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Libertad económica, clave para salir de la pobreza

Siempre hay que repetir los conceptos básicos que permiten ir construyendo un sentido común ciudadano basado en información y pensamiento crítico. Para ello se debe difundir información y análisis que permitan que a cada individuo preocupado con el futuro de su sociedad, aplicar su criterio para internalizar esos conceptos.

Esto es muy importante, tomando en cuenta que los grupos de interés político hacen lo mismo, pero con información equivocada y maliciosa.

Líneas abajo compartimos con nuestros lectores, el excelente análisis de la colombiana, Vanesa Vallejo sobre el informe de libertad económica del Fraser Institute.

Quienes luchan por aumentar el tamaño del Estado, así como las regulaciones y las barreras arancelarias, seguramente (quieren) terminar como Venezuela o República del Congo.

Vanesa Vallejo

30 junio, 2016

Publicado por Panam Post, Noticias y Análisis sobre América

Colombia

Glosado por Lampadia

No es casualidad que los países con mayores libertades económicas sean más prósperos que aquellos en donde no se respeta la propiedad privada y los inversionistas no pueden defender sus intereses propios. La inversión y la generación de valor es fundamental para el bienestar de las sociedades, y el grado de libertad económica de un país es un factor determinante a la hora de hacer negocios. Es por eso que aquellos lugares con mayores libertades ofrecen un mejor nivel de vida a sus ciudadanos.

Las libertades económicas son indispensables para aumentar la inversión y acelerar el crecimiento de un país. La incertidumbre legal, los altos impuestos, la precariedad de derechos de propiedad, y la excesiva regulación en los mercados financieros y de trabajo, tienen costos enormes en la vida de las personas ya que debilitan la confianza inversionista y, por lo tanto, aumentan el desempleo y la pobreza.

Sin embargo, parece que aún no se entiende la importancia de la libertad económica. En Colombia, como en otros países,  son muchos los que piden cada vez mayor regulación. La gente celebra, por ejemplo, que se aumenten los impuestos a las empresas, porque creen que quitarles a los ricos para darles a los pobres es la solución. No caen en cuenta de que lo que piden es matar a la gallinita de los huevos de oro.

También vemos, con bastante frecuencia, grandes grupos de interés apoyados por personas incautas y de buena fe protestando para que aumenten las barreras arancelarias, bajo la falsa idea de que así se protege a la economía nacional. Y de igual manera, miles de colombianos piden aumentos en los subsidios, más empresas públicas y un Estado más grande, con la esperanza de que estas medidas mejoren la situación de todos. Ignoran que tales luchas son precisamente la causa de nuestras desgracias.

El Fraser Intitute, entendiendo la importancia de las libertades económicas para la inversión y, principalmente, para el bienestar de las sociedades, desde 1996 calcula el “Índice de Libertad Económica” para 157 países del mundo. Este indicador se construye utilizando cinco grandes variables que se describen en la siguiente tabla:

Áreas y componentes del índice de libertad económica elaborado por el Fraser Institute

Fuente: Elaboración propia. Información tomada del Índice de Libertad Económica en el Mundo, Informe Anual 2015. Fraser Institute.

Cada uno de los cinco elementos se califica en una escala de uno a diez, para obtener así la puntuación global de cada país. Colombia, según el  Informe Anual 2015 del Fraser Institute, se ubica en la posición 106, un lugar bastante preocupante. En tamaño del Estado ocupa el puesto 105. Sistema jurídico y garantía de los derechos de propiedad, puesto 127. Solidez monetaria puesto 88. Puesto 76 en libertad de comercio internacional, y 74 en cuanto a regulación. [Ver en la siguiente tabla, los datos para los cuatro países de la Alianza del Pacífico] 

Fuente: Fraser

Los puestos que ocupan otros países de la región, se resumen en el siguiente gráfico. Resaltando que Venezuela ocupa el último lugar de toda la lista:

Fuente: Elaboración propia. Información tomada del Índice de Libertad Económica en el Mundo, Informe Anual 2015. Fraser Institute.

Desde 1996, cuando se publicó por primera vez este índice, se han realizado numerosos estudios que pretenden establecer la relación entre las libertades económicas de un país y el bienestar de su sociedad.  Y lo que se encuentra es que, casi sin excepción, los países con mayor libertad económica tienen un crecimiento económico más acelerado, altos niveles de inversión, mayores  ingresos y menor pobreza que la que presentan países con poca libertad económica.

Observe por ejemplo este gráfico en el que se muestra que el ingreso del 10% más pobre de la población es mucho mejor en los países con mayor grado de libertades económicas.

Ingresos del 10% más pobre vs. libertad económica

Fuente: Índice de Libertad Económica en el Mundo: Informe Anual 2015. Fraser Institute.

O esta, en la que se evidencia cómo los países con más alto grado de libertad económica tienen mejores ingresos per cápita.

Libertad económica vs. Ingreso per cápita

Fuente: Índice de Libertad Económica en el Mundo: Informe Anual 2015. Fraser Institute.

Lo triste es que a pesar de que las libertades económicas son fundamentales para el crecimiento y la reducción de la pobreza, muchos siguen empeñándose en obstaculizar cualquier intento de creación de valor, creyendo que la clave es aumentar impuestos y asfixiar a los empresarios.

Quienes luchan por aumentar el tamaño del Estado, así como las regulaciones y las barreras arancelarias, seguramente quieren terminar como Venezuela o República del Congo, países que hacen todo eso y están sumidos en la pobreza. Es sorprendente que, contra toda evidencia, en América Latina sigamos queriendo mayor regulación estatal. Contrario a pedir cada vez más dosis de la fórmula que ha llevado tantos países más a la miseria, debemos reconocer el triunfo de las economías orientadas al mercado y la derrota de aquellas en las que hay una fuerte planificación estatal.

Incremento en subsidios, salarios mínimos, mayor regulación laboral, barreras al comercio exterior, aumento del gasto público e incremento del número de empresas estatales. Estas, y otras más, son las propuestas que cada año pedimos y que por desgracia siempre se traducen en peores condiciones de vida para todos. La verdadera clave para disminuir la pobreza y aumentar el bienestar es incrementar la libertad económica, luchar por reducirla es ir en contra de toda prueba y condenarnos a la miseria.

Lampadia




La pobreza se reduce más lentamente

La pobreza se reduce más lentamente

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) publicó sus cifras sobre la reducción de la pobreza en el Perú durante los años 2009 y 2015 en un informe titulado, “Informe Técnico: Evolución de la Pobreza Monetaria 2009-2015”. En esta publicación se informa que durante el último año, la pobreza en el Perú disminuyó tan solo un punto porcentual, pasando de 22.8 % en 2014 a 21.8 % en 2015 (un equivalente a 221 mil personas) y la pobreza extrema se habría reducido solamente 0.2 % respecto al 2014, llegando a 4.1 % en 2015.

Es importante remarcar la definición del INEI para la pobreza y pobreza extrema. Según el INEI, “la medición monetaria usa al gasto como indicador de bienestar”. Define a los pobres monetarios como “las personas que residen en hogares cuyo gasto per cápita es insuficiente  para adquirir una canasta básica de alimentos y no alimentos (vivienda, salud, educación, transporte, etc.). Son pobres extremos aquellas personas que integran hogares cuyos gastos per cápita están por debajo del costo de una canasta básica de alimentos”.

De acuerdo con el INEI,  para una persona no sea considerada pobre debe tener la capacidad de consumir más de S/. 303 al mes, que es el monto fijado como el promedio mensual por persona de la canasta familiar. Por otro lado, para salir de la pobreza extremalos peruanos deben tener un consumo mínimo de S/. 161 al mes, que es el costo de la canasta alimentaria mínima del Perú.

En el último año, la pobreza no se ha reducido a los mismos niveles que en años anteriores. Todavía existe una importante brecha entre los sectores urbano y rural. Como se puede observar en el cuadro inferior, mientras que en el área urbana la pobreza es de 14.5 %, en las zonas rurales se eleva a 45.2 %. Y en el caso de la pobreza extrema, a nivel rural es catorce veces mayor que en las zonas urbanas: 13.9 % contra 1 %.

La región del país en la que más se ha reducido la pobreza en el último año es en la selva. En esta región, la pobreza disminuyó 1.5 %, pasando de 30.4 % a 28.9 %. En la sierra y la costa, la pobreza bajó 1.3 % y 0.5 %, respectivamente. Sin embargo, en este mismo periodo, la pobreza extrema se incrementó en 0.4 % en la selva, mientras en la costa y la sierra se redujo en 0.2 y 0.5 %, respectivamente.

Todas estas cifras muestran que, lamentablemente, la situación en el Perú viene desmejorando en los últimos años. Como hemos señalado anteriormente en Lampadia, en 2011 se produjo un punto de inflexión, tanto en aspectos sociales como económicos. (Ver: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo). 

Es justamente esta falta de crecimiento económico y de inversión lo que ha vuelto más lenta la reducción de la pobreza. Este es el caso también del último índice de The Conference Board, en el que muestra que la Productividad Total de Factores (PTF) habría caído en 4.5% el 2014 y 7.8 % desde el 2011. Ver en Lampadia: Veamos la evolución de la productividad con cifras.

Por otro lado, el indicador de Gini (que mide la desigualdad en la distribución de los ingresos) muestra la misma tendencia que la línea de la pobreza. Para el año 2015, alcanzó 0.44, es decir, se mantiene en los niveles de año 2014. Sin embargo, bajo un análisis a nivel de región, se observa que en la Costa se mantiene estable, mientras disminuye en la Sierra y se incrementa en la Selva.

Analizando los resultados en un período más largo (2009-2015, el último quinquenio), se observa que la desigualdad disminuye a nivel nacional y en casi todos sus ámbitos geográficos, con la excepción de la Costa rural, la cual se mantiene en el mismo nivel. A nivel nacional la disminución es de 0.03, pasando de 0.47 en el 2009 a 0.44 en 2015. Evaluando los resultados a nivel de dominios, la mayor disminución de la desigualdad se presentó en Lima Metropolitana y Sierra urbana (de 0.44 en el 2009 a 0.40 el 2015, en ambos casos), seguido de la Costa urbana y Selva urbana (de 0.40 en el 2009 a 0.37 en el 2015 y de 0.45 en el 2009 a 0.42 el 2015, respectivamente).

Queda entonces demostrado que la clave para derrotar a la pobreza es crear riqueza. El crecimiento económico ha sido la mejor política de inclusión social. Lo contrario ha sucedido, por ejemplo, en Cajamarca, donde más del 50% de la población son pobres. El Jefe del INEI informó que “en el año 2010, cinco departamentos tenían a más del 50% de su población en situación de pobreza y, en el año 2015, solo el departamento de Cajamarca tenía al 50.8% de su población en condición de pobreza”.

En Cajamarca la inversión pública está estancada por mala gestión pública y porque el sector privado ya no genera riqueza, la productividad del agro es de las más bajas del país, seis veces menor que en Arequipa, y grupos anti mineros han impulsado una agenda política anti-inversión que paralizó un proyecto de US$ 4,800 millones en Conga y los demás proyectos de la región, que hubieran generado miles de empleos y encadenamientos productivos. Una región ‘mágica’, que podría ser la más rica del Perú, se encamina sin pausa a la miseria.

Por lo tanto, la verdadera medida contra la pobreza es el crecimiento. Sin él, jamás se podrá luchar ni reducir la pobreza del país. 

Una vez que desarrollemos nuestro gran potencial productivo (minería, energía, forestal, acuicultura, agro exportaciones y turismo), y retomemos la senda de crecimiento sostenido, podremos abordar el tema de la pobreza a futuro y plantear una manera más eficaz de solucionarlo. Un método que ha logrado con eficacia superar la trampa de la pobreza es el planteado por Poor Economics (Ver en Lampadia: Una visión práctica para la superación de la pobreza), el cual confirma la necesidad de desarrollar programas de apoyo productivo, antes que asistencialismo puro, que, por supuesto hay que mantener para casos extremos, pero nominales, acotados y temporales.

Para que el Perú mejore reduzca la pobreza, es necesario que el sector privado alcance una mayor eficiencia e invierta en innovación y tecnología. Para impulsar la producción potencial se requerirán importantes reformas estructurales y así mejorar la productividad, la inversión, el capital humano y el empleo formal. Ver en Lampadia: Destrabemos la construcción de nuestro futuro. Para enfrentar este tremendo reto se tienen que generar recursos financieros suficientes para una mayor inversión y así evitar trabas paralizantes. Esto es clave, ya que no hay desarrollo sin crecimiento económico.

Este objetivo se logra manteniendo un crecimiento alto y sostenido, para lo que hay que retomar la inversión privada en general y, en particular, la de minería. Tenemos que recuperar nuestro crecimiento económico, que es el principal camino para la reducción de la pobreza y la desigualdad, la generación de empleo y la recaudación fiscal. Lampadia

 




Cada vez menos vulnerables y más clase media consolidada

Cada vez menos vulnerables y más clase media consolidada

En el Perú, hemos venido escuchando cada cierto tiempo sobre la “vulnerabilidad” de la clase media. Ahora, parece que el mismo Banco Mundial ha mejorado su perspectiva con respecto a esta medición afirmando que: “Incluso con la desaceleración, este grupo social está en menos riesgo de regresar a la pobreza en la región” (publicado en El País de España).

Esto sustenta algo que venimos diciendo desde hace mucho en Lampadia. Tras una década de crecimiento récord, la clase media de Perú se ha incrementado significativamente (a pesar del bajo crecimiento del último año). Según una declaración anterior de Fidel Jaramillo, representante del BID en el Perú, la clase media se habría quintuplicado en 5 años, superando el 50% de la población en el 2014. (Ver en Lampadia: La Clase media en Perú: cuantificación y evolución reciente). 

Asimismo, en sus conclusiones, el BID afirmó en su momento que: “El crecimiento económico ha sido pro pobre y pro clase media. (…) Resulta razonable afirmar que la consolidación del proceso del Perú hacia el desarrollo económico, es en gran parte la consolidación de los niveles de vida de sus estratos medios”. (Ver mayor análisis en Lampadia: Entre la ficción y la realidad).

Recordando un poco,en 2011, por primera vez en la historia, la región de América Latina tenía más gente en la clase media que en la pobreza (ver gráfico inferior). El rápido crecimiento de los ingresos ayudó a expandir la clase media a 32 % de la población total de la región en 2011. Por primera vez, este grupo superó los pobres, los cuales tenían un total de 27 % sobre la base de los US$ 4 (la línea de pobreza). Según el Banco Mundial, el crecimiento en las ganancias representó aproximadamente tres cuartas partes del aumento de la clase media entre 2003 y 2011, mientras que el asistencialismo contribuyó la cuarta parte restante.

Fuente: Banco Mundial

Sin embargo, también según el Banco Mundial, a pesar de estos impresionantes resultados, alrededor del 40% de los latinoamericanos siguen siendo vulnerables de volver a caer en la pobreza. ¿Qué es la ‘clase’ vulnerable? Ya no son pobres, pero aún no se les considera de clase media consolidada. Se calcula que un hogar de América Latina no tienen más de un 10% de probabilidades de recaer en la pobreza durante un período de cinco años requiere un ingreso de al menos US$ 10 por persona por día (PPP 2005). El Banco Mundial llama a aquellos con un ingreso diario de entre US$ 4 y US$ 10, “los más vulnerables” o la “clase media baja”.

Específicamente en el Perú, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el crecimiento de la clase media entre el 2004 y el 2011 fue de 67%. Y si analizamos hasta el 2014, la clase media es el grupo poblacional que más ha crecido, pasando de 16.2% (2004)a40.1% (2014). Desde el 2012, el aumento ha sido menor, debido principalmente a la desaceleración de la economía (creció tan solo 1.9% anual en el 2013 y el 2014).

Fuente: Forbes

¿A qué se debe este aumento de la clase media a pesar de la desaceleración del país? Según el Banco Mundial, “el crecimiento económico fue el principal impulsor de la reducción de la pobreza y la desigualdad a través de un mejorado ingreso laboral más que por medio de políticas de redistribución, que solo explican 15% de la reducción de la pobreza.“ Esto también se viene diciendo hace mucho en Lampadia: Al menos 80% de la reducción de la pobreza es por el crecimiento y Perú: Crecimiento disminuye la Desigualdad.

Justamente es la tendencia generalizada a invertir parece ser una de las principales razones detrás de crecimiento continuo de Perú. La inversión privada, liderada por la minería, ha permitido un crecimiento sostenido del PBI, multiplicando por 4 el PBI per cápita, reduciendo la pobreza, la desigualdad, la desnutrición y mortalidad infantil. Además de la estabilidad macroeconómica, la inversión, el empleo y el incremento de los ingresos fueron superiores fuera de Lima, llegando a los más pobres y ayudando a disminuir la pobreza en el país.

Además del crecimiento de la economía en el Perú, que ha llevado a los ingresos medios en Lima a subir un 60% desde el año 2005, hay otros factores que dan cuenta de la aparición de la clase media en el país. Entre ellas: una mayor formalización del trabajo, sobre todo en las clases A y B y un mayor grado de confianza general que conduce a la formación de la pequeña empresa y el espíritu empresarial.

Es por eso que se debe empezar a facilitar el impulso de grandes proyectos, para atraer a los inversionistas y que desarrollen su potencial. Para esto, es necesario eliminar o acortar el número de normas y permisos que enfrenta la actividad minera y los proyectos de infraestructuras. Ver en Lampadia: Destrabemos la construcción de nuestro futuro.

Solo así podremos continuar con nuestra senda de crecimiento. Recordemos que la HSBC planteó un análisis prospectivo muy importante, en el que proyectaba queal 2030 el 80%  de la población contaría con ingresos medios y altos, y 90% hacia el 2050. 

Para lograr estos indicadores, según el propio HSBC, debiéramos crecer al 5.5% promedio y privilegiar mejoras sustanciales en educación, instituciones, infraestructuras y clima de inversión.

La actual desaceleración del Perú y los recortes en inversión privada pone en peligro la situación de los ingresos de muchos hogares vulnerables (ver gráfico inferior). En los últimos años se han mantenido alejados de la línea de pobreza, lo cual les ha brindado un margen para amortiguar el cambio. 

Fuente: Forbes

Para evitar que los ingresos de las personas “vulnerables” se alejen más de la clase media y prevenir su descenso a la pobreza nuevamente, es necesario retomar la inversión privada y la senda de crecimiento del Perú. No perdamos todos los logros que hemos alcanzado en una década. Tenemos un gran potencial y no podemos desperdiciarlo. Lampadia

 




Encuesta empresarial da luces para el 2016

Encuesta empresarial da luces para el 2016

Uno de los determinantes más claros de la frenada del crecimiento de nuestra economía es la parálisis de la inversión privada. Ver en Lampadia: Otra vez La Parada (esta vez en la inversión). Esto trae como consecuencia una menor reducción de la pobreza, menor capacidad del Estado para la inversión social y menores incentivos a ciudadanos y empresarios para retomar el ritmo de inversión.

Así lo niegue el gobierno, la confianza de los agentes económicos, ciudadanos y empresarios, es fundamental para apostar por inversiones de buena calidad, aquellas orientadas al largo plazo. Estas difieren de las inversiones especulativas y de corto plazo, típicas de economías precarias, donde la mano del gobernante es arbitraria y la sensación de futuro se suple con conexiones políticas.

En octubre pasado, EY publicó su 13er Barómetro de la Confianza para la Inversión, basado en una encuesta de 1,600 ejecutivos de distintos sectores. Iniciando el 2016, un año clave para re-enrumbar al país por la senda del crecimiento, creemos que es bueno revisar los mensajes principales de esta muestra. Verlo íntegramente en Documentos de Lampadia.

Entre los mensajes de la publicación tenemos los siguientes:

  • A pesar del cambio de ritmo del crecimiento, todavía se ve al Perú como un buen destino de inversión.

  • Se ha reaccionado rápidamente, buscando la mejora de los costos operativos de las empresas.

  • Los empresarios ven en la digitalización y el emprendedurismo, dos fuertes tendencias. 

  • A diferencia de los prejuicios anti empresariales, la gran mayoría de empresarios apunta a mantener su fuerza laboral. Algo fundamental para la productividad de las empresas, puesto que la rotación laboral, además de los costos que conlleva, la afecta negativamente.

  • Una nueva amenaza a los negocios son los ataques cibernéticos. Cosa que ya preocupa a los empresarios entrevistados.

Confianza, algo que hay que cuidar todos los días. Es muy fácil destruirla, pero muy difícil construirla y recuperarla. Lampadia

 
 
 



¿Hacia dónde vamos en América Latina?

¿Hacia dónde vamos en América Latina?

En la X Cumbre Internacional de Comercio Exterior organizada por la Cámara de Comercio de Lima, tuvimos como uno de los oradores principales al revolucionario José Piñera, Ex Ministro de Trabajo y de Minería de Chile, Director de la revista Economía y Sociedad, investigador del Cato Institute y creador del sistema privado de pensiones, que desde su creación en 1980 se ha extendido en muchos países.

En las siguientes líneas reflejamos algunos de los mensajes de Piñera sobre la economía de la región y sobre el sistema privado de pensiones:

Piñera nos explicó cómo fue que en América Latina, tanto Chile como Perú lograron ajustar sus economías y emprender la vía del crecimiento y la reducción de la pobreza.

Según Piñera lo que permitió la recuperación de Chile y Perú fue la gran reforma de la apertura de la economía al mundo global y la creación de las AFP. Las AFP fueron las generadoras de capital interno de largo plazo, al tiempo que ofrecían un muchísimo mejor sistema de pensiones que los sistemas públicos de reparto, crónicamente desfinanciados y que nunca podrían dar pensiones decentes.

Lo que no hay que hacer: Miles de jubilados griegos en cola

En el siguiente gráfico de 1950 a 2013, se puede apreciar la evolución del PBI per cápita del Perú, notándose con claridad cómo se produce un quiebre hacia el crecimiento sostenido en 1991, con las reformas indicadas. Lo mismo pasó en Chile unos años antes. Ver el gráfico: 

El Perú además de crecer ha reducido la pobreza desde 55% a 23.9%.

Chile, como el Perú, con su modelo de libre mercado, pudo reducir la pobreza de 50 a 7.8% en un lapso relativamente corto. El sistema de AFPs  chileno tiene hoy día 200,000 millones de dólares, un equivalente del 70% de su PBI.

Piñera nos recordó que mientras EEUU tuvo Padres Fundadores, en Latinoamérica tuvimos, lamentablemente, Generales Fundadores. Esto produjo 100 años de subdesarrollo y de inestabilidad política.

Nos dijo que en Latinoamérica los diarios locales, en las páginas políticas, presentan el pernicioso Realismo Mágico, pero si quieres ver la dinámica social y económica, hay que leer los avisos publicitarios.

“El libre mercado incorpora a las masas sociales a la prosperidad”.

Luego nos mostró el ranking de Libertad Económica para varios países, según el Cato Institute:

Como se puede apreciar, Chile ha tenido un desarrollo espectacular, pero el Perú no se queda muy atrás, pues habiendo estado en 1990 en el puesto 103 de 113 países, hemos avanzado hasta el lugar número 41 entre 157 países.

Esta no es la realidad de todos los países de la región. Brasil, Argentina y Venezuela están al final de la tabla. Según Piñera, Argentina es un país en vías de sub-desarrollo.

Los países del Pacífico Colombia, Chile y Perú, siguen fundamentalmente un modelo liberal. Ecuador es la excepción que confirma la regla. Mientras que los países del Atlántico: Brasil, Argentina y Venezuela, siguen un modelo estatista. Brasil tiene una Constitución estatista, con rigideces que no le permiten ni siquiera reformar su sistema de pensiones.

El modelo de Brasil, Argentina y Venezuela es un gran fracaso, “un modelo económico contra la historia”. Aparte de todos los males que han generado, “están perdiendo a su gente empresarial”.

“Hay un claro triunfo del modelo del Pacífico”.

En cuanto a educación, Piñera considera que el avance tecnológico le hará un bypass a la mala educación. Lamentó que en Chile estén haciendo una reforma educativa en vez de darles a los niños, tablets y software creativo.

En cuanto a la obligatoriedad de afiliación a las AFPs, Piñera comentó que, filosóficamente, debiera ser voluntaria, pero un estudio que hicieron antes de su incepción, demostró que en ese caso nadie se afiliaría. “Sin embargo consideró que en el futuro podría evaluarse que el aporte sea voluntario. En 20 o 30 años más quizás, cuando todo el mundo sea más serio y responsable”. Lampadia




Llamado a las mayorías silenciosas

Llamado a las mayorías silenciosas

 




El Cobre reduce la pobreza, no podemos desaprovecharlo

El Cobre reduce la pobreza, no podemos desaprovecharlo

En nuestro país se ha sembrado una gran confusión sobre la minería:

  1. Algunos creen que contamina y no deben explotarse. Falso, la minería moderna no contamina más que otras actividades, incluida la agricultura y, por supuesto, la minería ilegal. La mayor contaminación en el Perú se produce en las ciudades y pueblos, donde no disponemos adecuadamente de nuestros desechos.
  2. Otros piensan que hay que dosificar su producción para que nos dure mucho tiempo (los despistados pos-extractivistas). Falso, la riqueza de hoy no será riqueza mañana, tanto por procesos de sustitución de materiales, creación de nuevos materiales y por la explotación de la minería submarina, que tiene leyes (contenidos) muy altos y ya se está desarrollando. Ver en Lampadia: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento.
  3. Otros creen que se queda con el agua que necesita la agricultura. Falso, la minería usa solo el 2% del agua que consumimos. Ver en Lampadia: Minería al alcance de todos los peruanos – I.
  4. Otros piensan que la minería cubre todo nuestro territorio. Falso, solo se explora y explota minas en menos del 2% de nuestro territorio. Ver en en Lampadia: Minería al alcance de todos los peruanos – I.
  5. Otros consideran que los peruanos podemos dejar de ser pobres con la agricultura y el turismo. Falso, los peruanos tenemos brechas sociales y económicas acumuladas en los años en que no se podía invertir en minería que superan los US$ 100,000 millones. Solo podremos obtenerlos pronto explotando todos nuestros recursos naturales para que la alquimia del comercio internacional transforme nuestro cobre, zinc y oro en trigo importado, en recursos para la salud, la educación, las infraestructuras y para recuperar los ingresos decentes que debieran tener nuestros maestros, enfermeras y policías (los cuales fueron destruidos por la hiperinflación que asoló el país durante 25 años).
  6. A otros les han hecho creer que la minería no tiene valor agregado. Falso, es más alto que en la industria (67% vs. 33%, promedio). Un ejemplo: si el 2012, en vez de exportar concentrados de cobre hubiéramos exportado cátodos, solo habríamos obtenido 4% adicional, y si hubieran sido tubos de cobre, 14% adicional. Ver en Lampadia: La minería tiene un alto valor agregado.

En Lampadia hemos invitado al experto Henry Luna para desarrollar una serie de publicaciones que expliquen los aspéctos más importantes sobre la minería. Ver: Minería al alcance de todos los peruanos (Parte 1, Parte 2 y Parte 3).

La minería, y especialmente la del Cobre, construye el camino para superar la pobreza. ¡Teniendo la capacidad de hacerlo, renunciar a ello (por falsos escrúpulos), es inmoral!

El futuro del Cobre

Los precios del cobre subieron espectacularmente desde el 2004 (1.1 US$/Lb) hasta US$ 4.50 el 2011. Luego cayeron a algo más de US$/Lb 3.20 el2014 y volvieron a caera principios de este año, llegando a US$/Lb 2.50. En los últimos meses ya se ha recuperado algo, superando los US$/LB 2.70.

La disminución de los precios del cobre se debió principalmente a las preocupaciones sobre la demanda de China y una posible contracción económica global. China es el mayor consumidor mundial de cobre, y representa casi el 40% de la demanda mundial. El menor ritmo de crecimiento de China es real, pero no nos olvidemos que si crece un 7% anual, este equivaldría a 3.2 veces todo el PBI peruano de un año. Ver en Lampadia: ¿Crisis china? ¡Miremos al monstruo sin soponcios!

Sin embargo, los precios han empezado a recuperarse un poco, y actualmente se estima que este metal llegue a un promedio de US$/Lb 2.86 este año. Los precios se han visto reforzados por la mejora de las condiciones económicas en el mundo desarrollado, sobre todo en los Estados Unidos y, en menor medida, Europa. 

Otro factor que ha contribuido a la recuperación del precio del cobre son las limitaciones de la oferta, principalmente porque varias empresas han abandonado o aplazado nuevos proyectos, lo que ha aumentado las expectativas de los precios futuros del cobre.

Según estimaciones del Citi, la demanda de cobre superará a la oferta por alrededor de 61,000 toneladas para el año 2016. Aunque esto representa menos del 1% de la producción mundial, el impacto de este desbalance podría aumentar en el futuro, sobre todo si el crecimiento económico mundial se recupera más rápido de lo esperado. No dejemos de tomar en cuenta que India ha prendido nuevamente sus motores de crecimiento. Esto impulsaría los precios del cobre.

Además, la expansión económica mundial de este año apoyaría el crecimiento de la demanda de cobre refinado, de los cuales un tercio se utiliza en la fabricación de tuberías y cables y una tercera parte en maquinaria industrial. 

El Perú es el tercer mayor productor de cobre del mundo y, habíamos planeado que al 2016,  duplicaríamos la producción actual de 1.4 millones de toneladas anuales, algo que ahora parece inalcanzable. Luego deberíamos apuntar a igualar la producción de Chile. Sin embargo, la inversión necesaria para lograr nuestra expansión está veremos por el sentimiento anti minero que instaló este gobierno y su debilidad actual para contrarrestar los embates de los radicales anti extractivistas y la violencia extrema que ejercen ‘bendecidos’ por la impunidad que alientan los fiscales y jueces. 

Tenemos que aprovechar nuestra ventaja comparativa. Además de tener un buen potencial productivo, somos uno de los países de menores costos de producción.  Por ejemplo, con respecto a Chile, el mayor productor, somos mucho más eficientes, ellos tienen altos costos laborales y energéticos(con un costo promedio de US$1.42 por libra vs. US$0.88 en el Perú al 2012).

Este es el momento de difundir la verdad sobre la minería y el cobre para luego destrabar los nuestros proyectos y brindar soporte en gestión social. Esto permitirá que los inversionistas se sientan atraídos para desarrollar nuestro potencial y eficiencia para producir este bello metal. Además, se tienen que eliminar o acortar el número de normas y permisos que enfrenta la actividad minera, al igual que para los proyectos de infraestructuras. Tenemos que facilitar la inversión y reactivar la minería, como un acto de consecuencia elemental con el frenazo de nuestra economía y la impostergable obligación moral de reducir la pobreza, teniendo como hacerlo. Ver en Lampadia: Destrabemos la construcción de nuestro futuro.

Dada la caída en la oferta mundial del cobre, el Perú debe aprovechar sus recursos naturales para apostar por el desarrollo de proyectos en exploración y avanzar en los proyectos paralizados, elevar su contribución al PBI por encima del 15% actual, seguir ayudando al crecimiento de nuestro sector industrial y llevando recursos fiscales al Estado para afrontar nuestros déficits en educación, salud, infraestructuras y tecnología. Lampadia




Veamos la evolución de la productividad con cifras

Veamos la evolución de la productividad con cifras

A diferencia de la prédica de los anti sistema, que ya se están pareciendo a los que niegan la teoría de la evolución y el genocidio nazi, durante los últimos años se viene machacando que la productividad nunca creció. Evidentemente, este es el indicador madre, sobre la evolución de una economía y si se puede llegar a convencer a la gente que nunca tuvimos un buen resultado, sería más fácil negar las demás realizaciones de nuestro país, como las que reseñamos en nuestra publicación:  Las Cifras de la Prosperidad.

Esta prédica que cuestiona el crecimiento de nuestra productividad hasta el 2010, incluye lasde Piero Ghezzi y José Gallardo (hoy ministros) en su libro “¿Qué se puede hacer con el Perú?” y más recientemente, la deCarlos Ganosa y Andrea Stiglich en: “El Perú está Calato”. La verdad es que hasta el 2010, el crecimiento de la Productividad Total de Factores (PTF) en el Perú, era de muy buen nivel y sobresaliente en el mundo, como lo hemos mostrado con anterioridad. Ver en Lampadia: Se pretende negar record histórico de productividad – Desinforma que algo queda.

Lamentablemente, como hemos señalado en Lampadia, el 2011 se produjo un punto de inflexión en el crecimiento de la inversión, la anemia infantil y el aumento de la PTF. (Ver: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo).  

La situación en el Perú viene desmejorando en los últimos años, y ya nos estamos acostumbrado a que los índices muestren un retroceso. Este es el caso también del último índice de The Conference Board, en el que muestra que la Productividad Total de Factores (PTF) habría caído en 4.5% el 2014 y 7.8 % desde el 2011.

Según The Conference Board, la Productividad Total de Factores es el resultado de una combinación de mejoras en la eficiencia (menos insumos para una mayor producción), así como la tecnología y la innovación. Este índice tiene una alta correlación con el PBI ajustado por inflación. El bajo resultado que muestra el cuadro para el 2014, refleja el pobrísimo crecimiento de ese año, de tan solo 2.4%.

El Perú está creciendo menos. Las proyecciones del 2015 siguen bajando, al igual que la inversión pública y privada. Así jamás recuperaremos el desarrollo del que tanto nos enorgullecíamos y con el que ganamos el nombre de “la estrella de Latinoamérica”.

Si bien esta tendencia es un fenómeno que viene afectando a toda la región, la contracción en la economía peruana supera a la del resto de países miembros de la Alianza del Pacífico y es la segunda mayor caída en la región, detrás de Argentina (-10.9 %).

El crecimiento de la productividad en las economías emergentes alcanzó su pico el 2007, y desde entonces cambió la tendencia a la baja junto con el resto del mundo. Las economías emergentes están muy por detrás de países con más altos niveles de productividad y tecnología (la frontera de la productividad) y, por lo tanto, tienen mayores posibilidades de crecer más rápido aplicando nuevas tecnologías (como celulares en África que no necesitan cables y requieren menor inversión), procesos y estrategias ya desarrolladas y utilizadas por los países más avanzados.

La década de 1990 a 2000 fue un período de rápido crecimiento para China e India por una combinación de ‘ponerse al día’ con los países desarrollados y adoptar reformas internas.El aumento de la globalización, como la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio, y la mayor inversión en comunicaciones y tecnología ayudaron muchísimo en este proceso. 

Para que el Perú mejore en su productividad, es necesario que el sector privado alcance una mayor eficiencia e invierta en innovación y tecnología. Para impulsar la producción potencial se requerirán importantes reformas estructurales y así mejorar la productividad, la inversión, el capital humano y el empleo formal. Ver en Lampadia: Destrabemos la construcción de nuestro futuro.

La opción estratégica del Perú debe ser apostar por el crecimiento y la tecnología. Tenemos que asumir el cambio con la mayor ambición posible en cuanto a velocidad y profundidad, sin miedo a enfrentar las limitaciones políticas y sin caer en una falsa dicotomía con la explotación de  recursos naturales, llamados a financiar nuestro ‘salto adelante’ en educación, salud y tecnología. Ver en Lampadia: Revolución Tecnológica en el Perú y El futuro ya llegó y el Perú debe alcanzarlo.

Existen muchas cosas por hacer en la agenda pendiente. Erradicar la pobreza es uno de los impactos más importantes del crecimiento sostenido. Esto no es posible con un déficit de infraestructuras tan grande como el que tenemos (US$ 88,000 millones según AFIN).

Para enfrentar este tremendo reto se tienen que generar recursos financieros suficientes para invertir en infraestructurasy evitar las trabas paralizantes. Esto es clave, ya que no hay desarrollo sin crecimiento económico, y no existe crecimiento, desarrollo y reducción de pobreza sostenidos, con problemas y déficits de infraestructuras como los que tiene el Perú.

Lo mismo reza para educación e instituciones. Por ejemplo, hagamos lo mismo que otros países, y utilicemos estrategias ya desarrolladas y exitosas. Un ejemplo claro es la mejora de lasinstituciones y de la educación en Polonia, debido a la humildad de los polacos en aceptar que no era necesario reinventar la pólvora sino que simplemente tenían que seguir el buen ejemplo de sus vecinos europeos. Ver en Lampadia: Polonia la nueva estrella europea

Este objetivo se logra manteniendo un crecimiento alto y sostenido, para lo que hay que retomar la inversión privada en general y la de minería en particular (el mayor y mejor motor del crecimiento peruano, así algunos pretendan negarlo y apagarlo). También se tiene que trabajar para que el Perú no pierda, o recupere, la confianza de los inversionistas y empresarios extranjeros. 

Tenemos que retomar la confianza de nuestro país, cuidar la democracia y,cuanto antes, trepar las cuestas que tenemos por delante. Lampadia




En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo

En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo

En el 2011, coincidiendo con el inicio del gobierno de la inclusión, se han producido dos puntos de inflexión muy graves en el proceso virtuoso que estábamos viviendo, tanto en aspectos sociales como económicos.

En el aspecto social (ver el cuadro superior), en el 2011 se produjo un punto de quiebre enla reducción del nivel de anemia en niños menores de tres años, luego de una sostenida reducción entre el 2007 y el 2011.

Según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) del INEI, el promedio nacional de anemia volvió a elevarse desde su menor nivel, el 2011, de 41.2 % a 46.8 % en el 2014; y en menores de 5 años el promedio subió de 30.7 % en 2011 a 35.6 % en 2014.

El porcentaje más alto de esta terrible afección se dio en Puno, donde afecta a 8 de 10 niños menores de 3 años. En el Perú rural llega ahora al 54 % de los niños. Los indicadores señalan que la anemia infantil se elevó en 13 regiones del país, principalmente en San Martín. En Lima, más de 147 mil niños menores, sufren ahora de esta perniciosa deficiencia.

Esto expresa un problema social e institucional. El 2011, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) cortó el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa), parareemplazado por un nuevo esquema que demoró dos años en implantarse. Dicho programa se implementó en el 2007 con resultados impresionantes: a nivel nacional,la anemia en niños entre 6 meses y 3 años bajó de 56.8% el 2007 a 41.6% el 2011. Ver el cuadro superior.

Este resultado es producto de un nivel de irresponsabilidad y falta de consecuencia sin nombre. No es aceptable que esto se haya producido y que además se haya ocultado al país. Esta información se dio a conocer hace más de un año por el ex ministro Luis Carranza cuando, refiriéndose al MIDIS, afirmó: “Las reglas impuestas para asegurar el cumplimiento y el monitoreo permanente del buen uso de gasto se han dejado de lado. El presupuesto para atención social [Proanaa] se ha incrementado varias veces, (…). Como resultado de esta inacción la anemia viene subiendo desde el 2011 y en el 2013 se llegó a 46.4%, subiendo casi 5 puntos.” Ver en Lampadia: Piel de Gallina

Sin embargo el gobierno todavía no toma las medidas correctivas, condenando a nuestros niños a limitaciones, algunas de ellas irreversibles. La anemia infantil tiene un grave efecto en el crecimiento de un niño, afecta su desarrollo mental, conduce a problemas de atención, retrasos en su capacidad de lectura y bajo rendimiento escolar.

Peor aún, ni siquiera aceptan estar cometiendo un error. En una entrevista de El Comercio del pasado 11 de abril a Paola Bustamante Suárez, Ministra de Desarrollo e Inclusión Social, se puede leer lo siguiente:

“¿Cuáles son los resultados de los programas sociales?

Es el tercer año del ministerio y estamos haciendo las evaluaciones de los diferentes programas para hacer ajustes o tomar decisiones. Calculo que hacia fines de año o a principios del próximo estaremos dando resultados sobre las evaluaciones de impacto.

¿Se tiene algún adelanto?                 

No, todavía. (…)

El ex ministro Luis Carranza dice que los programas sociales se usan con fines político-electorales.

Las afirmaciones vertidas sobre un supuesto manejo político de los programas sociales no tienen ninguna evidencia que lo confirme. (…)

¿Después de los resultados de la evaluación de los programas sociales podríamos hablar de desaparición, fusión o incremento de ellos?

Lo que identificamos desde el ministerio es que una vez que se realizan las evaluaciones uno puede identificar que el programa puede pasar a ser política pública, (…).

Con crecimientos de 5% y 6% del PBI se reducía la pobreza en medio millón de personas. Será difícil llegar a esas cifras ahora.

Estamos seguros que si llegaremos porque, como bien lo señala el estudio del Banco Mundial, no solo con crecimiento se reduce la pobreza (…).

¿La reducción de la pobrezade cuanto será entonces?

Yo preferiría que salgan los resultados”.

No es necesario esperar las evaluaciones. Las cifras mostradas dejan claro que el cierre del Pronaa han traído resultados muy negativos, a los que se ha debido reaccionar oportunamente. Y, argumentos como que “la lucha contra la anemia es responsabilidad del Sector Salud” (según declaraciones del MIDIS en El Comercio el día que se publicaron las cifras sobre la anemia), son inconsecuentes en boca de un ministerio de políticas sociales del gobierno de la “inclusión”.

La anemia infantil es uno de los indicadores sociales más importantes, su nivel es altísimo y el que se haya agravado, contando con recursos financieros es imperdonable.

Este desastre coincidió con la paulatina paralización de varios los proyectos mineros, empezando por el de Conga. Como hemos explicado varias veces, la minería fue el gran motor de crecimiento de los últimos años y el mayor generador de recursos fiscales.

En el tema económico, el punto de inflexión se dio también en el 2011. Ver en Lampadia: El país resbala después de muchos años, que incluye el siguiente gráfico y es muy explicativo:

 

Lo peor que se puede hacer es no reconocer la realidad, pues solo en base a ella se pueden tomar medidas correctivas. Afortunadamente, el Primer Ministro, Pedro Cateriano, se ha comprometido a recuperar el crecimiento económico,que contrariamente a lo manifestado por la Ministra de Desarrollo e Inclusión Social, es el principal camino para la reducción de la pobreza, la generación de empleo y la recaudación fiscal, fuente de la acción redistributiva del EstadoLampadia




La pobreza total del Perú no se puede calificar de crónica

La pobreza total del Perú no se puede calificar de crónica

Un reciente informe llamado “Los olvidados, pobreza crónica en América Latina y el Caribe” escrito por Renos Vakis, Jamele Rigolini y Leonardo Lucchetti, tres miembros del staff del departamento de Reconstrucción y Desarrollo del Banco Mundial, sostiene que uno de cada cinco latinoamericanos se encuentra en situación de “pobreza crónica” y que, específicamente en el Perú, ésta llega al 24.4% de la población al 2012. Sin embargo, esta información hay que tomarla con pinzas ya que muchas veces estos informes no hacen un análisis muy fino de las realidades particulares de cada país, y están más dirigidos a movilizar voluntades políticas en determinada dirección.

Existen varios problemas con este análisis. Primero hay que empezar definiendo qué es pobreza crónica. En ninguna parte de dicha publicación se hace la precisión. Se da a entender, con gráficos y leyendas, que pobreza crónica se refiere a quienes han sido “olvidados”, estarían tratando de subsistir con menos de US$ 4 día tras día por persona y no habrían podido despegar de su condición en los últimos años de crecimiento económico.

Sin embargo, en otras fuentes,como por ejemplo en los análisis de la OECD, se define la pobreza crónica como “la pobreza extrema experimentada durante muchos años, toda una vida, o que perpetúa de generación en generación”.  Acá hay una gran diferencia entre considerar a quienes no viven perpetuamente en pobreza (subsistir con menos de US$ 4 día) o pobreza extrema (subsistir con menos de US$ 1.5 día).

Afirmar que en el Perú, al 2012, existe una pobreza crónica de 24.4% (igual a la pobreza total) es una falacia.El término “crónico” implica inetabilidad, permanencia, imposibilidad de revertirse, etc. Es un término mal usado para transmitir la situación de pobreza en la región. Simplemente no puede existir más pobreza crónica que pobreza total de la población, cuya reducción ha sido sumamente dinámica. Como se puede observar en el gráfico inferior, las tasas de pobreza están disminuyendo constantemente y seguirán haciéndolo.

Si análizamos el informe por su extremo absurdo, tendríamos que considerar que en el año 2004, la pobreza crónica habría sido de 58.5%. Esta cifra se ha reducido en la última década, llegado a 23.5% a finales del año pasado. Por lo tanto, por lo menos una proporción importante de estos “pobres crónicos” habrían dejado de serlo en una década. Eso desvirtua el uso de la calificación como “crónico”.

Sorprende que algunos analistas y economistas tomen esta definición como “face value”, que no apliquen su criterio para dar contexto y profundidad de análisis al tema. Por otro lado, este documento es responsabilidad de unos funcionarios del Banco Mundial, no es un documento oficial del Banco.

La razón por esta acelerada reducción se basa en que con un crecimiento alto y sostenido se puede luchar contra la pobreza. Como afirma un estudio de Macroconsult, por cada punto porcentual de crecimiento del PBI, la pobreza se reduce en 0.66%. El crecimiento económico ha sido la mejor política de inclusión social.

En la última década hemos demostrado que podemos salir de la pobreza creando más riqueza. La pobreza, crónica o no, se ha reducido de manera sorprendente. El mismo Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, destacó que Perú se ha convertido en la “envidia del mundo” por su “sobresaliente” crecimiento económico en la última década, que ha permitido sacar de la pobreza a millones de peruanos.

El problema de este informe es que intenta generalizar al Perú con el resto de países de la región, y no considera nuestra realidad. Habla sobre el crecimiento en entre el 2000 y el 2012, que es de 2.5 % en América Latina, la reducción de desigualdad de la región en cinco puntos porcentuales según el coeficiente de Gini (de 0.57 a 0.52 en el mismo periodo) y la reducción de la pobreza y pobreza extrema, 16% y 50% respectivamente.

Las cifras del Perú son mucho más alentadoras. Recordemos que el Perú ha tenido un crecimiento constante de alrededor de 6.5% en la última década y nuestra desigualdad se redujo en casi 9 puntos porcentuales, bajando de 54.1 a 45.3. Con respecto a la reducción de pobreza, la tasa ha disminuido en 60%, y la pobreza extrema en 70.2% (como se puede visualizar en el gráfico).

Lo que sí debemos hacer es retomar el crecimiento económico, esa es la manera más eficaz de combatir la pobreza, fomentando la inversión privada y el funcionamiento de los mercados. Casi 85% de la reducción de la pobreza desde el 2004 se debe exclusivamente al crecimiento económico. No como dice un reciente despacho del INEI: “Gracias a la inversión pública y a los programas de inclusión social del Gobierno, un millón de peruanos salieron de la pobreza entre los años 2011 y 2013”. El crecimiento ha beneficiado fuertemente a todos los niveles económicos y a casi todas las regiones; y en las palabras del Banco Mundial, “la estabilidad macroeconómica y los niveles récord de crecimiento sostenido han proporcionado el espacio para mejorar las oportunidades de ingreso para los peruanos. Estas oportunidades han beneficiado más que proporcionalmente a los pobres, sobre todo en años recientes”.

No hay que dejarse llevar por estudios ni desalentarse por cifras alarmantes. El Perú ha experimentado un proceso muy positivo en la reducción de la pobreza. Sin embargo, todavía existen 7.3 millones de personas en situación precaria y 1.4 millones de pobres extremos. Motivo por el cual, nuestra agenda pendiente debe seguir privilegiando el crecimiento económico, apostando por la mejorar la educación, cerrar las brechas de infraestructuras y seguir mejorando sustancialmente a la población y, no extremar el juego político autodestructivo como el que ahora nos abruma y paraliza. Lampadia




Presentación del libro Somos Libres, Podemos Elegir

Presentación del libro Somos Libres, Podemos Elegir

Por Pablo Bustamante Pardo, Director de Lampadia

 Primero que nada una doble felicitación a los organizadores de Umbral y del libro “Somos Libres”. Primero, por hacer un excelente esfuerzo de recoger y representar un período tan importante de nuestra historia. Y segundo, por asumir el verdadero rol de la clase dirigente, que no siempre ha estado a la altura de las circunstancias, una de las mayores carencias del país. Los protagonistas del libro si se comprometieron con el país, así como ustedes ahora, para enseñar sus vivencias a los más jóvenes.

El libro relata cómo pudo el Perú salir del sétimo círculo del infierno de Dante y, traernos de regreso al mundo moderno para empezar su reconstrucción. Para explicarlo, recorre cinco décadas, desde los 60 hasta el nuevo siglo.

Reconoce a sus principales líderes, como al propio Presidente Fujimori, que supo guardar sus ideas en un cajón y alejarse de sus asesores “gradualistas”, que no voy a mencionar.

Pero si quiero reconocer a los excelentes  peruanos que ayudaron en este trance, casi imposible. Entre ellos tenemos a:

–          Juan Carlos Hurtado Miller, Jaime Yoshiyama, Carlos Boloña,

–          Carlos Rodriguez-Pastor, Hernando de Soto, Richard Webb,

–          Roberto Abusada, Mayu Hume, Alfredo Jalilie, Calos Montoya,

–          Felipe Ortiz de Zevallos, Jorge Camet, Fritz du Bois, Alfonzo Bustamante,

–          Oscar Espinosa Bedoya y Walter Piazza,

Para hablar de la verdadera gran transformación del Perú, no podemos dejar de destacar al precursor del liberalismo en nuestro país, don Pedro Beltrán,
y tampoco al gran predicador de las ideas de la Libertad, Mario Vargas Llosa.

Y finalmente, cuatro extranjeros, Michel Camdessus del FMI, Ricardo Lago del BID, y

Armeane Chosky y Demetris Papageorgiou del BM, estos últimos, no mencionados en el libro. Para todos ellos, un gran aplauso…

Comentarios

Algo muy importante de estos procesos de transmisión es permitir que los ciudadanos. Especialmente los jóvenes, puedan aprender lo que yo llamo: las relaciones causa-efecto de las políticas públicas en sus propias vidas.

Para ello voy a recorrer rápidamente cada una de las décadas mencionadas en el libro, que explican todo el proceso.

Los 60s:

Empezamos con el gran divorcio. Junto con los demás países de la región, tomamos un camino inverso a los países pobres del Asia, como Corea del Sur y Taiwán, a quienes mirábamos por encima del hombro. Mientras ellos abrieron sus economías a la inversión privada y se empeñaron en mejorar su educación, nosotros nos cerramos y fuimos entregando el control de la educación a un sindicato clasista, monopólico y comprometido con la lucha de clases, antes que con un proyecto magisterial.

A fines de los 60, nos cayó la dictadura militar que duró hasta fines de los 70.

Ésta apagó las luces del Perú, lo que lamentablemente habría de durar 30 años, hasta el año 90.

Por eso es tan difícil entender el Perú de hoy y, casi imposible compararlo con otros países, que nunca apagaron sus luces de manera similar.

Los efectos de la dictadura militar fueron devastadores:

–          Prohibieron la inversión privada en el campo, la minería, la pesca y hasta en el turismo.

–          Estatizaron prácticamente toda la economía

–          Condenaron a las regiones a la miseria, sin inversión y sin empleo

–          Controlaron todos los precios

–          Establecieron la discrecionalidad absoluta de los funcionarios públicos en su relación con el mundo empresarial y los ciudadanos

–          Propiciaron una suerte de “lluvia ácida” que les permitió sembrar una cultura anti-empresarial que malogró, incluso, mentes brillantes

Por eso es que en el Perú se siguen discutiendo lo que Moisés Naím llama las “Ideas Muertas”.

Al final de la dictadura militar (1980), salieron corriendo, pero regimentaron sus “reformas” en la Constitución del 79, que castró en gran medida las posibilidades de recuperación del país.

80s:

El regreso a la democracia, que falló por omisión y por acción.

Por omisión con Belaunde, que más allá de la devolución de los medios de comunicación, no corrigió nada e impidió permitió las reformas más esenciales. A esto se sumó el terrorismo que diezmó la sierra y terminó por empujar a la población a Lima.

Encima de todo esto, vino la crisis de la deuda del 82 originada en México y el Niño del 83 (ese año el PBI cayo 13%).

Belaunde, a pesar de haber recibido una propuesta integral de reforma de Ulloa y su formidable equipo, no pudo tomar las decisiones necesarias. (Por ejemplo, el año 81, con mi jefe Andreas Raczynski, del  antiguo Grupo Hochschild, llevamos a Minero Perú una propuesta de inversión en las Bambas de US$ 1,000 millones que contemplaba una participación libre de 20% para el Estado. Su presidente Raul Otero y su financiero, Lino Abraham, hombres muy capaces, no pudieron lograr la autorización gubernamental. Al año siguiente, regresamos con una propuesta para invertir en Antamina US$ 1,200 millones con el mismo 20% para el Estado. Tampoco pasó nada).

En el segundo lustro de los 80, García, un hombre de la nueva generación, dio un costosísimo salto atrás y equivocó el camino de palmo a palmo. Llevó la inflación, que empezó en los años 70 a niveles galopantes y la convirtió en una de las inflaciones más largas y altas de la historia de la humanidad. Estatizó los bancos y le puso un “broche negro” a casi 30 años de errores.

Si comparamos algunas cifras del año 89 con las del 2012, podemos mostrar en perspectiva lo que García nos dejó: (Ver anexo 1)

– El PBI pasó de US$ 20,500 millones a 199, 400 millones

– El PBI p.c. se multiplico por siete, pasando de US$ 970 a US$ 6,635

– La pobreza bajó de 58.7% a 25.8% de la población

– La mortalidad infantil bajó al 13% y la desnutrición al 45%

– La deuda externa bajo de 60.8% del PBI a el 9.5%

– Las reservas internacionales pasaron de ser negativas a 64,000 millones de dólares

– Los ingresos del Estado, según las fuentes que se usen, pasaron de 3 o 10.6%, a 21.6%
del PBI

García siguió con la sustitución de importaciones y la teoría de la dependencia de la CEPAL de Prebish. Con esa teoría nos amenazaron con la “curva de la muerte”: mientras nuestros productos (commodities) bajarían de precio, la tecnología subiría, creando una brecha mortal.

Gracias a Dios, la historia probó todo lo contrario, se produjo “la curva de la vida” de los países emergentes, mientras los precios de los commodities subían, los de la tecnología bajaron.

90s

Sobre los 90s, el libro es muy rico en las descripciones del proceso de transformación. Las discusiones desacuerdos y dificultades, socios y opositores.

Más allá del aspecto democrático de esos años, tenemos que reconocer que pudimos diseñar (bajo la conducción de Jaime Yoshiyama), la Constitución del 93, origen y base de nuestra recuperación y el regreso de la inversión privada al Perú.

En los 90:

–          Se estabilizó la macroeconomía

–          Se desreguló y liberalizó los precios

–          Se privatizó las empresas públicas (con lamentables excepciones, como Petroperú y Sedapal)

–          Se reformó el Estado. Al desaparecer la discrecionalidad de la burocracia se eliminó la corrupción administrativa

–          Se crearon nuevas instituciones. La más importante, una que nunca habíamos tenido, el mercado.

–          Se estableció la autonomía del BCR

–          Se crearon las AFP, las reguladoras de los servicios públicos, el Indecopi y una Sunat de lujo.

Los resultados fueron inmediatos, entre 1993 y 1997, crecimos 7.5% de promedio anual, y hubo una fuerte reducción de la pobreza.

Lamentablemente, los 90 terminaron con una inmensa corrupción política y con una recesión innecesaria. Yo fui testigo de cómo empezó la recesión, el 10 de octubre de 1998, el ministro de Economía, Baca Campodónico, convocó a los presidentes de los bancos al BCR y dispuso que “desde ese día el BCR iba a decidir cada día si le daba crédito a los bancos”. Las protestas de los asistentes fueron desatendidas y como los bancos no pueden correr el riesgo de liquidez, no les quedó otra cosa que cortar el crédito.

Como los depósitos eran, básicamente, a 90 días, a los 45 días se cortó la cadena de pagos que se extendió como un hongo atómico de cabeza por toda la economía. Nos cominos una recesión de 4 años, cuando la crisis asiática se había diluido en pocos meses.

Uno de los aspectos más importantes de este final, fue que los resultados de los 90, de punta a punta, entre el 90 y el 2000, no mostraron los beneficios de las grandes reformas del país y se malogró el aprendizaje de las relaciones causa-efecto.

Terminamos el siglo en recesión y con alta pobreza.

Los 2000

En el siglo XXI, sobre la base de las reformas de los años 90, tuvimos la mejor década de nuestra historia:

–          Bajaron al alimón la pobreza y la desigualdad. Una anomalía económica. Descontentos con la pérdida de este argumento para atacar la economía de mercado, los profesores de economía de la universidad Católica hicieron su propio índice Gini, para mostrar una mayor desigualdad, pero su propia serie mostraba una pendiente de descenso de la desigualdad aún mayor que la indicada por el BM y la Cepal

–          Crecimos como nunca

–          Los indicadores sociales fueron excelentes, fuimos el primer país en cumplir la metas del milenio

–          La inversión privada, el empleo, el crecimiento y los ingresos de las personas crecieron más en provincias que en Lima, más en la sierra y la selva que en la costa y más en las zonas rurales que en las urbanas

–          Formamos una nueva clase media emergente que es un pulmón de la economía y esperanza de mejores opciones políticas

–          La inversión sobre producto llegó al 28% del PBI

–          Nunca tuvimos tanta inclusión

–          Nuestras medidas alcanzaron: 90-90-90 (el sector privado daba el 90% del empleo, el 90% de los ingresos fiscales y el 90% de la inversión)

Segunda década del siglo XXI

Desgraciadamente no llegamos a aprender de nuestra historia ni de la de otros países. En la segunda década del siglo, en el gobierno de Humala, su Primer Ministro Salomón Lerner oficializó la prédica anti-minera. Se paró la inversión minera, que fue el motor principal del crecimiento y que ayudó a formar el sector industrial más grande, más fuerte, sólido, diversificado, competitivo y exportador de nuestra historia.

La paralización actual del crecimiento de nuestra economía es fundamentalmente por razones internas, los precios han bajado, pero aún son buenos y los mejores proyectos se pueden financiar.

Desde el desmanejo político del proyecto de Conga, se paró la inversión minera y con ella toda la cadena de inversión privada, hasta paralizar totalmente su crecimiento.

Al mismo tiempo, casi sin que nos diéramos cuenta, desde el gobierno de Paniagua, pasando por el de Toledo, García y ahora el de Humala, se fue tejiendo una selva regulatoria que hace casi imposible lograr las inversiones. Por ejemplo, en el reciente Simposio del oro y la plata, Ricardo Briceño comentó que el texto único ordenado de minería que se logró hacer en los 90s, una sola norma que compendiaba toda la regulación, hemos pasado ahora a 180 dispositivos diferentes.

No queremos tomar nota que mientras Colombia crece, el Perú se paraliza. Ellos está desregularizando su economía y promoviendo la inversión minera.  En la India, su nuevo Primer Ministro, Neranda Modi, ha planteado un lema clarísimo para su gobierno: “No red tape, only red carpet for investors” (Nada de trabas burocráticas, solo alfombras rojas para los inversionistas).

Todavía no hemos hecho el diagnóstico correcto de la caída de nuestro crecimiento. Los  “nuevos motores” de Ghezzi demorarán muchos años en producir crecimiento. Solo podemos reactivar el crecimiento, si desregulamos la economía y promovemos la inversión en minería, petróleo y energía.

El futuro

Hoy tenemos dos agendas pendientes e interrelacionadas:

–          Primero, cerrar las brechas en educación-salud, instituciones, infraestructuras, tecnología y derrota de la pobreza extrema.

–          Segundo, poner en valor nuestros recursos naturales, nuestra reserva productiva, en bosques, minería, pesca, etc.

Ambas agendas se formaron juntas durante esos 30 años que vivimos sin luz. Lo importante ahora, es entender que desarrollando la segunda, podemos eliminar la otra, las brechas.

Una reflexión final: Hoy podemos salir de pobres

Por ejemplo, el HSBC dice que el Perú podría ser la economía número 26 en el 2050. Para ello tenemos que crecer un promedio de 5.5% por año. Nos ayudarán dos factores estructurales, nuestro bono demográfico y la demanda de commodities, que seguirá sólida. Pero tendremos que superarnos en tres factores de política interna, la mejora de la educación-salud, de nuestras instituciones y de las infraestructuras. (Ver anexo 2)

Con ese desarrollo, el 2030 deberemos tener al 70% de nuestra población en la clase media con ingresos por persona superiores a US$ 3,000 por año, y a otro 10% con ingresos superiores a US$ 15,000 por año y por persona. Un gran panorama.

Para ello necesitamos una buena Gobernanza: “Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía”. (Definición del Diccionario de la Real Academia Española).

Pero eso no es suficiente, necesitamos formar los mejores cuadros de funcionarios públicos, como lo hacen Singapur y la China.

Todo esto llama a nuestra clase dirigente a comprometerse con la acción, no podemos ponernos de costado. ¡Esta vez no podemos fallar!

Pudiendo derrotar la pobreza extrema en un plazo relativamente corto, no hacerlo sería “INMORAL”.

Muchas gracias.

Anexo 1

Anexo 2




Cinco razones para tener confianza

Cinco razones para tener confianza

Por: Luis Miguel Castilla R.

(El Comercio, 03 de Agosto del 2014)

Las celebraciones de Fiestas Patrias culminaron y, en medio de los análisis, comentarios o críticas, lo concreto es que el mensaje del gobierno al ciudadano, al ama de casa, al estudiante, al emprendedor, es único: todos trabajamos por un mismo objetivo, crecer con bienestar, y por ello los esfuerzos del gobierno por construir un mejor futuro, con sólidas bases económicas y reformas para ser un país competitivo. El mensaje, como lo señaló el presidente Ollanta Humala, es de optimismo y esperanza.

Quisiera esbozar cinco razones por las cuales estoy convencido de que tendremos un futuro mejor, con una economía que seguirá destacando los siguientes años y que mejorará la calidad de vida de los peruanos y peruanas.

Primero, una política económica sensata y prudente. A lo largo de los tres años de la gestión del presidente Humala queda patente la decisión de mantener las políticas de Estado que, en los últimos quince años, han conducido a reducir la pobreza y al surgimiento de una pujante y emprendedora clase media.

La adopción de una política económica sensata y prudente, una clara apuesta por insertarnos en la economía internacional, y el lugar que la iniciativa privada ocupa como motor del crecimiento tienen el consenso mayoritario de la sociedad. [Lamentablemente, el Presidente de la República en su reciente Mensaje a la Nación, no relievó la importancia del sector privado, solo destacó su incorporación en APP (Asociaciones Público Privadas) en sectores impensados hasta hace poco tiempo. Un muy buen avance, pero mediatizado por dicha omisión.] Por ello, la estabilidad macroeconómica del país, destacada por las agencias calificadoras de riesgo y las principales entidades multilaterales, es nuestra principal carta de presentación a nivel internacional. Además, la apertura comercial no solo dinamiza el comercio y las inversiones, sino que nos obliga a poner la valla más alta para mejorar la calidad de la oferta exportable y para ser más competitivos. En esa línea, el presidente de la República ha marcado el derrotero en los próximos años a fin de lograr un mejor aprovechamiento de los acuerdos comerciales. Así, optamos por la integración abierta y pragmática de la Alianza del Pacifico, alejándonos del proteccionismo que prevalece en nuestro vecindario.

Segundo, solvencia fiscal. Tenemos la fortuna de que los fundamentos de empresas, entidades financieras, familias y gobierno sean sólidos, lo que nos permite ser una economía resistente a los vaivenes de la globalización. Esto se manifiesta en el profesionalismo de las empresas, la solvencia y liquidez del sistema financiero, la mejor situación de los balances de las familias y los consumidores, la robustez de las finanzas públicas, la credibilidad de nuestros reguladores y la reputación de nuestro Banco Central.

A nivel del país, la política fiscal mantiene nuestra solvencia con bajos niveles de deuda pública, acceso competitivo a mercados internacionales de capitales, amplios colchones de ahorro público y la mayor predictibilidad de los ingresos que financian el gasto con visión de resultados y multianualidad. De hecho, tenemos la oportunidad de adoptar políticas fiscales expansivas que mitiguen la desaceleración económica temporal (producto de razones externas e internas) y, así, recuperar el sendero del crecimiento y el progreso, dando mayor liquidez a los consumidores y asegurando un puesto de trabajo.

Tenemos la plena confianza de que nuestra actividad económica se acelerará en los próximos meses. La coyuntura ha puesto a prueba la efectividad de la política económica y respondimos con las medidas necesarias. No obstante, esta es una tarea conjunta de gobierno, empresas y trabajadores.

Tercero, la modernización del Estado. El gobierno tiene un decidido compromiso por modernizar la administración pública y construir un Estado eficiente y efectivo al servicio del ciudadano, facilitando las inversiones en el país. La promoción de la inversión privada es de interés nacional, y el gobierno adoptó en los últimos dos años múltiples medidas para destrabar la densa maraña de barreras administrativas que históricamente el país arrastra. El objetivo es construir un servicio civil con línea de carrera basada en la meritocracia y la rendición de cuentas, así como la reducción de los costos de transacción que enfrentan las pequeñas, medianas y grandes empresas para operar adecuadamente. También, las reformas apuntan a modernizar las compras públicas, introduciendo el esquema de enfoque por resultados; y, la revisión exhaustiva del marco legal para reducir sobrerregulaciones y lograr mejorar la competitividad de nuestro país.

Cuarto, cierre de brechas para una mayor competitividad. Quizás el mayor énfasis del mensaje presidencial fue el claro reconocimiento de que el imperativo cierre de las brechas en infraestructura, capital humano y productividad demanda que el sector público trabaje de la mano del sector privado. Una señal inequívoca de la necesidad de construir esta alianza es el agresivo impulso del gobierno a las asociaciones público-privadas en proyectos de infraestructura, adjudicándose en estos tres años concesiones por más de 18 mil millones de dólares. Asimismo, se tomó la decisión de asociar estratégicamente al Estado con el sector privado para la construcción, operación y mantenimiento de escuelas y hospitales, sectores en los que hasta ahora era impensable tal asociación. Otro instrumento es la apertura de las empresas públicas de energía al capital privado, para modernizarlas y mejorar su gobierno corporativo.

A esto, se le suma la puesta en marcha del Plan Nacional de Diversificación Productiva y la Agenda Nacional de Competitividad 2014-2018. Lo que no implica dar la espalda al rico acervo de recursos naturales del país, [como ya indicamos la semana pasada, las declaraciones del ministro de la Producción fueron interpretadas por los medios en el sentido de que los “nuevos motores” podrían reemplazar al de la minería y que nos permitirían crecer rápidamente al 7 u 8% anual] por el contrario, significa apalancar mayor desarrollo a partir de nuestras ventajas comparativas, identificando fallas de mercado que justifiquen la participación del Estado, pero sin caer en los errores del pasado, con claro enfoque en la innovación, el emprendimiento y la inserción de nuestros productos en las cadenas globales de producción. La finalidad es mejorar la productividad del país y, en consecuencia, el bienestar de todos los ciudadanos. Esta tarea demanda un trabajo conjunto y estrecho entre el Estado, el empresariado, la academia y la sociedad civil.

Quinto, una mayor inclusión y movilidad social. Las políticas públicas desarrolladas por el gobierno del presidente Humala tienen como claro objetivo alcanzar el bienestar de la población. Lograr una mayor cohesión social significa cerrar las persistentes brechas entre las ciudades y el sector rural. [Algo que ya hemos estado logrando. A veces parece que este gobierno quería empezar todo de nuevo, “como cambiar motores en pleno vuelo”.] El Estado cumple un rol fundamental con la provisión de bienes y servicios públicos de calidad y la adopción de políticas sociales que apunten a la inserción de los segmentos menos favorecidos al mercado, todo lo cual se enmarca en las políticas que viene desarrollando el gobierno. A esto se suma la mayor generación de riqueza que deviene de la inversión y la generación de empleo de calidad. El hecho de que nuestra tasa de inversión sea cercana a 28% del PBI, [inversión privada que ya no crece y por lo tanto, será difícil mantenernos en ese magnífico nivel de inversión sobre producto] superando incluso a Corea del Sur o Singapur, refleja la confianza sobre las potencialidades del país, no solo de miles de emprendedores nacionales sino también de inversionistas internacionales del más alto nivel.

Un país diferente requiere el esfuerzo de todos y la confianza en sus autoridades para que dentro de unos años una madre esté segura de que sus hijos tendrán una educación de calidad, servicios de salud eficientes y oportunos; [eso queremos todos, pero para lograrlo hay que disminuir las contradicciones al seno del propio gobierno y apoyar, sin cortapisas, al sector privado, que tiene que ir mucho más allá de las APP mencionadas por el Presidente] para que los trabajadores sepan que viven en un país próspero, con empleo formal y remunerado adecuadamente; para que un joven pueda estudiar y encuentre en la educación las herramientas para formarse profesionalmente con las capacidades que hoy el mundo reclama. Ese es el país diferente que todos queremos y estoy seguro  de que, aunque queda mucho por hacer, creer y confiar en nosotros mismos y en nuestras capacidades será la clave para nuestro éxito.