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Dejar a los pobres desconectados del mundo moderno

Dejar a los pobres desconectados del mundo moderno

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Mientras el mundo avanza en la nueva revolución industrial, el Perú retrocede con una visión pre-moderna de tintes autárquicos.

1. La revolución tecnológica y la mejora de vida en los países más ricos

El mundo ha entrado de lleno a la Cuarta Revolución Industrial, caracterizada por profundos cambios tecnológicos en todos los aspectos de la vida del hombre moderno. Hablamos de disrupciones que están afectando a los gobiernos, a las empresas y a las personas; con cambios tectónicos en los espacios del trabajo, la educación, la salud, las infraestructuras y el ocio.

La inteligencia artificial, Big Data, Blockchain, impresoras 3D, robótica, internet de las cosas, nanotecnologías, computación en la nube y realidad aumentada, entre otras; han tomado todos los espacios de la vida moderna, generando obsolescencias y aumentos brutales de productividad.

Se ha pasado de la producción en masa a la oferta de valor de uno a uno. Por ejemplo, esto conlleva cambios de paradigmas en educación y salud. En educación, implica la posibilidad de potenciar las capacidades de cada estudiante. Y en salud, representa pasar de una medicina enfocada en curar, a una capaz de prevenir las enfermedades y de monitorear la salud de cada ser humano.

Todo esto requiere mucha inversión y recursos económicos, tanto para investigación y desarrollo, como para la adopción de las nuevas tecnologías. Los países más ricos están luchando para asegurarse que esta revolución no deje detrás a partes importantes de su población.

2. El gran reto de los países menos prósperos

Para los países menos prósperos, como el Perú, el gran reto es crecer para engancharse en la revolución tecnológica, y no dejar a los ciudadanos sin acceso a los nuevos estándares de vida que gozarán las poblaciones de los países más ricos.

  • Ello conlleva necesariamente, promover la inversión -especialmente la inversión privada, que representa el 80% del total-, el crecimiento de la economía, y por supuesto, generar riqueza.
  • Conlleva también tener un sector privado innovador y desarrollista, que apueste por el futuro del país, generando empleo, capacitando a sus trabajadores, integrando cadenas productivas, aportando recursos públicos y participando activamente en la formación de políticas públicas.
  • También conlleva la presencia de un Estado que priorice la cobertura y calidad de servicios públicos de calidad, especialmente en educación, salud e infraestructuras.
  • Asimismo, se requiere de mucho mejor articulación entre el gobierno central y los sub-nacionales, promover la integración del sector público y privado, sujetar a los funcionarios públicos a los límites fijados por la Constitución y las leyes, una efectiva rendición de cuentas y mecanismos efectivos para la prevención de la corrupción.

Para facilitar la creación de riqueza, un país pobre como el Perú, tiene que apostar por una economía abierta, organizada como una economía social de mercado, debe promover agresivamente la inversión privada de peruanos y extranjeros y fomentar el crecimiento de nuestras exportaciones, aprovechando las múltiples y abundantes riquezas que están a nuestra disposición. Para el Perú, no hay otra forma de crear riqueza.

3. La gran condena a los pobres en el Perú

Lamentablemente, lo que está ocurriendo en el Perú, es todo lo contrario. Tenemos un gobierno en el que el partido de gobierno y sus aliados, están atrapados en estructuras mentales pre-modernas del izquierdismo decimonónico y empobrecedor de inspiración marxista, que no ha logrado el bienestar en ningún país del mundo, a lo largo de la historia.

Peor aún, todas nuestras izquierdas están influidas e inspiradas en el Pos-extractivismo, que postula producir lo menos posible de todo, consumir lo que produces, proteger a los productores locales desincentivando las importaciones y desalentando las exportaciones.

Además, promueven el llamado ‘buen vivir’, una visión bucólica de la vida rural en un país urbanizado. También llamado “‘Sumak kawsay’, un neologismo quechua creado en los años 90 como una propuesta política y cultural de organizaciones socialistas-indigenistas y adoptada posteriormente por los gobiernos del movimiento por el socialismo del siglo XXI en Ecuador y Bolivia” (Wikipedia).

Consecuencias de la gran condena

En pocas palabras podemos decir que mientras el mundo avanza en la nueva revolución industrial, el Perú retrocede con una visión pre-moderna de tintes autárquicos.

Rechazar la inversión privada, las tecnologías modernas y encomendar la cosa pública a los amigos y colegas políticos, en vez de convocar a los más capacitados, garantiza que los peruanos quedemos fuera del mundo moderno.

Pero los más perjudicados serán nuestros pobres, aquellos que las izquierdas dicen defender. Los ciudadanos más solventes podrán acceder a ese mundo tecnologizado, en educación y salud, por ejemplo. Les costará más que a un europeo o estadounidense, pero tendrán acceso a una mejor calidad de vida, o se irán al extranjero, pero sus hijos serán parte de ese nuevo mundo.

En cambio, nuestros pobres, en un país que no invierte, que no crece, que no crea riqueza, no tendrán acceso a una buena educación, o a la salud preventiva que garantiza una mejor calidad de vida, o a gozar de buenas infraestructuras.

Con las políticas que ofrecen Perú Libre y sus aliados, nuestros pobres serán condenados a vivir en los arrabales del mundo moderno.

Los peruanos que conocemos de este trance y del desenganche político del gobierno con el mundo de nuestros días, tenemos que contrastar sus ideas y comunicar a la opinión pública, que nada, excepto la torpeza o el juego político, justifican esta gran condena a la pobreza.

Con buenas políticas públicas, el Perú puede crecer al 7 u 8% por año y ser parte de la modernidad. Comprometámonos en la batalla de las ideas. Lampadia




Cuatro tendencias de cambio global

Cuatro tendencias de cambio global

A continuación, reproducimos un interesante artículo publicado por la prestigiosa consultora global McKinsey en el 2015 que, a pesar de lo sui generis que resultó el año 2020 por la pandemia, consideramos que aún tiene mucha vigencia para explicar los profundos cambios que este mundo está experimentando desde la década de 2010.

Titulado “Las cuatro fuerzas globales rompiendo todas las tendencias” constituye un extracto del libro No Ordinary Disruption – escrito por Richard Dobbs, James Manyika, y Jonathan Woetzel – que esboza con bastante detalle los polos que desde el lado geopolítico, tecnológico, demográfico y de integración comercial y financiera determinarán el crecimiento y el desarrollo de la economía mundial en las próximas décadas.

Plantea una interesante reflexión sobre temas de los cuales ya hemos escrito anteriormente como la convergencia entre occidente y el mundo asiático, la 4ta Revolución Industrial y el proceso de desglobalización en el que se vio inmerso el mundo desde el presente siglo con la crisis financiera del 2008 y cuya dinámica se transformó con el conflicto comercial EEUU-China iniciado por Trump.

El libro constituye pues una lectura obligatoria, como mencionan los autores, tanto para hacedores de política como para líderes empresariales que buscan reformular y adecuar sus organizaciones y espacios de trabajo hacia los nuevos desafíos que le demandará el devenir de los próximos años. Lampadia

Cuatro fuerzas globales que rompen todas las tendencias

Richard Dobbs, James Manyika, and Jonathan Woetzel
1 de abril, 2015
McKinsey & Company Home Strategy & Corporate Finance
Traducida y comentada por Lampadia

El sistema operativo de la economía mundial se está reescribiendo. En este extracto exclusivo del nuevo libro No Ordinary Disruption, sus autores explican las tendencias que están remodelando el mundo y por qué los líderes deben adaptarse a una nueva realidad.

 

En la Revolución Industrial de finales del siglo XVIII y principios del XIX, una nueva fuerza lo cambió todo. Hoy nuestro mundo está atravesando una transición aún más dramática debido a la confluencia de cuatro fuerzas disruptivas fundamentales, cualquiera de las cuales se ubicaría entre los cambios más grandes que la economía global haya visto. En comparación con la Revolución Industrial, estimamos que este cambio está ocurriendo diez veces más rápido y a una escala 300 veces mayor, o aproximadamente 3,000 veces el impacto. Aunque todos sabemos que estas interrupciones están sucediendo, la mayoría de nosotros no comprendemos su magnitud completa y los efectos de segundo y tercer orden que resultarán. Por mucho que las ondas puedan amplificarse entre sí, estas tendencias están ganando fuerza, magnitud e influencia a medida que interactúan, coinciden y se alimentan unas de otras. Juntas, estas cuatro tendencias disruptivas fundamentales están produciendo un cambio monumental.

1. Más allá de Shanghái: la era de la urbanización

La primera tendencia es el cambio del lugar de la actividad económica y el dinamismo hacia mercados emergentes como China y a ciudades dentro de esos mercados. Estos mercados emergentes están atravesando revoluciones industriales y urbanas simultáneas, desplazando el centro de la economía mundial hacia el este y el sur a una velocidad nunca antes vista. Tan recientemente como en 2000, el 95% de Fortune Global 500, las empresas internacionales más grandes del mundo, incluidas Airbus, IBM, Nestlé, Shell y The Coca-Cola Company, por nombrar algunas, tenían su sede en economías desarrolladas. Para 2025, cuando China albergará más empresas grandes que EEUU o Europa, esperamos que casi la mitad de las grandes empresas del mundo, definidas como aquellas con ingresos de 1,000 millones de dólares o más, tengan su sede en mercados emergentes. “A lo largo de los años, la gente en nuestra sede, en Frankfurt, comenzó a quejarse: ‘Ya no te vemos mucho por aquí’”, dijo Josef Ackermann, ex director ejecutivo de Deutsche Bank. “Bueno, había una razón: el crecimiento se ha trasladado a otros lugares: a Asia, América Latina, Oriente Medio”.

Quizás igualmente importante, el lugar de la actividad económica está cambiando dentro de estos mercados. La población urbana mundial ha aumentado en un promedio de 65 millones de personas al año durante las últimas tres décadas, el equivalente a agregar siete Chicagos al año, cada año. Casi la mitad del crecimiento del PBI mundial entre 2010 y 2025 provendrá de 440 ciudades en mercados emergentes, el 95% de ellas ciudades pequeñas y medianas de las que muchos ejecutivos occidentales ni siquiera han oído hablar y no podrían señalar en un mapa. Sí, Mumbai, Dubai y Shanghai son familiares. Pero, ¿qué pasa con Hsinchu, en el norte de Taiwán? ¿El estado brasileño de Santa Catarina, a medio camino entre São Paulo y la frontera uruguaya? ¿O Tianjin, una ciudad que se encuentra a unos 120 kilómetros al sureste de Beijing? En 2010, estimamos que el PBI de Tianjin era de alrededor de US$ 130,000 millones, lo que lo hace aproximadamente del mismo tamaño que Estocolmo, la capital de Suecia. Para 2025, estimamos que el PBI de Tianjin será de alrededor de US$ 625,000 millones, aproximadamente el de toda Suecia.

2. La punta del iceberg: aceleración del cambio tecnológico

La segunda fuerza disruptiva es la aceleración del alcance, la escala y el impacto económico de la tecnología. La tecnología, desde la imprenta hasta la máquina de vapor e Internet, siempre ha sido una gran fuerza para cambiar el status quo. La diferencia hoy en día es la absoluta ubicuidad de la tecnología en nuestras vidas y la velocidad del cambio. Pasaron más de 50 años desde que se inventó el teléfono hasta que la mitad de los hogares estadounidenses tuvieran uno. La radio tardó 38 años en atraer a 50 millones de oyentes. Pero Facebook atrajo a 6 millones de usuarios en su primer año y ese número se multiplicó por 100 durante los siguientes cinco años. WeChat, el servicio de mensajería de voz y texto móvil de China, tiene 300 millones de usuarios, más que toda la población adulta de EEUU. La adopción acelerada invita a la innovación acelerada. En 2009, dos años después del lanzamiento del iPhone, los desarrolladores habían creado alrededor de 150,000 aplicaciones. Para 2014, ese número había llegado a 1.2 millones y los usuarios habían descargado más de 75,000 millones de aplicaciones en total, más de diez por cada persona en el planeta. Tan rápido como la innovación se ha multiplicado y extendido en los últimos años, está preparada para cambiar y crecer a una velocidad exponencial más allá del poder de anticipación de la intuición humana.

El poder de procesamiento y la conectividad son solo una parte de la historia. Su impacto se multiplica por la revolución de datos concomitante, que coloca cantidades sin precedentes de información en manos de consumidores y empresas por igual, y la proliferación de modelos de negocios habilitados por la tecnología, desde plataformas minoristas en línea como Alibaba hasta aplicaciones de llamada de automóviles como Uber. Gracias a estas fuerzas que se amplifican mutuamente, cada vez más personas disfrutarán de una edad de oro de los artilugios, de la comunicación instantánea y de la información aparentemente ilimitada. La tecnología ofrece la promesa de progreso económico para miles de millones de economías emergentes a una velocidad que hubiera sido inimaginable sin Internet móvil. Hace veinte años, menos del 3% de la población mundial tenía un teléfono móvil; ahora dos tercios de la población mundial tienen uno, y un tercio de todos los seres humanos pueden comunicarse en Internet.2 La tecnología permite que empresas como WhatsApp comiencen y aumenten de escala a una velocidad asombrosa con poco capital. Los emprendedores y las empresas emergentes ahora disfrutan con frecuencia de ventajas sobre las grandes empresas establecidas. El ritmo vertiginoso de la adopción e innovación tecnológica está acortando el ciclo de vida de las empresas y obligando a los ejecutivos a tomar decisiones y comprometer recursos mucho más rápidamente.

3. Envejecer ya no es lo que solía ser: Respondiendo a los desafíos de un mundo que envejece

La población humana está envejeciendo. La fertilidad está disminuyendo y la población mundial está encaneciendo drásticamente. Si bien el envejecimiento ha sido evidente en las economías desarrolladas durante algún tiempo (Japón y Rusia han visto disminuir sus poblaciones en los últimos años), el déficit demográfico se está extendiendo a China y pronto llegará a América Latina. Por primera vez en la historia de la humanidad, el envejecimiento podría significar que la población del planeta se estabilizará en la mayor parte del mundo. Hace treinta años, solo una pequeña parte de la población mundial vivía en los pocos países con tasas de fecundidad sustancialmente inferiores a las necesarias para reemplazar a cada generación: 2.1 hijos por mujer. Pero para 2013, alrededor del 60% de la población mundial vivía en países con tasas de fertilidad por debajo de la tasa de reemplazo. Este es un cambio radical. La Comisión Europea espera que para 2060, la población de Alemania se reduzca en una quinta parte, y el número de personas en edad de trabajar disminuirá de 54 millones en 2010 a 36 millones en 2060, un nivel que se prevé será menor que el de Francia. La fuerza laboral de China alcanzó su punto máximo en 2012, debido a las tendencias demográficas impulsadas por los ingresos. En Tailandia, la tasa de fecundidad ha caído de 5 en la década de 1970 a 1.4% en la actualidad. Una fuerza laboral más pequeña pondrá una mayor responsabilidad en la productividad para impulsar el crecimiento y puede hacer que reconsideremos el potencial de la economía. El cuidado de un gran número de personas mayores ejercerá una gran presión sobre las finanzas públicas.

4. Comercio, personas, finanzas y datos: mayores conexiones globales

La fuerza disruptiva final es el grado en que el mundo está mucho más conectado a través del comercio y los movimientos de capital, personas e información (datos y comunicación), lo que llamamos “flujos”. El comercio y las finanzas han sido durante mucho tiempo parte de la historia de la globalización, pero en las últimas décadas se ha producido un cambio significativo. En lugar de una serie de líneas que conectan los principales centros comerciales de Europa y América del Norte, el sistema de comercio mundial se ha expandido hasta convertirse en una red compleja, intrincada y en expansión. Asia se está convirtiendo en la región comercial más grande del mundo. Los flujos “Sur-Sur” entre mercados emergentes han duplicado su participación en el comercio mundial durante la última década. El volumen del comercio entre China y África aumentó de US$ 9,000 millones en 2000 a US$ 211,000 millones en 2012. Los flujos mundiales de capital se multiplicaron por 25 entre 1980 y 2007. Más de 1,000 millones de personas cruzaron las fronteras en 2009, más de cinco veces el número en 1980. Estos tres tipos de conexiones se detuvieron durante la recesión mundial de 2008 y se han recuperado solo lentamente desde entonces. Pero los vínculos forjados por la tecnología han avanzado ininterrumpidamente y con una velocidad creciente, marcando el comienzo de una nueva fase dinámica de globalización, creando oportunidades inigualables y fomentando una volatilidad inesperada.

Restableciendo la intuición

Estas cuatro interrupciones cobraron impulso, crecieron en escala y comenzaron a tener un impacto material en la economía mundial a principios del siglo XXI. Hoy en día, están alterando patrones establecidos desde hace mucho tiempo en prácticamente todos los mercados y todos los sectores de la economía mundial, de hecho, en todos los aspectos de nuestras vidas. Dondequiera que miremos, están provocando que las tendencias se desintegren, se separen o simplemente se rompan. El hecho de que los cuatro sucedan al mismo tiempo significa que nuestro mundo está cambiando radicalmente desde aquel en el que muchos de nosotros crecimos, prosperamos y formamos las intuiciones que son tan vitales para nuestra toma de decisiones.

Nuestra intuición se ha formado a partir de un conjunto de experiencias e ideas sobre cómo funcionaban las cosas durante una época en la que los cambios eran incrementales y algo predecibles. La globalización benefició a los bien establecidos y bien conectados, abriendo nuevos mercados con relativa facilidad. Los mercados laborales funcionaron de manera bastante confiable. Los precios de los recursos cayeron. Pero no es así como funcionan las cosas ahora, y tampoco es probable que funcionen en el futuro. Si miramos el mundo a través de un espejo retrovisor y tomamos decisiones sobre la base de la intuición construida en nuestra experiencia, bien podríamos estar equivocados. En el nuevo mundo, los ejecutivos, los formuladores de políticas y las personas deben analizar sus intuiciones desde los primeros principios y restablecerlas audazmente si es necesario. Esto es especialmente cierto para las organizaciones que han tenido un gran éxito.

Si bien está llena de oportunidades, esta era es profundamente inquietante. Y queda mucho trabajo por hacer. Necesitamos darnos cuenta de que mucho de lo que creemos que sabemos sobre cómo funciona el mundo está mal; para controlar las fuerzas disruptivas que transforman la economía global; identificar las tendencias de larga data que se están rompiendo; para desarrollar el coraje y la previsión para despejar los mazos intelectuales y prepararse para responder. Estas lecciones se aplican tanto a los formuladores de políticas como a los ejecutivos de negocios, y el proceso de restablecimiento de su sistema de navegación interno no puede comenzar lo suficientemente pronto.

Es urgente adaptarse a estas nuevas realidades. Sin embargo, a pesar de todo el ingenio, la inventiva y la imaginación de la raza humana, tendemos a ser lentos para adaptarnos al cambio. Existe una poderosa tendencia humana a querer que el futuro se parezca mucho al pasado reciente. En estos bajíos, enormes embarcaciones corporativas se han hundido repetidamente. Revisar nuestras suposiciones sobre el mundo en el que vivimos, y no hacer nada, nos dejará a muchos de nosotros altamente vulnerables. Obtener una perspectiva clara sobre cómo negociar el panorama cambiante nos ayudará a prepararnos para el éxito. Lampadia

Este artículo es un extracto editado de No Ordinary Disruption: The Four Global Forces Breaking All the Trends, (Public Affairs, mayo de 2015). Para obtener más información al respecto y solicitar copias, visite Amazon, Barnes & Noble u otras librerías líderes.




El circuito virtuoso de una buena economía de mercado

El circuito virtuoso de una buena economía de mercado

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Hace 250 años, con la revolución industrial, la humanidad encontró el camino de la prosperidad de sus pueblos.

Desde entonces, con la formación de mercados libres, el capitalismo y el desarrollo del sector empresarial, la humanidad ha transitado desde espacios donde el 95% vivía en la más abyecta pobreza, hacia la prosperidad.

Hoy día, menos del 10% de la población mundial se mantiene en la pobreza. El resto de la población tiene una calidad de vida difícil de imaginar hace 50 años y se ha desarrollado una clase media global de 3,000 millones de personas. Ahora estamos en la cuarta revolución industrial, que ofrece mejoras tecnológicas que pueden mejorar sustancialmente la educación, la salud y la calidad de vida, para lograr mejores democracias y más libertad individual.

Ha habido, por supuesto, otras propuestas de organización de las economías, empezando por el comunismo. Pero ningún país que se haya cerrado al desarrollo de los mercados, ha logrado la prosperidad. La gran mayoría de ellos ha terminado condenando a su población a la pobreza, la escasez y la falta de libertad.

Para mantenernos como parte de este nuevo mundo, necesitamos lograr niveles de ingreso muy superiores de los que tenemos. No se trata de que solo los más pudientes tengan acceso a los beneficios de la modernidad, tenemos que propiciar el acceso de todos los peruanos.

No queremos que nuestros pobres estén excluidos del nuevo mundo. Queremos que todos puedan ser parte del nuevo desarrollo económico y social.

Para ello tenemos que hacer lo que han hecho los países más prósperos en todas las regiones del mundo, crecer y fomentar la inversión privada, invertir en educación, salud, infraestructuras y tecnología.

También necesitamos mejores instituciones y un Estado más eficiente, que brinde buenos servicios públicos, de acceso a una buena justicia y garantice la seguridad pública.

Veamos en el frente económico, como podemos dar ese salto de riqueza. Para ello tenemos que crecer y eso solo se puede lograr promoviendo la inversión privada.

Con más inversión privada podemos generar empleo de calidad y recursos fiscales para tener un Estado fuerte y eficiente, que de buenos servicios y que remunere adecuadamente a los servidores públicos. Se trata de generar el circuito virtuoso de una buena economía de mercado, que genere mejores ingresos y condiciones de vida.

Una buena economía de mercado implica tener reglas claras bajo las cuales se desarrollen las inversiones. Las empresas deben ser consecuentes con su responsabilidad en aspectos sociales y ambientales, y en su capacidad de contribuir al bienestar general.

Pero las reglas que establezca el Estado para regular a las empresas, deben ser sensatas y basadas en criterios técnicos, restando espacios de discrecionalidad a los funcionarios públicos, que son justamente, los espacios de la corrupción.

Una pregunta que cabe hacerse es si el Perú tiene la capacidad de generar riqueza. Y la respuesta es que el Perú es uno de los países con más capacidades para generar riqueza. Tenemos todos los recursos naturales habidos y por haber, y una población esencialmente trabajadora, creativa y longánima.

Lamentablemente, la gran mayoría de candidatos a la presidencia de la República, por no decir todos, está muy lejos de estas ideas. Ven el país como una pequeña parroquia aislada donde se puede gobernar con imaginación y voluntarismo. No salen de enfoques de corto plazo y caen en el inmediatismo de falsas soluciones mágicas.

Los electores tenemos que pensar muy bien por quién votar. Veamos quienes tienen un pensamiento moderno y desarrollista. Difundamos en las redes sociales las ideas de la prosperidad. Nosotros, los ciudadanos comunes, tenemos que crear el espacio de ideas que nos lleven a ser parte del mundo del bienestar. Lampadia




La nueva realidad de la robótica

La nueva realidad de la robótica

La robótica sigue desarrollándose de a pocos, pero certeramente y un ecosistema que parecía asomarse sólo en las películas de ciencia ficción empieza a cobrar forma en la realidad, con especial énfasis en EEUU. Tal es así que hoy en día sus mercados ya incorporan la venta de robots que se erigen y transportan en la tierra con 4 extremidades y con 2 en algunos casos, tratando de emular algunas de las actividades humanas.

Con estas nuevas características los especialistas del sector empiezan a proyectar ocupaciones que podrían desarrollar estos robots en un futuro no muy lejano, las cuales comprenden desde la distribución de mercancías, la automatización de tareas en fábricas hasta el comportamiento autónomo bajo determinados contextos.

Toda esta realidad la describe a detalle un reciente artículo publicado por The Economist que compartimos líneas abajo.

Estos prometedores avances en la robótica consolidarán un proceso que ya veníamos advirtiendo en nuestras anteriores publicaciones en torno a la 4ta Revolución Industrial: un creciente re-alocamiento de empleos desde los sectores primarios y secundarios hacia los terciarios, principalmente servicios de mayor complejidad (ver Lampadia: Automatización demandará nuevos empleos y habilidades).

No debemos ceder a los análisis simplistas de los fatalistas quienes enuncian que los robots provocarán eventualmente una crisis del desempleo de grandes magnitudes. Por el contrario, si bien producirá un desplazamiento de la mano de obra, que será bastante progresivo y no en “saltos” como usualmente se advierte, también suscitará la creación de empleos que demanden desarrollar nuevas habilidades, más innovadoras que a la larga apuntalarán el crecimiento económico. Ello solo puede darnos mejores visos de que el mundo científico todavía tiene mucho por explorar para generar más desarrollo puesto que aún no se han explorado todas las tecnologías disponibles plenamente. Lampadia

Robótica
Los robots que caminan están llegando al mercado

Podrán ir donde la gente pueda, pero los bots existentes no pueden

The Economist
25 de agosto, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Pueden parecer cursi, pero un par de robots que aparecieron recientemente en la Planta de Transmisión Van Dyke de Ford Motor Company, en Detroit, son máquinas de trabajo prácticas. De hecho, pueden apuntar al futuro de la automatización. Poner robots en fábricas no es una idea nueva; unos 2.4 millones de ellos ya están funcionando en plantas de todo el mundo. Pero la mayoría de ellos son poco más que brazos gigantes, atornillados firmemente al suelo, que sueldan y pintan cosas. Aquellos pocos que tienen la movilidad para administrar tareas como entregar componentes lo hacen deslizándose sobre ruedas. Los nuevos dispositivos de Van Dyke son tipos de bestias bastante diferentes. Pueden caminar.

Este par de cuadrúpedos de color amarillo brillante se parecen un poco a perros, lo que llevó a uno a ser apodado Fluffy y al otro Spot (este último apodo es también el nombre oficial que le da a este modelo de robot la firma que los fabrica, Boston Dynamics, una subsidiaria de SoftBank). Sin embargo, la pareja no está allí para divertir a los trabajadores humanos de la fábrica, sino para realizar una tarea importante que Ford espera que le ahorre una tonelada de dinero. Con escáneres láser montados en la espalda, Fluffy y Spot pueden corretear por la planta de 200,000 metros cuadrados recolectando datos. Estos datos se utilizarán para construir un modelo informático detallado de toda la operación de fabricación. Este tipo de modelo se llama gemelo digital y los ingenieros de Ford lo usarán para averiguar cómo reorganizar la línea de producción para producir una nueva caja de cambios.

Con el paso de los años, los planes de fábrica se vuelven obsoletos a medida que se mueven las cosas y se introducen nuevos equipos. Examinar la planta de transmisión a mano llevaría semanas y costaría unos US$ 300,000. Ford reconoce que Fluffy y Spot, que pueden subir escaleras y arrastrarse a áreas difíciles de alcanzar, reducirán el tiempo requerido a la mitad y completarán el trabajo por “una fracción del costo”. Aunque Ford alquila los robots, Boston Dynamics los ha puesto a la venta por 75,000 dólares cada uno. A ese precio, pronto se pagarían por sí mismos realizando tareas como la que se estaba realizando en Van Dyke.

La gama Spot es la primera de los robots andadores de Boston Dynamics que se comercializa. Están empezando a aparecer más máquinas de este tipo de otras empresas y grupos de investigación. Algunos también son cuadrúpedos. Otros son bípedos. El tipo de dos piernas puede ser más ágil y, si está equipado también con brazos, se adapta mejor a tareas como levantar objetos u operar controles. Lo que todas estas máquinas tienen en común es que representan, perdone el juego de palabras, un gran paso adelante en la locomoción de los robots.

Cuatro piernas bien, dos piernas mejor

Si los robots van a ir a donde van las personas, deben poder moverse de la misma forma que las personas. Las ruedas son inútiles para navegar por gran parte del mundo; pregúntele a cualquiera que use una silla de ruedas, dice Aaron Ames, experto en robótica del Instituto de Tecnología de California (Caltech). “Ahora podemos hacer que los robots caminen realmente bien”, dice. Sin embargo, estos robots pueden parecer un poco extraños. Cuando un torso con dos piernas unidas sale del laboratorio del Dr. Ames, causa un poco de sensación en el campus de Caltech. Pero esto es algo a lo que la gente tendrá que acostumbrarse, porque vendrán muchos más.

Sigue habiendo problemas y se necesitan mejoras. “Pero una vez que lleguemos allí, tendremos millones de robots andantes en entornos humanos”, dice Jonathan Hurst, cofundador de Agility Robotics, una empresa con sede en Albany, Oregon. Acaba de lanzar Digit, un robot bípedo de dos brazos que parece un avestruz. En la actualidad, Digit cuesta 250,000 dólares. Pero son los primeros días. A medida que se pongan a trabajar más robots andantes, su desarrollo se acelerará y sus volúmenes de producción aumentarán, lo que reducirá el costo de una máquina como Digit a decenas de miles de dólares.

Este proceso es similar al surgimiento de drones voladores. Alguna vez costaron millones y tenían usos limitados, hasta que los investigadores descubrieron cómo hacer que los aviones pequeños se desplazaran utilizando múltiples rotores coordinados.

¿Qué cambió? “Ahora entendemos las matemáticas de la locomoción en un grado mucho mayor”, explica el Dr. Ames. Los robots que caminan de la vieja escuela, como Asimo, un androide famoso presentado en 2000 por Honda, un fabricante de automóviles japonés, tienen pasos forzados. Caminan arrastrando los pies, colocando un pie adelante, verificando su equilibrio, moviendo el otro pie, volviendo a verificar su equilibrio, etc. “Cuando caminas, no haces eso”, dice. “Tus pies simplemente están bajando y agarrándote”.

¡Dé un paseo!

Los biomecánicos describen a veces la forma en que los humanos caminan como una caída controlada. Dar un paso implica balancear una pierna hacia afuera y colocarla hacia abajo con pequeñas correcciones subconscientes para mantener la estabilidad a medida que la masa del cuerpo por encima de ella se desplaza hacia adelante. Cada pierna funciona como un resorte. Estos movimientos son predecibles y, en los últimos años, los investigadores han descubierto cómo modelarlos matemáticamente. Junto con mejores actuadores para operar las extremidades de un robot y sensores que pueden medir las cosas con mayor precisión, estos modelos han hecho posible recrear este estilo de caminar en robots. No requiere ningún aprendizaje automático sofisticado o inteligencia artificial para hacerlo, solo una buena computación pasada de moda, agrega el Dr. Ames.

Es fácil concluir, como muchos lo hacen, que estos nuevos robots andantes simplemente imitan la naturaleza. Pero ese no es el caso. Un cuadrúpedo, al ser una plataforma estable, es un buen punto de partida para diseñar un robot andante. Después de coordinar las cuatro extremidades, conseguir un buen equilibrio y adaptar un sistema de visión que le permite al robot averiguar dónde poner los pies, los diseñadores de Spot terminaron con un problema. Michael Perry, jefe de desarrollo comercial de Boston Dynamics, dice que no es sorprendente porque la naturaleza ha estado desarrollando diseños eficientes durante mucho tiempo.

Los brazos también pueden realizar otras tareas útiles, como mover cajas en un almacén. Digit puede transportar hasta 20 kg. Es probable que la distribución y entrega de mercancías sea una aplicación importante para los robots andantes, reconoce el Dr. Hurst, especialmente ahora que el comercio electrónico ha experimentado un auge como resultado de las restricciones impuestas a raíz del covid-19. Algunos centros de distribución automatizados están configurados para sistemas robóticos convencionales fijos y con ruedas, pero estos generalmente se han construido de esta manera desde cero. La mayoría de los almacenes están diseñados pensando en las personas. Los robots con patas, que se mueven de manera similar a los trabajadores humanos, encajarían perfectamente.

Con un mayor desarrollo, los robots andantes realizarán tareas más complejas, como las entregas a domicilio. Ford está trabajando en esto con un robot Digit que viaja en la parte trasera de una camioneta. Aunque los robots con ruedas ya realizan algunas entregas, llegar a muchos hogares es complicado y puede implicar subir escalones o escaleras. “Las piernas son la forma en que le gustaría llegar a la mayoría de las puertas de entrada para entregar un paquete”, observa el Dr. Hurst.

Queda por ver exactamente cómo se podría hacer esto. A menos que estén en una misión preprogramada, la mayoría de los robots móviles requieren que un operador proporcione instrucciones básicas para, por ejemplo, proceder a cierto punto. Luego, el robot camina allí solo, evitando obstáculos y subiendo o bajando escalones y escaleras en el camino. Esto significa que un robot ambulante que realiza entregas puerta a puerta puede necesitar algún tipo de mapa digital del vecindario, para saber de antemano los caminos que puede atravesar y los macizos de flores que debe evitar. Eso podría implicar un gran esfuerzo de adquisición de datos, muy parecido a los que se utilizan para crear mapas digitales para automóviles sin conductor. De manera similar, en una fábrica o un almacén, un ser humano tendría que mostrarle las cuerdas a un robot ambulante antes de que lo dejara libre para trabajar por sí solo.

Autodeterminación

Un robot completamente autónomo que podría caminar en un entorno desconocido y decidir por sí mismo lo que tenía que hacer queda muy lejos. Una de las tareas más difíciles para un dispositivo de este tipo sería cuidar de forma autónoma a alguien en casa. El robot tendría que ser capaz de tomar numerosas decisiones complejas, como administrar el medicamento correcto, decidir si dejar entrar o no a extraños en la casa o saber cuándo sacar al perro a pasear. Sin embargo, muchos especialistas en robótica creen que algún día llegarán allí, o al menos se acercarán a esto.

Mientras tanto, la nueva generación de robots que se está desarrollando seguirá desarrollando las capacidades de las máquinas. En Boston Dynamics, Perry reconoce que, además de la topografía, Spot encontrará muchas funciones en la inspección y el mantenimiento. Dichos robots pueden, por ejemplo, entrar en entornos peligrosos como subestaciones eléctricas sin tener que desconectarlos de la red, como es necesario cada vez que entra un ingeniero humano.

En lugar de simplemente buscar problemas, el siguiente truco de Spot será tomar medidas para resolverlos, como activar un interruptor o abrir una válvula. Hará esto con un solo brazo manipulador que lo hace parecer menos un perro y más un Braquiosaurio de cuello largo. Un prototipo de esta configuración ya está circulando por las oficinas de la empresa, abriendo y cerrando puertas.

Esta versión de Spot debería salir a la venta el próximo año. En cuanto a Atlas, el humanoide de Boston Dynamics, es actualmente demasiado caro para generar una versión comercial. Pero las lecciones que se aprendan ayudarán a proporcionar la ingeniería necesaria para que vengan otros robots, dice Perry.

Es posible que algunos de estos robots andantes del futuro no se desplieguen en este mundo. En Caltech, el Dr. Ames cree que los robots con patas tendrán ventajas en la exploración planetaria, por ejemplo, para sortear terrenos difíciles y entrar en cuevas. Mientras tanto, en la Tierra, él y algunos colegas de otras instituciones están utilizando el nuevo conocimiento de la locomoción robótica para desarrollar prótesis ligeras para quienes no pueden caminar con facilidad y exoesqueletos motorizados para quienes no pueden caminar en absoluto. En un mundo no hecho para ruedas, esto plantea la tentadora perspectiva de que los robots andantes algún día ayudarán a librar al mundo de las sillas de ruedas. Lampadia




¿El progreso tecnológico puede ser dirigido?

¿El progreso tecnológico puede ser dirigido?

¿Es posible dirigir el progreso tecnológico de tal forma que se eviten las supuestas crisis económicas, sociales y ambientales que los opinólogos predicen como inevitables ante el avance de las innovaciones nacidas en la 4ta Revolución Industrial (4IR) en el presente siglo?

Esta pregunta es abordada a partir del desarrollo teórico del denominado “sesgo tecnológico”, gatillado primigeniamente por el notable economista Daron Acemoglu en 2001 y que, muy recientemente, se ha ido nutriendo del trabajo empírico realizado en torno a los determinantes de la aparición de inventores en EEUU. A continuación, compartimos un reciente artículo publicado por The Economist que presenta este análisis.

Como deja entrever el análisis de The Economist, si bien la pregunta señalada al inicio de este artículo puede ser abordada a partir del desarrollo de estos avances de la academia, muchos economistas presuponen ex ante que ciertas tecnologías pueden sólo generar desplazamientos del factor trabajo en desmedro de la mano de obra poco calificada al interior de los países.

Sin embargo, cómo hemos ido documentando a partir de la evidencia con la IA y la automatización (ver Lampadia: Automatización demandará nuevos empleos y habilidades), estas nuevas tecnologías no solo producen este tipo de desplazamientos, sino que también pueden suscitar sinergias para un mismo tipo de ocupación promoviendo por ejemplo que los trabajadores dediquen más tiempo a otras labores que no involucren tareas operativas y repetitivas. Asimismo, genera el afloramiento de nuevas ocupaciones en el sector terciario de la economía, que por naturaleza, es más productivo que su contraparte secundaria y primaria.

Ello nos hace dudar de qué tanto se puede hablar del “progreso tecnológico dirigido” si aún se desconoce al 100% sobre el cauce final que tendrán estas nuevas tecnologías, que como también hemos advertido (ver Lampadia: Los miedos infundados de las nuevas tecnologías), no han generado las hecatombes sociales que han predicho los críticos de las tecnologías. Por el contrario, por cómo ha sido el patrón recurrente en la historia de la aparición de las nuevas innovaciones, es más probable que otorgue más beneficios que perjuicios.

En ese sentido, concluimos al igual que The Economist que por el momento “la economía carece de las herramientas, al menos por ahora, para juzgar qué camino tecnológico es preferible”. Justificar que el progreso tecnológico puede ser dirigido puede abrir puertas a la creencia errónea de que el Estado pueda ser capaz de controlar su evolución futura para bien. Ello podría vulnerar y pervertir las libertades y los incentivos a la innovación que podrían surgir en un mercado libre. Lampadia

Los economistas exploran las consecuencias de dirigir el progreso tecnológico

El calentamiento global y la IA plantean preguntas sobre cómo gestionar la innovación

The Economist
16 de enero, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Desde los antiguos griegos, al menos, la gente ha reconocido que el progreso de la civilización tiende a crear estragos y oportunidades. Los economistas han tenido poco tiempo para tales preocupaciones. Para ellos, el progreso tecnológico es la fuente del crecimiento a largo plazo, y la única pregunta interesante es cuál es la mejor forma de sacar más innovación del sistema. Pero ante los inminentes desafíos sociales, desde el cambio climático hasta la desigualdad, algunos ahora se preguntan si, en lo que respecta a la innovación, qué tipo es tan relevante como cuánto.

Los primeros modelos de crecimiento no explicaron en absoluto el progreso tecnológico, sino que lo trataron como si fuera el maná del cielo. En la década de 1980, algunos economistas trabajaron para construir modelos de crecimiento endógeno que dijeran de dónde provenía la innovación. Lo explicaron como la consecuencia de la inversión en investigación y desarrollo, los incrementos en el stock de capital humano o las ganancias adicionales (temporales) que pueden obtener las empresas con nuevas tecnologías. Otros economistas se han centrado más en los datos que en la teoría. ¿Quién se convierte en inventor en EEUU? “La importancia de la exposición a la innovación”, un artículo publicado en 2018 en el Quarterly Journal of Economics, identifica factores que parecen alentar a los jóvenes a convertirse en innovadores. Los niños que crecen donde las tasas de innovación son altas, por ejemplo, tienen más probabilidades de convertirse en inventores.

Sin embargo, la investigación también ha dejado claro que el descubrimiento tecnológico no es lineal, sino que depende de las condiciones económicas. Algunos historiadores económicos consideran que la industrialización temprana fue motivada por un deseo de reemplazar los recursos escasos, como la mano de obra calificada, por los abundantes, como la mano de obra no calificada y el carbón. Los primeros inventores no solo descubrían las verdades de la naturaleza una por una, en otras palabras, sino que intentaban resolver problemas específicos. El trabajo sobre este sesgo tecnológico floreció en la década de 1990 cuando los economistas trataron de explicar por qué la prima salarial ganada por los graduados universitarios seguía aumentando incluso a medida que aumentaba la oferta de graduados. La respuesta, según algunos, fue que el cambio tecnológico en el siglo XX fue “sesgado por las habilidades”, lo que aumentó la productividad de los trabajadores con títulos, pero no de otros.

En un artículo publicado en 2001, Daron Acemoglu del MIT recolectó estos hilos en un modelo de “cambio técnico dirigido”. Sugirió que el progreso tecnológico está influenciado por la relativa escasez de factores como el trabajo y el capital; por la facilidad con que un factor puede ser sustituido por otro; y por el camino de la innovación pasada. La investigación de una tecnología en particular puede reducir el costo de desarrollar innovaciones complementarias en el futuro. El cambio técnico dirigido es fascinante de contemplar porque permite futuros tecnológicos alternativos: mundos en los que las empresas exprimen cada eficiencia de Zeppelins y tubos neumáticos, en lugar de motores de combustión interna y Twitter. Si la dirección del progreso no se establece en piedra, las elecciones de políticas podrían llevar a una economía por un camino tecnológico en lugar de otro. Eso plantea una pregunta inmediata: si la innovación puede ser dirigida, ¿debería serlo? Y si es así, ¿cómo?

Desde 2000, el trabajo publicado sobre el cambio técnico dirigido se ha centrado en gran medida en los desafíos ambientales. La dependencia del camino significa que la investigación sobre tecnologías de combustibles fósiles a menudo puede ser más fértil que la investigación sobre alternativas más limpias. Hay más expertos en las disciplinas relevantes, laboratorios de investigación mejor financiados y una infraestructura económica complementaria establecida. La descarbonización eficiente podría requerir subsidios para la investigación de energía limpia, así como un precio del carbono. De hecho, los esfuerzos para frenar el calentamiento global representan un intento masivo de realizar un futuro tecnológico, una versión sin carbono, en lugar de otro.

¿Por qué parar ahí? Algunos futuristas y algunos economistas temen que el rápido progreso en inteligencia artificial pueda conducir a un desplazamiento masivo de la crisis laboral y social. Pero en un artículo reciente, Anton Korinek, de la Universidad de Virginia, señala que no todos los usos de la IA son iguales. De hecho, las máquinas inteligentes podrían reemplazar a los trabajadores humanos, o podrían ser diseñadas para ayudar al trabajo humano: para ayudar a las personas a navegar por procesos complicados o tomar decisiones difíciles. Las empresas privadas, centradas en sus resultados finales en lugar de los posibles efectos colaterales de sus decisiones de inversión, pueden ser indiferentes entre los dos enfoques en ausencia de un empujón del gobierno, al igual que las empresas contaminantes tienden a no preocuparse por los costos sociales del medio ambiente, a menos que lo hagan los gobiernos. En un documento de trabajo coescrito con Joseph Stiglitz, un premio Nobel de economía, Korinek concluye que dirigir el cambio técnico para favorecer las formas de ayuda a la mano de obra en lugar de desplazar a la mano de obra podría ser la segunda mejor manera de gestionar el progreso, si los gobiernos no pueden redistribuir suficientemente las ganancias de la automatización de ganadores a perdedores. Esto puede sonar exagerado, pero las propuestas de políticas como la sugerencia de Bill Gates de que los robots deberían ser gravados para reducir el ritmo de la automatización representan pasos hacia un futuro tecnológico más micro-gestionado.

Oh, la humanidad

Dejando a un lado las políticas ambientales, tales pasos parecen prematuros. Una vista más sofisticada del progreso tecnológico es bienvenida. Pero la economía carece de las herramientas, al menos por ahora, para juzgar qué camino tecnológico es preferible. El mundo es demasiado complejo para permitir a los economistas comparar futuros tecnológicos hipotéticos: para saber si una sociedad basada en Zeppelin funcionaría de manera más eficiente en general que una sociedad basada en automóviles. Los economistas no pueden saber qué sorpresas se encuentran en un camino de innovación en lugar de otro.

Y las cuestiones de tecnología no se refieren únicamente, o incluso principalmente, a la eficiencia. Muchas son éticos. Las innovaciones con ventajas de productividad abrumadoras podrían resultar devastadoras para la confianza social o la equidad. Ante un cambio tecnológico radical, en la IA, robótica e ingeniería genética, las sociedades inevitablemente discutirán sobre qué caminos tecnológicos deberían explorarse. Las opiniones de los economistas pertenecen a estas conversaciones, siempre que estén elaboradas con humildad y cuidado. Lampadia




Los miedos infundados por las nuevas tecnologías

Los miedos infundados por las nuevas tecnologías

Los temores acerca de los posibles impactos negativos futuros de las tecnologías nacidas en el seno de la 4ta Revolución Industrial (4IR) siguen emergiendo entre los opinólogos alrededor del mundo desarrollado. El argumento más citado que tiene ver con el desempleo masivo que se producirían en los sectores primarios y secundarios de la economía producto de los avances de la inteligencia artificial y la robótica no solo no se condice con la evidencia, sino que se alimentan del desconocimiento de la naturaleza de tales tecnologías y de la creación de nuevas ocupaciones que están suscitando en los sectores terciarios (ver Lampadia: Automatización demandará nuevos empleos y habilidades). Pero también se debe a un factor de incertidumbre acerca de la evolución que podría desencadenarse al interior de ellas.

Por otra parte, lo que no discuten dichos opinólogos es que este patrón de pesimismo frente al avance de las tecnologías ya se ha repetido innumerables veces en la historia. Esto lo resume muy bien un reciente artículo publicado por The Economist, y que compartimos líneas abajo, en el que se hace un breve recuento de cómo dicho pesimismo surgió en su momento también en la Revolución Industrial con el surgimiento de las máquinas y posteriormente en la edad contemporánea con la creación de los automóviles, por mencionar las tecnologías más representativas. Todos estos sucesos fueron precedidos por una preocupación de la sociedad tal cual hoy, pero con el pasar del tiempo dio paso a debates que produjeron soluciones conjuntas que inhibieron cualquier intento de que dichas tecnologías “pisotearan” la dignidad de las personas como usualmente se pretende hacer creer.

En ese sentido, creemos, como deja entrever The Economist en el presente artículo, que esta misma sucesión de hechos podría pasar también con las tecnologías de la 4IR, lo cual debería levantar de una vez por todas las preocupaciones infundadas, pero sobretodo satanizaciones que muchas veces se hacen de estas tecnología que eventualmente pueden conllevar a que se hagan políticas públicas que atentan contra las libertades económicas, ya sea regulando la creación de bienes o imponiendo cargas absurdas y sin ningún sustento técnico. Lampadia

Tecnología y sociedad
Pesimismo vs progreso

Las preocupaciones contemporáneas sobre el impacto de la tecnología son parte de un patrón histórico
18 de diciembre, 2019
The Economist
Traducido y comentado por
Lampadia

Más rápido, más barato, mejor: la tecnología es un campo en el que muchas personas confían para ofrecer una visión de un futuro mejor. Pero a medida que comienza la década de 2020, el optimismo es escaso. Las nuevas tecnologías que dominaron la última década parecen empeorar las cosas. Se suponía que las redes sociales unirían a las personas. En la primavera árabe de 2011 fueron aclamadas como una fuerza liberadora. Hoy son más conocidos por invadir la privacidad, difundir propaganda y socavar la democracia. El comercio electrónico, el transporte y la economía de los conciertos pueden ser convenientes, pero están acusados de pagar menos a los trabajadores, exacerbar la desigualdad y obstruir las calles con vehículos. A los padres les preocupa que los teléfonos inteligentes hayan convertido a sus hijos en zombis adictos a la pantalla.

Las tecnologías que se espera dominen la nueva década también parecen arrojar una sombra oscura. La inteligencia artificial (en adelante, IA) puede afianzar prejuicios, amenazar su trabajo y apuntalar a gobernantes autoritarios. El 5G está en el corazón de la guerra comercial sino-estadounidense. Los autos autónomos todavía no funcionan, pero logran matar a las personas de todos modos. Las encuestas muestran que las empresas de Internet ahora son menos confiables que la industria bancaria. En el momento en que los bancos se esfuerzan por renombrarse como empresas tecnológicas, los gigantes del Internet se han convertido en los nuevos bancos, transformándose de imanes de talento a parias. Incluso sus empleados están en revuelta.

El New York Times resume la oscuridad invasora. “Un ambiente de pesimismo”, escribe, ha desplazado “la idea del progreso inevitable nacido en las revoluciones científicas e industriales”. Excepto que esas palabras son de un artículo publicado en 1979. En aquel entonces, el periódico se preocupó que la ansiedad fuera “alimentada por crecientes dudas sobre la capacidad de la sociedad para controlar las fuerzas aparentemente desbocadas de la tecnología “.

El ánimo sombrío de hoy se centra en los teléfonos inteligentes y las redes sociales, que despegaron hace una década. Sin embargo, antes ha surgido la preocupación de que la humanidad haya dado un giro tecnológico erróneo o de que determinadas tecnologías puedan estar haciendo más daño que bien. En la década de 1970, el desánimo fue provocado por las preocupaciones sobre la sobrepoblación, el daño ambiental y la perspectiva de la inmolación nuclear. La década de 1920 fue testigo de una reacción violenta contra los automóviles, que anteriormente se había visto como una respuesta milagrosa a la aflicción de los vehículos tirados por caballos, que llenaron las calles de ruido y estiércol, y causaron congestión y accidentes. Y la plaga de la industrialización fue denunciada en el siglo XIX por los luditas, los románticos y los socialistas, quienes se preocuparon (con buena razón) por el desplazamiento de artesanos calificados, el despojo del campo y el sufrimiento de las manos de las fábricas que trabajaban en las fábricas de humo.

Aléjese, y en cada uno de estos casos históricos, la decepción surgió de una mezcla de esperanzas no realizadas y consecuencias imprevistas. La tecnología desata las fuerzas de la destrucción creativa, por lo que es natural que conduzca a la ansiedad; para cualquier tecnología, sus inconvenientes a veces parecen ser mayores que sus beneficios. Cuando esto sucede con varias tecnologías a la vez, como hoy, el resultado es un sentido más amplio de tecnopesimismo.

Sin embargo, ese pesimismo puede ser exagerado. Con demasiada frecuencia, las personas se centran en los inconvenientes de una nueva tecnología y dan por sentado sus beneficios. Las preocupaciones sobre el tiempo frente a la pantalla deben compararse con los beneficios mucho más sustanciales de la comunicación ubicua y el acceso instantáneo a la información y el entretenimiento que los teléfonos inteligentes hacen posible. Otro peligro es que los esfuerzos de el ludita para evitar los costos a corto plazo asociados con una nueva tecnología terminarán negando el acceso a sus beneficios a largo plazo, algo que Carl Benedikt Frey, un académico de Oxford, llama una “trampa tecnológica”. El temor de que los robots roben los trabajos de las personas puede llevar a los políticos a grabarlos, por ejemplo, para desalentar su uso. Sin embargo, a la larga, los países que deseen mantener su nivel de vida a medida que su fuerza laboral envejezca y se reduzca necesitarán más robots, no menos.

Eso apunta a otra lección, que es que el remedio a los problemas relacionados con la tecnología a menudo involucra más tecnología. Las bolsas de aire y otras mejoras en las características de seguridad, por ejemplo, significan que en EEUU las muertes en accidentes automovilísticos por cada mil millones de millas recorridas han disminuido de alrededor de 240 en la década de 1920 a alrededor de 12 en la actualidad. La IA se está aplicando como parte del esfuerzo para detener el flujo de material extremista en las redes sociales. El último ejemplo es el cambio climático. Es difícil imaginar una solución que no dependa en parte de las innovaciones en energía limpia, captura de carbono y almacenamiento de energía.

La lección más importante es sobre la tecnología misma. Cualquier tecnología poderosa puede usarse para bien o para mal. Internet difunde la comprensión, pero también es donde los videos de personas decapitadas se vuelven virales. La biotecnología puede aumentar el rendimiento de los cultivos y curar enfermedades, pero igualmente podría conducir a armas mortales.

La tecnología en sí misma no tiene agencia: son las elecciones que las personas hacen al respecto las que dan forma al mundo. Por lo tanto, el techlash es un paso necesario en la adopción de nuevas tecnologías importantes. En el mejor de los casos, ayuda a enmarcar cómo la sociedad acepta las innovaciones e impone reglas y políticas que limitan su potencial destructivo (cinturones de seguridad, convertidores catalíticos y regulaciones de tráfico), acomoda el cambio (escolarización universal como respuesta a la industrialización) o inicia un trade-off (entre la conveniencia del transporte y la protección de los trabajadores). Un escepticismo saludable significa que estas preguntas se resuelven mediante un amplio debate, no por una camarilla de tecnólogos.

Enciende el motor moral

Quizás la verdadera fuente de ansiedad no sea la tecnología en sí misma, sino las crecientes dudas sobre la capacidad de las sociedades para mantener este debate y encontrar buenas respuestas. En ese sentido, el tecnopesimismo es un síntoma del pesimismo político. Sin embargo, hay algo perversamente tranquilizador sobre esto: un debate sombrío es mucho mejor que ningún debate. Y la historia todavía defiende, en general, el optimismo. La transformación tecnológica desde la Revolución Industrial ha ayudado a frenar los males antiguos, desde la mortalidad infantil hasta el hambre y la ignorancia. Sí, el planeta se está calentando y la resistencia a los antibióticos se está extendiendo. Pero la solución a tales problemas requiere el despliegue de más tecnología, no menos. Entonces, a medida que transcurre la década, deje a un lado la penumbra por un momento. Estar vivo en la década de 2020 obsesionada por la tecnología es estar entre las personas más afortunadas que jamás hayan vivido. Lampadia




La Visión de Macron

La Visión de Macron

A continuación compartimos un artículo de The Economist que resume la filosofía que Emmanuel Macron cree debería tener la UE, de cara a las condiciones desafiantes y complejas en las cuales se mece actualmente el mundo, como el distanciamiento de EEUU, la desglobalización y 4ta Revolución Industrial (4IR).

Existen puntos positivos que apoyamos como tornar a la UE un bloque más activo e independiente en temas que vayan más allá del libre comercio y la convergencia monetaria como son la defensa nacional, la seguridad de datos y el cambio climático, todas problemáticas en las que el mundo desarrollado ya se encuentra lidiando con mayor y menor medida.

Sin embargo, consideramos que su visión económica no debe bifurcarse hacia un mayor proteccionismo en el sector industrial, como pareciera fuese el caso en su propuesta. El Estado como sorteador de empresas que en su juicio deben “potenciarse” y “protegerse” nunca ha demostrado buenos resultados ni siquiera en el mundo desarrollado, ya que pervierte los incentivos a la innovación en estas al sentirse protegidas por el sector público. En cambio, darle paso a la competencia, fuerza a que exista un esfuerzo permanente entre los negocios lo cual puede aumentar la competitividad de la industria europea.

Asimismo, una propuesta proteccionista torcería la visión primigenia de la UE, que entre otras cosas, todavía podría considerarse uno de los últimos bastiones defensores de la globalización y el libre comercio, frente a dos grandes potencias económicas, EEUU y China, cuyas políticas han degenerado hacia el intervencionismo en el comercio.

Por lo demás consideramos que parte del diagnóstico es también acertado en lo relacionado a la política exterior, como mejorar las relaciones con otros países alejados políticamente de la UE como Rusia, pero igual creemos que no debe descuidarse a EEUU bajo ninguna circunstancia, pues dicha alianza ha demostrado darle estabilidad global al mundo más que cualquier otra en la historia contemporánea. Lampadia

Europa sola
Evaluando la visión apocalíptica de Emmanuel Macron

Europa está “al borde de un precipicio”, dice el presidente de Francia. ¿Tiene razón?

The Economist
7 de noviembre, 2019
Traducido y comentada por Lampadia

La Europa de hoy debe su existencia a los EEUU. La potencia americana peleó dos guerras mundiales en suelo europeo; la diplomacia estadounidense fue partera de lo que se convirtió en la UE; las armas americanas protegieron a Europa occidental de la invasión soviética; y estadistas estadounidenses supervisaron la unificación alemana. Ahora, en una súplica dramática a todos los europeos, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, advirtió que EEUU está liberando a Europa. El viejo continente está “al borde de un precipicio”, advierte. A menos que se despierte, “ya no tendremos el control de nuestro destino”.

En su oficina del Palacio del Elíseo, Macron habló con The Economist en términos apocalípticos. La OTAN, la alianza transatlántica, sufre de “muerte cerebral”, dice. Europa necesita desarrollar una fuerza militar propia. La UE se considera a sí misma solo como un mercado, pero debe actuar como un bloque político, con políticas sobre tecnología, datos y cambio climático que coincidan. Los anteriores presidentes franceses han argumentado que Europa no puede confiar en EEUU, y en cambio debería mirar a Francia. Macron no solo está repitiendo esta opinión. Él cree que EEUU y Europa han compartido intereses y ha trabajado incansablemente para mantener buenas relaciones con el presidente Donald Trump. Pero argumenta que por primera vez EEUU tiene un presidente que “no comparte nuestra idea del proyecto europeo”. E incluso si Trump no es reelegido, las fuerzas históricas están separando a los viejos aliados.

Las prioridades estadounidenses están cambiando. Cuando el presidente Barack Obama, que tenía la intención de girar hacia Asia, decidió no castigar el uso de armas químicas en Siria, señaló que EEUU estaba perdiendo interés en Oriente Medio. El reciente abandono de Trump de los aliados kurdos de EEUU en Siria no solo reforzó esto, sino que también minó a la OTAN. EEUU no informó a sus aliados, y Turquía, miembro de la OTAN, invadió rápidamente Siria. “Estratégica y políticamente”, dice Macron, “necesitamos reconocer que tenemos un problema”.

Cuando se le preguntó si está seguro de que un ataque contra un miembro de la OTAN se consideraría hoy como un ataque contra todos, la idea que sustenta la credibilidad de la alianza, Macron dice que no lo sabe. Reconoce que la OTAN prospera operacionalmente, pero llama a Europa a “reevaluar la realidad de lo que la OTAN es a la luz del compromiso de los EEUU”.

Europa, dice, todavía tiene que comprender la inmensidad del desafío por delante. Todavía trata al mundo como si el comercio y solo el comercio pudieran garantizar la paz. Pero EEUU, garante del comercio mundial, se está volviendo proteccionista. Los poderes autoritarios están en aumento, incluidos Rusia y Turquía en las fronteras de Europa. Si bien EEUU y China gastan grandes sumas en inteligencia artificial, que consideran un componente esencial de su poder duro, la UE le da demasiada importancia a la industria. Macron advierte que Europa, lenta y con la cabeza en las nubes, debe abrir los ojos y prepararse para un mundo más duro y menos indulgente.

Es una imagen asombrosamente sombría para un político europeo centrista y un internacionalista declarado. Pero también es inusualmente pensado y, en lo que respecta a Macron, un estímulo para la acción. Es difícil exagerar la magnitud del cambio que está pidiendo a sus colegas europeos.

Toma defensa. Macron cree que su nueva Iniciativa Europea de Intervención y la Cooperación Estructurada Permanente de la UE, respaldada por el Fondo Europeo de Defensa, pueden integrar las operaciones militares y aumentar las capacidades de Europa, proporcionando implícitamente una base para la defensa post-OTAN de Europa. Pero estos bloques de construcción son rudimentarios. La partida de EEUU dejaría vastos agujeros en áreas como defensa aérea y de misiles, inteligencia y vigilancia, y reabastecimiento de combustible aéreo. Su presupuesto militar es dos veces mayor que el resto de la OTAN combinada. Los gobiernos europeos serán reacios a cerrar la brecha, ya que tienen otras prioridades. Puede ser más fácil adaptar la OTAN, de modo que proteja a Europa y también sea más útil para los EEUU.

Y luego está la diplomacia. Macron cree que Europa puede establecer mejor su influencia global como un poder que media entre los gorilas de China y los EEUU. Su papel será “evitar que todo el mundo se incendie”, dice. Un primer paso sería controlar su propia región mediante la reconstrucción de las relaciones con Rusia, una tarea que él acepta podría llevar una década.

Una vez más, sin embargo, esa ambición supone una unidad de propósito que la UE rara vez logra. Muchos de sus miembros tienden a evitar el poder duro por una política exterior centrada en los derechos humanos y el comercio. Como lo ilustra la propuesta rusa de Macron, la política de poder requiere que trates con personas cuyas acciones deploras. Para él, la realpolitik es necesaria para que prevalezcan los valores europeos. No está claro si sus compañeros líderes europeos estarían de acuerdo.

La última es la política industrial. Macron quiere que el estado tome decisiones estratégicas sobre tecnologías clave, y que favorezca una política para fomentar los campeones europeos. Esto tiende a canalizar fondos y contratos a titulares políticos conectados. Una mejor manera de crear un ecosistema tecnológico próspero sería alentar una mayor competencia. Si Macron no aceptará eso, ¿por qué deberían otros?

La fórmula de la UE es única: un acuerdo entre estados, sin ningún hegemón, que mantiene la paz. Pero, ¿cómo lograr que 27 países, más Gran Bretaña, una gran potencia ahora en la sala de embarque de la UE, acuerden construir fuerzas armadas totalmente funcionales, y mucho menos convencer a los enemigos de Europa de que alguna vez se utilizarán? Los críticos de Macron se burlan de que está “borracho de poder”. Algunos países, incluidos Polonia y los Estados bálticos, se alarmarían ante la idea de separarse de EEUU y perseguir la distensión con Rusia. Otros, como Alemania, Italia y España, están demasiado involucrados en problemas domésticos como para tener una gran visión global.

Muchas veces en el pasado, los piadosos llamamientos para que Europa haga sentir su peso en el mundo han quedado vacíos. Esta vez, argumenta Macron, debe ser diferente. Pide a sus compañeros líderes que imaginen cómo Europa prosperará en un mundo peligroso sin una alianza estadounidense de hierro fundido. ¿Cómo deberían tratar con Rusia, con el conflicto y el fundamentalismo religioso que agita el Medio Oriente y el norte de África, y con el desafío autoritario de China? Se merece una respuesta. Lampadia




Los avances del Internet de las cosas

Los avances del Internet de las cosas

El denominado Internet de las Cosas (IoT, en adelante), tecnología que permitirá la conectividad a la red de prácticamente cualquier bien físico a través de la implantación de chips, parece un fenómeno lejano en nuestro país; sin embargo, ya viene siendo una realidad en el primer mundo.

Un reciente artículo escrito por The Economist, que compartimos líneas abajo, incide en un listado de iniciativas del sector privado en EEUU que ya han puesto en la práctica el IoT en sectores económicos importantes como el automotriz o el comercio electrónico. Pero más importante aún lanza predicciones sobre los saltos cuánticos que se generarían en los modelos de negocio y en el mismo capitalismo desde sus fundamentos, una vez que sea instaurado plenamente en los países.

Conceptos que van desde la propiedad, el uso de los datos y la competencia en el mercado, serán sacudidos por esta tecnología, para bien en muchos casos pero que también sugiere una serie de interrogantes para la formulación de políticas públicas.

Por el lado de los beneficios, por ejemplo, es que permitiría un “tracking” de los productos vendidos, abriendo un abanico de posibilidades de servicios conexos como el reabastecimiento o mantenimiento de manera autónoma.

Sin embargo, y como hemos escrito en anteriores oportunidades (ver Lampadia: La biometría del comportamiento, Criptomonedas: ¿Fraude para despistados?), el problema de varias de estas tecnologías provistas por la 4ta Revolución Industrial,  es la posible violación de la seguridad de los datos personales. En el caso del IoT, este punto se torna más crítico porque su mismo accionar depende ya no solo de datos virtuales de los usuarios (correo electrónico, compras por internet, etc), sino también de los datos de la misma realidad física de estos. En todo caso y para evitar violaciones a los derechos de propiedad personales, tendría que informarse siempre al consumidor sobre qué datos serán utilizados para brindar el servicio o bien respectivo, algo que raras veces sucede en el mundo de las redes sociales, por ejemplo.

Por lo demás, creemos que este nuevo internet, permitirá grandes mejoras en la productividad y por ende mayor crecimiento económico a nivel mundial. Una buena noticia dado el contexto actual de desglobalización, el cual promete sentar precedentes negativos permanentes en el crecimiento potencial global (ver Lampadia: ¿Recesión global en 2020?).

En ese sentido, al Perú no le queda otra opción que abrazar el IoT, junto al también anhelado 5G (ver  Lampadia: ¿Cómo afectara el 5G a nuestras vidas?), cuando por fin arribe a América Latina, si pretende escalar en los índices de competitividad internacional. Lampadia

Chips con todo
Ahora el mundo cambiará a medida que las computadoras se extiendan a objetos cotidianos

El “Internet de las cosas” cambiará fundamentalmente la relación entre consumidores y productores

The Economist
12 de setiembre, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

El 29 de agosto, cuando el huracán Dorian siguió hacia la costa este de EEUU, Elon Musk, el jefe de Tesla, un fabricante de automóviles eléctricos, anunció que algunos de sus clientes en el camino de la tormenta descubrirían que sus automóviles habían desarrollado repentinamente la capacidad de conducir más lejos con una sola carga de batería. Al igual que muchos vehículos modernos, los productos de Musk se consideran mejor como computadoras con ruedas conectadas a Internet. Los modelos más baratos de la línea de Tesla tienen partes de sus baterías desactivadas por el software del automóvil para limitar su alcance. Con solo tocar un teclado en Palo Alto, la empresa pudo eliminar esas restricciones y dar a los conductores acceso temporal a la potencia total de sus baterías.

Los autos computarizados de Musk son solo un ejemplo de una tendencia mucho más amplia. A medida que las computadoras y la conectividad se vuelven más baratas, tiene sentido convertirlas en más y más cosas que no son, en sí mismas, computadoras, desde pañales y cafeteras hasta vacas y robots de fábrica, creando un “Internet de las cosas”, o IoT. Es una revolución lenta que se ha acelerado durante años, ya que las computadoras han llegado a los automóviles, teléfonos y televisores. Pero la transformación está a punto de pasar a toda marcha. Una previsión es que para el 2035 el mundo tendrá un billón de computadoras conectadas, integradas en todo, desde empaques de alimentos hasta puentes y ropa.

Tal mundo traerá muchos beneficios. Los consumidores obtendrán conveniencia, y productos que pueden hacer cosas que las versiones no computarizadas no pueden. Los timbres inteligentes de Amazon Ring, por ejemplo, vienen equipados con sensores de movimiento y cámaras de video. Trabajando juntos, también pueden formar lo que es, en efecto, una red privada de circuito cerrado de televisión, lo que permite a la empresa ofrecer a sus clientes un esquema de “vigilancia digital del vecindario” y transmitir cualquier video interesante a la policía.

Las empresas obtendrán eficiencia, ya que la información sobre el mundo físico que solía ser efímero e incierto se vuelve concreta y analizable. La iluminación inteligente en edificios ahorra energía. La maquinaria computarizada puede predecir sus propias averías y programar el mantenimiento preventivo. Las vacas conectadas pueden hacer un seguimiento de sus hábitos alimenticios y signos vitales en tiempo real, lo que significa que producen más leche y requieren menos medicamentos cuando enferman. Tales ganancias son individualmente pequeñas pero, compuestas una y otra vez en una economía, son la materia prima del crecimiento, potencialmente una gran parte de él.

Sin embargo, a largo plazo, los efectos más llamativos del IoT estarán en cómo funciona el mundo. Una forma de pensarlo es como la segunda fase de internet. Esto llevará consigo los modelos de negocio que han llegado a dominar la primera fase, por ejemplo, los monopolios de la “plataforma” que todo lo conquista, o el enfoque basado en datos que los críticos llaman “capitalismo de vigilancia”. Cada vez más empresas se convertirán en empresas tecnológicas; internet se volverá omnipresente. Como resultado, una serie de argumentos no resueltos sobre propiedad, datos, vigilancia, competencia y seguridad pasarán del mundo virtual al real.

Comience con la propiedad. Como demostró Musk, Internet les brinda a las empresas la capacidad de mantenerse conectadas a sus productos incluso después de que se hayan vendido, transformándolos en algo más cercano a los servicios que a los bienes. Eso ya ha desdibujado las ideas tradicionales de propiedad. Cuando Microsoft cerró su tienda de libros electrónicos en julio, por ejemplo, sus clientes perdieron la capacidad de leer los títulos que habían comprado (la empresa ofreció reembolsos). Algunos de los primeros en adoptar dispositivos de “hogar inteligente” han descubierto que dejaron de funcionar después de que las empresas que los hicieron perdieron interés.

Eso inclina el equilibrio de poder del cliente al vendedor. John Deere, un fabricante estadounidense de tractores de alta tecnología, se ha visto envuelto en una disputa por las restricciones de software que impiden a sus clientes reparar sus tractores ellos mismos. Y dado que el software no se vende sino que tiene licencia, la empresa incluso ha argumentado que, en algunas circunstancias, un comprador de tractores puede no comprar un producto, sino que solo recibe una licencia para operarlo.

Los modelos de negocios virtuales se sacudirán en el mundo físico. Las empresas tecnológicas generalmente están felices de moverse rápido y romper los pronósticos. Pero no se puede lanzar la versión beta de un refrigerador. Apple, un fabricante de teléfonos inteligentes, proporciona actualizaciones para sus teléfonos durante solo cinco años más o menos después de su lanzamiento; los usuarios de teléfonos inteligentes Android tienen la suerte de obtener dos. Pero productos como lavadoras o maquinaria industrial pueden tener una vida útil de una década o más. Las empresas necesitarán descubrir cómo soportar dispositivos computarizados complicados mucho después de que sus programadores originales hayan avanzado.

Los datos serán otro punto de inflamación. Para gran parte de Internet, el modelo de negocio es ofrecer servicios “gratuitos” que se pagan con datos valiosos e íntimos de los usuarios, recopilados con el consentimiento medio informado en el mejor de los casos. Eso también es cierto para el IoT. Los colchones inteligentes siguen el sueño. Los implantes médicos observan y modifican los latidos del corazón y los niveles de insulina, con diferentes grados de transparencia. La industria de seguros está experimentando con el uso de datos de automóviles o rastreadores de ejercicios para ajustar las primas de los clientes. En el mundo virtual, los argumentos sobre qué se debe rastrear y quién posee los datos resultantes pueden parecer aireados y teóricos. En el real, se sentirán más urgentes.

Entonces hay competencia. Los flujos de datos de los dispositivos IoT son tan valiosos como los obtenidos de publicaciones de Facebook o en un historial de búsqueda de Google. La lógica de las empresas basadas en datos, que mejoran cada vez más a medida que recopilan y procesan más información, replicará la dinámica del mercado que ha visto el surgimiento de compañías de plataformas gigantes en Internet. La necesidad de estándares y de que los dispositivos IoT se comuniquen entre sí, se sumará a las ventajas de los líderes, al igual que los temores de los consumidores, algunos de ellos justificados, sobre la vulnerabilidad de los automóviles conectados a Internet, los implantes médicos y otros dispositivos al pirateo.

Es difícil predecir las consecuencias de cualquier tecnología, especialmente una tan universal como la informática. El advenimiento del Internet del consumidor, hace 25 años, fue recibido con optimismo. En estos días, son los defectos de Internet, desde el poder de monopolio hasta el espionaje corporativo y la radicalización en línea, los que dominan los titulares. El truco con el IoT, como con cualquier cosa, será maximizar los beneficios y minimizar los daños. Eso no será fácil. Pero las personas que piensan cómo hacerlo tienen la ventaja de haber vivido la primera revolución de Internet, lo que debería darles una idea de qué esperar. Lampadia




Gran Bretaña a puertas del Brexit

Gran Bretaña a puertas del Brexit

“Por sus frutos, los conoceréis” relata un famoso pasaje de la Biblia en el que Jesús advierte a sus discípulos sobre la futura llegada de los falsos profetas, cuya agradable apariencia podría desorientarlos del que debería ser su principal rasgo característico: sus malas acciones, a la luz de lo que mandan las escrituras. Una analogía similar aplica a los dictadores y políticos autoritarios, fácilmente identificables, porque a lo largo de la historia siempre han mostrado una serie de rasgos comunes: un desbordante populismo, la intromisión sobre la independencia de poderes y la consecuente disolución o suspensión de los parlamentos para llevar a cabo sus nefastas agendas.

El pasado 28 de agosto, Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido y líder del Partido Conservador, anunció la suspensión del Parlamento por 5 semanas, la cual se hará efectiva desde el 10 de septiembre hasta el 13 de octubre. Así, una vez que los diputados británicos retomen sus labores, solo quedarían 18 días, hasta el plazo límite de negociación del proceso de salida del Reino Unido de la UE.

Como advertimos en anteriores publicaciones (ver Lampadia: Crisis política se agrava en Gran Bretaña, ¿Qué futuro le depara a Gran Bretaña con Boris Johnson?), la posibilidad de que Johnson despeje el paso para llevar a cabo un Brexit sin acuerdo – con desastrosas consecuencias económicas, sociales y políticas tanto para Gran Bretaña como para toda la UE – siempre estuvo latente y como se ha podido constatar la semana pesada, esta finalmente se consumó. Lo realmente lamentable de este hecho es que el excéntrico personaje acudió a este mecanismo de suspensión, enmarcado en la constitución, con el pretexto de presentar sus planes de gobierno,  cuando es bien sabido, además de la fecha límite, del clima de malestar político en torno al status actual del Brexit no solo en los círculos del parlamento sino entre los mismos ciudadanos, quienes ni bien advirtieron la decisión de Johnson, salieron a las calles protestar.

Como han vaticinado una serie de medios internacionales, es casi imposible poder frenar el Brexit sin acuerdo en esos 18 días, sin embargo, The Economist, fiel a su persistencia y estilo, arremete con propuestas.

En un reciente artículo que compartimos líneas abajo, deja entrever que aún existen dos posibles salidas pero que ambas requerirán la articulación de todas las fuerzas políticas opositoras al Brexit sin acuerdo. La primera que consisten en la emisión de una ley para pedir la extensión de la fecha de salida a la UE es la opción más sensata pero audaz, por el corto tiempo con el que se cuenta para formularla. Y de no poder concretarse tal iniciativa, el otro camino sería revocar a Johnson del cargo a través de un voto de no confianza.

Gran Bretaña se acerca a la recta final y todo está en manos de la firmeza de su parlamento para acometer acciones en contra de un proceso que dañaría todo el progreso económico y desarrollo social generado en el territorio que es conocido como la cuna de la revolución industrial. No pueden permitir que el autoritarismo, disfrazado bajo el hado nacionalista, trabe su crecimiento. Porque como a todo líder autoritario, “Por sus frutos, los conoceréis”. Lampadia

¿A quién vas a llamar?
Cómo puede el Parlamento detener el Brexit sin acuerdo de Boris Johnson

El primer ministro ha despreciado al Parlamento y ha establecido el curso para no llegar a un acuerdo. Los parlamentarios deben actuar ahora para detenerlo

The Economist
29 de agosto, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

Uno por uno, los principios sobre los cuales se libró la campaña del Brexit han sido vaciados. Antes del referéndum, los Leavers (que querían irse de la UE), argumentaron que la victoria les permitiría negociar un acuerdo inteligente con la UE. Ahora abogan por irse sin ningún acuerdo. Antes de la votación, dijeron que el Brexit permitiría a Gran Bretaña alcanzar más acuerdos de libre comercio. Ahora dicen que comerciar en los términos básicos de la Organización Mundial del Comercio estaría bien. Lo más escandaloso de todo fue que hablaron de recuperar el control y restablecer la soberanía al Parlamento. Sin embargo, el 28 de agosto, Boris Johnson, un importante líder que ahora es primer ministro, anunció que en el período previo al Parlamento del Brexit, se suspendería por completo.

Su táctica completamente cínica está diseñada para evitar que los parlamentarios desvíen al país del rumbo temerario que ha establecido para abandonar la UE con o sin un acuerdo el 31 de octubre. Sus acciones son técnicamente legales, pero extienden las convenciones de la constitución hasta sus límites. Debido a que es demasiado débil para llevar al Parlamento a votación, quiere silenciarlo. En la democracia representativa de Gran Bretaña, eso sienta un precedente peligroso.

Pero aún no es demasiado tarde para que los parlamentarios puedan frustrar sus planes, si se organizan. La sensación de inevitabilidad sobre el no acuerdo, cultivada por los intransigentes que asesoran a Johnson, es falsa. La UE está en contra de tal resultado; la mayoría de los británicos se oponen; el Parlamento ya votó en contra de la idea. Esos parlamentarios decididos a detener el no acuerdo han sido divididos y desenfocados. Cuando regresen a trabajar la próxima semana después de su incómodo receso de verano, tendrán una oportunidad fugaz de evitar esta calamidad nacional no deseada. Las acciones de Johnson esta semana han dejado en claro por qué deben aprovecharlo.

De todos sus errores como primera ministra, quizás lo más grave de Theresa May fue plantar la idea de que Gran Bretaña podría hacer bien en abandonar la UE sin ningún acuerdo de salida. Se suponía que su eslogan de que “ningún trato es mejor que un mal acuerdo ” persuadía a los europeos a hacer concesiones. No lo hizo, pero persuadió a muchos votantes y parlamentarios británicos de que si la UE ofrecía términos menos que perfectos, Gran Bretaña debería retirarse.

De hecho, el propio análisis del gobierno sugiere que el no acuerdo haría que la economía fuera un 9% más pequeña después de 15 años que si Gran Bretaña se queda. Johnson dice que los preparativos para la interrupción inmediata son “colosales, extensos y fantásticos”. Sin embargo, los funcionarios públicos esperan escasez de alimentos, medicinas y gasolina, y una “crisis” en los puertos. Un número cada vez mayor de votantes parece pensar que unos pocos meses llenos de baches y un golpe duradero en los ingresos podrían valer la pena para eliminar todo el tedioso negocio. Este es el mayor mito de todos. Si Gran Bretaña se va sin un acuerdo, se enfrentará a una necesidad aún más urgente de llegar a un acuerdo con la UE, que exigirá las mismas concesiones que antes, y quizás mayores, dado que la mano de Gran Bretaña será más débil.

Johnson insiste en que su intención es lograr un nuevo y mejor acuerdo antes del 31 de octubre, y que para hacerlo necesita amenazar a la UE con la posibilidad creíble de no llegar a un acuerdo. A pesar de que May no llegó a ninguna parte con esta táctica, muchos parlamentarios tory todavía la ven como una buena táctica. La UE quiere un acuerdo, después de todo. Y aunque se hizo evidente que May estaba fingiendo acerca de salir, Johnson podría ser serio (los fanáticos que piensan ciertamente lo son). Angela Merkel, canciller de Alemania, dijo recientemente que Gran Bretaña debería idear un plan en los próximos 30 días si quiere reemplazar el respaldo irlandés, la parte más polémica del acuerdo de retirada. Muchos conservadores moderados, incluso aquellos que se oponen a la falta del acuerdo, quisieran darle a su nuevo primer ministro la oportunidad de demostrar su valía.

Están equivocados. Primero, el efecto de la amenaza sin acuerdo en Bruselas continúa siendo sobreestimado en Londres. La posición de la UE, que está abierta a sugerencias británicas plausibles, es la misma de siempre. La prioridad de la UE es mantener intactas las reglas de su bloque, para evitar que otros miembros busquen un trato especial. Con o sin la amenaza de no acuerdo, no hará más que cambios marginales en el acuerdo existente. En segundo lugar, incluso si la UE abandonara por completo el respaldo, el acuerdo resultante podría ser rechazado por los “espartanos” tory Brexiteers, tan intoxicados por la idea de irse sin un acuerdo que parecen estar listos para votar en contra de cualquier acuerdo. Y tercero, incluso si la UE ofreciera un acuerdo completamente nuevo y luego lo aprobara el Parlamento, ratificarlo en Europa y aprobar las leyes necesarias en Gran Bretaña requeriría una extensión mucho más allá del 31 de octubre. El voto de Johnson de irse en esa fecha, “hacer o morir”, hace que sea imposible irse con cualquier nuevo acuerdo. También revela que él es fundamentalmente poco serio sobre la negociación de uno.

Es por eso que el Parlamento debe actuar ahora para no llegar a un no acuerdo, aprobando una ley que exija que el primer ministro solicite una extensión a la UE. Incluso antes de que Johnson criticara al Parlamento, esto no iba a ser fácil. La agenda de la Cámara de los Comunes está controlada por Downing Street, que no dará tiempo para tal proyecto de ley. Los parlamentarios mostraron en la primavera que podían tomar el control temporal de la agenda, cuando aprobaron una ley que obligaba a May a solicitar una extensión más allá de la primera fecha límite del Brexit del 29 de marzo. Esta vez no existe una legislación actual para actuar como un “gancho” para una enmienda que exige una extensión, por lo que el Presidente de la Cámara tendría que ir en contra de los precedentes al permitir que los parlamentarios adjunten un voto vinculante a un debate de emergencia. Todo eso puede ser posible. Pero con el Parlamento suspendido por casi cinco semanas, habrá muy poco tiempo.

Entonces, si los miembros parlamentarios rebeldes no pueden aprobar una ley, deben estar listos para usar su arma de último recurso: echar a Johnson del cargo sin un voto de confianza. Tiene una mayoría de trabajo de solo uno. El problema es que los intentos de encontrar un primer ministro interino, para solicitar una extensión del Brexit antes de convocar elecciones, han fracasado en si debería ser Jeremy Corbyn, el líder laborista de extrema izquierda al que la mayoría de los tories desprecian, o una figura más neutral.

Si las diversas facciones que se oponen al no acuerdo no pueden ponerse de acuerdo, Johnson ganará. Pero si necesitaban una razón para dejar de lado sus diferencias, él acaba de darles una. El primer ministro ya estaba dirigiendo a Gran Bretaña hacia un Brexit sin acuerdo que golpearía la economía, afectaría a la unión y causaría una ruptura duradera con los aliados internacionales. Ahora se ha mostrado dispuesto a reprimir la democracia parlamentaria para lograr sus objetivos. Los parlamentarios vacilantes deben preguntarse: si no ahora, ¿cuándo? Lampadia




Resurge la educación privada en el mundo

Resurge la educación privada en el mundo

“La educación privada está resurgiendo en el mundo”. Este es uno de los principales mensajes que deja un reciente artículo de The Economist (ver artículo líneas abajo), que es parte de un extenso reporte que estudia las posibles sinergias que pueden generarse entre sector privado y sector público en el mercado educativo, centrándose en los atributos que ofrece el empresariado en dicha materia, llámese diseño de currículos y de procesos de aprendizaje innovadores, financiamiento de la infraestructura, herramientas TIC, entre otros.

Así el presente artículo ofrece un panorama global sobre cómo la educación privada está tomando mayor protagonismo en los países en vías de desarrollo, frente a los países  desarrollados, a partir del análisis de ciertos indicadores como es el gasto en educación y la tasa de matrícula.

Asimismo, destaca 4 posibles razones por las cuales se estaría observando esta tendencia en el comportamiento de los consumidores:

  • Un incremento de los ingresos, en particular, de la clase media-alta.
  • Una mayor presencia de capital productivo que requiere empleos más calificados y/o educados.
  • Los buenos resultados educativos provistos por el sector privado atraen a las siguientes generaciones, lo cual motiva también la ampliación de la oferta docente.
  • Una mayor demanda por nuevas capacidades arraigadas a la tecnología, que el sector privado aborda de mejor manera frente al público.

En este contexto, es importante destacar el caso de nuestra región, América Latina, porque se observa un agravante adicional que estaría incrementando la preferencia por la educación privada, en particular, en el nivel escolar: la mala calidad de la educación estatal.

Y en el Perú, este no es un tema menor. Como escribimos en nuestro ‘Pacto Social por la Educación’, nuestro país es un vivo reflejo de tal problema, al tener nuestras escuelas públicas enquistadas en paradigmas obsoletos, con metodologías de enseñanza cuyos orígenes se remontan a la primera revolución industrial, y con programas curriculares más ideológicos que académicos. Todo ello con el agravante de contar con un Ejecutivo que ignora los sendos aportes que viene realizando el empresariado en el sector además de mostrar poca iniciativa para empujar asociaciones público-privadas en la construcción de instituciones educativas.

Por ejemplo, Innova Schools del Grupo Intercorp, dirigido por Jorge Yzusqui, se constituye como uno de los casos de éxito más emblemáticos del sector privado educativo al ya contar a la fecha con 54 colegios y 46,000 alumnos a lo largo del territorio nacional (ver  Lampadia: El liderazgo de Innova Schools). Veamos algunos de sus logros:

  • Con una inversión anual por alumno de secundaria similar a la dedicada en el sector público, ha alcanzado resultados superiores (más del doble en matemáticas y doble en comunicación) que el promedio nacional.
  • Cuenta con un 84% de egresados que siguen estudios superiores.
  • Nombramientos entre las escuelas y empresas más innovadoras en varias revistas especializadas de prestigio internacional (Ej: Fortune, Business Insider).

Experiencias como estas son las que deben ser replicadas en las escuelas del sector público. No se debe propalar mayor animadversión hacia las buenas prácticas del sector privado, máxime si nos encontramos frente a un sistema de educación público que ha probado ser ineficaz e ineficiente innumerables veces para con nuestros niños y adolescentes. Nuestras puntuaciones en las pruebas internacionales han sido enfáticas en señalar esta crisis.

Se debe señalar que el país invierte 7.5% del PBI en educación. Según el INEI, en el año 2017 el gasto público en educación fue de 3.5 % y en el gasto privado se invirtió el 4.0% del PBI nominal. Ambas cifras consideran los gastos de capital, lo que nos da un gasto total de 7.5%. Entonces, no es correcto decir que como país solo invertimos en educación 3.5% de nuestro PBI. Ver en Lampadia: ¿Cuál es la real inversión en educación en el Perú?.

Un sector en el que la educación pública cuenta con 400,000 colaboradores y 50,000 sucursales, debería ser mandatorio generar una reforma con apoyo de la iniciativa privada que vaya hacia un uso eficiente de tales recursos, de manera que mejoren los resultados de nuestros estudiantes y puedan encarar con éxito un mercado laboral cada vez más competitivo y enmarcado en la 4ta Revolución Industrial.

Tal como concluye The Economist, inclusive en los países desarrollados, en donde existe una mayor preferencia por la educación pública, los estados también necesitan del sector educativo privado “por lo que trabajan con él, canalizando sus habilidades, inventiva y capital y vertiendo el dinero de los contribuyentes en él”. Lampadia

REPORTE ESPECIAL: EDUCACIÓN PRIVADA
Una clase aparte

La educación privada está en auge en nuevos mercados y nuevas formas
Los gobiernos deberían apoyarla, no suprimirla, dice Emma Duncan

The Economist
11 de abril, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

La educación solía ser proporcionada por empresarios y organizaciones religiosas, pero a partir de Prusia en el siglo XVIII, los gobiernos comenzaron a tomar el control. En años más recientes, el estado ha dominado la educación en el mundo rico, con el sector privado restringido a la élite y los muy devotos. También en el mundo en desarrollo, los nuevos estados creados a partir de imperios desmoronados estaban dispuestos a proporcionar (y controlar) la educación, tanto para responder a las ambiciones de su gente como para moldear las mentes de la próxima generación.

Pero ahora el sector privado está disfrutando de un resurgimiento. La inscripción en escuelas privadas ha aumentado a nivel mundial en los últimos 15 años, del 10 al 17% en el nivel primario y del 19 al 27% en el nivel secundario; los aumentos se están produciendo no tanto en el mundo rico como en los países de ingresos bajos y medios. Las personas están invirtiendo dinero en la educación, la matrícula y la educación superior (ver gráfico).

Cuatro factores están impulsando el aumento. Primero, los ingresos están aumentando, especialmente entre los más acomodados. Dado que las tasas de natalidad están disminuyendo, la cantidad de dinero disponible para cada niño está aumentando incluso más rápido que los ingresos. En China, la política de un solo hijo ha significado que en muchas familias seis personas (cuatro abuelos y dos padres) estén preparadas para invertir en la educación de un solo hijo.

En segundo lugar, gracias a la relativa disminución y al aumento de la intensidad de capital de la fabricación, las oportunidades de empleo para los menos educados se están reduciendo. Incluso los buenos trabajos de fábrica requieren calificaciones. Los retornos a la educación han aumentado a pesar del aumento en la oferta de personas bien educadas. En los países en desarrollo, que tienen menos de ellos, los retornos son mayores que en el mundo rico, lo que hace que sea aún más importante para los jóvenes que asisten a la escuela.

En tercer lugar, el resultado de la educación también proporciona parte de la información: a mayor número de niños educados, más maestros estarán disponibles para atraer al próximo lote. Esto es especialmente cierto en países en los que las oportunidades de trabajo para las mujeres son limitadas: muchas mujeres educadas se traducen en una oferta disponible de docentes baratos.

Cuarto, la tecnología está creando una demanda de nuevas habilidades que el sector privado parece ofrecer mejor. También está abriendo nuevos mercados, ya que Internet permite que las personas se eduquen de diferentes maneras y en diferentes momentos de sus vidas.

La línea divisoria entre lo privado y lo público a menudo no está clara: muchos países tienen escuelas públicas financiadas en parte con fondos privados, por ejemplo, y escuelas privadas con financiamiento público, y el tamaño y el crecimiento del sector privado varían de un país a otro. En general, cuanto más desarrollado está el país, más pequeño es el rol del sector privado. En Haití, alrededor del 80% de los alumnos de la escuela primaria reciben educación privada; En Alemania, solo el 5%. En la Europa continental, la calidad de la educación estatal es generalmente alta, por lo que el sector privado tiende a desempeñar un papel muy pequeño, aunque hay excepciones. Por ejemplo, una historia de divisiones religiosas en los Países Bajos ha significado que tres cuartas partes de los alumnos asistan a escuelas privadas, la mayoría de ellas financiadas con fondos públicos; en Suecia, el 10% lo hace. En EEUU y el Reino Unido, la calidad de las escuelas públicas es variable, lo que explica el considerable sector privado de la élite y un número creciente de escuelas administradas por el sector privado, financiadas con fondos públicos: “charters” en los EEUU, “academias” en el Reino Unido. En el sector terciario, las instituciones privadas tienen un papel importante en EEUU, tanto en la parte superior como en la inferior del mercado; en Gran Bretaña, el sector terciario ahora está financiado en gran parte de forma privada.

En América Latina, el gran papel de la iglesia católica en la educación, la baja calidad de la provisión estatal y el rápido crecimiento de la demanda de educación terciaria han contribuido a un gran papel para el sector privado. En gran parte del sur de Asia y África, la pobreza, la migración y el crecimiento de la población dificultan que los gobiernos proporcionen educación en muchas ciudades, por lo que el sector privado es grande y está creciendo rápidamente. Las elites ya han abandonado los sistemas públicos, y muchas personas de clase media y más pobres están siguiendo.

Al igual que Europa, el este de Asia tiene una provisión estatal generosa y en su mayoría buena, pero a diferencia de Europa también tiene un sector privado de rápido crecimiento. Vietnam tiene el mejor sistema de escuelas públicas en un país de bajos ingresos y, probablemente, el sector de escuelas privadas de más rápido crecimiento en el mundo. La capitalización de mercado de las empresas educativas chinas, más grande que la de cualquier otro país, sugiere que los inversores lo ven como una oportunidad de oro.

El estado chino está restringiendo el papel del sector privado entre los 6 y los 16 años, pero todavía hay espacio para el crecimiento. Si el niño va a una guardería privada y a una universidad privada, y recibe dos horas de clases privadas en cada día escolar y ocho en los fines de semana, con un campamento de matemáticas de verano – una rutina bastante estándar para un niño de profesionales chinos – él o ella pasará tanto tiempo en el sector privado como en el estatal.

Todo esto hace que la educación sea atractiva para los inversionistas, dice Ashwin Assomull de L.E.K. Consultante. La demanda está creciendo más rápido que los ingresos y se mantiene bien en las recesiones económicas. La tecnología está creando nuevos mercados. La escolarización está fragmentada, pero existen grandes y crecientes cadenas, como GEMS Education, una empresa con sede en Dubai con 47 escuelas, principalmente en el Medio Oriente; Cognita, una compañía británica con 73 escuelas en ocho países; Beaconhouse School Systems, una compañía pakistaní con 200 escuelas en siete países e Innova Schools con 54 escuelas en Perú.

El principal inconveniente es la sensibilidad política del sector. La inversión privada en educación incomoda a los gobiernos porque enfrentan un bien privado contra uno social. Los gobiernos, como los padres, quieren que los niños aprendan, pero también quieren maximizar la movilidad social y minimizar la desigualdad, mientras que los padres simplemente quieren asegurarse de que sus hijos se desempeñen mejor que los demás.

Estos objetivos inevitablemente entran en conflicto, por lo que los gobiernos regulan y restringen el sector privado, controlan lo que se enseña, prohíben las ganancias, prohíben la selección, reducen las tarifas y generalmente hacen que el negocio no sea atractivo para los inversores. Sin embargo, también lo necesitan, por lo que trabajan con él, canalizando sus habilidades, inventiva y capital y vertiendo el dinero de los contribuyentes en él. Lampadia




Recuperando lo mejor del capitalismo

Recuperando lo mejor del capitalismo

Los últimos 200 años, desde la primera revolución industrial, han marcado un período extraordinario de prosperidad del conjunto de la humanidad. Hace 200 años el 85% de la población global vivía en la extrema pobreza, hoy solo el 10%.

La reducción de la pobreza, el aumento de la esperanza de vida, la alfabetización y el aumento de ingresos de los ciudadanos, se aceleraron notoriamente durante los últimos 50 años. La población mundial se duplicó, el ingreso per cápita se triplicó y la desnutrición pasó de 26% a 13% de la población.

Fuente: Capitalismo Consciente

Este proceso se debe en gran medida al desarrollo empresarial, a la economía de mercado, al comercio internacional y al capitalismo.

Sin embargo, en los últimos años, se ha producido en los países ricos un incremento de la desigualdad que ha traído consigo el desprestigio de la política y de los líderes políticos, así como la aparición del populismo y de propuestas políticas de corte radical.

A nivel internacional, la diferencia entre los países más bien se ha reducido dramáticamente, pero la corrupción se ha hecho más visible, y la clase política se ha desprestigiado de la misma manera, generando similar nivel de descontento con las instituciones.

En resumen, a nivel global se han desprestigiado la política, los liderazgos, las instituciones y la confianza en el sistema de mercado. La pobreza de liderazgo, el cortoplacismo de la política y el enfoque empresarial que muchas veces maximiza sus objetivos de corto plazo, como el afán por el valor de las acciones, nos han llevado a dudar de todo, incluso de aquello que produjo la ola de bienestar general.

Es por ello que hay que repensar las instituciones que nos hicieron prosperar y hacerlas responsivas al llamado de los tiempos.

En Lampadia siempre entendimos que la sentencia de Milton Friedman, de que el rol de las empresas era maximizar el valor de su accionariado, solo podía darse en el largo plazo, y por lo tanto, eso conllevaba a su sostenibilidad en el tiempo, algo consustancial a un impacto positivo en lo social, ambiental y mediático.

Pero como aparentemente esto no necesariamente se entendió así, se hace necesario reformular el rol de las empresas desde su compromiso con una misión y valores que expliciten el verdadero sentido de los negocios, como una fuerza creadora de bienestar.

Ejemplos de compromiso cívico por parte de los empresarios se observan en pocos países, en la región, Chile es un ejemplo a destacar (ver Lampadia: Compromiso Cívico). La difusión de los beneficios económicos y sociales obtenidos por el sistema de libre empresa en dicho país, han sostenido un modelo de desarrollo que permite que Chile apueste por salir de la trampa de ingresos medios.

En esa línea hemos encontrado los conceptos del ‘Capitalismo Consciente’, que sin más presentamos a continuación, a través de su prefacio:  

Capitalismo Consciente
Liberando el espíritu heroico de los negocios

John Mackey, Co-CEO, Whole Foods Market
Raj Sisodia
Harvard Business Review Press
2014
Traducido y glosado por Lampadia

Prefacio por Bill George

Regresando el capitalismo a su curso

Este es el libro que siempre quise escribir. Como capitalista comprometido, me preocupa mucho ver cómo el capitalismo se ha salido de los rieles durante el último cuarto de siglo y ha adquirido un nombre tan malo, merecido en gran parte.

En este libro, John Mackey y Raj Sisodia devuelven el capitalismo a sus raíces. Hacen un caso convincente sobre el capitalismo como el mayor creador de riqueza que el mundo haya conocido. En estas páginas, llaman a su versión capitalismo consciente. Considero que es solo el capitalismo, ya que es la única forma auténtica de capitalismo. Otras formas de hacer negocios, incluido el “capitalismo de amigos”, son simplemente versiones no auténticas de lo real. Como vimos durante el colapso económico mundial de 2008 y la Gran Recesión que siguió, estas versiones falsas del capitalismo no pueden sostenerse y están condenadas a fallar a largo plazo.

La primera vez que descubrí las filosofías de John Mackey fue cuando leí su debate en 2005 con el economista ganador del Premio Nobel Milton Friedman sobre la forma en que funciona el capitalismo. Poco antes de la muerte de Friedman, Mackey cuestionó su opinión de que la única responsabilidad de las empresas es con sus accionistas, que los mercados financieros han traducido en el precio de sus acciones a corto plazo. En su citado tratado de 1970 en el New York Times, “La responsabilidad social de las empresas es aumentar sus beneficios”, Friedman criticó a los líderes empresariales que estaban preocupados por sus empleados, comunidades y el medio ambiente: “Empresarios que asumen seriamente sus responsabilidades por proporcionar empleo, eliminar la discriminación, evitar la contaminación … están predicando el socialismo puro y sin adulteración “.

Mackey desafió esa opinión, tal como lo he intentado durante muchos años. Compartimos una visión mucho más amplia del papel de la corporación en la sociedad. Fue la sociedad la que creó la ‘sociedad de responsabilidad limitada’ y otorgó a las empresas el derecho a operar. Violar esos derechos puede resultar en la pérdida de libertad, ya sea revocando los estatutos de una compañía o restringiéndolos con acciones reglamentarias y leyes que limiten su libertad de operar.

En su liderazgo en Whole Foods Market, John Mackey se convirtió en un modelo a seguir para el capitalismo consciente, al igual que mis colegas de Medtronic y yo hemos tratado de ser. De nuestras experiencias personales, de estar en las trincheras todos los días, Mackey en sus tiendas y mi tiempo en los hospitales con médicos y pacientes, ambos sabemos que el capitalismo auténtico es la única forma en que se puede construir una organización que beneficie a sus clientes, empleados e inversionistas, comunidades, proveedores, y el medio ambiente.

Mackey y Sisodia demuestran inequívocamente que el liderazgo importa. Nos muestran cómo llegar a ser líderes conscientes, una noción que es virtualmente sinónimo de mi concepto de liderazgo auténtico. Reconocen lo esencial que es para los líderes integrar sus corazones con sus cabezas mediante el desarrollo de la autoconciencia y la inteligencia emocional, y al mismo tiempo capacitar a otras personas para que hagan lo mismo. Como dice el dicho. “El viaje más largo que la gente debe tomar es el de dieciocho pulgadas entre sus cabezas y sus corazones”.

Con la enorme pérdida de confianza en nuestros líderes en la última década, el desarrollo de líderes conscientes es la mejor manera de reconstruir la confianza en nuestros líderes y en las instituciones capitalistas y asegurar que sigan por su ‘True North’ (verdadero Norte).

Permítanme compartir el viaje que me llevó a abrazar estas nociones. Cuando me gradué de Georgia Tech en 1964 en ingeniería industrial y de sistemas, tenía una pasión por convertirme en un líder centrado en los valores de una empresa importante que contribuyera al bienestar de la sociedad. Esta pasión comenzó a la edad de ocho años, escuchando a mi padre sobre cómo deberían operar las empresas. Continuó en mis años de adolescencia cuando escuché conversaciones con empresarios mientras hacía prácticas y más tarde en el trabajo de verano para compañías que incluían a Procter & Gamble e IBM.

Elegí estudiar negocios porque creo que los negocios bien dirigidos y centrados en los valores pueden contribuir a la humanidad de maneras más tangibles que cualquier otra organización en la sociedad. Mis estudios de MBA en Harvard Business School me expusieron a muchos grandes líderes de negocios, me abrieron los ojos a cómo operan los negocios globales y fortalecieron mi deseo de hacer una diferencia a través de la libre empresa. En mis veintitrés años en el Departamento de Defensa, Litton Industries y Honeywell, vi lo bueno, lo malo y lo feo de los negocios.

Me uní a Medtronic en 1989, reconocí la oportunidad de crear un valor duradero para todos los grupos de interés de la compañía mientras mantenía su éxito. Mis trece años en Medtronic proporcionaron la plataforma, una bien establecida por el fundador Earl Bakken, para convertir este concepto en realidad. Algunos citarían el aumento en el valor de los accionistas de Medtronic de $ 1.1 mil millones a $ 60 mil millones como prueba de su éxito, pero creo que un caso mucho más convincente se debe al aumento de pacientes nuevos que se recuperan cada año a una vida y salud más plenas, de 300,000 personas en 1989 a 10 millones hoy. Las historias curativas de estos pacientes son la verdadera recompensa para los empleados de Medtronic y los médicos, enfermeras, técnicos, proveedores, inversionistas y comunidades que conforman la familia Medtronic.

Desde que me retiré de Medtronic en 2002, he enseñado en grandes instituciones académicas, especialmente en los últimos nueve años en la facultad de la Escuela de Negocios de Harvard. Estos años me han permitido desarrollar y consolidar mis ideas con expertos en negocios y grandes líderes empresariales, discutirlas en el aula con estudiantes y ejecutivos notables y escribir sobre ellas en cinco libros y numerosos artículos.

Mientras tanto, la sociedad ha experimentado una pérdida histórica en la confianza de los líderes empresariales. Comprender lo que ha sucedido para socavar el capitalismo consciente en la última década requiere volver a las teorías de Friedman, que han tenido una influencia monumental en generaciones de economistas y presidentes ejecutivos que han seguido su filosofía, inconscientemente o no. La influencia ha crecido a medida que el mercado de valores se ha vuelto cada vez más a corto plazo y los periodos de tenencia promedio para las acciones han caído de ocho años a seis meses.

Lamentablemente, el impulso hacia las ganancias a corto plazo ha llevado a la quiebra de Enron, WorldCom, Kmart y Kodak, y a más de cien grandes empresas que se vieron obligadas a reescribir sus informes financieros anteriores en 2003-2004, debido a una cuestionable contabilidad. Estos problemas palidecen en comparación con el fracaso en 2008 de las principales firmas financieras, como Fannie Mae, Bear Stearns, Lehman Brothers, Countrywide, Citigroup y muchas otras, ya que las instituciones financieras con exceso de palanqueo financiero colapsaron mientras intentaban maximizar el valor de sus accionistas. En efecto, la presión de Wall Street sobre las corporaciones para aumentar los precios de las acciones a corto plazo se disparó, eliminando a muchas de esas mismas empresas financieras.

John Mackey, quien llama a Friedman “uno de sus héroes”, desafió la idea del economista en su debate de 2005, poco antes de la muerte de Friedman. Para su crédito, Friedman intentó incorporar muchas de las ideas de Mackey en su teoría de la creación de valor para el accionista, pero Mackey lo rechazó: “Aunque Friedman cree que cuidar de los clientes, los empleados y la filantropía empresarial es un medio para aumentar las ganancias de los inversores, tomé exactamente la opinión contraria: obtener altos beneficios es el medio para el fin de cumplir con la misión comercial principal de Whole Foods. Queremos mejorar la salud y el bienestar de todos en el planeta a través de alimentos de mejor calidad y una mejor nutrición, y no podemos cumplir esta misión a menos que seamos altamente rentables. Al igual que las personas no pueden vivir sin comer, un negocio no puede vivir sin ganancias. Pero la mayoría de las personas no viven para comer, y tampoco las empresas deben vivir solo para obtener ganancias”.

A menudo hice un argumento similar sobre la misión de Medtronic de “recuperar a las personas a una vida y una salud más plenas”. En mi primer libro, “Liderazgo auténtico”, presenté el caso de que las empresas deberían comenzar con su propósito y sus valores y usarlas para inspirar a los empleados, para innovar y proporcionar un servicio superior, al tiempo que crea incrementos sostenibles de los ingresos y ganancias. Este enfoque proporciona la base para una inversión continua en el negocio mientras crea un valor duradero para los accionistas y las demás partes interesadas (shareholders y stakeholders), lo que lleva a un circuito virtuoso. Esta filosofía no es única en modo alguno para Whole Foods y Medtronic. Se practica ampliamente en empresas tan diversas como IBM, Starbucks Apple, Novartis, Wells Fargo y General Mills, todas las cuales han tenido un gran éxito durante décadas.

En Capitalismo Consciente, Mackey y Sisodia guían al lector a través de todos los constituyentes a los que sirven las empresas, incluidos algunos como los sindicatos y activistas, que normalmente se consideran hostiles a los mejores intereses de la empresa. Los autores demuestran por qué y cómo estas organizaciones merecen atención y respeto, incluso cuando hay desacuerdos en curso.

Para los economistas, el cálculo mucho más simple de Friedman del valor para el accionista es más fácil de medir, pero no representa los elementos más importantes a largo plazo de la salud de la empresa, la validez de su estrategia, los méritos de sus inversiones, la satisfacción de sus clientes, y el compromiso de sus empleados. Estos factores tienen un impacto mucho mayor en el valor sostenible a largo plazo de una empresa que en el movimiento del precio de sus acciones a corto plazo. Otros académicos destacados, como mi colega de la Escuela de Negocios de Harvard, Robert Kaplan, han proporcionado una forma más resiliente y matizada de medir el desempeño de la empresa a largo plazo con el ‘balanced score card’.

Como una ilustración vívida de cómo funciona esto, considere a Hewlett-Packard e IBM y los diferentes enfoques de liderazgo adoptados por los CEOs Mark Hurd y Sam Palmisano en la última década.

  • Antes de ser forzado a renunciar por mala conducta, Hurd de HP, quien provenía de NCR Corporation, se hizo cargo del liderazgo fallido de Carly Fiorina y aparentemente puso a la compañía de nuevo en camino, impulsando los ingresos y las ganancias al alza y más que duplicando las acciones de HP. Sin embargo, estas ganancias se debieron en parte a un fuerte recorte en el gasto en I+D del 6 al 3% (en comparación con los niveles históricos del 10%) y un enfoque a corto plazo que impidió invertir en estrategias viables a largo plazo. Desde su partida en 2010, las acciones de HP han disminuido en $ 60 mil millones, o el 55%.
  • En cambio, bajo el firme liderazgo de Palmisano, IBM se enfocó en servir a sus clientes globales a través de una “empresa globalmente integrada” centrada en valores. El cambio de cultura a largo plazo tomó la mayor parte de los diez años de Palmisano como CEO, pero resultó en un aumento en el valor de los accionistas de IBM de más de $ 100 mil millones, o el 84 por ciento, en los últimos tres años. Virginia Rometty, la sucesora interna de Palmisano, está bien posicionada para sostener este éxito, mientras que los sucesores elegidos externamente de Hurd, Leo Apotheker y Meg Whitman, continúan buscando una estrategia viable.

Estoy profundamente agradecido a John Mackey y Raj Sisodia por brindar a las empresas y a la sociedad este valioso tratado sobre cómo integrar a todos los constituyentes de la compañía para el beneficio a largo plazo de crear organizaciones sostenibles que sirvan a los intereses de la sociedad simultáneamente con los suyos. Se refieren al capitalismo como una “fuerza heroica” que enfrenta los mayores desafíos de la sociedad. En ese sentido, sus ideas encajan perfectamente con las de mi colega de la Escuela de Negocios de Harvard, Michael Porter, el pionero de la estrategia corporativa moderna, que ha hecho un llamado a los líderes corporativos para que contribuyan a la sociedad “creando valor compartido”.

Es mi ferviente deseo de ver que estas ideas se conviertan en un modo ampliamente aceptado y practicado de dirigir las corporaciones en el futuro, permitiendo así que el capitalismo florezca en las próximas décadas como la fuerza dominante que contribuya a una sociedad global próspera.

Bill George es profesor de administración en Harvard Business School y ex presidente y director ejecutivo de Medtronic Inc. Es autor de cuatro libros de gran venta, entre ellos Authentic Leadership y True North, junto con su libro más reciente, True North Groups. Es miembro de la junta directiva de ExxonMobil, Goldman Sachs y la Clínica Mayo.

Lampadia




Wakanda: La Bendición de los Recursos Naturales

Wakanda: La Bendición de los Recursos Naturales

A pesar de los múltiples ejemplos de realidades exitosas sobre países que han sabido transformar su gran riqueza de recursos naturales en bienestar, se sigue hablando de la maldición de los recursos naturales para justificar las supuestas debilidades de nuestro “modelo primario exportador”, el cual nos llevaría eventualmente a una gran crisis.

Y si bien no todos los que impiden el desarrollo de nuestros recursos naturales, ya sea por acción o por omisión, recurren al argumento de la maldición, de facto han inhibido, por ejemplo, el tan necesitado desarrollo ambicioso de muchos proyectos mineros. Esto ha llegado a tal punto, que hace ya más de un lustro, nuestras autoridades, en Lima y en las regiones, muestran hacia la minería un rechazo visceral, una distancia desinformada para protegerse de las monsergas mediáticas, o una abierta e irresponsable cobardía.

La verdad es que, gracias a la minería, el Perú impulsó su economía desde la condición de un ‘Estado Fallido’, donde nadie invertía, hasta un estadío de prosperidad que estúpidamente se interrumpió el 2011. Redujimos la pobreza en más del 50%, desde 1990, multiplicamos el PBI (US$ PPP) en 6.9 veces, disminuimos la desigualdad y la desnutrición crónica. Sin embargo, muchos todavía no entienden  los beneficios que nos pueden brindar nuestros recursos naturales.

Por eso, queremos aprovechar un ejemplo que ha salido recientemente en los cines para llegar a la conciencia de nuestras autoridades:

Una película que fue estrenada hace poco tiempo, titulada “The Black Panther” (adaptada de un cómic de Marvel), se sitúa en el país ficticio de Wakanda, rico en un mineral (también ficticio) llamado ‘vibranium’, ofrece lecciones sobre cómo los países pueden transformar los depósitos de energía y minerales en beneficios duraderos. Quizás lo más importante es que la película resalta que no es verdad la llamada “maldición de los recursos” y que, en realidad, sí se pueden resolver los problemas de pobreza, conflictos y corrupción en las naciones ricas en recursos naturales.

A pesar de su naturaleza ficticia, Wakanda comparte similitudes clave con muchos países; y los políticos pueden extraer lecciones de la buena gobernanza de los recursos y la integración económica. En particular, Wakanda ha sabido utilizar su recurso para mejorar la tecnología y el desarrollo económico de su gente. Además, el enfoque de Wakanda es utilizar el vibranium para crear beneficios ampliamente distribuidos para la sociedad.

Este país ficticio comparte muchas similitudes con Noruega, por ejemplo, que es rica en petróleo, y ha sido elogiada por su gestión de los recursos naturales que ha potenciado y hecho sostenible con la creación de un inmenso fondo soberano de riqueza. Noruega gasta alrededor del 4 % del fondo en proyectos públicos. En los comics, el país destina una parte generosa de los ingresos de vibranium para crear una red de seguridad social.

Otro ejemplo con el cual se le suele comparar a Wakanda es Botswana, uno de los países africanos que es una historia de éxito, siendo uno de los mayores productores de diamantes del mundo. La nación ha buscado la diversificación económica y ha desarrollado políticas fiscales sólidas para regular la riqueza del diamante y el gasto gubernamental. Botswana también invirtió los ingresos de los diamantes para las generaciones futuras utilizando un fondo de riqueza soberano llamado Pula Fund. Está allanando el camino para que sus jóvenes se eduquen y empoderen y que su sociedad prospere.

Aislacionismo

Otro punto interesante de analizar en el Universo Marvel, es que el vibranium es clave para ayudar a Wakanda a esconderse del resto del mundo y evitar la apropiación del valioso recurso. Debido a su autoaislamiento, Wakanda parece tener un modelo económico donde no intercambia sus recursos naturales con el resto del mundo: vive en la autarquía e invierte fuertemente en tecnología. Justamente uno de los puntos clave de la película se centra en que el nuevo Principe de Wakanda cree que los recursos de vibranium no deben mantenerse ocultos en Wakanda; más bien deberían usarse para liberar a la gran cantidad de personas de ascendencia africana que viven en condiciones de pobreza y opresión en todo el mundo, además de utilizar los recursos de Wakanda para ayudar a las naciones extranjeras al intercambio de conocimientos tecnológicos que ellos han adquirido.

La inversión masiva de Wakanda en tecnología le da al país de ficción una clara ventaja comparativa, lo que, a su vez, hace que los beneficios potenciales del comercio internacional sean bastante altos. La alta calidad de su gobierno sugiere que Wakanda también podría gestionar los ingresos esperados del comercio para las generaciones actuales y futuras de Wakandans. Además, si el Vibranium puede desempeñar el mismo rol que tuvo la máquina de vapor durante la Revolución Industrial del siglo XIX, Wakanda podría ser el catalizador para un aumento en el comercio mundial; ya que transportar los productos utilizando motores superpotentes y tecnológicamente avanzados reduciría drásticamente los costos y facilitaría el movimiento de mercancías.

El país ficticio de Wakanda proporciona una imagen de la prosperidad y avance tecnológico, que podrían disfrutar los países ricos en recursos naturales que saben aprovecharlos y gestionarlos adecuadamente. Además, la inversión en educación y salud, el desarrollo tecnológico y el aumento en el comercio mundial serían un beneficio que si bien, no se vio con amplitud en la película, sí podemos lograr en nuestro mundo real.

El Perú no vio la película

Es evidente que, en Perú, nuestras autoridades y buena parte de los medios, no vieron la película.

  • Después de la experiencia de la interrupción del crecimiento de la economía producido en gran medida por el sabotaje de la inversión minera, demostrado en dos casos icónicos, Conga y Tía María.
  • Después de haber pasado de un Estado en donde se incrementaban las reservas y el ahorro fiscal, a sufrir un déficit fiscal de 3.5%, sin miras de superarse en el mediano plazo.
  • Después de regresar, como antes de los años 90, a la sensación de escasez y pérdida de sensación de futuro.
  • Después de comprobar que el mayor saboteador de la inversión minera, el ahora congresista Marco Arana, expulsado de la Iglesia Católica (caserito de los medios -dizque- serios), no es consecuente con los derechos y necesidades de los pueblos, pues más movido por la ideología y la política, sigue defendiendo al oprobioso régimen chavista controlado por el ‘Eje-Cuba-Venezuela’, que está matando a su población. Después de una excelente campaña de comunicación sobre el proyecto de Tía María en Arequipa.

Nuestras autoridades son incapaces de asumir un liderazgo que ilumine el sentido común de nuestra población, con comunicaciones sinceras y claras, que permitan que apoyen el desarrollo de las inversiones.

Por un lado, el gobernador de Arequipa, la señorita Yamila Osorio, sigue en una suerte de limbo incapacitante, y por otra, el Primer Ministro, Cesar Villanueva declara: “Tía María (…) es uno de los proyectos que (…) no tienen la aprobación de las poblaciones adyacentes al centro minero y que, además, no demuestran un respeto absoluto al tema ambiental en sus propuestas de operación deben esperar.”

Declaraciones con las que solo ha empoderado a las minorías de oportunistas y agentes políticos para impedir la inversión. ¿O alguien se imagina, que el diario La República destaque la declaración del premier en su portada de hoy con un propósito distinto de alertar a oportunistas y agentes anti-inversión?

¡Todos al cine (sin llevar canchita)! Lampadia