del memorándum de 1994; su opinión sobre la tragedia es audaz y original, como su forma de jugar al ajedrez. Insiste en que no se trata de un conflicto entre Ucrania y Rusia, sino entre dos Rusias, que equipara, con licencia poética, con el Rus de Kiev y la Horda Dorada.

Aunque las encuestas que muestran la increíble popularidad actual de Putin en Rusia son creíbles, no debemos cometer el error de identificar al político con el país. También Adolf Hitler gozó de enorme popularidad durante un tiempo, igual que Slobodan Milosevic. Los pueblos pueden dejarse llevar por rumbos desastrosos, sobre todo cuando una hábil propaganda sabe explotar los mitos y los agravios nacionales más arraigados. Entonces, unos años después, la gente se despierta y empieza a pagar el precio. Estar en contra de Putin no es estar en contra de Rusia. Es defender el futuro de Rusia a largo plazo y apoyar a los ciudadanos más acosados, que representan la otra Rusia.

Putin está infringiendo precisamente el principio que siempre ha dicho que debía constituir la base de las relaciones internacionales: la soberanía incondicional de los Estados. ¡Pero qué desfachatez —exclamarán—, que unos países que invadieron Irak critiquen a otros por violar la soberanía de un Estado! A lo cual respondo que tienen razón, que la invasión angloamericana de Irak estuvo mal, desde el punto de vista legal, moral y estratégico, pero que eso no es excusa para volver a hacer lo mismo en este caso.

En Siria, dirán quizá otros, tenemos unos campos de exterminio que hacen que Ucrania parezca casi un país pacífico, y la ONU habla nada menos que de 3,8 millones de refugiados. ¿Qué está haciendo Occidente al respecto? ¿Es que las vidas de los árabes valen menos que las de los europeos, las de los musulmanes, menos que las de los cristianos? Cada 15 días me despierto pensando: “¿No debería escribir sobre Siria?”. Pero, aparte de que sé mucho menos sobre Oriente Próximo que sobre Europa, lo que he aprendido de los expertos no indica ninguna forma clara de avanzar. Da la impresión de que hay demasiados grupos sobre el terreno, envueltos en el conflicto, y que cuentan con el respaldo de demasiadas potencias extranjeras (entre ellas Rusia, que apoya a Bachar el Asad).

Aquí, en cambio, a pesar de la complejidad de Ucrania, existe una manera de desbloquear la situación, que se puede resumir en 14 palabras: Putin debe retirar sus fuerzas y Ucrania recuperar el control de su frontera oriental. De modo que, a diferencia de Siria, la clave está en que un actor político cambie de comportamiento. Por supuesto, eso no detendría de la noche a la mañana a los airados separatistas que luchan en nombre de la República Popular de Donetsk. En el este de Ucrania, como en Bosnia y en Siria, la radicalización provocada por la brutalidad de la guerra ha transformado a los vecinos en enemigos. Kiev tendría que demostrar un enorme sentido político y mucha imaginación para reconstruir un Estado verdaderamente federal, en el que los que se identifican como rusos puedan volver a sentirse razonablemente a gusto. Pero el camino para alcanzar cualquier acuerdo de paz comienza con esas 14 palabras.




El silencio, el fanatismo y la vida

El silencio, el fanatismo y la vida

Tras el atentado perpetrado en Francia contra la revista Charlie Hebdo, Occidente giró su mirada hacia el islamismo replanteando su postura frente al reciclado avance histórico de fanatismos de todo tipo

REFLEXIONES DE EMANUEL TANAY

TerritorioDigital.com

Lunes 19 de enero de 2015

POSADAS:

Desde San Ignacio, Olga Leiciaga remitió a Letras esta pieza de Claude Benoit. La profesora Benoit da clases académicas en el Departamento de filología francesa de Valencia (España) y en esta oportunidad aborda el mensaje de Emanuel Tanay, sobreviviente del holocausto nazi, en relación a la cíclica resurrección funesta del fanatismo.

El doctor Emanuel Tanay, nacido en 1928, es actualmente un reconocido psiquiatra forense radicado en los Estados Unidos.

Escrito por Javier Arguindegui

El silencio

“Un hombre cuya familia pertenecía a la aristocracia alemana antes de la Segunda Guerra Mundial fue propietario de una serie de grandes industrias y haciendas. Cuando se le preguntó ¿cuántos de los alemanes eran realmente nazis?, la respuesta que dio puede guiar nuestra actitud hacia el fanatismo. ‘Muy pocas personas eran nazis en verdad’, dijo, ‘pero muchos disfrutaban de la devolución del orgullo alemán, y muchos más estaban demasiado ocupados para preocuparse. Yo era uno de los que sólo pensaba que los nazis eran un montón de tontos.

Así, la mayoría simplemente se sentó a dejar que todo sucediera. Luego, antes de que nos diéramos cuenta, los nazis eran dueños de nosotros, se había perdido el control y el fin del mundo había llegado. Mi familia perdió todo. Terminé en un campo de concentración y los aliados destruyeron mis fábricas. Se nos dice que la gran mayoría de los musulmanes sólo quieren vivir en paz’”.

El fanatismo

“El hecho es que los fanáticos dominan el Islam, tanto en este momento como en la historia. Son los fanáticos los que marchan. Se trata de los fanáticos los que producen guerras. Se trata de los fanáticos los que sistemáticamente masacran cristianos o grupos tribales en África y se van adueñando gradualmente de todo el continente en una ola islámica. Estos fanáticos son los que ponen bombas, decapitan, asesinan. Son los fanáticos los que toman mezquita tras mezquita. Se trata de los fanáticos los que celosamente difunden la lapidación y la horca de las víctimas de violación y los homosexuales. Se trata de los fanáticos los que enseñan a sus jóvenes a matar y a convertirse en terroristas suicidas.

El hecho cuantificable y duro es que la mayoría pacífica, la ‘mayoría silenciosa’ es intimidada e imperceptible. La Rusia comunista estaba compuesta de los rusos, que sólo querían vivir en paz. Sin embargo, los comunistas rusos fueron responsables por el asesinato de cerca de 50 millones de personas. La mayoría pacífica era irrelevante. La enorme población de China era también pacífica, pero los comunistas chinos lograron matar la asombrosa cifra de 70 millones de personas. El individuo japonés medio antes de la Segunda Guerra Mundial no era un belicista sádico. Sin embargo, Japón asesinó y masacró, en su camino hacia el sur de Asia Oriental, en una orgía de muerte que incluyó el asesinato sistemático, a 12 millones de civiles chinos, la mayoría muertos por espada, pala y bayoneta.

Y, ¿quién puede olvidar Ruanda, que se derrumbó en una carnicería? ¿Podría no ser dicho que la mayoría de los ruandeses eran amantes de la paz?”.

La vida

“Las lecciones de la historia son con frecuencia increíblemente simples y contundentes. Sin embargo, a pesar de todos nuestros poderes de la razón, muchas veces perdemos el más básico y sencillo de los puntos: los musulmanes amantes de la paz se han hecho irrelevantes por su silencio.

Los musulmanes amantes de la paz se convertirán en nuestro enemigo si no se pronuncian, porque al igual que mi amigo de Alemania, se despertarán un día y encontrarán que los fanáticos los poseen, y el fin de su mundo habrá comenzado. Los alemanes, amantes de la paz, japoneses, chinos, rusos, ruandeses, serbios, afganos, iraquíes, palestinos, somalíes, nigerianos, argelinos, y muchos otros han muerto a causa de que la mayoría pacífica no se pronunció hasta que fue demasiado tarde.

En cuanto a nosotros, que somos espectadores ante los eventos en desarrollo, debemos prestar atención al único grupo que cuenta: los fanáticos que amenazan nuestra forma de vida”.