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MEF alista importante modernización del Estado para impulsar la inversión y el crecimiento

MEF alista importante modernización del Estado para impulsar la inversión y el crecimiento

El gobierno se ha dado cuenta que, ante la parálisis de la economía, debe actuar cuanto antes para mejorar el clima de inversión, reanimar la confianza e impulsar la inversión privada. Para ello está emprendiendo un programa de modernización del Estado que debería redundar en mejores espacios de promoción y coordinación con el sector. Este programa estará dirigido a las pequeñas y grandes empresas. En Lampadia ya habíamos comentado que la desaceleración no tiene un origen determinante en el contexto externo, sino básicamente en factores internos (Ver: “¡Es el Estado, … estimado!”). 

Las medidas propuestas por el MEF pueden agruparse en cuatro grandes ejes: i) tributario; ii) reducción de costos regulatorios y ambientales; iii) promoción de inversiones y reducción de procedimientos burocráticos; y, iv) una nueva Ley de Contrataciones del Estado. Este plan ha sido aprobado por el Consejo de Ministros y lleva el mandato específico del propio Presidente de la República, Ollanta Humala. Ahora el MEF va a trabajar con la Comisión de Economía y la Comisión de Fiscalización del Congreso para conseguir sus dictámenes y pasar a la comisión permanente. No se ha querido recurrir al pedido de facultades legislativas.

En el ámbito tributario, el MEF plantea eliminar el efecto desincentivador de la capitalización anual de intereses relacionada a la deuda tributaria  que se acumuló entre 1998 y el 2005. Además, se plantea una modificación en la estructura de los contratos de estabilidad tributaria para permitir procedimientos transparentes, rápidos y eficientes, y ampliar sus efectos a otras actividades. También se propone simplificaciones en el régimen de percepciones del IGV, en las tasas por trámites, licencias y derechos municipales, entre otros.

En lo relacionado a la reducción de costos regulatorios y promoción de la inversión en materia ambiental, se elimina el incentivo perverso que tienen las entidades regulatorias al financiarse vía multas. Asimismo, se establecen disposiciones para regular las funciones de la OEFA, y plazos para la emisión de opiniones vinculantes sobre los Estudios de Impacto Ambiental (EIA). También se propone que se modifique la Ley de Areas Naturales Protegidas para que las zonas reservadas no se determinen mediante resolución ministerial, sino que se aprueben en el Consejo de Ministros.

Otras medidas incluyen la simplificación de los procedimientos para la ejecución de las obras de infraestructuras; la creación del fondo MIPYME (para facilitar garantías a los créditos e instrumentos de difusión tecnológica, innovación empresarial y mejora de la gestión, entre otros); eliminación de los EIA para construcción de viviendas, oficinas y comercios; simplificación de la tramitología para el sector construcción y las inspecciones técnicas de seguridad, etc.

Como se puede apreciar este conjunto de medidas está orientado a  facilitar la inversión, con lo que se espera un impacto significativo en el mediano plazo. En el corto se podrían empezar a ejecutar los proyectos paralizados, generándose rápidamente empleo, demanda por maquinaria, equipos e insumos, con sus naturales impactos de encadenamiento inter-sectorial. Así la economía recuperaría su dinámica. El MEF ha remarcado que promueve este reordenamiento al menor costo fiscal posible. Este no es un paquetazo tradicional. Con la aprobación del crédito suplementario de S/. 3,100 millones para inversión pública en el 2014, el impulso fiscal estaría entre un moderado  1,2% y 1.5% del PBI. Lampadia




El Perú renuncia al desarrollo y al bienestar general

El Perú renuncia al desarrollo y al bienestar general

A principio de año dijimos que el 2014 no era un año cualquiera: era crucial para el desarrollo integral, el último en el que el gobierno de Ollanta Humala podía emprender las reformas que mantengan el crecimiento económico adecuado y nos permitan dar el salto cualitativo al desarrollo integral. Dijimos que esto no era responsabilidad exclusiva del gobierno, sino de toda la clase política y las fuerzas vivas de la sociedad como el empresariado, la intelectualidad y los gremios.

Después de haber vivido activamente los primeros 5 meses del 2014, y de seguir varios eventos de debate sobre temas nacionales y participado la semana pasada en el Simposium del Oro y la Plata, tenemos que concluir que “el país no se está encaminando a que al cierre de este período de gobierno hayamos fortalecido nuestro camino al bienestar general”.

Cada día se hace más clara nuestra incapacidad para leer la realidad, apreciarla como un proceso y no con la noticia de la mañana (película y no foto), entender nuestro potencial, recoger las experiencias exitosas de otros países, y tal vez lo más importante, entender que todos los peruanos estamos al mismo lado de la mesa, de cara al futuro.

Veamos algunos elementos que nos han llevado a una conclusión tan dramática:

La película de nuestros avances

Durante los últimos 20 años, hemos crecido bien: a una alta tasa promedio, más en provincias, más en la sierra y la selva y más en las zonas rurales (ver: Sierra y selva rurales lideran crecimiento por primera vez en nuestra historia). Hemos disminuido la pobreza con mayor impacto entre los pobres y las regiones más atrasadas. Hemos creado una pujante clase media. Ha disminuido la mortalidad y la desnutrición infantil. Se han cumplido las Metas del Milenio (sociales) dos años antes. Disminuido la desigualdad en cualquiera de sus mediciones. Se ha aumentado la productividad a niveles record. Invertido alto, principalmente en las regiones. Se ha creado empleo de calidad. Hemos formado el sector industrial más fuerte de nuestra historia. Diversificado la economía el galope. Le hemos dado un impulso extraordinario a la sierra rural. Nuestra deuda externa es mínima. Hemos creado un potencial de desarrollo integral, que solo podíamos soñar. El prestigio del Perú en el exterior, es magnífico, entre inversionistas y agentes multilaterales.

Lo qué dice el Perú oficial y la izquierda tradicional

El primer gabinete de este gobierno oficializó el lenguaje anti-minero. La educación y la salud no son negocio, dijo el Presidente de la República después del último Cade. Ahora nos dicen que nuestro último ciclo de crecimiento se parece al que tuvimos con el guano y el caucho (¿Qué se puede hacer con el Perú? Ghezzi-Gallardo). La informalidad es el gran elefante en el clóset que no hemos tocado como país (P. Ghezzi –Perú Summit). Crecimos porque tuvimos suerte. Se acabó el viento a favor. La productividad, el empleo y la distribución no han sido satisfactorios (Ghezzi-Gallardo, página 97). Nuestra producción no tiene valor agregado. Estamos entrando en la trampa de los ingresos medios. Nuestra producción está concentrada en minería, tenemos que diversificarla (Ver: entrevista a Piero Ghezzi, Perú21, 18/5/14).

A dos años del cambio de gobierno, sin liderazgo y con la anomía de la clase dirigente

Hemos parado el crecimiento de la inversión privada (Volvamos a prender el motor de la economía).

Establecido las regulaciones ambientales más exigentes del planeta (Radicalismo ambiental en el Ministerio).

Hemos parado el desarrollo de los proyectos mineros, petroleros y energéticos, como lo ha  hecho ver el ex ministro Luis Carranza: “La cartera de proyectos está estancada”.

Según Ricardo Briceño (en el Simposium indicado): “En minería, hemos pasado del ´Texto Único Ordenado´ de los años 90 y dos instancias oficiales, que permitieron la gran inversión en la minería moderna y responsable, a 180 regulaciones en muchas instancias distintas y en diferentes niveles de gobierno (nacional, regional, local y “social”). ´Hemos pasado de un Gantt a un plato de espaguetis´.

No queremos abrazar la viabilidad de nuestro crecimiento minero: Carranza: “El Perú tiene una ventana de oportunidad e 15 años para beneficiarse de su minería”.

Roberto Abusada: “La minería ha sido el centro de la cultura peruana por miles de años”.

María Alejandra Zegarra: “las inversiones mineras tendrían un impacto macroeconómico apreciable hasta el 2024 (…) agregarían alrededor de 2% al PBI (…) incrementarían el aporte al fisco en 143% hasta el 2024”.

Hemos apurado una regionalización (Toledo) que no definió correctamente las instancias de decisión, distribuyó funciones sin capacidades, regionalizó los departamentos sin fomentar sinergias económicas y sociales, se crearon señoríos feudales con capacidades discrecionales absolutas, sin pesos y contrapesos y sin segundas instancias. Se desarticuló la estructura del Estado y se eliminaron las capacidades de gobierno de un país unitario.

Al mismo tiempo hemos debilitado nuestras instituciones (Desaprobación general del sistema político). Dejado de reformar la educación pública (Ver: Una impostergable revolución educativa). No hemos avanzado lo suficiente en infraestructuras (Ver: “Infraestructuras: menos pobreza y más desarrollo”). Finalmente, hemos profundizado la distancia entre la política y la economía y la sociedad. Hemos debilitado la confianza (Ver: “Sin instituciones no hay desarrollo”) en nuestras instituciones, nuestros líderes políticos, el futuro del país y entre los propios peruanos.

Lo que se dice y se hace en el mundo emergente

Bill Gates: “En el mundo también hay buenas noticias que explican cómo, cada día, la humanidad está construyendo una sociedad más justa, más sana y con mejores oportunidades de realización personal”.

Sala i Martín: “¡No! El capitalismo no es un sistema económico perfecto. Pero cuando se trata de reducir la pobreza en el mundo, es el mejor sistema económico que jamás ha visto el hombre”.

China: “en lugar de obtener aprobaciones, las empresas pueden hacer lo que no está prohibido”.

Neranda Modi, nuevo Primer Ministro de India, ha prometido regresar a un crecimiento económico alto, comprometiéndose a seguir la máxima de: “no red tape, only red carpet for investors” (nada de papeleo, solo alfombra roja para los inversionistas).

¿Queremos ser parte del mundo moderno y eliminar la pobreza extrema?

Cuando en CADE 96 se planteó la “Visión del Perú al año 2020”, teníamos que hacer un gran esfuerzo de imaginación, esperanza y optimismo. Hoy hemos construido la posibilidad de superar nuestros sueños más audaces.

Según el banco global HSBC en su publicación “The World in 2050” (“El mundo en el 2050”), el Perú puede ser uno de los países que más crezca durante los próximos cuarenta años, alcanzando el lugar 26 entre las economías más grandes del planeta.

“Tener la capacidad de sacar al Perú de la pobreza y de aliviar el sufrimiento de millones de peruanos, sin dar la batalla con todas nuestras armas; a pesar de las evidencias, las oportunidades y las advertencias es: INMORAL”. Lampadia




¡Los ciudadanos queremos saber adónde vamos!

¡Los ciudadanos queremos saber adónde vamos!

Nuevo gabinete. Declaraciones contradictorias desde el gobierno. Guerra desatada contra la Primera Dama. Relaciones muy agresivas entre el gobierno y la oposición. La economía se enfría. Baja la inversión privada. Sube el dólar. Nuestros vecinos ponen trabas a la exportación de nuestros productos. China disminuye su crecimiento. Europa sigue complicada con alto desempleo. EEUU no llega a recuperarse del todo.

Venezuela está en medio de una profunda crisis económica y política. Argentina le sigue los pasos. La OEA ya fue desactivada por las instituciones chavistas como Unasur y la CELAC,ahora se puede asesinar a los propios ciudadanos sin que nadie pueda defenderlos. Los conflictos internacionales no se arreglan, empeoran y crecen:al gobierno de Siria no le pasó nada por los genocidios, el de Corea del Norte masacra a su gente en “campos de concentración”, igual o peor que los de los nazis, Rusia invade Ucrania.

Se vienen las elecciones locales y regionales, en las que la verdad, la realidad, los hechos y los análisis, son reemplazados por la oferta barata, el escándalo y la crítica sin sustento. Recordemos cómo en diciembre del 2010 éramos un país optimista con un proceso de crecimiento más inclusivo que nunca, y entramos en una feria de críticas, para terminar en marzo del 2011, pesimistas y desconociendo nuestra propia realidad. Como dice Mario Vargas Llosa: “lo prototípico de una elección tercermundista es que en ella todo parece estar en cuestión y volver a fojas cero, desde la naturaleza misma de las instituciones hasta la política económica y las relaciones entre el poder y la sociedad. Todo puede revertirse de acuerdo al resultado electoral y, en consecuencia, el país retroceder de golpe, perdiendo de la noche a la mañana todo lo ganado a lo largo de años o seguir perseverando infinitamente en el error. Por eso, lo característico del subdesarrollo es vivir saltando, más hacia atrás que hacia delante, o en el mismo sitio, sin avanzar”.

El nuevo Primer Ministro tendrá pronto que hacer su presentación ante el Congreso de la República. Lamentablemente, los ciudadanos no escuchan esas presentaciones, y los medios rebotan, fundamentalmente, lo episódico. ¿Qué se puede hacer entonces, para que el ciudadano común tenga alguna idea sobre lo que se viene en el Perú?

En Lampadia creemos que antes de que el Primer Ministro haga su presentación oficial ante el Congreso, debiera hacer una conferencia de prensa para que todos los ciudadanos tengamos claro dos cosas: “De dónde venimos y adónde vamos”.

A continuación presentamos algunas ideas fuerza que podrían ayudar a construir ese mensaje:

En el Perú falta mucho por avanzar, pero en los últimos años hemos logrado muchas cosas, tal y como los confirman los siguientes indicadores:

  • Hemos reducido la pobreza de 58.4 en 2004 a 25.8% en 2012.
  • Hemos crecido a un promedio de 5.3% durante los últimos 15 años.
  • Hemos multiplicado el PBI per cápita por cuatro en los últimos 20 años.
  • Hemos reducido la desnutrición crónica infantil de 24.5% en 2010 a 13.5% en 2012.
  • Hemos reducido la mortalidad infantil de 43 a 17, por cada mil nacidos, entre 1996 a 2012.
  • Hemos sido el primer país en cumplir con las metas del milenio, dos años antes.
  • Hemos disminuido el riesgo país de 701 pts. (enero 1999) a 177 pts. (enero 2014).
  • Hemos batido el record de inversión, llegando al 27.6% del PBI en 2013.
  • Hemos logrado accesos privilegiados para nuestros productos al 95% de los países con los que comerciamos.
  • Hemos logrado que los ingresos del Gobierno General alcancen el 21.7% del PBI en 2012.
  • Tenemos reservas internacionales de US$ 65,000.  
  • El ahorro interno llega a US$ 47 mil millones (AFPs, reservas fiscales, etc.)
  • Entre el 2001 y 2012, se crearon 5.6 millones, un crecimiento de 112%, pasando de 40 a 60% de la PEA.
  • Se redujo la desigualdad de 0.545 en 1999 a 0.458 en 2010 (según el índice Gini).
  • Entre el 2005 y el 2011, la clase media aumento de 51% a 72%, según el Banco Mundial.
  • El mundo admira nuestros logros y lo expresa en múltiples formas.

Dado lo que viene ocurriendo en el mundo y en el Perú, debemos preguntarnos: ¿Qué podemos hacer y lograr los peruanos? ¿Se han apagado las luces de nuestra prosperidad?

Si dejamos de pelear entre nosotros, promovemos la inversión y trabajamos juntos para lograr un país inclusivo y con oportunidades para todos, podemos:

  • Seguir creciendo por encima del 5% anual
  • Seguir reduciendo la pobreza entre 2% y 3% al año
  • Podemos atraer inversión productiva y de infraestructuras
  • Podemos seguir ampliando la red de carreteras, las postas médicas y las escuelas
  • Podemos seguir invirtiendo en mejorar la educación y la salud
  • Podemos crear un millón de empleos de calidad en los dos próximos años
  • Podemos sentar las bases para lograr que el 50% de la población tenga ingresos medios y altos al 2020, como lo proyecta el banco HSBC

El Perú es un país maravilloso, lleno de oportunidades, con gente creativa y trabajadora, con los mejores recursos naturales del planeta, solo necesitamos una visión positiva de futuro y creer, que, con solo nuestro esfuerzo y buena voluntad, podemos seguir el camino de la prosperidad y el bienestar general. Lampadia para el Gabinete Cornejo




¿A dónde va la política peruana?

¿A dónde va la política peruana?

“Nosotros debemos dejar que el trabajo, el conocimiento, la tecnología, la gerencia y el capital desaten su dinamismo, dejemos que todas las fuentes de riqueza se propaguen y dejemos que todo el pueblo goce, justamente, más frutos del desarrollo”. ¿Es esta la declaración de las autoridades peruanas, sobre su visión de cómo lograr el bienestar de todos los peruanos? Lamentablemente, ¡NO!

Es la declaración del Tercer Plenario del Partido Comunista Chino, de noviembre pasado: “We should let labour, knowledge, technology, management and capital unleash their dynamism, let all sources of wealth spread and let all people enjoy more fruits of development fairly”.

Así se sigue haciendo política en el país donde no importa el color de los gatos, mientras sigan comiendo ratones. Así es como la China sacó de la pobreza a 600 millones de chinos y se convirtió en una gran potencia global, llevando su PBI per cápita de menos de US$ 250 el año 1975 a US$ 9,300 (ajustados a precios de paridad) el 2012. Así es como líderes racionales, orientados al desarrollo más que a la politiquería, enfocados en lo que hace la diferencia para los pobres, dirigen e inspiran a su gente.

Para los críticos que descuentan los avances económicos chinos por su sistema político, tomen nota que la reforma china acaba de liberar la formación de ´Organizaciones Sociales´ (ONG?) y plantear un sistema judicial separado del control administrativo del Estado, también avanzan en el frente político.

¿Qué pasa en el Perú?- ¿En que andamos?

Hace pocos días, cuando despedimos el año 2013 dijimos Se acabó la canasta de errores. Ahora solo queda hacerla bien. Lamentablemente, parece que la canasta tiene doble fondo, pues para cerrar el año, el Presidente Humala profundizó su ataque a la inversión privada, esta vez en relación a los medios de comunicación. No se quiere entender que la operación Correo-El Comercio fue una acción defensiva de la familia Agois, ante un ataque desleal y traicionero por parte de Mohme, que no se hubiera avergonzado de “concentrar” medios en provincias.

Qué lástima que la política peruana no asuma, de una vez por todas, el juego del desarrollo. Gobierno y oposición andan en lo mismo, los juegos de poder. Ya se acercan las elecciones regionales, locales y nacionales, y como van las cosas es muy probable que sigamos en la trampa política electorera, caracterizada por Vargas Llosa como: “lo prototípico de una elección tercermundista es que en ella todo parece estar en cuestión y volver a fojas cero, desde la naturaleza misma de las instituciones hasta la política económica y las relaciones entre el poder y la sociedad. Todo puede revertirse de acuerdo al resultado electoral y, en consecuencia, el país retroceder de golpe, perdiendo de la noche a la mañana todo lo ganado a lo largo de años o seguir perseverando infinitamente en el error. Por eso, lo característico del subdesarrollo es vivir saltando, más hacia atrás que hacia delante, o en el mismo sitio, sin avanzar”.

Cómo dicen los chinos, no importa el color del gato, o cómo podríamos decir nosotros, no importa si la orientación de la política es de derecha o de izquierda, siempre y cuando, esté orientada al desarrollo integral, en lo económico, social e institucional, y que busque ser duradero y sostenible.

Las políticas públicas orientadas a estimular la creación de riqueza, como lo manda el artículo 59 de nuestra Constitución, pueden ser más o menos orientadas a lo económico o lo social, de inspiración derechista o izquierdista, con mayor o menor inversión en los temas sociales, pero no deben desalentar la inversión privada, principal responsable del crecimiento de la economía, a su vez, fuente de la propia creación de riqueza. Ver 90-90-90, las medidas del Perú.

Esto se puede ilustrar con una ´curva normal´, que en su área central concentra una probabilidad de ocurrencia de 68%. Esto mismo podría aplicarse a la política peruana, que sin importar el color, tendría altas probabilidades de éxito si se concentra en generar desarrollo. De lo contrario, si se pierde el foco, y se descuidan los lineamientos de una buena gobernanza, las probabilidades de lograr el bienestar general disminuyen sustancialmente.

Nuestros gobernantes y líderes políticos tienen importantes responsabilidades que cumplir, es hora de ponerse a tono, el Perú no puede desperdiciar su gran oportunidad de desarrollo y bienestar para todos.




Carranza: “Hay crisis de confianza”

Carranza: “Hay crisis de confianza”

El ex ministro de Economía, Luis Carranza, explica que la falta de confianza de los inversionistas con respecto a las autoridades es una de las principales causas del menor crecimiento económico.

Voz autorizada. El ex ministro de Economía Luis Carranza consideró que actualmente el Perú carece de “confianza” en sus autoridades que permitan a los inversionistas venir sin temores, por lo que pidió al presidente Ollanta Humala dar un mensaje más “consistente y coherente”.

“El análisis pasa por determinar qué ha ocurrido con la confianza y por qué se ha desplomado. Si alguna crisis hay ahora en el país, es una crisis de confianza”, dijo durante el conversatorio “¿Llegó la crisis?”, que se realizó en el Instituto de Gobierno y Gestión Pública, de la Universidad San Martín.

En otro momento el destacado economista refirió que “no hay crisis en el Perú”, aunque nuestro país vive un “proceso de desaceleración económica” causada por factores externos e internos.

El titular del MEF durante el segundo gobierno aprista indicó que el Ejecutivo debe promover mecanismos que permitan destrabar las inversiones, mejorar la gestión pública y fomentar la competitividad para apuntar el crecimiento económico.

Publicado en Expreso, jueves 29 de agosto del 2013




Una mucho mejor Mirada

Una mucho mejor Mirada

En la publicación de la Otra Mirada N° 25 de junio del 2013, presidida por el ex premier Salomón Lerner Ghitis, promotor de Ciudadanos por el Cambio y el recientemente lanzado FRENAIZ, se plantea una supuesta disyuntiva para nuestra  política exterior: la definición por Unasur o por la Alianza del Pacífico, proponiendo que optemos por los muchachos del barrio, así sean unos malandrines y no sepan crear riqueza. (Ver Desarrollo o juego político).

 

Sin embargo, ya que hablamos de miradas, una primera nos indica que se trata de dos organizaciones de naturaleza distinta. Unasur es una confluencia política de países promovida por el “eje bolivariano”y sus padrinos, Cuba y Brasil, que busca “distanciarse” de la influencia de Estados Unidos en la región, devaluando a la OEA y todos sus instrumentos, como la Carta Democrática, dejada de lado para las recientes elecciones venezolanas.

La Alianza del Pacífico, por el contrario, es un proceso de integración comercial que agrupa a México, Colombia, Chile y Perú, los países con las economías más abiertas en América Latina y que cuentan con tratados comerciales con todos los grandes mercados del planeta (Estados Unidos, Europa, China y países asiáticos) y que mantienen políticas económicas que promueven el mercado y la inversión privada. ¿Cuál sería entonces la encrucijada para la política exterior peruana?

En realidad, de lo que se trata, esde acabar con el modelo económico de mercado que en el Perú nos ha permitido reducir la pobreza y la desigualdad a un ritmo sin precedentes, para, en cambio, implementar las políticas proteccionistas de los países del Alba y el Mercosur. Estos últimos acuerdos han terminado enfocándose en construir barreras comunes para “defender” a sus miembros de la supuesta voracidad de los países más desarrollados.

Como ya hemos informado en el artículo Alianza del Pacífico: dirección correcta, esta alianza pretende potenciar las capacidades de sus miembros en su relación con el mundo global. El éxito de este bloque es tan evidente que otras naciones han mostrado interés en participar como observadores (Canadá, Ecuador, El Salvador, España, Francia, Guatemala, Honduras, Paraguay, Panamá, Portugal, Uruguay, Australia, Japón, Nueva Zelanda y República Dominicana). Costa Rica ya ha sido aceptada como miembro pleno y Guatemala y Panamá han anunciado también su interés en incorporarse. ¿Cómo se entendería entonces la eventual idea de salirse de la Alianza del Pacífico? ¡Suena a locura!

Peor aún cuando el Mercosur se tambalea y empieza a hundirse, la Otra Mirada nos proponer cambiar de rumbo. Recordemos que el vicepresidente de Uruguay (parte del Mercosur), Danilo Astori, manifestó días atrás que “al mercado común nunca llegamos; la unión aduanera está destrozada y la zona de libre comercio no funciona porque no hay libre tránsito de bienes ni de servicios”. Asimismo, la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP) solicitó la necesidad de liberar a Brasil del “chaleco de fuerza” del Mercosur. En el mismo sentido, la Confederación Nacional de Industrias de Brasil ha pedido “entrar totalmente en el juego mundial de buscar nuevas sociedades en el comercio mundial” y citó, como ejemplo, a la Alianza del Pacífico.

El presidente del Consejo de Comercio Exterior de la Federación de Empresarios de San Pablo (Fiesp), Rubens Barbosa, acusó al gobierno argentino de herir de muerte al Mercosur y sostuvo que el bloque dejó de lado lo comercial para ser un instrumento de política regional. Según el empresario “el Mercosur hoy, como instrumento de política comercial terminó, no vale nada para la apertura de comercio, ahora se transformó en un foro político”.

Hay pues que saber entender el porqué de la propuesta de la Otra Mirada, que el Perú abandone un bloque comercial exitoso y que se case con otro más bien político, que se empobrece y consume por el proteccionismo y orientación anti globalización (anti histórica) de sus miembros. Esta es otra maniobra edulcorada de la izquierda regresiva peruana, que no atina a salir de las trampas ideológicas que la anclan al mundo de la guerra fría.

La Otra Mirada nos quiere llevar al “Club de Pobres” latinoamericano, a militar con los países que privilegian la política antes que el desarrollo, a seguir el juego del tradicional realismo mágico. En cambio la Alianza del Pacífico nos permiteacceder amayores inversiones y comercio, posibilita que nuestros trabajadores compartan parte de la riqueza de los ciudadanos de esos países. El comercio con los países más prósperos es como si se instalara un sifón, que después del envío de nuestros productos y servicios, trae parte de su riqueza. Los peruanos ya elegimos, los resultados son buenos, ¡que tanto ruido, si el suelo está parejo!




El corcho del crecimiento

El corcho del crecimiento

Las declaraciones hechas por altas autoridades del Gobierno al inicio de la reunión en Lima de la versión latinoamericana del World Economic Forum son una muestra más de cómo el Gobierno tiene el acierto de promover en el exterior la inversión en el Perú. Lo desconcertante, sin embargo, es que no haga lo mismo dentro del país, donde más bien permite cada vez más que el peso de sus kafkianas sobrecargas administrativas y de su ausencia de predictibilidad jurídica paralicen inversiones que ya suman varios miles de millones de dólares.

Si la causa de esto es que el Gobierno ha asumido el crecimiento como algo que es ya simplemente una característica consustancial del Perú –como, digamos, el cruce de las corrientes de Humboldt y El Niño–, pues entonces vamos a ver sorpresas.

De hecho, tenemos señales de que dos de los principales sectores de nuestra economía se están deteniendo. En efecto, este marzo la importación de bienes de capital y materiales para la construcción ha caído en 9,5% (luego de 39 meses continuados de crecimiento) y ha sido un 20% menor a la que se registró en marzo del año pasado. Y esto solo viene a sumarse a la ya antigua y continuada noticia de la desaceleración de nuestro sector minero: hace poco la SNMPE anunció que el 50% de la cartera de proyectos que existían para el período 2012-2016 –es decir, veinte proyectos por un valor total de US$25.000 millones– se encuentra detenida.

La relación del frenazo de la minería con los sistemas de permisos estatales, por un lado, y con la ausencia de seguridad jurídica, por el otro, está bien documentada. A manera de ejemplo paradigmático de esto último, todos pudimos ver cómo un proyecto de la envergadura de Conga (US$4.800 millones de inversión) se paró a base de acusaciones que un peritaje internacional demostró eran falsas, pese a haber cumplido con todos y cada uno de los requisitos legales que le eran aplicables. Y como ejemplo de lo primero, basta ver que Quellaveco (alrededor de US$3.500 millones) está a punto de postergarse indefinidamente, luego de haber esperado veinte años y de finalmente haber alcanzado acuerdos con la población. Todo, mientras los precios de los minerales parecen haber dejado atrás su tendencia alcista e iniciado un largo ciclo a la baja…

La forma, por su parte, como nuestro Estado está ahogando el crecimiento de la construcción es tal vez menos conocida pero no por ello menos eficaz.

No se trata solo de los proyectos inmobiliarios, aunque no hay que subestimar el efecto que la anquilosis de nuestras municipalidades está teniendo en ellos, como lo ha denunciado varias veces ya Capeco. Se trata también de los grandes proyectos de infraestructura. Proyectos como la autopista a Ica, que ha sido otorgada hace ya años pero que no puede avanzar porque las expropiaciones le toman una eternidad al Ministerio de Transportes y porque el Congreso no aprueba la ley que permite un procedimiento más expeditivo. O la segunda vía Huacho-Pativilca, detenida porque ese mismo ministerio no resuelve una adenda para adelantar la inversión. O la autopista de Sullana a Trujillo. O el proyecto de tubería matriz de la red de gasoductos parado desde hace un año. O la asociación público-privada para construir y operar un hospital en el Callao por US$45 millones, demorado porque la oficina de contratos de Essalud no certifica avances o no aprueba modificaciones. O la planta de tratamiento de La Chira (US$200 millones), exitosamente concesionada, pero igualmente detenida hace más de un año porque la Municipalidad de Chorrillos no otorgaba la licencia de urbanización –algo que no tenía sentido exigir– y aun no da la de construcción. Etcétera.

Demás está decir que la parálisis de cada uno de estos proyectos de infraestructura trasciende el sector construcción y funciona como cuello de botella en muchos otros aspectos de nuestra economía.

En suma, ni el crecimiento es algo que tenemos comprado ni tiene mucho sentido que el Estado siga buscando inversiones afuera si es que luego él mismo va a funcionar como un corcho dentro del país. Si queremos descorchar las fuerzas del crecimiento y contrarrestar la ralentización que algunos indicadores ya parecen anunciar necesitamos acelerar el hasta ahora solo anunciado “shock de gerencia” y la simplificación administrativa, además de empezar a funcionar como un Estado de derecho con garantías reales. Después de todo, no lo olvidemos, solo tiene sentido hablar de “inclusión” cuando se crea riqueza en la cual ser incluidos.

Tomado de El Comercio, 24 de abril, 2013




El Perú avanza en reformas, pero retrocede en ránking Doing Business

El Perú avanza en reformas, pero retrocede en ránking Doing Business

El último reporte Doing Business 2013 del Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional (IFC), que evalúa la facilidad para hacer negocios en 185 países del mundo, muestra que en el largo plazo el Perú ha sido una de las 50 economías mundiales que más han hecho para mejorar el ambiente para los negocios, pero, en el corto, las reformas aplicadas en el último año no han sido suficientes para evitar que retroceda dos puestos respecto al ránking año pasado.

El reporte, que es un referente para los inversionistas y políticos a nivel global y que fue publicado hoy (lunes 22) a las 7:00 p.m., muestra que el Perú ocupa el puesto 32 entre los 50 países que más han avanzado para mejorar el clima para hacer empresa desde el 2005, solo superado por Colombia y Guatemala en la región.

“Estamos muy contentos por los continuos esfuerzos de reforma para expandir las oportunidades a los empresarios locales en el Perú y vemos que los avances observados en años anteriores, no solo en el Perú, sino también en Chile, Colombia y México, con un desempeño a niveles comparables con el de algunas economías de altos ingresos, sirven de buenas prácticas para que el resto de la región pueda mejorar las regulaciones a favor del clima de inversiones”, señaló Augusto López-Claros, director del Departamento de Análisis e Indicadores Globales del Banco Mundial e IFC.

El reporte destaca los logros del Perú al recortar en 15 días el plazo para la entrega de permisos de construcción y al reforzar la protección a los inversionistas minoritarios, dos aspectos que forman parte del indicador.

Sin embargo, esos esfuerzos no solo no le han bastado para subir en el ránking de Doing Business de un año a otro, sino que lo han llevado a retroceder dos puestos, del 41 al 43. En el reporte del año pasado, el Perú también bajó dos puestos de un año al otro, del 39 al 41. Sin embargo, ha logrado mantener su lugar como la segunda economía mejor posicionada de la región después de Chile, que sube del 39 al 37 en el mismo plazo.

“OTROS VAN MÁS RÁPIDO”

Jean Michel Lobet, coautor del informe, declaró en exclusiva a elcomercio.pe que el retroceso del Perú se debe a la naturaleza relativa del ránking. “Hay muchos países que siempre están reformando y otros van más rápido que el Perú, pero lo que vemos es que los indicadores del Perú reflejan la tendencia a la mejora que ha mostrado el país en el largo plazo y es esa voluntad y consistencia en las reformas lo que al final miran los inversionistas extranjeros a la hora de decidir por qué país apostar”, señaló.

Efectivamente, en el caso del indicador que calcula las dificultades para crear una empresa, en el Perú el número de procedimientos y los plazos se han mantenido, mientras que el costo se ha reducido de un año a otro, pero no lo suficiente como para no haber caído cinco puestos en el mundo.

Con este resultado, es el segundo año consecutivo en el que no se cumple el objetivo que se planteó el gobierno de Alan García de llegar al puesto 25 en el ránking Doing Business elaborado en octubre del 2011.

TAREA PENDIENTE

Donde al Perú sí le ha ido mal es en los dos indicadores que están relacionados con el desempeño del Poder Judicial. En el último reporte del Doing Business 2013, se hundió aún más, del puesto 106 al 115 (de 185 países) en la evaluación sobre el cumplimiento de contratos, que mide el costo, en dinero y días, de realizar un litigio comercial. Asimismo, pasó del 100 al 106 en el indicador que califica el procedimiento para proceder con la liquidación y reorganización de una empresa.

“Estos indicadores están muy interconectados y son los que toma más tiempo mejorar porque implican la reforma del Poder Judicial, que es un proceso que demanda una alta inversión tanto de presupuesto como de tiempo y sus efectos pueden recién verse años después de su implementación”, señaló Lobet.

En ese sentido, indicó que es allí donde se deben concentrar principalmente los esfuerzos del gobierno peruano en el futuro si es que quiere seguir mejorando en el ránking del Doing Business.